Elus por el Mundo – Marta Navas

22 ABR

¡Hola a todos!

Soy Marta Navas de tercero de la ELU, estudiante de Derecho y Estudios Internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid y me encuentro ahora mismo en Montpellier, Francia.

Nunca llegamos a darnos cuenta verdaderamente de lo mucho que una experiencia tal como el Erasmus nos cambia, nos llega al corazón y nos transforma. No es sólo la burbuja en la que creemos no estar, sino que se trata de todo aquello que aprendemos, de la manera personal de manejarnos en una nueva situación.

Hace cinco años, pasé un verano en Montpellier, ciudad al sur de Francia de unos 300 000 habitantes. Era pequeña pero acogedora, extrañamente familiar para ser francesa, con encanto. Me enamoré de sus calles pero sobre todo de su gente. Fue todo un placer pasar uno de los mejores veranos de mi vida allí.

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Por eso, decidí volver. Y así fue.

Me dieron el Erasmus allí y recuerdo la emoción de pensar en volver a vivir todo aquello que una vez viví. Con miedo de llevarme un chasco, por supuesto. Creo que aunque había barajado otras opciones como Viena o Bremen, realmente siempre había pensado en Montpellier como destino definitivo.

Seis meses después, tengo claro que parte de mi corazón está aquí.

Montpellier es una ciudad caracterizada por caminantes. Muchas gentes llevan pasando por allí desde tiempos lejanos. Primero, como camino comercial, puente de unión entre pueblos, después, como lugar de paso entre Roma y Santiago. Siempre ha acogido a todo tipo de personas, de religiones, de culturas. Nunca distinguieron a los judíos ni prejuzgaron a musulmanes. Su aire internacional pronto llamó a estudiantes de todo el mundo y ahora, poco más que decir que es la Salamanca francesa.

Ahora bien, no solo escogí Montpellier por su gran riqueza histórica ni por un sentimiento melancólico hacia veranos anteriores. La Universidad de Montpellier es una de las más prestigiosas de Francia tanto en medicina (siendo la facultad en funcionamiento más antigua de Europa) como en Derecho. Se nota la calidad del profesorado, la competitividad entre el alumnado, la amplia variedad de prácticas y el gran interés internacional. Intentan facilitar todo a los Erasmus (no en la oficina internacional en la que pasaréis horas enteras) mediante la recomendación de libros, estructuras de los temas… En Derecho específicamente son exámenes orales de una o dos preguntas a desarrollar que, a mi modo de ver, es un punto positivo para los que llevamos la gramática francesa regular.

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Creo que se debe destacar que Francia no es un país donde el nivel de vida sea barato pero parece que todo está dirigido a facilitar la vida económica a los estudiantes. Residencias a 250€ y ayudas económicas por mes que oscilan entre los 85€ y los 120€. ¿Qué más pedir?
Septiembre queda muy atrás y solo decir que esta experiencia nos ha cambiado a todos; hemos abierto nuestra mente y hemos puesto los pies en el mundo. Veníamos con prejuicios y se fueron, veníamos con miedo y desapareció, veníamos con ilusión y más ha aumentado.
Si os estáis pensando el tema, por favor, no lo dudéis más.

Creo que hay pocas experiencias tan enriquecedoras para un estudiante como irse un año fuera.