El pasado sábado, 15 de junio, se celebró la graduación de la XIV promoción de la Escuela de Liderazgo Universitario en la Universidad Francisco de Vitoria.
El evento dio inicio a las 15:00 horas, momento en el cual los alumnos de cuarto año presentaron sus trabajos y artículos finales. Estos proyectos reflejaron todo lo aprendido a lo largo de su recorrido en la Escuela, abordando una variedad de temas relacionados con sus ámbitos profesionales, pero todos con la misión de buscar la verdad en cada cuestión. Los estudiantes trabajaron en equipo para encontrar soluciones a problemas humanos, demostrando su capacidad de colaboración y compromiso.
Exalumnos de la ELU con una trayectoria destacada formaron parte de los tribunales, donde tuvieron la oportunidad de compartir su perspectiva y ofrecer críticas constructivas.
Más tarde comenzó el Acto de Graduación; los profesores, académicos, alumnos y familiares se reunieron en el Aula Magna para conmemorar a la promoción. Esther de Arenas, mentora de la ELU desde hace seis años y que desde enero está en otro proyecto de la Universidad Francisco de Vitoria, fue elegida madrina en reconocimiento a su destacada trayectoria en la Escuela de Liderazgo Universitario.
Después de la ceremonia, celebramos con una cena y mucha música para compartir y disfrutar de los recuerdos y experiencias acumulados a lo largo de estos cuatro años.
Muchas gracias a todos por, un año más, confiar en nosotros, por apostar por el pensamiento crítico y por buscar la belleza y la verdad a través de la universidad.
Por fin consigo sentarme a escribir esta breve reflexión, pero creo que merecía que le dedicara el tiempo y el cariño suficientes. Y es que no es fácil plasmar en un papel lo que siente el corazón, pero espero lograr transmitir en estas líneas lo que ha significado para mí formar parte del equipo de Cirugía en Turkana y vivir el proyecto en terreno, allá al Noroeste de Kenia, a orillas del lago Turkana.
Las primeras veces siempre son especiales. No lo voy a negar, viajar como cooperante a África por primera vez con tan solo 21 años da vértigo al principio. Sobre todo porque sabes que vas con la misión de llevar un poco más de salud donde hay tanta enfermedad, de darlo todo donde no tienen tanto y de abrazar a quienes más lo necesitan. Y luego te das cuenta de que eso supone largas y calurosas jornadas en quirófano, un sinfín de pacientes en consulta y muchas horas de intenso trabajo en el laboratorio. Y era inmensamente feliz mientras lo hacía, porque era consciente de la suerte, el privilegio y también de la responsabilidad que habían depositado en mí.
Empezaré por el principio. Creo que nunca antes había cogido tantos aviones en un periodo tan corto de tiempo. Era enero y acababa de terminar mis exámenes del primer cuatrimestre de cuarto de Medicina. Al día siguiente volaba a Londres para pasar unos días con mi hermana, y desde allí viajé hasta París para visitar a mi amiga Elena. Tras volver a Santander, tan solo disponía de un par de días para preparar un viaje totalmente diferente: África. Llegar hasta Turkana también implicaba enlazar varios aviones consecutivos, de modo que mi trayecto fue el siguiente: Santander-Madrid Doha-Nairobi-Turkana. Sin duda, el modo avión pasó a ser una forma de vida.
La buena compañía hace que te sientas en casa aunque estés en uno de los lugares más remotos del planeta. Nunca pensé que sería tan fácil encajar tan bien con cada uno de los miembros del equipo, a pesar de las diferentes edades y procedencias. Hasta tal punto que, aquel equipo de Cirugía en Turkana que despegaba desde Madrid, cuando aterrizamos en el aeropuerto de Nairobi ya empezaba a considerarlo “familia”. Sin duda, Cirugía en Turkana no solo es un proyecto quirúrgico, sino también una forma de entender la vida.
Y hablando de entender la vida, también he aprendido mucho de los turkana, el verdadero motivo de esta campaña. Me llama la atención su forma de afrontar la enfermedad: no sienten resignación por el pasado o por su falta de salud, ni tampoco excesivo temor por el futuro, simplemente viven el presente con la mayor serenidad posible, afrontando la vida tal y como viene. Se te encoge especialmente el corazón cuando ves a los niños, algunos corriendo de un lado a otro del hospital y otros sufriendo las consecuencias de la enfermedad. De cualquier modo, una piruleta y un abrazo es suficiente para que se sientan las personas más afortunadas del planeta. Es, simplemente, admirable y maravilloso. Por muy diferentes que seamos en cuanto a lenguaje, cultura o color de piel, cuando llegas a Turkana te das cuenta de que la necesidad de salud y de amor (y concretamente la necesidad de amar y sentirse amado) es lo único intrínseco a cualquier ser humano sobre la faz de la tierra.
Nunca pensé que cumpliría 22 años en África. Aquel día no solo cumplí años, sino también un sueño: ver por primera vez la llegada de una nueva vida al mundo. A un mundo mucho más inhóspito del que me tocó a mí hace 22 años y una vida por delante indudablemente más dura. No creo mucho en las casualidades pero sí creo profundamente en la Providencia y nunca olvidaré que, a partir de ahora, no solo comparto cumple con mi hermana melliza, sino también con aquel “peque” que nació ese día en Kenia, delante de mis ojos, y al que pude dar la bienvenida al mundo mientras le sostenía en mis brazos. Cada 7 de febrero me acordaré de rezar por él y por su vida, pero también de dar gracias a Dios por la mía y por el regalo de unos padres que no me han soltado de la mano desde entonces.
No puedo evitar sonreír (e incluso que se me caiga alguna lagrimilla) al recordar cada uno de estos momentos, cada una de estas personas y este lugar, Turkana, mientras escribo estas líneas desde mi habitación, después de un curso muy intenso a nivel personal y académico, pero también inolvidable por muchos motivos. La palabra recordar viene del latín re (volver a) y cordis (corazón); recordar: volver a pasar por el corazón. Y cada vez que recuerdo Turkana, mi corazón late un poco más fuerte. Y es que, ahora, de vuelta en Santander, cada vez que me preguntan por mi viaje a África, empiezo a contarles, sin saber por dónde empezar ni tampoco por dónde terminar, porque es complejo hablar de un sentimiento que va más allá de las palabras… pero, como está escrito en el Evangelio según San Lucas: “de lo que rebosa el corazón habla la boca”.
Turkana siempre permanecerá en mi corazón por ser ese lugar donde es fácil ser feliz intentando hacer un poco más felices a los demás. Turkana es ese lugar donde, como diría Madre Teresa de Calcuta, solo hacen falta “dos manos para servir y un corazón para amar”.
¡Buenas a todos! Primero de todo, soy Alonso Císcar, recién graduado de la ELU y estudiante de Física y Matemáticas en la Universidad de Valencia. Recién regresado a España, vengo a contaros un poco de mi experiencia de mi Erasmus en Estrasburgo, Francia, lo que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida.
El hecho de haber hecho mi intercambio en Estrasburgo no es para nada una casualidad, y es de hecho una decisión que tomé ya en primero de carrera. Yo formo parte de la primera promoción de mi doble grado en la Universidad de Valencia, por lo que cuando comencé los estudios, todavía no había ningún destino cerrado para realizar el Erasmus. Tras unirme a la Comisión de Seguimiento del grado, me comprometí para asegurar que hubieran destinos interesantes, y tras saber las opciones posibles y escuchar Estrasburgo, no paré de presionar a los coordinadores para que consiguieran ofertar ese destino. Cuando firmaron el convenio, incluso me llamaron para contarme las buenas noticias.
Tras haber vivido casi un año en Estrasburgo, puedo decir que elegí el destino perfecto. La ciudad parece sacada de cuento, y se encuentra en la histórica y preciosa región de Alsacia, que combina pinceladas de cultura francesa y alemana, increíbles parajes naturales y para los amantes de la Navidad, tiene de los mercados más impresionantes del mundo, por algo la llaman Capital de la Navidad. Además, no podemos olvidar que es sede del Consejo de Europa y el Parlamento Europeo, y a pesar de que soy estudiante de ciencias, los que me conocéis, sabéis que me apasiona la política europea. La historia de Alsacia y en particular Estrasburgo es apasionante, en sus calles puedes observar la unión de Francia y Alemania y en sus museos el difícil pasado de la región, las múltiples guerras, todo contribuyendo a la gran ciudad que es ahora. No puedo dejar de hablar de la increíble pastelería francesa y los vinos de la región, donde he destinado muy alegremente, gran parte de mis fondos del Erasmus.
Podría hablar durante horas sobre lo enamorado que estoy de la ciudad, lo mucho que he disfrutado utilizando y mejorando mi francés, y lo bien que me han acogido en la Universidad de Estrasburgo. La realidad es que en el Erasmus, no solo he aprendido física y matemáticas, sino que he aprendido sobre mí mismo y sobre la vida. El salir de mi casa, enfrentarme a ser independiente, y darme cuenta de que lo que pasara dependía de mí, lo cual es emocionante y da vértigo en partes iguales. Lo siguiente va a sonar muy cliché pero lo que el primer día era un piso vacío y una ciudad desconocida, se ha convertido en un hogar lleno de recuerdos, y dejarlo ha sido difícil.
Al final, el alma del Erasmus está en las personas que conoces en el proceso, que de repente, se convierten en grandes amigos y forman parte de la rutina. En mi caso, fue inevitable formar un grupo inseparable de españoles, con los que compartimos comidas, cenas, viajes, fiestas, aprendizajes y experiencias, amigos que invadían mi habitación, con los que he recorrido norte y sur de Europa y a los que pronto volveré a ver en España. Es increíble la capacidad que tenemos los españoles de formar comunidad en cualquier parte del mundo. Aunque no os cerréis tampoco solo a los españoles, el mundo es grande y conoceréis a personas maravillosas de otros países.
El Erasmus me ha enseñado a dejarme llevar y fluir, no pasa nada por no tener los próximos meses calendarizados minuto a minuto y el enfrentarse al día a día abierto a ser espontáneo ha traído recuerdos inolvidables que no tendría si hubiera sido algo más prudent o temeroso. Abrir la mente y dejarse sorprender por las personas que se han puesto en mi camino ha sido un regalo, y me ha permitido conocerme más, ser yo mismo y valorar mis vivencias. Y quién diría que a pesar de ir con el dinero justo como para no comer pescado en un año, he podido pasear por Praga, Bruselas, Berlín París, Viena, Oslo, Zagreb, Ljubljana, Estocolmo y Copenhague, entre otros (ignorando el dormir en autobuses y aeropuertos).
Leyendo los testimonios de mis compañeros, creo que todos estamos de acuerdo en que el Erasmus supone una evolución como persona, y que es desde luego una experiencia de lo más recomendable, yo desde luego lo recomendaría mil y una veces, y más si es en Estrasburgo. Eso sí, os deseo suerte con la burocracia francesa, la vais a necesitar. Esta experiencia te abre la mente y para mi ha supuesto un punto de inflexión en la visión que tengo de mí mismo y de mi futuro, por haber sido capaz de vivirlo, de encontrar un hogar, de compaginar con el trabajo, de mantener una relación a distancia sana y de disfrutar de mis estudios (sí, algunos hemos estudiado en nuestro Erasmus). Ahora que me queda poco tiempo en la universidad, me llevo los aprendizajes y las memorias en el corazón para seguir con mi vida, y miro al futuro con ganas de descubrir las sorpresas que vienen, con menos ansia de controlar y sobreplanificar cada paso que tomo, pero con la confianza de que estoy preparado para avanzar.
Por último, aprovecho este párrafo final para agradecer a mi universidad por pelear este destino por mi insistencia, al apoyo de mi familia, a las personas maravillosas que he conocido en mi Erasmus y a todos aquellos que hayáis llegado hasta el final, os animo a dar el paso y a vivir una experiencia única e inolvidable, ojalá pronto leer sobre vuestras propias experiencias. Finalmente, gracias a la ELU por darme la oportunidad de reflexionar sobre mi Erasmus, una buena forma de lidiar con la pena de terminarlo y también de graduarme, os mando un abrazo enorme y os deseo un feliz verano!
El pasado 3 de junio, Universia del Banco Santander organizó un evento con la CRUE Universidades Españolas y alumnos de distintas universidades de España, entre ellos varios elus. La CRUE Universidades es una asociación sin ánimo de lucro, fundada en 1994 que actúa como el principal interlocutor entre las universidades y el gobierno central, desempeñando un papel clave en la educación en nuestro país. Esta consta de un total de 77 universidades españolas: 50 públicas y 27 privadas.
Nuestros elus y los rectores de las universidades más influyentes del país asistieron al Colegio Mayor Universitario San Pablo con ganas de comprender la importancia de la institución en la sociedad actual. El evento comenzó para los rectores con una conferencia sobre las posibles líneas de acción que se podrían tomar para afrontar las dificultades de una sociedad en constante transformación. La inteligencia artificial, la diversidad del alumnado y la necesidad de globalización fueron algunos de los temas tratados. Mientras tanto, los alumnos participaron en un taller bajo el lema “Make Them Care” que abordó la importancia del “storytelling”; una estrategia para hacer que la comunicación sea más efectiva y consiga el objetivo deseado.
Más tarde, los elus acudieron al coloquio con Ana Botín, presidenta del Banco Santander, Eva Alcón Soler, presidenta de la CRUE, y otras figuras relevantes del mundo educativo. Los temas abordados no solo incluyeron la función de la universidad, una de las instituciones más antiguas del mundo, sino también la importancia de las vivencias y la involucración de los ponentes en la institución, así como sus aspiraciones para conseguir una universidad mejor. La tarde concluyó con un cóctel, durante el cual los alumnos, gracias al Banco Santander, tuvieron la oportunidad de conversar con los rectores sobre las inquietudes que afectan directamente a los estudiantes.
El pasado 14 de abril fuimos un grupo de 27 elus a Cuenca.
La jornada comenzó paseando hasta la parte antigua de la ciudad, trayecto durante el cual aprendimos acerca de la historia y leyendas de la ciudad. ¿Sabíais que no es correcto decir reconquista cuando nos referimos a la toma de la ciudad por el rey Alfonso VIII? O que a veces ponían a ciegos a vigilar puertas. Incluso Sammy reconoció la superioridad jurídica del fuero de Cuenca.
Para continuar, Celina, responsable del Museo de Arte Abstracto Español, perteneciente a la Fundación Juan March, nos transmitió su entusiasmo por esta forma de arte. Aprendimos nuevas formas de mirar el mundo, que un ratón puede ser un artista, que las ventanas también son cuadros o que la forma muchas veces importa tanto como el fondo. Incluso aquellos que más reticentes se mostraban por el arte contemporáneo, reconocieron la categoría de este museo. Muy generosamente, fuimos los últimos visitantes en abandonar el magnifico edificio (ya que este museo se emplaza en las Casas Colgadas!!!).
Estando ya muy hambrientos, tomamos unos bocadillos a la vez que disfrutábamos de unas vistas espectaculares de la hoz del Júcar (en Cuenca los valles se llaman hoces) y veíamos los rascacielos más antiguos de Europa. El café lo reservamos para tomarlo en el barrio del Castillo, la parte más alta de la ciudad, desde donde disfrutamos de la otra hoz que limita la ciudad, la del Huécar. Vimos el edificio donde Velázquez pudo inspirarse para dibujar las meninas y nos acordamos de nuestro buen amigo David Redondo al pasar por delante de la casa de José Luis Perales.
Finalmente, visitamos la catedral, primera catedral gótica de España (con permiso de los abulenses). Donde una vez más se fusionaban el arte abstracto que encontramos en las vidrieras con lo medieval de la arquitectura. Aprendimos que gracias a un graffiti se ha vinculado esta catedral con la de Burgos y diversas curiosidades como la inclinación de la nave central o la del ángel sonriente que guarda el Santo grial.
Como nuestros persuasivos estudiantes de derecho no podían abandonar la ciudad sin verlo, finalizamos visitando el monumento a la constitución que nos dejó sin palabras.
Creemos que hablamos en nombre de todos cuando decimos que pasamos un magnífico día y que estamos encantados de haceros de guías o de responder a las preguntas aquí planteadas a aquellos que no pudisteis venir. Muchas gracias también a quienes nos hicieron de conductores!!! Alonso, Jorge, Ignacio.
P. D. No podíamos dejar de divulgar que desde hoy y hasta junio, la sede madrileña de la Fundación Juan March acogerá la exposición titulada “El pequeño museo más bello del mundo” donde podréis disfrutar de una selección de obras seleccionadas del museo.
Aquí tenéis más información https://www.march.es/es/madrid/exposiciones/pequeno-museo-mas-bello-mundo
No sé ni por dónde empezar a escribir porque son tantas las cosas que me han pasado en estos meses que no sé cómo transmitir todo lo vivido.
Soy Sofía Sánchez-Bleda, y estoy en tercero. Estudio el doble grado de Relaciones Internacionales y Business Analytics en Madrid, en Icade y este cuatrimestre estoy en NC State, en Carolina del Norte, EE. UU.
En cuanto supe que me podía ir a estudiar fuera no lo dudé ni un segundo, sabía que iba a ser algo único y una oportunidad que tenía que aprovecharla. Siendo sinceros cuando en enero llegó el momento de irme me daba mucho vértigo. Era una sensación única, por un lado tenía muchísimas ganas de irme pero por otro me daba miedo salir de mi zona de confort.
Estados Unidos no es el típico destino de Erasmus a los que los estudiantes se suelen ir, para mí totalmente desconocido donde lo único que sabía era lo que había visto en las películas. Y así es, aquí estoy viviendo la mía, escribiendo sentada al sol en el enorme campus rodeada de otros estudiantes. Algunos están tumbados leyendo, otros jugando al voleibol, otros disfrutando del sol, …
El 3 de enero empezó mi aventura y salí del aeropuerto de Madrid con los ojos empapados en lágrimas. Cuando llegué y ya pasado el horrible jet lag una de las cosas que más me sorprendió es lo simpática y agradable que es la gente. Como me dijo Ainhoa una vez, la sonrisa es síntoma de felicidad, muestra el reflejo del alma y permite al otro crecer, y a mí para el que no me conozca mucho una de las cosas que más me caracteriza es esto. Escribía en mi diario “a mí me encanta sonreír y aquí te devuelven exageradamente la sonrisa” y es que con un simple gesto me empecé a sentir súper acogida.
Al principio la sensación es como que uno está de viaje hasta que pasadas las primeras semanas es cuando te das cuenta de que eso será tu casa durante los próximos meses. Otra de las cosas que más miedo me daba era perderme. Sin embargo he estado acompañada desde el minuto en el que llegué. Qué suerte tengo de que el Señor haya estado conmigo siempre.
Cada día aquí es distinto. Hay montón que cosas de hacer, desde ir a dar un paseo cerca del lago, ir al club de voluntariado del que formo parte, ir al gimnasio, pintar camisetas, ir a ver cualquier tipo de deporte que puedas imaginarte… siempre hay algo nuevo y divertido. También he tenido la suerte de haber compartido unos días con mi hermana Sara, y que lo que era mi casa a 6389 km, lo haya sido aquí.
Las clases aquí son muy distintas, en el buen sentido. El trabajo diario y constante es lo que más porcentaje tiene. Los estudiantes realmente disfrutan yendo a clase y les gusta, y hacen que eso se contagie.
Todo está siendo a lo grande. Estoy disfrutando mucho a la vez que aprendiendo. Además me ha servido para valorar lo que en casa era lo normal. Estoy conociendo una nueva Sofía que nunca se había dado, y estoy siendo feliz, dejando a un lado las preocupaciones del día a día y aprovechando cada pequeño momento.
¡Hola a todos! Somos Maite y Guille de primero y os queremos contar una experiencia que tuvimos la suerte de vivir el verano pasado y que tú también puedes vivir este verano. Y no, querido ELU, no lo ibas a adivinar nunca: fuimos guías turísticos en dos de las catedrales más bonitas de nuestro tiempo, Notre-Dame de París y la Catedral de Bourges.
Efectivamente, has leído bien. Si hubieras pasado por Bourges o París un 9 o 13 de julio, te habrías encontrado con Guille y Maite enseñando los rincones de la catedral a turistas de todos los lugares del mundo, con una banderita española de guía y creyéndose lo más.
¿Y cómo llegamos hasta ahí? Fue todo gracias a Nártex, una asociación española y católica que promueve el arte desde la fe y que todos los años organiza estancias de alrededor dos semanas en iglesias o catedrales europeas, en las que grupos de guías voluntarios de distintas nacionalidades se ponen a disposición de los turistas de su misma lengua para, desde la fe, acogerles y guiarles en su visita al monumento.
¿Y cómo es el día a día de un guía de Nártex (que no es lo mismo que un guía turístico corriente)? Para empezar, te levantas y haces el desayuno. Charlarás con tus compañeros (que se acabarán convirtiendo en tus amigos; Maite tuvo mucha suerte porque conoció a una Elumni) mientras hacéis unas tostadas con café, y saldréis hacia la catedral. Ya sea tu primer o último día, te quedarás unos minutos fuera admirándola con la boca abierta de par en par. Después de ese breve momento de éxtasis que te aseguro que tendrás, entrarás y te sentarás en una mesita colocada justo a la entrada de una de las puertas. Personalmente, te recomendamos rezar unas jaculatorias antes de empezar, porque un poco de ayudita del de arriba nunca viene mal. Una vez sentado, puedes hacer dos cosas, dependiendo de tu mood del día:Sacas el arpón y activas el modo “guía lanzado?, preguntándole a todo aquel que entre si desea una visita. Empiezas más relajadito, charlando con los otros guías (amigos) en la mesa hasta que algún visitante muestre un ápice de interés, momento en el que ya te lanzas a por la primera visita del día.
Probablemente estarás preocupado diciéndote: ¿Cómo voy a hacer yo una visita, si no sé nada de catedrales? ¿Cómo empiezo? ¿Cómo arranco? ¿Alguien me va a enseñar?
Tranquilo, tranquila. Déjanos explicarte.
Antes de llegar a tu destino, la asociación de Nártex te impartirá un curso del cual vas a salir con un máster en guías turísticas. Allí, durante un fin de semana en Madrid, vas a aprenderlo todo: cómo hacer las guías; cómo enseñar un edificio cristiano revelando la Fe tras las piedras y cómo captar y tratar a los visitantes, incluso a los más desinteresados. Además, te van a enviar unos documentos específicos sobre la catedral. Con eso ya sí que tendrás un doctorado en guía turístico.
Volviendo a tu día a día, cuando acabes la primera tanda de visitas, volverás a casa, cocinaréis algo juntos y comeréis. Luego, si eres un español de bien te echarás una buena siesta y partirás de nuevo hacia la catedral. De nuevo allí, seguirás con tu tanda de visitas hasta que llegue la hora de irse.
Ahora viene la segunda parte de la experiencia, que depende más de tí y tu organización con los otros guías. Tendrás todas las tardes para ver la ciudad, ir a los castillos de los alrededores, hacer paseitos en bici, visitar más monumentos o simplemente quedarse en casa jugando a las cartas con canciones de fondo o viendo una peli con un cuenco de palomitas. También hay un momento para cuadrar las cuentas, porque todo lo que recaudes de las visitas se destina a la asociación encargada de la iglesia en cuestión, que ya es muy generosa costeándote el alojamiento y la comida.
NOTA: Nosotros hablamos de Francia porque es el destino que escogimos, pero Nártex te ofrece la posibilidad de ser guía en ni más ni menos que: Oxford, París, Burdeos, Montpellier, Rouen, Constanza, Speyer, Erfurt, Florencia, Venecia, Madrid, Cádiz, Barcelona, ¡y más! Pero el mensaje es el mismo, porque no es la ciudad sino lo que vives en ella, y la parte de comunidad hizo que lo vivido haya sido inolvidable. Pero como te dijimos antes, eso ya te toca a tí planificarlo.
Amigo, amiga, creo que te hemos dicho todo lo que tenías que saber. Estamos seguros de que, si te animas, será una de las experiencias más completas que vayas a vivir. Probablemente tengas alguna duda más, por lo que aquí te dejamos nuestros instagrams (y de paso, le echas un vistazo a los posts que subimos de la experiencia :))
Ramiro y sus amigos van de camino a las pistas de pádel de su pueblo para jugar una emocionante partida de pádel, cuando de repente escuchan unos gritos muy fuertes, se dan la vuelta y ven a una persona con la cara tapada pegándole un fortísimo puñetazo en la cabeza a un hombre, el hombre cae desplomado al suelo y el agresor empieza a rebuscar en sus pertenencias, quitándole un móvil de última generación, un reloj Rolex valorado en 20.000 € y un monedero con sus identificaciones, tarjetas de crédito y 764€ en efectivo.
El ladrón no se lo piensa dos veces y procede a darse a la fuga, se dirige a la carrera hacia Ramiro y sus amigos para escapar por la calle principal. En ese momento y aprovechando que el ladrón emprendía la huida muy cerca de ellos, Ramiro le hace la zancadilla al ladrón. Este, que estaba corriendo a una alta velocidad, pierde el equilibrio y se cae dándose un fuerte golpe. Gracias a la intervención de Ramiro una patrulla de la Guardia Civil, que pasaba por ahí, consigue detener al ladrón, que en la caída ha sufrido la fractura de 4 dientes y un esguince en el hombro.
¿Crees que Ramiro podría ser condenado por un delito de lesiones si el ladrón le denunciara?
Defensa propia es un término que habrás escuchado en muchas ocasiones. En películas, principalmente americanas.
¿En España existe la defensa propia? ¿Qué requisitos se exigen? Pues ahora mismo te lo cuento.
En España no existe, en el Código Penal, ninguna figura jurídica con el nombre de defensa propia como tal. En España existe lo que llamamos legítima defensa y se encuentra regulada en el artículo 20.4 del Código Penal.
La legítima defensa supone la exención de la responsabilidad criminal. Esto quiere decir que cuando una persona actúa en legítima defensa (ya sea en defensa de los derechos propios o los de otra persona), si comete un delito en el ejercicio de la defensa, no tendrá que responder criminalmente por esa acción.
Pero no todo vale, el Código Penal exige tres requisitos para que se pueda considerar que se ha actuado en legítima defensa.
A) Existencia de una agresión ilegítima: debe estar dándose una agresión de forma presente (esto es muy importante) o que la agresión sea inminente. No vale que queramos actuar en legítima defensa cuando la agresión ya no se está produciendo o ya ha finalizado. En nuestro caso vemos claramente la agresión ilegítima, el puñetazo y el robo, que todavía no se ha terminado de producir (se considera que el robo ha finalizado cuando el ladrón puede disponer de lo que ha robado libremente, en este caso todavía no ha terminado de huir)
B) Necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión: básicamente no matar moscas a cañonazos. El medio que usemos debe ser proporcional a la agresión. En nuestro caso vemos que Ramiro ha usado un método que podríamos calificar de proporcional, ponerle la zancadilla. En todo caso, para observar si existe racionalidad en el medio usado para evitar la agresión, debemos atender al caso concreto y los recursos que tenia disponible la persona que repele la agresión y la forma en la que ha usado estos medios de defensa.
C)Falta de provocación suficiente por parte del defensor: esto quiere decir que el defensor no genere la situación de agresión, debemos tener en cuenta que debe ser una provocación suficiente. En nuestro caso observamos que ni la víctima del robo ni Ramiro han provocado al ladrón.
Lo que diferencia la legítima defensa de otras figuras similares, como el estado de necesidad, es que en la legítima defensa podemos, cuando cumplamos con los requisitos, generar un daño mayor del que pretendemos protegernos.
Parece claro que Ramiro cumple con todos los requisitos que exige el Código Penal. Por lo que no tendría ninguna responsabilidad criminal por las lesiones del ladrón.
¿Cómo se justifica la legítima defensa? El Derecho Penal justifica esta figura alegando que quien actúa en legítima defensa está actuando en defensa del Derecho y del Ordenamiento Jurídico.
No obstante, debemos tener en cuenta que cada situación concreta puede ser interpretable y debatible.
Al parecer la ELU ha decidido este año conquistar Italia y yo no voy a ser menos. Soy Lola Álvarez, estudiante de 4º de Ingeniería Química en el Instituto Químico de Sarrià (Universidad Ramon Llull) en Barcelona y este último cuatrimestre he estado en Milán de Erasmus.
Me he sumado tarde al carro de contar mi experiencia, puesto que la mayoría de mis compañeros lo han hecho durante su estancia, pero como bien dice nuestro querido Martín, un camino no lo da todo hasta que no se recorre por entero. Por otra parte, quería darme un tiempo para aterrizar y digerir todo lo vivido, para así poder contarlo de la mejor manera posible.
No os voy a mentir, considerando toda la historia y cultura que abunda en Italia, Milán no era de mis primeras opciones como destino. Sin embargo, al ser mi universidad de origen pequeña, las ofertas eran un tanto limitadas, y de todas las elecciones posibles (en Italia tenía únicamente dos), terminé decantándome por la universidad: el Politecnico di Milano.
Con casi 50.000 estudiantes y 6 campus enormes repartidos por la región de Lombardía, el Polimi es una de las universidades con más prestigio a nivel europeo para estudiar ingeniería. Mi compañero Dani Abellán – si lees esto, verás como Milán mola más que Turín 😉 – ya comentó en su día cómo funciona el sistema educativo en Italia, así que no me entretendré porque en Milán funciona de la misma forma. Lo que sí mencionaré sobre el Politecnico es que está diseñada para que los alumnos se gestionen ellos mismos su propio tiempo y dedicación a los estudios, lo cual supone un gran contraste teniendo en cuenta que yo venía de una universidad privada, con muy pocos alumnos por clase, tres horas de laboratorio diarias y evaluación continua. El Politecnico es más bien todo lo contrario. No obstante, me ha gustado poder vivir la experiencia y poder contrastar dos formas de aprender distintas, cada una con sus respectivas ventajas e inconvenientes.
Mi campus en concreto, Leonardo, está ubicado en Città Studi, una zona de Milán no muy alejada del centro pero a su vez muy tranquila. Se respira el ambiente estudiantil allá donde vayas, en especial hacia las siete de la tarde, cuando la mayoría de clases han terminado y, si hace buen tiempo, se observa a todo el mundo sentado en la hierba que hay delante del edificio principal tomándose un Aperol del bar de confianza, la Spritzeria.
Pese a lo que muchos opinen, Milán es una ciudad bonita para vivir. Evidentemente no tiene el calibre cultural que tiene Roma, donde en prácticamente cada esquina hay una ruina o monumento que contemplar, pero es bonita a su manera. Más allá de los lugares más turísticos a visitar, como el Duomo, las galerías Vittorio Emmanuele, el Castello Sforzesco, la Pinacoteca de Brera y la zona de Navigli, vivir en Milán me ha dado la oportunidad de descubrir rincones preciosos que suelen pasar desapercibidos. Además, es la ciudad que mejor comunicada está del país, tanto dentro como fuera. Y es que donde no llegue una de las líneas de metro, llega un tranvía, y si no, habrá un bus que te lleve a tu destino. Por lo que respecta a viajes, su posición es tan estratégica que te permite hacer infinitas excursiones con sus trenes regionales. Gracias a ello, yo visité toda la región de Lombardía, Piemonte, Veneto, la Toscana y llegué incluso a Lazio, por no mencionar los viajes por Europa desde cualquiera de los tres aeropuertos de la ciudad.
Creo que todos los que hemos ido de Erasmus o de intercambio coincidiremos en dos cosas. La primera es que todos hacemos una evolución. Como bien comentaba mi compañero Ramón, volvemos siendo personas completamente distintas. A parte de que la Lola de hace seis meses no sabía cocinar, ni saber vivir sola, ni espabilarse, he vuelto con un cambio de mentalidad. Algo que no me gustaba de mí y que siempre comentaba con María en las mentorías es que de estar tan preocupada por el futuro, no lograba vivir el presente al cien por cien y no estaba conectada con la realidad. Pero este cambio de aires, no tener una rutina preestablecida y mis ganas de no querer contar lo mismo que ayer han permitido que disfrutara más de lo que vivía, y es algo que me he llevado de vuelta a Barcelona.
La segunda cosa es que la experiencia Erasmus no son los viajes, ni la fiesta (que por cierto, en Milán es lo más), sino que son las personas. No me considero una persona tímida (en gran parte gracias a la ELU, donde en cada ocasión uno acaba conociendo a gente nueva, y en parte porque al ir completamente sola no me quedaba otra) y no me fue difícil hacer amigos. Y qué amigos. No sabéis la suerte que he tenido de haberme rodeado de gente tan buena, y no sabéis lo agradecida que me siento. Vivir lejos de mi casa, sumado con la intensidad que supone estar de Erasmus, convierte a tus amigos en tu única familia allí, y una vez más pude ver reflejada la frase que tanto se nos dice en la ELU, no es dónde, sino con quién.
No me quiero enrollar mucho más, pero a efectos prácticos sí me gustaría dar algunos consejos para aquellos que quieran irse o se vayan a Milán de Erasmus:
Id pronto. Aunque vuestras clases no empiecen hasta mediados de septiembre, intentad venir diez días antes para asentarse a la ciudad, conocerla y hacer planes con el resto de Erasmus que ya estén allí.
Milán es una ciudad de clima extremo, el entretiempo no existe. Suele hacer mucho calor hasta mediados de octubre y en cuestión de dos días llega el frío invernal.
Como buena catalana, os diré el bolsillo os va a picar, sobre todo con el alojamiento. Pero la situación es la que es y cuanto antes busquéis alojamiento, mejores opciones tendréis.
Lo queráis o no, acabaréis relacionándoos más con españoles por inercia. Al fin y al cabo somos los que no solo compartimos el idioma sino también costumbres. Sin embargo, os animo a no cerraros y conocer a personas de distintas nacionalidades (no solo italianos, sino que también libaneses, belgas, franceses, iraníes, taiwaneses, americanos,…). La riqueza cultural que ganaréis será brutal y os llevaréis muy buenos amigos.
No decir que no a ningún plan, las mejores anécdotas nacen de los planes más aleatorios.
Sed conscientes de que lo que estáis viviendo es algo único y que muy probablemente estéis viviendo los mejores meses de vuestra vida, por lo que aprovechad desde el principio cada momento.
Por mi parte creo que no me no me olvido de nada, salvo de recomendar encarecidamente que vayáis de Erasmus. No tendremos muchas más ocasiones en la vida de vivir una experiencia así, de modo que si os lo estáis pensando, no dudéis. Y por supuesto, si alguien tiene alguna pregunta, yo estaré encantada de responderos.
El pasado 29 de febrero, la antigua Híspalis recibió con ansias la visita de nuestro mentor, Diego, en su nueva visita a la capital andaluza. Nada más bajar del tren, nuestros veteranos esperaban impacientes la hora de su mentoría, por fin presencial, mientras que las nuevas incorporaciones de ELU Sevilla aguardaban la reunión acordada para compartir con nuestro mentor pequeñas conversaciones que se sienten más reales sin depender de una conexión Wi-Fi.
Diego no tardó en animarnos a abrirnos e iniciar, de manera casi involuntaria, todo tipo de conversaciones solo propias de la ELU. Las presentaciones se hicieron necesarias, al contar en la mesa con tres ELUMNIS, Fátima Rebollo, Carlos Contreras y Lourdes Borja, que no tardaron en transmitirnos algunas de sus incontables experiencias en su paso por la ELU, etapa que recuerdan con especial nostalgia. Esta fue una oportunidad para reunirnos y poner en común nuestras impresiones, a la vez que la visita de Diego resulta la excusa perfecta para encontrar un hueco en nuestras agendas y disfrutar de la vida ELU que tanto se llega a echar de menos en el día a día.
Aunque la idea inicial era terminar la jornada visitando una exposición, “Naturaleza Encendida en el Real Alcázar de Sevilla”, el tiempo jugó en nuestra contra y no nos permitió seguir los planes iniciales. Y ahí estuvo Diego para recordarnos la importancia de tener siempre un plan B, que gracias a los más experimentados resultó ser una noche de enriquecedora historia sevillana.
Durante su estancia en Sevilla, varios tuvimos la oportunidad de disfrutar de mentorías presenciales recorriendo los rincones de esta preciosa ciudad, como la Real Fábrica de Tabaco de Sevilla, actual Rectorado de la Universidad de Sevilla, y gozar de las vistas del río Guadalquivir y sus puentes o de la simplicidad de un típico desayuno sevillano, que resulta la mejor forma de empezar el día.
Con la sensación de entusiasmo por la pronta llegada del segundo finde, despedimos a nuestro mentor esperando encontrarnos con él en apenas dos semanas.
Sputnik es un proyecto liderado por la Fundación el Mundo Que Viene, que nace en Sevilla y cuyo objetivo es movilizar y formar en las tecnologías exponenciales a 5000 jóvenes andaluces en diez años, actuando a modo de cañonazo de optimismo, con el fin de que estos creen las startups del futuro.
Así, este año, en su cuarta edición, hemos tenido la oportunidad de participar en el programa seis elus: Pedro Amores, Beatriz López, Javier Micó, Sergio Küppers, Juan Manuel García y Carmen Rojo.
El programa se estructura en tres seminarios que se llevan a cabo durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, abordando temáticas distintas en cada uno de ellos. Este enfoque secuencial permite una inmersión gradual en diferentes aspectos de desarrollo personal y profesional.
En el Bootcamp, los diversos oradores nos guiaron a través de un viaje inspirador al compartir experiencias y consejos que resonaron en lo más profundo. Descubrimos la importancia de confiar en nosotros mismos, derribar límites, perseguir nuestros sueños y apreciar la sinergia del trabajo en equipo. Desde las experiencias vividas por Ousman Umar hasta las reflexiones sinceras de David Cerdá acerca del sentido de la vida, cada relato dejó una huella profunda y duradera en nuestra percepción del crecimiento personal.
En el TechCamp, nos adentramos en el mundo de las tecnologías emergentes. Los expertos nos mostraron las líneas de investigación en la inteligencia artificial, la biotecnología, la conducción autónoma, el blockchain y el metaverso, brindándonos una comprensión práctica de su impacto actual y futuro. Aprendimos cómo estas herramientas están transformando nuestra realidad y, lo que es más importante, cómo podemos aprovecharlas de manera creativa. Desde sus aplicaciones cotidianas en el ámbito empresarial hasta la exploración de metas ambiciosas como la búsqueda de la cura del cáncer, cada ponente compartió conocimientos clave que nos preparan para afrontar la inminente revolución tecnológica.
Por último, en el Start-up Camp tuvimos la oportunidad de escuchar los testimonios de grandes emprendedores. A lo largo de este seminario, se abordaron temas indispensables para la creación de una empresa desde la financiación, la motivación y espíritu tras esta, hasta la importancia de disponer de un buen equipo y una adecuada formación. Todo esto con el objetivo de profundizar en los retos y oportunidades que se están generando en este sector de actividad.
En definitiva, Sputnik ha supuesto una gran oportunidad de aprendizaje que, además, nos ha permitido entender la importancia de ser proactivos y tomar la iniciativa, aspirando a grandes objetivos que contribuyan a la construcción de un mundo mejor
“¿Quién es una persona verdaderamente exitosa?” Es la pregunta planteada por el BBVA a una serie de jóvenes. Con Jaime Lorente como portavoz, surgieron preguntas como: ¿Qué es el éxito y qué se puede hacer para lograrlo? Nuestro alumno de 4º, Alonso Císcar, participó en esta iniciativa.
El actor Jaime Lorente, conocido por su participación en series como “La Casa de Papel” y “Élite”, reflexionó con un grupo de jóvenes en el quinto episodio de ‘Desafíos‘, un programa de Aprendemos juntos 2030 que reúne a jóvenes de distintos países y contextos para dialogar y reflexionar sobre los desafíos que enfrenta su generación. En este proyecto del BBVA, que consta de 10 episodios, más de 100 jóvenes de diversos países se unen para discutir 10 desafíos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. La ELU se suma a esta iniciativa gracias a nuestro alumno Alonso Císcar que aportó su perspectiva y reflexiones sobre el tema.
El pasado 8 de febrero nos reunimos un numerosísimo grupo de elus, elumni y amigos para ir al Teatro de la Comedia a ver “El Castillo de Lindabridis”, una obra de Calderón de la Barca que prometía entretener con un a priori típico argumento de una princesa cuyo padre decide casarla con el caballero que venza al príncipe en un combate. Como no podía ser de otra forma, la trama de enredó hasta extremos insospechados, tanto que al salir que hubo vívidos encontronazos (verbales) defendiendo cada uno nuestra versión.
El post-teatro se trasladó a una cervecería cercana donde se produjeron esos encuentros que tanto nos gustan y pasamos un muy buen rato.
“En el Museo de Bellas Artes de Coruña hay una exposición de las obras y de la biografía de Joaquín Sorolla, excusa perfecta para que los elus nos rencontrásemos después del I Finde ELU”.
Hacía un día lluvioso y lo empezamos con una comida italiana. De la mano de “La Mafia se sienta a la mesa”, entre risottos, tagliatelli y rigatoni, compartimos reflexiones tan variadas como los sistemas electorales, la sociedad, las carreras universitarias y la formación que nos ofrece la ELU.
Después de estas dos horas donde filosofamos todo cuanto el tiempo nos permitió, nos tocaba andar 10 minutos, dirección al Museo de Bellas Artes para ir a ver la exposición. La lluvia parecía que trataba de impedírnoslo, pero al fin llegamos al museo donde estaba la exposición que queríamos ir a ver.
Una prolífica exposición, donde empezamos aprendiendo sobre la biografía de Joaquín Sorolla, sobre sus vínculos con Galicia y sobre su estilo artístico, y seguimos observando todas y cada una de las obras que la exposición nos ofrecía. Detrás de cada obra, un sentido, un mensaje, que nos hacía detenernos delante de cada una de ellas y reflexionar sobre los aspectos que nos parecían más importantes de la obra.
Finalmente, cerramos esta quedada eluartística con un buen chocolate con churros en el tradicional “Bonilla a la Vista” de Coruña, con el convencimiento de que había sido un día estupendo entre amigos y de que teníamos que volver a disfrutar de un día así lo más pronto posible.
Soy Marta Aguado, de 2º de la ELU. Vengo a invitaros a participar en un proyecto muy chulo que se lleva a cabo anualmente en mi Universidad (ETSII, UPM)*.
Se trata de VOLUNFAIR, una feria de voluntariado muy especial. Es parecida a Aula (en Ifema) pero, en vez de ser una congregación de universidades, es de ONGs. Invitamos a más de 60 ONGs y asociaciones para que tengan la oportunidad de presentar sus proyectos de voluntariado a los más de 4000 jóvenes que cada año se pasan por la Feria.
Nuestro objetivo es ser un puente entre los jóvenes y el voluntariado. Somos conscientes de que hay mucha gente con ganas e ilusión por ayudar, pero que no sabe ni cómo ni dónde hacerlo.
La feria nació de la mano de unos pocos estudiantes que supieron responder a un deseo profundo de hacer de la universidad un lugar que fuese más allá de la obtención de unos conocimientos técnicos acerca de la ingeniería. Formaron lo que hoy se conoce como la feria de voluntariado universitaria más grande de España.
Pero no acaba aquí… Durante los días de la feria, invitamos a personas que nos dan su testimonio, motivándonos a dar lo mejor de nosotros mismos y a aspirar a grandes metas e ideales de vida.
Este año, será la IX edición y tendrá lugar los días 8 y 9 de febrero. El lema elegido para esta edición es: ¡Manos a la obra! Con él, queremos despertar a los jóvenes, invitarles a que se involucren en experiencias de voluntariado, porque estamos convencidos de que saliendo de nuestra zona de confort y dándonos a los demás, somos plenamente felices.
En esta edición, he tenido la suerte de formar parte del equipo de más de 100 voluntarios que todos los años organizan la Feria, junto con otros alumnos de la ELU: Álvaro Pacheco, Alejandro Aragón, Olivia Alarcón (ELUmni) e Isabel Salmerón (ELUmni). La verdad es que está siendo una experiencia muy enriquecedora; compartiendo ideas, trabajando juntos por algo tan especial…el ambiente que se crea entre todos es una pasada. Además, nos damos cuenta de que cada esfuerzo, cada gota, por pequeña que sea, cuenta. Porque sumándolas todas, se puede lograr algo tan grande como esta Feria.
VOLUNFAIR es una toma de conciencia de la necesidad de salir de nuestras zonas de confort y darnos cuenta de que en cada esquina hay alguien que podría necesitar nuestra ayuda, empezando en nuestras familias y con nuestros amigos. Solo con mirar, mirar con ojos predispuestos, podrá uno encontrar aquel sitio en el que su presencia suponga la liberación, en alguna medida, del peso del sufrimiento inevitable del ser humano.
¡Estamos ya en la recta final!
Por eso, queremos invitaros a todos a que vengáis a VOLUNFAIR.
Creemos que es un proyecto que merece mucho la pena, no os arrepentiréis.
Cristina Pastor Roca (#ELUMNI13), Joana Ramos Ferreira , (#ELUMNI13), Luisa Ripoll Alberola (#ELUMNI12) y Cristina Cañete Sánchez (#ELUMNI12) acaban de publicar varios artículos académicos en Relectiones, revista interdisciplinar de filosofía y humanidades. Estas investigaciones son el resultado de su Trabajo Final en la Escuela de Liderazgo Universitario, los cuales ven ahora la luz como muestra de su recorrido personal e intelectual en la ELU. ¡Enhorabuena por vuestros trabajos! ¡Es un placer poder leeros!
Lo primero de todo, para aquellos que no me conozcan, soy Ramón Torres, estudiante de 4º de ingeniería industrial en la Universidad de Sevilla y de 4º de la ELU.
Este año soy uno de los afortunados en irse de Erasmus y no hay mejor ciudad que Roma, la citta eterna. La ciudad que no muere, que tiene historia romana, germánica e incluso española, que durante siglos fue la capital de la civilización occidental y en la que se respira historia en cada esquina.
Para mí, los primeros días fueron como un turista más, desde el Coliseo al Vaticano pasando por Trastevere sin olvidarnos de pasar antes por la Fontana di Trevi. Lo he resumido en muy poco para una ciudad como Roma, pero para mí era la primera vez que salía de casa tanto tiempo y la primera vez en esta ciudad. Aunque lleve 4 meses fuera de casa y me quede bastante aún, desde hace tiempo puedo decir que me llevo a personas esenciales, desde mis compañeros de piso a personas de distintas partes de España con las que probablemente nunca hubiera coincidido.
Los primeros meses fueron de viajes, y muchos: Nápoles, Milán, Verona, Florencia, Bolonia y Rávena, entre otros. Además, el segundo cuatrimestre se espera movidito también por viajes: a Madrid de vuelta a la “Paquito”, al norte de Italia y centro de Europa en general. Sin embargo, no todo va a ser viajar. Leyendo distintos “Elus por el mundo”, me di cuenta de que se nota que somos ELUs, no solo queremos viajar y salir de fiesta como siempre pintan de Erasmus, sino que queremos ir más allá, nunca pasar de puntillas.
Por este motivo, siempre tuve muy claro que quería aprovechar al máximo la oportunidad de estar en una universidad tan prestigiosa como lo es la Sapienza. Durante el curso he podido asistir a clases de máster, seminarios y prácticas sobre energía (mi especialidad en Sevilla), además de poder impregnarme de distintas culturas, compartiendo clase con polacos, franceses, iraníes, etc. Actualmente, estoy terminando los exámenes, pero la experiencia de las clases me ha encantado; muy internacional y abierta, una universidad muy grande y diversa en la que todo el mundo tiene cabida. Además, mi facultad, por suerte, está al lado del Coliseo y de la Iglesia de San Pietro in Vincoli (alberga el Moisés de Miguel Ángel), además de ser un edificio histórico la propia facultad. En resumen, en Roma se respiran historias vayas donde vayas.
Como es de esperar, en el Erasmus hay tiempo para todo, y tú decides en qué invertirlo. En estos primeros cinco meses, puedo decir que han sido de mucho aprendizaje, de reír, de equivocarme, de disfrutar, de saber gestionar y aprender. Puedo decir que, tras esta primera mitad, el Ramón que llegó no es, ni volverá a Sevilla dentro de 5 meses siendo el mismo, este continuo aprendizaje hace madurar aún más al que pensaba que era maduro, organizado al que pensaba que lo era y ciudadano del mundo al que pensaba que era el mundo el que lo llevaba a él.
Antes de despedirme, llega el momento que todo el mundo estaba esperando, y sí, la recomendación. Animo y recomiendo a todo aquel que se quiere ir y al que no y aún no lo sabe también, a que se dejen sorprender y se “tiren” a la piscina. Somos jóvenes una vez y los 22 (que acabo de cumplir) no los voy a volver a tener. Por eso, porque la vida está para exprimirla al máximo, no dejéis que miedos e inquietudes os abrumen y os dejen sin una experiencia que recordaréis toda la vida, el “famosillo” Erasmus. Finalmente, quiero agradecer a todos los que están haciendo de estos meses una experiencia única y que para cualquier duda o indecisiones que tengáis, no dudéis en escribirme, para eso están los Elus .
¡Hola! Soy Álvaro Monllor, elu de cuarto. Hace un tiempo, algunos compañeros de la Universidad de Alicante y yo lanzamos un proyecto llamado Findit. Con Findit pretendemos ofrecer a la sociedad una aplicación que vaya más allá de comparar precios, ya que aspiramos a convertirlo en el mejor asistente virtual para hacer compras eficientes e informadas, todo con el objetivo de ahorrar tiempo y dinero al usuario.
Desde el principio, el Centro de Emprendimiento de la UFV nos ha brindado su apoyo, alentándonos a participar en diversas competiciones y actividades relacionadas con el emprendimiento. Es por ello, que el pasado martes 19 de diciembre, asistí a la UFV para presenciar las presentaciones de los trabajos finales que estudiantes de Diseño habían realizado como parte de algunas de sus asignaturas. Lo que hace especial a esta iniciativa es que los estudiantes basan su trabajo final en proyectos colaboradores con el Centro de Emprendimiento.
En septiembre, recibí un correo del Centro informando que habíamos sido seleccionados por estudiantes de Diseño de la UFV para formar parte de su proyecto final transversal. Este proyecto abarcó un rebranding completo, visuales de comunicación, un plan de marketing y representaciones en 3D para nuestra marca. Durante el cuatrimestre, los estudiantes trabajaron siguiendo las pautas proporcionadas por sus profesores y las indicaciones que les dimos en un video de presentación, así como en documentos con preguntas específicas sobre el proyecto. La presentación final tuvo lugar, como he comentado, el martes 19 de diciembre en la UFV. Hago un inciso para mencionar la extraña situación que se tiene al pisar la UFV sin la compañía de todos los elus. Durante las presentaciones pude apreciar los resultados del trabajo realizado por los 4 grupos que se centraron en Findit. Esta oportunidad no sólo nos ha brindado un impulso creativo dado que los estudiantes han diseñado logos, representaciones 3D y han definido tipografías y colores de marca, sino que también he podido escuchar el feedback de sus profesores. Estamos muy agradecidos a los estudiantes y al Centro de Emprendimiento por habernos seleccionado para participar en esta iniciativa que sin duda nos ha servido como fuente de inspiración.
Diciembre ha arrancado de una forma muy especial: cena Elumni en Bruselas. Nuestros antiguos alumnos Jugatx Ortiz (#ELUMNI1), Laura Márquez (#ELUMNI10), Andrea Sánchez, Ignacio Pueyo y Abraham Velarde (#ELUMNI11) se reencontraron en la capital belga para ponerse al día y recordar todas las experiencias vividas en la ELU. ¡Es una alegría poder ver cómo se va extendiendo nuestra red!
Nuestro alumno de 1º, Juanma García, quiere compartir con nosotros los artículos de opinión que escribe relacionados con muchos de los temas que se tratan en Becas Europa y la ELU.
Maite Tormo Centeno, 1º ELU, Ignacio Cascón Hernández, 4º ELU
Las 19:30 horas, el sótano del bar JJ, cervezas, música de fondo y filosofía.
Así empezó la tarde del 1 de diciembre, donde 14 elus y el Padre Pou nos reunimos para tratar un tema muy concreto: el sentido de la vida, ¿se crea o se descubre? El entusiasmo ante esta nueva iniciativa, “filosofía de bar”, creada por Luis Muñoz, Alejandro Aragón y el Padre Rafael Pou, hizo que las 12 plazas se cubrieran en menos de 30 segundos.
Tras varias impresiones de lo que podía ser el sentido de la vida (deseo de pertenecer, lo que nos hace no suicidarnos, acoger nuestra limitación…), el Padre Rafa nos brindó cinco minutos de reflexión. -Percibimos la realidad en historias-, decía, y tenemos todos un cuadro de sentido a partir del cual vamos construyendo nuestra propia historia. Solo nosotros podemos saber si hemos dado con el sentido de vida correcto.
Enseguida surgieron temas de lo más dispares y variopintos: desde nuestro viejo conocido mal (¿Hitler tenía un sentido de vida?), el papel de la individualidad en la búsqueda de sentido, incluso pusimos en duda si teorizar tanto sobre el sentido de la vida no sería algo propio del primer mundo. Y, cómo no, nos preguntamos sobre el amor, el matrimonio o el divorcio (¿existe la media naranja?)… La discusión siguió su curso natural, hasta que alrededor de las 23:00 horas, el bar nos vio marchar mientras seguíamos rumiando las ideas expresadas esa tarde, algunos todavía hoy seguimos dándole vueltas y estamos deseando que se produzca el segundo encuentro para compartir las conclusiones a las que hemos llegado.
Por supuesto agradecemos enormemente a los organizadores por darnos esta oportunidad y os esperamos a todos (bueno, solo a 12, pero nos entendéis) en la próxima reunión en la que trataremos algún tema un poco más aterrizado.
¿Quieres conocer con detalle todo lo que ocurrió en el I FDS de este curso? No te pierdas la crónica ‘El Encuentro’ en la que algunos elus han trabajado para poder reflejar gran parte de lo que fue el Fin de Semana.
“Mediados de noviembre. Empieza a hacer frío, y sin darnos cuenta ya ha pasado la mitad del primer cuatrimestre. Elus de todas partes de España (e incluso de fuera) nos reunimos en Madrid, muertos de ganas por vivir esa dosis de Fin de Semana que todos necesitábamos después de la Jornada de Inicio de Curso. Como siempre, la UFV nos recibió con los brazos abiertos, y en el ambiente se palpaba el inmenso interés por descubrir qué tendría que aportarnos el tema del que iba a ser uno de los fines de semana más difíciles y especiales para todos: “Las caras del mal””.
El pasado domingo 26, nos reunimos los elus de Cataluña para ir a escuchar la Sinfonía número 4, en Fa menor op. 36, de P. I. Tchaikovsky en el Palau de la Música Orfeó Català. Por el mismo motivo que nos dejó asombrados a todos su arquitectura modernista, es por lo que es la única sala de conciertos declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, una verdadera maravilla. Y ya no hablemos del concierto, en el cual, la Jove Orquestra Simfònica de Barcelona, supo interpretar de forma sublime los cuatro movimientos con el sentimentalismo y el subjetivismo hacia el poder del destino que impregna Tchaikovsky en cada uno de ellos. Me parece muy bonito poder compartir y disfrutar de iniciativas tan bonitas juntos. La compañía, como siempre, un regalo más de la tarde, además pudimos conocer mejor a los nuevos elus de 1º y disfrutar de nuestra mentora María Longás que también nos acompañó.
El pasado verano Ana Ahuyon (#ELUMNI10), Nacho Artero (#ELUMNI13), Blanca Ruiz (#ELUMNI11), Diego Sánchez (#ELUMNI10), Olivia Alarcón (#ELUMNI13), Abraham Velarde (#ELUMNI11) participaron en el programa internacional católico de liderazgo “In Altum” en Washington D.C (Estados Unidos).
Hoy tres de ellos, Olivia Alarcón, Diego Sánchez y Blanca Ruiz nos cuentan sobre el programa, lo que conlleva y su experiencia en él.
” In Altum es un programa de liderazgo dirigido para personas de todo el mundo preocupadas y conscientes del mundo en el que viven y los tiempos que corren. Se trata de un programa que pretende juntar a un grupo de jóvenes adultos para compartir debates sobre cómo poder ser grandes profesionales sin dejar de lado las raíces católicas”.
Soy Laura Cuesta, de Valladolid y de 2° de la ELU y vengo a contaros mi experiencia de voluntariado en Portugal.
En agosto tuve la oportunidad de ir como voluntaria a un centro de acogida en Braga. “No os esperéis nada. Aquí os encontraréis con niños y adolescentes muy complicados”. Complicados. Ese fue el adjetivo que usaron los trabajadores sociales.
Llegué allí sin saber muy bien qué me iba a encontrar. Tenía dudas, miedo a no estar a la altura, a no saber reaccionar ante ciertas situaciones, la barrera del idioma estaba presente…
No sé si habéis leído “Los renglones torcidos de Dios” de Torcuato Luca de Tena o “La leyenda de la isla sin voz” de Vanessa Montfort. Pues bien, allí me encontré con situaciones que parecían sacadas de esos libros (como se suele decir, la realidad supera a la ficción). El centro de acogida estaba lleno de patologías físicas y psíquicas, adicciones, intentos de suicio, abandonos, violencia… Ves algo así y algo se rompe dentro de ti. Había tanto dolor, odio y sufrimiento concentrados, que costaba no querer salir corriendo.
Los primeros días fueron muy duros. El centro estaba dividido en 3 unidades: amanecer, brújula y horizonte. La distribución de estas unidades estaba muy pensada y teníamos prohibido mezclarnos. Los chicos nos veían como extraños que venían a invadir su espacio. Parecía imposible que se abrieran con nosotros. Y, sin embargo, con tiempo y esfuerzo, nos hicieron ese regalo.
El último día, después de todo lo vivido, vinieron corriendo a abrazarnos, no querían que nos fuésemos. El primer día ni nos dirigían la palabra, aquel día nos regalaron miradas llenas de cariño. Chicos que parecían “piedras” no pudieron evitar llorar, mostrándonos su vulnerabilidad, confiando en nosotros. Soy cuando soy con otros, y ahí fuimos todos juntos.
Esta experiencia me hizo darme cuenta de que eso que siempre decimos en la ELU es verdad: estamos hechos para darnos a los demás.
Nuestro #ELUMNI11 Abraham Velarde González ha podido, gracias a la beca Ramón Areces, cursar el Master on Laws en la universidad de Leiden (Países Bajos) tras haber terminado el doble grado en Derecho, Ciencias Politicas y Administración Publica en la Universidad de Salamanca. Hoy nos cuenta su experiencia con la beca y el proceso de obtenerla.
“El año ha sido todo un aprendizaje y crecimiento en lo personal. Y también un reto en cuanto a su exigencia académica, que he podido llevar mucho mejor gracias al ambiente internacional y universitario de una ciudad como Leiden, que os recomiendo visitar por su encanto holandés.”
El pasado mes de junio, cuatro antiguos alumnos de Escuela de Liderazgo Universitario, viajaron a Tanzania con la ELU para ayudar en un centro de las Hermanas Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta. Allí acogían y cuidaban de personas en situación de abandono y exclusión, bebés y niños, discapacitados, ancianos… Hoy se juntan Joana Ramos (#ELUMNI13), Carlos Contreras (#ELUMNI12), Javier Cano (#ELUMNI12), Jorge Úbeda (#ELUMNI13) para contarnos su experiencia allí.
“Toda experiencia de voluntariado es un regalo inmensurable: es la evidencia de que nuestra vida se resuelve en la entrega que hacemos de ella a otros. Y, además, es un regalo que crece exponencialmente al ver dicha entrega comprometida en los ojos, manos y corazones de cada uno de nuestros compañeros.”
¡Hola a todos! o, como diríamos en París, Bonjour a tous!
Soy Alberto Pantoja Bonilla, y estudio Magisterio de Primaria en la Universidad de Castilla-La Mancha, en el Campus de Toledo… ¡Aunque ahora estoy estudiando en París!
Como ya sabéis, en Magisterio tenemos un par de grandes períodos de Prácticas de Enseñanza en colegios. Desde que empecé la carrera, sabía que no quería pasar mis “Prácticums” por encima, cubriendo el expediente, lo que me animó a buscar una experiencia diferente y en la que pudiera ser consciente de otras realidades que también existen, aunque no sean muy comunes.
Más tarde conocí la Acción Educativa Exterior del Gobierno de España, que son una serie de centros escolares públicos repartidos por distintos países del extranjero y donde los estudiantes aprenden siguiendo el sistema y modelo educativo español. Gracias a un convenio Erasmus Prácticas que mi universidad tenía suscrito con un cole de Acción Educativa Exterior, pude concursar por ese destino, que más tarde conseguiría.
Así, conocí el Colegio Español Federico García Lorca de París, centro que sería mi “casa” de París. Como además en la Facultad pude estudiar a la vez los recorridos de Didáctica del Inglés y de Didáctica del Francés, esta era la mejor oportunidad para poner en marcha mis competencias en francés.
Con mucha ilusión y ganas de aprender, llegué al Colegio Federico García Lorca a finales de Septiembre, donde comenzaría una de las mejores aventuras de mi vida.
París es una ciudad que nunca duerme, en la que suceden cosas constantemente y en la que en ocasiones uno pierde la noción de la realidad, arrastrado por el vertiginoso ritmo que aquí se respira. Sin embargo, es también una ciudad que revela su belleza en las cosas más pequeñas y simples del día a día, y que me ha enseñado a descubrir que lo bonito de cada día no tiene por que ser algo impactante, sino cosas sencillas hechas o contempladas con amor: Mi paseo en bici por el Sena hasta llegar al colegio, cruzar a diario en metro el puente de Bir-Hakeim y ver el amanecer con la Torre Eiffel de fondo, o conseguir que uno de mis alumnos de 1º de Primaria, cuya lengua materna es el francés, haya aprendido a leer bien en castellano la palabra “Agua” gracias a mi ayuda. ¡Estoy seguro que a partir de hoy, todos los días de su vida leerá alguna palabra!
En estas prácticas de Enseñanza, al estar en clase con mi alumnado, cada mañana me pregunto de nuevo: ¿Quién enseña a quién? Y me exclamo del mismo modo ¡Esta es la vida misma!
Y a ti, París: Gracias por haberme enseñado tantas cosas, pero sobre todo por haberme acogido tan bien. Aunque resulte algo paradójico, el estar lejos de España me ha hecho apreciar y valorar más mi tierra. Todo el profesorado del Colegio es Español, y de algún modo nos apoyamos y entendemos nuestras necesidades comunes. ¡Qué bonito es ver cómo en el Cole, gente de todas partes de España se apoya, se ayuda y hasta celebra su fiesta nacional en común!
Gracias a Dios también por estar regalándome en París a personas que hacen que todo esto sea más enriquecedor y con las que puedo recibir el don de su amistad y aprender mucho de ellas. Mi experiencia no sería la misma sin mis compañeros del colegio o mis amigos de mi parroquia de París.
Todo ello es genial, pero esta experiencia también me está sirviendo para recordar más y tener más presente que nunca las cosas tan buenas que de normal disfruto en España y que no valoro tanto: Mis padres y hermano, de los que me acuerdo a diario y trato de compartir mis experiencias y aprendizajes con ellos, mis buenos amigos de Toledo, a los que no olvido, o mis visitas casi diarias a mis abuelos.
Y a la pregunta sobre si esta experiencia merece la pena, diría: ¡Por supuesto que sí! (De hecho, me planteo repetirla) y si eres estudiante de educación te animaría totalmente a probar una experiencia así.
Muchas gracias por vuestro tiempo y atención. Espero que hayáis podido comprobar lo contento que estoy con esta experiencia y os haya animado a intentar algo parecido. ¡Seguro que merecerá la pena!
El pasado martes 26 de septiembre, alumnos y profesores de diversos grados y áreas de trabajo de la Universidad Francisco Vitoria nos reunimos fraternalmente en el tradicional encuentro de Misiones UFV. Tras la eucaristía de acción de gracias por todas las experiencias vividas, haciendo memoria del amor entregado y del recibido, nos juntamos para tomar un cóctel y compartir aquella experiencia bella de misión en la que habíamos participado en los meses anteriores.
Y fue así como, hasta allí, hasta aquella pecera del edificio H, llegaron historias de personas procedentes de todas partes del mundo; África, Latinoamérica, Europa, España… En todos lugar hay una posibilidad de encuentro con Dios, con las personas y con uno mismo.
Todos los testimonios, conforme los íbamos escuchando y guardando en el corazón, revelaban una belleza asombrosa y genuina que hacía palpable la certeza de que uno, poniéndose al servicio, por y para los otros, es transfigurado. Y es tal la conmoción que existe que uno siente de veras la obligación de hacer partícipe a los demás de aquello que ha visto y oído, de aquella gracia que ha podido experimentar en primera persona.
Por eso, con los nervios a flor de piel, pero la gratitud desbordante en el alma, nos atrevimos a decirnos:
Que no es un tópico eso de que “se recibe más de lo que se da”, sino que es la constatación de la absoluta desproporción que hay entre lo que se me regala y lo que soy capaz de ofrecer. También quees maravilloso saber que lo que soy y lo que hago tiene un sentido, que puede ayudar a otros, que puede construir cosas grandes si lo dono y lo pongo en juego. Es precioso pararnos para observar, escuchar, amar al que está a nuestro lado, sin prisa, en el silencio y de corazón a corazón.
En definitiva, que Misiones no solo vale la pena sino que es una aventura en la que todo universitario debería sumergirse. Porque cuando uno experimenta que se puede vivir así, y que el gozo es grande, está deseoso de ir en busca de nuevos lugares y personas donde continuar haciendo(se) y siendo misión.
El pasado miércoles 25 de octubre, varios elus de Madrid acudimos a la Galería de las Colecciones Reales. El punto de encuentro: el Mirador del Palacio Real. Allí nos esperaba nuestra guía favorita, Rosa, de 4° de la ELU, que nos sumergió en un mundo lleno de tapices, reyes, pintura e historia.
El recorrido que Rosa nos había preparado empezó con la austeridad de los Austrias para luego contemplar la gran exhibición de ornamentos, ajuar y obras de los Borbones. Asimismo, nos adentramos en el mundo visigótico y no pudo faltar la mitología a través de curiosos tapices alegóricos.
Aunque no podremos hacerlo tan bien como nuestra guía, vamos a intentarlo mencionando algunas de las obras que más nos sorprendieron.
¿Quién no recuerda a los visigodos del temario de Historia de España? Pues bien, de este pueblo que tanto influyó en nuestra lengua y cultura pudimos disfrutar de la corona del abad Teodosio y de la cruz de Lucecio, que forman parte del Tesoro de Guarrazar, datado del siglo VII.
Una parada fascinante en la mitología romana la hicimos frente al tapiz que mostraba la relación entre Vertumno (dios de las estaciones) y Pomona (diosa de la fruta). Una historia de transformaciones por parte de Vertumno: segador, guerrero, podador… ¡hasta anciana! No os hacemos spoiler de cómo acabó, pero pista: este tapiz estuvo durante años en las alcobas reales.
El tabernáculo de Montini, tan admirado por Felipe IV, o la arqueta relicario nos hicieron admirar trabajos artesanales llenos de color y detalle.
El arcángel san Miguel venciendo al demonio, que abrió a la escultora Luisa Roldán las puertas de la Corte en tiempos de Carlos II. Primera mujer en recibir el título de Escultora de Cámara, su valía quedaba claramente demostrada en una obra que parecía que nos miraba a los ojos y no al revés. ¡Impactante!
La majestuosidad de los Borbones la vimos plasmada en el dessert de las Glorias de España, que durante años estuvo como adorno de sobremesa en la Real Casa del Labrador de Aranjuez. El coral, las piedras preciosas y el mármol fueron también protagonistas de esta parte del museo.
Para finalizar, quedamos maravillados con la historia detrás de la Corona de la Virgen de Atocha. Como nos narraba Rosa, fue regalada por Isabel II a la imagen de Nuestra Señora de Atocha. Esto lo hizo en agradecimiento por resultar ilesa del atentado perpetrado por el religioso Martín Merino cuando la monarca se dirigía a la Real Capilla de Atocha para presentar a la Virgen a su primogénita.
Siendo miércoles, el 100 montaditos era parada obligatoria, donde no faltaron las anécdotas, risas y muchas conversaciones que tendrán que continuar.
Esperamos haberos dejado con ganas de más. Confiamos en que pronto podamos volver a disfrutar de Rosa en otro museo lleno de magia.