El pasado 20 de diciembre nos reunimos en Bilbao varios elus del norte de España con nuestro mentor Ignacio Álvarez para despedir el año juntos.
Tras un largo día de exámenes, buses y trenes llegamos a la Sociedad Bilbaína, un club social fundado en 1839, donde fuimos recibidos por el Vocal de Cultura de la Sociedad gracias a la organización de Lucila.
Allí, tras conocer la mayor parte del edificio y su historia, visitamos la inmensa biblioteca de la sociedad. En ella, el ambiente y la presencia de varios incunables hacían imposible que uno no se sintiese el mismísimo Willy Fog en el Redford club de Londres. Finalmente, subimos a la planta alta para poder contemplar la ría de Bilbao, completamente adornada y preparada para celebrar la Navidad.
Tras la visita, compartimos nuestras impresiones acerca del último fin de semana e hicimos nuestro “rewind 2024” particular sobre la ELU y Becas Europa. De la misma manera, reflexionamos sobre los retos que este 2025 nos depara, y también, sobre el tema del próximo fin de semana, la amistad, que es lo que permite que estos encuentros, y la propia ELU, tengan lugar.
Don Segismundo Arrubal, de 38 años, oriundo de la localidad conquense de La Parra de las Vegas, se encontraba el 13 de agosto de 2024 celebrando junto a los demás vecinos durante las fiestas del pueblo. Entre las actividades organizadas por el Ayuntamiento, destacaba la trashumancia de reses bravas (práctica que consiste en el traslado de toros de un lugar a otro estacionalmente); en este caso, a modo de demostración cultural ganadera. De esta manera, el camino recorrido finalizaría en la plaza del pueblo, que se encontraba cercada mediante vallas de una altura considerable, separando la zona por la que circularían los toros de los espectadores como medida de seguridad.
Alrededor de las 11:45, los toros llegaron a dicho lugar acompañados de profesionales de la ganadería, mientras los vecinos, entre los que se encontraba Segismundo, observaban con gran interés. De improviso, Don Segismundo, apasionado de los toros y frustrado por no haber tenido nunca la oportunidad de correr en los encierros de los Sanfermines de Pamplona, se dejó llevar por un impulso de adrenalina y decidió cumplir su sueño. Sin dejar tiempo a que cualquier persona reaccionase, o lo hubiese podido evitar, trepó con gran agilidad, saltó la valla hasta encontrarse frente a los bovinos de lidia y empezó a correr despavoridamente. Fue en este mismo momento, en medio de ambiente de agitación de los vecinos y autoridades, alarmados ante tal situación, cuando Segismundo tropieza y es herido por asta de toro. Afortunadamente, los ganaderos lograron evitar un trágico desenlace y la herida no fue letal. Sin embargo, ésta le impediría mover la pierna durante los próximos 6 meses, por lo que no podría ejercer su trabajo como albañil autónomo.
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El 31 de enero de 2025, acude a nuestro despacho por recomendación de un amigo, consultando si podría reclamar de alguna manera al Ayuntamiento quien, en un primer lugar, organizó el evento en el que tuvieron lugar los sucesos. Además, alega que, transcurrido un mes desde el accidente, se manifestó un daño adicional por el que la lesión se extendió, impidiendo que pudiera usar el pie durante un período adicional. Por tanto, quiere saber si tendría derecho a una indemnización por daños y perjuicios.
Para poder aconsejar a Don Segismundo, primeramente identificamos en qué rama del Derecho se enmarca el supuesto. En este caso, nos centraremos en el Derecho Administrativo, pero… ¿cómo responden las Administraciones Públicas (en adelante, “AAPP”) ante este tipo de circunstancias?
En esta entrega de Ratio Legis trataremos no sólo de dar respuesta a Don Segismundo, sino también de aportar unas nociones generales sobre los requisitos y procedimientos de reclamación de responsabilidad a las AAPP que, lejos de darse únicamente en situaciones extraordinarias como la de nuestro cliente, son perfectamente aplicables a casos cotidianos en los que la Administración genera daños y perjuicios a los ciudadanos. ¡Pongámonos manos a la obra!
———— SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DE LAS AAPP ————
La responsabilidad patrimonial de las AAPP es aquella en la que una Administración Pública (AP) tiene el deber reparar un daño patrimonial (cuyas características enumeraremos más adelante) que ha ocasionado otro. Esta responsabilidad es extracontractual, lo cual quiere decir que no hay un vínculo negociar entre ambos sujetos (en el caso, Segismundo no había negociado previamente con el Ayuntamiento las consecuencias que podrían derivarse de su funcionamiento). Además, por tratarse de poderes públicos (y no de la responsabilidad civil de los particulares), se trata de una responsabilidad objetiva, lo que implica que la AP responderá incluso cuando no exista dolo (entendido como “mala intención”), culpa o negligencia grave (irresponsabilidad seria, “falta de diligencia”).
Concretamente, el artículo 9.3 CE recoge el principio de responsabilidad de los poderes públicos, por el cual los particulares tendrán derecho a indemnización por lesiones que sufran en sus bienes o derechos, consecuencia del funcionamiento de servicios públicos (como las fiestas organizadas por el Ayuntamiento de La Parra de las Vegas), salvo en casos de fuerza mayor o en determinadas situaciones de caso fortuito.
En el sistema legal español, se puede ejercer una reclamar ante cualquier AP (ya sea de la Administración General del Estado, ministerios, cuerpos de seguridad, hospitales públicos, universidades públicas, Diputaciones, Ayuntamientos, etc.), que haya causado un daño o perjuicio a los ciudadanos. Este régimen de responsabilidad se recoge tanto en las leyes: LPAC y LJRSP.
———— REQUISITOS MATERIALES PARA LA RECLAMACIÓN ————
Ahora bien, comprendida la base del sistema, es innegable que nuestro cliente ha sufrido un daño. Analicemos, pues, si lo sucedido a Don Segismundo Arrubal cumple con todos los requisitos para poder reclamar una indemnización y si se pueden demostrar (estos criterios son aplicables a cualquier otro supuesto de este estilo frente a la Administración).
IMPUTACIÓN – ¿quién ha generado el daño?
El daño se ha generado dentro del giro o tráfico administrativo (en las fiestas locales organizadas por el Ayuntamiento de La Parra de las Vegas) – por tanto, la Administración sería imputable en un primer momento (aunque veremos que este elemento se verá afectado más adelante).
FUNCIONAMIENTO NORMAL / ANORMAL DEL SERVICIO
El criterio estándar para determinar que se ha producido un funcionamiento anormal es si el servicio ha funcionado defectuosamente o con retraso. Pese a que se podría interpretar que en el caso de Don Segismundo no se cumple con dicho criterio (podría calificarse como anormal, por ejemplo, si la instalación de vallas en la plaza que estaba programada, no hubiese tenido lugar por negligencia de un funcionario).
No obstante, tal como hemos mencionado antes, la responsabilidad es objetiva, lo que podría dar lugar a imputación, incluso mediante funcionamiento normal del servicio. (Por ejemplo, en el ámbito de la Medicina, sólo se responde si se infringe la lex artis o si se produce la “pérdida de oportunidad”). Para Don Segismundo, será necesario continuar valorando.
RELACIÓN / NEXO DE CAUSALIDAD – ¿existe una relación causa-efecto?
Se produce un nexo causal cuando relación entre la actuación de la Administración y el efecto generado. Aplicación al caso: el Ayuntamiento organizó como actividad cultural la transhumancia (causa), y uno de los vecinos resultó herido por hasta de esos toros (efecto). Por tanto, se podría interpretar que hay un nexo causalentre la actividad de la AP y el daño. Sin embargo, se dan tres circunstancias que interfieren con el nexo causal, pudiendo debilitarlo, o incluso romperlo:
Culpa de la víctima: provoca la reducción o exclusión de la responsabilidad de la AP.
Aplicación al caso: Don Segismundo decidió voluntaria y autónomamente saltar el vallado (medida de seguridad que hubiese podido impedir el accidente), y situarse en el espacio en el que se encontraban los toros. De esta forma, se incurre en culpa de la víctima, lo que anula el vínculo que da lugar a responsabilidad de la AP.
Culpa de un tercero: provoca un reparto de responsabilidad entre los causantes.
No se ha dado en el caso de Don Segismundo.
Fuerza mayor: exime de responsabilidad a la AP (por ejemplo, un viento huracanado inesperado que hubiese derrumbado el vallado -si éste estaba correctamente instalado-, y hubiese puesto en peligro a los vecinos).
No se ha dado en el caso de Don Segismundo.
CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO – ¿los cumple el daño generado a Don Segismundo?
Daño real y efectivo (no meras expectativas): se ha producido un daño emergente (la lesión en la pierna y posteriormente en el pie), y un lucro cesante (no puede trabajar, al menos, durante 6 meses; además, se trata de un autónomo, por lo que sus beneficios probablemente se verán disminuidos durante ese tiempo).
Individualizable: debe recaer en un sujeto o grupo concreto de personas (Don Segismundo, o varios vecinos, si así hubiese sucedido). En cambio, no se indemnizarían cargas generales sobre la colectividad (como puede ser el ruido que se derive de unas obras, o la contaminación ambiental).
Evaluable económicamente: que el daño sea material o personal y que se pueda monetizar (el tratamiento que haya recibido Don Segismundo es monetizable, al igual que el lucro cesante que ha sufrido de su impedimento para trabajar).
Daño antijurídico (el sujeto no tiene el deber de soportarlo en base a la ley): aunque pueda parecer que lo sea, el daño sufrido por Don Segismundo es antijurídico, porque legalmente no tiene por qué soportar una cornada de toro. No sería antijurídico, por ejemplo, el pago de impuestos, dado que es un deber establecido por ley en el Ordenamiento Jurídico español.
———— RESOLUCIÓN DE CASO ————
Dado que el daño es real, efectivo, individualizable y evaluable económicamente (se incluyen gastos médicos y lucro cesante), además de antijurídico, Don Segismundo Arrubal podría proceder a reclamar una indemnización al Ayuntamiento de La Parra de las Vegas en un plazo de un año. Sin embargo, es muy probable que esta reclamación no prosperase ante la AP, si se prueba que Segismundo actuó por culpa propia al saltar el vallado de seguridad.
Por todo ello, si la resolución de la AP fuera desestimatoria (si no prosperase la reclamación de indemnización), cabría la interposición de un recurso. En ese caso, sería un tribunal quien tendría la última palabra. En todo caso, debería probar aquellas alegaciones que presentase en su defensa.
Finalmente, en función de lo que se acuerde, si Don Segismundo terminara siendo compensado por el daño, esta podrá constar de una indemnización o reparación sustitutiva / cumplimiento por equivalencia (compensación de daños y perjuicios en metálico); o una reparación in natura(consistirá en compensar en especie los daños y perjuicios), aunque esta segunda opción sería menos probable. Para una reparación integral, será necesaria la valoración de daños tanto materiales como personales y la cuantía de la indemnización se calculará con referencia al día en que se produjo efectivamente la lesión (sin perjuicio de su actualización a la fecha en que se termine el procedimiento de responsabilidad).
———— CONCLUSIÓN ————
Llegados al final de la consulta de nuestro cliente, hasta aquí llega nuestra labor para aconsejar a Don Segismundo. Esperamos que os haya resultado interesante y útil para todos esos casos en las que las actuaciones de la Administración o los poderes públicos generan daños y perjuicios, tal como le sucedió a nuestro protagonista, con independencia de que su actuación fuese irrazonable y temeraria. Dicho esto, muchas gracias por vuestro tiempo y esperamos que hayáis disfrutado poniéndoos en el papel de un abogado. ¡Nos vemos en la próxima entrega de Ratio Legis!
Escribo estas palabras desde el interior de otro de esos aviones low cost ajustados al bolsillo de un estudiante internacional sin frenos. En este caso, con destino a Budapest, a las puertas de una nueva aventura.
Soy Mar Sanz, estudiante de Medicina en Zaragoza y alumna de 4.º curso de la Escuela de Liderazgo Universitario. Hace apenas cinco meses comenzó mi Erasmus en Bruselas, la ciudad de los gofres y la cerveza, corazón de la Unión Europea, que está marcando, sin duda, una de las experiencias más increíbles de mi vida.
Siempre tuve claro que necesitaba vivir la experiencia de estudiar un tiempo lejos de mi casa y de la rutina para completar mi formación universitaria. Quería experimentar un año de cambios, de apertura a la realidad, y aprender a centrarme en exprimir el presente en lugar de vivir preocupada por el futuro. Necesitaba alejarme de lo cotidiano y de la comodidad para seguir creciendo como persona. Y, desde luego, mi vida no ha cambiado solo externamente; algo dentro de mí también se ha transformado.
Elegir el destino de esta nueva aventura no fue fácil. Tenía claro que buscaba una ciudad cosmopolita, llena de vida y energía y, casi instintivamente, tras algunas recomendaciones y mi afán por desenvolverme mejor en el mundo francófono, elegí Bruselas como primera opción.
Recuerdo mi llegada a la que sería mi nueva casa como uno de los momentos más especiales, con una mezcla de nervios e ilusión. Desde el principio, me rodeé de personas que han marcado por completo mi experiencia. No puedo sentirme más afortunada de haber encontrado a quienes, día tras día, sacan lo mejor de mí y hacen que cada instante sea más especial que el anterior. Mi vida aquí no tendría sentido sin alguien con quien compartirla. Más allá de los planes, los viajes y las aventuras, como bien sabemos en la ELU, lo que realmente prevalece son las personas con quienes los compartes, y yo me siento inmensamente agradecida de haber encontrado aquí una pequeña familia.
Ya asentada en esta nueva vida, la capital belga no me ha defraudado en absoluto. Es una ciudad con un ambiente universitario impresionante, una diversidad cultural que permite ampliar la mente y una vitalidad incansable, todo lo cual ayuda a sobrellevar mejor los incontables días de lluvia y las escasas horas de sol. Los paseos por Bois de la Cambre ya forman parte de mi día a día, al igual que los gofres de Pascalino (¡pequeña recomendación!) y las sobremesas eternas en la resi. Eso sí, cada vez que cruzo la Grand Place me quedo boquiabierta, como si fuera la primera vez.
Aquí, los días de la semana pierden su significado y la monotonía de la rutina desaparece. Durante el Erasmus, se pierde la noción del tiempo y la conciencia del paso de los días (algo que, a veces, me da vértigo). Es esa etapa de la vida en la que normalizas estar un lunes paseando por los canales de Ámsterdam, un martes recorriendo las calles del Gamla Stan en Estocolmo o emocionarte un miércoles con la belleza de París.
Por supuesto, no siempre es fácil. Estar rodeada de tantos estímulos, personas y planes me hace preguntarme muchas veces quién soy yo en medio de todo esto. A veces, necesito parar y reconectar conmigo misma para no perderme entre el caos y vivir más conscientemente. Al mismo tiempo, esta experiencia me ha enseñado a valorar mucho más todo lo bueno que me rodea en mi realidad en España.
También he tenido la oportunidad de visitar y recibir a otros amigos elus que viven su Erasmus en otras ciudades europeas. Del mismo modo, he tenido la suerte de reencontrarme con algunos elumnis con quienes comparto destino. Al final, encontrarse con un elu es como regresar a casa y siempre recarga el corazón.
Otra de las experiencias que más me ha marcado en estos meses ha sido mi maravilloso mes de prácticas en el hospital, que me ha reafirmado en mi vocación por la Medicina y el servicio a los demás. Ahora estoy más segura que nunca de que estoy en el lugar adecuado. No pude tener más suerte cuando me adjudicaron la plaza en el servicio de cirugía de la mano en el Hospital CHIREC Delta. Aunque en un principio no llamó mi atención, resultó ser uno de los equipos más prestigiosos de Europa en este campo. Desde el inicio, me sorprendió gratamente la profesionalidad, tanto técnica como humana, de cada miembro del equipo y su atención a cada detalle. Durante estos días descubrí una cara de la cirugía completamente humanizada y cercana al paciente, donde siempre se le veía “más allá de la enfermedad”.
Mis días en el hospital fueron muy distintos a las prácticas que solía hacer en España, ya que aquí se espera del alumnado un nivel de exigencia e implicación mucho mayor. Te hacen sentir un miembro activo de un equipo de verdaderos profesionales. Desenvolverme en un quirófano y atender consultas en francés fue todo un reto, pero me sentí tan bien cuidada y acogida que valió la pena cada pequeño esfuerzo.
Actualmente, me encuentro en el ecuador de esta experiencia y, tras haber finalizado un duro periodo de exámenes, solo puedo pensar en aprovechar cada momento al máximo. Estoy segura de que todavía me queda mucho por vivir, crecer y aprender, y quiero hacerlo intensamente. No concibo que sea de otra manera.
Dicho esto, me despido y os animo de corazón a vivir la experiencia Erasmus.
La primera cena de Navidad ELU Madrid, pero esperamos que la primera de muchas, tuvo lugar el pasado 21 de diciembre. Nada más y nada menos que 45 elus (y algún que otro elumni) disfrutamos de una animada cena llena de encuentros y conversaciones de esas que nunca se acaban. Pudimos compartir lo vivido este cuatrimestre, aprendizajes y reflexiones sobre el primer Fin de Semana del curso y las expectativas para el nuevo año, conociendo a elus de otros cursos y reencontrándonos con varios elumnis.
Merecen una mención especial los muchos elus de 1° que se animaron a venir y los elus que, aún habiendo vuelto de su Erasmus en EEUU el día de antes, vinieron con sueño, pero con muchas ganas.
Tras no pocas peripecias para organizar una cena tan numerosa, sorprendentemente nadie se quedó con hambre… ¡Hasta alguno salió con tupper!
Muchas gracias a todos los que vinisteis, fue un plan muy especial para empezar la Navidad y, ya que fue todo un éxito ¡convirtamos la cena de Navidad en tradición!
Soy Carla Moreno, alumna de 3º de la ELU. Hoy quiero compartir con vosotros una iniciativa increíble que llegó el año pasado a mi universidad, la Universidad Politécnica de Valencia, en la que me embarqué y que me ha permitido descubrir nuevas formas de poner mis conocimientos al servicio de los demás: “180 Degrees Consulting”.
Se trata de la mayor organización de consultoría universitaria a nivel mundial, nacida en Australia y con más de 170 sedes en todo el mundo. Su misión es ofrecer servicios de consultoría a ONGs, startups y proyectos sociales, ayudándoles a maximizar su impacto positivo en las comunidades de forma eficiente y sostenible. En España, cuenta con presencia en Madrid, Barcelona y, desde el año pasado, en Valencia.
Lo que hace especial a este proyecto es su capacidad para conectar el talento de estudiantes universitarios de diferentes carreras con organizaciones que necesitan apoyo. Formamos equipos multidisciplinares para abordar desafíos reales, aplicando los conocimientos de nuestras carreras mientras adquirimos habilidades clave como el liderazgo, el trabajo en equipo y la resolución de problemas. Es una oportunidad única para crecer personal y profesionalmente mientras aportamos valor a causas que realmente importan.
Desde que me uní a 180 Degrees Consulting, he tenido la oportunidad de colaborar con personas que realmente destacan en muchos campos, tanto por su nivel profesional como por su compromiso con las causas sociales. Son compañeros con ideas claras, ambición sana y una gran capacidad para encontrar soluciones creativas a los retos a los que nos enfrentamos. Trabajar con ellos no solo ha sido un desafío intelectual, sino también una fuente constante de aprendizaje y motivación.
Lo que marca la diferencia en 180 Degrees Consulting es que se combina el rigor del trabajo profesional con un propósito que trasciende por encima de todo: aplicar nuestras habilidades para marcar una diferencia tangible en proyectos con un fuerte impacto positivo social y en organizaciones que necesitan ese servicio de consultoría y apoyo. No se trata solo de aprender o crecer en muchos ámbitos, sino de poner nuestro conocimiento e ilusión a su servicio para conseguir ese crecimiento de algo que importa y que repercute directamente en la sociedad.
¿Te interesa? Si te apasiona marcar la diferencia y quieres aprovechar tu talento para apoyar causas reales con un impacto social positivo, este es tu momento. Únete a 180 Degrees Consulting y descubre todo lo que puedes aportar… ¡y todo lo que puedes aprender en el camino! Si en tu universidad todavía no hay una sede de 180 Degrees Consulting, ¡quizá seas tú quien pueda fundarla! Y si ya estás en una ciudad con sede, como Valencia, Madrid o Barcelona, no dudes en dar el paso, contactar y formar parte del equipo.
Nuestra sociedad ha evolucionado de forma exponencial en los últimos años. Cambios que antes tardaban décadas en apreciar, están ahora a la orden del día: la globalización, el streaming y la inteligencia artificial son algunos de los ejemplos que nos muestran la volatilidad de la humanidad; lo que nos lleva a un consumismo dinámico, en aras de adaptarse a los frenéticos cambios: rápidos y sin control alguno. Es aquí cuando entra en juego una de las instituciones más importantes de nuestro sistema jurídico: EL CONTRATO.
El artículo de hoy pretende dar unas píldoras de Derecho de Obligaciones y Contratos al lector, con la finalidad de que comprendas varias cuestiones importantes que, espero, te sean útiles en el día a día.
Empecemos por lo básico…
¿Qué es un contrato?
Es el medio por el cual, mediante un acuerdo de voluntades, realizamos el intercambio o entrega de bienes y/o servicios, que precisamos para satisfacer nuestras necesidades, a cambio de una prestación de valor económico. (Ejemplo: un contrato de compraventa de un inmueble. El comprador entrega una cantidad de dinero al vendedor a cambio de una casa, que le permite satisfacer una necesidad vital).
¿Puedo contratar cualquier todo lo que se me ocurra?
En España, radica el principio de la autonomía privada. Esta se encuentra regulada en el art. 1255 del Código Civil (en adelante CC). Este precepto mantiene que los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes (contratos que establezcan acciones ilegales, como provocar la muerte de un tercero), a la moral (contratos que puedan atentar contra la dignidad de las personas) ni al orden público (contratos que vulneren, por ejemplo, la seguridad y algunos Derechos Fundamentales, como la igualdad, la libertad, etc.).
¿Qué elementos debe tener un contrato para que sea legal?
Aparecen regulados en el art. 1261 CC y son 4:
? El consentimiento libre y voluntario de los contratantes con capacidad para contratar (esto se aplica, generalmente, a mayores de 18 años, aunque el Código Civil prevé en su art. 1263 CC que los menores de edad puedan celebrar contratos que las leyes les permitan realizar por sí mismos o con asistencia de sus representantes y los relativos a bienes y servicios propios de su edad – por ejemplo, comprar gominolas en un quiosco).
? El objeto, es decir, los bienes o servicios que interfieren en el contrato y que deben ser susceptibles de valoración económica (en el ejemplo previo serían las gominolas). Además, el objeto debe ser lícito (legal), posible (no te puedo vender, por ejemplo, la luna), ha de estar determinado y tiene que estar dentro del comercio – no puede ser un elemento de Dominio Público (como una farola) ni pertenecer a una Entidad Pública de manera privativa (el Palacio de la Zarzuela).
? La causa, definida como la función económico-social que cumple cada tipo de contrato. El fin que persiguen las partes contratantes (en el caso anterior, el fin del niño sería el de satisfacer su anhelo de dulce y el del vendedor, enriquecerse).
? La forma. Se trata del medio de exteriorización de la voluntad interna a través de distintos medios de exteriorización (palabra, escritura, conducta, etc). Esta se exige de manera restrictiva por el Ordenamiento Jurídico (solo en los casos tasados por él -ej.art. 1280 CC-,si no, bastaría con, por ejemplo, un pacto verbal y un apretón de manos). Los ejemplos más relevantes son las capitulaciones matrimoniales, la donación de un bien inmueble, la hipoteca, etc. Se trata, según el contrato, de la elevación del mismo a Escritura Pública para, como es el caso de la Hipoteca, su consiguiente inscripción en el Registro de la Propiedad.
¿Qué pasa si el objeto de mi contrato atenta contra los límites de la autonomía privada (art. 1255 CC)? ¿Y si le falta algún elemento de los que se acaban de explicar?
Es aquí cuando entran en juego dos de las acciones legales más importantes en el Derecho de Obligaciones y Contratos: la nulidad y anulabilidad. Ambas se diferencian, entre otras muchas cosas; en el plazo para su interposición (sin límite alguno en el primer caso y de hasta 4 años a contar, según el vicio o defecto del contrato, de acuerdo con el art. 1301 CC). Se trata de acciones que pretenden dejar sin efecto jurídico a los contratos y por las cuales, según los casos, las partes tendrán la obligación de restituirse el objeto del contrato y la cantidad pagada por él.
Por ello, tanto si el contrato traspasa los límites de la autonomía privada, como si carece de alguno de los elementos del art. 1261 CC (consentimiento, objeto y causa –forma solo en los supuestos tasados por las leyes-), será nulo de pleno derecho y podrás ejercer la acción de nulidad sin plazo alguno.
¿Desde cuándo me obligo en un contrato? ¿Necesito siquiera un documento o escrito en el que figuren mis obligaciones?
En aras del art. 1258 CC, los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan al cumplimiento de lo expresamente pactado y a las consecuencias que deriven de estos.
Es por ello por lo que, no en todos los casos será necesaria la firma expresa de un documento; son los casos, según la doctrina (estudios jurídicos de profesionales del Derecho) y la jurisprudencia (el entendimiento de las normas jurídicas basado en las sentencias que han resuelto casos basándose en esas normas legales) de la promesa pública y la declaración unilateral de la voluntad. Para entenderlo mejor, véase el siguiente ejemplo: supongamos que pierdo a mi perro y, aterrada por la necesidad de encontrarlo cuanto antes, pego carteles con su foto y ofrezco mil euros de recompensa a quien lo encuentre. En este caso, aunque no haya firmado contrato alguno e incluso desconociendo a la otra parte contractual, deberé abonarle la cantidad estipulada.
¿Tengo que cumplir siempre lo acordado en un contrato o puedo modificar las cláusulas?
Para terminar, cabe resaltar que, en nuestro país radica el principio del pacta sunt servanda. Este latinajo da a entender que las partes SIEMPRE deben cumplir lo acordado (haya o no contrato expreso).
Sin embargo, existe otro principio (el rebus sic stantibus), por el cual, en caso de alteraciones en las condiciones iniciales en las que se firmó el contrato, pueden modificarse las cláusulas de este, pero siempre en vía judicial (serán los jueces de lo civil quienes lo revisen). Ejemplo: pongamos que, el 1 de enero de 2019 el dueño de una cadena de pubs firma un contrato de arrendamiento de un local, acordando el pago de 2500 euros al mes a su arrendador. Llega el 13 de marzo de 2020 y el Gobierno decreta el estado de alarma (hay un artículo previo sobre este asunto en Ratio Legis) y ordena el cierre de todos los locales de ocio nocturno ¿Sería justo para el dueño de la discoteca seguir pagando 2500 euros sin tener ingreso alguno? No. Es por ello, por lo que, al haber cambiado la situación en la que el contrato se firmo (antes sin pandemia ni orden de cierre) se podrá llevar el contrato para que el juez lo revise y modifique sus cláusulas(pagar una cantidad menor, etc.).
**Hasta aquí el artículo de hoy. Espero que os haya gustado. El Derecho de Contratos de una de las ramas más extensas del Derecho y por ello, he tratado de resumir al máximo las ideas más importantes. No obstante, soy consciente de que me he dejado cosas en el tintero, por lo que, si alguien se queda con alguna duda o quiere ampliar conocimientos, que no dude en escribirnos por RRSS.
El pasado mes de noviembre tuvimos un encuentro en Bruselas con antiguos alumnos que viven o trabajan en Bélgica, Luxemburgo, París o Países Bajos.
Asistieron al evento antiguos alumnos ELU y antiguos alumnos UFV y durante la jornada pudieron conocer las novedades de la universidad y compartir tiempo y conocerse entre ellos.
Si algo caracteriza el mes de diciembre, además de la Navidad y el tiempo en familia, son esas tradiciones que nos hacen echar la vista atrás y cerrar el año desde el agradecimiento. Entre ellas, la despedida anual de la ELU Galicia nos invita a compartir ideas, risas y muy buenos momentos.
Como de costumbre, fuimos citados el domingo 29 de diciembre por José Rama en la emblemática plaza de María Pita da Coruña. Allí disfrutamos de una excelente comida en un acogedor restaurante de cocina tradicional gallega, especialmente aclamada por Belén tras un cuatrimestre en Florencia.
Durante las próximas horas, compartimos nuestra experiencia universitaria: destinos erasmus, el I Fin de Semana de la ELU y reflexiones enriquecidas por la formación en Derecho de nuestros compañeros Álex y Jacobo. Cómo no podía ser de otra manera, acabamos aterrizando en nuestro tema estrella: el amor, en el que las reflexiones de María Calo y María Castro no nos dejaron en absoluto indiferentes.
Con el estómago lleno y las pilas recargadas, nos acercamos al Ayuntamiento para visitar el Belén. Este representaba, mediante destacados personajes vinculados a la historia de la ciudad da Coruña, las diferentes escenas del Nacimiento de Jesucristo. Surgió aquí una interesante conversación sobre el laicismo del Estado y la vocación religiosa.
Tras la visita, dimos un paseo por el casco antiguo guiados por nuestro compañero Jacobo, que nos sorprendió con su conocimiento de la ciudad. Nos adentramos en plazas y rincones desconocidos —incluso para los propios coruñeses— de camino al puerto.
Ya había oscurecido cuando llegamos a nuestro último destino: chocolate con churros. Así terminamos esta quedada ELU Galicia y despedimos el 2024, con la promesa de reencontrarnos pronto y de seguir disfrutando de días como este.
Soy Beatriz Fermina Baena Martín, y si tuviera que decir algo respecto a mi vida en este momento, estoy segura de que diría que estoy de Erasmus. Probablemente esto conlleve algunos pensamientos en el receptor, ideas preconcebidas sobre esta experiencia. Algunas de las cuales son ciertas, otras, a medias. Quizás la necesidad inmanente de comunicar y compartir lo que nos hace felices es lo que me hace escribir esto, así que espero hacer justicia a todo lo que me está dando esta oportunidad en este breve monólogo.
Estos dos años anteriores he cursado el grado de Filosofía en la Universidad de Granada, y ahora mismo estoy viviendo mi tercer año, tanto en la carrera como en la ELU, en Lublin (no Dublín, casi como Dublín pero con “L”), una ciudad, no muy grande y sí muy universitaria, al Este de Polonia. Para comenzar por el principio, he de decir que la decisión de venirme a Lublin fue casi totalmente aleatoria. Tenía claro que quería moverme a un país radicalmente distinto aun estando dentro de Europa, y el Este me pareció una buena opción, teniendo también en cuenta que uno de mis más grandes intereses es la II Guerra Mundial. Esta ha sido una oportunidad única para profundizar en esta zona, donde la historia se vivió de una forma radicalmente distinta, cosa que se nota en el ambiente y en su gente. Por otro lado, mi universidad aquí es la UMCS, la Uniwersytet Marii Curie-Sk?odowska, la cual me está brindando la oportunidad de aproximarme a la Filosofía desde un punto de visto más científico, ya que parte de mis asignaturas son de la carrera que aquí llaman Cognitive Science, de la cual nunca había oído hablar antes, pero que estoy disfrutando muchísimo, además de ser un reto más, intelectualmente hablando. Siempre me ha llamado más un modelo multidisciplinar de educación y considero que aquí lo estoy recibiendo. La accesibilidad con los profesores, el equilibrio entre el contenido práctico y el teórico y la novedad, que para mí es un incentivo, son razones por las que este año está siendo estimulante y beneficioso para mí a partes iguales académicamente hablando.
Sin embargo, este curso no estaría siendo tan importante sin otro sentido más allá del ya mencionado académico. Vivir en otro país requiere de una apertura maravillosa, si uno quiere empaparse de la realidad del mismo. Yo quise ir desde un inicio con esa mentalidad, con la intención de ampliar así mi empatía y enriquecer mi cosmovisión, además de hablar inglés lo máximo posible, al menos en el ambiente universitario (y quizás un poco de polaco). Estoy totalmente agradecida, porque aunque realmente vine con pocas expectativas, sólo para dejarme sorprender, ha superado, y está superando cualquier posibilidad que hubiera podido venirme a la mente.
Otro de los temas que merece la pena abordar es, por supuesto, el de las relaciones que se forman durante el Erasmus. Para mí suele ser sencillo hablar con la gente, pero aquí en un primer momento puede resultar desesperante, incluso un poco vacío, superficial, a veces hace aflorar la inseguridad, el estímulo es constante, al ser todo (todo) nuevo. Pero hay que seguir una intuición hacia lo Bello, y es que dando su tiempo se fraguan amistades muy profundas en muy poco tiempo, por las circunstancias. En concreto, es una oportunidad para conocer a gente internacional, cosa que en mi caso se ha hecho una realidad, y enriquece aún más la experiencia. Puedo afirmar con enorme alegría, que tanto de las personas que se quedarán todo el año como yo, como de los que ahora se van, ya que sólo estarán un cuatrimestre, me llevo gente muy especial, que está haciendo de mi Erasmus el mejor que podría haber resultado.
No puedo decir una cosa diferente a que recomiendo con creces a cualquier persona apostar por esto. A veces se hace un poco difícil, pero remueve por dentro, y la realidad está hecha de tal manera que, al menos para mí, algo que mueve es algo que merece la pena probar, y vivir con consciencia. Personalmente, me apasiona por diversas razones salir de mi zona de confort, y no podría haber tomado una decisión mejor que venir. He aquí mi alegato y experiencia personal en lo relativo a este año vertiginoso y a la vez reconfortante y precioso.
El pasado martes 3 de diciembre, los elus de Barcelona tuvimos nuestro primer encuentro aprovechando la visita de nuestra mentora María a la ciudad. Escogimos como actividad principal de nuestra reunión la exposición Sorolla: Una Nueva Dimensión, una experiencia inmersiva que conmemoraba el centenario del fallecimiento del pintor valenciano.
Comenzamos la actividad repasando brevemente la trayectoria del artista, y para ello cada uno de nosotros compartió su obra favorita de su colección. A través de las historias y los colores de cada cuadro, conocimos a fondo su estilo, así como la esencia mediterránea y española que compone cada uno de sus lienzos. Su trazo libre pero delicado, y su capacidad única para capturar la luz fueron sin duda lo que más nos sorprendió.
La exposición, ubicada en la emblemática Casa Amatller, uno de los edificios modernistas más destacados de Barcelona, nos ofreció una experiencia inolvidable. Rodeados por sus obras y detalles biográficos poco conocidos, nos adentramos en el universo de Sorolla, y el recorrido finalizó con una simulación con gafas de realidad virtual que nos dejó boquiabiertos.
Para cerrar el día, cenamos todos juntos en los alrededores del Paseo de Gracia, momento que aprovechamos para conocernos mejor, dar la bienvenida a los nuevos ELU y compartir impresiones sobre el primer fin de semana. Fue un encuentro muy enriquecedor y divertido, que nos dejó con ganas de más a todos nosotros.
No hay nada más plúmbeo que estudiar Derecho. Tan solo pronunciarlo me genera profunda desgana. Es esta una carrera de horizontes cerrados, un universo de rigidez; un espejo de la realidad tal como es, no como quisiéramos que fuese. En última instancia, este enfoque puede desembocar en la adopción de una perspectiva positivista de la realidad; y ésta termina por perder su chispa, su sabor, su salseo. Pero hay veces en las que estos profesionales de toga y peluca han dejado boquiabierta a la recia y austera comunidad de juristas y al mundo entero. Hoy, que imagino que las pilas estarán descargadas, no nos pondremos técnicos. Hoy hablaremos de poesía y de justicia (que no son antónimos, lo aseguro); de cuando no juzgó la ley sino la metáfora. Hoy hablaremos de las sentencias más bellas de la historia del derecho.
Ha habido magistrados cuyos veredictos, tan poéticos como justos, han perdurado más por el ingenio que por el contenido. A tal efecto, os he ordenado las que a mi parecer suponen las tres sentencias más nobles en forma y en fondo de la historia.
Empecemos pues por el Reino Unido. He seleccionado esta sentencia porque demuestra hasta qué punto difiere nuestro modo de ver el derecho del suyo; y quién dice derecho, claro está, dice la vida. Los absurdamente educados bebedores de té, lo sabemos todos, respiran escepticismo. En palabras más banales, ni de su sombra se fían. Debido a esto, su modo de redactar y aplicar contratos se caracteriza por el rigor y por un férreo literalismo. Dicho de otro modo, se aplica lo que dice el contrato; nada más, nada menos. En estas, Shylock, un prestamista, exige una libra de carne como garantía de un préstamo. En el juicio, el juez dicta que puede tomar la carne, pero a condición de que no derrame ni una gota de sangre, ya que la sangre no estaba estipulada en el contrato. Voilá. Que viva la confianza.
De los tribunales británicos saltamos a un escenario bíblico. Este es, quizás, el caso más famoso de todos. Es esta una sentencia bíblica. Una sentencia de amor. Un cierto día, el rey Salomón recibe a dos mujeres que declaran ser madres del mismo hijo, disputándoselo como quién juega a la soga. No siendo estas pareja, significaba que una decía la verdad y la otra mentía. Salomón, entonces, agarró su mandoble, lo alzó al cielo, y se dispuso a duplicar el bebé por mitosis. Pero en menos de lo que canta un gallo, una de las mujeres se le abalanzó encima, rogándole que no lo matara, sino que se lo diera a la otra. El sabio rey lo vio entonces claro: que la verdadera madre era aquella dispuesta a sacrificar su gozo por la vida de su pequeño. Esto, señores, es el culmen de la sabiduría; el culmen de la naturaleza humana.
La última, y personalmente mi favorita, se la debemos a un santo y abogado (que, de nuevo, tampoco tienen por qué ser antónimos). En la Francia del siglo XIII, un mendigo se acercó a la ventana de la casa de un rico para oler lo que preparaban en la cocina. El ricachón, entonces, descubrió al vagabundo curioso y hambriento y, sin mediar palabra, lo denunció ante el juez por oler su comida. San Ivo, que tenía fama de justo, escuchó a las partes y dictó su veredicto. Entonces, en un gesto teatral, pidió al mendigo que dejara caer su única moneda sobre el estrado, la única que poseía. El rico, complacido, prestó oído al sonido del metal al caer sobre la madera. Entonces, el juez, con una leve sonrisa, sentenció:
– Si he juzgado justo que este hombre pague por el aroma de tu comida, tú también te contentarás con el sonido de su moneda.
Y, ante la mirada incrédula del comerciante, devolvió la moneda al pobre.
Estas son, queridos lectores, algunos de los destellos inconstantes de genialidad que se presentan en la carrera jurídica. Hoy los sigue habiendo, no me malinterpretéis, pero está eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y ya quisiera yo ver a Calatayud resolver un litigio con una semejante sensibilidad. O, al menos, con un semejante ingenio. En esta disciplina de tediosos tecnicismos encuentro consuelo en el afán de unos poco de trascender lo rigorista. Porque a veces la ocasión requiere frialdad, pero en el resto, ¿qué nos impide divertirnos un poco? ¿Qué nos impide, acaso, hacer de la vida —y del derecho— un arte? Y quién sabe, quizás algún día volvamos a ver a un jurista con la audacia y la sensibilidad de un Salomón o un San Ivo. Hasta entonces, nos queda el recuerdo de aquellos que supieron decidir como humanos y no como autómatas. Aquellos que, con la justa finura, rascaron la superficie del derecho y se atrevieron a desafiar lo prosaico.
Soy Carmen Rojo, de 3º de la ELU y del doble grado de Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Granada y este año estoy teniendo la gran suerte de vivir en Roma.
Cuando llegó el momento de solicitar el Erasmus ni me lo pensé. Era una experiencia que no me podía perder. En mi caso, elegí Roma porque era un destino que reunía muchas de las cosas que buscaba: buen clima y mejor gastronomía, un extraordinario patrimonio histórico y cultural, la posibilidad de aprender un nuevo idioma y mucho ambiente estudiantil. Hoy, al mirar atrás, me doy cuenta de que acerté con mi elección de destino ya que Roma no solo ha superado mis expectativas con creces, sino que era lo que necesitaba en este momento de mi vida.
Ahora, aunque tenía muy claro que quería irme, al principio, no todo fue fácil. Roma es una ciudad impresionante, pero ante todo, caótica, que para una persona como yo, acostumbrada a vivir en una ciudad pequeña impone de primeras. Esto, unido a la incertidumbre y la lejanía de mi familia y amigos me hizo vivir algún que otro momento de vértigo los primeros días. Pero, como dice una buena amiga mía del erasmus: ”todo cae por su propio peso”, y así fue. A las pocas semanas, todo se fue ordenando, comencé a conocer a muchos de mis actuales amigos aquí e incluso me acostumbré a cruzar los pasos de cebra con actitud (porque en Roma es ver a un peatón y los coches aceleran). De un momento a otro, aquella sensación había desaparecido y no me veía en otro sitio que no fuera aquí.
Por otro lado, uno de los factores que más ha marcado mi experiencia ha sido decidir dónde iba a vivir. Y es que, pese a que la mayoría de erasmus españoles optan por vivir en piso, yo en cambio, me decanté por una residencia a apenas cinco minutos andando del Vaticano. Gracias a esto, estoy pudiendo disfrutar de una experiencia más internacional, ya que convivo principalmente con italianos, lo que me está ayudando a sumergirme en su cultura y a aprender el idioma. Por supuesto, esto no ha sido un obstáculo para conocer a otros españoles (porque, como bien sabéis, en Italia estamos por todas partes), quienes, en pocos meses, se han convertido en piezas fundamentales de mi vida aquí, en mi segunda familia.
Como decía, esta ciudad rompe con tus esquemas y te enseña a vivir en el presente, porque aunque siempre sabes cómo va a comenzar el día, nunca sabes cómo va a acabar. Roma te despierta y te devuelve la atención y el asombro envolviéndote en sus calles y en su belleza descomunal. Te permite disfrutar de algunos de los monumentos más emblemáticos como el Coliseo, pero también de lo sencillo como un café en tu cafetería de confianza o un buen atardecer.
Pero, sobre todo, Roma me está permitiendo encontrarme y encontrar a gente auténtica, llena de inquietudes, con las que puedo reafirmar, una vez más, que la vida tiene mucho más “de con quién qué, de dónde”. Me sobrecoge pensar en todos los gestos de cariño que he recibido y sigo recibiendo de esta ciudad y su gente. Esto me recuerda lo esencial que es conocer genuinamente al otro, ponernos en juego y hacer saber a la gente que estamos a su lado a través de las palabras y las acciones. Me doy cuenta, de lo importante que es trabajar las relaciones y tener paciencia. Que lo bueno tarda en llegar y construirse pero, siempre acaba llegando.
Sin embargo, sé que aún me queda mucho por vivir, ya que al fin y al cabo, esto no ha hecho más que empezar. Y es que, no es casual que Roma se conozca como la ciudad eterna, ya que siempre hay algo nuevo que te espera y cada día se convierte en una oportunidad.
Por último, me gustaría acabar con algo que el Erasmus ha despertado en mí, la necesidad de amar, con todo lo que ello implica. El miedo es normal cuando nos enfrentamos a lo desconocido, así como las dificultades y el caos sobrecogen. Pero eso no lo hace menos valioso, porque cuando eres capaz de ver la belleza y el valor detrás de ello (ya sea en tus amistades, tu experiencia erasmus etc.), descubres que merece la pena querer con todo, abrazando la realidad en su totalidad. Es decir, tan valiosos son los momentos en los que estaba alegre, viajando o conociendo a gente, como aquellos en los que tenía dudas, echaba de menos o tenía que enfrentarme a situaciones nuevas. Porque todos ellos forman parte del proceso y todos ellos conforman una vida que me está permitiendo crecer y ser feliz.
Con esto, os animo a todos los que estéis pensando en vivir una experiencia así a que deis el paso.
Todos los lunes por la tarde tengo la suerte de ayudar a Javi, un abogado que decidió que quería dedicar sus tardes a ofrecer asesoramiento jurídico gratuito a refugiados e inmigrantes. Sentados en el despacho, cada día conocemos una cara nueva con historias que contar, muchas veces muy difíciles de asimilar: están Alice y Kenny que han huido de la persecución religiosa y quieren residir legalmente en España, Marumbi que está a punto de ser desahuciada y tiene un niño de 2 años, Annette que ha estudiado un máster de finanzas y no encuentra trabajo por ser extranjera…
¿Y qué tienen en común todos ellos? Que sus vidas a día de hoy se rigen por el régimen de extranjería, que responde a preguntas fundamentales como: ¿Bajo qué condiciones puede una persona extranjera vivir y trabajar en España? ¿Qué derechos y obligaciones tiene? Hoy en Ratio Legis os traemos unas breves pinceladas divulgativas sobre este tema.
Primero, tenemos que diferenciar entre los trabajadores que poseen la nacionalidad de un país miembro de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo (ej. un español) de aquellos que no la tienen (ej. un senegalés). A los primeros, el artículo 45 del Tratado de Funcionamiento de la UE les reconoce el derecho a la libre circulación, es decir a poder vivir y trabajar en cualquier país de la UE independientemente de su nacionalidad.
En cambio, los segundos se rigen por un régimen más estricto. Concretamente, el Reglamento de la LO 4/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, divide dichos permisos de residencia en función de aquello que los justifica, que es, a grandes rasgos:
Por trabajo: puede ser por cuenta propia (para trabajar como autónomo o crear un negocio propio) y por cuenta ajena (la autorización es solicitada por el empresario que quiere contratar al extranjero).
Por reagrupación familiar: se concede a las personas que tengan familiares residentes en España (cónyuges, hijos menores de 18, ascendientes a su cargo, etc.).
Por estudios: se concede a las personas que vienen a España a cursar estudios superiores, realizar investigaciones o participar en programas de formación.
Por circunstancias excepcionales: este permiso, a diferencia de los anteriores, busca regularizar la situación de personas que llevan 2 años en España sin autorización administrativa (¡ojo! No tener permiso de residencia no es un delito, es una infracción administrativa que nunca puede implicar una pena de cárcel). Ante esta situación, por motivos humanitarios y socioeconómicos, el Estado concede la residencia a aquellas personas que han desarrollado una conexión con el país o que se enfrentan a situaciones excepcionales, siempre que carezcan de antecedentes penales y que no representen una amenaza para el orden público. Concretamente, lo hace principalmente a través de 4 tipos de arraigo, recientemente reformados:
Arraigo social: para quienes han demostrado estar integrados socialmente —por tener vínculos familiares con otros residentes o por existir informe favorable de la Comunidad Autónoma correspondiente—. Arraigo sociolaboral: para quienes tienen un contrato de trabajo que garantice al menos el salario mínimo interprofesional. Arraigo familiar: para quienes tienen un vínculo con un ciudadano español. Es el único arraigo que no exige una residencia mínima de 2 años. Arraigo socioformativo: para quienes quieren matricularse en un curso de formación reglada o técnica en España
Otra circunstancia excepcional ajena al arraigo es la protección internacional, que incluye el derecho de asilo y otras formas de protección subsidiaria para aquellas personas que huyen de situaciones de persecución religiosa, política, de género, así como de conflictos armados o violaciones grandes de derechos humanos. Cuando se acepta su solicitud, en ningún caso pueden ser expulsados de España.
Tras esta breve exposición jurídica, no podemos perder de vista lo esencial: lo humano. Cuando Javi, el abogado con el que trabajo, recibe a una persona y le asesora, siempre intenta que se sienta lo más cómoda posible. No resulta fácil descifrar quién es la persona que tienes delante y cuál es su historia: puede tratarse de una madre en dificultades, de un hijo abandonado, o de una víctima de trata. De lo que no cabe duda es que una vez que descubres lo que necesita, cada permiso concedido abre las puertas a una nueva realidad, a nuevas oportunidades.
El miércoles 27 de noviembre tuvimos encuentro de Beers & Books. ¿La lectura que nos reunió? La obra de teatro A puerta cerrada de Sartre, recomendada por nuestra querida Laura Llamas, a quien tuvimos el placer de tener entre nosotros. Muchas caras conocidas y algunos compañeros de 1° que con mucha ilusión se animaron a su primer B & B.
Sartre escribe esta obra en 1944, en plena II Guerra Mundial con lo que ello implica en el pensamiento de este polémico autor existencialista. ¿Me define más lo que hago que lo que soy en esencia? Sartre habría dicho que sí.
A puerta cerrada se desarrolla en una habitación. Sartre encierra a tres desconocidos y entre esas cuatro paredes se pronuncia la mítica frase “El infierno son los otros”. No tienen tortura física, y, sin embargo, están en el infierno. “El verdugo es cada uno de nosotros para los demás”. Nosotros llegamos a la conclusión de que no puedo vivir sin el otro, a pesar de que esto me haga vulnerable, a pesar de que esto me pueda hacer daño. “En el otro está lo bueno y lo malo de nosotros mismos”, dijo uno de nosotros, ¿qué opináis?
En la obra las miradas y los espejos son clave. La obsesión de los ojos abiertos y las miradas fijas unos en otros, se repite sin cesar: “todos tenían los ojos clavados en mí”, “cuando no me veo, me pregunto si existo de verdad”, “no puedo amarte mientras tengan los ojos puestos en mí”… Parece que necesitamos que el otro nos vea para “ser”.
“Yo sí soy mala, necesito el sufrimiento de los demás para existir. Soy como una antorcha; una antorcha en los corazones, en cuanto estoy sola me apago”. Las palabras del personaje de Inés nos trasladaron al fin de semana ELU. “Necesito tener un enemigo”. Entrar en diálogo tiene efecto sanador, pero ¿cómo lograrlo?
Otra de las grandes preguntas que surgió entre nosotros: ¿y si el infierno soy yo para los otros? ¿Qué hacer?
Afortunadamente, no podemos olvidar que A puerta cerrada no muestra la otra cara de la moneda, como nos dijo Enrique. No hay nada más grande que una relación verdadera con el otro. Ese otro que me ama con todo: con lo bueno, con lo malo, con lo que ni yo acojo de mí mismo. “Soy cuando soy con otros”. Yo no soy sin el otro, y esto nos hace vulnerables, sí, pero también humanos, y eso es maravilloso.
El encuentro finalizó minutos antes de que el partido de la Champions Liverpool – Madrid se debutase. ¿Con qué equipo creéis que habría ido Sartre?
Laura Llamas concluyó con otra recomendación de cara al II FindElu: La dama del alba, de Alejandro Casona. Apuntado queda, mientras tanto, que los libros nos sigan juntando !!
“Ninguno de nosotros puede salvarse solo; tenemos que perder juntos o salir juntos del apuro. Elija”. Jean-Paul Sartre.
Desde que aconteció la catástrofe meteorológica en la Comunidad Valenciana, son muchas las preguntas que se plantean en los medios de comunicación y RRSS acerca de la gestión de la situación, lo que conlleva, en ocasiones, bulos y fake news causados, principalmente, por el desconocimiento del Derecho. Hoy en Ratio Legis, trataré de aclarar de manera sencilla qué opciones legales ostentan los gobiernos (nacional y autonómico) y qué consecuencias derivarían de cada uno de ellos.
No podría empezar por otra ley que no fuese nuestra querida Constitución, norma suprema del Ordenamiento Jurídico, ley de leyes. En su artículo 116 se regulan los tres estados de emergencia (alarma, excepción y sitio). Como mi intención es ser breve y concisa, abordaré, únicamente, el estado de alarma, pues es el aplicable a la cuestión que nos ocupa.
¿Qué es el estado de alarma?
El estado de alarma (art. 116.2 CE) es una vía declarada por el Gobierno mediante Real Decreto (RD)* acordado en el Consejo de Ministros (Ministros, Vicepresidente y Presidente). Este RD tiene un plazo máximo de quince días, por lo que, pasados estos, el Congreso (todos los partidos que tengan representación política en él, no solo los dos partidos gobernantes) deberá decidir, o no, prorrogarlo el tiempo necesario.
¿Cuándo se emplea?
Este precepto se podrá declarar en los casos recogidos en el art.4 LO 4/1981: catástrofes, desgracias y calamidades públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios, crisis sanitarias; que no puedan ser resultas por la Autoridad con el empleo de medios ordinarios (art. 1 LO 4/81). Se podrá decretar en todo o parte del territorio nacional (como sería en este caso, una única C.A).
¿Qué consecuencias tiene?
Según el art. 9 LO 4/1981, con la declaración del estado de alarma todas las Autoridades civiles de la Administración Pública del territorio afectado, la policía, los demás funcionarios y trabajadores de la C.Aquedarán bajo las órdenes directas de la Autoridad competente (del Presidente nacional o autonómico). No obstante, cuando la Autoridad competente sea el Presidente de una C.A, se podrá requerir la colaboración de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (Policía, Policía Forestal y Guardia Civil, entre otros. El ejército, que es competencia del Estado por el art. 149.1.4 CE no conforma este gremio), que actuarán bajo la dirección de sus superiores.
¿Puede suspenderse derechos?
No. Pueden aplicarse medidas limitadoras de los mismos, pero no la suspensión total. Esta cuestión se manifiesta en el art. 9 de la mencionada ley y, entre las medidas, destacan: la limitación de la libertad de circulación en ciertos lugares – así como la permanencia en los mismos (ejemplo: el confinamiento permanente en nuestros hogares durante el Covid – 19) – pero durante horas, no todo el tiempo; la ocupación provisional de industrias; la aplicación del raciocinio de bienes, entre otras.
¿Puede decretarlo, en este caso, el Presidente de la Comunidad Valenciana?
Como ya se ha explicado, solo puede decretarlo el Gobierno por RD (el Congreso gestiona la prórroga). No obstante, el Presidente autonómico puede ser delegado por parte del Gobierno para, dentro de unos límites, aplicarlo, pero jamás delegarlo o finalizarlo.
¿En qué se diferencia con la famosa “situación de emergencia catastrófica”?
Su régimen jurídico es prácticamente idéntico al del estado de alarma, con la excepción en lo relativo a su declaración, pues es el Presidente de la Generalitat a quien le compete por el art.12.2.4 de la Ley 13/2010, de 23 de noviembre, de Protección Civil y Gestión de Emergencias de la Comunidad Valenciana (cada C.A tiene la suya propia, sin perjuicio de la LO 4/1981). Será esta la casuística en la que todas las actividades de la emergencia pasarán a ser depender de él.
¿Cuántos niveles de emergencia hay?
Esta cuestión es bien diferente, puesto que aparece regulada en el PLEGEM (Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil). Este es aprobado por Acuerdo del Consejo de ministros, a propuesta de la persona titular del Ministerio del Interior, previo informe del Consejo Nacional de Protección Civil.
Por consiguiente, existen 4 niveles;
Situación operativa 1: declarada por la Dirección General de Protección Civil cuando la o las emergencias puedan controlarse mediante el empleo de los medios y recursos ordinarios disponibles en la C.A o con apoyos puntuales de otra C.A sin necesidad de una coordinación específica por los órganos centrales del Sistema Nacional de Protección Civil.
Situación operativa 2: declarada por el Ministerio del Interior cuando la o las emergencias no puedan controlarse con los medios ordinarios propios de la o las CC.AA afectadas y sea necesaria la aportación de recursos por parte del Estado o de otras CC.AA.
Situación operativa 3: se activará con la declaración de interés nacional de una emergencia (esto es, lo que denomina en derecho, concepto jurídico indeterminado, pues no puede deducirse con absoluta seguridad cuándo existe o no el mencionado interés, pues radica la arbitrariedad). En este caso, el Ministro del Interior encomendará al Jefe de la UME la dirección de la situación de emergencia.
Situación operativa E: se declarará por el Ministro del Interior por Real Decreto*.
*El Real Decreto es un reglamento, es decir, una norma aprobada por el Consejo de Ministros. Está subordinado a la ley, pues, al contrario que esta, no expresa la voluntad popular al no ser aprobado por las Cortes Generales (Congreso y Senado), que representan a todos los grupos políticos, sino por el Gobierno que, en la actualidad, representa a dos partidos. No obstante, el RD que regula los estados de emergencia no es exactamente igual al RD convencional (el empleado para regular, por ejemplo, los criterios de las grandes superficies, el Bono Cultural, etc.)
El pasado miércoles 30 de octubre tuvo lugar uno de los muy queridos y aclamados encuentros de “Filosofía de Bar”, iniciativa promovida por Luis Muñoz, de 3º de la ELU, y Alejandro Aragón, de 4º de la ELU, que lleva ya más de un año en activo y cuya popularidad no decae. En este caso, tuvimos el placer de contar con la compañía y guía de Carola Díaz de Lope-Díaz, directora de la ELU, arquitecta y doctora en humanidades por la UFV, para darnos rumbo en el desarrollo del tema propuesto: “El arte, la belleza y el sentido.”
La conversación comenzó como siempre, con una breve introducción del profesor. En este caso, Carola sentó unas bases sobre las definiciones más generales del arte y su variación durante la historia, proponiendo referencias bibliográficas donde podíamos investigar sobre el tema, como “La Historia del Arte” de Gombrich. Asimismo, pudimos empezar a entender las relaciones y diferencias entre el arte, el ser, la verdad, la belleza, el artista y el sujeto. Finalmente, la introducción terminó relacionando todo esto con nosotros y la actualidad, analizando como ve el arte nuestra sociedad, nuestro rol como espectadores y contempladores y el llamamiento a entrenar nuestro gusto y mirada para aprender a distinguir realmente entre qué es arte y qué es solo un producto consecuencia del mercado actual.
Con esto, se dio apertura al turno de cuestiones y diálogo, donde cada uno planteó sus más interesantes dudas y opiniones sobre el tema y pudimos enriquecernos unos a otros con diferentes puntos de vista y dudas sobre qué deberíamos considerar arte y de qué manera deberíamos disfrutar de ello. En un tema como este, es común caer en cierto escepticismo, pues muchas obras envueltas en la narrativa adecuada pueden pasar por el filtro de arte de calidad sin llegar a serlo realmente, pues el factor relación entre la obra, el artista y el espectador conlleva consigo mismo una gran cantidad de subjetividad. Tanto es así, que llegó a surgir la duda de si realmente es necesario establecer un baremo objetivo que nos permita separar lo que es arte de lo que no. No obstante, es bonito el proceso en el que juntamos todos nuestra manera de verlo y, dentro de la subjetividad de cada uno, poco a poco podemos ir creando un criterio más unificado mediante el descarte de lo que sabemos que no es arte, y Carola fue una pieza clave en ayudarnos en este camino. Así, pudimos empezar a sacar conclusiones concretas que nos iban enfocando y orientando a mirar de otra manera el supuesto arte que consumimos diariamente, llevándonos a empezar a descartar aquello que carece de verdad y sentido e incluso a ampliar nuestra perspectiva para comprender en nuestro análisis de una obra más aspectos que dicha obra, como su contexto y el del artista y su relación con el nuestro, su destreza técnica o el mensaje o las emociones que realmente están volcadas sobre la obra final.
A título personal, disfruté enormemente de la sesión como siempre, pues soy un fiel seguidor de la iniciativa propuesta por Luis y Alejandro, pero esta en concreto consiguió tocarme de lleno. Todos los temas que hemos hablado en FDB me han parecido de gran interés y los he disfrutado como un niño, pero esta sesión y este tema permitían que pudiera trasladar lo hablado a mi vida al momento, mientras que con otros temas debo madurar las conclusiones en frío. Aquí, cada comentario de Carola o de mis compañeros iba directo a mi corazón y, por cada respuesta me surgían otras muchas preguntas que me ayudaron a valorar mi criterio artístico y ponerlo a prueba en aquellos aspectos en los que todavía flaquea.
Concluyendo, todos disfrutamos de esas casi tres horas de charla que se sintieron como una sola, pues la manera en la que el tema fue enfocado permitía que todos nos sintiéramos en parte identificados y provocados y, así, plantearnos nuestra postura e interés hacia el arte actualmente.
Tras unos días siendo testigos, con tristeza y dolor, de lo que está sucediendo en las zonas afectadas por la DANA queríamos escribir unas líneas que nos ayudasen a reflexionar juntos.
Las imágenes que llegan al resto de España son desoladoras y la realidad nos consta que es peor aún. ¿Qué queda después de algo así? ¿Cómo manejo la mezcla de sensaciones que tengo? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo ayudo? Son preguntas que todos tenemos en nuestra cabeza y sobre todo en nuestro corazón, que intenta ponerse en el lugar de las personas que lo han perdido todo y que siente impotencia por lo grande que es el problema y lo pequeños que somos nosotros ante él. Pero es en esa pequeñez donde seguimos teniendo algo que decir y que también nos dice algo a nosotros.
Todos compartimos la sensación de querer dejarlo todo y hacernos presentes ayudando a limpiar, repartir alimentos y ropa o acompañar y escuchar a aquellos que necesitan hablar con alguien. Algunos podrán hacerlo, pero otros no. ¿Cómo es que en esa pequeñez todos compartamos el querer estar allí? ¿Puede esto decirnos algo del corazón humano, de los grandes deseos que tiene y de lo pequeña que es a veces la realidad para poder satisfacerlos? ¿Y entonces? ¿No hago nada? ¿Qué hago?
Puede ser que una clave para intentar dar respuesta a tanta pregunta sea mirar al otro, al que se ha quedado sin nada, al que va a necesitar mucho tiempo y dinero para que su vida vuelva a ser lo que era, al que ha perdido un familiar, un amigo, un vecino, o al que ha vivido algo que le va a costar olvidar. Mirarles a ellos – y no tanto a nosotros mismos- y lo que necesitan y si hay algo en lo que creo que puedo ayudar, hacerlo. Cada uno desde el sitio en el que estamos, en lo que nos toca y responsabilizarnos de ello.
¿Cómo es posible que se junten en el horror momentos de belleza y humanidad? ¿Puede ser que esos pequeños e incluso diminutos momentos de belleza sean lo que pueda dar esperanza a aquellos que la han perdido?
El ser humano, aparentemente débil frente a la fuerza de la naturaleza –aunque a menudo, en nuestro tiempo, se haya creído que puede someterlo todo a su medida y orden— es sin embargo capaz de sacar lo mejor de sí mismo en momentos de destrucción y desolación.
Y es que el ser humano se aferra a la belleza para poder vislumbrar en ella la esperanza de un futuro. Ojalá cada uno seamos desde donde nos toque y elijamos estar una ventana a la esperanza que hoy, allí, es muy necesaria.
Hola a todos!!! El pasado viernes 25 de octubre tuvimos un encuentro en Beers & Books.
“El ruiseñor y la rosa” fue la breve, pero intensa obra de Oscar Wilde que nos tuvo ocupados durante horas entre cervezas y buena compañía. Este escritor, poeta y dramaturgo irlandés es conocido por su agudo ingenio y su estilo estético, promoviendo el arte por el arte, sin necesidad de fines morales o utilitarios. Seguro que conocéis su famosa obra “El retrato de Dorian Gray”. Pues bien, en “El ruiseñor y la rosa” Wilde juega con la ironía y critica directamente a las concepciones superficiales del amor y a la incapacidad humana para reconocer la grandeza en actos desinteresados. Nada mal…
“El ruiseñor y la rosa” nos habla de amor, sacrificio, belleza, superficialidad… La RAE define el amor como “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Nosotros nos estuvimos preguntando acerca de ello. Entrega, vínculo, compromiso… Hablamos de un amor que no te atonta, sino que te descentra, haciéndote quitarte del foco para poner a la otra persona; de un amor de amigo (del latín amiantus, que viene de amiantos sin mancha, incorruptible); de un amor inherente al ser humano, pero a veces desvirtuado en nuestra sociedad…
Surgieron muchas preguntas. ¿Es necesario conocer algo en su totalidad para poder amarlo? ¿Debemos sentirnos amados para poder amar? Discutimos que esto podría ser posible gracias al amor padres-hijos, una de las experiencias de disposición y sacrificio más gratuitas. Sin embargo, ¿qué pasa con los huérfanos? ¿Los que se sienten abandonados por la sociedad? Para nosotros creyentes, podemos intuir el Amor de Dios con mayúsculas. Mas somos un reflejo bastante imperfecto de dicho amor. ¡Qué importante es ser conscientes de nuestra limitación y escribir historias reales! La realidad de las relaciones es imperfecta. Es más, quizás el amor humano también lo es. Quizás justamente eso sea el amor. Aprender a amar lo imperfecto, las luces y las sombras, poder bajar la guardia. Saber que hay quien conoce tus tormentas y se queda a afrontarlas contigo. El amor no es un espejo donde mirarse, es un mirar al otro y descubrirlo como alguien a quien quieres.
Por supuesto, no faltaron risas, anécdotas y muchos temas que quedaron en el tintero. Os dejamos un fragmento de la obra para que os animéis a leerla. Merece la pena.
Nos vemos pronto en Beers & Books!!!!
“Alégrate -gritó el Ruiseñor-. Alégrate, pues tendrás tu rosa roja. La fabricaré con música a la luz de la luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Cuanto te pido a cambio es que seas un enamorado sincero, pues el Amor es más sabio que la Filosofía, aunque ésta es sabia, y más poderoso que el Poder, aunque éste sea poderoso. Del color de las llamas son sus alas y del color de las llamas es su cuerpo. Sus labios son dulces como la miel, y su aliento es como incienso. Desde el césped, el Estudiante alzó la vista y escuchó, pero no pudo entender lo que el Ruiseñor decía, porque sólo dominaba las cosas que están escritas en los libros”.
¡Hola a todos! Soy Rodrigo Pérez Díez, de 4º de la ELU y estudiante del doble grado en Estudios Internacionales y Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid. Durante el segundo cuatrimestre del curso pasado tuve la suerte de experimentar qué es el Erasmus en Maastricht, una preciosa ciudad al sur de los Países Bajos. Es posible que este lugar no os suene a muchas de las personas que estáis leyendo este blog, pero Maastricht es la capital de Limburgo, la región más al sur del país. Esta encantadora localidad se erige sobre el río Maas y ha sido protagonista en el proceso de integración europea, pues aquí es donde se firmó el famoso Tratado de Maastricht.
Irme de Erasmus siempre ocupó un apartado esencial en mi lista de pendientes, aunque hace unos años concebía esta experiencia como inalcanzable. ¡Quién lo diría! Cuando me adjudicaron la plaza, sentí como si ya supiera todo lo que quería vivir y lo que quería que me sucediera, pero no contaba con que este tipo de vivencias siempre tienen algo guardado con lo que sorprenderte…
Si una cosa tenía clara es que quería vivir mi propio Erasmus, es decir, tenía que construirlo a mi medida, y no dejarme influenciar por lo que otros estaban haciendo o iban a hacer, sino por lo que yo quería que me pasase. Fue un acierto afrontarlo desde esta perspectiva, y siempre que amigos que están a punto de irse me preguntan por un consejo respondo lo mismo: vive tu propio Erasmus.
Cuando llegó el tan esperado día, incluso cuando se acercaba la fecha, pensaba que no tenía que irme, que en realidad no era tan buena idea, a pesar de que llevaba meses deseándolo. Al ser de Madrid y, por tanto, estudiar allí, nunca había salido a estudiar fuera, lo cual me producía una mezcla de sensaciones un tanto extrañas. No obstante, ya no había marcha atrás. Era momento de dar un paso al frente, de armarme de valor y confiar en que sería una experiencia transformadora. Hoy puedo decir que menos mal que lo hice. Desde su inicio, la aventura fue de lo más intensa, y es que un vuelo, tres trenes y un autobús fueron suficientes para llegar a mi destino. Sea como fuere ya me encontraba en lo que sería mi casa durante medio año y sentía una amalgama de emociones: alegría, alivio, entusiasmo, o inquietud entre ellas.
En mi caso, anticipé mi llegada unos días antes del inicio del curso, pero para mi sorpresa, debido al Carnaval, las clases no empezaban hasta casi un mes después. Aproveché, entonces, esas semanas para hacerme a la ciudad, conocer gente, organizarme y tenerlo todo preparado para mi comienzo en la Universidad de Maastricht. En este tiempo —en realidad durante todo el Erasmus— tuve momentos muy especiales conmigo mismo. Descubrí la ciudad yo solo, maravillándome a cada paso de lo que me rodeaba: el río, el mercado, la plaza, el puente antiguo, los parques, las iglesias… Sinceramente, este fue uno de los retos que me propuse conseguir durante esos meses, esto es, disfrutar de momentos conmigo mismo y ser consciente del valor de mi propia compañía. Caminar solo y protagonizar de este modo el asombro que se da en el conocimiento de un nuevo lugar es una sensación inefable y de gran valor.
Si bien es cierto que los dos primeros días opté por esta opción “bohemia”, pronto comencé a juntarme con muchísima gente de muy diversas partes del mundo –brasileños, italianos, alemanes, franceses…– y de España. Cada una de estas personas fue especial, y con ellas no solo compartí un destino de intercambio, sino también intrigas, sueños, conversaciones profundas y mucha diversión. Puede sonar a cliché, pero el Erasmus, como tantas cosas en la vida, son las personas. Con gente buena y que te hace vibrar te animas a descubrir lugares nuevos, y sientes unas emociones y creas unas conexiones tan sumamente fuertes y bonitas que jamás se borrarán de la memoria; por lo menos de la mía.
Así, cuando antes hablaba de “construirme mi propia experiencia Erasmus”, me refería a encontrar un equilibrio entre todas las áreas que son importantes en mi vida, sin descuidar mi apertura y disposición a aprender y experimentar cosas nuevas para mí. Por este motivo, y trayendo a colación nuestro tan conocido lema en la ELU, “solo tú pero no tu solo” se convirtió en una de mis máximas durante esos meses y además la puse en práctica como nunca antes.
En la búsqueda de ese equilibrio personal, entremezclando la universidad, mis hábitos, las nuevas amistades, y mis proyectos, se encontraba el viajar. Aunque no tuve mucho tiempo para ello dado que las clases eran obligatorias y mi estancia limitada, creo que sí lo aproveché bien. Bruselas, Luxemburgo, Praga, Selva Negra, Aquisgrán, y varias ciudades de Holanda, como Utrecht y Amsterdam, acogieron mi fascinación al descubrir estos nuevos lugares. De hecho, me atrevería a decir que más allá de la cantidad de sitios, lo verdaderamente importante cuando los visité fueron las enseñanzas extraídas de esos viajes: tener cuidado con los radares alemanes; las ciudades (del norte de Europa) pierden encanto con el mal tiempo; FlixBus es un gran aliado (¡aunque implique un viaje de doce horas!); come comida local; los free tours funcionan bastante bien menos cuando estás cansado… En fin, poco os puedo decir que no sepáis, elus, porque somos todos unos viajeros natos.
En lo que respecta a la universidad, como ya os he contado, las clases eran obligatorias y eso condicionaba mi experiencia en muchos aspectos. Aún así, era consciente de lo afortunado que era de estar en otro país estudiando y, en consecuencia, absorbiendo todo cuanto era posible del sistema educativo holandés, lo cual era algo novedoso para mí. En la Facultad de Artes y Ciencias Sociales y en la Facultad de Económicas —que eran ambas donde se impartían mis clases— las dinámicas pedagógicas funcionaban como en España, es decir, había clases magistrales y clases prácticas. En los grupos más reducidos era donde residía el verdadero valor y el aprendizaje real, ya que se organizaban pequeños debates y discusiones para que entre todos construyamos un aprendizaje colectivo. Las magistrales, en cambio, representaban una mera contextualización de estas clases prácticas y, por este motivo, los estudiantes teníamos la responsabilidad de preparar el material complementario leyendo papers, manuales y libros. Es cierto que este sistema de Problem Based Learning tiene aspectos muy positivos y beneficiosos, pero cuando uno lo vive en sus propias carnes también se da cuenta de las fallas o las desventajas que presentan este tipo de sistemas.
Asimismo, el ambiente universitario era muy bueno. Concretamente, el entorno Erasmus era un auténtico sinsentido porque la ciudad estaba prácticamente dominada por estudiantes internacionales. Esto es debido a que la Universidad de Maastricht acoge a más de un cincuenta por ciento de estudiantes de fuera. ¿Cuál es el resultado? Una ciudad con una diversidad cultural y social espectacular, con oportunidades por doquier para conocer personas de distintos ambientes y orígenes, y una ciudad con mucha vida y movimiento.
Como curiosidad, permitidme contaros que si estáis pensando en estudiar en Países Bajos o viajar por puro disfrute allí, hablan inglés perfectamente. De hecho, dicen que es el país que mejor inglés habla sin ser esta su lengua oficial. Las cajeras de los supermercados o los camareros en los restaurantes te hablan de primeras en inglés (menos en un par de ocasiones en las que debieron verme de los suyos: rubio y con ojos azules).
Para los que os preguntáis si es caro vivir en Países Bajos el tema de la vivienda es un tema complejo. Digamos que hay un exceso de demanda y poca oferta, lo cual encarece los precios. En el caso de las residencias de estudiantes, hay algunas en las que hay que buscarse edredón, microondas, vajilla, sartenes… Ahora bien, lo que sí me chocó un poco —acostumbrado quizá a España— fue lo costoso que es ir a comer fuera o tomar algo en una terraza (cuando hacía buen tiempo, claro). Menos mal que no fue necesario, me refiero, a una cuestión de vida o muerte, ya que en lo tocante a habilidades culinarias tuve tiempo de perfeccionar mis técnicas en este campo, lo cual también disfruté bastante.
En cuanto al mal tiempo, que sé que alguno lo estará pensando, dejadme deciros que sí, que el clima no es como en España. Pero ya sabéis lo que dicen, ¿no?: al mal tiempo buena cara. Personalmente, tenía muy claro que un poco de lluvia no arruinaría mis días, aunque sí me haría algo incómodo y difícil pedalear en la bicicleta de segunda mano con frenos defectuosos que compré a un vietnamita y luego vendí a un portugués. El tema de la bicicleta era una de las cosas que más ilusión me hacía, y aunque seguí manteniendo las horas peninsulares de comidas, he de reconocer en este sentido que me apetecía sentirme local o, al menos, moverme como uno. Según la estadística, teniendo en cuenta la proporción habitante-número de bicicletas, cada holandés tiene más de una bicicleta y, en consecuencia, hay un gran mercado en torno a las mismas: alquileres, apps de renting, compra-venta, estafas de bicicletas robadas… He de decir que era muy cómodo —menos cuando había que afrontar algunas cuestas— ir en bicicleta a todas partes; parecía, incluso, que las ciudades estaban hechas por y para ese fin, hasta el punto de que los ciclistas, con respecto a los automóviles, tenían preferencia absoluta.
Continuando con cosas interesantes o que pueden llegar a sorprender de primeras, la época de exámenes transcurría en unos pabellones gigantescos, que eran donde los hacíamos con unos ordenadores ya puestos por la universidad. Se trataba de un edificio multiusos que se empleaba para acoger grandes eventos y, entre ellos, los exámenes de la UM. Cuando me advirtieron de esto, al igual que de los métodos holandeses anti plagio, quise quitar peso al asunto, pero cuando me tocó vivirlo por primera vez fue impactante cuando menos. Esta meticulosidad, en coherencia, se vio reflejada de igual modo a la hora de poner las notas y corregir, es decir, que siguiendo esa efectividad holandesa respetaban los plazos a la perfección, lo cual se agradece mucho y, sobre esto, en algunos casos, la universidad española debería aprender.
En fin, podría seguir contando mil historias o peculiaridades, pero llega el momento de concluir este relato. En mi caso, me despedí de Maastricht a mi manera. Concretamente, lo hice diciendo adiós tal y como llegué diciendo hola: con un paseo solitario o, mejor dicho, en mi compañía. Sin embargo, sobre él no os diré mucho ya que, quizás, lo podéis imaginar. Fue algo nostálgico, incluso emocionante, volver a caminar por esas calles, por esos lugares y esos rincones tan especiales que un día descubrí por primera vez; la única diferencia es que ahora estaban llenos de recuerdos.
Sin lugar a duda, somos tremendamente afortunados de poder ir o haber ido a la universidad, y de que la vida nos brinde este tipo de oportunidades. Por eso, si estáis dudando en embarcaros en una aventura como el Erasmus, incluso si tenéis miedo (“hazlo, y si tienes miedo hazlo con miedo”), os diría, primero, que lo hagáis sin reflexionarlo mucho y, segundo, que no es tanto el destino de vuestro año en el extranjero sino la actitud con la que lo vivís. Da igual si es Europa, América o Asia, simplemente hacedlo, porque vayáis donde vayáis, como elus, sabréis admirar lo que tenéis en derredor y sabréis aprovechar la experiencia al máximo, o incluso vivirla como vosotros queráis hacerlo.
¿Qué me llevo de toda esta aventura? No sé por dónde empezar, esta redacción es una pequeña parte de ella. Lo que sí puedo afirmar sin ambages es que el Rodrigo que marchó no es el mismo que el que volvió, porque este último ha recibido un regalo invaluable como resultado de las grandes amistades construidas, los aprendizajes adquiridos a diario y la suerte de haber podido continuar mis estudios en un ambiente totalmente distinto.
Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias por acompañarme.
“El honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios”. Con esta frase nos marcaba la obra de Calderón de la Barca “El alcalde de Zalamea”. El jueves 10 de octubre los alumnos de mARTEs nos reunimos en Madrid con la idea de dar respuesta a una pregunta: ¿Hasta dónde puede llegar nuestra búsqueda de igualdad? Es por ello que decidimos buscarla en los Teatros del Canal, donde ese jueves se representaba una de las más famosas obras de Calderón en su conocida Sala Verde.
“El alcalde de Zalamea”, una obra sobre la honra y el deseo de justicia, narra la historia de Pedro Crespo, un villano cuya hija fue mancillada por el capitán don Álvaro de Ataide. En aras de encontrar una respuesta a su mancillado honor, le pide al capitán que se case con su hija Isabel. Sin embargo, su rechazo a pesar de la súplica de Crespo, le lleva a tomarse la justicia por su mano.
Recién nombrado alcalde de Zalamea, Crespo se opone al Consejo de Guerra que iba a juzgar a don Álvaro, pues reclama ver restaurada su honra tras ser pisoteada por el pedante capitán. No será hasta la llegada del rey Felipe II a esas tierras, mientras que emprendía su campaña hacia Portugal, que el conflicto terminaría con la muerte de don Álvaro y Pedro Crespo siendo nombrado alcalde vitalicio de Zalamea.
Esta versión adaptada del director José Luis Alonso Santos, no deja indiferente a ningún espectador esta vez. No solo sus actores hicieron una actuación impecable cargada de emoción (dicho por el mismísimo público), sino que lograron ensalzar uno de los temas que incluso a día de hoy compromete a nuestra sociedad: la defensa de los derechos de la mujer.
Tras la representación, tuvimos la oportunidad de hacer un encuentro con sus actores, quienes estuvieron encantados de compartir sus experiencias sobre el teatro y hablar del estado actual del mismo. Durante este coloquio, el público dio sus agradecimientos y se estuvo debatiendo sobre el mantenimiento del teatro en nuestros días. ¿Cómo puede ser que un elemento tan inherente al ser humano esté desapareciendo entre los más jóvenes?
Esta y muchas otras preguntas se les presentaron al elenco de actores. Uno de ellos, Daniel Albaladejo, nos dejó con una intrigante respuesta: “El teatro se vende solo. Es imposible que algo que nos emociona tanto como que nos cuenten historias acabe desapareciendo. Siempre habrá personas que inspiradas por el amor hacia los clásicos vengan a ver las más grandes obras de la historia”.
Y es con esta idea con la que concluíamos la tarde. Los mismos pensamientos que nos vienen ahora a nuestra mente, los mismos deseos de igualdad, de justicia y de libertad, llevan siglos siendo una pregunta constante para el ser humano.
Decía Arthur Miller: “El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”. Es precisamente por ello que recurrimos al teatro, porque sus versos nos enamoran, porque sus gestos nos trasladan a otro tiempo, porque sus historias nos hacen ser quienes somos: humanos.
¿Os habéis planteado alguna vez qué sucedería si tanto la Princesa Leonor como la Infanta Sofía renunciasen a heredar la Corona española? ¿Quién sería regente o tutor en caso de fallecer el Rey Felipe VI y la Princesa Leonor? En caso de extinguirse la línea sucesoria, ¿quién sería Rey?… ¡Veamos qué opina la Constitución española respecto a estos supuestos!
El artículo 1.3 de la Constitución española de 1978 establece que “La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria”. Sin embargo, es en el Título II de este texto legal donde se incluyen todos los aspectos relativos a la Corona. Partiendo de la base de que el Art. 56 se recoge la figura del Rey como Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, sus diversas funciones e inviolabilidad; sumerjámonos a analizar los artículos del 57 al 60 CE. Mediante ellos, trataremos de explicar cómo se articula el sistema de sucesión, regencia y tutela, procesos prácticamente “automáticos” que darían respuesta a cualquier tipo de conjetura en esta materia en el Ordenamiento Jurídico español. Para ello, examinaremos la “regla general” que la CE contempla y la veremos aplicada a diversos casos ficticios para comprender cómo se aplicaría en cada situación. ¡Allá vamos!
SUCESIÓN
¿Qué supuestos abren paso a la sucesión en la Corona?
Fallecimiento del Monarca
Abdicación: cuando el Rey decide, por razones que estime oportunas, abandonar la titularidad de la Corona (por ejemplo, la abdicación del Rey Juan Carlos I en 2014).
Inhabilitación permanente para el ejercicio de su autoridad reconocida por las Cortes Generales.
El artículo 57 CE establece un criterio automático de sucesión, siguiendo el principio hereditario. Por tanto, “la Corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. don Juan Carlos de Borbón”.
Los dos principios del orden sucesorio son:
Primogenitura (prioridad quien haya nacido antes)
Representación (los descendientes representan a sus ascendientes directos, aunque no hayan llegado a reinar).
Estos se complementan con las siguientes reglas:
Preferencia de la línea anterior a las posteriores (es decir, línea recta -personas que descienden unas de otras, de distintas generaciones-, prevalece a las colaterales -descienden de un tronco común, pero no unas de otras).
Preferencia del grado más próximo al remoto.
En el mismo grado, preferencia del varón sobre la mujer (hermano frente a hermana).
En el mismo sexo, preferencia de la persona de más edad a la menor.
Otros aspectos sobre sucesión del Artículo 57 CE:
El Príncipe heredero ostentará el título de Príncipe de Asturias desde su nacimiento o cuando se produzca el llamamiento.
Si se extinguieran todas las líneas sucesorias, las Cortes Generales decidirán la sucesión de acuerdo con los intereses de España.
Quienes contraigan matrimonio sin la autorización del Rey y las Cortes quedarán excluidos de la sucesión, junto a sus descendientes.
Cualquier abdicación, renuncia o duda sobre la sucesión será resuelta mediante una ley orgánica.
En base al artículo 58 CE, la mujer que se casa con el Rey ostenta el título de “Reina consorte”; mientras que el varón que se casare con la Reina ostentaría el de “consorte de la Reina”.
LA REGENCIA
La regencia, es el mecanismo que se activa cuando el Rey es menor de edad o está incapacitado para ejercer sus funciones. Durante este tiempo, otra persona asume temporalmente las funciones del Rey hasta que él pueda hacerlo. (Art. 59 CE)
Un ejemplo histórico de regencia en España es la regencia de María Cristina de Borbón, madre de Isabel II (1833-1840), cuando Isabel II era aún menor de edad tras la muerte de su padre, el Rey Fernando VII.
¿Qué supuestos existen respecto a la Regencia?
Por minoría de edad del Rey: la Regencia será ejercida por el padre o madre del Rey o, en caso contrario, el pariente mayor de edad más próximo a la sucesión (según el orden que establece la Constitución).
Por inhabilitación del Rey:
El Príncipe heredero ejercería la Regencia, si fuese mayor de edad.
En su defecto, se aplicaría lo mismo que en el caso de minoría de edad del Rey.
Si no se cumpliera ninguna de las dos normas anteriores, las Cortes Generales nombrarían a 1, 3 o 5 personas para ejercer la Regencia.
LA TUTELA
Sucede únicamente en el caso de minoría de edad del Rey. La figura del tutor se recoge en el Art. 60 CE y corresponde al mecanismo por el cual se nombra a una persona o entidad para cuidar y representar al Rey.
¿Cómo se elige al tutor?
Tutela testamentaria: se nombra a aquella persona que el difunto Rey haya establecido en el testamento como tutor, siempre y cuando sea mayor de edad y español de nacimiento.
En caso de no haberlo establecido en su testamento, se contemplan dos supuestos:
Tutela legítima: será tutor el padre o madre del Rey menor, el cónyuge del Rey difunto, mientras permanezcan viudos.
Tutela parlamentaria: las Cortes Generales nombran a un tutor.
CASOS
Bien, una vez planteada la teoría, ¡es hora de ponerla en práctica mediante cinco casos ficticios! Las soluciones se encuentran al final del artículo, tras los casos enunciados.
En la situación actual, en la que Felipe VI es Rey, la Princesa Leonor la heredera a la Corona, la infanta Sofía es menor y la Familia Real se encuentra de la siguiente manera:
CASO 1: ¿Quién sería el sucesor, regente y tutor si fallecieran el Rey Felipe VI, la Princesa Leonor, el Rey Emérito Juan Carlos I, la Reina Emérita Sofía y la Infanta Elena? Supongamos que, tras enviudar el Rey Felipe VI, la Reina Letizia se vuelve a casar.
CASO 2: ¿Quién sería el sucesor, regente y tutor si fallecieran el Rey Felipe VI, la Reina Letizia, la Princesa Leonor, el Rey Emérito Juan Carlos I, la Reina Emérita Sofía, la Infanta Elena y Felipe Juan Froilán?
CASO 3: ¿Quién sería el Rey / Reina en caso de extinguirse todas las líneas sucesorias?
CASO 4: ¿Quién sería el sucesor, regente y tutor si fallecieran el Rey Felipe VI, la Infanta Sofía, el Rey Emérito Juan Carlos I, la Reina emérita Sofía y la Infanta Elena?
CASO 5: ¿Quién sería el sucesor, regente y tutor si el Rey Felipe VI quedase inhabilitado (temporalmente), fallecieran la Princesa Leonor, la Infanta Sofía, la Infanta Elena y el Rey Emérito Juan Carlos I?
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SOLUCIONES A LOS CASOS
CASO 1:
Sucesión: Infanta Sofía
Regencia: Reina Letizia
Tutela: elegida por las Cortes
CASO 2:
Sucesión: Infanta Sofía
Regencia: Victoria Federica
Tutela: elegida por las Cortes
CASO 3:
Las Cortes Generales elegirían al nuevo Rey / Reina (español, mayor de edad).
CASO 4:
Sucesión: Princesa Leonor
Regencia: no habría, puesto que Leonor es mayor de edad
Tutela: no habría, puesto que Leonor es mayor de edad
CASO 5:
Sucesión: Felipe VI seguiría siendo Rey (no se abriría la sucesión por inhabilitación temporal)
Regencia: Reina Emérita Sofía
Tutela: no habría, puesto que el Rey Felipe VI es mayor de edad
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Esperamos que este artículo haya sido útil a la vez de entretenido para comprender ciertos aspectos en materia de la Corona recogidos en la Constitución española, además de haber ayudado a aclarar esas dudas que pueden surgir respecto a supuestos.
Tras la cantidad de alumnos y profesores de la ELU que nos han estado preguntando por las misiones en Polonia de este verano y la falta de tiempo para contarles bien lo vivido, al fin escribo esto donde espero que pueda entenderse algo mejor lo sucedido.
Realmente, todo empezó el verano pasado cuando me fui de misiones con la ELU a Tanzania. Allí viví una experiencia que me marcó y me marcará para siempre, y parte de ello se debió a las misioneras con las que realizábamos el voluntariado, las Misioneras de la Caridad. Siempre recordaré que son las mujeres más felices con las que he estado, viviendo una vida de entrega y servicio absoluto. Esto me hizo darle muchas vueltas a dónde están las pistas para vivir una vida plenamente feliz como la de ellas y darme cuenta de que yo en mi vida cotidiana quería vivir algo parecido a esto.
Con todos estos pensamientos durante el curso, pensaba continuamente en volver a irme de voluntariado con ellas, pero solo tenía libre las dos últimas semanas de julio y era poco tiempo para irme tan lejos como a Tanzania o Calcuta. Fue entonces cuando decidí irme con ellas por Europa y llamándolas me dijeron que en Varsovia había mucho necesitado y pocos voluntarios y que estaría bien si íbamos un grupo de 10/12 personas.
A partir de este momento, gracias a mis amigos de la ELU y a los de mi hermano, conseguí darle forma a esto y reunir a 14 personas y 10 de ellas de la ELU; Sergio Küppers, Sofía Sánchez-Bleda, Luis Muñoz, Santiago Aragón, Luis Gato, Santiago Díez, Margarita Gutiérrez, Anna Font, Jimmy López y yo, Alejandro Aragón. Además, se unieron Javier Díez, hermano de Santi Díez; Isabel Llaquet, prima de Marga; Sara Muñoz, hermana de Luis y ¡ELU de 1º!; y mi otro hermano, Miguel Aragón.
Una vez reunido el equipo y cogidos los vuelos no nos quedó más que esperar con mucha ilusión e incertidumbre al 17 de julio para irnos hasta allí.
Realmente para Luis, Sofía, Sergio y yo la misión empezó unos días antes cuando al volver del Camino de Santiago, quisimos preparar todo aquello que veíamos fundamental en una experiencia de voluntariado después de lo que habíamos vivido el verano anterior. Nos parecía muy importante sobre todo dar algún tipo de formación mediante grupos de trabajo para ir encaminando la experiencia e ir profundizando en lo que uno iba viviendo, pues no queríamos que se quedase en una experiencia aislada del resto de tu vida.
Y tras esto, llegó el día, el 17 de julio sin darnos cuenta estábamos en la casa de las Misioneras. En ella, alimentan y dan refugio a mendigos que encuentran en muy malas condiciones en la calle. Y este mismo centro iba a ser el sitio donde también nosotros dormiríamos y comeríamos durante dos semanas mientras las ayudábamos. Realmente, la acogida por su parte desde el primer día fue espectacular.
En un día normal con ellas, íbamos a misa antes de desayunar, y después de hacer la oración de la mañana nos dividíamos para ayudarlas con las tareas que tenían allí. Cocinar para los internos, limpiar sus habitaciones y el centro, llevar neveras a familias que las necesitaban, ir a ver a niños a sus casas y sacarlos a jugar, ir a ver a ancianos sin familiares o traer a gente de la calle al centro para asearlos. Durante las tardes cambiábamos de tarea e íbamos a la adoración que ellas hacían. Por las noches solíamos estar más libres para hablar entre nosotros, hacer algún grupo de trabajo y algunos jugar mucho al mus… Hubo algunos días excepcionales donde organizamos un campamento de verano durante todo el día para niños en situaciones familiares complicadas y nos íbamos con ellos y las misioneras al zoo o al parque de atracciones.
Excepto alguna experiencia puntual, a medida que avanzaban los días me daba cuenta de que todas estas actividades en las que les ayudábamos no me hacían tener grandes sentimientos como en Tanzania, que es quizás lo que uno busca yéndose de voluntariado. Al final eran actividades que uno puede hacer también en España y no había tampoco ningún impacto cultural. Es entonces cuando confirmas que no hay que sentir para ponerse a hacer, que hay que esperar algo más allá que el simple sentimiento de apetencia o no apetencia. Levantarse a las 7 de la mañana para estar todo el día fregando, si te tocaba esto, no te va a hacer sentir nada nuevo, pero cuando acabas el día sabes, sin sentir, que algo has hecho bien en ese servicio y que te encuentras en paz contigo mismo. Realmente profundizar y poner en práctica esto ha sido de mis mayores aprendizajes de Polonia.
Esto intenté que nos ayudase también a enfocar la vuelta, pues una parte importante de una misión es al volver ser capaz de vivir en clave se servicio como lo hacías allí. Cuando te vas a sitios muy lejanos y sientes cosas muy fuertes por todo lo que ves, es muy fácil al volver no ayudar en tu metro cuadrado porque no sientes cosas tan fuertes como las de allí. Pero cuando vienes de una experiencia donde el sentimiento no ha sido lo principal sino justamente el servir sin sentir por el simple hecho de saber que servir es bueno, es mucho más fácil ayudar en tu día a día sin verte recompensado por un buen sentimiento.
“Los sentimientos que uno siente no dicen la verdad sobre sí mismo”; Sister Jonafa, Superiora de la Casa.
Creo que sin duda otra gran parte de lo que nos llevamos todos fue el hecho de todo lo que íbamos haciendo durante el día, hacerlo con una misionera al lado con la que hablar, a la que preguntar, pero, sobre todo, a la que escuchar. Una vez más, viviendo 15 días con ellas puedo decir que vi a unas mujeres más felices que toda la gente de mi entorno a través de una vida de entrega y de renuncia completa. Y esto te hace pensar una vez más dónde está la felicidad y cómo alcanzarla desde mi realidad. Sigo y seguiré en este camino, pero si algo de respuesta me he llevado de Polonia es que el olvidarse de uno mismo y sus sentimientos y entregarse completamente al otro tiene mucho que ver.
Me gustaría destacar además el equipo que hemos ido, sin el cual habría sido todo mucho más diferente y difícil. Irte de misiones con gente que al terminar el día quiera comentar lo que ha pasado, lo que ha vivido, lo que se ha preguntado; con gente que después de un día sin para quiera sentarse a hacer un grupo de trabajo para seguir preguntándose y escuchando, es fascinante. Creo que ha sido una buena experiencia para buscar y valorar la amistad y las experiencias de verdad.
Me quedan muchas cosas para contar todo lo que ha supuesto esta experiencia, pero espero al menos haber resumido lo más importante de ella; la importancia de no parar de buscar aquello que nos da pistas para vivir de una manera plena, para vivir de verdad.
Queridos, para que engañarnos, Francia es un país con clase. Francia tiene cafés de mesas redondas y sillitas de mimbre; fachadas señoriales, pisos de techos altos; ríos caudalosos… Francia es también un país de apasionados, donde los sentimientos -sobre todo los políticos- se manifiestan en las calles, en las avenidas y en la ciudad entera. Aquí persiste aún una implacable vena revolucionaria, un arrebato atroz. He normalizado las fogatas en la calle, los megáfonos y las pancartas; la Revolución. He dominado el arte de esquivar botellas y de orientarme con soltura; porque no es lo mismo llegar a casa por Science-Po que por la jungla de Guillotière. En esta ciudad, o desarrollas el sentido del mercenario, o eres presa de los que perturban la concordia de lo que podría ser una villa de paz.
Francia es un país de estudiantes resignados a un sistema fallido, que han convertido las paredes de la universidad en las de su propia casa. Allí, en las mismas aulas —junto al ocasional ratón ¡Une souris, Monsieur Bavitot!— los alumnos comen, ríen, planifican, sueñan. Porque todo gabacho -me he percatado- anhela la misma cosa: llegar, vivir y morir en París, su final de línea, su Ítaca. Porque de la cuna a París, y de París al cielo.
Esta ciudad, por cierto, cumple con creces mi riguroso barómetro, el del jazz, que nada tiene que envidiar al de los otros grandes epicentros: la gran manzana, la bota o la capital de mi querida patria. En sus garitos me suelo perder, meditabundo, pensando que quizá no sería mala idea dejarlo todo y dedicarme al saxofón, o al piano, que da más juego. Pero en fin, no son más que bobadas de un universitario que solo quiere calmar la nostalgia de su añorado hogar. Porque sí, compatriotas, este país me ha acogido bien, como a uno más, pero quién me va a quitar mi mollete de tomate y aceite (en ese orden, que no estamos para improvisar), mis churros, mis cañas, mi gente, mis balcones; mi decadente ciudad, su belleza, su ternura, mi Alhambra (ay! que la echo yo de menos); la lengua de Cervantes, su riqueza, nuestro humor, nuestra alma mediterránea, el aceite y el bronceado; el espíritu ibérico, el espíritu más fraterno.
Volveré con el alma rica en experiencias. Volveré, algo afrancesado, quizá. Volveré, mis queridos compatriotas, con más ganas que nunca, con el ánimo renovado. Echaré de menos esta jungla, sin duda, pero volveré.
PD: Más de esto cada semana | https://substack.com/@guillepierh
El pasado 4 de octubre fue la “Noche en Blanco” en Sevilla, inspirada en eventos similares como la Noche Larga de Berlín en 1997 y La Nuit Blanche de París en 2002, esta iniciativa busca ofrecer una programación cultural nocturna a los ciudadanos. A lo largo de los años, esta tendencia ha ganado popularidad en ciudades europeas y del mundo, promoviendo el acceso a la cultura en un ambiente diferente al habitual.
Aprovechando esta propuesta cultural que nos ofrecía un año más nuestra ciudad, decidimos hacer una ruta teatralizada por el barrio de Triana, que nos sumergía en la historia de Sevilla, del barrio, de sus calles y sus gentes de una forma totalmente nueva, dinámica y apasionante.
Fue la ocasión perfecta para poder dar comienzo a un gran nuevo año de ELU Sevilla, con muchísima ilusión. Empezamos la noche con una cena, para enfocarnos en lo realmente importante: poder conocernos mejor y dar la bienvenida a los nuevos elus. Justo ese día cada uno supo quién era su buddy y algunos pudieron empezar a conocerse bien entre ellos, lo que fue muy guay. Aprovechamos para hablar de este nuevo curso que estaba comenzando, de nuestras vidas, cómo se nos planteaban los próximos meses, qué esperamos de la elu y de nosotros… poniendo las cuestiones sobre la mesa. También fue una alegría que vinieran dos preciadas Elumnis, Ana y Carmen, que nos contaban cómo habían vivido y qué ha sido para ellas la ELU y el paso por la Universidad, y lo que ahora tenían entre manos.
Después, pudimos adentrarnos en la historia del barrio de Triana gracias a la dinámica ruta, que acompañados de nuestro guía, se servía de personajes famosos del barrio para contarnos algunos pellizcos de su historia. Pudimos escuchar las hazañas del navegante Sebastián Elcano y del pícaro rinconete, sacado de las novelas de Cervantes , conocer a Santa Rufina o al mismísimo inquisidor Francisco de Torquemada. Además, paseamos por los lugares emblemáticos del barrio, como la iglesia de Santa Ana o la famosa calle Pureza, donde se encuentra la capilla de los marineros. El barrio de los alfareros de Sevilla, con su luz única, había revivido por unas horas. La ruta sirvió de puente entre el presente y el pasado, entre las leyendas que nunca mueren y las calles que la custodian.
Deseando seguir haciendo planazos como este y disfrutando de estar juntos. ¡Nos vemos pronto!
El pasado 25 de septiembre en el mítico Bar JJ se produjo al fin entre risas, música, algún que otro libro sagrado y por supuesto cervezas la vuelta de Filosofía de Bar. A finales del primer cuatrimestre del año pasado Alejandro Aragón, el Padre Pou y yo, Luis Muñoz, lanzamos esta nueva iniciativa, que por ahora ha tenido un más que cálido recibimiento demostrado en las tasas de asistencia de cada encuentro y en el entusiasmo que nos habéis transmitido después de cada sesión, en los findelus o en el trato individual; por ello queríamos dejar constancia de nuestro agradecimiento con todos los que habéis apoyado este proyecto.
En el inicio de este nuevo curso nos topamos con un obstáculo que no era otro que la noticia acerca de la ausencia del Padre Pou durante todo el primer cuatrimestre, ya que se halla en Texas terminando su doctorado, por ello el primer encuentro de este curso era vital para ver qué rumbo iba a seguir esta iniciativa y gracias a Santiago Huvelle, que ha sido nuestro referente intelectual en este debate, podemos considerar el regreso de Filosofía de Bar todo un éxito.
El tema tratado fue la especialidad de Santiago Huvelle: las religiones. Tras una introducción teórica y contextualización por parte de Santiago, comenzamos la sesión comentando un texto perteneciente a “Lo sagrado y lo profano”, libro de Mircea Eliade, un titán en su campo y después de debatir acerca de si el hombre podía vivir sin religión o pseudorreligiones nos aventuramos a explorar las características principales de cada una de las grandes religiones, sin dejarnos por el camino curiosidades acerca de religiones históricas generalmente desconocidas. Introducido esto pasamos a discutir sobre la veracidad de unas declaraciones que el Papa había hecho recientemente en Singapur, proclamando que había distintos caminos para llegar a Dios haciendo referencia a la variedad de religiones existentes en el mundo. En esta temática se encuadró la tónica principal del debate dimos paso a que Santiago nos ilustrase con las posibles contracciones y compatibilidades entre religiones sirviéndose, además de su vasta memoria, de varios textos sagrados que había traído él personalmente, siendo los que más destacaron e interesaron el Corán y el libro de Los Upanishads; saliendo a la luz la pregunta acerca de cuánto en una religión es cultural y cuánto es trascendente a lo humano. Finalmente cada uno procedió a sacar sus conclusiones personales y algunos incluso se atrevieron a ponerlas en común, aunque como es habitual estas conclusiones suponen una montaña de dudas incluso mayor a la existente previo el encuentro.
Dicho esto y a modo de conclusión, sugiero a todo aquel que no forme parte de esta iniciativa y que haya sentido interés por lo tratado en este artículo que nos escriba a Alejandro Aragón (673929756) o a mí, Luis Muñoz (675068282), si quiere asistir a alguno de los encuentros de Filosofía de Bar, tenemos preparados invitados muy buenos para las tres sesiones restantes que quedan este cuatrimestre y si esto nos convence estoy seguro que lo hará la cerveza bien fría que marida estos encuentros.
El pasado 19 de septiembre tuvimos nuestro primer encuentro del curso en Beers and Books. Aprovechando que el Festival de las Ideas tenía lugar en Madrid, varios elus de la capital, acompañados de nuestro querido Martín Tami, nos juntamos para escuchar una ponencia sobre la historia de las emociones de la mano de Barbara H. Rosenwein, historiadora catedrática emérita en la Loyola University de Chicago.
“Las velas del viento: ¿Qué cosas amamos y por qué?” Este era el título de la charla que tuvo lugar en el Club Matador, donde Rosenwein, a través de las preguntas de Montserrat Iglesias, cohesionó emociones e historia durante 60 minutos.
“Decía Voltaire que las emociones son el viento que mueve las velas de la vida. En esta ponencia, y de la mano de la experta en historia de las emociones, la profesora Barbara Rosenwein, nos preguntaremos cómo han cambiado los deseos y las emociones a lo largo de la geografía y de la historia. Decía el antropólogo francés René Girard que, como no sabemos lo que desear, deseamos lo que quieren otros. Quizá sea así, pero nadie mejor que Rosenwein para hablarnos del amor hacia lo que se quiere poseer y de la rabia ante la frustración y el fracaso. Y nadie mejor que la profesora Montserrat Iglesias, profesora de la Universidad Carlos III, pero sobre todo persona que conoce bien las relaciones entre la empresa y el conocimiento, para detener ese barco del que hablaba Voltaire y pensar en la fuerza del viento y en la cualidad de las velas”.
Este párrafo en el panfleto del Festival de las Ideas atrajo nuestra atención cuando la lluvia y un contratiempo nos hicieron tener que buscar un plan B en el último momento (algo que con los elus siempre es posible). Así pues, ¿qué es lo que nos llevamos de esta charla?
“We may better understand our own emotions by thinking of the emotions others had in the past”.
¿Acaso hay que replantearse la Edad Media desde el punto de vista de las emociones? ¿Es la Edad Media un espejo en el que podemos mirarnos? ¿Dónde están esas huellas del amor, la ira o la tristeza en la historia? ¿Cuáles son esas palabras del pasado cargadas de emoción? ¿Fueron olvidadas? Si las emociones las expresamos con palabras y esas palabras han ido cambiando con el tiempo, ¿cómo podemos identificarlas?
“Lo que más me maravilla es el mucho amor que yo de amistad siento por ti”. Garcilaso de la Vega era capaz de expresar algo tan grande como el amor a un amigo, ¿no es esto tremendamente poderoso? ¿Somos nosotros capaces de expresar nuestras emociones en una sociedad que vive a través de la pantalla?
Don Quijote, por ejemplo, idealiza el amor y, al hacerlo, se nos presenta como humillado, pero ¿y si ese amor no lo humilla sino que lo eleva?
Estos son algunos de los puntos que se abordaron en la ponencia. Salimos de ella queriendo entender cuáles son esas palabras del pasado que expresan lo que sentían entonces y que quizá sentimos nosotros. La lluvia no pudo con nosotros y cena, cervezas y mucha conversación concluyeron nuestro día. Un gusto reencontrarse de nuevo con todos.
El bloqueo del Consejo General del Poder Judicial (de ahora en adelante, CGPJ) está suscitando un gran debate en las esferas política y jurídica. Hoy, en Ratio Legis, analizaré, a través de estas líneas, distintos conceptos y problemáticas, otorgando al lector la comprensión del asunto jurídico.
¿QUÉ ES EL CGPJ?
Es un órgano constitucional con funciones de naturaleza administrativa-gubernativa. El encargado de garantizar la independencia del poder judicial (uno de los tres poderes del Estado, junto con el ejecutivo y el legislativo) y el gobierno de este,por lo que tanto los presidentes y demás órganos de gobierno de Juzgados y Tribunales, están subordinados a él.Este órgano, según el art. 558 LOPJ (Ley Orgánica del Poder Judicial) ejerce sus competencias en todo el territorio nacional y tiene su sede en la villa de Madrid (C/Marqués de la Ensenada 8).
¿CUÁLES SON SUS FUNCIONES?
Son veinticuatro, más todas aquellas que le sean atribuidas por la LOPJ. Aparecen reguladas en el art.560 de la mencionada ley. Las más importantes son:
Proponer el nombramiento de: Jueces, Magistrados, Magistrados del Tribunal Supremo y de dos Magistrados del Tribunal Constitucional.
Ejercer la potestad disciplinaria, es decir, sancionar a los jueces, desde multas a la expulsión de la Carrera Judicial.
Participar en la selección de Jueces y Magistrados, a través del concurso de oposición, y elegir al director y profesorado de la Escuela Judicial (donde ingresan, durante año y medio, quienes aprueban las oposiciones, para estudiar y realizar prácticas antes de elegir destino donde ejercer la profesión judicial).
Encargarse de la alta inspección de Tribunales, así como de la coordinación de la actividad inspectora ordinaria de los presidentes y Salas de Gobierno de estos.
Cuidar de la publicación oficial de las sentencias y demás resoluciones que se determinen del Tribunal Supremo y del resto de órganos judiciales
¿CÓMO SE COMPONE? Art. 122.3 de la Constitución y art. 556 LOPJ.
Está conformado por 20 vocales:
8 miembros: 4 vocales elegidos por el Congreso + 4 por el Senado, por mayoría de 3/5, entre abogados y juristas de reconocida competencia y más de 15 años de profesión.
12 miembros: 6 vocales elegidos por el Congreso + 6 por el Senado, igualmente por mayoría de 3/5, entre jueces y magistrados que tengan aval de, al menos, 25 miembros de una asociación judicial.
De esos 20, resulta electo un presidente, que es, a su vez el Presidente del Tribunal Supremo, por también mayoría de 3/5 entre juristas de reconocida competencia con más de 25 años de experiencia y un vicepresidente, por mayoría absoluta (11 votos).
En cuanto a la temporalidad, todos pueden permanecer en el cargo no más de cinco años, salvo el presidente, que puede ser reelegido por otros cinco, es decir, presidir hasta diez años.
¿CUÁL ES EL PROBLEMA TAN MEDIÁTICO?
El verdadero dilema jurídico reside en el bloqueo del órgano. Este consiste en su falta de renovación desde el 4 de diciembre de 2018, a causa de la escasa voluntad política. Gracias a la STC (Sentencia del Tribunal del Constitucional) del 2 de octubre de 2023 se ha conseguido prorrogar el mandato de los miembros, dando lugar a un órgano en funciones. No obstante, esta situación es insostenible, pues acarrea diversas problemáticas:
En primer lugar, las cuatro vacantes de vocales del CGPJ que quedan descubiertas conforme sus miembros se han ido jubilando (según el art. 386 LOPJ, un juez debe jubilarse a los 65 años y, a más tardar, a los 70 años, con prórroga de 2 años; esta casuística se denomina jubilación forzosa).
Por consiguiente, el bloqueo del órgano imposibilita los nombramientos, lo que ocasiona 87 plazas desiertas: 36 en Tribunales Superiores de Justicia (los tribunales de mayor rango de cada Comunidad Autónoma), 25 en Audiencias provinciales (los tribunales de mayor rango de cada provincia), 25 en Tribunal Supremo y una en la Audiencia Nacional. Todo ello deriva en el retraso de los asuntos judiciales, que se han incrementado en más de un 50%.
¿CUÁLES SON SUS POSIBLES CAUSAS?
Todo parece apuntar a que esta situación se basa en el interés político de las funciones de nombramiento. Son las CCGG quienes nombran a los miembros del órgano, de acuerdo con sus preferencias ideológicas. Ello se basa en una única razón: el aforamiento.
El aforamiento es una posibilidad, una condición especial (beneficiosa o no) por la cual los ministros, consejeros y presidentes (autonómicos y del gobierno) serán juzgados, en caso de cometer un delito relacionado con el ejercicio de sus funciones -y solo bajo este precepto-, por la Sala 2ª de lo Penal del Supremo (en caso de ministros y presidente del Gobierno) o por la sala de lo civil y penal de un TSJ (consejeros y presidentes autonómicos). Esto no sería aplicable en el caso de, por ejemplo, atropellar a alguien por conducir bajo los efectos del alcohol; ahí serían juzgados por jueces de instrucción, como cualquier ciudadano; hablamos solo de delitos relacionados con funciones asociadas a su cargo.
No me voy a extender en si esta cláusula es un privilegio o no, para no cansar al lector, pero lo que sí cabe dilucidar es que la cuestión radica en que a la comunidad política le interesaría, en caso de ser juzgados, tener a jueces con ideologías similares a las suyas.
¿QUÉ SOLUCIONES SE PROPONEN?
Finalmente, Vicente Guilarte, Presidente actual del CGPJ, ha propuesto un modelo de elección de miembros en el que sean los propios jueces quienes se elijan íntegramente entre ellos, para evitar las susceptibilidades políticas. Esta opción es respaldada por la recomendación CM/Rec (2010)12 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, que aconseja que los vocales judiciales de los consejos de la magistratura sean elegidos por sus pares. A juicio del TJUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea), el sistema vigente rompe con la independencia judicial, al inmiscuirse el poder legislativo.
Espero que la explicación os haya sido útil para comprender la situación actual que mantiene en vilo a los juristas ¡Hasta la próxima entrega!
El pasado 9 de mayo, los alumnos de la ELU de Cataluña nos reunimos para compartir nuestros rincones favoritos de la ciudad de Barcelona.
Así descubrimos algunos lugares históricos que suelen pasar desapercibidos, como las ruinas del acueducto y el foro de la época romana, los jardines cercanos a la catedral, el Museo Frederic Marès, el mercado de Santa Caterina e incluso los restos de la muralla en la estación de Plaza Cataluña. Durante el encuentro, también cenamos todos juntos antes de terminar nuestra ruta en la Casa de les Punxes.
María Longás, nuestra mentora, viajó hasta Barcelona para realizar mentorías presenciales y nos acompañó durante la tarde. Sin duda, fue una gran oportunidad para redescubrir nuestra ciudad con la mejor compañía.
¡Hola a todos! Antes de empezar, me presento, soy Álvaro Monllor, de cuarto de la ELU y estudiante de Economía y ADE en la Universidad de Alicante. Si hace unas semanas Elena escribió sobre su Erasmus en Inglaterra, hoy me toca a mi cruzar un pequeño mar para cambiar al país vecino y hablar de mi erasmus en Irlanda, concretamente, en la Universidad de Limerick, en la ciudad con el mismo nombre situada al oeste del país.
Debo decir, que en un primer momento no tenía pensado realizar ningún intercambio durante mis estudios de grado. Sin embargo, un “milagro” burocrático que consistió en un cambio en las bases de la convocatoria para este curso 2023-2024 me permitió poder solicitar movilidad para cursar asignaturas de ADE durante el segundo cuatrimestre de este curso. Tuve en ese momento claro que no iba a desaprovechar esta oportunidad que se presentaba ante mí y que me pedía a gritos que buscara algún destino para pasar unos meses estudiando en el extranjero.
Mi requisito a la hora de escoger el país fue sencillo, tenía que ser angloparlante, por lo que mi lista de posibles destinos se redujo bastante desde el primer momento. Finalmente, tras analizar asignaturas e instalaciones, decidí escoger Limerick como primera opción.
El 21 de enero, tras unas pocas turbulencias y un aterrizaje no muy suave, llegué al aeropuerto de Shannon. El motivo de un final de vuelo tan intranquilo me azotó en la cara nada más salir del avión dado que el país se encontraba en alerta meteorológica por la tormenta Isha. El fuerte viento y la lluvia provocada por la tormenta dejaba claro por qué este país, conocido como la Isla Esmeralda, es tan verde: llueve mucho. Pero yo ya estaba mentalizado de que dejaba atrás el sol del Mediterráneo y como decimos, al mal tiempo buena cara y palos con gusto no duelen.
Tras acomodarme en la residencia, llegó la semana de introducción donde, a parte de conocer a mucha gente de muchos países, nos introdujimos de lleno en la cultura irlandesa (bebiendo mucha cerveza Guinness) disfrutando de un espectáculo de baile típico y de música irlandesa.
A medida que comenzaban las clases y avanzaba el cuatrimestre, comenzaban a surgir numerosas oportunidades para viajar. Y es que, sin ninguna duda, una de las mejores partes de mi experiencia erasmus fue la de descubrir los rincones de este país. Irlanda es un país pequeño, lo que facilita los viajes de fin de semana. Visité ciudades como Dublín, Cork, Galway, Belfast y Derry (estas dos últimas en Irlanda del Norte, país perteneciente al Reino Unido) y pueblos como Ardara, Adare, Kinsale, Ennis, Kilkee, Killarney y Killaloe, todos ellos con su característico encanto: casas de colores y un pub donde (tomarse una buena Guinness) disfrutar de buena música en directo. Pero si hay algo de verdad impresionante es la naturaleza (y el número de vacas y ovejas que hay por todos los lados). Los acantilados de Moher, el Parque natural de Killarney, los faros de Loophead y de Sheep’s Head, la Calzada del Gigante y el área de Binevenagh (estas dos últimas en Irlanda del Norte) además de numerosas rutas de senderismo que hacen obligatorio pararse, mirar a todos los lados y asombrarse por la belleza y grandeza de la naturaleza que se muestra ante ti. He viajado con mis compañeros de resi, con amigos internacionales, con amigos de la Universidad de Alicante que estaban también de erasmus en la ciudad de Cork, con mi madre y con amigos que vinieron a Irlanda a vernos, cada viaje ha sido un regalo y me ha servido para recordar, una vez más, la importancia del “con quién”.
En cuanto a la vida académica, debo decir que la universidad presenta una oferta de actividades extraacadémicas impresionantes. Hay numerosos clubes deportivos y sociedades y un campus precioso con instalaciones deportivas de categoría. Es decir, siempre hay algo que hacer.
Sin embargo, hay algunos aspectos que hay que mencionar. El coste del alojamiento en Irlanda es bastante alto y, para visitar muchos lugares, es necesario alquilar un coche ya que los autobuses no llegan. Además, aquellos erasmus que busquen fiesta deben saber que aquí se termina temprano, alrededor de las dos de la mañana.
Finalmente, mi conclusión es que se me ha quedado corto. Han sido cuatro meses muy intensos en los que he hecho mucho, pero me ha quedado mucho por hacer. Me quedo con muchas personas y muchos lugares. La despedida fue dura pero necesaria para nuevos rencuentros que si llegan serán acompañados de ilusión, alegría y emoción. Mi recomendación va muy en línea con las recomendaciones de otros elus que han estado de Erasmus, aprovechad la oportunidad, salid de vuestra zona de confort e id a conocer nuevas metodologías, universidades y personas. Exprimid al máximo el tiempo libre y poned al límite vuestras habilidades de gestión del tiempo para viajar, pasar tiempo de ocio y estudiar (no nos olvidemos tampoco que seguimos siendo estudiantes). No conozco a ninguna persona que se haya ido de erasmus y se haya arrepentido de esta decisión. Puede ser que Irlanda no sea vuestro destino idílico, no os preocupéis porque afortunadamente hay más países, pero os lo recomiendo si queréis practicar mucho inglés, os gusta la naturaleza, queréis hacer muchas actividades extraacadémicas y queréis (beber Guinness) ver muchas ovejas y vacas.
El pasado 25 de abril, Diego aterrizaba en Santiago.
Aunque el plan inicial era organizar una visita a alguna exposición de pintura o fotos, las ganas de hacer las mentorías por fin presenciales ganó a la cultura esta vez. Aún así, y aunque el tiempo lluvioso como de costumbre no acompañó, pudimos irnos turnando entre clases para pasear más o menos toda la ciudad, empezando con un desayuno cerca de la catedral, siguiendo por un paseo por la alameda y plaza de abastos y, después de un descanso para comer en un clásico sitio de la ciudad, continuar la tarde de mentorías, cuando ya fue inevitable tener que comprar un paraguas.
Para terminar el día, nos reunimos todos para cenar entre conversaciones tanto banales como un poco más profundas, para acabarnos despidiendo ya con ganas de su próxima visita.
Al día siguiente, tras dar un último paseo por la zona vieja, al mediodía Jacobo despedía a Diego, esperamos que no hasta dentro de mucho tiempo.