El pasado 13 de febrero tuvimos un nuevo encuentro de “Filosofía de Bar” en el que abordamos uno de los temas más atractivos que se han podido tratar, la felicidad. En esta ocasión, contamos con la ayuda y compañía de Martín Tami, el Padre Rafa Pou y Diego Martínez.
Al empezar, Martín nos hizo una introducción del tema en la que vimos diversos ejemplos de lo que era la felicidad para distintas personas, o según películas como “El Rey León” o “La vida es bella”. A continuación, se recogieron las ideas principales de filósofos como Aristóteles o Immanuel Kant, y también del sacerdote Luigi Giussani lo que nos llevó cuestionarnos sobre la relación de la felicidad con nuestra manera de entender la vida. Por último, la presentación del tema acabó con la lectura de dos poemas, “Si yo pudiera morder la tierra toda”, de Fernando Pessoa y “Nostalgia del presente”, de Jorge Luis Borges, los que plantean el tema de búsqueda y el anhelo de la felicidad pero también de la presencia de la infelicidad en nuestra vida.
Tras la presentación del tema, pasamos a hacer un turno de preguntas en el que todos participamos y compartimos nuestras preguntas y planteamientos acerca de los ejemplos vistos previamente, pero también de la situación actual de la felicidad. A lo largo de todo el diálogo que mantuvimos, relacionamos la felicidad con otros temas como el amor o la libertad, y nos planteamos cómo influyen las personas en nosotros mismos, pero también nuestra forma de actuar, pues son dos de las bases que nos condiciona la felicidad por nuestra propia naturaleza. Por otra parte, nos dimos cuenta de que, para abordar el tema de la felicidad, hay que diferenciar entre una felicidad directamente relacionada con las emociones como la alegría, y la verdadera sensación de Felicidad, referida a un estado de plenitud que buscamos alcanzar y en el que nosotros “somos”. Además, comprendimos que la felicidad no se trata de una recompensa, sino que tenemos que buscarla, pero eso nos condujo a cuestionarnos otros aspectos y hacernos más preguntas.
Finalmente, hicimos una ronda de conclusión, en la que hicimos una recopilación de todo lo que más nos había llamado la atención del tema y mencionamos alguna pregunta que nos habían surgido al final.
Personalmente, disfruté mucho de mi primer encuentro de Filosofía de Bar. El tiempo se me pasó volando por la gran compañía que hubo, además del tema que tratamos, pues me pareció muy interesante aprender de los puntos de vista de otros compañeros de la ELU y poder compartir yo los míos con ellos. Fue una tarde increíble y, a pesar de que acabamos con más preguntas que respuestas, estoy seguro de que cuando acabó, todos nos fuimos más felices.
Todos los lunes por la tarde tengo la suerte de ayudar a Javi, un abogado que decidió que quería dedicar sus tardes a ofrecer asesoramiento jurídico gratuito a refugiados e inmigrantes. Sentados en el despacho, cada día conocemos una cara nueva con historias que contar, muchas veces muy difíciles de asimilar: están Alice y Kenny que han huido de la persecución religiosa y quieren residir legalmente en España, Marumbi que está a punto de ser desahuciada y tiene un niño de 2 años, Annette que ha estudiado un máster de finanzas y no encuentra trabajo por ser extranjera…
¿Y qué tienen en común todos ellos? Que sus vidas a día de hoy se rigen por el régimen de extranjería, que responde a preguntas fundamentales como: ¿Bajo qué condiciones puede una persona extranjera vivir y trabajar en España? ¿Qué derechos y obligaciones tiene? Hoy en Ratio Legis os traemos unas breves pinceladas divulgativas sobre este tema.
Primero, tenemos que diferenciar entre los trabajadores que poseen la nacionalidad de un país miembro de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo (ej. un español) de aquellos que no la tienen (ej. un senegalés). A los primeros, el artículo 45 del Tratado de Funcionamiento de la UE les reconoce el derecho a la libre circulación, es decir a poder vivir y trabajar en cualquier país de la UE independientemente de su nacionalidad.
En cambio, los segundos se rigen por un régimen más estricto. Concretamente, el Reglamento de la LO 4/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, divide dichos permisos de residencia en función de aquello que los justifica, que es, a grandes rasgos:
Por trabajo: puede ser por cuenta propia (para trabajar como autónomo o crear un negocio propio) y por cuenta ajena (la autorización es solicitada por el empresario que quiere contratar al extranjero).
Por reagrupación familiar: se concede a las personas que tengan familiares residentes en España (cónyuges, hijos menores de 18, ascendientes a su cargo, etc.).
Por estudios: se concede a las personas que vienen a España a cursar estudios superiores, realizar investigaciones o participar en programas de formación.
Por circunstancias excepcionales: este permiso, a diferencia de los anteriores, busca regularizar la situación de personas que llevan 2 años en España sin autorización administrativa (¡ojo! No tener permiso de residencia no es un delito, es una infracción administrativa que nunca puede implicar una pena de cárcel). Ante esta situación, por motivos humanitarios y socioeconómicos, el Estado concede la residencia a aquellas personas que han desarrollado una conexión con el país o que se enfrentan a situaciones excepcionales, siempre que carezcan de antecedentes penales y que no representen una amenaza para el orden público. Concretamente, lo hace principalmente a través de 4 tipos de arraigo, recientemente reformados:
Arraigo social: para quienes han demostrado estar integrados socialmente —por tener vínculos familiares con otros residentes o por existir informe favorable de la Comunidad Autónoma correspondiente—. Arraigo sociolaboral: para quienes tienen un contrato de trabajo que garantice al menos el salario mínimo interprofesional. Arraigo familiar: para quienes tienen un vínculo con un ciudadano español. Es el único arraigo que no exige una residencia mínima de 2 años. Arraigo socioformativo: para quienes quieren matricularse en un curso de formación reglada o técnica en España
Otra circunstancia excepcional ajena al arraigo es la protección internacional, que incluye el derecho de asilo y otras formas de protección subsidiaria para aquellas personas que huyen de situaciones de persecución religiosa, política, de género, así como de conflictos armados o violaciones grandes de derechos humanos. Cuando se acepta su solicitud, en ningún caso pueden ser expulsados de España.
Tras esta breve exposición jurídica, no podemos perder de vista lo esencial: lo humano. Cuando Javi, el abogado con el que trabajo, recibe a una persona y le asesora, siempre intenta que se sienta lo más cómoda posible. No resulta fácil descifrar quién es la persona que tienes delante y cuál es su historia: puede tratarse de una madre en dificultades, de un hijo abandonado, o de una víctima de trata. De lo que no cabe duda es que una vez que descubres lo que necesita, cada permiso concedido abre las puertas a una nueva realidad, a nuevas oportunidades.
Soy Cristina, estudiante de Ingeniería Mecánica en la Universidad Carlos III de Madrid, y este año tengo la suerte de estar de intercambio en la Universidad de California, Santa Barbara (UCSB). Cuando se presentó esta oportunidad, sabía que no podía dejarla pasar. Los días antes de venir fueron un poco intensos, con la cabeza llena de pensamientos sobre todo lo que dejaba atrás y lo mucho que lo iba a echar de menos, pero también con la certeza de que esto era una experiencia única a la que tenía que responder con un gran Sí.
Desde que llegué, me di cuenta de que este cambio era justo lo que necesitaba. En este lugar, he tenido la oportunidad de empezar de nuevo, de centrarme en las cosas que realmente me hacen feliz y de reconectar con lo que me apasiona. Mi objetivo este año era recuperar las ganas de todo, al igual que muchos de nosotros vivimos los Fines de Semana ELU como una recarga de baterías durante el curso. En ese momento, sentí que este año en California sería como un gran fin de la ELU, donde debía estar constantemente en el momento, diciendo sí a todo y aprovechando todas las oportunidades que se me presentaran. Este año ha sido esa recarga de energía y motivación que me permitirá volver a España con renovadas ganas de seguir aprendiendo.
Siento que he recuperado, y sigo recuperando, la motivación por todo lo que hago, y eso me llena de orgullo. Estoy haciendo espacio para probar cosas que en España nunca consideraría que tenía tiempo para hacer, como participar en proyectos como el Ideathon o unirme al Excursion Club donde se hacen actividades como escalada, yoga, surf, senderismo…
Estar aquí me ha enseñado a encontrar la belleza en lo sencillo: los atardeceres en la playa con amigos, las caminatas tranquilas sin un destino fijo por el campus, o el simple placer de sentarme a comer en la terraza con una buena conversación. Estos momentos, que en otro contexto podrían parecer cotidianos, aquí tienen un valor inmenso. Me he dado cuenta de que en España, aunque también aprecio estos momentos, a menudo me siento atrapada por la necesidad de hacer planes más elaborados. Pero al estar aquí, me he dado cuenta de que la verdadera magia está en los planes más espontáneos: ver los colores del atardecer reflejarse en el mar, quedarme mirando a los surferos en el agua o simplemente disfrutar de la calma que trae un paseo sin rumbo fijo.
Santa Bárbara, con su belleza natural, es un lugar increíble. El mar, el lago y las montañas se entrelazan en un paisaje espectacular, tan cerca unos de otros que casi parece irreal. Aunque a veces siento que vivo dentro de una película como La La Land, lo que realmente hace que esta experiencia sea única no es solo el lugar, sino las personas con las que la comparto. El ambiente aquí es especial, la gente tiene una actitud increíblemente abierta y siempre está dispuesta a decir “sí” a todo, lo que genera una energía positiva que se contagia. La alegría con la que afrontan todo, la facilidad de adaptarse y el calor humano con el que me han acogido, me han ayudado a sentirme en casa. Es una mentalidad muy parecida a la que vemos en los elus o en los Erasmus, esa actitud abierta y de aprovechar todo lo que el momento te ofrece.
Al principio, estar lejos de mi familia era algo que me inquietaba, pero al llegar aquí me di cuenta de que he encontrado una nueva familia. El apoyo mutuo, la complicidad y la forma en que nos enfrentamos a todo juntos me ha dado una sensación de pertenencia que hace que esta experiencia sea aún más especial.
Si estás pensando en hacer un intercambio, te animo a que lo hagas sin pensarlo dos veces. Es una oportunidad increíble para descubrirte a ti mismo, aprender de todo lo que te rodea y vivir experiencias que realmente te marcan. Para mí, California siempre será un lugar especial, no solo por lo que he vivido, sino por todo lo que me ha ayudado a descubrir sobre mí misma.
Quería terminar con una frase que para mí está definiendo mi experiencia “Prioriza lo importante, no lo urgente”.
El pasado sábado, 15 de junio, se celebró la graduación de la XIV promoción de la Escuela de Liderazgo Universitario en la Universidad Francisco de Vitoria.
El evento dio inicio a las 15:00 horas, momento en el cual los alumnos de cuarto año presentaron sus trabajos y artículos finales. Estos proyectos reflejaron todo lo aprendido a lo largo de su recorrido en la Escuela, abordando una variedad de temas relacionados con sus ámbitos profesionales, pero todos con la misión de buscar la verdad en cada cuestión. Los estudiantes trabajaron en equipo para encontrar soluciones a problemas humanos, demostrando su capacidad de colaboración y compromiso.
Exalumnos de la ELU con una trayectoria destacada formaron parte de los tribunales, donde tuvieron la oportunidad de compartir su perspectiva y ofrecer críticas constructivas.
Más tarde comenzó el Acto de Graduación; los profesores, académicos, alumnos y familiares se reunieron en el Aula Magna para conmemorar a la promoción. Esther de Arenas, mentora de la ELU desde hace seis años y que desde enero está en otro proyecto de la Universidad Francisco de Vitoria, fue elegida madrina en reconocimiento a su destacada trayectoria en la Escuela de Liderazgo Universitario.
Después de la ceremonia, celebramos con una cena y mucha música para compartir y disfrutar de los recuerdos y experiencias acumulados a lo largo de estos cuatro años.
Muchas gracias a todos por, un año más, confiar en nosotros, por apostar por el pensamiento crítico y por buscar la belleza y la verdad a través de la universidad.
El pasado 3 de junio, Universia del Banco Santander organizó un evento con la CRUE Universidades Españolas y alumnos de distintas universidades de España, entre ellos varios elus. La CRUE Universidades es una asociación sin ánimo de lucro, fundada en 1994 que actúa como el principal interlocutor entre las universidades y el gobierno central, desempeñando un papel clave en la educación en nuestro país. Esta consta de un total de 77 universidades españolas: 50 públicas y 27 privadas.
Nuestros elus y los rectores de las universidades más influyentes del país asistieron al Colegio Mayor Universitario San Pablo con ganas de comprender la importancia de la institución en la sociedad actual. El evento comenzó para los rectores con una conferencia sobre las posibles líneas de acción que se podrían tomar para afrontar las dificultades de una sociedad en constante transformación. La inteligencia artificial, la diversidad del alumnado y la necesidad de globalización fueron algunos de los temas tratados. Mientras tanto, los alumnos participaron en un taller bajo el lema “Make Them Care” que abordó la importancia del “storytelling”; una estrategia para hacer que la comunicación sea más efectiva y consiga el objetivo deseado.
Más tarde, los elus acudieron al coloquio con Ana Botín, presidenta del Banco Santander, Eva Alcón Soler, presidenta de la CRUE, y otras figuras relevantes del mundo educativo. Los temas abordados no solo incluyeron la función de la universidad, una de las instituciones más antiguas del mundo, sino también la importancia de las vivencias y la involucración de los ponentes en la institución, así como sus aspiraciones para conseguir una universidad mejor. La tarde concluyó con un cóctel, durante el cual los alumnos, gracias al Banco Santander, tuvieron la oportunidad de conversar con los rectores sobre las inquietudes que afectan directamente a los estudiantes.
Ramiro y sus amigos van de camino a las pistas de pádel de su pueblo para jugar una emocionante partida de pádel, cuando de repente escuchan unos gritos muy fuertes, se dan la vuelta y ven a una persona con la cara tapada pegándole un fortísimo puñetazo en la cabeza a un hombre, el hombre cae desplomado al suelo y el agresor empieza a rebuscar en sus pertenencias, quitándole un móvil de última generación, un reloj Rolex valorado en 20.000 € y un monedero con sus identificaciones, tarjetas de crédito y 764€ en efectivo.
El ladrón no se lo piensa dos veces y procede a darse a la fuga, se dirige a la carrera hacia Ramiro y sus amigos para escapar por la calle principal. En ese momento y aprovechando que el ladrón emprendía la huida muy cerca de ellos, Ramiro le hace la zancadilla al ladrón. Este, que estaba corriendo a una alta velocidad, pierde el equilibrio y se cae dándose un fuerte golpe. Gracias a la intervención de Ramiro una patrulla de la Guardia Civil, que pasaba por ahí, consigue detener al ladrón, que en la caída ha sufrido la fractura de 4 dientes y un esguince en el hombro.
¿Crees que Ramiro podría ser condenado por un delito de lesiones si el ladrón le denunciara?
Defensa propia es un término que habrás escuchado en muchas ocasiones. En películas, principalmente americanas.
¿En España existe la defensa propia? ¿Qué requisitos se exigen? Pues ahora mismo te lo cuento.
En España no existe, en el Código Penal, ninguna figura jurídica con el nombre de defensa propia como tal. En España existe lo que llamamos legítima defensa y se encuentra regulada en el artículo 20.4 del Código Penal.
La legítima defensa supone la exención de la responsabilidad criminal. Esto quiere decir que cuando una persona actúa en legítima defensa (ya sea en defensa de los derechos propios o los de otra persona), si comete un delito en el ejercicio de la defensa, no tendrá que responder criminalmente por esa acción.
Pero no todo vale, el Código Penal exige tres requisitos para que se pueda considerar que se ha actuado en legítima defensa.
A) Existencia de una agresión ilegítima: debe estar dándose una agresión de forma presente (esto es muy importante) o que la agresión sea inminente. No vale que queramos actuar en legítima defensa cuando la agresión ya no se está produciendo o ya ha finalizado. En nuestro caso vemos claramente la agresión ilegítima, el puñetazo y el robo, que todavía no se ha terminado de producir (se considera que el robo ha finalizado cuando el ladrón puede disponer de lo que ha robado libremente, en este caso todavía no ha terminado de huir)
B) Necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión: básicamente no matar moscas a cañonazos. El medio que usemos debe ser proporcional a la agresión. En nuestro caso vemos que Ramiro ha usado un método que podríamos calificar de proporcional, ponerle la zancadilla. En todo caso, para observar si existe racionalidad en el medio usado para evitar la agresión, debemos atender al caso concreto y los recursos que tenia disponible la persona que repele la agresión y la forma en la que ha usado estos medios de defensa.
C)Falta de provocación suficiente por parte del defensor: esto quiere decir que el defensor no genere la situación de agresión, debemos tener en cuenta que debe ser una provocación suficiente. En nuestro caso observamos que ni la víctima del robo ni Ramiro han provocado al ladrón.
Lo que diferencia la legítima defensa de otras figuras similares, como el estado de necesidad, es que en la legítima defensa podemos, cuando cumplamos con los requisitos, generar un daño mayor del que pretendemos protegernos.
Parece claro que Ramiro cumple con todos los requisitos que exige el Código Penal. Por lo que no tendría ninguna responsabilidad criminal por las lesiones del ladrón.
¿Cómo se justifica la legítima defensa? El Derecho Penal justifica esta figura alegando que quien actúa en legítima defensa está actuando en defensa del Derecho y del Ordenamiento Jurídico.
No obstante, debemos tener en cuenta que cada situación concreta puede ser interpretable y debatible.
“¿Quién es una persona verdaderamente exitosa?” Es la pregunta planteada por el BBVA a una serie de jóvenes. Con Jaime Lorente como portavoz, surgieron preguntas como: ¿Qué es el éxito y qué se puede hacer para lograrlo? Nuestro alumno de 4º, Alonso Císcar, participó en esta iniciativa.
El actor Jaime Lorente, conocido por su participación en series como “La Casa de Papel” y “Élite”, reflexionó con un grupo de jóvenes en el quinto episodio de ‘Desafíos‘, un programa de Aprendemos juntos 2030 que reúne a jóvenes de distintos países y contextos para dialogar y reflexionar sobre los desafíos que enfrenta su generación. En este proyecto del BBVA, que consta de 10 episodios, más de 100 jóvenes de diversos países se unen para discutir 10 desafíos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. La ELU se suma a esta iniciativa gracias a nuestro alumno Alonso Císcar que aportó su perspectiva y reflexiones sobre el tema.
¡Hola! Soy Álvaro Monllor, elu de cuarto. Hace un tiempo, algunos compañeros de la Universidad de Alicante y yo lanzamos un proyecto llamado Findit. Con Findit pretendemos ofrecer a la sociedad una aplicación que vaya más allá de comparar precios, ya que aspiramos a convertirlo en el mejor asistente virtual para hacer compras eficientes e informadas, todo con el objetivo de ahorrar tiempo y dinero al usuario.
Desde el principio, el Centro de Emprendimiento de la UFV nos ha brindado su apoyo, alentándonos a participar en diversas competiciones y actividades relacionadas con el emprendimiento. Es por ello, que el pasado martes 19 de diciembre, asistí a la UFV para presenciar las presentaciones de los trabajos finales que estudiantes de Diseño habían realizado como parte de algunas de sus asignaturas. Lo que hace especial a esta iniciativa es que los estudiantes basan su trabajo final en proyectos colaboradores con el Centro de Emprendimiento.
En septiembre, recibí un correo del Centro informando que habíamos sido seleccionados por estudiantes de Diseño de la UFV para formar parte de su proyecto final transversal. Este proyecto abarcó un rebranding completo, visuales de comunicación, un plan de marketing y representaciones en 3D para nuestra marca. Durante el cuatrimestre, los estudiantes trabajaron siguiendo las pautas proporcionadas por sus profesores y las indicaciones que les dimos en un video de presentación, así como en documentos con preguntas específicas sobre el proyecto. La presentación final tuvo lugar, como he comentado, el martes 19 de diciembre en la UFV. Hago un inciso para mencionar la extraña situación que se tiene al pisar la UFV sin la compañía de todos los elus. Durante las presentaciones pude apreciar los resultados del trabajo realizado por los 4 grupos que se centraron en Findit. Esta oportunidad no sólo nos ha brindado un impulso creativo dado que los estudiantes han diseñado logos, representaciones 3D y han definido tipografías y colores de marca, sino que también he podido escuchar el feedback de sus profesores. Estamos muy agradecidos a los estudiantes y al Centro de Emprendimiento por habernos seleccionado para participar en esta iniciativa que sin duda nos ha servido como fuente de inspiración.
¿Quieres conocer con detalle todo lo que ocurrió en el I FDS de este curso? No te pierdas la crónica ‘El Encuentro’ en la que algunos elus han trabajado para poder reflejar gran parte de lo que fue el Fin de Semana.
“Mediados de noviembre. Empieza a hacer frío, y sin darnos cuenta ya ha pasado la mitad del primer cuatrimestre. Elus de todas partes de España (e incluso de fuera) nos reunimos en Madrid, muertos de ganas por vivir esa dosis de Fin de Semana que todos necesitábamos después de la Jornada de Inicio de Curso. Como siempre, la UFV nos recibió con los brazos abiertos, y en el ambiente se palpaba el inmenso interés por descubrir qué tendría que aportarnos el tema del que iba a ser uno de los fines de semana más difíciles y especiales para todos: “Las caras del mal””.
El pasado 31 de octubre Alejandro Aragón, Inés Calvo y yo, Luis Muñoz, estuvimos reviviendo viejos tiempos realizando un voluntariado en el centro de la Hermanas de la Caridad, ubicado en la zona de Puerta del Ángel.
Inés, Alejandro y yo ya habíamos tenido una experiencia de voluntariado con las Misioneras de la Caridad este verano en Tanzania, y ciertamente nos cambió la vida. Entonces, ya pasados dos meses de vida universitaria y con una especie de vacío en el corazón después de nuestro intenso verano, decidimos lanzarnos, movidos por esa vocación de servicio que tanto se trata en la ELU, a hacerles una visita a las “sisters” de Madrid. Después de que Inés diese más de una vuelta con el coche en busca del centro, por fin llegamos sobre las 9:45 AM y nos encontramos con un recibimiento que nos llenó de nostalgia, a la hermana Ángela vistiendo ese atuendo tan icónico que estilan las herederas del legado de Santa Teresa de Calcuta. Ya dentro de las instalaciones nos explicaron la dinámica del voluntariado, nosotros íbamos a ayudar con internos que tenían alguna discapacidad, física o psíquica, habían contraído el SIDA y la mayoría habían vivido en las calles o habían sido abandonados. Las tareas a realizar eran básicas, tender la ropa, barrer el patio, fregar platos, acostarlos en sus camas, darles de comer y demás tareas domésticas.
Más allá del aspecto material de la experiencia, lo realmente impresionante es el impacto humano, que, al igual que en Tanzania, fue mayor el que nos llevamos a nuestras casas que el que pudimos dejar allí, a pesar de haber puesto todo nuestro ser en cada minuto que pasamos en aquel intrigante, desgarrador e inspirador lugar. En contraste con el devenir que puede seguir la vida universitaria de un estudiante común, el valor que te aporta este tipo de experiencia es ciertamente rompedor; tomas conciencia de ti mismo, entregas todo corazón al otro, indagas en las contradicciones de la realidad, observas el poder de las relaciones humanas y, sumergido en un constante ejercicio de introspección, comienzas a analizar y tratar de depurar todo aquel rastro de superficialidad que puebla tu vida. Te aventuras en un viaje hacia una existencia más genuina y reconoces que este viaje no debe hacerse solo, sino que solo llegarás a tu destino si aceptas tu responsabilidad con el prójimo a la par que te dejas cuidar por él. En definitiva, la mejor definición de algo que merece la pena.
Además, para finalizar, nuestra querida elu de segundo, Inés Calvo, también le ha puesto palabras a esta vivencia:
“Después de todo lo que hemos vivido este verano en Tanzania, era una visita más que obligatoria. Fue volver a pasar por el corazón todo lo que vivimos y todo lo que se nos dio. Y sin embargo, a pesar de que todo es diferente, aquí en pleno centro de nuestra ciudad, encontramos ese “remanso de paz” que tanto caracteriza a las “sisters”. La comunidad aquí también es muy pequeña, con una dinámica muy similar y su misión se centra en ayudar a refugiados, enfermos de sida y discapacitados. Reciben la ayuda de voluntarios que van cuando pueden, sin compromiso, y aún así la sensación de familiaridad es inmensa.
Es un verdadero hogar, en el que se juntan personas con historias de vida tan diferentes y a la vez es increíble ver que todos comparten esa sed de compartir, ayudar y servir.
¡Nos quedamos con ganas de más, así que repetiremos seguro con los que os animéis!”
Nuestro #ELUMNI11 Abraham Velarde González ha podido, gracias a la beca Ramón Areces, cursar el Master on Laws en la universidad de Leiden (Países Bajos) tras haber terminado el doble grado en Derecho, Ciencias Politicas y Administración Publica en la Universidad de Salamanca. Hoy nos cuenta su experiencia con la beca y el proceso de obtenerla.
“El año ha sido todo un aprendizaje y crecimiento en lo personal. Y también un reto en cuanto a su exigencia académica, que he podido llevar mucho mejor gracias al ambiente internacional y universitario de una ciudad como Leiden, que os recomiendo visitar por su encanto holandés.”
FindIt (https://finditapp.es) es un proyecto que pretende dar a la sociedad una aplicación en la que todos los negocios, desde las pymes hasta las grandes corporaciones puedan subir voluntariamente sus productos y precios, para que así los consumidores puedan encontrar el producto que desean al mejor precio. Actualmente contamos con dos sectores: gasolineras y supermercados, pero pretendemos incluir más en un futuro. Del mismo modo, actualmente nos estamos centrando en incluir nuevas funcionalidades y más supermercados para lograr mejorar la experiencia y ofrecer una información más completa a nuestros usuarios. Nuestra aplicación ya cuenta con más de diez mil descargas y se encuentra disponible para android ( https://play.google.com/store/apps/details?id=com.findit.findit). Para apple aún no se encuentra en la AppStore pero sí se puede descargar la beta (https://testflight.apple.com/join/rjs1UnNE) .
¡No te pierdas esta entrevista a nuestro alumno Álvaro Monllor en la que nos cuenta qué es este proyecto y lo que ha significado para él la colaboración con el Centro de Emprendimiento de la UFV!
¿Por qué decidiste empezar a colaborar con el Centro de Emprendimiento de la UFV?
En el momento en el que la ELU me lo propuso, FindIt llevaba poco tiempo lanzada en Android y nuestro objetivo era lograr nuevos usuarios que pudieran utilizarla y darnos feedback. Vimos en el Centro de Emprendimiento de la UFV una gran oportunidad para dar a conocer nuestra app y lograr ese feedback que tanto necesitábamos (y que seguimos y seguiremos necesitando). También consideramos que el hecho de poder tener algún contacto directo con personas con experiencia en el mundo emprendedor nos podría resultar de gran utilidad.
¿De qué manera estás colaborando con ellos?
Principalmente contamos con Estela, nuestra persona de referencia. Nos ofrece un seguimiento del proyecto mediante mentorías donde comentamos la evolución general de los indicadores de la aplicación (número de descargas, reviews, etc) al igual que las dificultades a las que nos vamos enfrentando día a día. También nos lleva una supervisión de nuestra participación en el Startup Programme (SUP). Este programa organizado por Junior Achivement, a parte de ser una competición entre startups de diferentes universidades, incluye una formación y un mentor exclusivo para nuestro proyecto con el que ya estamos trabajando y progresando. Hemos realizado varias entregas, la última de ellas un spot promocional ( https:// youtu.be/I4wnVj7AUH8) y un resumen ejecutivo, que nos han servido para ser seleccionados y tener la oportunidad de presentar nuestro proyecto en el Innohub de Naturgy delante de grandes profesionales. Nos fue muy buen y logramos obtener el primer puesto en esta competición paralela del SUP.
¿Qué estás aprendiendo?
Destacaría principalmente los consejos que nos ha dado sobre los distintos modelos de negocio para ver cuál se ajustaría mejor a nuestra aplicación y cómo poder monetizar FindIt. Del mismo modo, al haber accedido al Startup Programme contamos con una formación cuyos principales ejes son la metodología SCRUM y Lean Startup además de la elaboración, preparación y puesta en escena de un Pitch.
¿Nos podrías contar con más detalle en qué os están ayudando?
Nos ayudan sobre todo aportándonos ideas relacionadas con monetización y cómo podríamos lograr colaboraciones con otras Startups. Pero destacaría, sin duda, el seguimiento y el saber que contamos con una persona de referencia con la que podemos contactar en cualquier momento.
¿A quién se lo recomendarías?
Yo se lo recomendaría, no sólo a gente que quiera tener feedback constante sobre su producto, sino también a personas que quieran emprender. Hay muchos programas de emprendimiento que, dependiendo del momento en el que tu proyecto se encuentre, pueden resultar de gran utilidad. El Centro de Emprendimiento te puede orientar sobre qué programa te conviene hacer y cómo aprovecharlo al máximo al llevar un seguimiento.
El pasado 25 de marzo ocurrió algo que creo que conmocionó a todos los involucrados: más de 130 personas (entre asistentes, ponentes y equipo) se reunieron en el salón de actos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para celebrar el III Congreso de Voces Universitarias: “Arte y Ciencia”. Lo que empezó como una idea algo loca de 11 elus de distintos cursos acabó cristalizando, tras meses de intenso trabajo, en una jornada enriquecedora para todos.
El sábado comenzó con una introducción apropiadísima de nuestro director académico, Juan Serrano (presentado por Ignacio Cascón), que reflexionó acerca de la etimología y el significado de la palabra “congreso”, así como de la oportunidad única de “caminar juntos” en la senda de descubrimiento de verdades que supone la Universidad.
La primera ponencia del día, “Por el territorio de arte y ciencia en la segunda mitad del siglo XX”, fue impartida por Capi Corrales, matemática Doctora en Teoría de los Números Algebraicos de la UCM. De ella, más que respuestas, nos llevamos una pregunta ardiente: ¿dónde están los límites entre el arte y la ciencia? ¿Dónde terminaba la ciencia de la teselación y dónde empezaba el arte de Ruth Osawa, la artista que nos presentó? ¿Se puede hacer arte haciendo ciencia (y viceversa)?
Violeta Gallego y Capi Corrales
Cuando terminó, disfrutamos de un descanso para almorzar café y algún dulce. Una parte importantísima del congreso, sin duda, nació de las conversaciones que surgieron en ese momento y en el otro café de la tarde. ¡Ojalá saber lo que los grupillos de asistentes comentaban!
La conferencia de la Doctora en Biología Molecular y comisaria de exposiciones de arte Dido Carrero, “Ser un hombre (o mujer) del Renacimiento en pleno siglo XXI”, sirvió para abrirnos una puerta a la vanguardia movida por mentes jóvenes y con inquietudes similares a las nuestras. Aunque ella decía que había sentido una limitación externa para fusionar arte y ciencia, a mí me parecía haber visto intersección a lo largo de su vida: había una pasión artística en la motivación de todo su trabajo científico.
Dido Carrero
Y luego llegó Antonio García, catedrático de Farmacología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y fundador del Grupo de poesía de los Estudiantes de Medicina de la UAM… ¡y qué pasión! El auditorio estaba completamente encandilado de la sinceridad pura con la que nos hablaba del poder de la poesía, tanto terapéutica como docente. El aplauso fue ensordecedor y muchas personas se quedaron otro rato conversando con Antonio, ¡a pesar del hambre! Por suerte, este último “problema” se resolvió rápidamente con la comida en la cafetería de Veterinaria, donde pudimos degustar un rico menú y continuar las charlas que se habían interrumpido previamente.
Antonio García García
Por la tarde, dimos paso a la mesa redonda de arquitectura, moderada por nuestro profesor y amigo Martín Tami y con la participación de los arquitectos Emilio Delgado, Pablo Ramos y Ana Santolaria. Comenzó con una provocación nuestra, al hacer elegir a los arquitectos entre Arte y Ciencia, lo cual sabemos que es un falso dilema en su profesión. Así lo expresó Emilio, preguntando dónde quedaba la persona en esa disyuntiva, y así encontró también la respuesta Pablo: la arquitectura es un acto de amor a las personas. ¿Y cómo se expresa? Ana lo dejó claro: en una construcción con toda su técnica, sí, pero capaz de conmover.
Pablo Ramos, Ana Santoralia, Emilio Delgado y Martín Tami
Finalmente, tuvimos el privilegio de escuchar el diálogo entre D. Federico Mayor Zaragoza, exdirector de la UNESCO, y D. Carlos Blanco, químico, filósofo y teólogo, moderado por Belén Gundín. Partieron de la sorpresa por la creatividad del ser humano y sus “dos alas, Arte y Ciencia”, pero se centraron en llamarnos a resolver todos esos retos que tenemos ante nosotros mediante la conjugación de nuestras mejores capacidades.
Carlos Blanco, Belén Gudín y Federico Mayor Zaragoza
Violeta Gallego y David Rodríguez pusieron el broche final al congreso con unas breves palabras de agradecimiento y de puesta en común de la jornada, con la alegría de que todo hubiera salido tan bien. Desde el equipo, volvemos a agradecer el interés que habéis mostrado y el apoyo logístico de la ELU, sin el que no habría sido posible nada de esto. ¡Esperamos que el año que viene tome nuestro relevo otro equipo, y que podamos “caminar juntos” en más congresos!
“La vocación se redescubre continuamente porque nunca se deja de aprender”. Son palabras de Antonio Domínguez #ELUMNI04.
Hoy nos cuenta su experiencia al diseñar su propio puesto de trabajo en Quintas Analytics, los aprendizajes de la organización Databeers Sevilla y el impacto que la Escuela de Liderazgo Universitario ha tenido en su vida. ¡No te lo pierdas esta nueva #EntrevistasELUMNI!
El pasado domingo 20 de noviembre tuvimos la primera reunión de Beers and Books. La obra elegida en esta ocasión fue “Miguel Mañara” escrita por Oscar Milosz.
El autor nació 1877 en la actual Bielorrusia y realizó sus estudios en París sobre civilizaciones mediterráneas, egipcias, asirias y hebreas. Publicó varios poemas, novelas y ensayos. En la Primera Guerra Mundial se vio obligado a unirse al cuerpo de prensa de la Armada francesa bajo el mando ruso.
Posteriormente, en 1931, se le otorgó el honor de ser miembro de “la Légion d’honneur”. Falleció debido a un infarto el 2 de marzo de 1939. La obra que nos congrega, “Miguel Mañara” es una de sus más emblemáticas. Nos hizo mucha ilusión poder reunirnos de nuevo y hacer ELU desde nuestro particular club de lectura. ¡Muchísimas gracias a todos los que os conectasteis, y a los que no, os animamos a leerla antes de la reunión final con ponente, con fecha todavía por concretar!
Este verano tuve la oportunidad de pasar el mes de julio cooperando en un orfanato en Perú. Esta era la primera vez que me embarcaba en un proyecto así: lo tenía en mente desde hacía tiempo, pero quizás nunca lo había emprendido por el miedo o el vértigo que genera a primera impresión. A lo largo del año 2022, fui a distintas reuniones organizada por la fundación ESYCU para ir conociendo poco a poco en qué consistiría el proyecto, y para entender las condiciones del orfanato en el que estaríamos realizando la labor los voluntarios que íbamos.
Principalmente, los voluntarios trabajamos en el Orfanato Casa de la Divina Providencia, que se encuentra en Abancay; a cuatro horas de Cuzco. Abancay es una ciudad muy pequeña, pero con muchos habitantes, todos ellos sin recursos. El orfanato allí acogía, mayoritariamente, a niñas que habían sufrido violencia o maltrato por alguno de sus progenitores. Hablamos de niñas de 6 a 15 años de edad, de las que sus padres renegaban: niñas heridas física y psicológicamente. Y por ese motivo, necesitaban mucho cariño y tacto. Las religiosas que llevaban el centro, intentaban hacerse cargo, como buenamente podían, de dar alimento y techo a las menores.
El día a día de los voluntarios variaba dependiendo de la semana de la que se tratase y el nivel de distracción (colegio y visitas) que tuviesen las niñas en el orfanato. Por las mañanas, mientras las niñas acudían a la escuela o al instituto, los voluntarios preparábamos los juegos y actividades que a su vuelta realizaríamos con ellas; o en otros casos, ayudábamos en la panadería que tiene el Orfanato adscrita para sacar fondos con los que poder mantener a las niñas. Otras veces, echábamos una mano en la construcción, reparación y aseo del Hogar: arreglábamos las salas comunes, construíamos tabiques para separar edificios que por su pobreza conectaban con el resto del vecindario, limpiábamos y acondicionábamos lo que en su momento era la guardería del orfanato…
Más tarde, cuando las niñas regresaban del colegio (les encantaba que fuésemos a recogerlas del colegio, como hacían los padres del resto de niños), les dábamos toda nuestra atención y nos dedicábamos enteramente a ellas: talleres, juegos, deportes, refuerzo escolar… Al final, se trataba de hacerles sentir un poco acompañadas y queridas, en el oasis que era el orfanato para ellas.
En los talleres dividíamos a las niñas en dos grupos: el grupo de primaria y el grupo de secundaria; para que pudiese ser más colaborativo y participativo, y adecuábamos el contenido a lo que podrían entender. Así, con cuentos y cinefórums tratamos temas como la sinceridad (con el cuento de Pinocho), tratamos el compañerismo, la autoestima, la bondad, la importancia del trabajo y del estudio…
Les intentamos enseñar la importancia de la universidad y de los estudios. Es mucho lo que tienen que trabajar y estudiar para poder ir a la universidad. Sabiendo que carecen de sustento económico, necesitan recibir una beca para irse a Lima a estudiar una carrera. En otros casos, las niñas, al cumplir la mayoría de edad, abandonaban el orfanato para realizar trabajos precarios, inseguros y abusivos.
Cuando abandonamos Abancay a finales de julio, pudimos entender que al final para los niños del orfanato, solo éramos una persona más que pasaba por esos lugares; pero para nosotros había sido algo transformador. Aprendí mucho de todas las niñas del orfanato; de la gente de allí: desde su actitud para afrontar las cosas, su sencillez, su gratitud, su“saber lo que importa de verdad”. Y me volví a España “lleno” de haber podido aportar, aunque sea pequeño; milésimo, un granito de arena en la felicidad y futuro de lasa niñas.
Hola, otra vez. Soy Carmen Godoy, de cuarto de la ELU y quinto de Derecho y Ciencias Políticas, y aunque me presente más o menos igual que la última vez que me pasé por ELUS por el Mundo, no puedo decir que sea la misma persona que entonces.
A unos 6255 km de distancia, os saludo desde Washington and Jefferson College, el que es mi nuevo hogar desde el pasado agosto. Ojalá tuviera la habilidad de haceros entender con solo palabras lo feliz que me siento aquí. No se parece a nada que haya vivido antes, y, sin embargo, está siendo una experiencia que me está ayudando a recordar, pararme un segundo en mitad del perfecto caos que es mi vida aquí y sentirme orgullosa del camino recorrido.
Este es mi último año de universidad, una experiencia que he vivido a vuestro lado y que ha exprimido lo peor y mejor en mí para hacerme la Carmen del hoy.
Si me hubierais preguntado hace cinco años donde me vería a día de hoy, habría dicho que aquí, porque los que me conocen saben que soy de estas personas con la vida planificada desde que tuvieron uso de razón (y acceso a calendarios de google). Sin embargo, lo que nunca me habría imaginado es lo dura, intensa y bonita que iba ser la travesía y lo plena que me siento en esta pequeña universidad al oeste de Pennsylvania.
Todos los estudiantes de W&J vivimos en diferentes residencias en un acogedor campus, a media hora de Pittsburgh, con edificios históricos y un encuadre realmente de película (de hecho ha sido protagonista en la serie de Netflix; “la Directora” por si queréis echarle un vistazo). Es un campus pequeño al tratarse de una universidad privada, pero sus más de 50 clubs y departamento atlético ofrecen la oportunidad perfecta para que cualquier persona encuentre el complemento ideal a sus estudios. Una de las cosas que más me ha llamado la atención en este país es la habilidad de los estudiantes de compaginar una carga de trabajo académico diaria mucho más exigente que a la que estamos acostumbrados en España, una vida paralela como atleta semiprofesional y, aun así, encontrar tiempo y energía para desarrollar alguno de sus hobbies en los diferentes club, formar parte de una sororidad o fraternidad y tener una vida social activa. En esta universidad a veces da la sensación de que el día tiene más de 24 horas y, sin embargo, todo el mundo tiene tiempo para saludarte, interesarse por ti, tu cultura y hacerte sentir como en casa. Aquí me he rodeado de personas que no están dispuestas a pasar por la universidad de puntillas, que buscan dejar una huella en su comunidad y que definitivamente deberían considerar dormir un par de horas más al día.
Es mi segundo año académico en este país, pero la diferencia entre las aulas de un instituto y las de una universidad privada es abismal. Mis amigos aquí, la mayoría con becas deportivas, son auténticos privilegiados de un sistema que no impulsa a los jóvenes estadounidenses a recibir una educación superior. La mayoría es consciente de estos privilegios y trabajan duro para mantenerlos, lo cual no es fácil y los somete a una presión que, como beneficiaria de un sistema de educación universitaria público, me sorprende. De hecho, me impactó tanto que he decidido probar ese tipo de vida en primera persona. Durante estos meses me he visto crecer, dar más de lo que pensaba que podría dar, física y mentalmente. Mis días empiezan a las 6’30 de la mañana en el que las risas con mis compañeras de Lacrosse en el gimnasio hacen que me olvide momentáneamente de las agujetas de la noche anterior. Siguen con un desayuno de equipo y clases (de asistencia obligatoria) de entre 5 y 15 alumnos que me exponen a un debate multicultural sobre temas de los que jamás me imaginaría hablando en un aula, con profesores interesados en lo que tengo que decir y en las que estoy desarrollando habilidades que ni era consciente que necesitaba. Luego llega el momento de sacar mi yo creativo en el coro o de mis sesiones de estudio y charlas con Niouma (Francia) en una de las mesas a la sombra de los árboles que, camaleónicos, van cambiando de tonalidades para conjuntarse con la estación entrante. A las 6 de la tarde los lunes, miércoles y viernes me convierto en cheerleader, y los martes, jueves y sábados cambio los pompones por la equipación de Lacrosse y doy lo mejor de mi en cada entrenamiento. A las 10 de la noche llego a CASA, donde siempre hago una parada obligatoria en el tercer piso para ver a Noa (Países Bajos), Juliette (Francia), Harriet (Ghana), Emiru (Japón), Franka (Alemania) y Julia (España), mi pequeña familia internacional, ponernos al día y planear nuestros findes porque si, a pesar de mi no demasiado flexible horario, siempre hay tiempo para disfrutar de viajes y excursiones juntas.
Por último, llego a mi cuarto agotada, pero feliz, en el que Lou (Francia), mi roommate, siempre me espera con el abrazo que necesito. Jueves de pub, viernes de Feel Good Friday, sábados de football, animadoras y fraternidades o de partido de béisbol y explorar Pittsburgh con Jackson, domingos de tour por las Iglesias de la zona con la asociación cristiana y prácticas en el Partido Democrático, y celebrar cada festividad (literalmente todas las que os podáis imaginar) a lo grande.
En esta universidad hay algo para todos y yo he decidido que decir SI iba a ser mi personalidad durante mis meses aquí. No es fácil jugar a estar en todos lados al mismo tiempo, pero en W&J he recordado que no se VIVE con mayúsculas desde la cama viendo Netflix, sino dibujandote cada mañana una sonrisa y saliendo de casa dispuesto a ser tu mejor versión.
En 2017, cuando me fui de este país tras mi año en un instituto en Oregón, me prometí que me llevaría conmigo a España las ganas de SER y ESTAR PRESENTE, de ponerme siempre al límite y no ponerme límites, de vivir en COMUNIDAD y de aprovechar cada oportunidad que la vida me pusiera en el camino. En una semana vuelo a Oregón a visitar el que hace tiempo fue mi hogar. Probablemente todo siga casi igual, pero estoy segura de que, 6 años después, veré todo distinto. Y eso es lo que, después de esta experiencia en W&J, me llevaré en la maleta y el corazón de vuelta a casa este diciembre: la inspiración, las ganas, el espíritu y el recuerdo de de dónde vengo con la ilusión y el corazón puesto en aquello que vendrá.
¿Qué tal ha ido el mARTEs? ¡Esperamos que muy bien y, si no es así, esperamos poder ayudar a mejorarlo! Esta vez contamos con algo distinto: ¡arquitectura! Jaime Parra es estudiante de segundo del Grado de Arquitectura de la Universidad Francisco de Vitoria y también cursa segundo de la Escuela de Liderazgo Universitario. Ha decidido compartirnos un edificio con el que ha vivido una historia personal, el Palacio de Congresos y Auditorio de Plasencia.
Como él os lo va a explicar mucho mejor que nosotros, os dejamos con su texto:
«Selgas-Cano es un estudio asentado en Madrid formado por José Selgas y Lucía Cano, hija del reputado arquitecto Julio Cano Lasso. Su estilo se basa en sorprender y provocar o rotundo rechazo o admiración y entrega en todo aquel que entra a sus obras. Su forma de pensar está marcada por la esperanza en una arquitectura cada vez más dominada por la construcción y la producción en serie, lo cual la ahoga y limita.
Desde que era pequeño fui un defensor a ultranza de una arquitectura sobria, que, prácticamente, fuera lo mismo en blanco y negro que a color. Por ello, cuando vi por primera vez, en foto, el Palacio de Congresos de Plasencia pensé, sin ir más lejos, que era una innecesaria contaminación visual del terreno. Sin embargo, todo eso cambió el día que pude entrar en ella. En mi opinión, no se puede conocer la arquitectura del todo hasta que no has estado dentro de ella; y eso fue lo que hice ese día, conocer un ejemplo de arquitectura. Desde el mismo momento en que entras, te hace sentir algo. No sabría describir ese algo, pero sí sé que era una invitación a explorar el edificio. Las salas de esta obra, llenas de color y ninguna igual que la anterior, son el vivo ejemplo de lo que debe hacer la arquitectura, sorprender y hacerte sentir. Este sentir se ve reforzado por el vano detrás del escenario, iluminándolo con luz natural de día y, de noche, dejando que los que brillen sean los artistas. Selgas Cano demuestran que, aunque el blanco y negro sea la opción más segura, cuando te dan un proyecto te dan un lienzo en blanco y la potestad para pintarlo e inundarlo de vida… Y, ¿es deseable continuar con la arquitectura en serie, carente de sentimientos? ¿O deseamos, por el contrario, poder entrar a un edificio y poder salir siendo distinto? Yo lo tengo claro».
¡Hola! Soy Blanca Lirio, alumna de 4to de la ELU. Me hace mucha ilusión contaros que la semana del 14 de marzo saldrá el Número 2 de Parnaso, la revista de estudiantes que dirijo junto a Carla Juárez. Como ya os contó la elu Silvia Tévar, encargada de la sección de Creación Literaria, Parnaso es una revista cultural que empezamos algunos alumnos de la Universidad de Valencia en septiembre de 2020. Este proyecto nació del deseo de que los jóvenes universitarios se dieran por aludidos al hablar de un tema tan abstracto como el de la protección y el fomento de la cultura. Todo el mundo está de acuerdo en que es fundamental, pero es difícil tomar cartas en el asunto cuando no hay vías para hacerlo. Al darnos cuenta de esta laguna dentro de la universidad, pensamos en aprovechar la oportunidad, por nosotros y por los demás.
En este nuevo número físico publicamos la segunda entrega de «Intelectuales por las humanidades», cuya anterior edición tuvo como protagonistas al exdirector de la RAE Darío Villanueva y al filósofo Nuccio Ordine. En esta ocasión, cuenta con las reflexiones de dos académicos de la RAE: el helenista, Carlos García Gual, y el lingüista, Pedro Álvarez de Miranda. Además de estas dos entrevistas tan especiales, se tratan todo tipo de temas: cine, ciencia, arte, música, y mucho más.
Los 20 estudiantes que formamos el equipo de Parnaso hemos preparado la revista con mucho cariño. ¡Esperamos que os encante!
Durante la mañana del pasado 23 de diciembre un grupo de alumnos de la Escuela de Liderazgo Universitario participamos en una actividad de voluntariado en el Comedor de la Obra Social-Familiar Álvaro del Portillo, en el barrio madrileño de Carabanchel. Ayudamos limpiando, ordenando y preparando el local para el reparto de comida previsto para ese día, además de organizar la ropa de la tienda solidaria. Pero lo que nos llevamos fue un regalo inmenso en comparación con el pequeño esfuerzo que hicimos.
Todos hemos escuchado hablar de la famosa “zona de confort”, y de todas aquellas ocasiones en las que se nos ha animado a abandonarla, o lo que viene a ser salir de la comodidad y atrevernos a conocer nuestra mejor versión de nosotros mismos, y de lo que podemos aportar a los demás. Ya lo señaló Séneca, que “no hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”. Unas pocas horas de servicio en el Comedor Social nos ayudaron a descubrir que a menos de 15 minutos en coche de nuestras casas existía una realidad muy diferente de la “burbuja” en la que estamos acostumbrados a vivir.
A veces, no somos conscientes de que para ayudar a los demás no hace falta irse tan lejos; a veces basta con tratar de mejorar, aunque sea un poquito, el entorno de uno. A la vuelta de la esquina hay muchas personas que pasan necesidad, de manera que el Comedor Social de Carabanchel parecía un buen lugar donde poner nuestro granito de arena, nuestra pequeña gota de agua.
A través de esta experiencia, aprendemos a mirar con otros ojos al otro, no como a un extraño, sino como a un amigo, alguien de quien podemos aprender las mejores y más grandes lecciones, que no son las que se enseñan en los libros, sino las que ponemos en práctica desde el corazón, con la intención de darnos y tratar de llevar el bien allá donde vayamos. El servicio a la sociedad, sin duda, nos ayuda a vivir en clave de agradecimiento, siendo conscientes de que la vida es un auténtico regalo.
Y si este servicio es realizado junto a otros estudiantes de la Escuela, la experiencia puede resultar aún más enriquecedora, pues somos jóvenes de muy distintos entornos y estudios, pero compartimos un profundo sentimiento de responsabilidad y dedicación por ayudar a mejorar nuestra comunidad. La Escuela de Liderazgo Universitario son cuatro años que se pasan en un abrir y cerrar de ojos, y merece la pena aprovechar estas oportunidades para conocer mejor a nuestros compañeros.
Es difícil de explicar, pero, al terminar la mañana que habíamos pasado ayudando en el comedor y en la tienda, nos fuimos con dos sentimientos en mente. Por una parte, habíamos recibido una lección de realidad y de humildad que nos había sacudido. Por otra, sentimos que habiendo dado un poco de nosotros, habíamos recibido mucho.
Aquel día experimentamos en primera persona que realmente “toda acción es esperanza” y que con muy poco que hagamos, saliendo por unos instantes de nosotros mismos, podemos hacer del mundo un lugar un poquito más bueno, más bello y más verdadero.
Habéis estado escuchando de ELU Emprende, os lo nombramos en la JIC y en mentorías lo hemos hablado con algunos que estáis interesados, pero os estaréis preguntando qué es exactamente, en qué consiste y qué os puede ofrecer. Pues bien, en esta pequeña reseña queremos contaros un poco más.
ELU emprende surge, una vez más, por ese espíritu insaciable que tenéis de seguir formándoos, creciendo y experimentando, en este caso, enfocado al área de la innovación y el emprendimiento.
A algunos de vosotros se os ocurrió la idea de hacer un concurso donde se premiasen los mejores proyectos e iniciativas llevadas a cabo durante vuestro paso por la ELU, así como compartir, dar a conocer e invitar a otros compañeros a embarcarse en este mundo, perder el miedo a emprender y favorecer y fomentar un cambio social y empresarial en el mundo actual.
Tras un tiempo de repensamiento del proyecto, y acorde al itinerario formativo y de crecimiento que os ofrecemos tanto en la ELU como en la Universidad Francisco de Vitoria, nos pusimos en contacto con el Centro de Emprendimiento (CE) de la UFV para armar el programa ELU Emprende.
Está orientado a alumnos de 3º y 4º de la ELU puesto que creemos que después de haber realizado un camino de descubrimiento y conocimiento tanto personal como académico, sois más conscientes y realistas a la hora de asumir vuestro compromiso con la sociedad.
Además, como todo proyecto necesita una fase de descubrimiento, de acción y de comunidad, proponemos el siguiente formato:
1. FASE DESCUBRIMIENTO: son encuentros-charlas con gente del mundo del emprendimiento y la innovación. Se realizarán tres o cuatro encuentros a lo largo de todo el año, en un horario que se adapte a la mayoría, en modalidad presencial y/u online para que todos podamos estar.
2. FASE DE ACCIÓN: incubación y desarrollo de proyectos. Constará de charlas formativas, cursos (con un coste mínimo), convocatorias a concursos, mentorías, ponerse en contacto con gente que pueda ayudaros en el desarrollo de vuestros proyectos según el enfoque que le deis, etc.
Esta fase tendrá dos niveles: el de iniciación y el avanzado. Cada uno tendrá unas charlas formativas gratuitas de acuerdo al nivel y, además, a quién le interese podrá optar a uno de los dos cursos con un coste asequible para vosotros con el que adquirir una formación más rigurosa y reconocida en este mundo de la innovación y el emprendimiento.
3. Por último, se busca crear una COMUNIDAD de emprendedores entre los ELUs, ELUmni y alumnos de la UFV que ya os llevéis para siempre y con la que podáis seguir creciendo, innovando y compartiendo.
Esperamos que os guste y os animéis a participar en la medida de vuestras posibilidades e inquietudes.
Además, os recordamos la importancia de rellenar el siguiente formulario para saber que contamos contigo: formulario ELU Emprende.
Soy Jorge Paredes, de 4° de la ELU. Estudio Derecho y Relaciones Internacionales en ICADE y ahora estoy de intercambio en Israel.
Estoy estudiando en IDC Herzliya, que este curso ha pasado a llamarse Reichman University. Está a las afueras de Tel Aviv.
Cuando uno piensa en irse de intercambio, generalmente no se le va inmediatamente la cabeza a Oriente Medio. Tampoco fue mi caso. Cuando empecé a pensar si quería irme fuera de España un cuatrimestre empecé pensando en Europa, pero no me terminaba de convencer. Me parecía una experiencia muy parecida a la Universidad en España. Después pensé en Estados Unidos y no lo descarté de primeras, pero también había algo que no me terminaba de convencer. Entonces cambié de forma de pensar sitio. Pasé a buscar universidades y destinos que fueran buenos en los temas académicos que me interesan. Así, empecé a buscar universidades que tuvieran buenas asignaturas de Relaciones Internacionales, y más concretamente en temas de defensa y conflictos armados. Ahí es cuando en mi mente apareció Israel. Israel me permitía poder estudiar temas relacionados con seguridad y defensa, conflictos armados y Oriente Medio, y además desde dentro. De estos temas nadie sabe más que Israel. Además, la situación de la pandemia aquí siempre ha estado más o menos controlada.
Sumado a esto, vivir en Israel me iba a permitir aprender más sobre las tres grandes religiones. Israel es la tierra que Yahveh prometió a su pueblo elegido y donde el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y desde Jerusalén, según la tradición musulmana, Mahoma ascendió al cielo.
Es un crisol de culturas, lenguas, tradiciones y ritos. Y el mejor ejemplo es Jerusalén, donde lo mismo te cruzas con un judío ultraortodoxo que con una mujer musulmana con hijab, con un franciscano con su hábito y sus sandalias o con un armenio o un copto.
Todo esto hacía de Israel el lugar perfecto para mi intercambio. Y si antes de venir ya parecía perfecto, estando aquí puedo decir que ha superado con mucho todas mis expectativas.
Tel Aviv es una ciudad con muchísima vida, muy occidental para lo que es Israel y para lo que es Oriente Medio. La gente es de lo más internacional, desde estudiantes de intercambio de un sinfín de países a israelíes de ascendencia de Europa del Este, de Estados Unidos, Hispanoamérica o Sudáfrica. Aun así, todo el país está marcado por la huella del judaísmo. Desde que las semanas empiezan el domingo y el fin de semana es viernes y sábado a el parón casi absoluto por el Shabbat, el carácter judío del Estado y de la sociedad se nota en muchos detalles del día a día. Otro ejemplo es la comida kosher, es decir, según las normas de la Ley judía. Entre ellas, por ejemplo, la prohibición de comer carne de cerdo o no mezclar carne y queso. Si venís a Israel, no intentéis pedir una bacon cheeseburger, nadie las hace.
Desde Haifa en el norte a Eilat en el sur, pasando por Jerusalén; desde las playas de Tel Aviv al Mar Muerto o al río Jordán, Israel tiene una infinidad de ciudades que visitar, lugares históricos como Masada para descubrir y todos los Santos Lugares por los que Cristo, María y José y los Apóstoles pasaron. Desde Nazaret al Santo Sepulcro, Tierra Santa es el lugar perfecto para descubrir o redescubrir a aquel Hombre que se pretendía Dios.
Pero no solo Israel, sino que también Palestina es un lugar interesantísimo y lleno de sitios impresionantes. De Belén a Ramallah pasando por Jericó, Palestina muestra otra vida y otra cultura completamente diferentes. Aunque también se palpan las diferencias entre Israel y los territorios palestinos. El muro de hormigón que recuerda a Berlín o los checkpoints por los que hay que entrar y salir dejan ver que, en estas tierras, por desgracia, no todo son playas, lugares bonitos y sonrisas. La marca de la guerra y del conflicto está muy presente en las vidas de sus habitantes.
Con todo, la experiencia está siendo fantástica. Así que solo puedo seguir animando a las cúpulas de la ELU a que, cuando la situación de la pandemia lo permita, se haga un viaje académico a estas tierras.
El pasado día 21 de diciembre (¡todavía era 2021!) un nutrido grupo formado por nueve ELUs de los cuatro cursos, una ELUMNI y ocho acompañantes que no se pudieron resistir a compartir nuestro plan visitamos la exposición temporal La máquina Magritte en el Museo Thyssen de Madrid. La idea fue organizada por nuestro grupo de mARTEs (con la contribución destacada de Luisa Urquijo) y ya estamos preparando nuevas actividades para este 2022, ¡así que estad atentos a la Newsletter, nuestra sección del Módulo de Acompañamiento y nuestra cuenta de Instagram, @martes_de_arte!
Antes de entrar al museo, hice de guía improvisado con una brevísima introducción a la figura del surrealista René Magritte y lo que podíamos esperar de la exposición, de forma que tuviéramos un hilo conductor al que agarrarnos. Seguro que muchos tenéis ganas de participar en un plan similar, pero os preocupa no saber nada de arte; pues bien, ¡no tenéis de qué preocuparos! No hace falta saber historia del arte para disfrutar y hablar de él y, además, siempre habrá alguien que se haya hecho una chuleta en casa y pueda daros unas pinceladas, nunca mejor dicho, de la vida y obra del artista.
La visita en sí fue bastante libre, pues la idea era que cada uno apreciara los cuadros a su ritmo, deteniéndose en aquellos que les transmitían más. Por ejemplo: a Íñigo le sorprendió la contradicción de una luz que esconde la verdad en lugar de revelarla, en la obra El principio del placer; a Claudia le gustó la puerta de La perspectiva amorosa, paradójicamente abierta y cerrada a la vez; mientras que Bea se maravilló con la perspectiva antinatural del caballo de La firma en blanco.
Fue muy enriquecedor compartir nuestras impresiones, ¡y luego la charla continuó en una terraza! Así que, ya sabéis, ¡estáis todos invitados a la próxima!
Volver a poder salir a la calle y vernos después de dos meses de confinamiento supuso un acontecimiento que nos abría cautelosa pero progresivamente las puertas a lo que parecía volver a recuperar nuestro anterior ritmo de vida. No debíamos confiarnos y se nos urgía a ser celosamente prudentes, a adaptar nuestro comportamiento a las circunstancias, quedando aparentemente subrogada nuestra libertad individual ante el cuidado del bien común. Sin embargo, me siento inmensamente agradecido por haber podido saber encontrar y poner en práctica mi libertad en un momento en que aparentemente más limitada podría estar, cambiando con ello mi manera de ver las cosas.
“El hombre hace planes y Dios se ríe de ellos”. No poder realizar finalmente el planeado viaje de verano con los amigos causaría que buscara alternativas para dedicar mi tiempo durante el mes de junio. Fue así como mi madre me propuso que me acercara a preguntar si necesitaban voluntarios en el departamento de Cáritas de mi parroquia, Nuestra Señora del Carmen (Pozuelo de Alarcón, Madrid). Fue así como fui un lunes por la mañana y era tal el volumen de trabajo que tenían, que al minuto de haber entrado por la puerta ya me pidieron si me podía quedar ayudando. Y ciertamente era necesaria, pero continúa haciendo mucha falta ayudar en estos tiempos tan difíciles. Poder colaborar como voluntario me permitió conocer de primera mano las necesidades y dificultades de cientos de familias (en la base de datos llegaron a estar apuntadas 900 personas ayudadas directamente a través de Cáritas), pero a su vez descubrir la voluntad de compromiso y solidaridad de muchas personas de las que ante la dificultad salían dar lo mejor de sí mismas. No podría haber encontrado una mejor experiencia de responsabilidad social, de interacción con el otro y a raíz de la comprensión de su situación, convicción para hacer de su satisfacción nuestra misión.
Desde el primer día que empiezas a ayudar, notas personalmente que la persona que sale no es la misma que ha entrado unas horas antes. Has podido ver la realidad con tus propios ojos, tocarla con tus manos, has tenido el poder y libertad de decisión para participar de ella y hacerlo escogiendo ofrecerte a los demás. Descubres que la ayuda que tú puedas prestar resulta minúscula en comparación con lo que tú recibes en forma de agradecimiento sincero y satisfacción personal. Así se te brinda una experiencia de humanidad inigualable, que provoca que una vez que empiezas no quieras dejarlo, porque de una manera o de otra, descubres que eres tú quien más necesita del otro, resulta que eres tú el principal beneficiario del contacto con los demás. De esta manera, lo que iba a ser algo temporal para unas semanas acabó “enganchándome” a acudir durante casi dos meses.
Desde mi opinión personal, creo que la lección que la actual coyuntura me ha enseñado es que lo que la sociedad requiere de cada uno de nosotros es dar amor: darnos a los demás desde el alcance de nuestras posibilidades. En mi caso ha tenido que llegar una pandemia apocalíptica para hacerme despertar y darme cuenta, pero gracias a la libertad he sido capaz de afrontar la situación desde una actitud constructiva y que prestara un servicio al otro desde lo que está en mi mano. Es indescriptible explicar la tormenta de alegría que sobreviene cuando descubrimos la libertad que cada uno poseemos, pero resulta todavía más maravillosa cuando a continuación no rehuimos de ella y nos encaminamos hacia la realización. Ya lo apuntaba el Principito: “cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer”.
Leer obras catalogadas como ‘’orwellianas’’ es sinónimo de transportarnos en tiempo y espacio a sociedades distópicas. Realidades que nos permiten echar un ojo a un posible fatal desenlace de nuestra historia como humanos. Este caso no es una excepción.
Escrita en 1948, por nombre lleva 1984, pero bien podría tratarse de una caricatura no tan exagerada del 2020. En ella, George Orwell (1903) nos plantea una aterradora realidad en la que las personas no son más que sacos de huesos, sin sentimientos ni razón. Vagan por la vida para servir a “el Partido” sin cuestionar ningún suceso que pueda tener cabida en sus vidas. Una sociedad en la que los humanos son meros autómatas prescindibles en pro de un bien mayor. Como siempre en este tipo de relatos, la historia gira en torno a un personaje que osa atentar contra el orden establecido, cuestionando la más básica de sus creencias por negarse a tragar con lo que le obligan a acatar.
Creadora de numerosos términos que hoy en día resuenan en nuestras cabezas como “el Ministerio de la Verdad”, “la Policía del pensamiento” o “el Gran Hermano”, esta novela invita al lector a una profunda reflexión sobre la existencia humana y sobre qué define a esta por sí misma y en relación con la sociedad. Cuestiona cómo la realidad es manipulada constantemente a voluntad de los que se encuentran en el poder para su propio beneficio de cualquier forma imaginable. Por ejemplo, reescribiendo la historia escrita, censurando a los disidentes que osan a utilizar su raciocinio, controlando las relaciones que cada cual mantiene con los demás (los sentimientos son signo de debilidad). Incluso mienten sin escrúpulos sobre los hechos que acontecen fuera de las fronteras de su burbuja pues nadie en realidad puede afirmar lo contrario.
Obviando el interés que me despierta por la formidable (¡y asequible!) narrativa que la caracteriza, esta obra siempre ha despertado en mí un sentimiento más próximo al miedo por lo real de sus invenciones exageradas cuando las comparamos a nuestra realidad actual. Abre debates que hoy en día están en boca de cualquiera en la más sencilla conversación escuchada en un bar. Y lo impactante es la forma en que lo logra, que, lejos de ser una invención distópica e irrealizable, parece más bien una fiel descripción de nuestro tiempo actual.
Siempre se ha dicho que para comprender el presente hay que fijarse en lo acontecido nuestro pasado, y también es bien sabido por todos que cualquier parte del conocimiento que ansiemos saber está en los libros. Teniendo esto en cuenta, no me queda más opción que recomendar encarecidamente esta lectura. Es un valioso instrumento para todo aquel que busque entender con mayor profundidad las turbulencias ideológicas que atravesamos en nuestros días, así como reflexionar sobre grandes cuestiones de la esencia humana y, de paso, disfrutar de una agradable obra fácil de leer.
El pasado sábado 11 de julio de 11:00 a 13:00 horas tuvo lugar en modo online las defensas de los alumnos de último curso que presentaron los proyectos en los que habían estado trabajando durante este último año. Se presentaron siete proyectos:
Proyecto Puente
Foro Tanzania
Acompañar en el sentimiento. Luz en la enfermedad
Cuéntame cómo pasó. Los ancianos en la sociedad de hoy
Lo que nos queda por pensar
La educación como efecto dinamizador de los entornos rurales
Intrahistoria rural
Remens
Trend To Be
La jornada finalizó con el Acto de Clausura de Curso en el que se notificó que todos los proyectos obtuvieron la calificación de Apto y se otorgó al grupo Foro Tanzania la mención honorífica por el trabajo desarrollado en los últimos meses. Además, los directores de la Escuela, Carola Díaz de Lope-Díaz y Juan Serrano, clausuraron este curso que destacaron como extraordinario, con unas palabras conjuntas asegurando que aunque las defensas hayan tenido que ser online por las circunstancias actuales, esperamos volver a vernos toda la comunidad pronto presencialmente y con ganas renovadas.
Nos ha tocado vivir un tiempo único. Cada tiempo lo es -y sus coetáneos así lo sentimos y manifestamos-; lo es cada historia humana, cada biografía… pero eso no quita que, sin duda, este 2020 esté sorprendiendo a la humanidad. Nos ha situado ante las preguntas radicales de la existencia de un modo abrupto y peculiar, pues al hacer aguas una aparente seguridad; ante el sufrimiento y la incertidumbre prolongada, no puede sino florecer lo fundamental. Y como hemos podido comentar a lo largo de este curso en el módulo de Grandes Libros y en otras ocasiones, son precisamente esas cuestiones eternas de la existencia las que abordan las grandes obras literarias.
Por ello, y también de cara a las iniciativas que comenzaremos el próximo curso, – Cuaderno de Bitácora y el club de lectura Beers & Books- queríamos sugerir brevemente algunas lecturas de obras clásicas para este periodo de verano. Lecturas de distintos periodos con las que se puede establecer un diálogo en torno a cómo vivir.
En un contexto como el nuestro, ¿a quién no le gustaría conocer la verdad de una cuestión inquietante que está acabando con la vida de personas? Puede que conocerla suponga un cambio en el trascurso de tu biografía, que conlleve la confirmación de un destino marcado, pero, ¿puede la verdad supeditarse a ello? Le preguntamos a Edipo Rey, de Sófocles, del siglo V a.C. Del mismo poeta trágico, con una temática diferente -ser hija, ser ciudadana, obedecer o no las leyes, etc.-, recomendamos Antígona, que además será representada en los próximos días en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.
¿Puede alguien llevado por su ambición acabar destruyéndose a sí mismo y a los de su alrededor? Macbeth de Shakespeare -el aclamado escritor al que Harold Bloom situaba en la cúspide de los literatos- profundiza en el tema en esta famosa y oscura tragedia del XVII. También lo hace varias centurias después y con una historia diferente Albert Camus en Calígula (1944), quien, tras perder a alguien querido y quedar desprovisto de un fin que pueda orientar su existencia, se convierte en un tirano para quien la vida de otros y la propia carece del más mínimo valor.
Por otra parte, el primer fin de semana de la ELU de este curso contamos con la ponencia de José Manuel Mora Fandos que llevó por título “El placer de leer”. El profesor y escritor comenzó su exposición partiendo de Primer amor de Iván Turguénev, obra que nos recomendó. Publicado en 1860, es el relato en primera persona del proceso de enamoramiento del que cae presa un adolescente por una joven princesa, y toda la vivencia que conlleva. De un tema similar, sugerimos la lectura de la famosa obra de Jane Austen, Orgullo y prejuicio (1813). La escritora inglesa -experta en desarrollar de forma delicada la psicología de sus personajes- presenta al lector varios procesos de enamoramiento en las hermanas Bennet, siendo el de Elizabeth y el señor Darcy el que ocupa el papel central por su búsqueda de la virtud y la felicidad en la relación, después de un inicio marcado por los vicios que dan título a la obra.
¿Alguna distopía clásica que nos permita adentrarnos en situaciones irreales, pero a veces más cerca de la realidad de lo que nos gustaría? Podemos recomendar tres títulos, publicados respectivamente en 1932, 1949 y 1953, en medio de un contexto convulso como es el siglo XX: Un mundo feliz de Aldous Huxley, 1984 de George Orwell, y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Estas obras abren los ojos a la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico y nos hacen descubrir los métodos de control de la sociedad; siendo precisamente uno de los más importantes el privar de la lectura.
Y concluimos con el tema del tiempo, pues estamos llamados a vivirlo como kairos, como el tiempo oportuno en el que algo importante sucede. También en el verano, en el descanso. Nuestra vida está en juego.
Un pequeño acto, hecho por Amor, ¡cuánto vale! (s. Josemaría Escrivá de Balaguer)
La medida de la entrega no es otra que la medida del Amor que se ha puesto en ella. Así no hay actos pequeños, si se hacen por Amor. Este año 2019-2020, he tenido la oportunidad de entregarme un poco más en un proyecto misionero de voluntariado llamado “Misión País”.
Misión País es un proyecto de jóvenes universitarios católicos, con anhelo de misionar y entregarse a los demás. La Misión consiste en compartir, durante una semana, la alegría de la fe en Cristo, de la mano de María, en pequeños pueblos de España a través de la entrega, la escucha y la disposición para ayudar.
Es una oportunidad para ponerse al servicio tanto de la Iglesia como de personas necesitadas, teniendo a vivencia de voluntariado, oración y servicio desinteresado a los demás. Es un regalo que la Juventud de Schoenstatt quiere entregar a España, para volver a hacer de ella una Tierra de María.
La Misión dura una semana, y se realiza durante 3 años en un mismo pueblo. Este año se han llevado a cabo 9 misiones distintas, varias de ellas promovidas por grupos de jóvenes universitarios de las Universidades de Comillas, Carlos III y la Politécnica de Madrid.
El haber tenido la oportunidad de coordinar este proyecto durante este año me ha hecho caer en la cuenta de la importancia de ser agradecidos y de querer entregarnos en las pequeñas cosas, con las personas de nuestro alrededor, de nuestro propio país… Es en las pequeñas cosas de cada día, en nuestros proyectos universitarios, en nuestros lugares de estudio, familias donde tenemos que entregarnos. Si solo esperamos a las grandes situaciones y proyectos para ponernos en juego, qué pocas veces podremos regalarnos a los demás.
Ojalá sepamos salir al encuentro del otro en las pequeñas cosas del día a día, porque por Amor, hasta una mínima gota, se vuelve grande.
¡Hola a todos! Soy Miriam y este año he tenido la suerte de estar de intercambio Erasmus en Uppsala (Suecia). Cuando el año pasado tuve que decidir si realmente quería vivir o no esta experiencia, he de decir que no estaba totalmente segura. Gente nueva, idioma nuevo, y en definitiva costumbres nuevas. Sabía que no me iba a resultar fácil, que las cosas iban a ser diferentes, y sentía cierta incerteza e inseguridad por cómo sería todo.
Pero también sabía que no podía dejarlo pasar y que era lo que quería y lo que debía hacer. Las primeras semanas no dejaba de preguntarme por qué había tomado aquella decisión, pero ahora os puedo decir con total seguridad que estoy enormemente agradecida de haber tenido esta oportunidad, y sin duda la recomendaría una y otra vez.
Desde el primer momento la Universidad me facilitó mucho la llegada a Suecia e incluso la búsqueda de alojamiento. Suponía que la sociedad sueca era organizada por las cosas que se suelen decir de los países nórdicos, pero lo pude confirmar cuando en julio llegaban a mi casa por correo postal folletos de la Universidad, información para los nuevos estudiantes e incluso un mapa de la ciudad. Lo que no supe hasta que llegué es la fuerte vinculación que tienen con algunas tradiciones. En una Universidad que cuenta con algunas de las herramientas más avanzadas en el ámbito científico, el Gustavianum o el Main Building son edificios de hace cientos de años en los que se puede respirar esa sed de conocimiento y esencia universitaria que busca ALGO MÁS. Es curioso este contraste entre la innovación y la tradición, y me recordó justamente lo importante que es conocer nuestros orígenes y construirnos a partir de ellos para poder crecer y consolidar nuestra identidad, no sólo como individuos, sino también como sociedad.
Otra de las cosas que aprendí sobre la sociedad sueca es el respeto que tienen por el medio ambiente. Los hábitos de reciclaje o el uso tan extendido de la bicicleta como medio de transporte son claros ejemplos de ello. No dejaba de llamarme la atención la cantidad y la variedad de bicis que me cruzaba yendo por la calle los primeros días. Esta vinculación con la naturaleza también se relaciona con la forma en la que valoran la luz en general, pero sobre todo la luz del sol. Es muy común en invierno ver las ventanas con una pequeña lámpara encendida al lado, y las velas también forman parte del día a día para muchos suecos. De
hecho, existe en Suecia una festividad para darle la bienvenida oficial a la primavera cuyos orígenes se remontan a la época vikinga. Se llama Valborg y se celebra el día 30 de abril.
Cuando a finales de agosto llegué a Uppsala, aquello era totalmente desconocido para mí. La Catedral, la biblioteca Carolina Rediviva, el Gustavianum, Gamla Uppsala, todas estas visitas formaron parte de mis primeros días en Uppsala, y en aquel momento no sabía de qué manera iban a formar parte de mi experiencia Erasmus durante los próximos meses. Recuerdo que el primer postre que probé al llegar fue un kanellbulle (el famoso bollo de canela sueco), y aquel fue sólo el primero de muchos (¡están buenísimos!). También el primer día que entré en el Biomedicinskt Centrum (el edificio en el que tendría la mayor parte de mis asignaturas a partir de entonces) estuve dando vueltas un rato intentando encontrar mi clase. ¡Hasta ir a comprar al supermercado era una aventura los primeros días!
Pero poco a poco Uppsala, sus edificios y su gente, se fueron volviendo el día a día, y esta pequeña ciudad se convirtió en algo más que aquel lugar que a finales de agosto apenas conocía.
Antes de llegar tenía la intención de no relacionarme demasiado con españoles y aprovechar esta oportunidad para conocer gente de otros países. Pero al final no fue exactamente así y sin saber muy bien cómo, los españoles siempre acabábamos juntándonos. Sin embargo, la gran cantidad de actividades para estudiantes internacionales, las asociaciones dentro de la Universidad y fuera de ella, mi grupo de laboratorio, y las nations, me ayudaron a conocer también a gente de otros países. Uppsala es una ciudad con estudiantes de muchas y muy diferentes nacionalidades, y sin duda esto meha servido para aprender otras costumbres y entender distintas formas de actuar y de ver las cosas. Se suele decir también que los suecos no son muy sociables, y aunque es cierto que son bastante diferentes en este sentido, las generalizaciones no son buenas. Es gente a la que no les gusta entrometerse, pero suelen estar dispuestos a ayudar siempre que sea necesario.
Las nations son edificios tan antiguos como la propia Universidad (fundada en 1477 es la Universidad más antigua de Suecia) en los que se puede desde estudiar en la librería, hasta quedar para un fika o para cenar, acudir a eventos formales o actuaciones musicales, jugar a juegos de mesa osimplemente salir de fiesta. Cada estudiante es miembro de una de las 13 nations que actualmente hay en Uppsala y es en ellas donde se suele hacer vida social. Además, en Uppsala se organizan muchas otras actividades, como por ejemplo conferencias anuales con Premios Nobel o conciertos musicales.
Las horas de luz no eran muchas a partir de noviembre. Solía ir a clase de noche por la mañana, y cuando salía sobre las tres de la tarde ya era de noche otra vez. Entre esto y comer a las doce o incluso a las once y media de la mañana el horario me resultaba a veces un poco extraño, pero me acabé acostumbrando. El frío la verdad es que me gustaba en cierto modo, así que esto no fue un problema, aunque también tengo que decir que según los suecos este invierno fue uno de los más cálidos desde hacía años. El fika, ese momento del día dedicado a tomarse un café con un bollo para conversar, descansar, o simplemente tomarse un respiro, fue un buen aliado para estos meses de invierno. ¡Siempre había tiempo para un fika, sobre todo si era con un kanelbulle!
Y así poco a poco, los días y los meses fueron pasando. Cuando a principios de marzo vine a España con la intención de regresar a Suecia una semana más tarde, no sabía que sería la última vez que estaría en Uppsala de Erasmus. Cuando empiezas algo nunca sabes cómo va a terminar, pero lo importante es ser capaz de aprovechar cada momento que pasa y de poner en práctica todo lo aprendido. A pesar de haber terminado el erasmus antes de lo esperado, lo importante ahora es seguir intentando dar lo mejor de uno mismo cada día. Y quien sabe, ¡ya habrá tiempo de volver a Uppsala! Vivir de lo que se nos da a cada instante, reconocer y disfrutar todo lo bueno que hay en las pequeñas cosas del día a día, y ser siempre agradecidos. Estas claves deberían alimentar nuestras ganas de conocer, de saber, de aprender, y en definitiva, de alimentar un sentimiento de inconformismo responsable que nos mueva a hacer cosas. Porque así, siendo capaces de valorar cada situación y adoptar la actitud necesaria frente a ella, seremos capaces de disfrutar del gran regalo que tenemos cada día.