¡Buenas tod@s! Soy Alonso Císcar, estudiante de 3º de la ELU, y quiero aprovechar esta edición de Una Gota de Agua Más para contar mi experiencia de voluntariado, en el European Youth Parliament. Esta es una historia de como hasta en los lugares más inconvencionales, podemos encontrar un foco de crecimiento.
Muchos podemos coincidir que nos encontramos en un proceso de aprendizaje constante, y en el camino, buscamos oportunidades para crecer, para contribuir y compartir una parte de nosotros con el mundo. Poco a poco, vamos dando forma a nuestra huella, y lo maravilloso es que tenemos mucho control en el impacto que queremos que tenga.
Si bien mi vocación siempre se ha encontrado en la ciencia, tuve la gran suerte de encontrarme en mi camino con el European Youth Parliament (EYP), una organización presente en 40 países del continente europeo que busca empoderar y dar voz a la juventud, creando espacios seguros para debatir y compartir nuestras opiniones. Tras participar en uno de sus eventos en 2018, descubrí la importancia de alzar nuestra voz y ser escuchados y sobre todo encontré un lugar seguro para crecer y salir de mi zona de comfort.
Pero… ¿Qué se hace exactamente? Jóvenes de todo el país y a veces de toda Europa, se juntan para debatir sobre temas de calibre global, como la participación democrática juvenil, los derechos laborales o la crisis de los refugiados, cada grupo de trabajo tiene asignado un tema, y pasando por una fase de Teambuilding y otra de trabajo en grupo, se elabora una resolución que se debate en Asamblea General. Lo que me fascinó, fue el hecho de que con 16 años, pudiera expresar mis ideas y proponer soluciones que luego se presentan a instituciones.
El factor cautivador del EYP es su carácter internacional, la posibilidad de participar en todo tipo de eventos por toda Europa y de ser voluntario con diferentes roles (y gastos cubiertos), como facilitando los debates, organizando los eventos o formando parte del equipo mediático.
Encontré en este proyecto, una oportunidad para empoderar y fomentar el crecimiento de los jóvenes, sacándolos de su zona de comfort y ofreciéndoles un lugar para alzar su voz y reconocer la importancia de una juventud crítica, participativa y comprometida. Creyendo en los valores y siendo consciente de lo que me ha aportado, decidí implicarme activamente, hoy puedo decir que soy el Presidente del comité español del EYP.
Este último año, hemos podido acercar la toma de decisiones a más de 2000 jóvenes de toda España, con la participación de alrededor de 300 voluntarios de todo el continente, además gracias a ello, uno ha de enfrentarse a liderar equipos a partir de una visión, gestionar crisis e innovar en método educativos. El ambiente de pasión que se respira en cada evento, la experiencia de viajar y sobre todo, de poder equivocarme y aprender en un entorno seguro, me lleva a seguir luchando por este proyecto.
Y un aprendizaje de todo esto es que el talento está ahí, y que con las herramientas correctas se puede pulir y dar brillo, y son estas iniciativas las que desvelan todo el potencial que tenemos los jóvenes de hoy en día. Ya sea en esta iniciativa o en cualquier proyecto en el que uno se embarque, potenciar el talento y usarlo en servicio de otros debe ser nuestra meta.