Vida ELU

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Cuaderno de Bitácora – San Manuel Bueno, mártir (1931)

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San Manuel Bueno, mártir (1931), de Miguel de Unamuno, es uno de tantos títulos que poblaban nuestros apuntes de literatura de Bachillerato. Muchos lo conocemos como a un pariente lejano, de pasada, pero nunca hemos tenido contacto con él. Por eso me animé a darle una oportunidad a este breve libro, de unas sesenta páginas.

La premisa es muy sencilla: el párroco de una aldea ficticia, conocido por su bondad infinita al obrar, mantiene en secreto que no cree en la vida eterna. A partir de esta idea, Miguel de Unamuno desmiga docenas de dilemas existenciales y los comparte con nosotros. Para un creyente, en concreto, hay preguntas muy provocadoras: ¿se puede salvar alguien sin fe, solo a través de sus buenos actos? ¿Son “todas las religiones verdaderas”, como se sugiere, porque “hacen vivir espiritualmente” a los pueblos?

Sin embargo, cuando pensaba cómo escribir esta reseña, quería enfocarla desde una perspectiva más abierta, buscando en la obra un tema más íntimo y universal. Me pareció encontrarlo en un momento concreto, cuando un personaje le dice a Don Manuel que “la verdad [se debe decir] ante todo”. El sacerdote responde que la verdad es “algo terrible, algo intolerable, algo mortal; la gente sencilla no podría vivir con ella”.

Los universitarios tenemos esta misión muy asumida de perseguir el conocimiento y, por consiguiente, la verdad, sea a través de la investigación, la reflexión, las artes… No es algo único a nosotros, pues la sociedad en su conjunto parece situar la transparencia muy arriba en su escala de valores. Es evidente que a nadie le gusta sentirse engañado.

Sin embargo, si no somos conscientes de la mentira, ¿puede ser esta preferible a una verdad dolorosa? Este es el dilema central de la obra, a mi modo de ver, y nos toca de lleno. ¿Quién no ha contado una “mentira piadosa” alguna vez (o unas cuantas)? En el día a día, quizá no tengan gran importancia; pero cuando Don Manuel se juega la salvación de su pueblo…

¿Tenemos derecho a ocultar la verdad porque consideremos que es dañina? ¿O estaríamos entonces vulnerando el derecho a conocerla de las demás personas? Además, si reconocemos que hay verdades con consecuencias negativas, ¿no se tambalearía la idea que solemos aceptar de que lo verdadero es también bueno y bello?

Entiendo que esta reseña puede parecer más una enumeración de preguntas, pero es que el libro es una explosión de interrogantes. Si os dejo unos cuantos en estas líneas es para animaros a que lo leáis también y podamos intentar averiguar juntos qué significan; quién sabe, quizá en el próximo fin de semana de la ELU…

David Rodríguez Marín

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Elus por el Mundo – Álvaro Salgado

Por:

¡Buenas! Para los que no me conozcáis, mi nombre es Álvaro Salgado. Soy un alumno de 3º de la Escuela de Liderazgo Universitario, que estudia Derecho y Estudios Internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid, y que está de Erasmus desde septiembre y, si todo va bien, hasta junio, en Londres, en la University College London, que ya muchos conoceréis de primera mano.

¿Qué es un Erasmus? ¿Es la tierra prometida a todo alumno español que entra a la universidad bajo la cascada de rumores acerca de lo extraordinario de la experiencia? ¿Es la oportunidad de escapar de los pasillos y las aulas que ya nos resultan no solo conocidos sino agotadores y poder así hacer nuestras las historias y las paredes de lugares lejanos que siempre tendrán nuestra impronta? ¿Es el espacio para conocer a personas nuevas cada día y fraguar lazos que se sienten viejos por mucho que no tengan ni un mes de vida? ¿Es, quizás, un sueño roto por la pandemia que ha paralizado nuestras vidas y que cada día nos asesta un nuevo ataque a nuestras ilusiones?

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Erasmus es todo eso y mucho más. Es un mundo de nuevos horizontes para quienes por primera vez se van de casa, es un horizonte renovado para quienes ya lo hicimos. Tuve la enorme suerte de poder estudiar fuera de mi ciudad de nacimiento desde primero de carrera, y con ello también hube de sufrir la enorme desgracia que es alejarse de todo lo que has querido y mantenido cerca durante dieciocho años. Sin embargo, la experiencia Erasmus te lleva un poco más allá, y te obliga no únicamente ya a cuidarte a ti mismo, no únicamente a responsabilizarte de tu supervivencia en una ciudad ajena y extraña, sino también a renovarte y volverte a hacer a ti mismo. Te obliga a ser de nuevo aquel niño de dieciocho años que llega asustadizo a un paraíso oculto que le queda por conocer. Te obliga a crear de nuevo tu círculo de personas de confianza, te obliga a ponerte frente a tus propios prejuicios al conocer a personas que provienen no ya únicamente de rincones diversos de España, sino de todos y cada uno de los países de este mundo que hoy necesita de personas que sepan ver más allá de las diferencias que marcan nuestras fronteras. Cuando nos ocultamos bajo una mascarilla para proteger y protegernos, todos somos lo mismo: jóvenes tratando de asegurar el futuro de este mundo. Cuando brindamos juntos, no hay diferencia entre alemanes, franceses, españoles ni egipcios. Solo un clamor al cielo para que las cosas vayan bien y podamos disfrutar los unos al lado de los otros. Y también para que UCL, esa universidad que siempre había soñado, no nos arrebate la libertad bajo una nueva montaña de trabajo.

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La universidad es diferente allende los mares. UCL te otorga la independencia que desees, y eso es tan bueno como terrible. Tú llevas tu estudio, tú decides cuánto tiempo le dedicas, tú decides en qué temas te centras, tú decides, en definitiva, cómo deseas que se construya tu experiencia. Los profesores te acompañan, te explican ciertas cuestiones y de vez en cuando te señalan cuáles son los puntos más relevantes. Por lo demás, está en tu poder. La independencia conlleva responsabilidad, y por eso este sistema me parece al mismo tiempo una forma de tratarnos como adultos y una educación insuficiente. Universidad es una enseñanza compartida entre el alumno y el maestro, y creo que en ese sentido hay una fuerte carencia de tutelaje en las aulas inglesas. Por no hablar, claro está, de las limitaciones que impone la enseñanza online.

La COVID19 ha cambiado cómo se vive Erasmus. Lejos quedan aquellas fiestas tremebundas de las que nos hablaron nuestros veteranos y aquellas semanas de conocer cada noche a decenas de personas nuevas. Muchos son los que no se han atrevido o no han podido al final venir hasta las tierras de la (quizás no tan) pérfida Albión y muchas las restricciones en pie que en pos de asegurar nuestra salud han cotado lo que nos podemos permitir hacer con nuestros amigos. Pero en cierta manera también nos ha brindado una oportunidad. Nos ha permitido conocer mucho mejor a las personas que nos rodean, sustituir el frenesí incierto de cientos de personas por la aún tímida pero incipiente amistad cierta y verdadera que nace entre quienes se enfrentan a la adversidad hombro con hombro. He tenido una enorme suerte.

IMG_20201105_094747_310En el tiempo que llevo aquí, he podido conocer a personas extraordinarias. He podido empezar de cero con compañeros de clase de Madrid que jamás pensé que querría tanto (y que encima me cuidan como si fueran mi madre en este mundo foráneo), conocer a compañeros de la ELU que ya lo son también de incertidumbre y fotografía (Carmen, te quiero mucho), amigos de Madrid y de Alicante y de Burgos y del Cairo y de Múnich y de París, y ver que todos somos lo mismo en este Londres que nos acoge bajo su luz tenue y su lluvia permanente. Londres es una ciudad que nunca descansa, una ciudad que no deja de llorar y de gritar pero a la que nadie hace nunca caso, como le pasa a todas las ciudades que nunca duermen. Es una ciudad que te atrapa y te ahoga y te hace vivir de nuevo. Es una ciudad que no sabe comer, y reitero que la calificación del fish and chips como plato nacional habla de una cultura gastronómica cuestionable, pero es una ciudad que sabe abrazar. Una ciudad peligrosa, complicada y a tiempos oscura, pero que te recibe en sus calles adoquinadas y bajo el resplandor de los mil y un relojes que iluminan el firmamento londinense te susurra que aquí todo es posible y que si lo sueñas puede hacerse realidad. Inglaterra es más parecida a España de lo que jamás pensé, pero también distinta. Siento en los ingleses una falta de empatía, una suerte de poso de cariño y de respeto hacia el prójimo que vive en el corazón hasta del español más bruto y que en cambio aquí desiste, derrotado bajo la frialdad de una cultura en la que los abrazos no existen. Creo que eso es lo que más echo de menos: gente que quiera dar muchos abrazos.

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Cuando estéis leyendo estas líneas, yo probablemente me halle bajo el nuevo confinamiento impuesto en Reino Unido para tratar de detener el imparable avance de contagiados y de víctimas. Jamás, bajo ninguna posibilidad, pensé que nos veríamos obligados como generación a enfrentarnos a tiempos tan complejos y difíciles. Pero precisamente por ello solo hay una forma de sobrevivir y de ganarle el pulso al tiempo: ser valientes. Aventurarse en todos los rincones del mundo y hablar todos los idiomas que sepáis, y chapurrear los que no. Enamorarse de quienes no te corresponden y emocionarte cuando ves en los ojos ajenos la misma chispa, y hacer amigos que te invitan a viajes en cada rincón del mundo, y soñar siempre con el día en que desde Primrose Hill, la colina que domina Londres y que ya se ha tornado en colonia española, podamos ver iluminarse el cielo con los fuegos artificiales que celebren nuestra victoria.

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¿Qué es Erasmus? Para mí, está siendo el reencuentro con aquel niño de dieciocho años, mi reconciliación con él y conmigo, con lo que será y con lo que ya ha sido. Es la promesa de todo y de nada, solo de aquello que te atrevas a vivir y a arrebatarle de las garras al tiempo. Erasmus es un horizonte nuevo y una forma de hacer enormes y nuevos y vivos los ya existentes. Ha sido un regalo, que me ha dado a Javi, a Carmen, a Gabriel y a Inés y a Carmen y a Pablo y a Antía y a Ignasi y a Haya y a Déborah y a Myriam y a Josef y a tantos otros.

Sentado al pie del pórtico de UCL donde un día posé con mis compañeros de Becas Europa XIII solo puedo pensar: ¡viva Erasmus!

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Una gota de agua más – Marta Morcillo

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El 18 de septiembre es el World Clean up Day, y ¿qué mejor que pasar el día limpiando la playa?

Este año cayó domingo, día en que la asociación Bioagradables organiza cada mes una limpieza de playas. Éramos unos 50 voluntarios en la playa de la Patacona, en Valencia. Todos pertrechados con guantes, mascarilla, gorra (en Valencia suele hacer mucho sol) y muchas ganas de empezar.

Las limpiezas de playa consisten en recoger por áreas y por grupos los residuos que veas. Una vez recoges todos los residuos que puedas, habrá un monitor de la asociación esperándote con una tablilla (de material reutilizado) donde apuntará todo lo que hayas ido recogiendo, así como con bolsas de basura para poder reciclarlo todo correctamente. Además, se hace un recuento de todos los residuos en una plantilla oficial, que luego puede ser utilizada como fuente de información para implantar políticas ecológicas en las playas o las diferentes zonas que hayamos limpiado.

Puede que de primeras no suene muy apetecible pasar la mañana recogiendo microplásticos, botellas de plástico, bolsas e incluso materiales de construcción enterrados en la arena. Pero la verdad es que es un entorno impresionante para conocer a gente muy diversa: jóvenes, mayores, estudiantes, trabajadores, familias… Además colaboras en un proyecto que te interpela directamente como ciudadano y que ayuda a construir una sociedad más respetuosa y justa. Empiezas sin ver nada, incluso parece que todo esté bien y que no hagas falta. Hasta que te fijas en los pequeños detalles. Ahí es cuando ya no eres capaz de despegar la vista del suelo. Cuando acabas, sientes que necesitas hacer más, que aún te faltaban cosas por recoger. Es la manera más directa que he tenido para darme cuenta de lo que realmente somos capaces de hacerle al ecosistema, tanto para bien como para mal.

Esto es parte de lo que se conoce como ‘’ciencia ciudadana’’. Nosotros, personas que (algunos) no tenemos formación en ese campo, podemos acercarnos más al medioambiente y a su cuidado desde la práctica. Asimismo, nos sentimos parte de la comunidad, ya que la protegemos, la cuidamos y contribuimos a su estudio e investigación para mejorar su calidad. Es una manera de acercar la ciencia a las personas de a pie e involucrarlas en algo que repercute directamente en su día a día.

Recomiendo este tipo de actividades a todas las personas que quieran colaborar con su comunidad. Es precioso ver cómo puedes sentirte relacionado con lo que te rodea de una manera tan sencilla como es cuidando de tu entorno. Tanto como si te interesa la ciencia, como si no, esta es una de las maneras más bonitas que he encontrado para adentrarte o acercarte a ella.  Merece la pena intentarlo, ya sea en la playa, en la montaña, en los parques de tu ciudad o donde sea. Al fin y al cabo, piensa globalmente, actúa localmente, ¿no?

Marta Morcillo Martínez

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Primera actividad ELU en Madrid

Por:

El pasado 31 de octubre los delegados de Madrid organizaron la primera actividad en la Comunidad de Madrid que por los diversas circunstancias tuvo que dividirse en dos según la zona en la que viven los alumnos. Algunos de los que participaron nos cuentan ellos mismos cómo lo vivieron y en qué consistieron las dos propuestas:

MADRID

Pilar Monedero García-Ochoa – 1º

El pasado 31 de octubre se produjo el encuentro entre los ELUs de Madrid. Las limitaciones de movilidad plantearon en un primer momento ciertas dificultades para que se produjera. Sin embargo, los delegados supieron solucionarlo buscando todas las alternativas posibles para que este encuentro tuviera lugar, y ahora podemos decir que fue todo un éxito.

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La actividad giró en torno a la visita al Museo Thyssen, concretamente a la exposición temporal de expresionismo alemán, lo que nos permitió rodearnos de un ámbito cultural que nos ayude a empaparnos del sentido ELU. Las diferentes obras nos permitieron entender mejor la sociedad de finales del siglo XIX y principios del XX, que vivieron una época de guerras y enfrentamientos de clases lo que hizo que esto quedara reflejado en sus obras con motivos abstractos y subjetivos. Pudimos apreciar diferentes corrientes dentro del propio expresionismo lo que llenaba la exposición de contrastes. Por un lado, llamativos paisajes rurales o extrañas figuras que daban pie a la imaginación de cada uno. Por otro lado, obras más oscuras que representaban los sentimientos del autor que decidía abstraerse mediante la pintura para poder representar lo que ocurría a su alrededor.

Después de haber visitado la exposición, fuimos al Retiro para poder llevar a cabo los grupos de trabajo. Aprovechamos la agradable tarde de otoño para sentarnos en el césped y compartir nuestras impresiones sobre lo que nos había transmitido la exposición. Además, hubo tiempo para hablar sobre futuros encuentros y cómo utilizaremos el nuevo Pasaporte ELU que nos ayudará a llevar un recuento de todo lo que hagamos según el ámbito en el que se enfoque.

Por último, qué mejor manera de acabar este encuentro que yendo a tomar algo por los bares de Madrid. Recorrimos desde el Retiro las principales calles hasta encontrar algún bar que acogiera a tantos grupos de seis personas en los que nos dividíamos. De esta manera acabó este primer encuentro en Madrid, entre risas y anécdotas pudimos conocernos más y dar pie a futuros encuentros que seguro serán igual de increíbles.

Jaime López Espada – 2º

El pasado sábado tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con nuestros compañeros de la ELU y de encontrarnos, en algunos casos por primera vez, con los de primero. Sin duda fue una gran oportunidad para conocernos un poquito mejor y, además, cómo se suele decir ahora, todo se hizo con las medidas sanitarias adecuadas.

La actividad comenzó en el museo Thyssen, donde nuestro grupo se dedicó a admirar las obras de los expresionistas alemanes, sobre todo las de Kandinsky, a renombrar cuadros y a tener algún que otro debate intensito, o mejor dicho, apasionado, sobre los límites del arte.

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La velada continuó en el parque madrileño del Retiro. Una vez dentro nos asentamos alrededor del Palacio de Cristal (en grupos de seis que es lo que marca la ley) que actualmente alberga una exposición de flores gigantes muy bonita. Allí y al modo de los grupos de trabajo tratamos de explicar qué era para nosotros la ELU y compartir experiencias, expectativas y emociones. Creo que hablo en nombre de todo mi grupo si digo que los seis salimos de allí con ganas de aprovechar lo máximo que se pueda este año todo lo que tenga que ver con la Escuela de Liderazgo. Ah bueno, y con ganas de rellenar todas las páginas del nuevo Pasaporte ELU.

Después de todo esto, la actividad se dio por finalizada y todos nos despedimos, pero como no podía ser de otra forma muchos nos fuimos a tomar algo y disfrutar de lo que quedaba de noche antes del toque de queda.

Luisa Ripoll – 3º

La exposición temporal del Thyssen estaba perfectamente escogida para mostrar el cambio de paradigma que se dio en el arte a principios del siglo XX: el uso subjetivo del color y de las formas, la búsqueda de los sentimientos más reales. Para mí, una exposición perfecta para el encuentro, ya que cada cuadro estaba sujeto a múltiples interpretaciones, y comentarlas con el ELU que tenías al lado surgía de forma natural y siempre era constructivo. Al final, uno se reconocía en la mirada del otro, y qué manera más bonita de conocerse.

POZUELO

Borja García – 4º

El sábado pasado tuvimos una actividad los elus que somos de la zona de San Juan de la Cruz, en Pozuelo de Alarcón. En principio íbamos a ir al museo Thyssen en Madrid, pero como confinaron nuestra zona fuimos a ver otra obra de arte completamente inesperada. Esta obra es especial, pues no ha sido creada por ningún hombre.

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Además, aunque muchas veces se ha intentado copiar, nunca se ha conseguido igualar en belleza y asombro. Hablo de las puestas de sol.

Fuimos a un parque natural que hay en Pozuelo por la tarde, buscamos un sitio que tuviera buenas vistas y estuvimos contemplando la puesta de sol. Durante la puesta, leímos algunos fragmentos de poesías en las que se hablaba de esta maravilla, y después estuvimos hablando y reflexionando sobre cómo muchas veces las mayores maravillas del mundo no están en un museo ni en un lugar exótico, si no que las puedes encontrar con tan mirar a través de la ventana. Nos dimos cuenta de lo impresionante que es que algo tan peligroso y hostil como el sol puede generar una situación tan bella cuando se junta con el resto de elementos de la naturaleza.

¿De verdad todo esto se ha creado por azar? Nos preguntábamos.

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Nos sirvió para conocernos mejor a los que ya nos conocíamos de antes, a hacer amistad con aquellos que son de primero, a darnos cuenta de que muchas veces son las cosas más sencillas las más bellas, y que son estos momentos, bien disfrutados y con un buen grupo de amigos, de las cosas que nos hacen más humanos.

Jaime Parra – 1º 

En un mundo dividido por una enfermedad pandémica, los ELUs del Pozuelo confinado se encontraron en un día de cielo rosado para observar el atardecer. Arropados por letras de Neruda, reflexiones de Gandhi e historias de Exupèry, no les hace falta ver 43 atardeceres en un día como el Principito, porque con uno en buena compañía es suficiente.

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Elena y Carmen de la Iglesia han sido finalistas de los premios STEM Talent Girl

Por:

El pasado 29 de octubre se celebró la gala de entrega de premios de los STEM Talent Girl AWARDS, en la que nosotras resultamos ser dos de las cuatro finalistas a nivel nacional. Nuestra andadura por este maravilloso proyecto, dirigido a desarrollar el talento y el fomento de las vocaciones científicas-tecnológicas de niñas y jóvenes, comenzó hace ya tres años. Todavía recordamos el día en el que asistimos a las pruebas de selección: había tantas candidatas que pensamos: ¿por qué nosotras? Y, poco a poco, hemos ido obteniendo muchas respuestas. Hoy sabemos que nunca habríamos llegado a la fase final de estos premios si, para empezar, aquel día no hubiéramos buscado el sí, cuando ya teníamos el no. ¡Y lo conseguimos!

Durante estos años nos hemos enriquecido enormemente acudiendo a masterclasses memorables, realizando sesiones de shadowing en empresas, mejorando nuestra oratoria, exponiendo proyectos de investigación llevados a cabo con el asesoramiento de mentoras altamente cualificadas en las áreas STEM… y participando en un sinfín de actividades más que han representado grandes oportunidades para nosotras y que hemos intentado aprovechar al máximo. Sin duda, nuestro aprendizaje ha sido extraordinario, debido en gran parte a que hemos disfrutado mucho a lo largo del proceso. Esto se lo atribuimos a todas las personas (ponentes, organizadoras, mentoras, familiares y compañeras, muchas ya amigas) de las que nos hemos rodeado porque, al igual que en la ELU, en este programa, tanto la felicidad como la formación solo son reales y completas cuando son compartidas.

Cuando, hace unos meses, el programa se propuso reconocer y premiar la excelencia académica y el talento de las mejores estudiantes de Secundaria y Bachillerato, nosotras no dudamos en presentar nuestras candidaturas. Estas consistieron en la realización de un vídeo en el que se mostraran nuestros méritos académicos y extracurriculares, así como nuestra aportación al mundo científico hasta el momento. Desde luego, el trabajo y el esfuerzo han sido palabras que nos hemos repetido una y otra vez para llegar hasta aquí. Muy necesarias. Pero no suficientes. Estamos convencidas de que la que nos ha hecho alcanzar la final es la ILUSIÓN, y podemos afirmar rotundamente que nos acompañará a lo largo de nuestras vidas.

Por otra parte, nos alegra pensar que el jurado, integrado por ocho reconocidos profesionales, ha comprobado que, sí, somos dos hermanas mellizas y, sí, somos dos personas y candidatas totalmente distintas. Esto nos emociona porque se verifica que, si bien hemos sido inculcadas los mismos valores, vivido experiencias similares y adquirido conocimientos semejantes, gracias a Dios, las personas somos únicas, diferentes e irrepetibles. Además, nos encantaría que la figuración de dos hermanas entre las cuatro finalistas hiciera ver que el amor supera cualquier rivalidad y que, cuando la competencia es sana, cuando uno ayuda a mejorar a su “adversario”, por muy paradójico que suene, es cuando realmente se produce el crecimiento intelectual e interior de la persona. Si esto se diera a gran escala, sería el propio mundo el que cambiaríamos para mejor. Becas Europa nos enseñó en su día que este reto está en nuestras manos, desafío que tenemos muy presente hoy por hoy.

Por último, nos sentimos no solo afortunadas, sino también agradecidas de formar parte de este programa. Nuestro sueño de llegar juntas a la final se ha cumplido. Ese ha sido nuestro mayor premio. Observar que hay más gente dispuesta a dar lo mejor de sí a nuestra sociedad también ha supuesto una gran satisfacción, y felicitamos a todas las participantes y alumnas del programa por ello. Pero como cuando un sueño se hace realidad aparece otro nuevo en el horizonte, nos gustaría concluir compartiendo con todos vosotros nuestro deseo de llegar a ser referentes para las próximas generaciones de jóvenes, al igual que lo son para nosotras todas las personas, especialmente las mujeres, que integran STEM Talent Girl. Estamos seguras de que la ELU nos ayudará a cumplirlo.

Carmen y Elena de la Iglesia

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Encuentros por provincias

Por:

Durante estas últimas semanas muchos de los alumnos que están en las diferentes provincias de España han aprovechado para reunirse y poder conocer a las nuevas incorporaciones de este curso. Ellos mismos lo cuentan:

Sevilla

¡Hola a todos!
“El pasado jueves 8 de octubre tuvo lugar la primera actividad del curso de los ELUs Sevilla. Debido a las circunstancias que vivimos, solo unos pocos de este numeroso grupo pudieron acudir a una pequeña reunión bien acompañada de unas cervecitas. Fue un rato agradable de charla en el que tuvieron la oportunidad de presentarse, conocerse mejor unos a otros y plantear las bases del curso que se nos presenta.
Es por ello que el siguiente jueves, siguiendo la tradición, otro pequeño grupo de nosotros pudo nuevamente reunirse, en la Taberna Mármol de Viapol, barrio céntrico sevillano muy frecuentado por estudiantes.
Sin embargo, nos quedamos con ganas de más y a la espera de poder conocer a nuestro nuevo mentor, Diego, que en la distancia sigue atentamente nuestros planes”. – Lourdes Borja y Carlos Contreras

Alicante

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“Hace unos días Esther, Álvaro y yo inauguramos la Red ELU en Alicante, con muchas ganas e ilusión por conocernos al fin. Fuimos a la playa a tomar un helado y lo acompañamos de anécdotas compartidas, impresiones, expectativas, inquietudes, nuevos planes y mucha emoción por las nuevas oportunidades que nos trae este curso. No puedo estar más contenta de poder dar la bienvenida a la ELU a dos personas con tantas ganas de aprender, descubrir y compartir”. – Sofía Riera

Córdoba

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“¡Hola compañeros! Con la ilusión de conocer los 3 nuevos integrantes de esta gran familia, los ELUs de Córdoba nos reunimos el sábado 17 de septiembre. Fuimos a la exposición “Héroes con bata”, donde numerosos artistas plasmaron en lienzos, cuadernos o figuras el sacrificio del personal sanitario durante la pandemia.

No faltaron los rostros de curiosidad de los que entran en primero, ni todos los consejos que los más veteranos damos – con cierta melancolía – para que expriman esta oportunidad tanto o más que nosotros. Al fin y al cabo, ellos son el presente y el futuro de la ELU… ¡Y cuidado porque vienen fuerte!” – Jaime de Juan

Barcelona

“Los ELUs de Barcelona teníamos previsto un primer encuentro presencial el domingo 18 de octubre. Ahora bien, a raíz del aumento de casos de coronavirus, se han cerrado los bares y restaurantes durante dos semanas. Por lo tanto, finalmente decidimos encontrarnos virtualmente. Fue un primer encuentro ameno y relajado, en el que tuvimos tiempo para conocernos (¡han entrado dos ELUs nuevos!) y hablar pausadamente sobre nuestras inquietudes universitarias y sobre nuestras expectativas para este curso.” – Berta Coll

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Los elus de Valencia visitan la exposición temporal de Joaquín Sorolla

Por:

El impresionismo que impresiona.

19.00h, miércoles 7 de octubre, Centro Cultural Bancaja. Un grupo de ELUs de Valencia nos reunimos con la intención de conocer un poco más sobre nuestro patrimonio cultural. Así, nos disponemos a ver la exposición temporal de Joaquín Sorolla (1863) que se encuentra en el centro de la ciudad.

La idea surge tras la reunión que tuvimos el día de Introducción a la ELU. Compartimos un día muy especial todos juntos. ¿Por qué no compartir el arte también? Nos decidimos por ir a la exposición Sorolla. Cazando impresiones. Esta está realizada gracias a la colaboración del Museo Sorolla, la Fundación Museo Sorolla de Madrid y Bankia. Está integrada por 270 obras procedentes del Museo Sorolla, la Diputació de València, la Casa Museo Benlliure, la Colección Hortensia Herrero, una veintena de colecciones particulares, y de la propia colección de la Fundación Bancaja.

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Paseando por las salas de la exposición, compartimos juntos el asombro hacia tanta belleza encerrada en esos bocetos y cuadros. Pequeños y grandes, todos te interpelaban. Podías ver el trazo impresionista de Sorolla que trata de captar la luz a la vez que reflejar el dinamismo de las escenas. Asimismo, los colores blancos y vivos aportaban una luminosidad inigualable que hacían que te introdujeras de lleno en la vida que plasmaba. Vida que podías reconocer perfectamente suscrita a la ciudad de Valencia y a sus playas. Retratos de la cotidianeidad en todas sus dimensiones desde la mirada de este ilustre pintor.

Como todo buen arte, nos suscitaba preguntas. Desde preguntarnos cómo podría haber pintado esas obras hasta preguntarnos por la finalidad del arte, pasando por la visión del arte en el pasado y en el presente. Nosotros no teníamos las respuestas, pero resultó precioso el encuentro de las personas en el contexto del arte.

Así, disfrutamos de una tarde diferente a la vez que inspiradora. Somos un grupo variado, con personas de todas las ramas del saber, y ahí estábamos juntos un miércoles por la tarde, asombrados frente la Triste herencia (foto). Todos con la impresión de estar dentro de la escena retratada, sintiendo el dinamismo de la vida desde la contemplación del arte. ¿Qué mejor compañía para ello?

Para concluir, me gustaría incluir unas palabras de Joaquín Sorolla:

No hay nada inmóvil en lo que nos rodea. El mar se riza a cada instante, la nube se deforma al mudar de sitio; la cuerda que pende de ese barco oscila lentamente; ese muchacho salta; esos arbolillos doblan sus ramas y tornan al levantarlas… Pero aunque todo estuviera petrificado y fijo, bastaría que se moviera el sol, que lo hace de continuo, para dar diverso aspecto a las cosas… Hay que pintar las cosas deprisa, porque ¡cuánto se pierde, fugaz, que no vuelve a encontrarse!

Marta Morcillo Martínez.

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Una gota de agua más – Youth Revolution

Por:

Quitarnos las excusas. Todos tenemos un mínimo de ganas de echar un cable, de ayudar a quien lo necesita, de hacer algo de voluntariado…”, de esta idea nace Youth Revolution, un voluntariado creado por algunos alumnos de la ELU como Nacho Artero, Luisa Urquía, Ana Gabián, Marta Yarto, Santi Bercedo y Pablo Michavila en Madrid; Carmen García, Lucía Pina, María de Jorge y Jorge Úbeda en Valencia; y Amaya Vizmanos en Pamplona, junto con más amigos.

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Pablo cuenta que la idea surgió de casualidad: “Un día un colega me pide que le busque un voluntariado para el sábado y creamos varios grupos de Whatsapp a los que se unen 1500 personas”. En ese momento se dieron cuenta de que hay muchos jóvenes con muchas ganas de darse a los demás, “pero que el problema es que muchas veces no tenemos ni idea de cómo hacerlo. Y nos entra la flojera”. La idea es que a través de Youth Revolution “conozcamos diferentes planes que podemos hacer viernes por la tarde, sábados por la mañana o domingos. Sin compromiso y con la única intención de aportar lo que podemos y de paso conocer a otra gente muuuy grande”.

Actualmente han llevado a cabo diferentes acciones. “Para el corto plazo, planes lo más COVID-free posible. Café solidario por las calles de diferentes ciudades de España, ayuda en comedores sociales, repartos de comida a familias sin recursos…; y para el largo plazo, estamos pensando en visitas a hospitales de niños con cáncer o enfermedades crónicas, visitas a residencias de ancianos, clases a chavales sin recursos…”

Las sensaciones están siendo “de flipe e incredulidad” de todos los frutos que saben que pueden llegar a dar con estas acciones. ¿Quieres colaborar con ellos? Tienes toda la información en su cuenta de Instagram @youth.revolutionn y también puedes ayudar con la compra de un forro solidario en su web. ¡Ponte en juego!

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Abraham Velarde, ganador del 1er Premio del XXI Concurso de estudiantes de Derecho Procesal

Por:

Abraham Velarde González, estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Salamanca, alumno de la ELU y representante del equipo del semillero de derecho procesal, ha obtenido el primer premio del XXI Concurso de Semilleros organizado por el Instituto Colombiano de Derecho Procesal.

El certamen, que cuenta ya con más de veinte ediciones y reúne anualmente a decenas de estudiantes de nivel pregrado de distintos países, ha tenido lugar en el marco del cuadragésimo primer Congreso de Derecho Procesal celebrado entre los pasados días 21 y 25 de septiembre.

El trabajo con el que los alumnos del semillero han acudido a la competición, que pese a tener sede en Cartagena de Indias se estrenaba en formato virtual debido a la pandemia, consistía en un exhaustivo análisis de las posibilidades de la inteligencia artificial en el ámbito judicial y las oportunidades o peligros que planteaba en el mismo. La ponencia llevaba por título: “Inteligencia Artificial: ¿Refuerzo o amenaza para la tutela judicial efectiva?”.

¡Enhorabuena Abraham!

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Asociación Xirimiri

Por:

En esta ocasión, Amaya Vizmanos y Andrea Sánchez Sarría, junto con otra amiga de Pamplona, han creado la asociación Xirimiri para fomentar el talento local y que este esté en contacto con instituciones y empresas para conectarse con el mundo real y dar soluciones a problemáticas que se les planteen.

“Dentro de este proyecto, nuestra primera actividad ha sido Xirimiri Lab, donde hemos contado de lunes a viernes con ponentes que les han hablado de tendencias actuales, autoconocimiento, soft skills, liderazgo y trabajo en equipo y acción local y universitaria.

Dentro de este último tema contamos con Mario de Miguel, quien puso en relieve su experiencia universitaria y post universitaria además de cómo Becas Europa ha transformado su vida (como las nuestras)”.

Puedes leer el primer artículo de opinión publicado aquí.

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Jornada de Inicio de Curso 20/21

Por:

El pasado sábado 3 de octubre tuvo lugar la Jornada de Inicio de Curso 2020/2021 a la que pudieron acudir algunos de los alumnos que residen en Madrid cumpliendo todas las medidas de higiene y sanidad. Durante el Acto, Carola Díaz de Lope-Díaz, directora ejecutiva de la ELU, junto con Laura Llamas, coordinadora académica, y Ainhoa Fernández, coordinadora del área de Acompañamiento, presentaron la ELU a los nuevos alumnos, les dieron la bienvenida a todos y Juan Serrano, director académico, explicó el nuevo leit motiv de este curso en su Lección Magistral: “La libertad es el verdadero motor de la historia”. Puedes volver a ver el acto en este link.

Después, los alumnos tuvieron encuentros con sus mentores en los que se les explicó el área del Acompañamiento en la ELU, y la primera clase de los diferentes módulos con los profesores. Tras la comida, los alumnos pudieron conocerse un poco más con una actividad de integración, y el día finalizó con grupos de trabajo reflexionando sobre la lección magistral. Además, todo se retransmitió online para que los alumnos que no habían podido asistir también pudieran estar conectados. ¡Empezamos este nuevo y diferente curso con mucha ilusión!

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Voluntariado ELU junto a la Cruz Roja de Zaragoza

Por:

¡Hola a todos!

Esta vez venimos a hablaros de una pequeña iniciativa a la que nos hemos animado a participar los ELUS de Zaragoza.

Terminando el verano nos llegó al mail una newsletter de la Cruz Roja (a la que os recomendamos que os apuntéis) para realizar voluntariado en prácticamente todas las localidades y municipios de España. En estos correos mensualmente se ofrecen actividades para colaborar en función de la necesidades de la ONG. Nosotros nos inscribimos en una recogida de material escolar en el Carrefour para niños cuyos padres no tienen los medios para proporcionárselos. Y más especialmente este año, que a raíz del coronavirus se requieren dispositivos electrónicos y otros materiales de precio elevado que muchísimas familias no se pueden permitir.

La campaña se realizó en toda España y concluyó con más de 150.000 euros recaudados en material escolar.

Aunque es un pequeño gesto, muchos pequeños culminan en algo grande, y solamente nos requirió una mañana de nuestro tiempo.

Espero que todos estéis bien y nos veamos pronto en persona,

Un abrazo grande,

Ángela, Ignacio, Javier y Silvia

Os dejamos por aquí la información de la Newsletter por si os queréis apuntar en vuestras localidades: https://www2.cruzroja.es/alta-voluntario-web.

Cultura

Cuaderno de Bitácora – La peste (1947)

Por:

Fue ayer, pero nos habla de hoy.

¿Qué haces cuando no se puede hacer nada? ¿Quién eres cuando lo absurdo de la vida te estalla en la cara? ¿Por qué buscamos el sentido cuando parece que no lo haya? ¿En qué creer si todo lo que creías salta por los aires?

Eso se plantean los habitantes de Orán cuando la peste se cuela en sus vidas. En Orán se vive una vida pacífica, sin sobresaltos. Ni muy aburrida, ni muy intensa. Ni muy mala, ni muy buena. Simplemente, una vida. Una vida donde no hay mucho lugar para plantearse nada en concreto porque todo simplemente fluye y nadie lo quiere parar (¿no te suena de algo?).

Entonces empieza (cuidado, spoiler) la peste en la ciudad. A través del ojo del Dr. Rieux, vemos cómo se derrumban todos los cimientos de lo que hoy consideraríamos una civilización desarrollada. Los habitantes de Orán se ven envueltos en una vida aparentemente sin sentido. No pueden trabajar, no pueden divertirse, no pueden ver a los vecinos, no pueden continuar con su vida tal y como era. Se ven sobrepasados por algo que no pueden controlar y que ni siquiera tienen claro qué es y cómo funciona.

Albert Camus (1913-1960), al presentarnos una metáfora del sinsentido de la vida, nos muestra los diferentes caminos que pueden adoptar las personas frente a él. Tenemos entonces a aquellos que buscan huir por cualquier medio de la ciudad, a aquellos que lo viven desde la fe y a aquellos que lo viven desde el oportunismo de una vida nueva. Camus nos muestra la experiencia humana desde lo más esencial, es decir, a través de la búsqueda del sentido, con una maestría digna de un Nobel de Literatura.

En cuanto al Dr. Rieux, él tiene una de las tareas más extremas en esta epidemia: curar. Camus nos lo presenta como narrador principal y es quien más radicalmente se enfrenta al sinsentido. El Dr. Rieux debe mirar cara a cara a la peste, luchar todos los días contra ella, y ya no solo por él, sino por los demás. Él tiene que ver cómo se muere la gente sin poder hacer nada. Tiene que ser machacado día tras día por la tragedia y la tristeza. En su cabeza, está la incertidumbre de si está haciendo todo lo posible; en su corazón, la desesperanza de la muerte; en sus manos, la vida de las personas. Todo ello interrelacionándose y formando parte de la complejidad de la persona. Aún así, sigue adelante buscando lo bueno, aferrándose a dar todo lo que puede sin entender el sentido de toda esa situación.

En La peste se habla de la humanidad. Se habla de ti y de mí. Y se habla de todos nosotros en el día de hoy. Me lo leí durante esos meses que nadie quiere recordar y fue como un regalo. Fue un recordatorio de que vivir merece la pena y de que buscar el amor en la vida es intrínseco al ser humano. Para mí, imprescindible (el amor y el libro).

Marta Morcillo Martínez

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Defensas de Proyectos Finales ELU – Curso 2019/2020

Por:

El pasado sábado 11 de julio de 11:00 a 13:00 horas tuvo lugar en modo online las defensas de los alumnos de último curso que presentaron los proyectos en los que habían estado trabajando durante este último año. Se presentaron siete proyectos:

  • Proyecto Puente
  • Foro Tanzania
  • Acompañar en el sentimiento. Luz en la enfermedad
  • Cuéntame cómo pasó. Los ancianos en la sociedad de hoy
  • Lo que nos queda por pensar
  • La educación como efecto dinamizador de los entornos rurales
  • Intrahistoria rural
  • Remens
  • Trend To Be

La jornada finalizó con el Acto de Clausura de Curso en el que se notificó que todos los proyectos obtuvieron la calificación de Apto y se otorgó al grupo Foro Tanzania la mención honorífica por el trabajo desarrollado en los últimos meses. Además, los directores de la Escuela, Carola Díaz de Lope-Díaz y Juan Serrano, clausuraron este curso que destacaron como extraordinario, con unas palabras conjuntas asegurando que aunque las defensas hayan tenido que ser online por las circunstancias actuales, esperamos volver a vernos toda la comunidad pronto presencialmente y con ganas renovadas.

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Lecturas para un tiempo único

Por:

Nos ha tocado vivir un tiempo único. Cada tiempo lo es -y sus coetáneos así lo sentimos y manifestamos-; lo es cada historia humana, cada biografía… pero eso no quita que, sin duda, este 2020 esté sorprendiendo a la humanidad. Nos ha situado ante las preguntas radicales de la existencia de un modo abrupto y peculiar, pues al hacer aguas una aparente seguridad; ante el sufrimiento y la incertidumbre prolongada, no puede sino florecer lo fundamental. Y como hemos podido comentar a lo largo de este curso en el módulo de Grandes Libros y en otras ocasiones, son precisamente esas cuestiones eternas de la existencia las que abordan las grandes obras literarias.

Por ello, y también de cara a las iniciativas que comenzaremos el próximo curso, – Cuaderno de Bitácora y el club de lectura Beers & Books- queríamos sugerir brevemente algunas lecturas de obras clásicas para este periodo de verano. Lecturas de distintos periodos con las que se puede establecer un diálogo en torno a cómo vivir.

En un contexto como el nuestro, ¿a quién no le gustaría conocer la verdad de una cuestión inquietante que está acabando con la vida de personas? Puede que conocerla suponga un cambio en el trascurso de tu biografía, que conlleve la confirmación de un destino marcado, pero, ¿puede la verdad supeditarse a ello? Le preguntamos a Edipo Rey, de Sófocles, del siglo V a.C. Del mismo poeta trágico, con una temática diferente ­-ser hija, ser ciudadana, obedecer o no las leyes, etc.-, recomendamos Antígona, que además será representada en los próximos días en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

¿Puede alguien llevado por su ambición acabar destruyéndose a sí mismo y a los de su alrededor? Macbeth de Shakespeare -el aclamado escritor al que Harold Bloom situaba en la cúspide de los literatos- profundiza en el tema en esta famosa y oscura tragedia del XVII. También lo hace varias centurias después y con una historia diferente Albert Camus en Calígula (1944), quien, tras perder a alguien querido y quedar desprovisto de un fin que pueda orientar su existencia, se convierte en un tirano para quien la vida de otros y la propia carece del más mínimo valor.

Por otra parte, el primer fin de semana de la ELU de este curso contamos con la ponencia de José Manuel Mora Fandos que llevó por título “El placer de leer”. El profesor y escritor comenzó su exposición partiendo de Primer amor de Iván Turguénev, obra que nos recomendó. Publicado en 1860, es el relato en primera persona del proceso de enamoramiento del que cae presa un adolescente por una joven princesa, y toda la vivencia que conlleva. De un tema similar, sugerimos la lectura de la famosa obra de Jane Austen, Orgullo y prejuicio (1813). La escritora inglesa -experta en desarrollar de forma delicada la psicología de sus personajes- presenta al lector varios procesos de enamoramiento en las hermanas Bennet, siendo el de Elizabeth y el señor Darcy el que ocupa el papel central por su búsqueda de la virtud y la felicidad en la relación, después de un inicio marcado por los vicios que dan título a la obra.

¿Alguna distopía clásica que nos permita adentrarnos en situaciones irreales, pero a veces más cerca de la realidad de lo que nos gustaría? Podemos recomendar tres títulos, publicados respectivamente en 1932, 1949 y 1953, en medio de un contexto convulso como es el siglo XX: Un mundo feliz de Aldous Huxley, 1984 de George Orwell, y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Estas obras abren los ojos a la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico y nos hacen descubrir los métodos de control de la sociedad; siendo precisamente uno de los más importantes el privar de la lectura.

Y concluimos con el tema del tiempo, pues estamos llamados a vivirlo como kairos, como el tiempo oportuno en el que algo importante sucede. También en el verano, en el descanso. Nuestra vida está en juego.

¡Buenas vacaciones!

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Beatriz González del Yerro – Una gota de agua más

Por:

Un pequeño acto, hecho por Amor, ¡cuánto vale! (s. Josemaría Escrivá de Balaguer)

La medida de la entrega no es otra que la medida del Amor que se ha puesto en ella. Así no hay actos pequeños, si se hacen por Amor. Este año 2019-2020, he tenido la oportunidad de entregarme un poco más en un proyecto misionero de voluntariado llamado “Misión País”.

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Misión País es un proyecto de jóvenes universitarios católicos, con anhelo de misionar y entregarse a los demás. La Misión consiste en compartir, durante una semana, la alegría de la fe en Cristo, de la mano de María, en pequeños pueblos de España a través de la entrega, la escucha y la disposición para ayudar. 

Es una oportunidad para ponerse al servicio tanto de la Iglesia como de personas necesitadas, teniendo a vivencia de voluntariado, oración y servicio desinteresado a los demás. Es un regalo que la Juventud de Schoenstatt quiere entregar a España, para volver a hacer de ella una Tierra de María.

La Misión dura una semana, y se realiza durante 3 años en un mismo pueblo. Este año se han llevado a cabo 9 misiones distintas, varias de ellas promovidas por grupos de jóvenes universitarios de las Universidades de Comillas, Carlos III y la Politécnica de Madrid. 

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El haber tenido la oportunidad de coordinar este proyecto durante este año me ha hecho caer en la cuenta de la importancia de ser agradecidos y de querer entregarnos en las pequeñas cosas, con las personas de nuestro alrededor, de nuestro propio país… Es en las pequeñas cosas de cada día, en nuestros proyectos universitarios, en nuestros lugares de estudio, familias donde tenemos que entregarnos. Si solo esperamos a las grandes situaciones y proyectos para ponernos en juego, qué pocas veces podremos regalarnos a los demás. 

Ojalá sepamos salir al encuentro del otro en las pequeñas cosas del día a día, porque por Amor, hasta una mínima gota, se vuelve grande. 

Youtube: ¿Qué es Misión País?

Página Web: www.misionpais.es

Instagram: @misionpaisesp

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Miriam López Ferreiro – ELUs por el Mundo

Por:

¡Hola a todos! Soy Miriam y este año he tenido la suerte de estar de intercambio Erasmus en Uppsala (Suecia). Cuando el año pasado tuve que decidir si realmente quería vivir o no esta experiencia, he de decir que no estaba totalmente segura. Gente nueva, idioma nuevo, y en definitiva costumbres nuevas. Sabía que no me iba a resultar fácil, que las cosas iban a ser diferentes, y sentía cierta incerteza e inseguridad por cómo sería todo.

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Pero también sabía que no podía dejarlo pasar y que era lo que quería y lo que debía hacer. Las primeras semanas no dejaba de preguntarme por qué había tomado aquella decisión, pero ahora os puedo decir con total seguridad que estoy enormemente agradecida de haber tenido esta oportunidad, y sin duda la recomendaría una y otra vez. 

Desde el primer momento la Universidad me facilitó mucho la llegada a Suecia e incluso la búsqueda de alojamiento. Suponía que la sociedad sueca era organizada por las cosas que se suelen decir de los países nórdicos, pero lo pude confirmar cuando en julio llegaban a mi casa por correo postal folletos de la Universidad, información para los nuevos estudiantes e incluso un mapa de la ciudad. Lo que no supe hasta que llegué es la fuerte vinculación que tienen con algunas tradiciones. En una Universidad que cuenta con algunas de las herramientas más avanzadas en el ámbito científico, el Gustavianum o el Main Building son edificios de hace cientos de años en los que se puede respirar esa sed de conocimiento y esencia universitaria que busca ALGO MÁS. Es curioso este contraste entre la innovación y la tradición, y me recordó justamente lo importante que es conocer nuestros orígenes y construirnos a partir de ellos para poder crecer y consolidar nuestra identidad, no sólo como individuos, sino también como sociedad. 

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Otra de las cosas que aprendí sobre la sociedad sueca es el respeto que tienen por el medio ambiente. Los hábitos de reciclaje o el uso tan extendido de la bicicleta como medio de transporte son claros ejemplos de ello. No dejaba de llamarme la atención la cantidad y la variedad de bicis que me cruzaba yendo por la calle los primeros días. Esta vinculación con la naturaleza también se relaciona con la forma en la que valoran la luz en general, pero sobre todo la luz del sol. Es muy común en invierno ver las ventanas con una pequeña lámpara encendida al lado, y las velas también forman parte del día a día para muchos suecos. De
hecho, existe en Suecia una festividad para darle la bienvenida oficial a la primavera cuyos orígenes se remontan a la época vikinga. Se llama Valborg y se celebra el día 30 de abril. 

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Cuando a finales de agosto llegué a Uppsala, aquello era totalmente desconocido para mí. La Catedral, la biblioteca Carolina Rediviva, el Gustavianum, Gamla Uppsala, todas estas visitas formaron parte de mis primeros días en Uppsala, y en aquel momento no sabía de qué manera iban a formar parte de mi experiencia Erasmus durante los próximos meses. Recuerdo que el primer postre que probé al llegar fue un kanellbulle (el famoso bollo de canela sueco), y aquel fue sólo el primero de muchos (¡están buenísimos!). También el primer día que entré en el Biomedicinskt Centrum (el edificio en el que tendría la mayor parte de mis asignaturas a partir de entonces) estuve dando vueltas un rato intentando encontrar mi clase. ¡Hasta ir a comprar al supermercado era una aventura los primeros días! 

Pero poco a poco Uppsala, sus edificios y su gente, se fueron volviendo el día a día, y esta pequeña ciudad se convirtió en algo más que aquel lugar que a finales de agosto apenas conocía. 

Antes de llegar tenía la intención de no relacionarme demasiado con españoles y aprovechar esta oportunidad para conocer gente de otros países. Pero al final no fue exactamente así y sin saber muy bien cómo, los españoles siempre acabábamos juntándonos. Sin embargo, la gran cantidad de actividades para estudiantes internacionales, las asociaciones dentro de la Universidad y fuera de ella, mi grupo de laboratorio, y las nations, me ayudaron a conocer también a gente de otros países. Uppsala es una ciudad con estudiantes de muchas y muy diferentes nacionalidades, y sin duda esto me  ha servido para aprender otras costumbres y entender distintas formas de actuar y de ver las cosas. Se suele decir también que los suecos no son muy sociables, y aunque es cierto que son bastante diferentes en este sentido, las generalizaciones no son buenas. Es gente a la que no les gusta entrometerse, pero suelen estar dispuestos a ayudar siempre que sea necesario. 

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Las nations son edificios tan antiguos como la propia Universidad (fundada en 1477 es la Universidad más antigua de Suecia) en los que se puede desde estudiar en la librería, hasta quedar para un fika o para cenar, acudir a eventos formales o actuaciones musicales, jugar a juegos de mesa o  simplemente salir de fiesta. Cada estudiante es miembro de una de las 13 nations que actualmente hay en Uppsala y es en ellas donde se suele hacer vida social. Además, en Uppsala se organizan muchas otras actividades, como por ejemplo conferencias anuales con Premios Nobel o conciertos musicales.

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Las horas de luz no eran muchas a partir de noviembre. Solía ir a clase de noche por la mañana, y cuando salía sobre las tres de la tarde ya era de noche otra vez. Entre esto y comer a las doce o incluso a las once y media de la mañana el horario me resultaba a veces un poco extraño, pero me acabé acostumbrando. El frío la verdad es que me gustaba en cierto modo, así que esto no fue un problema, aunque también tengo que decir que según los suecos este invierno fue uno de los más cálidos desde hacía años. El fika, ese momento del día dedicado a tomarse un café con un bollo para conversar, descansar, o simplemente tomarse un respiro, fue un buen aliado para estos meses de invierno. ¡Siempre había tiempo para un fika, sobre todo si era con un kanelbulle! 

Y así poco a poco, los días y los meses fueron pasando. Cuando a principios de marzo vine a España con la intención de regresar a Suecia una semana más tarde, no sabía que sería la última vez que estaría en Uppsala de Erasmus. Cuando empiezas algo nunca sabes cómo va a terminar, pero lo importante es ser capaz de aprovechar cada momento que pasa y de poner en práctica todo lo aprendido. A pesar de haber terminado el erasmus antes de lo esperado, lo importante ahora es seguir intentando dar lo mejor de uno mismo cada día. Y quien sabe, ¡ya habrá tiempo de volver a Uppsala! Vivir de lo que se nos da a cada instante, reconocer y disfrutar todo lo bueno que hay en las pequeñas cosas del día a día, y ser siempre agradecidos. Estas claves deberían alimentar nuestras ganas de conocer, de saber, de aprender, y en definitiva, de alimentar un sentimiento de inconformismo responsable que nos mueva a hacer cosas. Porque así, siendo capaces de valorar cada situación y adoptar la actitud necesaria frente a ella, seremos capaces de disfrutar del gran regalo que tenemos cada día. 

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Amaya Vizmanos recibe el Premio Innovactora Junior 2020

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Hace unos días a nuestra alumna Amaya Vizmanos le otorgaron el Premio Innovactora 2020 en la categoría Junior en Pamplona. Amaya se presentó con la iniciativa @yoteayudoconlasele en la que también participan varios elus y antiguos alumnos del Programan Becas Europa.

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Innovactoras es una red de “mujeres innovadoras de hoy en día con actitud y aptitud para construir un mundo mejor desde las diferentes realidades del siglo XXI: Ciencia, Tecnología, Empresa, Educación y Sociedad”. Y con estos premios persiguen el objetivo de distinguir, premiar y visibilizar a mujeres y jóvenes innovadoras que desarrollan o han desarrollado nuevas soluciones a retos actuales.

El proyecto que han llevado a cabo en esta cuarentena surgió de la inquietud de ponerse al servicio de aquellos alumnos que se enfrentaban a la selectividad en unos meses y que de repente pasaron a vivir en incertidumbre. Así que Amaya junto a un equipo de universitarios han trabajado en resolver dudas, habilitar bancos de apuntes, consejos para afrontar el examen ahora que ya se acerca y también en presentar los diferentes grados que se estudian para que los alumnos tuvieran una aproximación mucho mayor a la realidad de éstos con el objetivo de que les ayudase en el momento de elegir.

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¡Enhorabuena a Amaya y a todo el equipo! A continuación os dejamos el vídeo de las palabras de Amaya al recibir el premio.

 

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Miguel Escalante – ELUs por el Mundo

Por:

Habían pasado 4 años desde la última vez que estuve en París, ocasión que pude disfrutar con varios de vosotros en el viaje de Becas Europa. Tanto me estaba gustando la ciudad aquel verano de 2016 que, por apurar y apurar nuestro tiempo libre en los Campos de Marte, a los pies de la Torre Eiffel, acabamos llegando tarde al hotel (15 mins). Ni la llamada de atención de Carola (merecida) a las puertas del albergue FIAP Jean Monnet consiguió que me quedara con un mal recuerdo de la capital francesa y el destino caprichoso hizo que volviera, esta vez para cursar un curso completo.

Bueno, curso completo… digamos 6 meses gracias a nuestro querido Coronavirus.

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Para el que no me conozca, estudio Farmacia en la Universidad de Sevilla y entre todas las opciones que me ofrecía mi facultad, París no era a priori la que más me llamaba la atención. Esto era debido a que nunca me había enfrentado a vivir en una gran ciudad, ya que he vivido siempre entre Huelva y Sevilla, por lo que no puedo negar que me imponía un poco dar el salto a una capital europea de tal calibre. Sí tenía claro que quería ir a Francia para mejorar el idioma y valoré opciones como Marsella o Lyon, pero finalmente mis padres sobre todo me animaron a decidirme por París y el tiempo me ha demostrado que tomé la decisión correcta.

La aventura comenzaba a principios de septiembre con la base de conocer ya a 3 personas de mi facultad que también iban para allá, por lo que jugaba en modo fácil. Iban también a la misma universidad que yo, por lo que siempre estábamos arropados. Cuando elegí Francia y más concretamente París, sabía que no iba a ser un Erasmus de cachondeo en el que limpiar asignaturas fácilmente, ya que el nivel de la universidad de destino, Université Paris Sud – XI, era bastante alto y mis predicciones han sido acertadas. Si bien es cierto que he tenido que estudiar bastante, no me ha faltado el tiempo para disfrutar de los que han sido los mejores meses de mi vida sin lugar a duda.

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A pesar de haber estado un par de veces en París, el hecho de vivir en una ciudad te permite empaparte de ella y justo ésta tenía mucho de lo que empaparse. Durante los primeros días, entre papeleos interminables para conseguir cuadrar el Acuerdo de Estudios, conseguir la tarjeta de transporte, una beca de alojamiento, etc… comenzamos nuestro intento de “desguirización” (hecho de ser cada vez menos “guiri”) visitando y conociendo los monumentos más míticos, pero también los menos famosos. Porque París es mucho más que Torre Eiffel, Arco del Triunfo y Museo del Louvre… que ya de por sí no es poco.

Lo que más me impresionaba era que no se acababan las cosas que visitar y planes que hacer. Tardes enteras visitando jardines como el de Luxemburgo o las Tullerías, miles de plazas como la Concordia o Vendome, infinitos barrios con encanto como el latino o Montmatre y monumentos que en cualquier ciudad del mundo serían los principales a visitar pero que aquí eran “uno más” como el Panteón o los Inválidos. Tendría que dedicar otra newsletter entera para hablaros de los museos, que más allá de haber memorizado el ya mencionado Louvre, el d’Orsay y el Pompidou, que son los más típicos, también he podido disfrutar de los recovecos de los menos conocidos como el Rodin, l’Orangerie o el museo de las Guerras Mundiales que se encuentra dentro de los Inválidos. Así podría llevarme horas y horas, enumerando sin parar lugares de interés turístico, pero paro ya.

Algunos de estos sitios que he mencionado los conocí de mano de la pequeña comunidad ELU Francia que nos montamos Diego, Tessa, Paula y Rubén, que aparte de alguna que otra cervecita, fuimos al museo Rodin y a los Inválidos, donde, además de un par de museos, se encuentra la tumba de Napoleón.

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Otra gran ventaja que tiene París es su ubicación geográfica, la cual nos permitió viajar muy cómodamente a varios destinos: primero fuimos a Bélgica (poco más de 3 horas en bus) donde visitamos Bruselas y Brujas; después acompañamos al Sevilla Fútbol Club hasta Luxemburgo (5 horitas en Flixbus), donde jugaba un partido, el cual por supuesto ganamos; nos alquilamos un par de coches y fuimos hasta Véretz, un pequeño pueblo cerca de Tours, donde una amiga que conocimos nos invitó a pasar un finde al humilde castillo de su tía abuela (sin coña jajajaja). Por ultimo, pillamos unos vuelos baratos para hacer un mini-interra y visitamos en una semana Praga, Bratislava, Viena y Budapest.

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Otra experiencia que me encantó fue la posibilidad de ir al Parc des Princes, estadio de fútbol del PSG, gracias a que nuestro compañero de la ELU Manu Santamaría, en una visita que hizo, compró las entradas sin saber todavía la fecha y hora exacta en la que era el partido y finalmente no podía ir, por lo que unos amigos y yo le hicimos el favor de ir en su lugar.

Muchos findes teníamos visitas de amigos de nuestros amigos que iban viniendo poco a poco, ya que París es una ciudad muy apetecible y de buena conexión gracias a sus tres aeropuertos principales, por lo que he podido conocer a más gente si cabe, pero sin duda el mejor fue cuando diez amigos míos vinieron a la vez y pude enseñarles la ciudad que tanto me estaba gustando tanto de día como de noche.

Han sido 6 meses que me saben a muy poco y que me dejan con alguna espinita clavada pero completamente enamorado de París y con la certeza de que volveré muchas veces y seguiré mirando a mi alrededor mientras se me cae la baba al igual que el primer día.

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Miguel Escalante Cabeza

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Ruth Muñoz – Una gota de agua más

Por:

¡Hola a todos! Soy Ruth Muñoz y soy voluntaria.

A veces ocurre, que incluso rechazo la palabra voluntariado por la connotación que se tiene en ciertas partes de él, ya que creo que ser voluntario no debería ser “voluntario”, “opcional”, creo que es un camino que se elige en la vida. Considero, por tanto, que no es algo ocasional, que no es un lugar, un momento donde actuar por el bien, es una filosofía de vida que impregna cada recoveco que nos compone.

Creo que para nadie es una opción reflexionar y actuar por el bien común, de hecho, como bien hemos ido viendo todos estos años en la ELU, es algo inherente al ser humano. Todos, a nuestra medida, actuamos diariamente por ser felices, mínimo personalmente y con aquellas personas que amamos, y a veces, incluso por personas desconocidas, a las que también se ama. Es por ello, por lo que llamar voluntariado a dedicar mi tiempo a personas que amo, me resulta demasiado frío y distante.

Y, ¿quiénes son esas personas que amo? Sencillo, todo el mundo. Ojalá vivir en un mundo en el que pasear por ciertas zonas de Valencia no implicara poder molestar a personas sin hogar, y a su vez, ningún niño muriera de hambre en Etiopía, como bien muestra el cooperante Iñaki Alegría desde sus redes sociales.

Entiendo el voluntariado como una manera de ser en el mundo, algo que no se puede activar participando de un programa específico y se desactiva cuando estás con tus amigos o viendo la televisión. El voluntariado es política directa, hacer la compra de una manera concreta en un sitio determinado es voluntariado, rechazar consumir un producto o alimentos, vestir de una manera concreta, formarse acerca de un tema, también lo es. El voluntariado no implica necesariamente tu acción concreta, puede ser una acción colectiva, o ni siquiera eso, puede ser un grito colectivo, el apoyo a una causa determinada por redes sociales.

El problema que creo que envuelve este tema, es que tanto fuera como dentro se asocia mucho el voluntariado con la caridad, y desde luego que estoy de acuerdo, pero lo entiendo más como una caridad relacionada con la solidaridad. Darme al otro de un modo altruista, aprender de él, pero siendo consciente de que lo que posibilita mejorar tanto su vida como la mía va más allá de mi acción, no somos protagonistas, somos engranajes de una maquinaria que una persona voluntaria sola no puede mover, se necesita vivir de un modo determinado, asociarse y mirar a otros para que a través de la solidaridad común, podamos mejorar realidades.

Respecto a mi situación concreta, después de años acudiendo a una residencia de ancianos con el colegio, al llegar a la Universidad sentí una gran llamada de informarme y actuar. Ese fue el momento en el que me metí en Magis, comunidades de vida cristiana de los Jesuitas en Valencia, donde, además de compartir mi fe, cada uno vivía y compartía sus experiencias. Conocí a gente muy interesante y con mucha experiencia en acciones concretas, prisión, bancos de alimentos, clases de castellano a migrantes, etc. A través de Magis he asistido a formaciones y estamos en contacto con distintas Asociaciones y ONGs locales, religiosas y laicas con las que he podido colaborar.

Hace dos años, fundamos un proyecto de educación no-formal para niños de primaria, el proyecto Punt Jove, en el que poder unir a familias del Colegio San José de Valencia, con familias del barrio Intramurs en riesgo de exclusión social, un encuentro intercultural para ayudar a que los niños crezcan en un entorno diverso y tolerante.

Después de dos años y coincidiendo con mi último año de carrera, decidí buscar un lugar en el que pudiera aportar, ya no solo personal, sino también profesionalmente, y conseguí ponerme en contacto con un proyecto que hoy me sigue sorprendiendo. Se trata de una casa de dos religiosas Auxiliares del Buen Pastor, que comparten piso con 4 o 5 mujeres en riesgo de exclusión social.

La labor que hacen las religiosas junto a las trabajadoras sociales es increíble, todas juntas forman una familia de la que he tenido la suerte de poder formar parte desde septiembre. Voy una vez a la semana a comer con ellas y si necesitan ir a comprar, a pasear o les apetece salir a tomar un helado, las acompaño. Mi función es esa, acompañar, escuchar y hablar con ellas.

Me lo paso genial porque ya tenemos mucha confianza, de hecho, hay días en los que dedicamos toda una tarde a ver telenovelas de Nova una detrás de la otra, o les doy un taller de fotografía con sus móviles y les enseño a editar las imágenes.

Me cuesta pensar en que lo que hago sea una acción concreta y nada más, porque aseguro, que gracias a cada una de ellas he aprendido acerca de realidades que desconocía por completo, y que día a día, defiendo y protejo hasta el final. Mi función como voluntaria no termina en el momento en el que salgo por la puerta de su casa, continúa de otra manera.

Es por ello por lo que me gustaría que el voluntariado no se viera como “algo que hago cuando tengo tiempo” o “eso que me hace sentir bien porque ayudo a los demás”. No hay excusas para no destinar tu vida a ello.

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Andrea Sánchez – ELUs por el Mundo

Por:

¡Hola a todos! Soy Andrea y como algunos ya sabéis, desde septiembre del año pasado hasta abril de este año estuve en Múnich. Hoy os quiero contar un poco más de cerca como ha sido mi experiencia, que, aunque común a todos los que hacemos un Erasmus, es diferente.

Prácticamente toda la gente que conozco define su año de Erasmus como la mejor, o una de las mejores experiencias y años de su vida, que lo recomendaría a toda costa y a quien fuera. ¡Quizá sea de las pocas personas para las que esto no se cumple! Mi experiencia ha sido diferente, con ella he aprendido, he crecido, pero muchos días no he sido feliz o no encontré motivos para decir “volvería a decir que sí”. Sé que es sorprendente y que no es lo que nos gusta escuchar, porque preferimos escuchar historias increíbles donde todo va como esperamos. Pero este año he aprendido a ser sincera conmigo misma, a respetar mis tiempos, y también a transmitir mi verdad, aunque no sea la de la mayoría o, aunque a poca gente le guste contar lo malo y yo me convierta en esa minoría de gente completamente transparente.

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Hace ya un año tomé la decisión de elegir Múnich como destino de Erasmus con el objetivo de perfeccionar mi alemán. Pero pequé de seguir la corriente. En mi clase éramos 45 y solo 5 se quedaban en España, todos los demás querían irse de Erasmus. No fui capaz de ir a contracorriente y ser la número 6 que se quedaba. Dije: si no es ahora, ¿cuándo? Y decidí arriesgarme a decir que sí sin realmente quererlo, solo para poder decir “no me quedé con las ganas”, “no decepcioné a nadie”, “di mi máximo en ese momento”.

Otro factor decisivo fue el hecho de tomar la decisión en base a la calidad de la Universidad de destino. Este es sin duda un factor importante, pero no debería ser el único. Esta universidad solo ofertaba una plaza, por lo que cuando llegué, no conocía a nadie, no fui con ningún español ni nadie de mi universidad. Y más que eso, ningún Erasmus hacía mis asignaturas, por lo que todos los días iba a clase con nativos alemanes a quienes es difícil acceder. El ambiente en clase no era lo que solemos ver en España, grupos de amigos que quedan antes y después de clase. En mi universidad la gente iba a clase sola y cuando acababa, se levantaban y se iban. No había apenas interacción entre ellos, ¡ni mucho menos conmigo!

Para futuros Erasmus, ¡valoradlo todo! El clima, el ambiente, la dificultad de adaptación, la calidad de los alojamientos… Todo cuenta para la salud mental y felicidad durante la estancia. De hecho, al haber elegido una universidad tan buena (30ª mejor universidad en economía del mundo), la exigencia era muy alta. Eso no me permitió tener un Erasmus relajado y lleno de fiesta, que es como suelen pintarlo quienes vuelven de sus ciudades.

Hasta ahora os podéis hacer a la idea de la situación: estaba en una residencia donde no había nadie de Erasmus, iba a la universidad sola y tenía mucha carga lectiva y de trabajo en casa. El clima no acompañaba y en general, la sociedad alemana (muy a mi pesar porque quería quitarme el estereotipo) sí es fría y seria. Alguien podría preguntarse, ¿cómo aguantaste entonces? Intentando sacar algo positivo cada día.

Cuando llegué un mes antes de que empezaran las clases y no conocía literalmente a nadie me fui a pasear muchas veces sola por la ciudad. Iba con mi música, pensando en mis cosas, disfrutando de los rayos de sol de la ciudad antes de que empezara el otoño (que es casi un invierno para los que estamos acostumbrados al clima mediterráneo). Me esforcé por visitar museos y encontrar cada día algo que me animara a salir de casa.

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Por fin la segunda semana de septiembre comencé a conocer a gente. Hicimos un grupo grande y salimos de fiesta el primer mes cada viernes y sábados. Fuimos a karaokes y conocí a mucha gente. Este mes sería lo más parecido a lo que suele ser el mes de Erasmus para la mayoría de la gente. A estas alturas no había empezado el curso todavía y decidí sumergirme en la vida social al completo.

Algo que marcó también mi experiencia fue el trabajar en el Oktoberfest. Durante dos semanas y tres fines de semana trabajé de 11h a 23h en la carpa Marstall sacando fotos a los turistas y vendiéndoselas posteriormente. Necesité mucha resiliencia y fuerza porque era la primera vez que trabajaba en un entorno de fiesta donde todo el mundo va ebrio menos quienes trabajamos. En estas semanas me apoyé muchísimo en el grupo de chicas de todo el mundo que trabajaban como yo en la carpa. Aquí tuve la oportunidad de ver que cuando una carga se comparte, el sentimiento de desolación desaparece. Porque cuando eran las 22h30 y acababa el día, todo lo que necesitábamos era la mirada cómplice de “yo también me he cruzado hoy en la carpa con personas ebrias desagradables”. Tuve momentos duros, pero valió la pena ya que la remuneración era alta y yo quería el dinero para ir a ver a mi novio a China, donde estaba él de Erasmus.

Esto me lleva al siguiente punto: ¡relaciones a distancia! Si tomáis la decisión de iros al extranjero y vais a mantener una relación, armaos de paciencia. Todo es posible si le echáis ganas, pero al mismo tiempo, hay que estar preparado para ser flexible, transformar la relación en lo que cada uno pueda dar durante su periodo de adaptación y también saber perdonar el no recibir lo que se vive en una relación cara a cara.

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Ya en el mes de octubre comenzaron las clases y mi curso de alemán (aquí venía yo a por mí C1 que tanto quería). La universidad como tal era increíble, los profesores buenísimos y las clases se disfrutaban. Es una universidad del siglo XIV por lo que caminar por los pasillos de esta transmitía esa ansia de “búsqueda de la verdad”. Uno podía imaginarse a eruditos subiendo las escaleras y a sabios enseñando su conocimiento en las aulas hace siglos. Fue sin duda lo que más disfruté de mi estancia: el haber adquirido unos conocimientos tan bien enseñados de la mano de profesores muy bien preparados a nivel pedagógico.

Esto fue de la mano con un rebajar la fiesta y los planes para poder llevar al día toda la materia. Sí que antes de los exámenes tuve tiempo de viajar a Salzburgo, Praga, Innsbruck, Ammersee, Liubliana… Descubrí mucho de la historia de Europa y de las gentes que viven en estas ciudades.

Pero también aprendí algo: el con quién es tan importante como el cómo y el qué. Porque unido al con quién está el para qué, y algo con lo que yo he sufrido bastante es con el sentir que toda la gente que iba conociendo era efímera, pasajera. Pensaba ¿por qué debería estar dedicando mi tiempo a personas a quienes solo les importa salir? ¿por qué no hay un interés por conocer a las personas realmente? Sentía que a mi alrededor todos sabían que en un año no sabríamos los unos de los otros y eso me vaciaba. Porque me costó encontrar a esas 3-4 personas en quienes me podía apoyar en mi día a día y con quienes podía compartir mis alegrías y preocupaciones. Personas que sí querían ser amigos, con todas las letras.

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Creo que la búsqueda de autenticidad en todo lo que hacemos nos asegura rodearnos de personas sinceras y de confianza, a quienes nos abrimos y se abren. A la vez, este deseo nos lleva a tener decepciones, a llevar un camino más lento, a no conformarnos, ser exigentes. Porque yo soy el tipo de persona que se entrega, que no quiere estudios a medias, amigos a medias. Quizás por eso mi experiencia ha sido tan diferente, porque no he conseguido ver el valor de lo efímero, ¡y probablemente sea mi error! Así que eso es lo que me llevo. Un aprendizaje personal, un autoconocimiento… ¡y el tan ansiado C1 de alemán!

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Carlos Marín – Una gota de agua más

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No habría alcanzado aún la mayoría de edad, cuando ya comenzaba a plantearme su utilidad, el verdadero uso que yo podría darle. ¿Servirían esos 18 años para algo más que para pasear mi DNI cual exposición ambulante? Tras un breve período de búsqueda, hallé la respuesta, y es que a partir de entonces podría dedicar mi tiempo a personas más vulnerables, con sacos de ilusión en cada una de sus habitaciones y una lección de vida que aportar a cada instante.

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Fue así como comenzó mi voluntariado con ANDEX (Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Andalucía) en oncología infantil del hospital Virgen del Rocío. El miedo y los nervios formaban una dupla indivisible en mis primeros momentos, aún sin saber qué respuesta recibiría o si realmente podría servirles de ayuda. Sin embargo, tan abrumador fue lo que allí descubrí que no he vuelto a experimentar esa sensación desde el primer día, cuando ya comencé a considerar aquello como un hogar.

Desde entonces, cada fin de semana se ha convertido en un motivo perfecto para sonreír, dejar mis aparentes problemas a un lado y celebrar la vida junto a ellos: niños de no más de 12 años cuya mayor fantasía es que alguien les dedique su tiempo jugando, bailando o simplemente hablando. Desde futbolistas hasta moteros, pasando por Papá Noel y algún que otro payaso, han visitado ya la planta durante mi todavía corta experiencia, en la que he tenido la oportunidad de conocer a personas brillantes que tratan de aliviar con todo su esfuerzo su paso por esta frágil situación.

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Dada la tesitura actual, y teniendo en cuenta la especial debilidad de los chicos, hace ya tres meses que suspendimos la actividad, por lo que decidí buscar alternativas. Así, durante el mes de mayo he ayudado como realizador en la transmisión de eucaristías online que diariamente llegaban a más de 1000 hogares desde el que fue mi colegio. Después de tantos años correteando por aquellos patios y aprendiendo tanto en aquellas clases, ha sido un pequeño gesto que me ha permitido darles una mínima parte de todo lo que allí he recibido.

Ahora estoy nuevamente en búsqueda de proyectos, de formas de entregarme. Tratando de encontrar más personas con las que compartir la felicidad.

Carlos Marín

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TED: Tu empresa a domicilio

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TED, o Tu Empresa a Domicilio, es ahora una asociación que pretende ayudar al pequeño comercio local. Todos estamos acostumbrados a recurrir a Amazon si necesitamos algo rápido, y más durante la cuarentena. Pero después de la pandemia, los pequeños comercios de España van a sufrir con fuerza el impacto de la crisis económica. Y TED pretende hacer visibles y echar una mano en lo que se pueda precisamente a esas personas que llevan su pequeña tienda o local.

La idea es que TED sea una página-directorio. Un lugar donde puedas encontrar rápidamente a las empresas de tu barrio y saber cómo están, poder contactar con ellas o incluso indicar cómo comprar. ¿Han abierto con el COVID? ¿Tienen una tienda online? ¿Me pueden atender por teléfono? La idea es que sirva para todos, y que sea lo más intuitiva posible, atendiendo a las personas menos hábiles con la tecnología. La idea es ir creciendo, y añadir nuevas funcionalidades (descuentos, pedidos, catálogos, etc.), según nuestras posibilidades. Pero querría comentaros un poco más sobre nosotros, para que os hagáis una idea.

“La vocación universitaria es una vocación específica al bien común”. Empiezo con esta frase que nos dijo Rafa Monjo en Alcalá, cuando Becas XI aún no éramos ni universitarios, para resumir lo que ha sido para mí la experiencia de TED, y que estoy convencido de que todos los ELUs lo compartimos. TED nació a partir de esa inquietud que compartíamos unos amigos universitarios. “Todo el mundo está haciendo cosas contra el coronavirus, imprimiendo cosas en 3D, y nosotros nada. ¿Qué podemos hacer?”. Entonces, como providencia, llegó el aviso del Hackathon contra el COVID-19 que nos envió la Comunidad de Madrid. Y así empezó todo.

Cinco o seis amigos nos reunimos por conferencia. ¿Qué idea proponemos? ¿A quién podemos ayudar unos aspirantes a ingenieros, médicos y una recién graduada en Economía y Marketing? Como siempre, la experiencia da la solución. Uno de nuestros padres lleva un pequeño comercio, y de ahí surge la idea. Poco a poco la desarrollamos: una plataforma web para dar visibilidad al pequeño comercio, y facilitar lo máximo posible el proceso de compra para el público general. Parecía una idea tonta, pero rápidamente se fue uniendo gente. La verdad es que me ha hecho reflexionar que la vocación universitaria está más extendida de lo que creemos. Compañeros de mi carrera (industriales), a través de conocidos, viejos compañeros de colegio… Muchos se unieron al proyecto, incluyendo a Marta Navas, a la que muchos conocéis, y que también me da confianza en que los ELUs respondemos cuando se nos llama. Un equipo potente y multidisciplinar; un equipo universitario.

El Hackathon fue un fin de semana frenético. Con ayuda del tutor asignado, dimos forma al proyecto, terminamos un prototipo funcional y lo presentamos. Contactamos con algunas empresas del barrio de Chamberí, que se mostraron interesadas, aunque en fin de semana, poco se podía hacer. Pero cuando terminó, y no resultamos finalistas, llegó la temida pregunta… ¿y ahora qué?

Una vez más, la gente te sorprende. Nos pareció que el fin era tan bonito que, a pesar de estudios, exámenes, TFGs y demás locuras, merecía la pena seguir adelante. Nos hemos organizado, ahora somos asociación y la UCM nos ha reconocido el proyecto con un premio económico para ayudarnos a seguir adelante. Tenemos página web propia: www.tuempresaadomicilio.es, y a más de 10 empresas que están colaborando. Poco a poco crecemos, y seguimos con la ilusión de sacar adelante un proyecto completamente altruista, y para ayudar al pequeño comercio, para aportar nuestro granito de arena.

Pero os pedimos ayuda. Apoyad al pequeño comercio. Los de Chamberí, podéis encontrar empresas en nuestra web. Pronto esperamos también que incluyamos otras zonas. Los demás, estad pendientes de vuestro barrio, y a lo mejor podéis acudir a otros negocios más tradicionales. Pero creemos que este es el espíritu universitario, aportar donde podemos y donde se nos necesite. Os pedimos también que nos sigáis, deis difusión y que participéis. En RRSS (Facebook e Instagram: Tuempresaadomicilio, Twitter: @TED_domicilio, Linkedin: TuEmpresaaDomicilio). Dadnos feedback, cualquier comentario o sugerencia será bienvenida. ¡Y si alguno quiere saber más, por favor, no lo dudéis!

A vuestra entera disposición:
Diego Cerrillo, Proyectos Finales (Becas XI)

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¡Nueva sección! – Cuaderno de bitácora

Por:

Este es nuestro cuaderno de bitácora, escrito por y para todos los ELUs. Queremos que sirva para dejar constancia de nuestro viaje por la ELU. Como todo viaje, está lleno de vientos y cambios de rumbo, pero también de coordenadas geográficas que nos orientan. En este cuaderno, plasmaremos aquello que nos marca en nuestro camino. Por eso, ¿qué mejor que los libros? Los libros pueden ser nuestra Estrella Polar. “To travel far, there is no better ship than a book”, decía la poeta Emily Dickinson. Con esta divisa, empezamos la nueva sección.

Queremos que exista un espacio donde puedas compartir esa novela que tanto te gustó, ese libro de cuentos que te habló de ti o esa historia que tanto te llenó. Pensamos que los grandes libros son una manera única de conectar entre todos nosotros, porque nos hablan justo de eso, de los problemas fundamentales del ser humano a través de todas las épocas. Y por eso surge esta sección, para que todas las personas podamos conectar a través de los libros.

Tenemos muchas ganas de empezar este proyecto y de compartir con todos vosotros las obras literarias que nos han ido marcando en nuestra vida.

Berta Coll y Marta Morcillo.

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Silvia Tévar – Una gota de agua más

Por:

ESCUCHA Y AMA

Todavía recuerdo el olor del salón, aquella mezcla de antigüedad, limpieza y tranquilidad que me saludaba cada vez que llegaba. Hace ya nueve meses desde que tuve la oportunidad de ir, durante dos semanas, al convento de Santa Mónica. Hace ya nueve meses que, acompañando y sirviendo a los ancianos que allí residen, descubrí la importancia del escuchar y el acompañar.

Cada tarde, las monjitas del convento me recibían con una sonrisa nueva, con un brillo en la mirada que removía mi corazón. El primer día estaba un tanto nerviosa: había llamado esa misma mañana preguntando en qué podía ayudar y me habían respondido que necesitaban a gente para dar de cenar a los mayores y hablar un poco con ellos. “Nada complicado”, me dijeron. Sin embargo, recorriendo aquellos pasillos de piedra fría, caminando por primera vez hacia la salita de estar, una pejiguera inquietud bailaba en mi interior: ¿me verían con buenos ojos? ¿Y cómo empezar a hablar con ellos? ¿Me aceptarían?

Apenas hicieron falta unos segundos para que mis dudas iniciales se disiparan: tan pronto como entré en la estancia, un hombre que más tarde se presentaría como Luis me sonrió con sorpresa y curiosidad. Su mirada, una maraña de cariño, paciencia y energía. “¡Caramba!” Fue lo primero que dijo. Y así, a partir de aquel instante, comencé un camino que todavía hoy trato de explorar: el de aprender a escuchar, a acoger con asombro y respeto las historias de aquellas personas que, cada tarde, antes de cenar, me contaban un poquito más de sus vidas, de sus anhelos, de las pequeñas actividades diarias que podían llevar a cabo día a día. Me di cuenta de que la vida se vive y se ama en los pequeños gestos diarios; de que, a veces, lo importante es simplemente estar ahí. Con ellos exploré esa Valencia que tan solo conocía a través de los libros de historia. De su mano descubrí qué significa trabajar en el campo, día tras día, con infinita paciencia y tesón; aguantar las heridas del esfuerzo para darles un futuro a las personas amadas. Conocí qué se siente cuando algunos días las fuerzas son escasas, cuando la debilidad impide incluso jugar a las cartas. Gracias a Pedro, Carlos, Luis y Alfonso comprendí qué significa querer a un hijo a pesar de sus idas y venidas; la importancia del perdón, de la gratitud y la responsabilidad de la paternidad.

Por otro lado, dándole la papilla a Amadeo, un anciano de la segunda planta, comprobé qué esencial es la fuerza de voluntad. Para mi compañero, cada cucharada era una lucha por hacer que aquella pasta descendiera por su garganta. Sin embargo, él allí estaba, sorbiendo y resistiendo, pidiendo más con la cabeza. Las monjitas y voluntarios del convento también fueron una clara muestra de ello: su pasión, dedicación y entrega atraparon mi corazón. Fregando, organizando, limpiando, moviendo a los mayores, curando a los enfermos, acostándolos… Nunca perdían ese brillo en la mirada, ese cuidado, ese cariño por todo lo que hacían.

Y es que, en esas dos semanas aprendí cómo el amor es el motor del ser humano, la fuente que se parte y se reparte. El amor, el sentido de la vida.

Silvia Tévar

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Jaime Redondo – ELUs por el Mundo

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Es una noche de invierno en las Highlands. En el horizonte asoma el océano entre enormes montañas. A mis pies, un lago cristalino refleja la luna llena en un cielo escocés sorprendentemente despejado. En mi mano un palo afilado a punta de navaja sostiene una salchicha precocinada que se calienta en un dulce fuego que sabe a verano y a verbena. Y a mi lado, en los rostros de Danny, Mascha e Iván, me siento europeo, me siento amigo, pero sobre todo, me siento humano.

No puedo sino maravillarme por todas las formas en las que este año de siete meses me ha transformado. Por eso, siempre que pienso en ello siento la necesidad de recalcar un agradecimiento y decir que he tenido la tremenda suerte de vivir desde septiembre en la ciudad de Mánchester, en un Erasmus que ha sido más fructífero que lo que pudiera haber imaginado.

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Tras tres años de Matemáticas y Física en Madrid, la rutina cada vez se acercaba más al tedio. Yo era incapaz de conformarme con eso, la Universidad tenía que suponer algo más, así que en un alarde de rebeldía, que no en vano dijo Marañón que es la virtud fundamental de la juventud, decidí dar la vuelta a mi propia vida, a los propios planes que yo había tejido en busca de aquello que añoraba aun antes de saber lo que era.

Me recibió una ciudad que me enamoró antes de la primera noche. Aunque en términos demográficos es grande, el centro de Mánchester es pequeño, al menos, en comparación con Madrid. Y mi residencia, la que sería mi hogar, no podía estar mejor situada. De verdad. Un día, teniendo clase a las 9, me desperté a las 8:55 y aun así llegué puntual. Para mí, acostumbrado a pasar más de dos horas diarias en los subsuelos de Madrid, eso abría un mundo de posibilidades que no pensaba dejar de aprovechar.

Pero vayamos por partes y no adelantemos acontecimientos. Estamos en septiembre y las posibilidades para un recién llegado a Mánchester eran infinitas. Había llegado allí solo, pero la propia Universidad, acostumbrada a recibir varios miles de nuevos estudiantes de todas las partes del mundo cada año, había previsto esa circunstancia. Así que por delante tenía dos semanas de la llamada “Freshers Week”. Valga pues decir brevemente que disfruté como nunca esos días, que pude conocer a cientos de personas, muchas más de los nombres que puedo recordar, y que después de eso, nunca más me sentí solo.

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Pero llegó el primer día de clase y había que ponerse las pilas. He olvidado decir por qué elegí Mánchester en particular. Pues bien, con dos premios Nobel en el cuerpo docente y una gran inversión es sin lugar a dudas la mejor Universidad para estudiar Física de Europa (sí, incluso por delante de Oxbridge), y una de las mejores del mundo. Y esto se hizo patente: una facultad repleta de recursos, unos profesores realmente preocupados de que su enseñanza sea lo mejor posible, siete plantas de laboratorios e investigación de alto nivel, y prácticamente todas las semanas sándwiches y café gratis para los estudiantes. ¿Qué más se puede pedir?

Es cierto que el sistema británico difiere mucho del español. La mayoría de los profesores se conforman con ser “Lecturers”, es decir, llegan al aula, imparten su lección y la abandonan, sin mayor preocupación por el alumno. No obstante, la organización de las materias es algo que como alumno se agradece mucho. Todas las lecciones estaban planeadas desde el primer día, todos los apuntes, hojas de problemas y soluciones eran recursos accesibles, y si aún querías más, todas las clases eran grabadas y publicadas para poder verlas todas las veces que hicieran falta. Allí han sabido integrar la tecnología en la educación universitaria de una forma extraordinariamente eficaz, y esto, por ejemplo, ha resultado en que su adaptación a los tiempos de pandemia haya sido ejemplar.

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Pero hay un último elemento que es la guinda del pastel que ya es la propia Universidad. Un profesor mío decía que todo lo se ha inventado en Inglaterra, en realidad se inventó en Mánchester, y lleva buena parte de razón: pude dar clase en el edificio donde Rutherford descubrió el átomo, la facultad de Matemáticas llevaba el nombre de Alan Turing y su orgullo por bandera, y cada edificio, incluso muchas aulas, llevaban nombres de grandes profesores, ingenieros, empresarios de tiempos de la Revolución Industrial, sociólogos o filósofos que pasaron por Mánchester y dejaron su huella.

Suficiente en cuanto a la parte académica, y es que no solo de pan vive el hombre, ni de ecuaciones un servidor. Viviendo tan cerca de la Universidad se me ofrecía la posibilidad de participar en un montón de asociaciones y sociedades, y así lo hice. Los que me conocen ya saben de mi pasión por el teatro, y era algo a lo que no estaba dispuesto a renunciar. Encontré mi hogar y una bonita familia en algo que me sumergió de lleno en la cultura inglesa: la pantomima.

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Preparamos durante todo el semestre de invierno una pantomima de Blanca Nieves, ensayamos divertidísimos monólogos, desternillantes bailes y horrorosas canciones con las que llenamos un auditorio dos noches consecutivas y recaudamos más de 1000 libras para la Sociedad por la Esclerosis Múltiple. Entre ensayo y ensayo, yo aprendía los chistes que solo a un británico le podían hacer reír, y es que… ¡era el único no inglés allí! Eso es lo que se llama inmersión cultural. Y es que interpretar en un idioma que no es el tuyo es notablemente complicado, pero tuve la suerte de encontrar en Alyx y Will unos directores maravillosos. Bueno, quizá no tanto. Minutos antes del estreno me dijeron que en un monólogo pronunciaba mal una palabra, pero no me lo habían dicho antes porque les hacía gracia como lo decía. Ingleses…

Además del teatro y de la natación, que se puede decir que eran continuación de cosas que ya formaban parte de mi vida, decidí incorporar elementos nuevos. El primero de ellos fue la magia: en una pequeña asociación recién nacida nos juntábamos unos cuantos estudiantes para aprender trucos nuevos juntos. Y aunque no aprendí mucho, me lo pasé muy bien, e incluso llegué a actuar delante de una audiencia en el sótano de un bar sórdido de las afueras de Mánchester. Creo que esto último lo debería poner en el currículum.

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La segunda de las novedades en mi vida fue el cine. Aunque se vio frustrado por la cuarentena y no pude terminar todos los proyectos en los que quería participar, sí hubo tiempo para rodar un pequeño corto hitchcockiano. Pero la tercera novedad y la más valiosa fue el baile. Los martes: clases de Forró, que es un baile del noreste de Brasil súper relajante. Los miércoles: clases de Tango. Los viernes: clases de Bachata. Y ocasionalmente alguna clase de Swing o de Charleston. No me siento orgulloso de haber aprendido tango argentino de manos de un inglés, pero sí extremadamente feliz de haber encontrado en mi profesor, Joe, así como en mis compañeros Diana, Cerys, Alex, Ollie, Bola, Su, Gustavo, Letizia y muchos otros una pequeña familia donde disfrutar del baile, ser consciente de mi propio cuerpo y alejar por unas horas toda preocupación de mi cabeza. Recuerdo con especial cariño un día que pasamos en el piso de Joe, cocinando pizzas, tomando cócteles y bailando desde la una del mediodía hasta la una de la madrugada. Eso también es familia y eso también es felicidad.

Hay un último elemento sin el cual mi Erasmus no hubiera sido igual. Como si de los protagonistas de Cómo conocí a vuestra madre se tratara, encontramos también en el Grove nuestro propio bar. Allí, donde pasé fácilmente más de la mitad de las noches era tremendamente feliz. Bien fuera echando un Fifa con Jose, jugando al billar con mis gallegas favoritas, cantando operetas con Alessio o simplemente disfrutando de la buena compañía de Miguel, Iván, Mar, Silvia, Pedro, Alicia, Isa y el resto de mi querido grupo de españoles que no puede faltar en ningún Erasmus, las horas pasadas en el Grove son algunas de las más felices de mi vida.

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Cada una de estas cosas ha ido calando en mí de una forma distinta, asentándose en mi forma de ser. No sólo he aprendido a gestionar el estar solo, que no es lo mismo que la soledad, sino que me he encontrado a mí mismo: encima de un escenario, o bailando, o sentado en un sillón con una pinta en la mano. No hay que olvidar pequeños viajes a Escocia, Liverpool, York, Londres o Sicilia que también son parte de esta experiencia. Al final, todo se trata de lo mismo: viajar hacia fuera y hacia dentro a la vez. En el viaje uno se puede encontrar consigo mismo, y eso ya lo dijo Machado cuando escribió caminante no hay camino/se hace camino al andar.

Y repentinamente mi Erasmus tuvo que acabar, pero esto solo quiere decir que una nueva etapa espera. Como dice Bilbo al final de El Señor de los Anillos, “creo que estoy listo para una nueva aventura”. Pues bien, ahora llevo en mi saco muchos nuevos aprendizajes. Desde cómo hacer una tortilla de patata (con cebolla, por supuesto), hasta monólogos shakesperianos pasando por bailes nuevos, ideas nuevas y sobre todo, amigos y compañeros de viaje nuevos. Gracias a todos ellos, puedo decir que mi objetivo de Erasmus se ha cumplido, que la Universidad ha sido algo más, y que hoy soy algo más de lo que era en septiembre. Soy más maduro, soy más feliz, soy más humano.

Y tú, ¿a qué esperas para irte de Erasmus?

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Gloria Rodríguez – Una gota de agua más

Por:

¡Hola familia! Soy Gloria y os quería hablar sobre UN INICIO, un proyecto de catering social que en la situación que estamos viviendo ahora, ha comenzado a ayudar a las familias más necesitadas.

UN INICIO es una entidad que conozco bien porque surgió impulsada por mi madre, mi hermana y otros amigos. Se dedican a acompañar, formar, educar y emplear a jóvenes pertenecientes a ciertos colectivos en desigualdad de condiciones a través de la gastronomía. Sin embargo, dada la situación, como muchas otras empresas, se han visto obligados a reinventarse. Entre otras cosas, han decidido acompañar a las familias vulnerables que sufren los efectos de esta crisis, preparando cajas de alimentos y llevándolas a sus casas. Comenzaron este proyecto gracias a las donaciones de terceros y han llegado a ayudar a más de 6000 personas. Debido a la cercanía con estas familias, han visto que hay muchas que están pasando por situaciones complicadas, y este número no hace sino crecer. Es por esto que, gracias a los voluntarios que se están ofreciendo, se está pudiendo ayudar a casi 1000 familias a las que se visita de forma recurrente con la intención de acompañarles y ofrecerles cajas solidarias.

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A lo largo de la cuarentena, mi madre y mi hermana llegaban a casa todos los días impactadas por la situación tan difícil que se está viviendo. Ellas nos contaban con detalle lo que iban haciendo, lo que iban viendo, la gente con la que se han ido encontrando, y cuanto más nos contaban, más ganas nos entraban de ir a echar una mano. Sin embargo, dada mi situación en la universidad, veía que lo que se me ponía ahora delante era asistir a mis clases y enfrentarme con el estudio. Y esto ha sido difícil, porque no entendía por qué me encontraba un sábado por la tarde estudiando mientras toda mi familia estaba repartiendo cajas de alimentos.

Mi tía, a la que le pasa algo parecido, porque está también trabajando y se muere de ganas de ayudar, me decía que para ella fue clave recordar la frase de Santa Teresa de Calcuta “No es tanto qué hagas, sino en qué pongas el corazón”. Y es verdad, porque igual que marca la diferencia la ayuda que están dando desde UN INICIO, marca la diferencia cómo me ponga yo delante del estudio, por qué estudio. Pero como soy un poco cabezota, aun así insistí en que si podía hacer algo para ayudar desde casa, que contaran conmigo. Y así fue, me propusieron llamar a las familias para ver cómo ayudar, a quienes llevar la caja y qué necesidades había. Y eso he estado haciendo en estas últimas semanas. Ha sido algo realmente impactante. Al final estamos encerrados en casa, sin saber bien qué sucede fuera, y de repente te chocas con una realidad que, aunque supieras que está, yo al menos no era del todo consciente. Durante la cuarentena, en mi cuarto, me era muy fácil caer en mis problemas y mis quejas, y sin embargo estas llamadas me han hecho mirar esta situación con una perspectiva más amplia.

Gloria 3

Me ha sorprendido también darme cuenta de que estas familias sí, necesitan ayudas y alimentos, pero más que eso necesitan estar acompañados. Me ha pasado ya con varias personas que me cuentan que están solas y se echan a llorar, agradeciendo infinitamente el poder hablar con alguien.

A raíz de esto, he empezado a llamar a algunas personas que están solas simplemente para hablar. El pasado viernes llamé a Verónica, que anteriormente me contaba que estaba sola y pasándolo muy mal, y cuando colgué no daba crédito a lo que acababa de pasar. Yo la llamaba con la intención de charlar un rato, de acompañarla un poco, y cuando colgué, esta mujer me había dado mil vueltas. Verónica me contaba que durante este tiempo había empezado a leer libros de la carrera que dejó en el pasado, simplemente por amor al arte, por enriquecerse, y me decía “Si es que yo soy muy curiosa, a mí me gusta leer de todo, y ahora que tengo más tiempo, no pierdo oportunidad. Algunos compañeros me dicen que por qué leo eso si no me va a servir para el trabajo, sin embargo yo creo que esto es una riqueza que no tiene precio.” Y yo me veía estudiando con pereza, y sin ilusión, y de repente Verónica me recuerda que no es tanto para qué estudies, sino porqué, qué tiene de atractivo ahora aquello que he decidido estudiar.

También me contaba la situación de falta de compañía que estaba viviendo, no solo a nivel físico sino que veía cómo muchos de sus amigos le habían dado la espalda en esta situación, que se sentía sola. Y esto me hacía ver lo afortunada que soy, que tantas veces, y en estos días, miro más lo que me falta, lo que me gustaría que sucediera, y no lo que ya hay, empezando por tener una familia. Verónica me había ayudado mucho más que yo a ella, y como dice un amigo, vi cómo efectivamente la vida está para darla, ya sea repartiendo cajas de alimentos, estudiando o con una simple llamada.

Por último, quería hacer un llamamiento para animaros a colaborar como voluntarios. Desde UN INICIO cada vez reparten a más familias y necesitan ayuda para ello, por eso os animo a, si tenéis un hueco y ganas, apuntaros y echarnos una mano. Podéis repartir cajas de alimentos con vuestro padre, vuestra hermana, o algún amigo; o venir a ayudarnos a montarlas. ¡Gracias familia!

Uninicio

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ELU#talks en YouTube

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En cuarentena es fácil perder la noción del tiempo. Todos los días saben igual. Caemos en la monotonía y, de no ser por nuestra agenda llena de cosas por tachar, no sabríamos si es lunes o miércoles. Pero los sábados son diferentes. Tienen un gustillo especial. No cuesta tanto levantarse de la cama porque sabemos que nos espera un rato en familia: las ELU talks.

Ya son ocho los nombres que hemos sumado a la lista. Ocho personas brillantes que han querido compartir con nosotros sus reflexiones y experiencias para darnos un poquito de luz en este túnel que cada vez está más cerca del final. Libertad, belleza, Dios, sufrimiento, amor. Los grandes interrogantes de la condición humana que nos permiten entender y entendernos.

Ocho charlas que nos han ayudado a redescubrir el gusanillo que sentimos en cada fin de semana que nos volvemos a juntar. Y a recordar lo bien que se está en familia.

Para que podáis ver de nuevo las ponencias que hemos tenido el lujo de escuchar, hemos decidido subirlas a Youtube. Aquí os dejamos el enlace. No están todas disponibles aún, pero poco a poco se irán subiendo.

Sois un verdadero regalo. Nos vemos este sábado, familia.

Un abrazo,

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Dos alumnas y cuatro antiguos alumnos, ganadores del Premio Optimus UFV

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¡En la ELU estamos de enhorabuena! Dos alumnas y cuatro antiguos alumnos han sido reconocidos con el Premio Optimus de la Universidad Francisco de Vitoria en el que se premian los méritos del mejor alumno de cada facultad, su esfuerzo, trabajo y dedicación a todas las áreas de la formación integral.

Los premiados han sido los siguientes:

  • Inés Martín Cruz de la Facultad de Educación y Psicología
    • “A lo largo de estos cuatro años, la Universidad ha supuesto para mí un momento frontera entre la persona que era y quien quiero llegar a ser, ofreciéndome experiencias de vida que me han enriquecido tanto profesional como personalmente. La ELU me ha acompañado desde los inicios de esta etapa, guiando mi aprendizaje y ayudándome a dar sentido a todo lo que hago. Aquí he encontrado apoyo, modelos y enseñanzas que me acompañarán toda la vida, especialmente en mi futuro como docente. Eternamente agradecida por todo lo que he recibido”.
  • María Hernández y Esther Lence de la Facultad de Ciencias de la Comunicación
    • María: “Estos cuatro años han sido un tiempo para construir la base de lo que será mi vida adulta en todas sus dimensiones. A este camino la ELU le ha aportado una mayor profundidad y el inicio de la formación de un criterio frente a la hipocresía de la condescendencia.
      Respecto a los módulos cursados, recuerdo con especial cariño el de La cuestión de Dios y el de Política Mundial y Ética de la Globalización. De este último, me marcó enormemente un vídeo-entrevista que nos había preparado Juan Pablo Serra con el profesor Higinio Marín. Marín decía que el ser humano está aquejado de una doble contingencia de la que necesita ser puesto a salvo: aquella por la que sabe que podría no haber sido en absoluto y otra por la que sabe que podría haber sido de otro modo. ¿Qué nos ampara frente a demejantes interrogantes? La respuesta a ambos fue reveladora. ¡Nos va la vida en ello! Pero aquí lo dejo, ya llegaréis al módulo…
      Ha sido precioso que los profesores nos hayan enseñado a nombrar lo que antes solo se me presentaba a modo de intuiciones. Pero en esto no solo he estado asistida por ellos: la compañía de Esther, siempre atenta con su escucha y palabra precisa, ha sido un espacio clave al que seguiré recurriendo de vez en cuando. Todos estos regalos, y otros más que llevan por apellido “amistades invariables”, me ha concedido la ELU. Gracias”.
    • Esther: “Mi experiencia universitaria se ha caracterizado por ser unos años de aprendizaje y de encuentro. Como nos decían en Becas Europa y en la ELU, han sido cinco años de recibir una responsabilidad, una formación profesional y humana, que ahora toca llevarla al mundo”.
  • Álvaro Garnelo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Empresariales
    • “Mi paso por la ELU ha significado para mí poder ir más allá de lo estrictamente académico para vivir una experiencia universitaria mucho más completa. Al haber tratado y estudiado algunas de las grandes preguntas del ser humano, la ELU me ha permitido formarme y crecer no solo como profesional, sino también como persona”.
  • Jaime Zabala y Cristián Grillo de la Facultad de Medicina.
    • Jaime: “La Universidad puede vivirse de muchas formas, esto lo hemos oído todos hasta la saciedad. Sin embargo a mí me costo un tiempo verlo, hay que ser sinceros. Echando la vista atrás veo cómo estos años han representado un cambio importante en mi vida. ¿En qué sentido? Supongo que si os hiciera la misma pregunta de qué manera participar en la ELU o BE os ha hecho vivir la universidad de forma diferente a cada uno de los que leéis esto, a muchos os sería difícil concretar y centrarse en un par de cosas particulares. A mí me es imposible. A pesar de todo, se me ocurren algunas ideas con las que intentar resumir lo que ha sido y espero siga siendo.
      Para empezar, creo que vivir lo que se propone en la ELU, es aceptar una invitación a ir un paso más allá en esta experiencia universitaria, ojalá con una mirada más abierta de la realidad. Después me ha ayudado a entender que lo que aquí se puede vivir, requerirá que lo cuides dedicando tiempo y viviendo este espacio de tal forma que propicies la posibilidad de crecer en este proceso. Finalmente creo que ha despertado en mi un hambre o deseo de vivir esta vida de una forma radicalmente distinta a lo que muchas veces se nos plantea. Que cada uno saque sus conclusiones.
      A partir de aquí espero poder acudir a esta escuela y a quienes la formáis como un oasis donde refrescar estas ideas que os comento cuando se me empiecen a olvidar”.
    • Cristián: “Para mí, como estudiante de Medicina en la UFV, la ELU ha supuesto una formación complementaria fundamental en mi etapa universitaria. La ELU me invitó a preguntarme y a buscar respuestas fuera de mi zona de confort a la vez que me ofrecía recursos y la posibilidad de hacer red con compañeros llenos de talento y ganas. En definitiva, mi etapa universitaria ha sido como es gracias al equipo de personas que forman la ELU”.

¡Qué orgullosos estamos de vosotros y de vuestro paso por la Universidad Francisco de Vitoria y por la Escuela de Liderazgo Universitario! ¡Gracias por vuestra entrega!

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TrendToBe

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Sabemos que el cambio acelerado no puede servirnos de excusa para dejar a un lado la necesidad de hacer frente a la realidad. Sabemos que tenemos la responsabilidad y el deber de actuar frente aquello que creemos que no está bien. Entonces, ¿por qué no hacer algo cuando vemos que una de las industrias más valoradas a nivel mundial es también una de las más contaminantes? Varias han sido ya las iniciativas que buscan dar respuesta a esta necesidad, pero pensamos que todavía queda mucho por hacer.

¿Qué es la moda sostenible? ¿Has escuchado alguna vez términos como slow y fast fashion? ¿Qué iniciativas han surgido en los últimos años relacionadas con la moda sostenible? ¿Están cumpliendo las marcas con los objetivos de sostenibilidad? ¿Qué puedo hacer yo como consumidor para contribuir al desarrollo responsable de esta industria? Con el objetivo común de dar respuesta a estas y otras preguntas, ofrecer un espacio de información y reflexión, y contribuir al desarrollo de la moda sostenible nace TrendToBe como parte de nuestro proyecto final.

TTB 2

En este camino nos encontramos con una iniciativa promovida por la Universidad Politécnica de Cataluña. Se trata del Recircula Challenge, un concurso que cada año plantea un reto relacionado con un material y su gestión como residuo en el área metropolitana de Barcelona. Para ello los equipos deben presentar una propuesta responsable con el medio ambiente, con un impacto social positivo y aplicable en el ámbito de la economía circular. Este año la temática del concurso busca reducir la cantidad de residuos textiles sintéticos que se generan en el ámbito deportivo, y decidimos aprovechar esta oportunidad para poder contribuir desde TrendToBe de una forma tangible y real al desarrollo de la moda sostenible.

Nuestra idea se basa en la reutilización del neopreno para la elaboración de un nuevo producto, pudiendo así alargar la vida útil de este material. En la confección de dicho producto ocupan un lugar importante los centros de reinvención, que serían centros sociales en los que personas en riesgo de exclusión social o ciertos colectivos más desfavorecidos llevarían a cabo esta tarea. Aquí te dejamos el link para que puedas ver más en detalle nuestra propuesta y qué es TrendToBe, esperamos que nos ayudes a hacer de esta iniciativa una realidad! https://www.instagram.com/trendtbe/.

TTB 3

Queremos crear una comunidad en la que todos seamos motor de cambio. Queremos dejarte sin excusas para que tú también nos ayudes a conseguir nuestro objetivo. Porque lo cierto es que por muchas iniciativas que surjan, lo que necesitamos es que todos nos sintamos parte de ellas. Porque como sabemos, sólo tú, pero no tú solo.