El 18 de septiembre es el World Clean up Day, y ¿qué mejor que pasar el día limpiando la playa?
Este año cayó domingo, día en que la asociación Bioagradables organiza cada mes una limpieza de playas. Éramos unos 50 voluntarios en la playa de la Patacona, en Valencia. Todos pertrechados con guantes, mascarilla, gorra (en Valencia suele hacer mucho sol) y muchas ganas de empezar.
Las limpiezas de playa consisten en recoger por áreas y por grupos los residuos que veas. Una vez recoges todos los residuos que puedas, habrá un monitor de la asociación esperándote con una tablilla (de material reutilizado) donde apuntará todo lo que hayas ido recogiendo, así como con bolsas de basura para poder reciclarlo todo correctamente. Además, se hace un recuento de todos los residuos en una plantilla oficial, que luego puede ser utilizada como fuente de información para implantar políticas ecológicas en las playas o las diferentes zonas que hayamos limpiado.
Puede que de primeras no suene muy apetecible pasar la mañana recogiendo microplásticos, botellas de plástico, bolsas e incluso materiales de construcción enterrados en la arena. Pero la verdad es que es un entorno impresionante para conocer a gente muy diversa: jóvenes, mayores, estudiantes, trabajadores, familias… Además colaboras en un proyecto que te interpela directamente como ciudadano y que ayuda a construir una sociedad más respetuosa y justa. Empiezas sin ver nada, incluso parece que todo esté bien y que no hagas falta. Hasta que te fijas en los pequeños detalles. Ahí es cuando ya no eres capaz de despegar la vista del suelo. Cuando acabas, sientes que necesitas hacer más, que aún te faltaban cosas por recoger. Es la manera más directa que he tenido para darme cuenta de lo que realmente somos capaces de hacerle al ecosistema, tanto para bien como para mal.
Esto es parte de lo que se conoce como ‘’ciencia ciudadana’’. Nosotros, personas que (algunos) no tenemos formación en ese campo, podemos acercarnos más al medioambiente y a su cuidado desde la práctica. Asimismo, nos sentimos parte de la comunidad, ya que la protegemos, la cuidamos y contribuimos a su estudio e investigación para mejorar su calidad. Es una manera de acercar la ciencia a las personas de a pie e involucrarlas en algo que repercute directamente en su día a día.
Recomiendo este tipo de actividades a todas las personas que quieran colaborar con su comunidad. Es precioso ver cómo puedes sentirte relacionado con lo que te rodea de una manera tan sencilla como es cuidando de tu entorno. Tanto como si te interesa la ciencia, como si no, esta es una de las maneras más bonitas que he encontrado para adentrarte o acercarte a ella. Merece la pena intentarlo, ya sea en la playa, en la montaña, en los parques de tu ciudad o donde sea. Al fin y al cabo, piensa globalmente, actúa localmente, ¿no?
Marta Morcillo Martínez