El pasado 20 de diciembre nos reunimos en Bilbao varios elus del norte de España con nuestro mentor Ignacio Álvarez para despedir el año juntos.
Tras un largo día de exámenes, buses y trenes llegamos a la Sociedad Bilbaína, un club social fundado en 1839, donde fuimos recibidos por el Vocal de Cultura de la Sociedad gracias a la organización de Lucila.
Allí, tras conocer la mayor parte del edificio y su historia, visitamos la inmensa biblioteca de la sociedad. En ella, el ambiente y la presencia de varios incunables hacían imposible que uno no se sintiese el mismísimo Willy Fog en el Redford club de Londres. Finalmente, subimos a la planta alta para poder contemplar la ría de Bilbao, completamente adornada y preparada para celebrar la Navidad.
Tras la visita, compartimos nuestras impresiones acerca del último fin de semana e hicimos nuestro “rewind 2024” particular sobre la ELU y Becas Europa. De la misma manera, reflexionamos sobre los retos que este 2025 nos depara, y también, sobre el tema del próximo fin de semana, la amistad, que es lo que permite que estos encuentros, y la propia ELU, tengan lugar.
El proyecto de la Escuela de Liderazgo Universitario liderado por los profesores de la UFV Juan Serrano y Carola Díaz de Lope-Díaz recibieron el pasado martes 17 de octubre el premio Razón Abierta. Es la primera vez que un proyecto de la UFV recibe este galardón que organiza la universidad a través del Instituto Razón Abierta y en colaboración con la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger/Benedicto XVI.
Fue una ceremonia presidida por el cardenal Luis Francisco Ladaria, S.J. junto con el presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, el padre Federico Lombardi, S.J., que destacó los “resultados brillantes” de las investigaciones galardonadas con estos premios.
“Este premio tiene como objetivo promover el diálogo entre disciplinas y en particular con aquellas que pueden dar respuesta a las preguntas antropológica, epistemológica, ética y de sentido, ahí en donde la ciencia no puede responder por sí misma”, ha explicado el rector de la UFV, Daniel Sada, quien afirma que se busca “generar un espacio para favorecer la investigación y la docencia y el intercambio de proyectos de los profesores e investigadores cuyas contribuciones han marcado la diferencia en sus respectivas áreas de estudio”.
También han sido galardonados: Anna Rowlands, de la Universidad de Durham, Simon Maria Kopf, profesor de Teología Fundamental en la Universidad Católica ITI e investigador en Blackfriars Hall, Oxford, Giuseppe Tanzella Nitti y Stefano Oliva, director y coordinador, respectivamente, de la plataforma digital DISF Educational, activa en el “Centro de Documentación Interdisciplinar de Ciencia y Fe” de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Asimismo, habrá una mención honorífica para Elizabeth Newman, profesora de Teología en el Union Presbyterian Seminary Baptist House of Studies and Duke Divinity School.
Al día siguiente, el miércoles, el papa Francisco recibió a los galardonados en la Audiencia. Juan Serrano nos cuenta cómo ha vivido estas jornadas: “Tras el seminario de trabajo, en el que entablamos conversación con el resto de ganadores y los profesores de la universidad y la entrega de premios, que fue una emocionante culminación a todo el recorrido, la Audiencia con el Papa supuso el broche de oro a nuestros días de “razón abierta” en Roma. Experimentamos una acogida y una unidad grande, la conciencia de ser parte de algo mucho más grande”.
Puedes ver cómo transcurrieron esos días en este vídeo.
El pasado sábado 7 de octubre, aprovechando la estancia del profesor Martín Tami en la capital aragonesa y acompañados de nuestra mentora María Longas, los alumnos ELU de Zaragoza organizamos una visita al Palacio de la Aljafería.
En unos días repletos de celebración, jolgorio y grandes masas por las Fiestas del Pilar, decidimos que era la perfecta ocasión para sumergirnos en las raíces musulmanas de nuestra ciudad y visitar uno de los monumentos más emblemáticos de Zaragoza.
Construido en el siglo XI como palacio de recreo de los reyes musulmanes, es un claro reflejo del esplendor alcanzado por el reino taifa en su máximo apogeo político y uno de los monumentos más representativos de la cultura mudéjar. El palacio ha tenido varias funciones a lo largo de la historia, desde alcázar islámico, fortaleza medieval o incluso palacio de los Reyes Católicos, hasta convertirse en nuestros días en la sede de las Cortes de Aragón.
Aunque la mayoría de nosotros ya habíamos visitado el monumento con anterioridad, nunca se observa con los mismos ojos. Fuimos capaces de admirarlo desde distintas perspectivas y llevarnos nuevos aprendizajes. A lo largo del recorrido, pudimos reforzar los conocimientos sobre la historia de nuestras ciudad y las culturas que convivieron en ella, ya no solo gracias a las explicaciones del guía, sino a las conversaciones que brotaron entre nosotros y las curiosidades compartidas, que hicieron la visita mucho más especial.
Y como ya es tradición, no podíamos concluir nuestro encuentro sin un café y una sobremesa de por medio, en la que seguir compartiendo en buena compañía. Esto nos permitió seguir profundizando sobre la visita, aunque no os vamos a engañar, ¡acabamos divagando sobre muchos otros temas!
El hecho de poder reencontrarnos en casa, incluso con algunos Elumnis que pudieron acercarse, siempre es una alegría y un momento de recargar pilas fuera de la rutina.
Además, pudimos aprovechar los días siguientes para realizar mentorías presenciales con María, lo cual siempre agradecemos enormemente.
Llega el momento de votar. Lo has hablado con tus amigos de la uni, lo has visto en los telediarios… Lo que una vez fueron “conversaciones de mayores” hoy te involucran a ti en toda su magnitud. Los nervios están en el ambiente, casi se respiran, típico de una jornada electoral. Igual de típico son las madres grabando cuando es tu primera vez votando. Te diriges a coger la papeleta del partido de tu candidato favorito y… ¿hay sobres de diferentes colores? ¿Papeletas para Congreso y Senado? ¿Y se vota distinto en cada una? “¿Y ahora qué hago?”, preguntas al aire, con la esperanza de que aparezca Juan Serrano para dar una magistral ponencia sobre cómo votar…
Si no quieres encontrarte con esta sorpresa el día de las elecciones, y quieres saber bien qué votar y cómo hacerlo, atención a las siguientes páginas.
En España tenemos un sistema bicameral, y esas dos cámaras, Congreso y Senado, son las que elegimos en las elecciones generales. Se configuran de forma distinta, tienen funciones distintas, se votan de forma distinta, y ¡hasta sus papeletas son distintas!
Antes de entrar en materia, hay que definir un término clave: la circunscripción electoral. Cuando en un territorio hay elecciones, este se divide en circunscripciones electorales, que son las subdivisiones territoriales a través de las que se elige un número de miembros a un cuerpo legislativo. Es decir, los habitantes de cada circunscripción eligen a un número de diputados y a un número de senadores.
En las elecciones al Congreso hay 52 circunscripciones electorales, que se corresponden con las cincuenta provincias de España y sus ciudades autónomas. En el Senado hay 59 circunscripciones, que se corresponden con las cuarenta y siete provincias peninsulares, además de diez correspondientes a islas y dos para las ciudades autónomas
Ahora sí, podemos entrar en materia.
Votaciones al Congreso de los Diputados
Entre todos los electores -los llamados a votar- elegimos un total de 350 diputados. Estos 350 diputados son quienes luego elegirán al Presidente de España. Nuestro sistema, por tanto, es indirecto, porque no votamos directamente al Presidente sino a aquellos encargados de hacerlo.
Las listas electorales -es decir, lo que aparece en la papeleta- son listas cerradas. Lo único que podemos elegir es la papeleta, sin marcar nada más. Pero ahora con el Senado veremos que esta no es la única opción.
¡Dato curioso! Estamos acostumbrados a que el Presidente sea diputado en el Congreso, pero no tiene por qué serlo. La realidad es que el Presidente es la cabeza del poder ejecutivo, y el Congreso representa al legislativo. Que el Presidente sea diputado es una larga costumbre de nuestra democracia que le facilita intervenir en la vida política, pero no tiene por qué ser así.
Cada provincia (o cada circunscripción electoral) tiene garantizado como mínimo dos escaños, y las ciudades autónomas uno cada una. Así se reparten los primeros 102 escaños. Los otros 248 se asignan de forma proporcional a la población. Como la población varía, el reparto puede cambiar entre elecciones. Si todos nos mudásemos a Cuenca, Cuenca repartiría más escaños que ninguna otra circunscripción.
Votaciones al Senado
El Senado es la cámara de representación territorial, por eso todas las circunscripciones reparten prácticamente el mismo número de escaños, independientemente de la población. Entre todos los electores elegimos 208 senadores de 266. ¿Y los otros 58? Los eligen los parlamentos autonómicos: cada comunidad autónoma elige como mínimo un senador, con derecho a otro por cada millón de habitantes de su respectivo territorio.
Las papeletas del Senado son muy diferentes a las del Congreso: se elige a través de listas abiertas. Es decir, no hay que coger la papeleta del partido que quieras y meterla en el sobre. ¡En el Senado solo hay una papeleta! En esta, cada partido propone a sus candidatos, y nosotros podemos votar hasta a 3 senadores, incluso de diferentes partidos. Os dejamos aquí un ejemplo para que veáis con antelación a lo que toca enfrentarse este 23-J y no os entren los temores al ver la papeleta.
En algunas partes de España ya se han celebrado los sorteos para seleccionar a los ciudadanos que deberán ocupar un puesto en la Mesa Electoral. Debido a las fechas veraniegas muchos de estos sorteos se están adelantando con el propósito de que los ciudadanos sepan lo antes posible si son llamados o no a la Mesa.
El sorteo acaba con la siguiente selección y resultado, por Mesa Electoral:
Selección de 1 Presidente y 2 suplentes de Presidente.
Selección de 2 Vocales y 4 suplentes de Vocales.
Una vez sabemos esto, entendamos que una mesa electoral está compuesta por 3 personas. Dos Vocales y un Presidente de Mesa. Su labor es indispensable para el normal desarrollo de la jornada electoral. Entre sus funciones se encuentran:
Presidente: se encarga de verificar, antes de la votación, que se tiene el material suficiente para el transcurso de la votación. Además, es el encargado de firmar las distintas actas (acta de constitución, escrutinio…) Da comienzo a la votación, teniendo que hacerlo a las 9:00horas y cierra la votación, debiendo concluir la votación a las 20:00horas. Debe estar supervisando el desarrollo de la votación y permitiendo que los ciudadanos puedan ejercitar su derecho al voto. Durante el escrutinio su labor es de coordinación del recuento de votos.
El Presidente de Mesa deberá tener el Bachillerato, Grado Medio o subsidiariamente el Graduado Escolar o su equivalente. Además de ser menor de 70 años.
Vocales: los Vocales son fundamentales para que la jornada electoral se desarrolle de forma ágil. Firmarán las actas, junto con el Presidente de Mesa, que así exija la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General). Por lo general, uno de los vocales identifica al votante y el otro marca, en el censo de votantes, que este acaba de ejercitar su derecho al voto.
Los vocales deben saber leer y escribir y tener menos de 70 años.
No podrán ser llamados a formar parte de la mesa electoral, en ningún caso, aquellas personas que se presenten a las elecciones , el motivo de esto es evidente.
Vamos a lo que todos os estáis preguntando… Si me toca ¿Puedo negarme a ir a la Mesa Electoral? La respuesta es clara: NO
Los cargos de Mesa Electoral son obligatorios. Es un deber ciudadano y los ciudadanos llamados a concurrir a la Mesa Electoral están obligados a ir y ejercer las funciones que les son encomendadas.
No obstante, gracias al artículo 27.3 de la LOREG existe un listado de excusas que pueden suponer dispensa (eximir) de acudir a la Mesa Electoral. En todo caso, procede a resolver la Junta Electoral de Zona, que admitirá o no la excusa en el plazo de 5 días. Las excusas deben ser comunicadas a la Junta Electoral de Zona en el plazo de 7 días desde la notificación de la llamada a la Mesa Electoral.
Aunque sabemos que tienes muchísimas ganas de que te toque en la Mesa Electoral y participar en la fiesta de la democracia te dejamos aquí el link de excusas.
En principio, el hecho de tener un viaje programado no está previsto como excusa, la Junta Electoral ha comunicado que aceptará como excusa tener un viaje siempre que este hubiera sido adquirido antes del día en que se convocaron las elecciones y se demuestre documentalmente que no ir al viaje supone un grave perjuicio económico o grave trastorno al solicitante de la dispensa.
¿Qué pasa si no tengo excusa y aún así decido no ir?
No es buena idea no cumplir con esta obligación ciudadana, puesto que estarías cometiendo un delito electoral y te podría salir muy caro. El artículo 143 de la LOREG establece que ” El Presidente y los Vocales de las Mesas Electorales así como sus respectivos suplentes que dejen de concurrir o desempeñar sus funciones, las abandonen sin causa legítima o incumplan sin causa justificada las obligaciones de excusa o aviso previo que les impone esta Ley, incurrirán en la pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses.“
¿Qué pasa si falta alguno de los miembros de la Mesa por el motivo que sea?
Si falta algún miembro y tampoco pueden ejercer sus funciones los suplentes, puede ser llamado in situ a la Mesa Electoral cualquier persona que se encuentre en el colegio electoral y si no la Junta Electoral tomará la decisión que corresponda.
Cada vez que España afronta un nuevo proceso electoral los titulares de las noticias aluden con frecuencia a una institución muy particular: la Junta Electoral Central. Se trata del órgano superior de carácter permanente de la Administración Electoral. Se encuentra en la cumbre de un entramado conformado por las Juntas Electorales Provinciales, las Juntas Electorales de Zona, las Juntas Electorales de Comunidad Autónoma y las secciones y mesas electorales.
La finalidad de esta institución es la de velar por el cumplimiento de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General y preservar la transparencia y el respeto a las garantías constitucionales en las elecciones. Su tarea más representativa es el conocimiento de los recursos y la adopción de decisiones relativas a la configuración del censo, el ejercicio del derecho al sufragio activo y pasivo y las controversias que se concitan en torno a estas cuestiones.
Su sede se encuentra en el Congreso de los Diputados y cuenta con una peculiar composición que se detalla seguidamente:
Con sede en el Congreso de los Diputados en Madrid, de acuerdo con la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, está compuesta por:
Ocho vocales magistrados del Tribunal Supremo seleccionados mediante insaculación por el Consejo General del Poder Judicial.
Cinco vocales que ejerzan como Catedráticos de Universidad de Derecho o de Ciencias Políticas y de Sociología, en activo, designados a propuesta conjunta de los grupos políticos con representación en el Congreso de los Diputados.
El Secretario General del Congreso de los Diputados como secretario de la misma.
El director de la Oficina del Censo Electoral, que cuenta con voz, pero no goza de derecho a voto en su seno.
El presidente y el vicepresidente de la Junta Electoral Central se eligen por los vocales de entre los vocales procedentes del poder judicial.
Las designaciones se realizan en los noventa días siguientes a la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados. El mandato de los vocales se extingue con la toma de posesión de la nueva Junta Electoral Central al comienzo de la siguiente legislatura.
¡Hola a todos! Soy Carmen Suárez. Estudio Derecho en la Universidad de Córdoba, pero este curso estoy de Erasmus en Turín, en la región del Piamonte, al norte de Italia. Hacer Erasmus era algo que siempre había estado entre mis planes, así que, ¡aquí estoy! He de decir que el principio no fue nada dulce, muchos ya lo sabéis o incluso lo habéis experimentado. Hablo de la búsqueda de alojamiento, lo que supuso una auténtica gymkana. En mi caso tuve suerte, pues a pesar de meses de búsqueda online y de aterrizar aquí sin nada, acabé encontrando a finales de septiembre una habitación. ¡Menos mal! Ahora sí, podía empezar a disfrutar de la experiencia.
¿Por qué Turín? Lo que me impulsó a elegir esta ciudad fueron tres razones. Vi que tenía un tamaño grande pero manejable, que el aeropuerto tenía buena comunicación con España y con el resto de Europa y, por último, que el acuerdo de estudios con mi Universidad de origen era muy completo y me permitía cursar las asignaturas que yo quería. No me lo pensé más y me dejé sorprender por esta ciudad, de la que a día de hoy sigo descubriendo curiosidades. En la cultura piamontesa tienen muy presente un principio que dice: “esageruma nem!”, cuya traducción quiere decir: “¡no exageramos!” Y os puedo decir que es verdad. Turín es una ciudad que tiene mucho para presumir: fue la primera capital de la Italia unificada, la presencia de los Saboya se respira aún en cada fachada y en la gran cantidad de palacios, tiene unas reglas de urbanismo muy cuidadas, plazas llenas de historia, es la ciudad del cine, custodia el Santo Sudario y a su vez es la cuna de grandes empresas como FIAT, Lavazza o Martini. ¿Lo sabíais? Seguro que no… ¡Quizá sea por la prudencia y discreción de los piamonteses! Así que esto que os cuento es un secreto, shhhh :).
Cambiando de tema, la universidad me parece alucinante en cuanto a instalaciones. Para mí ha sido un gran contraste, pues acostumbrada a pasear por el claustro del siglo XVI de la Facultad de Derecho de Córdoba aquí me he encontrado con un campus increíble que no conjuga para nada con el estilo barroco del resto de la ciudad. El método de las clases es similar al de España, lecciones frontales. En mi caso sin contenidos prácticos, por lo que nos jugamos toda la nota en el examen. Exámenes no solo orales, también escritos, para romper uno de los mitos de los erasmus en Italia. Y por supuesto, en italiano. El idioma era algo a lo que le temía bastante, sin embargo, me ha resultado bastante fácil aprenderlo. Desde aquí os recomiendo ir a clase. Sí, de verdad. Se aprende un montón integrándote con el resto de estudiantes, es como mejor puedes poner en práctica lo aprendido y os aseguro que es totalmente compatible con viajar y salir de fiesta.
Hablando de ocio, Turín es una ciudad con mucho ambiente universitario, por lo que no faltan planes para hacer cada día. Y si no, ¡nos los montamos nosotros! En estos meses he podido tachar muchos deseos de la bucket list, pues no todos los días se esquía en los Alpes o se visitan cuatro países en una semana. Pero, sobre todo, me quedo con lo que me ha aportado el Erasmus a nivel personal. Aprendes a gestionarte, desarrollas habilidades que no sabías que tenías, te sumerges en otra cultura, descubres nuevos lugares y a veces incluso te olvidas de que estás lejos de casa porque te sientes en casa. En ello influyen las personas que conoces durante este tiempo, pues se convierten en tu apoyo diario. Me gustaría darles las gracias por haberme enseñado a compartir, a convivir y a saber elegir.
Me quedan solo dos meses aquí, pero os aseguro que me voy inmensamente feliz por haber podido disfrutar de este regalo. Si estáis dudando entre iros o no, yo os lo digo muy claro: ¡coged las maletas y adelante!
Las peregrinaciones a Tierra Santa son una de las señas de identidad de la Universidad Francisco de Vitoria. La Escuela de Liderazgo Universitario organizó una de estas peregrinaciones el pasado febrero, siendo acompañados por dos ELUMNIs: Jorge Paredes Esteban#ELUMNI12 y Cristina López Crespo#ELUMNI08.
Soy Itziar Belderrain, elu de tercero. Estudio Comercio y Marketing en la Universidad de Oviedo. Me hace muy feliz compartir con vosotros la experiencia que estoy viviendo este año en Gante, Bélgica. Antes de empezar la carrera, sabía que tenía que irme de erasmus sí o sí. Algo dentro de mí me lo estaba pidiendo.
Barajando las diferentes opciones que me ofrecía mi universidad, finalmente me decanté por Gante. Años atrás, estuve de viaje con mi familia en Bélgica; el estilo de vida, el ambiente estudiantil y los paisajes me cautivaron. Cuando lo vi como posible destino, supe que tenía que ser ahí.
Llegar hasta aquí no fue fácil. Encontrar alojamiento en Bélgica es muy complicado. Me dieron habitación en la residencia de la universidad a principios de septiembre, lo que hizo que mi verano fuera un tanto agobiante y lleno de dudas. A finales de agosto, la madre de una amiga me dijo una frase que llevo grabada todo el erasmus, y es que “si hay algo que cuesta es porque merece la pena “. A día de hoy, no puedo estar más de acuerdo. A base de insistir mucho, conseguí habitación en el mejor lugar posible: acogedor y lleno de vida.
Gante es increíble, irradia energía y vida. Es preciosa mires por donde la mires. No es una ciudad grande, pero sí lo suficiente como para tener mil rincones que visitar y que nunca falten los planes. Aunque llevo aquí desde septiembre, mi lista de cosas por hacer sigue creciendo, al igual que las ganas por descubrir los lugares más recónditos. Además, en bici llegas en nada a cualquier sitio, algo que me encanta. Esto fue de lo que más me chocó cuando llegué, la gente va en bici a todas partes: a clase, a la compra e incluso de fiesta. Lo único malo es el tiempo, que a veces no acompaña, pero espero que a partir de ahora vaya mejorando.
En cuanto a la universidad, soy alumna de la Hogeschool Gent. Estudiar aquí me está enriqueciendo en muchos niveles, ya que trabajar en equipo y los casos prácticos es lo que más se valora. Las asignaturas son inspiradoras y verdaderamente útiles para la vida real. Asimismo, el campus de la universidad es moderno y se organizan actividades muy a menudo.
Uno de los motivos por los que escogí este destino, fue el ambiente internacional que impera en la ciudad. Quería salir de mi zona de confort. Hay muchos estudiantes internacionales, lo que facilita conocer otras culturas y personas muy distintas y especiales. Esto es de lo que más valoro, ya que en España no pasa, y no todos los días se tiene un vecino irlandés en la habitación de al lado.
Además, este segundo semestre estoy trabajando como Corresponsal de naturaleza, parques y cicloturismo en el proyecto Erasmus en Flandes . Se trata de una iniciativa en la que españoles que estudian en Flandes publican contenido en su blog, compartiendo curiosidades y experiencias que resulten interesantes para todo aquel que quiera visitar o vivir en la región.
Estoy eternamente agradecida a esta ciudad por darme el mejor año de vida y regalarme personas que me llevo para siempre. Lo que dicen de que en el erasmus te conoces más a ti mismo es verdad; os animo a todos a dejaros llevar, salir de casa y descubrir todo lo bueno que os espera. Aprovechad cada segundo, cada plan y cada persona, esto solo se vive una vez.
Soy Catina Pérez y estudio Negocios Internacionales en la Universidad de Valencia. Por suerte, una de las condiciones para obtener el título es cursar un año en el extranjero, por lo que antes incluso de empezar la carrera… ¡yo ya sabía que la experiencia Erasmus estaba asegurada! Y de ello os vengo a hablar en esta entrada.
Tras analizar las distintas posibilidades que ofertaba mi universidad, finalmente me decidí por cursar un año en Países Bajos, concretamente en Leeuwarden, la capital de la provincia de Frisia. Así pues, atraída principalmente por el estilo de vida y el sistema educativo del país, a finales de agosto puse rumbo a esta pequeña ciudad entusiasmada ante todo lo que estaba por venir.
Sin duda, uno de los mayores cambios que he experimentado ha sido el enfoque universitario. Soy alumna de la NHL Stenden, una universidad de ciencias aplicadas que fomenta principalmente la práctica y el trabajo en equipo. La universidad es increíble, las instalaciones son modernas y atractivas, con cafeterías que ofrecen opciones para todos los gustos y muchas facilidades para que los alumnos puedan disfrutar del campus, ¡incluso tenemos café y té gratis todos los días!
En cuanto a las clases, son completamente diferentes a lo que estoy acostumbrada. En el aula no hay más de 10-15 alumnos por lo que el trato es bastante personalizado. No suele haber más de tres días de clase a la semana, lo que conlleva que muchos estudiantes tengan trabajos a tiempo parcial. Además, los profesores tienen mucha libertad y no existe prácticamente jerarquía entre ellos y los estudiantes, lo cual lejos de generar caos, se traduce en profesores motivados, preocupados por sus alumnos y por aprender de nosotros.
Otra cosa que me ha gustado mucho es la diversidad cultural. Hay muchos estudiantes internacionales por lo que aprendes a trabajar en un ambiente intercultural. Además, muchos proyectos se realizan mano a mano con empresas reales, lo que te da una mejor visión de cómo es el mundo laboral y te ayuda a aplicar los conocimientos adquiridos en situaciones reales. En definitiva, mi experiencia universitaria está siendo muy enriquecedora y me ha permitido aprender muchas cosas que, si me hubiera quedado en España, no habría aprendido.
En cuanto a la vida fuera de la universidad, durante la semana tengo tiempo para practicar voleibol, hacer excursiones a otras ciudades aprovechando que es un país pequeño y muy bien conectado, salir de fiesta, pasear en bicicleta (sí, ¡aquí todo el mundo tiene una!) e incluso trabajar para poder visitar otros países.
Por otro lado, quiero destacar la atmósfera que envuelve a todo el país. Países Bajos (que no Holanda) es sin duda el país más seguro de todos los que he estado. Se fomenta mucho la autonomía, la tolerancia y la cultura green, así como el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Los neerlandeses tienen una actitud muy relajada y conciliadora y son personas con un gran compromiso social y ambiental, además de súper amables y hospitalarias, por lo que es muy fácil sentirse acogido.
Estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de vivir en un país extranjero. Esta experiencia ha supuesto muchos retos a nivel académico y personal. Me ha enseñado mucho sobre mí misma y me ha permitido aprender y descubrir nuevas culturas y formas de vida. Aunque sin duda, lo que ha hecho de mi Erasmus una experiencia única e inolvidable ha sido toda la gente que he conocido. Con ellos he reído, llorado, viajado y crecido, y sé que muchos serán amigos para toda la vida.
FindIt (https://finditapp.es) es un proyecto que pretende dar a la sociedad una aplicación en la que todos los negocios, desde las pymes hasta las grandes corporaciones puedan subir voluntariamente sus productos y precios, para que así los consumidores puedan encontrar el producto que desean al mejor precio. Actualmente contamos con dos sectores: gasolineras y supermercados, pero pretendemos incluir más en un futuro. Del mismo modo, actualmente nos estamos centrando en incluir nuevas funcionalidades y más supermercados para lograr mejorar la experiencia y ofrecer una información más completa a nuestros usuarios. Nuestra aplicación ya cuenta con más de diez mil descargas y se encuentra disponible para android ( https://play.google.com/store/apps/details?id=com.findit.findit). Para apple aún no se encuentra en la AppStore pero sí se puede descargar la beta (https://testflight.apple.com/join/rjs1UnNE) .
¡No te pierdas esta entrevista a nuestro alumno Álvaro Monllor en la que nos cuenta qué es este proyecto y lo que ha significado para él la colaboración con el Centro de Emprendimiento de la UFV!
¿Por qué decidiste empezar a colaborar con el Centro de Emprendimiento de la UFV?
En el momento en el que la ELU me lo propuso, FindIt llevaba poco tiempo lanzada en Android y nuestro objetivo era lograr nuevos usuarios que pudieran utilizarla y darnos feedback. Vimos en el Centro de Emprendimiento de la UFV una gran oportunidad para dar a conocer nuestra app y lograr ese feedback que tanto necesitábamos (y que seguimos y seguiremos necesitando). También consideramos que el hecho de poder tener algún contacto directo con personas con experiencia en el mundo emprendedor nos podría resultar de gran utilidad.
¿De qué manera estás colaborando con ellos?
Principalmente contamos con Estela, nuestra persona de referencia. Nos ofrece un seguimiento del proyecto mediante mentorías donde comentamos la evolución general de los indicadores de la aplicación (número de descargas, reviews, etc) al igual que las dificultades a las que nos vamos enfrentando día a día. También nos lleva una supervisión de nuestra participación en el Startup Programme (SUP). Este programa organizado por Junior Achivement, a parte de ser una competición entre startups de diferentes universidades, incluye una formación y un mentor exclusivo para nuestro proyecto con el que ya estamos trabajando y progresando. Hemos realizado varias entregas, la última de ellas un spot promocional ( https:// youtu.be/I4wnVj7AUH8) y un resumen ejecutivo, que nos han servido para ser seleccionados y tener la oportunidad de presentar nuestro proyecto en el Innohub de Naturgy delante de grandes profesionales. Nos fue muy buen y logramos obtener el primer puesto en esta competición paralela del SUP.
¿Qué estás aprendiendo?
Destacaría principalmente los consejos que nos ha dado sobre los distintos modelos de negocio para ver cuál se ajustaría mejor a nuestra aplicación y cómo poder monetizar FindIt. Del mismo modo, al haber accedido al Startup Programme contamos con una formación cuyos principales ejes son la metodología SCRUM y Lean Startup además de la elaboración, preparación y puesta en escena de un Pitch.
¿Nos podrías contar con más detalle en qué os están ayudando?
Nos ayudan sobre todo aportándonos ideas relacionadas con monetización y cómo podríamos lograr colaboraciones con otras Startups. Pero destacaría, sin duda, el seguimiento y el saber que contamos con una persona de referencia con la que podemos contactar en cualquier momento.
¿A quién se lo recomendarías?
Yo se lo recomendaría, no sólo a gente que quiera tener feedback constante sobre su producto, sino también a personas que quieran emprender. Hay muchos programas de emprendimiento que, dependiendo del momento en el que tu proyecto se encuentre, pueden resultar de gran utilidad. El Centro de Emprendimiento te puede orientar sobre qué programa te conviene hacer y cómo aprovecharlo al máximo al llevar un seguimiento.
No vengo a ser yo agorero. En verdad, pueden creerme, no quiero serlo. Tampoco yo desearía ni mentirles, ni mentirme, por eso a lo mejor caigo en un vicio horrible: moralismo, didactismo y otros “-ismos” de dudosa reputación. Quedan así, pues, avisados, avisados quedan. Ténganmelo en cuenta y no me tengan en cuenta mis fallas.
Algunos me conocen, otros tienen la suerte de no hacerlo. Sea como sea, me presento: José Rama Domínguez, para servirles. Soy un elu de tercero. Nací en Coruña, estudio Filología Hispánica en Santiago de Compostela y actualmente realizo mi Erasmus en Verona. Lo sé, sé lo que están pensando: qué bajada de categoría venirse a Italia pudiendo vivir en Galicia. Pero entiéndanme: viviendo siempre en el paraíso, uno de vez en cuando quiere conocer el purgatorio.
Y de esto quisiera hablarles —procuraré no sonar tal y como me sueno cada vez que me escucho—: del purgatorio. Han pasado por aquí elus estudiando en todo el mundo: Escocia, Escandinavia, América, el Este… Y cada uno de estos estudiantes tenía que intentar contar algo original. El rollito clásico ya lo habían soltado los primeros. Así que innovaron. Sin embargo, todos, repito, todos tenían una cosa en común: todos estaban taaan felices. No podían evitarlo, estaban viviendo un sueño: el Erasmus. Tierra prometida de libertad, de fiesta rachada, de estudiar poco y aprobar mucho. Todos conocemos el mito. Lo peor es que todos lo compramos.
No se confundan, queridísimos lectores, nada más lejos de mi intención despreciar a los que vinieron antes de mí y a los que me sucederán. No viven engañados ni están alienados. En este caso el Erasmus no es mito sino leyenda, pues tiene parte de verdad. También aquí en Verona hay idiomas y viajes, no tanta fiesta, pero mucha música. Y, sin embargo, me veo en mi obligación moral de no permitir que esta retórica Mr. Wonderful campe a sus anchas, no aquí, por lo menos, donde nos preciamos de ser un templo del saber. Esta retórica es ajena a la Verdad, y como tal ha de ser expuesta. Contándoles mi caso —quise hacer el juego con “mi verdad”, aunque me pareció impertinente— tal vez les esté contando algo interesante.
Verán, yo ya vivía fuera de casa, pero vivía a una hora de mi casa. Es, pues, para mí, la primera vez tan lejos tanto tiempo. Y ya no solo eso. Sabrán ustedes que Santiago es una de las ciudades universitarias por excelencia. Así pues, cuando me fui de casa para irme allá, no me iba solo, sino con tantos buenos amigos. Esta vez, no obstante, me fui solo a Italia. Verdaderamente solo.
Solo y desolado, perdido, sin rumbo y en el lodo, que decía una canción o que se inventó mi padre. En una tierra extranjera, dominando a duras penas el idioma. Sin amigos ni nadie en quién caer. Solo, al fin y al cabo, pero glosado.
No les cuento todo esto para que se apiaden de mí, en absoluto. Sino para que entiendan que el Erasmus no es un camino de rosas. ¿Quién de todos estos que ahora viven fuera, a mil, a dos mil, a tres mil kilómetros de casa, quién de todos estos osa decir que no ha llorado? O, por lo menos, deseado hacerlo. Ahimè, es dura la soledad. Yo lloré el primero de noviembre del año de gracia de 2022. Es una fecha en la que hay que llorar por los muertos en sus tumbas, no por los vivos en sus camas. Pero, ¿qué quieren que le haga? Hasta entonces había estado ocupado: yendo a más horas de clase que en España, viajando como no había viajado, ¡yendo de fiesta como jamás volveré a hacer! (perdonen, se lo ruego, esta incongruencia en mi carácter, estaba muy necesitado de conocer gente y hacer amigos). Y de repente llega un puente y el mundo y tu vida se paran, y piensas, y estás solo. Y lloras, claro está. Por eso creo que el Erasmus medio nunca para, siempre tiene algo que hacer. Es demasiado duro enfrentarse a uno de los verdaderos valores del Erasmus: la soledad, remediada con viajes sin freno y fiestas sin fin, y la incomunicabilidad, solucionada con un sectarismo hispánico, por no decir meramente español, que ya es famoso en el circuito Erasmus. Insisto, esto no es una crítica a ningún compañero ni elu ni erasmus, sino simplemente mi vida. A lo mejor puede ayudar a alguien.
Y el valor que tiene esa tristeza es que sales de ella. Y te das cuenta de que ni estás solo ni incomunicado. A mí me “salvaron” (perdón por el lenguaje catastrofista, pero ya saben que es que soy un dramático) la música y la Iglesia. Vine, de hecho, por la música a Verona. Y aquí entré al coro de la universidad. Y ahora canto, canto con gente maravillosa que “ignora estas dos palabras de tuyo y mío”. Canto Bach y Beethoven, sacro y profano, en alemán, italiano, latín e incluso español. Y todos estos coristas me acogieron el primer día sin reservas, cuando antes de haberme escuchado cantar siquiera ya me habían invitado a cantar a una boda con ellos. Una experiencia sublime, sin duda, esta de ser un español cantando en inglés en una boda italiana con un cura francés en un territorio germanófono. No podría haberlo hecho de no ser por el Erasmus. Como no podría haber escuchado tantas óperas y conciertos. He de dar gracias.
Y me acogió también la Iglesia, ya no solo la fe. Me invitaron a sus grupos los de Comunione e Liberazione cuando apenas siquiera podía participar, cuando no les entendía de lo rápido que hablaban y de las palabras en dialecto que metían en su discurso (tranquilos, acabé perfeccionando mi italiano, ahora ya puedo comunicarme sin problemas). Me acogieron también en la comunidad pastoral universitaria no como uno más, sino como alguien único. He bailado incluso con una anciana de mi iglesia en una fiesta con risotto para celebrar la apertura religiosa del año académico. ¿Quién me lo iba a decir, a mí, que tengo dos pies izquierdos y, aunque no me crean, un acusadísimo sentido del ridículo?
Y me temo que era esto lo que les quería contar. Que viesen que no es oro todo lo que reluce. Pero que también tiene cosas bellas, sobre todo bellísimas personas (uy, debería cambiar esta colocación, que solo se escucha en funerales y velorios). Por eso me niego a animar a nadie a que haga un Erasmus. Eso es una decisión mucho más seria de lo que parece y radicalmente personal. Es una apuesta, al fin y al cabo. Cualquiera diría que a todo el mundo le sale bien, pero puedo asegurarles que no. Al final la vida también es dolor.
Da Italia ancora, con gioia, davvero, Giuseppe Rama
El año pasado arrancó una de las últimas aventuras de los #ELUMNI11 Pedro González, Asier Vía y Blanca Labrador: su revista “Morros Finos”.
En esta nueva #EntrevistaELUMNI nos cuentan más sobre su experiencia, visión y aprendizaje en este espacio “de lo que a nadie importa pero todos hablan”.
Seguro que has oído hablar del Tribunal Constitucional. Probablemente has visto una imagen de su sede en numerosos telediarios recientes.
Pero, ¿verdaderamente conoces en qué consiste esta institución? ¡Te lo contamos!
¿Qué es? ¿Cuáles son sus competencias?
El Tribunal Constitucional es el intérprete supremo de la Constitución, siendo su principal función garantizar que nuestra Carta Magna se preserve como la norma superior dentro de la jerarquía de nuestro sistema jurídico y que sea respetada por toda la regulación inferior a la misma y por la actuación de todos los poderes públicos. Este concepto se conoce como supremacía normativa. Es un órgano constitucional independiente a todos los demás y está sometido únicamente a la Constitución y a la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal Constitucional (LOTC).
Además de ser garante del orden constitucional, imponiendo su doctrina a los poderes públicos, entre las principales competencias del TC encontramos:
El control de la constitucionalidad de los tratados internacionales y de las leyes. Cualitativamente, el control de constitucionalidad de las leyes es la función más relevante del TC. Se acciona a través de dos mecanismos: el recurso de inconstitucionalidad y la cuestión de inconstitucionalidad. En el primer caso, la Constitución da la posibilidad de que 50 diputados, 50 senadores, el Defensor del Pueblo, el Presidente del Gobierno o los órganos ejecutivo o legislativo de las Comunidades Autónomas impugnen la validez de una ley cuando consideren que se opone a la Carta Magna. Si la sentencia del TC verifica que existe tal contradicción con la Norma Suprema, se declara la inconstitucionalidad de la norma, que pierde vigencia y no puede ser aplicada. En el segundo caso, nos encontramos con un instrumento semejante, pero que sólo están legitimados para emplearlo órganos judiciales (los jueces y magistrados, esto es, los integrantes del Poder Judicial) cuando al resolver cualquier asunto estimen que la ley que deben aplicar a un caso y de la que depende la decisión que deban tomar sea contraria a la Constitución. Si el TC en su sentencia aprecia tal contradicción, el resultado sería idéntico al descrito anteriormente. Esta función ha contribuido a que la dogmática del Derecho se refiera en ocasiones al TC como el Legislador negativo, porque es un órgano con la facultad de impedir la aplicación de ciertas normas aprobadas por el poder legislativo (lo que consideraríamos el Legislador positivo). En el caso de los tratados internacionales, cabe recabar la opinión del TC antes de la firma del convenio, para corroborar previamente que los compromisos internacionales que asumiría el Reino de España en virtud del acuerdo internacional son conformes a la Constitución.
La protección de los Derechos Fundamentales mediante el recurso de amparo. Es la actuación más voluminosa del TC desde el punto de vista cuantitativo, por el elevado número de casos que aborda. Esta función le hace valedor del nombre Corte de Garantías, término que también se emplea en los medios y en la doctrina para referirse a esta institución.
La resolución de conflictos de competenciaentre las instituciones centrales del Estado. Es la disputa que se concita cuando alguno de los órganos del Estado considera que otra institución de nivel estatal está adoptando una medida asumiendo atribuciones que la Constitución o las leyes orgánicas le confieren a la primera.
La resolución de conflictos de competencia entre el Estado y lasCCAA. Por ejemplo, en 2003, el Consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno de la Comunidad Autónoma del País Vasco firmó un acuerdo de pesca, en Nouakchott (Mauritania), con el Ministro de Pesca y de Economía Marítima de esta República Islámica. El Tribunal Constitucional determinó que ese convenio internacional vulneraba la competencia exclusiva del Estado para celebrar tratados internacionales con otros países.
Preservar la autonomía de los entes locales.
Asimismo, realiza una labor integradora especialmente valiosa en un Estado plural y descentralizado como el nuestro.
¿Quién lo compone?
Se trata de un alto comité extraparlamentario de expertos juristas compuesto por 12 miembros nombrados por el Rey; de ellos, cuatro a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros, cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno, y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial.
Los miembros del TC deberán ser nombrados entre Magistrados y Fiscales, Profesores de Universidad, funcionarios públicos y Abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional. Serán designados por un período de nueve años y se renovarán por terceras partes (por tercios, esto es, de cuatro en cuatro) cada tres: se evitan así cambios completos del TC para que no se den giros drásticos en la jurisprudencia constitucional.
Ningún magistrado podrá ser propuesto para otro período inmediato (no podría repetir su cargo en el mandato consecutivo al recién expirado) salvo que hubiera ocupado el cargo durante un plazo no superior a tres años. Asimismo, si no se elige a un magistrado a tiempo, el actual continúa en el cargo (prorrogatio) y al nuevo se le resta del tiempo de ejercicio de sus funciones el que se haya tardado en nombrarlo.
Cabe destacar que los magistrados del TC son independientes e inamovibles en su función, siendo además aforados, es decir, en caso de ser imputados por un delito, han de ser juzgados por un tribunal distinto al que correspondería a un ciudadano normal para evitar las presiones políticas a las que puede verse sometido un tribunal ordinario cuando juzga a un cargo público de semejante responsabilidad.
Hay que añadir que, por la naturaleza de sus miembros, el TC no puede ser un órgano judicial ya que los órganos judiciales están servidos por magistrados permanentes. Como veremos, los miembros del TC tienen nombramiento ad hoc, es decir, para un fin específico.
¿Y su estructura interna? ¿Cómo funciona?
En lo que se refiere al personal, cabe distinguir entre:
Presidente: nombrado entre sus miembros por el Rey, a propuesta del mismo Tribunal en pleno y por un período de tres años, mediante votación secreta.
Vicepresidente: elegido por el mismo sistema cada tres años, siendo su función principal la de presidir la Sección Segunda y sustituir al Presidente en sus funciones.
Magistrados
Otro personal, entre los que encontramos a los Letrados; personal cualificado que desempeña funciones técnicas, al Secretario General; un letrado que dirige la administración y es elegido por el Pleno, y a los Secretarios de Justicia; miembros del cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia (LAJ) que realizan labores equivalentes a las de un LAJ en un Tribunal normal. En el TC, no se llaman LAJ como en otros tribunales, sino Secretarios de Justicia, ya que no pertenecen al orden judicial.
La estructura interna del TC consiste en: el Pleno; integrado por los doce magistrados que componen el TC y es presidido por el Presidente, las Salas; compuestas por seis magistrados cada una, presidiendo una el Presidente y otra el Vicepresidente, que a su vez se dividen en Secciones, que se componen del Presidente de la Sala o su sustituto y tres magistrados.
Con respecto al funcionamiento del TC, la forma habitual de concluir los procesos constitucionales es mediante la sentencia, salvo en el control de constitucionalidad de los tratados internacionales, en los que la decisión del TC adopta el nombre de declaración. Las sentencias del TC se publicarán en el BOE y tienen valor de cosa juzgada porque contra ellas no cabe recurso alguno, aunque en el plazo de dos días se podrá pedir su aclaración.
De esta forma, las sentencias del TC ponen fin al proceso en sede constitucional (generan una interpretación de la Carta Magna que vincularía al resto de operadores jurídicos), pues contienen la decisión definitiva sobre el asunto presentado a su conocimiento. El núcleo central de la sentencia son sus fundamentos jurídicos, que contienen la decisión definitiva sobre el asunto. La sentencia finaliza con el fallo. Los votos particulares se incorporarán al BOE, y suponen la opinión discrepante de algún magistrado del TC. El resto de las resoluciones, salvo que la LOTC (Ley Orgánica del Tribunal Constitucional) disponga lo contrario, tomarán la forma de autos si son motivadas o de providencias si son sin motivar.
Nuestro #ELUMNI12 Javier Cano de Dios, estudiante de Ingeniería Industrial, ha sido uno de los seis ganadores del concurso “Identificando Talento” de la Fundación Banco Sabadell y la Universidad Francisco de Vitoria. Las fases han permitido a los estudiantes aprender a enfrentarse a los procesos de selección de las grandes empresas de la mano de profesionales del sector. En este recorrido han desarrollado competencias tan relevantes como el autoconocimiento, la autoconciencia, la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, el liderazgo de servicio, la sensibilidad social y la responsabilidad.
“Al principio entré sin expectativas al ser una competición con gente brillante, pero luego me fui olvidando y empecé a disfrutarlo y a conocer a gente de otras carreras”, nos comenta Javier sobre su experiencia. “Me ha ayudado mucho para aprender cosas de mí mismo que no tenía tan claras y no sabía muy bien cómo potenciar”.
¡Enhorabuena, Javier! ¡Nos encanta compartir vuestros logros y reconocimientos!
Hola a todos! Soy María de Jorge, de cuarto de la ELU. Yo no quería irme de Erasmus y, sin embargo, este cuatri en Paris ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Voy a contaros aquí cómo he vivido estos meses.
Estudio Farmacia en la Universidad de Valencia, y he hecho el primer semestre de cuarto de carrera en la Universidad de París Cité (antes Universidad de París V René Descartes).
Yo no quería irme de Erasmus porque, al contrario que muchas de mis compañeras de clase de farmacia, no sentía la necesidad de salir de casa. La verdad es que estaba muy cómoda en Valencia, yendo a la universidad que está a 5 minutos de dónde vivo y a la que cada mañana me llevaba en coche una de mis mejores amigas de toda la vida.
Al final dije que sí porque me ilusionaba París y porque intuía que podía ser un bien para mí, aunque aún no supiera muy bien de qué manera. Me bastaron un par de semanas para saber que había sido una de las mejores decisiones de mi vida.
Estoy feliz de poder haber vivido unos meses aquí y de poder haberlo visto a través de los ojos de con quienes lo he compartido, porque mi Erasmus ha estado marcado en gran medida por la ciudad y por las personas. He aprendido sobre los edificios con Anna, mi amiga de Barcelona que estudia arquitectura, he podido vivir la semana de la moda con amigos a los que les apasiona esta industria, he paseado con Luisa por Saint Germain y las calles por las que ahora vive ella también, he probado el sitio de bocadillos de Sofi, el de los croissants de Inés, o he podido descubrir aquella cafetería del barrio judío con Jaime y Paula y las esculturas del Rodin con Olivia (es su museo preferido) el finde que vinieron las dos de visita.
He podido descubrir París también en lo cotidiano. He ido a clase a mi facultad en frente de los jardines de Luxemburgo, he podido estudiar en la biblioteca delante del Panteón, salir de fiesta y que suene la de Quevedo debajo de la torre Eiffel, ir un día cualquiera a misa a Madeleine, hartarme a crepes, vivir un mundial fuera de casa. Me ha conmovido el impresionismo, me ha asombrado la escultura, y he disfrutado como nunca de los museos. He cogido también algún que otro flixbus (genial para viajes baratos), y he aprendido más francés que nunca. En todo ello puedo decir que he tenido un encuentro con la Belleza, desde la inmensidad de una puesta de sol desde el Sena hasta en la amabilidad de las personas que han acabado por convertirse en verdaderos amigos.
Y lo cierto es que no se acaban las cosas que hacer en esta ciudad. Aun ahora, a dos semanas de volverme, intento hacer una lista de los lugares que me faltan por visitar sabiendo que nunca podré acabar de ver todo lo que me gustaría.
He de decir también que no todo es idílico: la burocracia deja mucho que desear (cuando llegué a mi universidad no aparecía mi nombre en ninguna de las listas de las asignaturas en las que me había matriculado y, por si fuera poco, no existía ninguna persona con el puesto de coordinador internacional). Además, hay que ser consciente de los precios (lejos queda el café con leche de la cafetería de la UV por 1,20€), incluso hay aplicaciones diseñadas específicamente para encontrar los bares en los que la cerveza no cueste un ojo de la cara. Por último, es verdad también que París es una ciudad grande: para coincidir con las personas que quieres ver hay que organizarse, es fácil no cruzártelas.
Pero, aun así, merece la pena. He sido feliz y he aprendido mucho. Como dice Ainhoa siempre, la vida se abre paso. Esa es una de las lecciones que me llevo, la mayor quizás de todo este tiempo: que, a pesar de las dudas y la incertidumbre, a veces basta con intuir que hay algo bueno delante, e ir a por ello. Hacer lo que está en nuestras manos, y en lo que no, confiar y esperar.
Beltrán, que estuvo en París también el año pasado y me ayudó enormemente a tomar la decisión (a quien se lo esté planteando, le puedo reenviar su audio de 8:26 minutos en el que habla exclusivamente sobre el distrito 3), escribía al final de su erasmus, ya en Madrid, que es una verdadera suerte darse cuenta de que siempre vas a tener una casa a la que volver. Cuando yo se lo he recordado en alguna ocasión, él me respondía que para llegar a esa conclusión primero había que salir de ella.
Pues bien, Beltrán: ahora, con más conocimiento de causa, te doy la razón. Es una verdadera suerte tener un lugar al que volver; y que ese lugar esté en Valencia, con mi familia, mis amigos de siempre y mi facultad a cinco minutos de casa, pero que también ese lugar esté en París, en sus calles que ahora también son algo mías, y en las personas que he conocido, que en un tiempo volverán a estar repartidas por España y por el mundo.
Estoy realmente agradecida por estos meses. Si alguno de vosotros, elus, está dudando sobre esto, escribidme, en serio. Estaré encantada de ayudar en lo que pueda.
Qué mejor momento que la Navidad para darse a los demás, para agrandar el corazón y para llevar al mundo aquello a lo que estamos llamados a ser y dar. Y así, a través de una invitación inesperada, llegó entre nuestras manos un auténtico regalo en el que no pudimos disfrutar más.
El 4 de enero, cumplimos el sueño de todo niño: ser paje.
Cooperación Internacional es un organismo que nace de la necesidad de cambiar el mundo perseguida por una certeza: somos nosotros los agentes de cambio. Así, a través de infinidad de proyectos, colaboraciones de distintas entidades, programas de voluntariado y acciones sociales; persiguen, día a día, su objetivo de trabajar por y con los demás.
Todos los años, organizan una Cabalgata Solidaria para que los niños de la Cañada Real, puedan recibir la visita de sus Majestades de Oriente. Tras unos años parado por la pandemia, retomar esta iniciativa era una fuente inmensa de ilusión y, en nuestro caso, podernos convertir en pajes por primera vez, lo convirtió en un encuentro más especial aún.
Llegamos allí pronto a un barrio que aún dormía y, donde, reinaba el silencio entre sus calles inundadas por barrizales. Apenas había camino, pero unas grandes pinturas adornaban sus muros y llenaban de color aquel lugar. Allí, nos dimos cuenta de que la” periferia” no debería ser un punto olvidado en el mapa ni tampoco una excusa para alejarnos de aquel lugar. A tan solo media hora de nuestras casas, se abría una realidad distinta y veríamos, a lo largo de la mañana, cómo nos sorprendería.
Puestas en acción con nuestro disfraz y acompañadas por un grupo de jóvenes inquietos, empezamos a preparar nuestras carrozas repletas de caramelos, a decorarlas con cuidado y a llenarlas de música para animar a todos sus vecinos. Y así, una vez empezó, los niños y sus familias salieron a la puerta de sus casas para saludarnos e, incluso, para acompañarnos durante todo el recorrido.
Sus miradas se iluminaban al vernos pasar y su “gracias” era infinito, sincero y emocionante. La felicidad que transmitían los padres mientras contemplaban a sus hijos, es algo que también nos llevamos para siempre. Sin ser demasiado conscientes, éramos la ilusión de su Navidad y, por cómo nos miraban, por la alegría con la que nos acogieron y sus sonrisas delatadoras, conseguimos despertar a una población atravesada por duras circunstancias, por grandes dificultades socio-económicas y por una estructura de vida tan distinta a la nuestra que conlleva a la preocupación, incertidumbre y tristeza.
Nos llevamos su cariño y su forma de mirarnos. Ellos nos volvieron a recordar que la Navidad se vive en lo pequeño, en lo sencillo, disfrutando de la cotidianidad y, convirtiendo lo “ordinario”, en instantes extraordinarios. En aquella mañana que compartimos con ellos, volvimos a reafirmarnos en lo valioso que es salir al encuentro del otro, independientemente de las circunstancias. Al fin y al cabo, cualquier dificultad pasa completamente a un segundo plano cuando se trata de darse a los demás.
Os dejamos algunos instantes en los que, por un momento, se congeló el tiempo y donde, su única preocupación, era conseguir algunos caramelos. Lo que ellos no sabían es que, mientras que llenaban sus bolsillos, nosotras seguíamos llenando nuestro corazón.
Ojalá la vida nos deje seguir coleccionando esas miradas donde todo se detenga y no importe nada de lo demás.
Soy Clara Sánchez Fernández-Pedraza, elu de 4º y estudiante de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Desde que era pequeña la idea de irme de Erasmus rondaba por mi cabeza y, debido a las características de mi carrera, consideré oportuno realizarlo en mi último año ya que podía estudiar las optativas más internacionales y universales de mi plan de estudios. Así, entre todos los destinos que me ofrecían, escogí Budapest, una ciudad maravillosa en la que estoy viviendo una experiencia increíble. Con muchísima ilusión, ganas y nervios llegué a mi Universidad (National University of the Public Service), y para mi sorpresa – y suerte – ¡descubrí que era la única española en toda la universidad! Así, el inglés estaba asegurado desde el minuto uno.
En cuanto a las clases, pude escoger asignaturas que me ofrecían una formación más práctica y dinámica, en las que se interactuaba mucho durante las sesiones y parte de la evaluación consistía en presentaciones de 30 minutos exponiendo el tema que hubieras investigado. Además, se fomentaban mucho las conferencias sobre temas geopolíticos de la actualidad que me han permitido conocer más el panorama internacional. Y, aparte de lo académico, el deporte era uno de los pilares de la universidad, fomentado a través de los diferentes equipos de fútbol, baloncesto, hípica, equitación… Como con las instalaciones que ponían a nuestra disposición a un precio muy económico. Sin duda, lo mejor de la universidad ha sido el grupo de internacionales que hemos hecho, compartiendo muchísimo tiempo juntos tanto en la universidad como fuera de ella. De esta manera con las clases, actividades y amigos de la universidad he vivido en un ambiente internacional al completo.
Así, cuando llegaba a mi piso en el centro de Budapest, que compartía con tres españolas y una andorrana, me sentía como en casa. Cinco chicas, completas desconocidas al principio, y que a lo largo de los cuatro meses viviendo, compartiendo y creciendo juntas, la amistad ha venido sola. Cada una con nuestra personalidad y dando lo mejor de nosotras para generar un buen ambiente de confianza y generosidad. ¡Hasta hacíamos compra conjunta y compartíamos la comida! Lo más parecido a una familia que te puedes encontrar de Erasmus. Y, además, ha sido con ellas con quien he viajado durante estos meses.
Porque aparte de lo que os contamos hace un tiempo Blanca, Jorge y yo en la Newsletter sobre el transporte, la gastronomía y la gente de Budapest, otra de las maravillas de esta ciudad es su ubicación en Europa. Viena, Bratislava, Cracovia, Serbia y Praga son ciudades que he tenido la suerte de conocer en estos meses y que me han hecho empaparme de su historia y, principalmente, de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, con los estragos que causaron el nacismo y comunismo en ellas, como nunca antes lo había hecho. Es impactante ver cómo en todas ellas hay un free tour sobre “El barrio judío y la Segunda Guerra mundial” en los que te cuenta cómo se vivió aquello en estos países y cuánto ha marcado a la sociedad y a su gente.
Escribiendo estas líneas todavía me queda un mes más para terminar esta gran experiencia. No obstante, a día de hoy soy consciente de cuánto he aprendido, vivido y conocido durante estos meses. Vivir fuera de casa, en el extranjero, con otro idioma y cultura completamente diferentes a la tuya, te presenta situaciones que, más o menos agradables, tienes que hacer frente y, sin duda, te ayudan a crecer, ser consciente y valorar cuánto cuestan las cosas, la actitud con la que lo quieres vivir, saber lo que merece la pena y dedicarle el tiempo que necesita.
Y, sobre todo, me reafirma aún más un lema que es de esta casa, y es que “La felicidad sólo es real cuando es compartida” y en mi caso no habría sido así de no haber tenido a las personas con quienes lo he vivido y con quienes he compartido mi experiencia al volver a España.
Os animo a todos los que podáis, de decir que sí a la oportunidad de hacer un Erasmus y vivir así una de las mejores experiencias de vuestras vidas. ¡Nos vemos pronto!
Soy Santiago Bercedo alumno de 4º de la Escuela de Liderazgo Universitario y estudio un doble grado de Ingeniería Industrial y Administración y Dirección de Empresas, en I.C.A.I.
El año pasado se me presentó la oportunidad de aplicar para cursar el último año de ingeniería en un país extranjero y desde septiembre estoy viviendo en Estados Unidos, concretamente en Minnesota, el estado de los 10.000 lagos.
La vida en un campus americano. Estoy estudiando en la University of Minnesota, cuyo campus cuenta con aproximadamente 51.000 estudiantes y se encuentra repartido por dos ciudades, las Twin Cities o, mejor dicho, las ciudades gemelas: Minneapolis y Saint Paul, divididas por el río Misisipi. El hecho de que la Universidad sea tan grande permite albergar grandes laboratorios y recursos enfocados en la investigación y de los cuales he podido hacer uso en alguna asignatura.
En cuanto a la gente, sobre todo las primeras semanas, Vicente (otro compañero de I.C.A.I.) y yo, nos rodeamos del resto de alumnos internacionales por tener la misma sed de conocer y descubrir todo lo nuevo que se nos presentaba por delante. Hemos conocido a gente de todos los rincones del mundo: de China, Australia, Alemania, Suecia, Inglaterra, Colombia, Francia o Noruega, además de otros muchos españoles.
Después, durante los primeros días recorriendo las calles de Minneapolis, nos quedábamos sorprendidos de que todo el mundo nos sonriera al cruzarnos con ellos. Y es que aquí, en Minnesota, hay una expresión conocida como Minnesota Nice, entendida como que la gente tiende a ser inusualmente cortés con los desconocidos.
Así que no tardamos mucho tiempo en hacernos nuevos amigos americanos y descubrir la verdadera cultura desde el “interior”. España gusta, y gusta mucho. Cada vez que digo que soy de España la gente se queda impresionada y empezamos a hablar de Madrid o Barcelona y, como no podría ser de otra manera, del fútbol español. El caso es que no tardamos en empezar a ir a los partidos de fútbol americano o hockey sobre hielo de la universidad. ¡Menudo ambiente! Los estudiantes de Minnesota nos llamamos los Gophers y a los equipos deportivos Minnesota Golden Gophers. El estadio de fútbol americano tiene una capacidad de 51.000 personas y todos los allí presentes (antiguos alumnos, padres y actuales estudiantes) animan al grito de Go Gophers!
La universidad también cuenta con su frat row, con sus fraternidades y hermandades, pero eso ya es otra historia. Lo que especialmente me gusta de esta universidad es que puedes intercalar vida de campus con vida de ciudad, teniendo Minneapolis y Saint Paul a tan solo unos minutos en trasporte público.
El frío no nos para. El frío era una de mis grandes preocupaciones antes de venir a este estado. La universidad cuenta con pasadizos subterráneos, el gopher way, para conectar los diferentes edificios y no tener que salir a la calle. Además, en Minneapolis existe el skyway system que se podría definir como pasarelas climatizadas entre los grandes rascacielos para recorrer el centro urbano sin tener que salir a la calle.
Yo ya he llegado a experimentar lo que supone una sensación térmica de -20ºC. Pero pensé que iba a ser mucho peor; buen abrigo, buenas botas y para delante. También os diré que me han dicho que lo peor todavía está por llegar, será en el mes de enero donde, según los locales, “no podrás a salir a la calle con el pelo mojado porque por las bajas temperaturas se te congelará y te lo podrás cortar con la mano.”
El intercambio da para mucho. Durante mi estancia aquí he tenido la suerte de recorrer algunas de las grandes ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Chicago o Los Ángeles. Y no os voy a engañar, impresiona ver como cada estado es totalmente diferente.
Es la primera vez que “cruzo el charco” y me esta encantando poder conocer la cultura americana de primera mano. Este intercambio está siendo una experiencia única. Nueva gente, nuevos sitios, nuevo estudio y sobre todo muchísimo disfrute. Ahora tocan exámenes finales, así que muchísimo animo a todos.
Aprovecho para desearos una feliz Navidad y muy felices fiestas.
Cualquier excusa es propicia para fomentar un encuentro, solo que esta vez no queríamos limitarnos a los elus de Sevilla. Decidimos romper con los esquemas y organizar algo que nunca se había hecho: un encuentro de la ELU, pero extendido a toda una comunidad autónoma -que no podría ser otra que Andalucía-. Con varios meses de antelación y muchas cosas por hacer, emprendimos nuestra aventura de llevar los famosos findELUs a nuestra tierra. Ponencia, grupos de trabajo, turismo y ¡mucho encuentro al estilo ELU! Todo esto no lo hicimos solos, sino que todo fue posible gracias a la colaboración y el trabajo conjunto de eluss y Elumnis, consiguiendo así dar forma a un día único y que todos tenemos ganas de repetir –pequeño spoiler, ¡ELU Andalucía no para!–
En primer lugar, tuvimos la suerte de contar con la presencia de Doña Adela Muñoz, Catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla. Adela nos mostró desde su experiencia el sentido del liderazgo: nos enseñó como ella misma había llevado la vocación y pasión por lo que estudiaba a todos los rincones de su vida; desde la docencia al teatro pasando incluso por la publicación de una serie de libros. Nos enseñó que para ser buenos líderes, tenemos que aprender a equivocarnos, ser constantes y no dejar de hacernos preguntas por lo que hay a nuestro alrededor. A continuación, decidimos llevar a cabo aquello que más nos gusta después de los fines de semana en la UFV: los grupos de trabajo. Juntos, descubrimos la importancia de cómo llevar a la práctica, a nuestra universidad y en definitiva, a nuestras vidas, el liderazgo. Después de una mañana intensa que a la vez se pasó volando, con muchas ganas de seguir hablando y siendo testigos de lo que estábamos viviendo -para poder traerlo aquí y que seáis líderes allá donde estéis- nos fuimos a la comida, ¡qué ya era hora!
Después de comer, teníamos reservada como actividad cultural y lúdica una visita al Parque de María Luisa –icónico de la ciudad de Sevilla, pues contiene, entre otros, la Plaza de España y la Glorieta de Bécquer– en vehículos a pedales de cuatro y seis plazas. Tanto elus, elumnis como mentores, disfrutamos entre risas recorriendo todos los rincones de uno de los mejores paisajes que encontramos en Sevilla.
La jornada continuó con un agradable paseo a orillas del Guadalquivir, marcado por esas conversaciones que nos caracterizan en la ELU, donde además, los alumnos de primero se dieron a conocer y nuestros queridos elumnis continuaron iluminándonos el camino, como es de costumbre. Tras una pausa en una tradicional cafetería en el centro histórico de la ciudad, terminamos nuestro encuentro en la iglesia de la hermandad del Valle, en la que pudimos ver uno de los belenes más representativos en estas fechas.
¡Esperamos que todos los asistentes hayáis disfrutado este día, que con tanta ilusión hemos preparado! Para los que no habéis podido venir, ¡no os preocupéis! Nuestra intención es mantener este encuentro de forma anual (aunque este año pinta fuerte…), teniendo como sede en cada ocasión las distintas provincias de Andalucía. Para finalizar, nos gustaría pasarles el testigo a otras comunidades ELU como Madrid o la Comunidad Valenciana, pues “Liderar es ser testigo” y creemos que no hay mejor forma que siéndolo en compañía de los nuestros.
Sputnik es un programa compuesto por tres seminarios (Bootcamp, Tech camp y Start-up camp) que persigue el objetivo de formar a 5000 jóvenes andaluces en 10 años y despertar en ellos las ganas de hacer algo grande. Juan Martínez Barea, el director del proyecto, mientras realizaba un MBA (Máster of Bussiness Administration) en el MIT se dio cuenta de que era el único español del sur. Se preguntó: “¿dónde está el talento del Sur?”. De ahí surgió la idea de Sputnik.
Este año ha tenido lugar la tercera edición del programa, a la cual hemos asistido varios elus: Rodrigo Pérez y Estela Chocano (Madrid), Marisa Rico (Valencia), Ramón Torres, Pepe Yáñez, Carlos Ferreiro y Ana Santamaría (Sevilla); además de otros amigos.
En el Bootcamp, que tuvo lugar en septiembre, tuvimos la oportunidad de escuchar a varios ponentes que nos transmitieron valores como la curiosidad por explorar el mundo, de la mano del aventurero Nacho Dean, la valentía como hábito que requiere entrenamiento, gracias al filósofo David Cerdá, o el espíritu de superación que se palpaba en la vida de la atleta paralímpica Sara Andrés.
En el Tech Camp de noviembre, nos presentaron las tecnologías que están en punta de lanza en el mundo actual. Hablamos de inteligencia artificial, realidad virtual, metaverso, biotecnología, blockchain y movilidad autónoma, entre otras. Era, más que un intento de profundizar en la parte técnica, un escaparate al que nos asomamos para ver con una nueva perspectiva cómo va a ser “el mundo que viene” (así se llama la fundación que da vida al programa Sputnik). Nos hablaron de una gran revolución tecnológica que va a tener lugar tarde o temprano y nos invitaron a ser nosotros quienes la lideremos.
Por último, en diciembre hemos asistido al Start-up Camp, en el que hemos podido entender mejor qué es una start-up y cuál es su potencial. Identificar un problema social, sobre todo si es algo que nos toca de cerca, planificar, buscar financiación, escalar, aprender a virar el proyecto o venderlo si es lo que la situación requiere. Estas son, de modo general, las etapas en el proceso de las start-ups en las que fuimos profundizando, acompañándolo de un intento de responder a la pregunta de ¿por qué emprender? y ¿por qué vale la pena lanzarse a montar una start-up?
Un cañonazo de optimismo. Eso pretende ser Sputnik. Creo que a todos nos ha calado de una manera u otra el mensaje que hemos recibido, que cada uno de nosotros ha acogido en la medida en que hemos sentido que algún ponente o alguna idea en especial nos removía por dentro. Si algo añadimos a nuestra mochila de aprendizajes después de esta experiencia es que, desde luego, no tenemos motivos para no aspirar a algo grande.
El profesor de la ELU David García y María López #ELUMNI11 han publicado un artículo conjunto en el nuevo número de la revista Relectiones sobre las cuestiones bioéticas de los avances en ingeniería cibernética. Puedes leerlo completo en https://portalderevistas.ufv.es/index.php/relectiones/article/view/753.
El pasado lunes 14 de diciembre María Longás vino a ver a los elus de Barcelona por primera vez en el curso. Su visita fue la excusa perfecta para conocer a los nuevos fichajes, quienes doblan la plantilla. Propusimos para el inicio de la tarde juntos ir a ver La Catedral del Mar, basílica menor que corona el Barrio del Born en la capital catalana. Fue un tiempo precioso, donde pudimos conocer a fondo la historia de esta iglesia denominada “la del pueblo”, debido a su construcción financiada y realizada por los bastaixos (“hombres del muelle”).
Iniciamos la visita en el interior de la iglesia gótica, abierta y acogedora, dividida en tres portentosas naves. Pudimos disfrutar de un tiempo en silencio. A la salida nos encontramos con el famoso tímpano que corona el edificio, realizado tanto con pintura al fresco como con relieves medios. Nos encantó poder descubrir la simbología de todo aquello que parecía decorar las paredes de la famosa catedral del pueblo, gracias a que en aquella época el arte era “la Biblia del pueblo”. Nos dimos cuenta del gusto por entender más la historia de esta tierra mediterránea en la que vivimos y de la que sabemos bien poco. ¡Estamos deseando poder hacer otro plan cultural juntos donde sean los más nuevos los que nos expliquen a los veteranos!
Después de la visita a la Catedral Del Mar, pudimos ponernos al día cenando todos juntos en el Crep Nova. Esta fue una gran oportunidad para conocer no solo a los nuevos elus de Barcelona, que sin duda venían con muchas ganas de participar en cualquier actividad que se proponga, sino también a los ELUMNIS. Guiados por Sabri, los antiguos alumnos de la Escuela nos mostraron cómo son sus vidas después de los cuatro años de formación y dejaron claro cómo se puede aplicar todo lo que han aprendido en la ELU en su vida profesional. Debió de ser increíble para ellos verse reflejados en nosotros e intercambiar miradas que nos unen a pesar de la diferencia generacional.
Después de esta primera toma de contacto, ¡tenemos muchas ganas de que nuestro equipo de Barcelona se conozca más y crezca en el camino de la ELU!
A finales de octubre tuvo lugar la conferencia del ciclo #LaEducaciónQueQueremos de la Fundación Botín y la Fundación Edelvives sobre el papel de los jóvenes en la sociedad del futuro.
La sesión estuvo moderada por Lucía Sánchez #ELUMNI9 y contó con la participación de José María Elola Oca #ELUMNI6 —cofundador y codirector de Nikarit (impacto social y sostenibilidad) en Benín— y Dr. Mario De Miguel Ramos #ELUMNI1 —cofundador y asesor de Sorex Sensors (tecnología y empresa)—. Ellos compartieron sus experiencias y reflexiones junto a Silvia Fernández —fundadora y presidenta de Artepaliativo (arte y salud) — y Andrea Sabio —fundadora y directora de Human Up (educación y desarrollo rural)—.
¡Hola a todos! Aquí Jaime Osorio, desde La Haya, Países Bajos. Este es mi último año de uni, pues estoy en 5º de Derecho y Relaciones Internacionales en la UFV y 4º de ELU. Si ya de por sí iba a ser un año “divertido” con prácticas, dos TFGs y el TFELU, ¿por qué no meter un Erasmus entre medias? Por supuesto que esta no era la idea que tenía al principio (pretendía haber venido aquí hace dos años), pero sinceramente creo que está siendo un buen momento para vivir esta experiencia.
Han pasado ya más de tres meses desde que aterricé en esta ciudad. Venía con miedos, dudas e inseguridades, pero también con ganas de cambiar de aires y demostrarme que podía desenvolverme perfectamente alejado de las comodidades de Madrid. Afortunadamente, ya a estas alturas puedo comprobar las numerosas ocasiones en las que me he puesto en juego y las mejoras que he conseguido a nivel personal.
¿Cómo es la vida aquí? Pues resido en un edificio de estudiantes, tengo mi propia habitación y comparto cocina y baño con David (República Checa), Ángel (Barcelona) y Klaudius (Alemania). Es una suerte tener unos compañeros con los que sentirte cómodo y considerarles amigos, pues la convivencia es mucho más fácil. Por no hablar de lo increíble que es tener a tus mejores amigos de aquí dos/tres pisos arriba o abajo; nos podemos ver tanto que parecemos una familia.
Por continuar escribiendo sobre los habitantes de La Haya, me sorprendió la enorme cantidad de españoles (e hispanohablantes) que han venido aquí. No me avergüenza reconocer que mi grupo más cercano está compuesto mayoritariamente por madrileños, pero son personas que la vida pone por delante y a las que probablemente no habría conocido si no hubiera venido aquí.
Sin embargo, quiero destacar que La Haya es una ciudad increíblemente internacional (yendo a misa, por ejemplo, me percaté de que habría más de veinte nacionalidades distintas allí presentes), y gracias a ello he ganado soltura tanto para hablar en inglés como para cambiar rápidamente de este idioma al español y viceversa en una misma conversación. No pocas veces nos hemos juntado con nuestros amigos alemanes para visitar algún lugar, montar una fiesta, jugar a las cartas o al póker… y también me vienen a la cabeza todas las personas que he conocido por compartir clase, facultad, deportes o amistades.
Respecto de la uni (The Hague University of Applied Sciences), esta es un ejemplo más de la multiculturalidad de la ciudad. Hay un sinfín de asignaturas (la mayoría de 15 créditos, por tanto, como dos o tres de España) en inglés y están enseñadas de una manera mucho más práctica que en España, algo que se agradece como estudiante de Derecho. Destaco especialmente la asignatura que he cursado de Unión Europea, donde he realizado desde un podcast simulado hasta una infografía, haciendo también las veces de abogado en cuestiones de ciudadanía europea. Esto, junto con dos trabajos más académicos y sin necesidad de un examen, me ha permitido comprender por fin cómo colaboran entre sí la Comisión, el Parlamento y el Consejo.
Además, la universidad tiene actividades prácticamente todos los días, y a los estudiantes de Erasmus nos trataron muy bien desde el principio. Por ejemplo, la asociación de estudiantes de Derecho nos explicó cómo hay que redactar y citar los trabajos aquí, lo cual fue de gran utilidad. También nos llevaron a conocer la ciudad de Delft, y gracias al departamento de deportes he podido jugar al bádminton o al ultimate frisbee (juego por equipos en el que hay que pasarse el frisbee sin que lo intercepten). Tampoco me olvido de la feria de prácticas, el torneo de FIFA y otros videojuegos o la proyección de películas como Grease. En definitiva, estudio en una universidad enorme y dinámica, y encima vivo a cinco minutos de ella.
Erasmus es, asimismo, tiempo de viajar y conocer (a poder ser como peregrino y no como turista, según las palabras de Juan Serrano). Si dentro de La Haya visité el Mauritshuis con el archiconocido conocido cuadro de La joven de la perla, por un precio reducido me he podido acercar a otras ciudades como Ámsterdam, Leiden o Róterdam, tierra de Erasmo. Y fuera de Países Bajos, disfruté muchísimo caminando por Budapest (donde me encontré con Clara, de 4º de ELU) y estaré disfrutando cuando se publiquen estas líneas (saludos desde Cracovia, Polonia). Precisamente volviendo de Budapest, me sorprendí experimentando la sensación de que estaba retornando a mi “casa”, una habitación de un edificio gigante de La Haya. Si esto me lo dicen hace no tanto tiempo… vamos, ni me lo imaginaba.
Pero sí, La Haya es mi casa. Una ciudad tranquila de un país más acogedor de lo que pensaba, con sus molinos, canales, bicicletas y habitantes en su mayoría angloparlantes (asignatura todavía un poco pendiente en España). En ella sigo viviendo una experiencia que supone un cierto alto en el camino, en la que me sorprendo exponiéndome en situaciones en las que antes no me atrevía y que por supuesto me hace valorar con cariño todo lo bueno que tiene mi país de origen. Animo a todo aquel que pueda a sumergirse en esta experiencia pero, como ya hemos aprendido, se puede admirar y buscar bien, verdad y belleza en los rincones más insospechados. Un abrazo, ¡y a seguir viviendo!
Este verano tuve la oportunidad de pasar el mes de julio cooperando en un orfanato en Perú. Esta era la primera vez que me embarcaba en un proyecto así: lo tenía en mente desde hacía tiempo, pero quizás nunca lo había emprendido por el miedo o el vértigo que genera a primera impresión. A lo largo del año 2022, fui a distintas reuniones organizada por la fundación ESYCU para ir conociendo poco a poco en qué consistiría el proyecto, y para entender las condiciones del orfanato en el que estaríamos realizando la labor los voluntarios que íbamos.
Principalmente, los voluntarios trabajamos en el Orfanato Casa de la Divina Providencia, que se encuentra en Abancay; a cuatro horas de Cuzco. Abancay es una ciudad muy pequeña, pero con muchos habitantes, todos ellos sin recursos. El orfanato allí acogía, mayoritariamente, a niñas que habían sufrido violencia o maltrato por alguno de sus progenitores. Hablamos de niñas de 6 a 15 años de edad, de las que sus padres renegaban: niñas heridas física y psicológicamente. Y por ese motivo, necesitaban mucho cariño y tacto. Las religiosas que llevaban el centro, intentaban hacerse cargo, como buenamente podían, de dar alimento y techo a las menores.
El día a día de los voluntarios variaba dependiendo de la semana de la que se tratase y el nivel de distracción (colegio y visitas) que tuviesen las niñas en el orfanato. Por las mañanas, mientras las niñas acudían a la escuela o al instituto, los voluntarios preparábamos los juegos y actividades que a su vuelta realizaríamos con ellas; o en otros casos, ayudábamos en la panadería que tiene el Orfanato adscrita para sacar fondos con los que poder mantener a las niñas. Otras veces, echábamos una mano en la construcción, reparación y aseo del Hogar: arreglábamos las salas comunes, construíamos tabiques para separar edificios que por su pobreza conectaban con el resto del vecindario, limpiábamos y acondicionábamos lo que en su momento era la guardería del orfanato…
Más tarde, cuando las niñas regresaban del colegio (les encantaba que fuésemos a recogerlas del colegio, como hacían los padres del resto de niños), les dábamos toda nuestra atención y nos dedicábamos enteramente a ellas: talleres, juegos, deportes, refuerzo escolar… Al final, se trataba de hacerles sentir un poco acompañadas y queridas, en el oasis que era el orfanato para ellas.
En los talleres dividíamos a las niñas en dos grupos: el grupo de primaria y el grupo de secundaria; para que pudiese ser más colaborativo y participativo, y adecuábamos el contenido a lo que podrían entender. Así, con cuentos y cinefórums tratamos temas como la sinceridad (con el cuento de Pinocho), tratamos el compañerismo, la autoestima, la bondad, la importancia del trabajo y del estudio…
Les intentamos enseñar la importancia de la universidad y de los estudios. Es mucho lo que tienen que trabajar y estudiar para poder ir a la universidad. Sabiendo que carecen de sustento económico, necesitan recibir una beca para irse a Lima a estudiar una carrera. En otros casos, las niñas, al cumplir la mayoría de edad, abandonaban el orfanato para realizar trabajos precarios, inseguros y abusivos.
Cuando abandonamos Abancay a finales de julio, pudimos entender que al final para los niños del orfanato, solo éramos una persona más que pasaba por esos lugares; pero para nosotros había sido algo transformador. Aprendí mucho de todas las niñas del orfanato; de la gente de allí: desde su actitud para afrontar las cosas, su sencillez, su gratitud, su“saber lo que importa de verdad”. Y me volví a España “lleno” de haber podido aportar, aunque sea pequeño; milésimo, un granito de arena en la felicidad y futuro de lasa niñas.
¿Sabéis qué día es hoy? Bueno, además de ser martes, y de ser 8 de noviembre, es el Día Mundial de la Radiología. Si os habéis hecho una radiografía alguna vez, ¡tenéis mucho que celebrar! El mundo del arte también estuvo de enhorabuena al descubrirse los rayos X: en 1897, dos años después de que Wilhelm Röntgen los detectara, se realizó la primera radiografía a una obra de arte. Actualmente, es un procedimiento muy común en museos de todo el mundo.
Prueba de su relevancia son dos casos que os presentamos hoy:
Las hilanderas, de Diego Velázquez. El hecho de que esta obra apareciese en un inventario en 1664 con unas medidas, y un siglo más tarde, con unas mayores, hizo sospechar a los historiadores del arte que se había realizado un añadido posterior. Esta hipótesis se pudo comprobar al realizar una radiografía al cuadro: la pintura original absorbe más los rayos X, lo que delimita bien el añadido (se cree que se pintó para poder exponer la obra en el nuevo Palacio Real). Gracias a estos límites exactos, el Museo del Prado pudo diseñar en 2021 un marco que devuelve el cuadro a sus dimensiones originales.
El Jardín de las Delicias, de El Bosco. Ya hablamos de esta inagotable obra en la tercera entrega de nuestra sección Favoritos, que os recomendamos. Pero no dijimos todo… Inspirado por el uso de rayos X, al holandés van Asperen de Boer se le ocurrió aplicar la radiación infrarroja a cuadros. El carboncillo utilizado por los artistas para dibujar absorbe más estos rayos que la pintura; por tanto, esta técnica (reflectografía infrarroja) permite ver el dibujo inicial y su proceso creativo. Como un fantasma, sobre el rostro de Dios Padre en la escena del Paraíso aparece un rostro con barba completamente distinto, revelándonos el cambio de idea de El Bosco.
Hace ya un año tuve la gran suerte de entrar a formar parte de una de las asociaciones de mi universidad; Perunidad se llama y desde el primer momento que supe de la existencia de esta, me llamó la atención. Su labor consistía en encargarse de la organización y realización de varios proyectos, en colaboración con distintas ONGs, que buscan ayudar al desarrollo de la educación y la sostenibilidad en regiones desfavorecidas de Perú, comenzando con la recolección de fondos, durante todo el año, a través de organización de eventos, competición por subvenciones y premios solidarios, etc. Hasta la realización en sí del proyecto, con nuestras propias manos, en el lugar escogido.
El enfoque particular de este proyecto me atrajo debido al hecho de que este no se nos daba ya organizado, había que montarlo entero. Además, estaba un poco más relacionado con aquello que estudio, ingeniería, al estar centrado en la construcción de infraestructura.
Es así, que a mi y a otros tres de mis compañeros nos tocó colaborar con una pequeña ONG, llamada Earth Perú, creada por el carismático Luis Fernando Abanto. Un hombre que tras haber dedicado bastantes años de su vida a colaborar con diferentes organizaciones, decidió fundar su propia ONG para ayudar, en concreto, a los diferentes colegios de las zonas más desfavorecidas de la ciudad de Trujillo, ciudad a la que llega mucha de la inmigración descontrolada de la sierra, la cuál se establece en los barrios periféricos como puede, careciendo de medios e infraestructuras.
De este modo, comenzó la búsqueda y planificación del proyecto, con reuniones de trabajo y llamadas con nuestro apreciado Luis, que sin embargo no estuvieron desprovistas de sustos e imprevistos, como el de tener que reorganizar la mayor parte del mismo a dos meses de partir, puesto que una de las escuelas con las que nos habíamos decidido a colaborar dejó de comunicarse con nosotros; inesperado cambio de opinión.
Finalmente, llegó la fecha de partir a Perú. Durante el próximo mes y medio nuestro objetivo sería el de construir una clase en el colegio “Marcial Rebaza”, en la Campiña de Moche, pueblo agrícola y humilde a las afueras de la ciudad. De esta forma, el excedente de niños del pueblo que la escuela no podía asimilar y que debían buscar otros sitios donde estudiar, podrían continuar su educación en el colegio del pueblo.
Así, una vez allí, tras conocer el lugar, las profesoras y a los niños, comenzamos las obras, fundamentalmente, gracias a la ayuda de nuestro maestro albañil, Juan, el que con mucha paciencia nos enseñó los secretos de esta profesión, por la cuál siento actualmente una gran admiración. Seríamos estudiantes de ingeniería, pero no teníamos ni idea de como poner un ladrillo al lado de otro.
Las semanas fueron pasando, y como en todos los proyectos de este mundo, las dificultades y retos inesperados fueron apareciendo, haciendo difícil el mantener la moral y la esperanza arriba; al fin y al cabo, la logística y los medios que allí teníamos eran limitados, sin embargo, poco a poco fuimos superándolos, y tras remover bolsas y bolsas de cemento, colocar una infinitud de ladrillos y dejarse los brazos enluciendo paredes, logramos que la clase se convirtiera en un espacio funcional. Mención especial a lo importante que durante todo el proyecto fue la ayuda y colaboración con la comunidad local, incluyendo a las profesoras y a madres y padres, que cuando necesitamos una mano, nos pusieron todas a una.
Sin embargo, aquí no terminó la historia, puesto que siendo Earth Peru una ONG que busca favorecer el desarrollo sostenible de estas escuelas, aún quedaba acabar con la guinda del pastel. En Perú, hasta el 2022, los padres de los niños debían pagar la electricidad de las escuelas, y es por ello, que hasta ese año, nuestra asociación había estado financiando la instalación de paneles solares en las escuelas donde colaborábamos, puesto que ayudaban a que estas fueran más verdes y permitían a la comunidad realizar un gran ahorro económico. No obstante, habiendo cambiado la situación, la escuela no estaba interesada en la instalación de los paneles, siendo estos más una carga que una ayuda.
Así pues, debimos cambiar de nuevo el desarrollo del proyecto y ponernos en búsqueda de un nuevo lugar donde estos pudieran tener un mayor impacto, siendo de utilidad. Encontramos así, un orfanato situado en la zona industrial de Salaverry, el cual, a pesar de trabajar para el Estado, no recibía ninguna ayuda, al estar dirigido por una congregación religiosa. Allí nos recibieron con los brazos abiertos, y pudimos instalarlos, con la seguridad de que aportarían una gran ayuda y serían bien cuidados.
Durante las seis semanas que allí estuve, pude aprender muchas cosas, además de ser testigo de las condiciones de vida tan diferentes que tienen tantas otras personas en la otra punta del mundo, las cuales tienen que vivir su día a día, con muchos menos recursos y muchas más barreras, y aunque sintiéndome en cierto modo egoísta por haberme tenido que desplazar allí para ser más consciente de cómo es la cruda realidad, creo sinceramente que mereció la pena, porque aquello que construimos podrá permitir, a partir de ahora, que unos cuantos niños, en las afueras de la ciudad de Trujillo, tengan un futuro un poco mejor. Y eso ya lo vale todo.
“Es un momento de reencuentro con uno mismo, de escucharte, de quererte y de ofrecer todo lo bueno que tienes a los demás. Es un momento para saber qué es para ti lo importante en la vida. Es un momento que te ayuda a llenarte el alma de paz y tranquilidad”.
Cristina López Crespo #ELUMNI08 comparte con nosotros su experiencia en las Misiones Alumni UFV en Tánger de este verano y recuerda aquellos aprendizajes vitales que se llevó de su paso por la Escuela de Liderazgo Universitario.
¡Esperemos que estéis descansando en este martes festivo! Nosotros, desde luego, estamos agradecidos de contar con vuestra atención otra semana más. Esta vez, el generoso amigo que ha compartido obra y texto es Ignacio Cascón, estudiante de tercer año de Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid y también de tercero de la ELU. Su elección ha sido Brigitte Bardot, obra del artista oscense del siglo XX Antonio Saura, fundador de una escuela abstracta de posguerra muy prolífica. Su producción se caracteriza por el uso de una escala prácticamente monocromática, a partir de blancos, negros y grises. Sus formas son siempre cortantes, realizadas de un solo brochazo, pero a menudo no se abstraen completamente de su objeto.
¿Le habéis dado una oportunidad al arte abstracto? Ignacio reflexiona sobre ello:
«He elegido esta obra para compartir aquí porque siempre me hace pensar y no puedo decir cuándo la vi por primera vez. Recuerdo cuando con el colegio nos llevaban de excursión al Museo de Arte Abstracto Español, en las Casas Colgadas de Cuenca y nos la enseñaban.
Nos decían que la actriz retratada era una de las personas más guapas de su época, todo un mito del erotismo y la sensualidad. Y éramos muchos los que no lo podíamos entender. ¿Cómo iba a ser eso un retrato de una actriz guapa?
Con el tiempo, he ido dándome cuenta de lo que el autor propone, un juego posmoderno sobre teorizar el arte. ¿Por qué no le damos una oportunidad a Saura y al arte abstracto y nos replanteamos qué es la belleza o para qué está el arte? Párate a pensar cómo plasmarías tú la sensación que te despierta una persona».
¿Alguna vez te has preguntado a qué se dedican los #ELUMNIUFV? Resulta muy interesante saber en qué profesiones han desarrollados todos sus talentos y virtudes.
Hola, otra vez. Soy Carmen Godoy, de cuarto de la ELU y quinto de Derecho y Ciencias Políticas, y aunque me presente más o menos igual que la última vez que me pasé por ELUS por el Mundo, no puedo decir que sea la misma persona que entonces.
A unos 6255 km de distancia, os saludo desde Washington and Jefferson College, el que es mi nuevo hogar desde el pasado agosto. Ojalá tuviera la habilidad de haceros entender con solo palabras lo feliz que me siento aquí. No se parece a nada que haya vivido antes, y, sin embargo, está siendo una experiencia que me está ayudando a recordar, pararme un segundo en mitad del perfecto caos que es mi vida aquí y sentirme orgullosa del camino recorrido.
Este es mi último año de universidad, una experiencia que he vivido a vuestro lado y que ha exprimido lo peor y mejor en mí para hacerme la Carmen del hoy.
Si me hubierais preguntado hace cinco años donde me vería a día de hoy, habría dicho que aquí, porque los que me conocen saben que soy de estas personas con la vida planificada desde que tuvieron uso de razón (y acceso a calendarios de google). Sin embargo, lo que nunca me habría imaginado es lo dura, intensa y bonita que iba ser la travesía y lo plena que me siento en esta pequeña universidad al oeste de Pennsylvania.
Todos los estudiantes de W&J vivimos en diferentes residencias en un acogedor campus, a media hora de Pittsburgh, con edificios históricos y un encuadre realmente de película (de hecho ha sido protagonista en la serie de Netflix; “la Directora” por si queréis echarle un vistazo). Es un campus pequeño al tratarse de una universidad privada, pero sus más de 50 clubs y departamento atlético ofrecen la oportunidad perfecta para que cualquier persona encuentre el complemento ideal a sus estudios. Una de las cosas que más me ha llamado la atención en este país es la habilidad de los estudiantes de compaginar una carga de trabajo académico diaria mucho más exigente que a la que estamos acostumbrados en España, una vida paralela como atleta semiprofesional y, aun así, encontrar tiempo y energía para desarrollar alguno de sus hobbies en los diferentes club, formar parte de una sororidad o fraternidad y tener una vida social activa. En esta universidad a veces da la sensación de que el día tiene más de 24 horas y, sin embargo, todo el mundo tiene tiempo para saludarte, interesarse por ti, tu cultura y hacerte sentir como en casa. Aquí me he rodeado de personas que no están dispuestas a pasar por la universidad de puntillas, que buscan dejar una huella en su comunidad y que definitivamente deberían considerar dormir un par de horas más al día.
Es mi segundo año académico en este país, pero la diferencia entre las aulas de un instituto y las de una universidad privada es abismal. Mis amigos aquí, la mayoría con becas deportivas, son auténticos privilegiados de un sistema que no impulsa a los jóvenes estadounidenses a recibir una educación superior. La mayoría es consciente de estos privilegios y trabajan duro para mantenerlos, lo cual no es fácil y los somete a una presión que, como beneficiaria de un sistema de educación universitaria público, me sorprende. De hecho, me impactó tanto que he decidido probar ese tipo de vida en primera persona. Durante estos meses me he visto crecer, dar más de lo que pensaba que podría dar, física y mentalmente. Mis días empiezan a las 6’30 de la mañana en el que las risas con mis compañeras de Lacrosse en el gimnasio hacen que me olvide momentáneamente de las agujetas de la noche anterior. Siguen con un desayuno de equipo y clases (de asistencia obligatoria) de entre 5 y 15 alumnos que me exponen a un debate multicultural sobre temas de los que jamás me imaginaría hablando en un aula, con profesores interesados en lo que tengo que decir y en las que estoy desarrollando habilidades que ni era consciente que necesitaba. Luego llega el momento de sacar mi yo creativo en el coro o de mis sesiones de estudio y charlas con Niouma (Francia) en una de las mesas a la sombra de los árboles que, camaleónicos, van cambiando de tonalidades para conjuntarse con la estación entrante. A las 6 de la tarde los lunes, miércoles y viernes me convierto en cheerleader, y los martes, jueves y sábados cambio los pompones por la equipación de Lacrosse y doy lo mejor de mi en cada entrenamiento. A las 10 de la noche llego a CASA, donde siempre hago una parada obligatoria en el tercer piso para ver a Noa (Países Bajos), Juliette (Francia), Harriet (Ghana), Emiru (Japón), Franka (Alemania) y Julia (España), mi pequeña familia internacional, ponernos al día y planear nuestros findes porque si, a pesar de mi no demasiado flexible horario, siempre hay tiempo para disfrutar de viajes y excursiones juntas.
Por último, llego a mi cuarto agotada, pero feliz, en el que Lou (Francia), mi roommate, siempre me espera con el abrazo que necesito. Jueves de pub, viernes de Feel Good Friday, sábados de football, animadoras y fraternidades o de partido de béisbol y explorar Pittsburgh con Jackson, domingos de tour por las Iglesias de la zona con la asociación cristiana y prácticas en el Partido Democrático, y celebrar cada festividad (literalmente todas las que os podáis imaginar) a lo grande.
En esta universidad hay algo para todos y yo he decidido que decir SI iba a ser mi personalidad durante mis meses aquí. No es fácil jugar a estar en todos lados al mismo tiempo, pero en W&J he recordado que no se VIVE con mayúsculas desde la cama viendo Netflix, sino dibujandote cada mañana una sonrisa y saliendo de casa dispuesto a ser tu mejor versión.
En 2017, cuando me fui de este país tras mi año en un instituto en Oregón, me prometí que me llevaría conmigo a España las ganas de SER y ESTAR PRESENTE, de ponerme siempre al límite y no ponerme límites, de vivir en COMUNIDAD y de aprovechar cada oportunidad que la vida me pusiera en el camino. En una semana vuelo a Oregón a visitar el que hace tiempo fue mi hogar. Probablemente todo siga casi igual, pero estoy segura de que, 6 años después, veré todo distinto. Y eso es lo que, después de esta experiencia en W&J, me llevaré en la maleta y el corazón de vuelta a casa este diciembre: la inspiración, las ganas, el espíritu y el recuerdo de de dónde vengo con la ilusión y el corazón puesto en aquello que vendrá.