“El pasado domingo 24 de febrero un grupo de ELUs y profesores asistimos a la obra Nekrassov, de Jean-Paul Sastre, en el teatro Abadía. Esta obra del año 1955 es la única comedia del director y desarrolla su trama durante la Guerra Fría.
Mediante una farsa satírica, Sartre pretende hacer una denuncia a la política de su momento y a la manipulación informativa. El protagonista principal es George de Varela, un famoso estafador que para escapar de la cárcel decide hacerse pasar por Nekrassov, un ministro ruso que, supuestamente, había cruzado el Telón de Acero. Sostiene la mentira publicando noticias reveladoras sobre el gobierno soviético en el periódico anticomunista Soir à Paris. De esta manera, George/Nekrassov, se convierte en el centro de un entramado de intereses cruzados y maquinaciones políticas. Al final, el mismo manipulador acaba siendo manipulado, y George de Varela revela su identidad para liberarse de la gran presión a la que estaba siendo sometido.
Esta crítica al cuarto poder aborda temas de gran actualidad como la postverdad o las fake news. Sin embargo, como toda obra de Sartre, también trata las cuestiones de la identidad, la libertad, las contradicciones humanas y la confrontación entre la ética personal y el deber moral.
Al acabar la obra y aprovechando el buen tiempo en Madrid, fuimos a una terraza para compartir impresiones. El informal coloquio giró en torno a las ideas de identidad, falta de principios, desesperanza y búsqueda de la verdad. A pesar de ser comedia, en toda la obra se podía entrever la postura existencialista de Sartre. De entre todos los personajes, prácticamente ninguno se mantiene fiel a sus principios, si es que llegan a tener alguno. La moralidad parece una prenda de ropa, la cual los protagonistas se quitan y se ponen, según les convenga. Entre todos ellos, George de Varela, destaca por su falta de escrúpulos, afirmando al principio de la obra que él “no ha hecho un favor a nadie en toda su vida”.
Sin embargo, hacia el final de la representación, antes de que George de Varela revele su identidad, besa a Véronique, una periodista comunista. ¿Es este gesto un muestra de humanidad, algo verdadero, o simplemente es parte del absurdo sartreriano?. No sabremos lo que Sartre quería transmitir con este gesto, pero está claro que, si algo podía salvar a George de Varela (y a cualquiera de nosotros) del sinsentido y la desesperanza es el amor.
Espero que estas líneas se conviertan en una invitación a participar en estas actividades y en la próxima ocasión llenemos el teatro. ¡Sigamos haciendo comunidad!”