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Vida ELU

Elus por el Mundo – Sara Jurado

Por: ELU Admin

¡Hola a todos!

Soy Sara Jurado, elu de tercero y estudiante del doble grado de ADE+Comunicación en la Universidad Loyola Andalucía (campus de Córdoba). Y me alegra poder describiros parte de la experiencia que estoy viviendo aquí en Bergen, Noruega.

Con 12 años me subí por primera vez a un avión para ver a mi hermana mayor que estaba estudiando su Erasmus en Estocolmo, Suecia. Estuve una semana allí y me enamoré totalmente del país y del estilo de vida que llevaban los nórdicos. A raíz de esto comencé a soñar con esta experiencia y no sabéis lo afortunada que me siento de poder decir que el sueño se está cumpliendo.

Sin embargo, no todo ha sido un camino ni fácil ni bonito. Los que habéis estudiado fuera sabréis que, antes de todo, hay que pasar un proceso muy burocrático que requiere mucha responsabilidad a nivel personal: elegir el país, elegir la universidad, las convalidaciones de las asignaturas, buscar alojamiento, mudarte a un país solo, gestionar tu propio dinero, etc. Y es que cada decisión que tenía que tomar se me hacía un mundo porque no podía evitar pensar que me estaba equivocando de alguna forma y sentí mucha presión antes de llegar a mi ciudad de destino. Ahora es cuando digo que cuando puse un pie en Noruega todos mis miedos se disiparon y todo empezó a ir bien, pero la realidad es que no fue así.

Las primeras semanas fueron un reto para mí. El hecho de estar lejos de mi familia y amigos, no conocer cómo funcionaban las cosas en la ciudad, y el idioma (os cuento un secreto, los idiomas siempre han sido mi punto débil), me hicieron las primeras semanas muy complicadas. Además, al estar sola no tenía a nadie en el que confiar para poder transmitirle mis miedos. No obstante, todo fue evolucionando poco a poco: comencé a hacer amigos tanto españoles como internacionales, me adapté a la universidad y a dar las clases en otro idioma, descubrí la ciudad y, sobre todo, me hice al estilo de vida nórdico que tanto me había gustado cuando era una niña.

Por muchos estereotipos que tenga Noruega de que es un país frío, que siempre llueve y que los noruegos son muy serios; la verdad es que nada más lejos de la realidad. Los noruegos son personas súper amables, cálidas y están dispuestas a ayudarte en cualquier situación. Además, la temperatura es baja, eso es cierto, pero os mentiría si os digo que he pasado más frío en Bergen que en Córdoba cuando volví en Navidad. Noruega es un país muy preparado en lo que respecta al tiempo: la calefacción funciona muy bien en todas las casas, restaurantes, universidad e incluso transporte público. Y sobre la lluvia, os dejo una frase que dicen mucho los noruegos: ¡no existe tiempo malo, sino ropa mala!

Si acaso, lo único que podría decir que no me ha gustado de Noruega son las horas de sol durante el invierno (ej..: en diciembre amanecía a las 10h y anochecía a las 15h) y los precios. Ahora puedo afirmar con total certeza que Noruega es de los países más caros de Europa.

Sobre la universidad, estudio en Norwegian School of Economics (NHH) una de las mejores universidades de económicas no solo de Noruega, sino también de Europa. Durante estos meses he aprendido de la mano de los mejores profesores de Europa especializados en marketing y sostenibilidad, he cenado con empleados de las empresas más importantes del mundo y he podido formar parte de una de las comunidades más grades de estudiantes de Europa. La verdad es que no tengo palabras para describir lo que es estudiar en la NHH. Si bien es cierto que es una universidad muy exigente a nivel académico, su enfoque pedagógico está orientado a los trabajos prácticos con casos reales al igual que mi universidad por lo que no he tenido mucho problema en adaptarme a su forma de trabajar.

Me he dejado lo mejor para el final, contaros de verdad lo que ha sido mi vida estos últimos meses. Y es que ha sido una locura. He conocido a cientos de personas de diferentes países con las que he vivido experiencias que me han abierto la mente; he viajado por toda Noruega y descubierto paisajes naturales que me han dejado sin aliento; he bailado con mis amigos bajo las auroras boreales; he aprendido lo que es importante y a valorar todo lo que tengo en España (familia, amigos, tiempo, calidad de vida, estudios…); he aprendido a afrontar los problemas sola y he salido de mi zona de confort; y es que cada semana tenía una nueva aventura que vivir.

Por todo esto, solo puedo dar gracias a todo el mundo por hacer de esta experiencia una de las mejores de mi vida porque he crecido mucho a nivel personal y he descubierto lo bonita que puede llegar a ser la vida cuando uno decide arriesgarse y exponerse a este tipo de situaciones. Todavía no me he ido y ya estoy deseando volver a Bergen, la ciudad de la que me he enamorado y que me ha robado el corazón.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Natalia Aldaba

Por: ELU Admin

Hacía ya dos años que, en secreto, miraba las opciones que me brindaba la universidad para irme un año a estudiar fuera. No exageraría si dijera que la voluntad de hacer un Erasmus suponía una certeza mucho anterior a la decisión propia de estudiar Medicina: lo consideraba un elemento clave en mi experiencia universitaria. Recuerdo cómo, con mucho nerviosismo y habiéndome cerciorado más de cinco veces de haber adjuntado toda la documentación, enviaba aquel formulario del que luego intentaría olvidarme- inútilmente, por cierto,- hasta no saber de sus resultados. Por eso mismo recuerdo también aquella tarde del 4 de febrero en la que, al ver mi nombre en la lista de admitidos, no fui capaz de prestar más atención. Pocos días más tarde, no sin llenarme de algo de valentía, aceptaba la plaza. Qué gran oportunidad, me decía. Y no andaba corta. Estos ya siete meses vividos aquí han sido y siguen siendo para mí una experiencia inolvidable.

Los que hayáis estado, sabréis que en Roma el encuentro con la belleza es constante. Aunque que suene cursi, quizás lo sea, todos los días tengo la gran suerte de maravillarme con los edificios de esta ciudad: por supuesto, con los monumentos y lugares más emblemáticos, pero también con todas sus calles y pequeñas y recónditas esquinas. Cada día descubro un nuevo tesoro. Y es que estoy convencida de que cualquier iglesia “menor” romana sería un conocidísimo lugar en alguna otra ciudad del mundo, pero aquí queda perdida pues, citando a mi abuela, “en Roma das una patada a una piedra y descubres un monumento”. Tengo la gran suerte de, por ello, vivir en constante encuentro con la belleza y asombro. Es también, como bien se sabe, una ciudad increíblemente conectada con el pasado, sensación que se vive con el mero admirar y preguntarse al pasear por sus calles; lo cual le hace a una consciente de la importancia y el papel de la cultura en nuestra vida diaria. Además, como es bien sabido, la gastronomía siempre acompaña: es muchísimo más agradable disfrutar de Roma con un buen gelato o un buen tiramisù.

Alabanzas aparte, no podemos olvidar que Roma es capital italiana y por tanto todas sus virtudes y defectos se ven reflejados en ella, de manera que no solo buena comida, buen gusto, música, vino y apreciación de la cultura están presentes, sino que también caos, desorganización y despreocupación exagerada impregnan sus calles. En las largas esperas a los medios de transporte públicos, una aprende a acabar por sobreponerse a la desesperación del tiempo perdido por el autobús que no llega y acaba por intentar aprovecharlo con un buen libro, escuchando algún que otro pódcast, respondiendo a mensajes perdidos o descubriendo más música local. Esta ciudad me ha hecho también aprender a gestionar muchos aspectos por mí misma y a sacarme las castañas del fuego con fechas de exámenes desconocidas y luego aplazadas, asignaturas cursadas en las que resulté no estar matriculada, profesores que no contestan correos, médicos que no aceptan estudiantes de prácticas pese a ser su obligación, situaciones de convivencia en un piso de estudiantes y en el salir a la aventura para hacer nuevos amigos hasta encajar en un grupo.

Desde luego, mi experiencia Erasmus no sería lo mismo sin los grandes amigos que he encontrado aquí. Tengo la gran suerte de poder contar con la compañía de gente maravillosa a la que sé que me voy a llevar hasta mucho después de que este año pase. Roma es increíble, pero es infinitamente mejor cuando tienes con quién compartirla. ¡Y de qué manera! Todos ellos han contribuido a que esta ciudad haya pasado a ser mi casa, pues estas calles anaranjadas con luces y estos bares con música ya son parte de mi historia y a ellos asocio anécdotas, personas y risas vividas- y por qué no, algún llanto también-.

Este año completo de aprendizaje, risas y dificultades me ha formado como persona mucho más de lo que hubiera imaginado. Ha sido una oportunidad enorme de crecimiento que desde luego hace que merezcan la pena las dificultades. Tengo la grandísima suerte de estar acostumbrada a diarios abrazos de mis padres, risas con mis hermanos, comidas con mis abuelos, clases con mis amigos y carcajadas en entrenamientos; por lo que a veces las llamadas telefónicas encajadas entre idas y venidas en las que la cobertura no siempre funciona pueden saber a poco. Ha sido para mí muy importante el propósito de, en el estar lejos, seguir cuidando de mi familia y de mis amigos que sé que me esperan a mi vuelta en mi querida Pamplona, y por ello los he sentido muy cerca durante todo el año. Pues, junto a otras cosas, el Erasmus me ha hecho consciente también de lo inmensamente dependiente que soy y de mi gran necesidad de cariño.

Espero disfrutar increíblemente de estos pocos meses que me quedan en esta ciudad de la que estoy enamorada, pues no volveré hasta ver las calles de mi otra casa vestidas de blanco y rojo. Solo me queda animar a todo aquel que se plantee vivir una experiencia similar y por supuesto ofrecerme para cualquiera que tenga algo que preguntarme. Mientras tanto, seguiré exprimiendo el tiempo al máximo en esta ciudad acompañada de mis amigos, dado que en este lugar y con esta compañía la belleza nunca se acaba.

Un abbraccio fortissimo,

Natalia

Vida ELU

Elus por el Mundo – Sara Sanchís

Por: ELU Admin

¡Hola a todos! Soy Sara Sanchis, ELU de cuarto y estudiante de Ingeniería Aeroespacial en la Universitat Politècnica de València. Hace un mes acabé mi Erasmus en Suecia, concretamente en una ciudad que se llama Linköping, donde he vivido una de las mejores experiencias de mi vida. Os cuento cómo ha sido esta aventura para mí.

Antes de empezar la carrera yo ya fantaseaba con la idea de irme de Erasmus, así que cuando se me presentó la oportunidad no me lo pensé dos veces. Entre las destinos que ofertaba mi universidad escogí Linköping, una ciudad sueca que no ha dejado de sorprenderme. Aún recuerdo el día de mi llegada con dos amigos de clase (Carlos y Óscar, que ahora son casi como hermanos), después de un vuelo de 4 horas y un autobús de otras 4. Esa Sara no era consciente de lo que iba a vivir en los próximos meses.

En University of Linköping (LiU) nos prepararon una semana de bienvenida, donde no pudo dejar de impresionarme el ambiente tan internacional que se respiraba. LiU tiene cuatro campuses entre Linköping, su ciudad gemela Norköping y Estocolmo, y todos los estudiantes estuvimos reunidos en Linköping durante esa primera semana en la que nos presentaron la universidad (con túneles subterráneos para moverse entre los edificios en las grandes nevadas de invierno) y nuestros estudios, nos prepararon FIKA (un café y unas pastitas que estaban buenas no, lo siguiente), barbacoas, y nos dieron entradas gratis para un festival en el que actuaban cantantes suecos bastante famosos como Tove Styrke.

En cuanto a la gente, Carlos, Óscar y yo (que además de la carrera también compartíamos casa), nos juntamos con estudiantes internacionales de todos los rincones del mundo: Afganistán, Francia, Bélgica, China, Siria, Estados Unidos, Alemania, Chile o México, además de muchos españoles (al final no podemos evitar atraernos entre nosotros).

Con respecto a los locales, de primeras los suecos pueden parecer algo paraditos, pero en seguida que te acercas a hablarles (si no das tú el primer paso será difícil que te digan algo por iniciativa propia), son los primeros que se interesan por conocerte y enseñarte su cultura. Al parecer los suecos están enamorados de España. Muchos de ellos chapurrean español y conocimos unos cuantos que hablaban casi como nativos, así que siempre que se enteraban de que alguno éramos de allí nos pedían practicar con nosotros, o que les hablásemos de nuestra cultura y les hiciésemos alguna paella o tortilla de patata.

El frío era una de nuestras mayores preocupaciones, pero como sólo estuvimos el primer cuatrimestre, lo más que llegamos a vivir fueron -10 ºC. Con un buen abrigo y unas botas para la nieve se podía hacer vida normal. Donde sí que pasamos frío fue en un viaje a Gotemburgo. Fuimos con unos amigos a vivir la auténtica experiencia sueca según nos dijeron. Al parecer aquí es típico vivir un contraste de temperaturas con lo que llaman un bautismo de hielo, así que nos llevaron a una sauna que estaba pegada al mar, que tenía una capa finísima de hielo (estábamos a -2 ºC), y tuvimos que bañarnos en el mar y después meternos en la sauna. Al meter el cuerpo en el agua congelada, dejamos de sentirlo, casi no nos respondía, así que nadie aguantó más de 15 segundos ahí dentro y nos fuimos corriendo a la sauna. Hubo algunos valientes que repitieron unas cuantas veces más después de haber entrado en calor, y una semana después estaban todos perfectamente menos yo, que cogí un catarro tremendo y estuve afónica dos semanas
(mala suerte me imagino).

Al final el frío se llevaba bien. Lo que más nos chocó fue la oscuridad. A las 2 y media del mediodía, mientras estábamos acabando de comer (no conseguimos hacernos al horario sueco y comer a las 12:30), veíamos cómo se ponía el sol en invierno. Pasar tantas horas sin luz es algo que nos descolocó, pero al final nos adaptamos llenándonos la tarde de cosas que hacer. Los suecos combaten esta falta de luz haciendo mucho deporte (y comiendo gominolas, que les encantan), así que me apunté al gimnasio de la universidad con algunos amigos, donde tenían una oferta de actividades enorme, de la que nosotros nos quedamos sobre todo con entrenamientos y partidos de voley y a badminton.

Y respecto a los estudios la verdad es que no puedo estar más contenta. Aquí el cuatrimestre lo dividen en dos periodos, y he podido aprender muchísimo sobre optimización estructural y diseño de aviones, en un ambiente exigente pero mucho menos estresante que en España. Tienen muy calculado las horas que debes dedicarle a cada asignatura para que todos los días tengas tiempo para ti y puedas montarte algún viaje de vez en cuando.

Uno de los viajes que no voy a olvidar es el de Polonia. Óscar y yo nos fuimos a descubrir Varsovia y Cracovia durante 6 días en los que probamos la gastronomía local (que estaba buenísima) y nos empapamos de su historia, pudiendo ver de primera mano cómo vivieron y las consecuencias sociales de la Segunda Guerra Mundial y saliendo sobrecogidos del museo de Schindler y de Auschwitz.

Hace un mes cerré esta etapa de mi vida, marcada por un aprendizaje en todos los aspectos, y en la que me he conocido más a mí misma. Vivir en el extranjero y adaptarse a una cultura completamente distinta a la tuya (donde no había vida en las calles, todos se juntaban dentro de casas y a veces parecía una ciudad fantasma), presentan retos que te ayudan a crecer y valorar todas las facilidades que tenemos en casa.

Ahora es cuando soy consciente de que ya he acabado esta experiencia que me va a acompañar siempre, y me quedo con todo lo bueno que me ha dado, con todas las personas que he conocido y con quien tanto he reído, compartido y vivido. Si tenéis la oportunidad de iros de Erasmus, aprovechadla, porque será una de las mejores experiencias de vuestras vidas y os dejará con ganas de repetir.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Carlos Marín

Por: ELU Admin

¡Hola a todos! Soy Carlos Marín, estudiante de 4° de Medicina y de 4° de la ELU. Este año, tras una larga preparación y una intensa “lucha”, estoy de Erasmus en Bolonia, Italia, ciudad que para muchos, es la meca de la experiencia Erasmus. Ahora que ya llevo unos meses de recorrido -y un par de mudanzas de por medio- voy a contaros qué tal es vivir, estudiar y disfrutar en un lugar que es cuna de la universidad de Occidente -y del ragù a la boloñesa, cómo no-.

Así pues, tras un estupendo verano, un montón de recuerdos de toda índole y un nivel de italiano algo oxidado, sin comerlo ni beberlo llegó septiembre, hice la maleta y me monté en un avión dispuesto a vivir unos meses transformadores, un tiempo que iba a terminar de forjar mi idea de universidad y, en cierto modo, un viaje iniciático de esos que tanto nos gustan.

Cómo no podía ser de otra forma, Bolonia no defrauda. Aunque aparentemente pueda parecer una ciudad del norte de Italia, los propios locales reconocen que esto no es así. Estamos ante un lugar histórico, pero también alocado. Bolonia es el lugar de la excelente formación académica, pero también el de la discutible burocracia; haces de ella tu casa y vives tus mejores experiencias cualquier día de la semana, pero también hay muchos que buscan otro tipo de experiencia Erasmus.

En definitiva, diría que Bolonia es la ciudad de la lucha continua entre lo que es y lo que debería ser -o eso que te dijeron-, es un lugar que pide a gritos claridad, sensatez y una clara definición de objetivos -entre ellos, pasarlo muy bien- para que, de algún modo, seas tú el que pase por la experiencia Erasmus y no al revés.

Entrando en el terreno académico, puedo decir que, por muy raro que suene, estoy muy orgulloso de ser uno más. Nadie me ha dado ningún tipo de facilidad ni me ha regalado nada, sino que mis exigencias han sido las mismas que las de mis compañeros que estudian todo el grado aquí. Gracias a ello, la satisfacción con los resultados se multiplica, como también lo ha hecho mi nivel de italiano a lo largo de este tiempo -recordemos que los exámenes son orales-. Puede que haya sido el Erasmus “raro” que iba a clase, pero esto me ha permitido enriquecerme mucho y conocer a gente maravillosa que no podía perderme.

Como es de esperar, aquí hay tiempo para todo, y lógicamente tú decides en qué invertirlo. A lo largo de estos meses, el camino hasta alcanzar cierta estabilidad no ha sido fácil -mamá, estoy bien-, pero ha merecido la pena. La independencia te muestra todas sus caras y, aunque no todas sean preciosas, son mucho mejores cuando sabes con quién vivirlas. Han sido meses de comprobar nuevamente ese con quién tanto, de viajar -la ciudad está muy bien comunicada-, de reír, de equivocarme, de disfrutar, de saber gestionar y de aprender, aprender muchísimo. Puedo decir que, tras esta primera mitad de la experiencia, el Carlos que llegó aquí hace ya 5 meses no es ni de lejos el mismo de ahora -y qué bien-.

Antes de despedirme, me gustaría animar a todo aquel indeciso a que, como yo hice hace algo más de un año, se lance a vivir esta experiencia que puede ser única, transformadora e irrepetible -todo dependerá de cómo la mires-. Podéis contar conmigo para cualquier cosa que necesitéis.

Finalmente, quiero agradecer de corazón a todos los que están haciendo estos meses tan especiales, a quienes han sabido tender la mano y crear puentes, a quienes han sido y son luz y, cómo no, a aquellos que un día me llevaron de la mano para que hoy pueda ser yo quien vaya por sí mismo.

A presto,

Carlos.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Berta Coll

Por: ELU Admin

Berta Coll, cuarto de la ELU

Una vez conoces la luz de Escocia… Crónica de un ERASMUS en Stirling

“La luz de Escocia tiene una cualidad que no he encontrado en ningún otro sitio. Es luminosa sin ser deslumbrante, y penetra a través de distancias inmensas con una intensidad directa”, escribió Nan Shepherd en La montaña viva. El año pasado leí compulsivamente a esta escritora escocesa y me obsesioné con sus descripciones de los Cairngorms, unos montes del este de Escocia. Por aquel entonces me tocó elegir el destino del ERASMUS y enseguida lo tuve claro: quería conocer esa luz luminosa pero no deslumbrante, quería adentrarme en los Cairngorms y otras montañas de la región. Unos meses después, en septiembre de 2022, llegaba a la Universidad de Stirling —una ciudad pequeña, situada justo al medio de Glasgow y Edinburgh— con pocas expectativas y muchas ganas de pasar frío.

Os quiero ahorrar los “han sido los mejores meses de mi vida”, los “he formado una gran familia, un grupo de amigos extraordinario” y “me he enamorado y he reído como nunca”. Son declaraciones verdaderas, pero que seguramente podría escribir cualquier persona que se vaya de ERASMUS (sí: tenéis que ir de ERASMUS). Intentaré ser clara, escribir un texto útil: Escocia es un destino ideal para la gente a la que le gusta por igual la montaña y la ciudad, la calma y el movimiento, el silencio y la fiesta, la aventura y la reflexión… Si tenías problemas cuando en la escuela te hacían dibujar tu casa perfecta (¿dibujo una casa en el campo o un piso en Nueva York?), Escocia puede ser una muy buena opción para tu ERASMUS. En Escocia conviven —o, más bien, se mezclan graciosamente— la famosa disciplina británica y la salvajez afilada que Felix Mendelssohn plasmó tan bien en su Sinfonía escocesa.

Antes de llegar a Stirling, decidí hacer una ruta por Inglaterra. Eso me permitió ir descubriendo poco a poco, a medida que subía, la diferencia paisajística del Reino Unido. Escocia es más verde y brillante, pero también más escarpada y misteriosa. Una vez has visto una montaña escocesa, las has visto todas (sí, muchas se parecen), pero eso no es un problema: una vez has visto una montaña escocesa, no te la quitas de la cabeza. Es incluso adictivo. He podido hacer excursiones a la isla de Skye, la isla de Arran (mucho menos conocida pero muy interesante), los Cairngorms, el Parque Nacional de Loch Lomond y los Trossachs… El campus de mi universidad está alejado de la ciudad, se encuentra en medio de un lago y una montaña increíble que se llama Dumyat. Es decir, no tuve que apuntarme al gimnasio: podía subir al Dumyat como mínimo una vez por semana, y dar vueltas al lago se convirtió en uno de nuestros pasatiempos favoritos. También pudimos visitar castillos de película —literalmente—, como el Eilean Donan, el Dunnotar Castle y, por sorpresa, el Balmoral Castle, que la familia real británica ha decidido abrir al público a raíz de la muerte de Isabel II.

Las ciudades, por otro lado, están llenas de estímulos, tanto culturales como sociales. Glasgow y Edinburgh no son especialmente bulliciosas ni estresantes, pero tienen un montón de rincones curiosos y actividades para todo el mundo. En octubre, Edinburgh acoge el Scottish International Storytelling Festival, que recomiendo a todos los interesados en el folclore y las historias alrededor de una hoguera. Si te gustan las librerías de segunda mano (y concretamente las librerías de segunda mano bellamente caóticas, en las que tienes que remover pilas de libros dispuestas al azar), Glasgow es tu sitio. Tanto en Glasgow como en Edinburgh hay muchos restaurantes para comer haggis, la comida nacional de Escocia (es carne, pero ahora ya hacen la versión vegetariana, también). También recomiendo visitar Saint Andrews (sobre todo, la universidad, que se parece a las de Oxford y Cambridge), Helensburgh y Dundee.

La vida social, al menos en Stirling, giraba sobre todo entorno a las Student Societies, que son grupos de gente que comparten una misma pasión. Hay más de cien por universidad. Yo participé en el club de excursionismo y la asociación de gaélico, pero había muchas más: desde grupos de buceo y esgrima hasta un club de fans de Taylor Swift. Pude conocer gente de ERASMUS (de Estados Unidos, España, República Checa, Canadá, Italia, etc.), pero también escoceses que estudian siempre allí.

Uno de los motivos que me llevaron a escoger Escocia fue mi interés por el sistema educativo británico. A diferencia de las universidades españolas, allí teníamos muchas menos horas de clase presenciales (yo cursaba lo equivalente a 30 créditos españoles y solamente tenía cuatro horas de clase por semana). Esto no significa trabajar menos. Significa trabajar con más autonomía, pasar muchas horas en la biblioteca leyendo, aprendiendo por tu cuenta y tirando de los hilos que más te interesen. Es un sistema mucho más flexible, que, dentro del contenido del módulo cursado, te da mucho espacio para profundizar en tus propias inquietudes. Os lo explicaré con mi caso particular. Yo estudio Periodismo y Humanidades, y allí cursé asignaturas de literatura modernista, literatura victoriana y novela americana. Cada semana tenía que leer un libro por asignatura (es decir, un total de tres), pero no hacíamos exámenes, sino que la evaluación consistía en escribir dos ensayos sobre los libros que nos interesaran más. Este sistema me permitió aprender mucho sobre algunos autores concretos y empezar a ver posibles campos de estudio que me gustaría explorar si más adelante opto por hacer un máster o un doctorado.

Tenía un vuelo comprado para volver a Barcelona el 16 de diciembre, pero en el último momento decidí cambiarlo por uno que salía el 24 de diciembre. Quise apurar al máximo el ERASMUS. No quería irme de Escocia. Supongo que la explicación es sencilla: una vez conoces la luz escocesa, luminosa pero no deslumbrante, conoces qué significa vivir tranquilamente y a la vez activamente, vivir en una aventura constante pero profunda, con tiempo para pensar. Y claro, no te quieres ir. Por suerte, me queda la canción de despedida por excelencia, que la escribió el escocés Robert Burns y se llama Auld Lang Syne: “He aquí una mano, mi fiel amigo, y danos una de tus manos, y echemos un cordial trago de cerveza por los viejos tiempos”.

ELUMNI

Elumni

Por: ELU Admin

Nuestro #ELUMNI12 Javier Cano de Dios, estudiante de Ingeniería Industrial, ha sido uno de los seis ganadores del concurso “Identificando Talento” de la Fundación Banco Sabadell y la Universidad Francisco de Vitoria. Las fases han permitido a los estudiantes aprender a enfrentarse a los procesos de selección de las grandes empresas de la mano de profesionales del sector. En este recorrido han desarrollado competencias tan relevantes como el autoconocimiento, la autoconciencia, la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, el liderazgo de servicio, la sensibilidad social y la responsabilidad.

“Al principio entré sin expectativas al ser una competición con gente brillante, pero luego me fui olvidando y empecé a disfrutarlo y a conocer a gente de otras carreras”, nos comenta Javier sobre su experiencia. “Me ha ayudado mucho para aprender cosas de mí mismo que no tenía tan claras y no sabía muy bien cómo potenciar”.

¡Enhorabuena, Javier! ¡Nos encanta compartir vuestros logros y reconocimientos!

Podéis leer la noticia competa aquí: https://www.europapress.es/epsocial/responsables/noticia-ufv-premia-ganadores-concurso-identificando-talento-cuenta-apoyo-fundacion-banco-sabadell-20221223170748.html

Vida ELU

Elus por el mundo – Clara Sánchez

Por: ELU Admin

¡Hola elus!

Soy Clara Sánchez Fernández-Pedraza, elu de 4º y estudiante de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Desde que era pequeña la idea de irme de Erasmus rondaba por mi cabeza y, debido a las características de mi carrera, consideré oportuno realizarlo en mi último año ya que podía estudiar las optativas más internacionales y universales de mi plan de estudios. Así, entre todos los destinos que me ofrecían, escogí Budapest, una ciudad maravillosa en la que estoy viviendo una experiencia increíble. Con muchísima ilusión, ganas y nervios llegué a mi Universidad (National University of the Public Service), y para mi sorpresa – y suerte – ¡descubrí que era la única española en toda la universidad! Así, el inglés estaba asegurado desde el minuto uno.

En cuanto a las clases, pude escoger asignaturas que me ofrecían una formación más práctica y dinámica, en las que se interactuaba mucho durante las sesiones y parte de la evaluación consistía en presentaciones de 30 minutos exponiendo el tema que hubieras investigado. Además, se fomentaban mucho las conferencias sobre temas geopolíticos de la actualidad que me han permitido conocer más el panorama internacional. Y, aparte de lo académico, el deporte era uno de los pilares de la universidad, fomentado a través de los diferentes equipos de fútbol, baloncesto, hípica, equitación… Como con las instalaciones que ponían a nuestra disposición a un precio muy económico. Sin duda, lo mejor de la universidad ha sido el grupo de internacionales que hemos hecho, compartiendo muchísimo tiempo juntos tanto en la universidad como fuera de ella. De esta manera con las clases, actividades y amigos de la universidad he vivido en un ambiente internacional al completo.

Así, cuando llegaba a mi piso en el centro de Budapest, que compartía con tres españolas y una andorrana, me sentía como en casa. Cinco chicas, completas desconocidas al principio, y que a lo largo de los cuatro meses viviendo, compartiendo y creciendo juntas, la amistad ha venido sola. Cada una con nuestra personalidad y dando lo mejor de nosotras para generar un buen ambiente de confianza y generosidad. ¡Hasta hacíamos compra conjunta y compartíamos la comida! Lo más parecido a una familia que te puedes encontrar de Erasmus. Y, además, ha sido con ellas con quien he viajado durante estos meses.

Porque aparte de lo que os contamos hace un tiempo Blanca, Jorge y yo en la Newsletter sobre el transporte, la gastronomía y la gente de Budapest, otra de las maravillas de esta ciudad es su ubicación en Europa. Viena, Bratislava, Cracovia, Serbia y Praga son ciudades que he tenido la suerte de conocer en estos meses y que me han hecho empaparme de su historia y, principalmente, de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, con los estragos que causaron el nacismo y comunismo en ellas, como nunca antes lo había hecho. Es impactante ver cómo en todas ellas hay un free tour sobre “El barrio judío y la Segunda Guerra mundial” en los que te cuenta cómo se vivió aquello en estos países y cuánto ha marcado a la sociedad y a su gente.

Escribiendo estas líneas todavía me queda un mes más para terminar esta gran experiencia. No obstante, a día de hoy soy consciente de cuánto he aprendido, vivido y conocido durante estos meses. Vivir fuera de casa, en el extranjero, con otro idioma y cultura completamente diferentes a la tuya, te presenta situaciones que, más o menos agradables, tienes que hacer frente y, sin duda, te ayudan a crecer, ser consciente y valorar cuánto cuestan las cosas, la actitud con la que lo quieres vivir, saber lo que merece la pena y dedicarle el tiempo que necesita.

Y, sobre todo, me reafirma aún más un lema que es de esta casa, y es que “La felicidad sólo es real cuando es compartida” y en mi caso no habría sido así de no haber tenido a las personas con quienes lo he vivido y con quienes he compartido mi experiencia al volver a España.

Os animo a todos los que podáis, de decir que sí a la oportunidad de hacer un Erasmus y vivir así una de las mejores experiencias de vuestras vidas. ¡Nos vemos pronto!

Un abrazo,

Clara

Vida ELU

Elus por el Mundo – Santi Bercedo

Por: ELU Admin

¡Hola a todos!

Soy Santiago Bercedo alumno de 4º de la Escuela de Liderazgo Universitario y estudio un doble grado de Ingeniería Industrial y Administración y Dirección de Empresas, en I.C.A.I.

El año pasado se me presentó la oportunidad de aplicar para cursar el último año de ingeniería en un país extranjero y desde septiembre estoy viviendo en Estados Unidos, concretamente en Minnesota, el estado de los 10.000 lagos.

La vida en un campus americano.
Estoy estudiando en la University of Minnesota, cuyo campus cuenta con aproximadamente 51.000 estudiantes y se encuentra repartido por dos ciudades, las Twin Cities o, mejor dicho, las ciudades gemelas: Minneapolis y Saint Paul, divididas por el río Misisipi. El hecho de que la Universidad sea tan grande permite albergar grandes laboratorios y recursos enfocados en la investigación y de los cuales he podido hacer uso en alguna asignatura.

En cuanto a la gente, sobre todo las primeras semanas, Vicente (otro compañero de I.C.A.I.) y yo, nos rodeamos del resto de alumnos internacionales por tener la misma sed de conocer y descubrir todo lo nuevo que se nos presentaba por delante. Hemos conocido a gente de todos los rincones del mundo: de China, Australia, Alemania, Suecia, Inglaterra, Colombia, Francia o Noruega, además de otros muchos españoles.

Después, durante los primeros días recorriendo las calles de Minneapolis, nos quedábamos sorprendidos de que todo el mundo nos sonriera al cruzarnos con ellos. Y es que aquí, en Minnesota, hay una expresión conocida como Minnesota Nice, entendida como que la gente tiende a ser inusualmente cortés con los desconocidos.

Así que no tardamos mucho tiempo en hacernos nuevos amigos americanos y descubrir la verdadera cultura desde el “interior”. España gusta, y gusta mucho. Cada vez que digo que soy de España la gente se queda impresionada y empezamos a hablar de Madrid o Barcelona y, como no podría ser de otra manera, del fútbol español. El caso es que no tardamos en empezar a ir a los partidos de fútbol americano o hockey sobre hielo de la universidad. ¡Menudo ambiente! Los estudiantes de Minnesota nos llamamos los Gophers y a los equipos deportivos Minnesota Golden Gophers. El estadio de fútbol americano tiene una capacidad de 51.000 personas y todos los allí presentes (antiguos alumnos, padres y actuales estudiantes) animan al grito de Go Gophers!

La universidad también cuenta con su frat row, con sus fraternidades y hermandades, pero eso ya es otra historia. Lo que especialmente me gusta de esta universidad es que puedes intercalar vida de campus con vida de ciudad, teniendo Minneapolis y Saint Paul a tan solo unos minutos en trasporte público.

El frío no nos para.
El frío era una de mis grandes preocupaciones antes de venir a este estado. La universidad cuenta con pasadizos subterráneos, el gopher way, para conectar los diferentes edificios y no tener que salir a la calle. Además, en Minneapolis existe el skyway system que se podría definir como pasarelas climatizadas entre los grandes rascacielos para recorrer el centro urbano sin tener que salir a la calle.

Yo ya he llegado a experimentar lo que supone una sensación térmica de -20ºC. Pero pensé que iba a ser mucho peor; buen abrigo, buenas botas y para delante. También os diré que me han dicho que lo peor todavía está por llegar, será en el mes de enero donde, según los locales, “no podrás a salir a la calle con el pelo mojado porque por las bajas temperaturas se te congelará y te lo podrás cortar con la mano.”

El intercambio da para mucho.
Durante mi estancia aquí he tenido la suerte de recorrer algunas de las grandes ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Chicago o Los Ángeles. Y no os voy a engañar, impresiona ver como cada estado es totalmente diferente.

Es la primera vez que “cruzo el charco” y me esta encantando poder conocer la cultura americana de primera mano. Este intercambio está siendo una experiencia única. Nueva gente, nuevos sitios, nuevo estudio y sobre todo muchísimo disfrute. Ahora tocan exámenes finales, así que muchísimo animo a todos.

Aprovecho para desearos una feliz Navidad y muy felices fiestas.

¡Un saludo fuerte!

Santi.

Vida ELU

Siete elus participan en el Programa Sputnik

Por: ELU Admin

Ana Santamaría, 3º ELU 

Sputnik es un programa compuesto por tres seminarios (Bootcamp, Tech camp y Start-up camp) que persigue el objetivo de formar a 5000 jóvenes andaluces en 10 años y despertar en ellos las ganas de hacer algo grande. Juan Martínez Barea, el director del proyecto, mientras realizaba un MBA (Máster of Bussiness Administration) en el MIT se dio cuenta de que era el único español del sur. Se preguntó: “¿dónde está el talento del Sur?”. De ahí surgió la idea de Sputnik. 

Este año ha tenido lugar la tercera edición del programa, a la cual hemos asistido varios elus: Rodrigo Pérez y Estela Chocano (Madrid), Marisa Rico (Valencia), Ramón Torres, Pepe Yáñez, Carlos Ferreiro y Ana Santamaría (Sevilla); además de otros amigos. 

En el Bootcamp, que tuvo lugar en septiembre, tuvimos la oportunidad de escuchar a varios ponentes que nos transmitieron valores como la curiosidad por explorar el mundo, de la mano del aventurero Nacho Dean, la valentía como hábito que requiere entrenamiento, gracias al filósofo David Cerdá, o el espíritu de superación que se palpaba en la vida de la atleta paralímpica Sara Andrés. 

En el Tech Camp de noviembre, nos presentaron las tecnologías que están en punta de lanza en el mundo actual. Hablamos de inteligencia artificial, realidad virtual, metaverso, biotecnología, blockchain y movilidad autónoma, entre otras. Era, más que un intento de profundizar en la parte técnica, un escaparate al que nos asomamos para ver con una nueva perspectiva cómo va a ser “el mundo que viene” (así se llama la fundación que da vida al programa Sputnik). Nos hablaron de una gran revolución tecnológica que va a tener lugar tarde o temprano y nos invitaron a ser nosotros quienes la lideremos.

Por último, en diciembre hemos asistido al Start-up Camp, en el que hemos podido entender mejor qué es una start-up y cuál es su potencial. Identificar un problema social, sobre todo si es algo que nos toca de cerca, planificar, buscar financiación, escalar, aprender a virar el proyecto o venderlo si es lo que la situación requiere. Estas son, de modo general, las etapas en el proceso de las start-ups en las que fuimos profundizando, acompañándolo de un intento de responder a la pregunta de ¿por qué emprender? y ¿por qué vale la pena lanzarse a montar una start-up?

Un cañonazo de optimismo. Eso pretende ser Sputnik. Creo que a todos nos ha calado de una manera u otra el mensaje que hemos recibido, que cada uno de nosotros ha acogido en la medida en que hemos sentido que algún ponente o alguna idea en especial nos removía por dentro. Si algo añadimos a nuestra mochila de aprendizajes después de esta experiencia es que, desde luego, no tenemos motivos para no aspirar a algo grande. 

Vida ELU

mARTEs – Dos viejos comiendo sopa

Por: ELU Admin

Hubiera estado bien que Goya hubiera pintado 13, y no 14 de las llamadas pinturas negras. Para aquellos que no se hayan dado cuenta, por si el cuadro no dejaba mal cuerpo suficiente, hoy es martes 13.

Los estudios radiográficos de las pinturas han permitido conocer que debajo de éstas había otras, de distintos motivos y estilo, parcialmente reutilizadas por Goya y parcialmente tapadas. Sabemos que estuvo gravemente enfermo en los últimos meses de 1819 -por lo que podía haber empezado a pintar en los meses anteriores, parar con ­motivo de la enfermedad y, en buena medida bajo la influencia de ésta, cambiar el tono de las pinturas que reemprende en 1820. Esa es una de las teorías acerca de esta obra, hay más, pero también queremos dejar abierta la puerta para tu curiosidad. Lo que sí que se sabe es que las pintó sobre la pared de su casa, porque ¿a quién no le apetece pintarse unos cuadros como los de esta serie para que le acompañen en un lluvioso martes 13?

Hoy es martes de arte, pero también hoy miles de personas sentirán que su martes ha sido maldito por la coincidencia de número y lugar en la semana. Al final el arte tiene algo de misticismo y, si alguien dudaba, estoy convencida de que con este cuadro de Dos viejos comiendo sopa más de uno se ha quedado impresionado (a mí personalmente me ha dado un poco de mal rollo). Con un post en una pantalla presumiblemente reducida de móvil, seguramente con resto de huellas por todas partes, hemos conseguido que hayas parado dos segundos tu vida para leer este post. Si eso no tiene algo de mágico, me rindo. También espero que al terminar de leerlo te hayas dado cuenta de que tu suerte ya ha cambiado un poco, pues te has acercado un poco más a la sorpresa del arte. ¡Feliz martes! Y que la buena suerte te acompañe (o algo así era).

Vida ELU

Segunda visita de mARTEs al teatro

Por: ELU Admin

El sábado 3 de diciembre un numeroso grupo de más de 20 ELUs (¡incluyendo profesor y varios elumni!) nos reunimos para ir al teatro de la Abadía a ver “Ana contra la muerte”, un drama que venía desde Uruguay.

El argumento de la obra se puede resumir en qué está dispuesta a hacer una madre por su hijo, y la respuesta obvia es todo. Pero en el caso de Ana, la protagonista, no es un todo metafórico ni una forma de hablar. Por salvar a su hijo está dispuesta a hacer absolutamente cualquier cosa. Si bien el montaje de la obra era austero, con la magnífica actuación de las 3 actrices no necesitaba más. Planteaba dudas acerca de la familia, la dignidad de la vida, las desigualdades de clase, la justicia, el perdón, la medicina… en definitiva, dio pie a suficientes temas de reflexión que luego profundizamos en el Bar de Luis tomando unas cervezas y unas tortillas de 10.

Aunque durante la obra se derramó más de una lágrima, fue muy reconfortante el tercer tiempo con gente que hacía mucho que no veíamos y conversaciones que llenan de vida. Os esperamos a todos en la próxima (¡y si alguien quiere proponer alguna obra que os apetezca ir juntos, desde mARTEs estamos encantados!).

Vida ELU

Elus por el Mundo – Pablo Espinosa

Por: ELU Admin

Querida comunidad ELU:

Os escribe Pablo Espinosa, alumno de cuarto curso de la Escuela. Aunque soy estudiante de tercero de Ingeniería Industrial en la Universidad Carlos III, este año tengo la suerte de poder disfrutar del programa Erasmus en Suiza. Aunque os podría concretar mi experiencia en la ciudad donde está mi universidad, Brugg-Windisch, al ser pequeña y estar un poco en tierra de nadie os contaré mi experiencia de intercambio en toda Suiza en general, ya que tengo la suerte de estar en país relativamente pequeño en el que todo me queda a un paseo en tren como mucho.

Empecemos por el principio. Aunque no fuera una de mis primeras opciones al echar mi solicitud, sabía que era una posibilidad probable por no ser muy querida como destino de Erasmus. Una vez me asignaron plaza y me decidí solo había una idea que allá donde le comentase se repetía: “te vas a un sitio caro y aburrido”. Pues bien, aunque pueda estar de acuerdo hasta cierto punto con lo primero, no puedo estar más en desacuerdo con lo segundo. Os cuento esto principalmente porque desde el primer momento que tomamos tierra un amigo de clase y yo, nos dedicamos a recopilar lo que llamamos “Las grandes mentiras de Suiza”, y como las más de treinta entradas que hemos ideado resumen bien lo que hemos vivido, usaré alguna para este trocito de Elus por el Mundo.

Mentira no.1: En Suiza hace frío
Vale, sí, sé lo que podréis estar pensando: la Confederación no tiene el clima de Córdoba un día cualquiera de primavera, pero tampoco tiene ese frío siberiano que tantos me advertían. Os estoy escribiendo ya entrado diciembre y el abrigo no ha sido realmente necesario hasta hace una semana o dos. Además de esto, quitando la temporada invernal (que lejos de ser árida, tiene su propio encanto por las grandes decoraciones de Navidad y el paisaje nevado allá donde mires) Suiza tiene un clima suave y agradable el resto del año que te permite hacer una infinidad de planes al aire libre.

Mentira no.4: Suiza es caro
Decididamente no me he ido de intercambio a un país donde la vida sea asequible para cualquiera, pero con la mentalidad apropiada de estudiante de Erasmus, uno se puede organizar para no gastar mucho. Sabiendo a qué supermercados ir, como Lidl o Aldi, dónde comprar cosas básicas a buen precio, los sitios en los que tomarse algo no suponga un agujero en la cartera, y el cómo moverse en transporte con abonos más que rentables, la vida se vuelve mucho más asumible y parecida a lo que uno se encuentra en otros destinos Erasmus popular como Francia o Italia. Además, un extra a tener en cuenta es que el estado suizo (no la UE) te proporciona una ayuda mucho más generosa, además de otros descuentos y facilidades para salir adelante.

Mentira no.12: En Suiza se trabaja mucho
Aquí tengo que romper una baza en favor de nuestra tierra, y es que a pesar de la fama que tenemos de perezosos y vagos, y la buena fama que tienen los países germanófonos en cuanto a diligencia y trabajo, en este país la gente se toma la vida con mucha filosofía. La administración pública aunque eficaz, no siempre es rápida. Ésta tiene unos horarios muy escuetos donde encontrar ayuda fuera de ellos o por un canal distinto a ‘en persona’ es cercano a imposible.

Mentira no.16: En Suiza con el inglés te basta
Aunque esto es verdad si solo te mueves por las grandes ciudades como Zúrich, Ginebra o Basilea, la realidad es que fuera de ellas no es tan común que la gente hable bien inglés. Al ser un país con cuatro lenguas oficiales (alemán, francés, italiano y romanche), tienes más posibilidades de encontrar alguna que sepas con la que puedas apañártelas. Aun así, en función del cantón (región) en el que te encuentres uno u otro será la oficial y la mayormente hablada, así que conviene saberse un buen puñado de básicos de cada uno para poder pedir un café o ir a comprar a un supermercado.

Más allá de lo que os he comentado, que es un poco crítica doble al prejuicio a veces excesivamente generoso y otras injustamente peyorativo que tenemos los españoles hacia Suiza, mi experiencia aquí está siendo sobresaliente. La gente es muy amable y atenta, donde te sorprende una mezcolanza entre la practicidad y rectitud germana y la cercanía y extroversión propia de italos y galos. Este crisol cultural europeo es apreciable en cualquiera de sus ciudades, pero os recomiendo verla con vuestros propios ojos visitando las distintas regiones que lo conforman, donde seguro que disfrutaréis mucho y acabará por encantaros tanto como a mí. En definitiva, para que veáis hasta qué punto es tal mi satisfacción con este intercambio, que al principio solo me iba a quedar un cuatrimestre, pero tras verme tan a gusto, decidí solicitar una prórroga que me concedieron sin problema alguno.

Este es un país muy bueno para un estudiante equilibrado, que quiera disfrutar de una infinidad de planes distintos (desde fiesta y ocio nocturno hasta senderismo, esquí y otras actividades al aire libre) y viajes variados (moverse por Europa es realmente barato y rápido desde aquí), pero que también quiera recibir un buen complemento a su educación y formación. Esta última aquí destaca por su sencillez y lo asequible que es, pero sobre todo por el gran énfasis en lo práctico que le ponen desde el principio. Ya sea desde la propia universidad o en conjunción con ella, avanzar y dar los primeros pasos en la vida profesional es tremendamente sencillo, donde verte colaborando con
empresas prestigiosas de distintos sectores es la norma.. Por lo tanto es un gran destino, completo en muchos aspectos y que sin duda dejará una buena señal en ti, como experiencia de vida, y en tu expediente como experiencia universitaria que es.

A pesar de que lo recomiendo a cualquiera que lo esté considerando (e incluso si no está en su radar) sobre todo creo que es ideal para personas que estudien carreras más prácticas, en el ámbito de la ingeniería y empresa, por lo previamente mencionado. Con estas palabras me despido, espero que os haya gustado y esta entrada haya servido para que podáis ver con otros ojos a este gran y bello país.

Vida ELU

Los elus van al teatro

Por: ELU Admin

Ignacio Cascón, elu de 3º

El pasado sábado 5 de noviembre un grupo de 10 elus nos juntamos por iniciativa de mARTEs de arte para ir al teatro

La obra que vimos fue: La cabeza del dragón, escrita por Valle-Inclán a principios del siglo XX. Se trata de una farsa, un cuento (en principio infantil, pero la verdad es que de infantil no tenía mucho) del que se podían hacer multitud de lecturas y estaba magníficamente traído a la actualidad por la directora Lucía Miranda. Una obra muy divertida que nos sorprendió y no dejó indiferente a nadie.

Jimena Rodríguez, de 3° lo relata así: “Creo que no hay nada mejor que disfrutar una de obra de teatro en compañía, y si esa compañía son elus ya ni os cuento. Gracias a lo que compartimos tras la obra (una buena cena en el Vips) fuimos capaces de darnos cuenta de cosas que nos habían pasado desapercibidas . Así, pudimos sacar más juguillo a lo que acabábamos de ver y elevar a la máxima potencia la experiencia del teatro.”

El despliegue visual y la puesta en escena eran impresionantes, todo un espectáculo de marionetas traído al María Guerrero, invadiendo asientos y palcos indistintamente. Un espectáculo con música en directo, bailes aflamencados, voces fuera de lo común…

Sin olvidar el texto, lleno de guiños y críticas mordaces e irónicas a la tradición, al conformismo, al egoísmo…
Nos hizo replantearnos principios, sacó temas de conversación para la cena, recomendamos lecturas, poemas, conferencias… y sobre todo sirvió para ponernos al día! (Elumnis y profesor incluido).

¡Sin duda, lo pasamos genial y esperamos repetir pronto! ¡Os esperamos a todos!

Vida ELU

Una gota de agua más – Jaime López

Por: ELU Admin

Hace ya un año tuve la gran suerte de entrar a formar parte de una de las asociaciones de mi universidad; Perunidad se llama y desde el primer momento que supe de la existencia de esta, me llamó la atención. Su labor consistía en encargarse de la organización y realización de varios proyectos, en colaboración con distintas ONGs, que buscan ayudar al desarrollo de la educación y la sostenibilidad en regiones desfavorecidas de Perú, comenzando con la recolección de fondos, durante todo el año, a través de organización de eventos, competición por subvenciones y premios solidarios, etc. Hasta la realización en sí del proyecto, con nuestras propias manos, en el lugar escogido.

El enfoque particular de este proyecto me atrajo debido al hecho de que este no se nos daba ya organizado, había que montarlo entero. Además, estaba un poco más relacionado con aquello que estudio, ingeniería, al estar centrado en la construcción de infraestructura.

Es así, que a mi y a otros tres de mis compañeros nos tocó colaborar con una pequeña ONG, llamada Earth Perú, creada por el carismático Luis Fernando Abanto. Un hombre que tras haber dedicado bastantes años de su vida a colaborar con diferentes organizaciones, decidió fundar su propia ONG para ayudar, en concreto, a los diferentes colegios de las zonas más desfavorecidas de la ciudad de Trujillo, ciudad a la que llega mucha de la inmigración descontrolada de la sierra, la cuál se establece en los barrios periféricos como puede, careciendo de medios e infraestructuras.

De este modo, comenzó la búsqueda y planificación del proyecto, con reuniones de trabajo y llamadas con nuestro apreciado Luis, que sin embargo no estuvieron desprovistas de sustos e imprevistos, como el de tener que reorganizar la mayor parte del mismo a dos meses de partir, puesto que una de las escuelas con las que nos habíamos decidido a colaborar dejó de comunicarse con nosotros; inesperado cambio de opinión.

Finalmente, llegó la fecha de partir a Perú. Durante el próximo mes y medio nuestro objetivo sería el de construir una clase en el colegio “Marcial Rebaza”, en la Campiña de Moche, pueblo agrícola y humilde a las afueras de la ciudad. De esta forma, el excedente de niños del pueblo que la escuela no podía asimilar y que debían buscar otros sitios donde estudiar, podrían continuar su educación en el colegio del pueblo.

Así, una vez allí, tras conocer el lugar, las profesoras y a los niños, comenzamos las obras, fundamentalmente, gracias a la ayuda de nuestro maestro albañil, Juan, el que con mucha paciencia nos enseñó los secretos de esta profesión, por la cuál siento actualmente una gran admiración. Seríamos estudiantes de ingeniería, pero no teníamos ni idea de como poner un ladrillo al lado de otro.

Las semanas fueron pasando, y como en todos los proyectos de este mundo, las dificultades y retos inesperados fueron apareciendo, haciendo difícil el mantener la moral y la esperanza arriba; al fin y al cabo, la logística y los medios que allí teníamos eran limitados, sin embargo, poco a poco fuimos superándolos, y tras remover bolsas y bolsas de cemento, colocar una infinitud de ladrillos y dejarse los brazos enluciendo paredes, logramos que la clase se convirtiera en un espacio funcional. Mención especial a lo importante que durante todo el proyecto fue la ayuda y colaboración con la comunidad local, incluyendo a las profesoras y a madres y padres, que cuando necesitamos una mano, nos pusieron todas a una.

Sin embargo, aquí no terminó la historia, puesto que siendo Earth Peru una ONG que busca favorecer el desarrollo sostenible de estas escuelas, aún quedaba acabar con la guinda del pastel. En Perú, hasta el 2022, los padres de los niños debían pagar la electricidad de las escuelas, y es por ello, que hasta ese año, nuestra asociación había estado financiando la instalación de paneles solares en las escuelas donde colaborábamos, puesto que ayudaban a que estas fueran más verdes y permitían a la comunidad realizar un gran ahorro económico. No obstante, habiendo cambiado la situación, la escuela no estaba interesada en la instalación de los paneles, siendo estos más una carga que una ayuda.

Así pues, debimos cambiar de nuevo el desarrollo del proyecto y ponernos en búsqueda de un nuevo lugar donde estos pudieran tener un mayor impacto, siendo de utilidad. Encontramos así, un orfanato situado en la zona industrial de Salaverry, el cual, a pesar de trabajar para el Estado, no recibía ninguna ayuda, al estar dirigido por una congregación religiosa. Allí nos recibieron con los brazos abiertos, y pudimos instalarlos, con la seguridad de que aportarían una gran ayuda y serían bien cuidados.

Durante las seis semanas que allí estuve, pude aprender muchas cosas, además de ser testigo de las condiciones de vida tan diferentes que tienen tantas otras personas en la otra punta del mundo, las cuales tienen que vivir su día a día, con muchos menos recursos y muchas más barreras, y aunque sintiéndome en cierto modo egoísta por haberme tenido que desplazar allí para ser más consciente de cómo es la cruda realidad, creo sinceramente que mereció la pena, porque aquello que construimos podrá permitir, a partir de ahora, que unos cuantos niños, en las afueras de la ciudad de Trujillo, tengan un futuro un poco mejor. Y eso ya lo vale todo.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Alberto Pradas

Por: ELU Admin

¡Hola a todos! Soy Alberto Pradas, alumno de 4º curso de la ELU y de 5º en Derecho y Relaciones Internacionales en la UFV. Durante estos meses estoy viviendo una experiencia increíble en mi último año académico, tanto de universidad como de la ELU, disfrutando un Erasmus en Roma, Italia.

Mucho se ha escrito sobre la Ciudad Eterna, y no voy a ser el primero que lo haga en esta newsletter, pero como un gran historiador alemán del siglo XIX dijo, “en Roma se encuentra lo que uno lleva consigo”. Y eso hace que cada una de las personas que pasen por ella se sientan interpeladas de una manera única y especial. ¿Qué significa Roma para mí? Roma es hermosa y descuidada, ilustrada y disoluta, de los césares y de los papas, milenaria y cosmopolita. Como decía antes, cada uno de nosotros llevamos una Roma singular en nuestro corazón.

Pero vivir una experiencia plenamente internacional no siempre puede ser fácil en esta ciudad. A cada pocos pasos que des en la calle escucharás a alguien hablando español, y si algo tenemos en común italianos y españoles es que, allá a donde vamos, tendemos a ser conformistas y cerrarnos en nuestro grupo hispanohablante. Esto se hace particularmente evidente en lo que al ocio nocturno se refiere: se sale a las fiestas de los españoles donde suena reggaeton o a las internacionales con música comercial. Cuál de las dos es mejor ni se discute.

Un día bromeaba con un amigo diciendo que una “iglesia de barrio” de las docenas que tiene Roma sería considerada catedral en cualquier otra ciudad. En estos meses he aprendido a disfrutar las tardes de visitar Caravaggios, los atardeceres en el Giardino degli Aranci, deambular por los Museos Capitolinos, fantasear con la historia que se vivió en los foros imperiales, a perderme entre las calles estrechas y desembocar en un monumento impresionante.

Viajar dentro de Italia en tren o autobús tiene un coste muy económico, lo que sumado al precio reducido en museos públicos que disfrutan los menores de 25 años, anima a que los estudiantes de Erasmus puedan moverse y conocer la inmensa riqueza cultural del país. Por ello, es común que los estudiantes que se encuentran en Italia prioricen desplazarse dentro de ésta en lugar de viajar a otros países europeos, porque Italia es mucho más que Roma o Milán: es también el sueño renacentista de Florencia, el patrimonio cultural árabo-bizantino de Palermo, las ruinas silenciosas de Pompeya, el viaje al medievo en Siena, los pueblos blancos de pescadores en la región de Apulia.

El Erasmus me ha permitido revivir lo que en los siglos XVIII y XIX se conocía como el Grand Tour. El “viaje continental” atraía a jóvenes aristócratas e intelectuales europeos a recorrer Europa y llegar hasta Italia, movidos por conocer la cultura grecorromana y las obras de arte renacentistas y barrocas. Para los “grandtouristas” que emprendieron este viaje se consideraba una especie de iniciación fundamental para acceder a la vida adulta y descubrir los orígenes de la civilización europea. ¿No os recuerda un poco a Becas Europa?

Ahora que escribo habiendo superado el ecuador del Erasmus me siento profundamente agradecido porque Roma sea mi hogar durante estos meses. Roma ha reanimado en mí el sentido del asombro, y lo ha hecho de la mano de unos amigos junto a los que he podido descubrir y compartir la alegría de esta aventura. Más allá de haber despertado la sensibilidad para sorprenderse y preguntarse, este viaje compartido me ha permitido descubrir lo valioso y bello que late en cada uno de nosotros, pero que muchas veces no somos pacientes ni estamos interesados en descubrirlo. Me gusta llamar a estas experiencias “recordatorios”, porque creo que existen en todas las personas, pero que hasta que alguien o algo no los desadormece, permanecen pasivos e indiferentes en nuestro interior. Y conviene que nos recuerden las cosas a diario.

Hay una sensación extraña que me acompaña desde el primer día que llegué a la ciudad. Me siento turista a la vez que nativo de Roma. Camino embelesado entre sus maravillas, como si fuera la primera vez que las contemplo, a la par que con orgullo las aprecio como propias, como si me sintiera en casa. Quizá de esta sensación nazca el adagio que reza que todos los caminos llevan a Roma.

Vida ELU

mARTEs – Desayuno

Por: ELU Admin

¿Qué tal estáis? En la publicación de hoy, al menos dos pares de ojos (que podamos apreciar en la escena) nos reciben como si acabáramos de irrumpir en la estancia. Estos ojos tan atentos pertenecen a los hijos de la pintora, Zinaida Serebriakova. Esta artista rusa (que nació en la actual Ucrania) de principios del siglo XX tuvo la maldición de no encontrarse nunca en el lugar correcto: durante sus primeros años, sus influencias postimpresionistas eran recibidas como demasiado poco convencionales por el público ruso; sin embargo, tras la revolución de 1917, el arte soviético, que seguía las vanguardias abstractas del constructivismo, la descartó como demasiado conservadora.

Mónica Solís es estudiante de cuarto curso de Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona y nos comparte esta obra, en gran medida, por la sensación de sosiego que supone en la convulsa vida de su autora:

«La verdad es que llevaba mucho tiempo queriendo colaborar con vuestra cuenta, pero no sabía qué obra elegir. Os voy a ser sincera: al final no decidí yo, sino que la casualidad lo hizo por mí. Me encontré con un hilo de Twitter sobre esta artista tan desconocida y supe que era la indicada.

Aunque, cuando vi esta obra, lo primero que se le ocurrió a mi cabecita caprichosa es que parecía de todo menos un desayuno: ¡¿a quién le apetece una sopa por la mañana?! No podía sentirme menos identificada con estos tres pequeños, separada de ellos por más de cien años y por una cultura lejana y ajena.

Pero entonces vi el plato con las palmeras de chocolate: mi dulce favorito. Y, en esa milésima de segundo, volvieron a mí, como en un comprimido intenso, todos los recuerdos de cientos de desayunos de mi infancia. Todas las sonrisas que me producía ese manjar chocolateado y, sobre todo, el estar rodeada de mis hermanos. Ahora vivo con dos compañeras de piso a las que quiero mucho… pero nuestros horarios nos impiden desayunar juntas, algo que me encantaría hacer.

El marido de Zinaida moriría cuatro años más tarde de la fecha de la que data la obra, y la vida de la artista se dificultaría mucho. Pienso que ella, también, querría volver a ese preciso y precioso instante en el que todo era tan simple como compartir una palmerita con sus hijos. Y en eso, de alguna forma, más allá de los siglos y los idiomas, estamos juntas».

ELUMNI

Elumni – ¿A qué se dedican?

Por: ELU Admin

¿Alguna vez te has preguntado a qué se dedican los #ELUMNIUFV? Resulta muy interesante saber en qué profesiones han desarrollados todos sus talentos y virtudes.

Vida ELU

Una gota de agua más – Alonso Císcar

Por: ELU Admin

¡Buenas tod@s! Soy Alonso Císcar, estudiante de 3º de la ELU, y quiero aprovechar esta edición de Una Gota de Agua Más para contar mi experiencia de voluntariado, en el European Youth Parliament. Esta es una historia de como hasta en los lugares más inconvencionales, podemos encontrar un foco de crecimiento.

Muchos podemos coincidir que nos encontramos en un proceso de aprendizaje constante, y en el camino, buscamos oportunidades para crecer, para contribuir y compartir una parte de nosotros con el mundo. Poco a poco, vamos dando forma a nuestra huella, y lo maravilloso es que tenemos mucho control en el impacto que queremos que tenga.

Si bien mi vocación siempre se ha encontrado en la ciencia, tuve la gran suerte de encontrarme en mi camino con el European Youth Parliament (EYP), una organización presente en 40 países del continente europeo que busca empoderar y dar voz a la juventud, creando espacios seguros para debatir y compartir nuestras opiniones. Tras participar en uno de sus eventos en 2018, descubrí la importancia de alzar nuestra voz y ser escuchados y sobre todo encontré un lugar seguro para crecer y salir de mi zona de comfort.

Pero… ¿Qué se hace exactamente? Jóvenes de todo el país y a veces de toda Europa, se juntan para debatir sobre temas de calibre global, como la participación democrática juvenil, los derechos laborales o la crisis de los refugiados, cada grupo de trabajo tiene asignado un tema, y pasando por una fase de Teambuilding y otra de trabajo en grupo, se elabora una resolución que se debate en Asamblea General. Lo que me fascinó, fue el hecho de que con 16 años, pudiera expresar mis ideas y proponer soluciones que luego se presentan a instituciones.

El factor cautivador del EYP es su carácter internacional, la posibilidad de participar en todo tipo de eventos por toda Europa y de ser voluntario con diferentes roles (y gastos cubiertos), como facilitando los debates, organizando los eventos o formando parte del equipo mediático.

Encontré en este proyecto, una oportunidad para empoderar y fomentar el crecimiento de los jóvenes, sacándolos de su zona de comfort y ofreciéndoles un lugar para alzar su voz y reconocer la importancia de una juventud crítica, participativa y comprometida. Creyendo en los valores y siendo consciente de lo que me ha aportado, decidí implicarme activamente, hoy puedo decir que soy el Presidente del comité español del EYP.

Este último año, hemos podido acercar la toma de decisiones a más de 2000 jóvenes de toda España, con la participación de alrededor de 300 voluntarios de todo el continente, además gracias a ello, uno ha de enfrentarse a liderar equipos a partir de una visión, gestionar crisis e innovar en método educativos. El ambiente de pasión que se respira en cada evento, la experiencia de viajar y sobre todo, de poder equivocarme y aprender en un entorno seguro, me lleva a seguir luchando por este proyecto.

Y un aprendizaje de todo esto es que el talento está ahí, y que con las herramientas correctas se puede pulir y dar brillo, y son estas iniciativas las que desvelan todo el potencial que tenemos los jóvenes de hoy en día. Ya sea en esta iniciativa o en cualquier proyecto en el que uno se embarque, potenciar el talento y usarlo en servicio de otros debe ser nuestra meta.

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Elus por el mundo – Carmen Godoy

Por: ELU Admin

Hola, otra vez. Soy Carmen Godoy, de cuarto de la ELU y quinto de Derecho y Ciencias Políticas, y aunque me presente más o menos igual que la última vez que me pasé por ELUS por el Mundo, no puedo decir que sea la misma persona que entonces.

A unos 6255 km de distancia, os saludo desde Washington and Jefferson College, el que es mi nuevo hogar desde el pasado agosto. Ojalá tuviera la habilidad de haceros entender con solo palabras lo feliz que me siento aquí. No se parece a nada que haya vivido antes, y, sin embargo, está siendo una experiencia que me está ayudando a recordar, pararme un segundo en mitad del perfecto caos que es mi vida aquí y sentirme orgullosa del camino recorrido.

Este es mi último año de universidad, una experiencia que he vivido a vuestro lado y que ha exprimido lo peor y mejor en mí para hacerme la Carmen del hoy.

Si me hubierais preguntado hace cinco años donde me vería a día de hoy, habría dicho que aquí, porque los que me conocen saben que soy de estas personas con la vida planificada desde que tuvieron uso de razón (y acceso a calendarios de google). Sin embargo, lo que nunca me habría imaginado es lo dura, intensa y bonita que iba ser la travesía y lo plena que me siento en esta pequeña universidad al oeste de Pennsylvania.


Todos los estudiantes de W&J vivimos en diferentes residencias en un acogedor campus, a media hora de Pittsburgh, con edificios históricos y un encuadre realmente de película (de hecho ha sido protagonista en la serie de Netflix; “la Directora” por si queréis echarle un vistazo). Es un campus pequeño al tratarse de una universidad privada, pero sus más de 50 clubs y departamento atlético ofrecen la oportunidad perfecta para que cualquier persona encuentre el complemento ideal a sus estudios. Una de las cosas que más me ha llamado la atención en este país es la habilidad de los estudiantes de compaginar una carga de trabajo académico diaria mucho más exigente que a la que estamos acostumbrados en España, una vida paralela como atleta semiprofesional y, aun así, encontrar tiempo y energía para desarrollar alguno de sus hobbies en los diferentes club, formar parte de una sororidad o fraternidad y tener una vida social activa. En esta universidad a veces da la sensación de que el día tiene más de 24 horas y, sin embargo, todo el mundo tiene tiempo para saludarte, interesarse por ti, tu cultura y hacerte sentir como en casa. Aquí me he rodeado de personas que no están dispuestas a pasar por la universidad de puntillas, que buscan dejar una huella en su comunidad y que definitivamente deberían considerar dormir un par de horas más al día.

Es mi segundo año académico en este país, pero la diferencia entre las aulas de un instituto y las de una universidad privada es abismal. Mis amigos aquí, la mayoría con becas deportivas, son auténticos privilegiados de un sistema que no impulsa a los jóvenes estadounidenses a recibir una educación superior. La mayoría es consciente de estos privilegios y trabajan duro para mantenerlos, lo cual no es fácil y los somete a una presión que, como beneficiaria de un sistema de educación universitaria público, me sorprende. De hecho, me impactó tanto que he decidido probar ese tipo de vida en primera persona. Durante estos meses me he visto crecer, dar más de lo que pensaba que podría dar, física y mentalmente. Mis días empiezan a las 6’30 de la mañana en el que las risas con mis compañeras de Lacrosse en el gimnasio hacen que me olvide momentáneamente de las agujetas de la noche anterior. Siguen con un desayuno de equipo y clases (de asistencia obligatoria) de entre 5 y 15 alumnos que me exponen a un debate multicultural sobre temas de los que jamás me imaginaría hablando en un aula, con profesores interesados en lo que tengo que decir y en las que estoy desarrollando habilidades que ni era consciente que necesitaba. Luego llega el momento de sacar mi yo creativo en el coro o de mis sesiones de estudio y charlas con Niouma (Francia) en una de las mesas a la sombra de los árboles que, camaleónicos, van cambiando de tonalidades para conjuntarse con la estación entrante. A las 6 de la tarde los lunes, miércoles y viernes me convierto en cheerleader, y los martes, jueves y sábados cambio los pompones por la equipación de Lacrosse y doy lo mejor de mi en cada entrenamiento. A las 10 de la noche llego a CASA, donde siempre hago una parada obligatoria en el tercer piso para ver a Noa (Países Bajos), Juliette (Francia), Harriet (Ghana), Emiru (Japón), Franka (Alemania) y Julia (España), mi pequeña familia internacional, ponernos al día y planear nuestros findes porque si, a pesar de mi no demasiado flexible horario, siempre hay tiempo para disfrutar de viajes y excursiones juntas.

Por último, llego a mi cuarto agotada, pero feliz, en el que Lou (Francia), mi roommate, siempre me espera con el abrazo que necesito. Jueves de pub, viernes de Feel Good Friday, sábados de football, animadoras y fraternidades o de partido de béisbol y explorar Pittsburgh con Jackson, domingos de tour por las Iglesias de la zona con la asociación cristiana y prácticas en el Partido Democrático, y celebrar cada festividad (literalmente todas las que os podáis imaginar) a lo grande.

En esta universidad hay algo para todos y yo he decidido que decir SI iba a ser mi personalidad durante mis meses aquí. No es fácil jugar a estar en todos lados al mismo tiempo, pero en W&J he recordado que no se VIVE con mayúsculas desde la cama viendo Netflix, sino dibujandote cada mañana una sonrisa y saliendo de casa dispuesto a ser tu mejor versión.

En 2017, cuando me fui de este país tras mi año en un instituto en Oregón, me prometí que me llevaría conmigo a España las ganas de SER y ESTAR PRESENTE, de ponerme siempre al límite y no ponerme límites, de vivir en COMUNIDAD y de aprovechar cada oportunidad que la vida me pusiera en el camino. En una semana vuelo a Oregón a visitar el que hace tiempo fue mi hogar. Probablemente todo siga casi igual, pero estoy segura de que, 6 años después, veré todo distinto. Y eso es lo que, después de esta experiencia en W&J, me llevaré en la maleta y el corazón de vuelta a casa este diciembre: la inspiración, las ganas, el espíritu y el recuerdo de de dónde vengo con la ilusión y el corazón puesto en aquello que vendrá.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Clara Sánchez, Blanca Lirio y Jorge Úbeda

Por: ELU Admin

¡Hola, elus!

Somos Blanca Lirio, Clara Sánchez y Jorge Úbeda: una veterana y dos alumnos de 4º de ELU, respectivamente, que estamos cursando un cuatrimestre universitario en Budapest, Hungría, y queríamos contaros un poco lo que está siendo nuestra experiencia aquí.

Cuando llegamos, a finales de agosto, la ciudad aún acogía muchos turistas que aprovechaban los últimos días de verano para visitar la ciudad. Y nosotros, recién llegados, nos sentíamos un poco como ellos; “de paso”: ninguno asimilábamos mucho que esta se iba a convertir en nuestra casa durante los siguientes cinco meses.

Poco a poco, nos hemos ido instalando, y hemos descubierto una ciudad que tiene un sinfín de cosas para hacer y visitar. Y, es que, dividida por el río Danubio en dos partes, Buda y Pest; Budapest es una de las ciudades con más ambiente nocturno, y planes día a día que hemos conocido: tiene desde islas convertidas en parques, hasta castillos de lo que fue el gran Imperio Austro-Húngaro; pasando por el parlamento más grande de toda Europa, y los “ruins-bars” más icónicos de la zona.

Sin embargo, es una ciudad que no necesita de grandes planes para disfrutarla; pues, por ejemplo, pasear por la ciudad es una experiencia genial, que, aprovechando el buen tiempo que está haciendo ahora; (el invierno en Budapest puede alcanzar los -10º C) a todos nos encanta hacer.

En lo que respecta a la universidad, estamos teniendo experiencias algo distintas. Cuando quedamos para hablar de cómo vivimos los retos académicos, a dos de nosotros nos pareció que había que estudiar más de lo esperado, mientras que hubo un “voto particular” en el que se opinó que la vida académica para un Erasmus en Budapest es más bien relajada. Suponemos que depende mucho de la universidad a la que vayas.

Sobre las amistades internacionales, nos parece muy curiosa la forma en la que los españoles nos relacionamos de Erasmus. Tras estar aquí un mes y medio, nos hemos dado cuenta de que los estudiantes españoles somos los únicos que, por regla general, no hacen piña con los alumnos del resto de países. Así, está el grupo de italianos, franceses, alemanes, etc. y, por otro lado, el grupo de españoles. Lo hemos estado hablando con amigos que están o han estado de Erasmus en otros países, y pasa lo mismo en todos los destinos. Salvo honrosas excepciones, somos mucho más gregarios de lo que en un primer momento se pueda pensar. Culturalmente somos gente simpática y abierta, pero en el Erasmus nos acomodamos. No nos complicamos mucho la vida.

Después de charlar un rato, caímos en la cuenta de que podía ser por tener que hablar en inglés. Ya no es que ser sociable en un idioma que no es el tuyo requiera un esfuerzo extra, que también, sino que, además, nos da corte hablar en inglés delante de nuestros propios compañeros españoles. Es muy difícil mezclar grupos y que nazcan verdaderas amistades porque nos ponemos a hablar entre nosotros en castellano a la menor oportunidad. Sería buenísimo que nos quitáramos ese complejo de encima porque nos estamos perdiendo a mucha gente estupenda.

Por otro lado, en un primer contacto con los autóctonos te puede sorprender la diferencia de comportamiento que tienen dependiendo del grupo generacional en el que se encuentren. Si tienes cualquier duda o necesitas ayuda en la calle, la gente joven es muy abierta y está dispuesta a ayudarte en lo que necesites; los de mediana edad lo harán también, pero si después de intentarlo no consiguen entenderte, seguirán su camino sin dedicar más atención. En cambio, los mayores tendrán una actitud distante y fría desde el principio, sin posibilidad de entablar contacto con ellos. Es importante entender que esto es reflejo de los tiempos que han tenido que vivir, puesto que la etapa comunista en este país no acabó hace mucho y marcó fuertemente a la sociedad en un clima de desconfianza y discreción extrema. También nos ha sorprendido la cantidad de “homeless” que puedes encontrar en las calles, tanto si es una avenida principal como una más secundaria. No obstante, la ciudad es muy segura, tanto de día como de noche hay mucha gente y el ambiente de la ciudad te hace sentir rápido como en casa.

Una de las mayores joyas que tiene Budapest es su transporte público. Tranvía, metro, bus, trolebús, conectan prácticamente todos los puntos de la ciudad permitiéndote ir, de una manera muy intuitiva y rápida, a cualquier parte. Aunque si tienes la oportunidad y las ganas, te recomendamos alquilar una bici y recorrer las calles de Budapest con ella. Desde el Puente de la Libertad, cualquier mirador o incluso a orillas del Danubio puedes disfrutar de un atardecer espectacular y deslumbrarte con la iluminación de la ciudad de noche. Tampoco te puedes ir sin probar el famoso Goulash, una sopa densa con trozos de ternera, verduras y paprika (también muy popular aquí) o el Langos, pan frito caliente al que le puedes añadir diferentes ingredientes como queso, jamón, nata, etc. y que está delicioso.

Nosotros sólo llevamos un mes y medio aquí y ya estamos enamorados de la ciudad. Sabemos que todavía tenemos muchas cosas por descubrir y vivir durante los próximos meses, y esperamos seguir creciendo personalmente como lo estamos haciendo con esta gran experiencia.

¡Un abrazo a todos y nos vemos pronto!

Cultura

mARTEs – The Passion of Creation

Por: ELU Admin

Subimos esta publicación a nuestra cuenta de Instagram un miércoles, no un martes. ¿Nos hemos equivocado? Podríais pensar que sí, no os culparíamos… El caso es que la obra de hoy tiene mucho que decir sobre el error y la frustración.

Leonid Pasternak fue un pintor ruso que, como muchos otros jóvenes artistas europeos, experimentó una transición estilística desde la Academia, con sus formas bien delimitadas, a las manchas de colores del impresionismo. Su camino creativo, seguramente plagado de muchos dolores de cabeza, ha encontrado ecos en las reflexiones de nuestra compañera Marta Morcillo, con la que sin duda os sentiréis identificados:

«Puedo verme tan reflejada en ese cuadro. Es de noche, no te ha dado tiempo a hacer todas las cosas que querías hacer, le das un beso a tus padres de buenas noches tras una brevísima cena y te sientas en tu escritorio. Ese momento de decir: ¿en qué momento decidí yo todo esto? Cuando todo te sale mal o sientes que no puedes y te replanteas toda tu existencia y tus decisiones hasta el momento. Pero este cuadro no se llama la desesperanza o la frustración. Se llama la pasión de la creación. Porque muchas veces te preguntas qué estás haciendo, y aunque no tengas respuesta, sigues haciéndolo porque intuyes que hay algo bueno en ello. Algo más allá te dice que ese es el lugar donde tienes que estar. Y parece una contradicción, pero a mí me parece apasionante cómo podemos seguir diciendo que sí cuando todo lo de alrededor parece decirnos que no. Los pintores más famosos del mundo tiraron cuadros suyos porque no les parecían lo suficientemente buenos. Ellos no estaban seguros de que su obra fuese a ser “la obra”. Y estoy convencida de que más de una vez se quedaban sin pintura a mitad o tenían que entregar un cuadro al día siguiente y les estaba quedando mal. Pero existe esa pasión por la creación que todos llevamos dentro. Somos seres creativos y necesitamos transformar nuestro entorno para el bien de los demás. Por eso, aunque estés superado, y aun así al día siguiente sigues diciendo que sí (aunque sea tímidamente), enhorabuena, sientes pasión por la creación».

Vida ELU

Proyecto Vuelta al Mundo

Por: ELU Admin

María Parra, 2º ELU

¡Hola a todos! Soy María Parra, de segundo de la ELU, y vengo a compartiros una experiencia que hemos tenido la suerte de vivir este verano tres alumnos de segundo: Marisa Rico, Ramón Rodríguez y yo. En marzo nos enteramos de que, con el fin de conmemorar el quinto centenario de la Expedición Magallanes-Elcano, se había puesto en marcha un programa de aventura, solidaridad, sostenibilidad y cultura llamado Proyecto Vuelta al Mundo.

El programa consistía en un viaje de tres semanas con una mochila en la espalda, una esterilla y un saco de dormir como únicas pertenencias, recorriendo España y Portugal. Iba dirigido a estudiantes de entre 18 y 19 años de países iberoamericanos. Entre los organizadores se encontraba Jesús Luna Torres, excoordinador de la conocida Ruta Quetzal (dirigida por Miguel de la Quadra-Salcedo), y durante el viaje predominó en todo momento el espíritu de esta.

El proceso de selección consistía en la redacción de un proyecto que tratara de impulsar alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en nuestro entorno cercano, y en la realización de un vídeo respondiendo una serie de preguntas sobre la Primera Vuelta al Mundo. Si tras haberlo completado resultabas seleccionado, se te brindaba la oportunidad de participar en el viaje, con todos los gastos sufragados gracias a patrocinadores como Renfe, la Universidad Autónoma de Madrid o Panama Jack, entre otros.

La expedición recorrió múltiplos destinos de España, entre ellos Madrid, Valladolid, Navarra, País Vasco, tres tramos del Camino de Santiago, Oporto, Cáceres, Andalucía y Ceuta. En cada lugar asistíamos a conferencias muy interesantes sobre cómo podíamos ser más sostenibles y cómo se podía contribuir actualmente a la sociedad. Descubrimos otras formas de vida alternativas respetuosas con el medio ambiente en un lugar llamado Cachilandia, hablamos cara a cara con el actual presidente del Senado, escalamos la cima del Mulhacén, visitamos la Alhambra, bailamos sevillanas en Córdoba, realizamos una convivencia con menores no acompañados y visitamos una mezquita y un templo hindú en Ceuta.

Fueron tres semanas de vivir con lo mínimo, de dormir en el suelo de polideportivos, teatros e incluso de un monasterio. De desconexión total, pues dejábamos depositados los móviles para aprovechar al máximo la experiencia. De poner en cuestión todo lo que habíamos dado por sentado hasta entonces, de abrir nuestra mente y nuestros corazones a mil maneras diferentes de ver la vida. Si algo en especial nos marcó del viaje fue la convivencia con personas de nuestra edad de países latinoamericanos. Emprendimos el viaje con jóvenes de Bolivia, Colombia, El Salvador, Argentina, Chile, Cuba, México, Costa Rica, Paraguay y Ecuador. Para la mayoría de ellos era su primera vez visitando España, muchos no habían visto nunca el mar, algunos no habían tenido siquiera oportunidad de aprender a nadar. Tenían muchísimas historias que relatar sobre sus tradiciones y sus países, uno de los participantes hasta se había criado en una tribu indígena. Ver España por primera vez a través de sus ojos llenos de ilusión fue un auténtico regalo.

Ramón Rodríguez, 2ºELU:

Uno podría pensar que el verano, o al menos momentos de él, no tienen nada que ver con el resto de la vida que uno lleva. ¿Puede estar el verano (¡entero!) relacionado con la vida del día a día, con la vida en la universidad y con la familia? ¿Es acaso deseable? Sobre la segunda pregunta estoy convencido de que sí, en relación a la primera todavía no lo sé… Lo que sí sé es que este viaje y el tomármelo en serio me ha despertado multitud de inquietudes y preguntas, pero lo que es aún mejor, me ha dado unos buenos amigos con los que lanzarme a buscar respuestas. Las respuestas a las mismas preguntas que en el fondo se me despiertan en la universidad y que tantas veces el trajín del día a día acaba acallando.

Marisa Rico, 2º ELU:

Excepcional, L. Giusanni da palabras a aquello que yo no puedo verbalizar: “Algo excepcional es cuando corresponde adecuadamente a las expectativas originales del corazón (…) Lo excepcional es, paradójicamente, la aparición de lo que natural para nosotros, que suceda lo que deseamos” esto es el viaje que fue y sigue siendo. El viaje fue un SÍ constante, fue responder con un Sí por delante, dar un SÍ a conjugar el verbo desaprender, a cuestionar, a reordenar, a cambiar, a agradecer y sobre todo a conocer. Fue un SÍ a reeducar la mirada a través de aquellos que te miraban desde su cultura y su realidad, a abrazar el instante, a vivir profundo. Fue un SÍ encontrar descanso en el cansancio, a sorprenderse con la superación constante haciendo aquello que nunca te habías planteado hacer y sobre todo fue una revalorización de lo cotidiano, llevarse lo mínimo para exprimirlo al máximo, a hacer de aquello pequeño una gran celebración.

Ser los primeros en acontecer y ser parte del acontecimiento y a no poder sino compartirlo. Fuimos a dar la vuelta al mundo y nos encontramos dando a nuestro mundo la vuelta, con la certeza de saber que siempre hay alguien que te espera desde la cubierta de la Nao Victoria hasta la cima del Mulhacén.

ELUMNI

¿Dónde están los Elumnis?

Por: ELU Admin

¿Sabías que hay Elumnis en todos los continentes de la tierra? Desde los rascacielos de Nueva York hasta una aldea de Benín, sin dejar pasar las principales capitales europeas.  ¿Quizás alguno vive donde estás estudiando ahora mismo? Descubre en estos mapas de #Elumniporelmundo dónde puedes encontrar a los Antiguos Alumnos de la Escuela de Liderazgo de Universitario.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Inma Arrebola

Por: ELU Admin

¡Hola a mis queridísimos elus!

Soy Inmaculada, de 4º curso, y estudio Medicina en Córdoba. Este año he tenido la inmensa suerte de haber pasado el mes de agosto haciendo prácticas hospitalarias en Polonia con IFMSA, la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina. Allí estuve en Lublin, una ciudad de tamaño medio situada al sureste y cercana a Ucrania. 

Cuando a finales de junio me adjudicaron la ciudad me sorprendió mucho, pues ni siquiera estaba entre mis prioridades, pero al final donde realmente puedes impregnarte de la cultura y vivirla más en profundidad es en una ciudad no tan grande ni tan cosmopolita como una capital. Así que me puse en marcha repleta de ilusión y el 2 de agosto llegué a Lublin. Era la primera vez que estaba fuera de mi casa tanto tiempo y sin ser un viaje organizado como tal, así que me invadía la incertidumbre, tanto por cómo sería vivir la cultura polaca como por ver cómo me desenvolvería.

Una vez allí, mi contact person, Julia, me enseñó la residencia de estudiantes donde me alojaría, y me presentó al resto de estudiantes que venían de otras partes del mundo también con IFMSA. Estábamos 14 estudiantes de diferentes nacionalidades: tenía compañeros de Indonesia, Pakistán, Marruecos, Croacia, Rumanía, Portugal, Italia, Egipto, Turquía, Albania y la India. Yo era la única española, y compartía habitación con Goesfen, de Egipto, y Aleksandra y Alicja, otras dos chicas polacas que estaban de apoyo parte de la asociación. Desde el primer día la convivencia fue muy curiosa, y en ocasiones todo un reto, pero ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en esta experiencia. Cada día conversábamos acerca de nuestras culturas, tradiciones y religiones, y nos maravillábamos al discutir las similitudes inesperadamente encontradas entre tantas diferencias. Ha sido precioso experimentar el entendimiento, el apoyo, el respeto y la amistad que hemos cultivado a pesar de tener orígenes y circunstancias vitales diferentes. Vivir el significado de la palabra tolerancia ha hecho que adquiera sentido nuevo en mi vida y que me sienta increíblemente afortunada por ello.

En cuanto a mis prácticas, yo roté en el Hospital Clínico nº4, donde pasé dos semanas en Cirugía Torácica y otras dos en Neumología. Mis tutores fueron muy amables, y en todo momento me explicaban y traducían todo, además de dejarme hacer exploraciones a los pacientes. Tuve la oportunidad de rotar por Oncología, consultas externas de asma y pruebas diagnósticas, por lo que he podido adquirir competencias de numerosos ámbitos relacionados con la salud del pulmón, y ha sido muy enriquecedor. A veces sentía cierta impotencia por no poder comunicarme con los pacientes, pero he aprendido que una sonrisa con un dzi?kuj? bardzo también pueden ser sanadores.

Por otra parte, tengo que hablaros del choque cultural que me he llevado con el sistema sanitario. No creí que la sanidad fuera a variar mucho de la española, pero en cuanto llegué comprobé que tienen muchos menos medios que aquí, las infraestructuras son más antiguas, hay poco personal disponible y la atención al paciente ingresado es más escasa. Los estudiantes de ciencias de la salud solemos ser más conscientes de las carencias de nuestro sistema, pero en Polonia realmente he podido constatar lo afortunada que soy de poder estudiar en el sistema sanitario español, la gran cantidad de medios que tenemos y lo bien tratados y atendidos que están nuestros pacientes.

Tras salir de las prácticas y almorzar teníamos el resto del día libre, y los polacos de la asociación siempre nos hacían actividades para sumergirnos en la cultura, como excursiones, visitas gastronómicas, talleres de educación médica, clases de idioma… Se portaron fenomenal con nosotros, fueron muy acogedores y atentos, y han sido la pieza clave para que haya disfrutado tanto de la vida polaca. Una de las cosas que más he disfrutado ha sido la comida, a pesar de los horarios tan extraños por los que se rigen. En la región de Lubelskie no se suele comer pescado por su lejanía al mar y a los lagos (al contrario que otras partes de Polonia), entonces comían cerdo y pollo prácticamente todas las comidas. Lo suelen acompañar con ensalada de apio, pepino o remolacha (es la verdura que más comen), además de añadir gran cantidad de salsas muy cremosas y de sabor intenso. Otros platos muy típicos eran las sopas de, por ejemplo, remolacha o fermentos de pan, así como tortitas de patata, las tortitas dulces o nalesniki y los famosos pierogi.

Un aspecto que me resultó curioso y bastante coherente es que allí los cristianos no comen carne ningún viernes del año, así que en todas las cafeterías ponen menú vegetariano. En el aspecto religioso me he sentido muy acompañada y acogida, y he experimentado la Fe de una forma distinta y muy bonita.

Y sobre el polaco… ¡qué os puedo decir! Uno de los idiomas más complicados del mundo, con numerosos sonidos que no tenemos en castellano, 8 formas de pronunciar la S y letras que no tenemos en nuestro abecedario. Como curiosidad, os contaré que cuando llegué allí, pronunciaba la ciudad ?ód? como la leeríamos nosotros, y resultaba que en polaco se dice “wuch”. Yo hice lo que pude y aprendí las palabras, aunque por respeto casi siempre pedía en polaco en restaurantes y bares gracias a las frases que me chivaban nuestros amigos locales.

Una de las cosas más impactantes ha sido visitar museos de la II Guerra Mundial y saber que eso que nos contaban había ocurrido sobre el suelo que pisábamos. Me resultó bastante duro salir a pasear y caminar sobre las entradas de los guetos, y de hecho uno de los más grandes se encontraba en Lublin, junto con Majdanek, el primer campo de concentración en ser liberado por los rusos. Tuvimos la gran suerte de que uno de los chicos polacos que nos acompañaba fuera judío y siempre estuviera abierto a explicarnos sobre su religión; ¡incluso nos llevó a visitar su sinagoga! Para que os hagáis una idea de la situación, en Lublin antes de la guerra el 39% de la población era judía, y ahora solo quedan 40 judíos. También nos explicaron que debido a todo lo que habían tenido que soportar, los polacos y especialmente los judíos polacos se identificaban con el pueblo ucraniano y estaban acogiéndolos en sus casas y sus templos. Igualmente, era sorprendente que en cada lugar del país encontrabas carteles ofreciendo ayuda, y había un constante flujo de gente que llegaba a estaciones y puestos de ayuda, además de todas las familias ya asentadas. Todo el mundo se desvivía por las personas que huían de la guerra, y me ha conmocionado aprender la historia de un continente y ver tan de cerca cómo se está repitiendo.

Para mí todo el mes en Polonia ha sido un descubrimiento constante y un choque con la realidad. Ha sido, en todos los sentidos, una experiencia real. Digo esta palabra porque mientras estaba allí vi este post de RC que describía perfectamente el modo en que estaba viviendo mi experiencia, aprovechando lo que se me presentaba sin un ápice de idealización (algo ocurre frecuentemente cuando se habla de este tipo de experiencias). He exprimido al máximo una realidad nueva y emocionante, pero que en ocasiones se hacía complicada, en la que encontraba dificultades y aspectos que quizá no me gustaban tanto. Y he sido feliz viviendo eso, disfrutando la experiencia no a pesar de lo menos bueno, sino con ello. Este ha sido quizá el mayor de los numerosos aprendizajes que he podido reflexionar y que realmente me ha dado una paz indescriptible y ha hecho que mi mes allí sea maravilloso.

Muchas gracias a todos por haber leído hasta aquí y por haberme permitido compartir con vosotros esta parte tan especial de mi verano. ¡Nos vemos muy pronto! 

Vida ELU

mARTEs

Por: ELU Admin

¿Qué es mARTEs?

El año pasado, un grupo de elus nos embarcamos en este proyecto, que pretende ser un espacio de divulgación del arte donde favorecer el flujo natural de ideas entre personas que contemplan una misma obra.

En el núcleo de la propuesta se encuentra la publicación de una obra en Instagram (@martes_de_arte) todos los martes, que después se recoge en nuestro espacio del Módulo de Acompañamiento y, cada dos semanas, en esta Newsletter de la ELU.

Además, realizaremos otras actividades que tuvieron muy buena acogida el curso pasado, como visitas a museos. Una novedad es que este año incluiremos en mARTEs visitas al teatro, organizadas por el elu de tercero Ignacio Cascón.

¿Qué debo hacer para participar?

1. Disfruta del arte y escoge una obra (de artes plásticas: pintura, dibujo, escultura, arquitectura o fotografía) que te guste particularmente. Si te interesa contribuir pero aún no has escrito nada, puedes rellenar este formulario para estar en contacto: https://forms.office.com/r/tUZzPXDVUs.

2. Escribe un breve texto en el que nos cuentes por qué la has elegido, qué te transmite, la forma personal en la que la interpretas…

3. Si además te interesa, busca información que te permita elaborar un apunte histórico de la obra: una pequeñísima nota biográfica del autor, el movimiento artístico al que pertenece, el museo en el que se encuentra… Si esto te resulta más pesado, estaremos encantados de hacerlo por ti.

4. Finalmente, envíanos la obra y el texto, junto a tu nombre, apellidos y ocupación, a Instagram (@martes_de_arte / @davidroma12) o por correo (deartemartes@gmail.com).

¿Quién puede participar?

mARTEs está totalmente abierto: no solo los alumnos de la ELU pueden participar, sino que, si algún amigo o familiar tuyo está interesado, también recibiremos con gusto sus contribuciones a través de nuestro correo (deartemartes@gmail.com) y la cuenta de Instagram. Este criterio se suele aplicar también a las visitas a museos o teatros.

Verás que al final del cuestionario anterior te preguntamos si quieres ser parte del equipo. El año que viene nos renovaremos, ya que la mayoría de organizadores de mARTEs estamos en cuarto de la ELU. Es una oportunidad de convertir el proyecto en una tradición con continuidad en la Escuela, aprendiendo mucho sobre arte y gestión de actividades y, sobre todo, disfrutando juntos. Estaremos encantados de enseñarte cómo funcionamos… ¡solo tienes que hablar con nosotros! ¡Te necesitamos!

¡Feliz Jornada de Inauguración de la ELU!

Vida ELU

Una gota de agua más – Sara Jurado

Por: ELU Admin

¡Hola a todos!

Antes de nada, me presento: mi nombre es Sara Jurado y actualmente curso mi tercer año en el doble grado de ADE y Comunicación. Soy cordobesa y estudio en la Universidad Loyola Andalucía, pero ahora mismo no me encontraréis allí porque estoy disfrutando de un Erasmus en Noruega, aunque esa historia la dejaremos para más adelante. Estoy aquí para compartiros una de las experiencias que más me han marcado en mi vida:

Todo comenzó el 24 de febrero de 2022 cuando Rusia invadió Ucrania. El mundo se sobrecogió y aunque fuimos testigos de lo cruel que puede llegar a ser el ser humano, también lo fuimos de toda la bondad que puede llegar a albergar. Cientos de miles de personas comenzaron a movilizarse y se fueron a ayudar a la frontera, a acoger refugiados en sus casas, mandar ayudar humanitaria…

A una amiga y a mí nos sorprendió la situación hasta tal punto que también nos sentimos llamadas a colaborar en la frontera de Polonia. Planeamos todo para poder ir, pero por factores externos no lo conseguimos.

Terminó el curso y me fui a Cataluña a hacer un retiro espiritual con la universidad para recorrer los lugares donde había estado San Ignacio de Loyola y así seguir aprendiendo de él. Durante el retiro, tuvimos la oportunidad de escuchar varios testimonios de personas que habían decidido entregar su vida y su trabajo poniéndose al servicio de los demás.

Uno de los testimonios fue el de Sor Lucía Caram. Muchos la conoceréis como la monja del hormiguero o como la monja de Operación Triunfo, pero yo le seguía la pista desde hace varios meses porque se estaba volviendo conocida por viajar a Ucrania llevando ambulancias.

Su testimonio de vida fue muy interesante y en la parte final mientras nos relataba todo lo relacionado con Ucrania nos preguntó si alguien quería acompañarla la semana que viene en su próximo viaje.

Así fue como una semana después estaba de nuevo en Cataluña rodeada de 20 ambulancias, 2 pick-up y 45 personas rumbo a Ucrania gracias a la colaboración de la Fundación Santa Clara, la Fundación La Caixa y el dinero donado de miles de españoles.

El voluntariado era relativamente sencillo: 5 días conduciendo hasta Ucrania pasando por Francia, Alemania y Polonia. Sin embargo, el viaje tuvo varios retos que fuimos superando a medida que pasaban los días: las ambulancias tenían más de 400.000 km y muchas se estropeaban por el camino; éramos un grupo demasiado grande y a menudo nos dispersábamos; algunos tuvieron problemas con el GPS y, en mi caso, contaba con el problema de la inexperiencia de conducir en carretera teniendo solo 1 año de experiencia con el carnet.

Por suerte, todo salió bien y pudimos dejar las ambulancias en la base militar de Leópolis sin mayor complicación. Las tropas ucranianas nos protegieron durante todo el viaje y antes de que se pusiese el sol ya estábamos de vuelta en Polonia.

Ucrania es un país en guerra y eso se notaba: había muchísimos militares en las calles de la ciudad, todos los accesos estaban bloqueados por barricadas y muchos edificios estaban destrozados. Sin embargo, me sorprendió que los ciudadanos intentaban llevar una vida relativamente normal: las familias disfrutaban en el parque, la gente iba a trabajar con normalidad, todos los comercios estaban abiertos, etc. Tanto fue mi asombro que le pregunté al comandante de la guardia fronteriza y me estuvo explicando que la situación estaba más calmada porque las tropas rusas se estaban preparando para atacar durante el otoño-invierno que era cuando iban a tener más ventaja e iban a ser superiores a las tropas ucranianas.

La verdad es que salí de esta experiencia de voluntariado con el corazón encogido, con mucha impotencia, pero con el corazón lleno gracias a la hospitalidad de los ucranianos y por los consejos de vida que me dieron todos los que me acompañaron durante el voluntariado. Solo puedo dar gracias por haber vivido este voluntariado y por toda la suerte que tenemos y que a veces no valoramos.

Vida ELU

mARTEs – Favoritos (II): La balsa de la Medusa

Por: ELU Admin

¡Último mARTEs de mayo! Os traemos otra entrega más de nuestra nueva sección, Favoritos. Esta vez os compartimos el trasfondo histórico (y un detalle difícil de detectar) de la obra La balsa de la Medusa (1819), favorita de la elu de primero Sara Simarro. Fue pintada por el romántico francés Théodore Géricault, aprendiz del maestro Pierre-Narcisse Guérin; este último también enseñó la pintura a Eugène Delacroix, autor de la famosísima La Libertad guiando al pueblo. Volviendo al cuadro que nos ocupa, os resolvemos 3 interrogantes que quizá os habéis hecho:

  1. ¿Dónde está la Medusa? El título podría hacernos pensar que la obra tiene alguna relación con este personaje de la mitología griega… ¡pero no la vemos por ningún lado! La Medusa fue una fragata de la marina francesa que participó en las guerras napoleónicas y naufragó en 1816. 151 de sus ocupantes evitaron ahogarse amarrándose al esqueleto de vigas de madera del navío.

2. ¿Qué pasó luego? Los marineros estuvieron 13 días a la deriva, sobreviviendo con muy escasos víveres (toda su comida se terminó el primer día tras el naufragio). Con el paso de los días, había más y más muertos, que son representados por Géricault en la parte inferior del cuadro, pálidos y derrumbados. Por no hablar de las historias terribles que aparecían en los diarios de la época y relataban el canibalismo al que tuvieron que recurrir los marinos…

3. ¿Cómo se resolvió? La obra plasma el momento exacto en el que los 15 marineros que sobrevivieron finalmente encuentran su salvación. Hay un detalle muy sutil, prácticamente imperceptible si no se observa el enorme cuadro original: en el horizonte, como un mínimo punto sobre la superficie del arma, se observa la brigata de la marina inglesa Argus, que dio con ellos de forma accidental y los rescató.

Vida ELU

mARTEs – Favoritos (I): Descanso en la huida a Egipto

Por: ELU Admin

Hoy tenemos algo muy distinto: ¡una sección nueva! En Favoritos, aprovecharemos las respuestas a nuestras encuestas de obras favoritas para aportaros curiosidades sobre alguno de los cuadros que hayáis mencionado. En este caso, tenemos Descanso en la huida a Egipto, pintado entre 1518 y 1520 por el pintor flamenco Joachim Patinir y que es el cuadro favorito de nuestro seguidor @mgarjou. Patinir fue un artista visionario, precursor del género del paisaje (que en su época era relegado a perfilar el fondo de las figuras humanas, pero nada más). ¡Allá van 3 datos que esperemos que disfrutéis!

  1. El tema de la huida a Egipto de la Sagrada Familia para evitar la persecución del tirano Herodes es común en la producción de Patinir. La Virgen María y el Niño Jesús ocupan un lugar central, como petrificados en mitad del atropellado escape. Pasa mucho más desapercibido San José, que asciende por la colina de la izquierda con un cántaro en sus manos; e incluso se representa al asno de la familia, pastando a la derecha.

2. El artista aprovecha para adoptar un tono moralizante al reflejar los riesgos del paganismo. En el tercio izquierdo de la obra se encuentra la ciudad egipcia de Heliópolis, que era conocida por su culto a diferentes ídolos; así, se ve una urbe en decadencia, con la muralla derruida y grietas en los edificios. De igual manera, una pequeña esfera de piedra a la derecha de la Virgen muestra únicamente lo que podrían ser los pies de un antiguo ídolo.

3. Finalmente, en línea con el tema de la huida, a la derecha se representa la Matanza de los Inocentes (la orden de Herodes de ejecutar a los niños de Jerusalén menores de dos años) y, algo más delante, otra historia menos conocida, pues pertenece a los Evangelios Apócrifos: el Milagro del Trigo. Cuenta cómo, perseguida la familia muy de cerca por soldados de Herodes, cruzaron por un campo preparado para la siembra y se encontraron con un labrador. La Virgen le pidió a este hombre que, si los soldados le preguntaban por ellos, dijera la verdad: que los había visto mientras sembraba; inmediatamente después, la semilla recién plantada germinó y creció a gran velocidad. Cuando los soldados llegaron, el labrador dijo la verdad, que llevó a los perseguidores a abandonar su búsqueda: ¡si había visto a los tres buscados cuando sembraba, debía haber sido hace meses! Si hubieran sabido que se encontraban a escasos metros, en esta colina…