“Sevilla es la ciudad donde habita mi otro yo. Mi yo de enfrente.”, decía Gerardo Diego. El pasado lunes 10 de diciembre tuvo lugar una actividad organizada por ELU Sevilla, cuyo objetivo era mostrar el mosaico de culturas que la capital hispalense representa hoy en día, y la historia que yace detrás de este magnífico patrimonio cultural e histórico.
Para comenzar con esta trepidante ruta nos remontamos al siglo XV para caminar por la Sevilla hebrea. Tuvimos la oportunidad de indagar y profundizar sobre numerosos monumentos que antaño habían sido de gran importancia para los judíos, y recorrer lo que representaba la judería sevillana, visitando numerosas calles e iglesias que verdaderamente nos trasladaban a dicha época.
Posteriormente, nos fuimos adentrando en la Sevilla andalusí, esa presencia árabe que innegablemente sigue latente en la actualidad, aquí en Sevilla, y que representa los monumentos más famosos y conocidos de la capital andaluza, como pueden ser la Catedral, la Giralda o las numerosas murallas que los Almorávides y Almohades construyeron en el siglo XI.
Por último, nos centramos en la religión abanderada por una de las figuras más importantes para Sevilla, San Fernando, que encabezó el ejercito cristiano y asentó las bases de la ciudad que conocemos hoy.
Durante el recorrido un magnífico grupo de ELUs iban narrando y explicado cada uno de los puntos por los que pasábamos, siendo estas explicaciones históricas intercaladas con leyendas que incluso llegaban a poderse palpar, asustando de esta manera a alguno de los asistentes a esta actividad.
Una vez finalizada la ruta, tomamos la historia como punto de partida para poder trasladarnos al presente y compartir nuestras opiniones sobre la situación actual y el futuro de la coexistencia de las diferentes culturas y religiones. Tuvo lugar un interesante debate que surgió de los diferentes testimonios que fuimos compartiendo sobre experiencias personales en viajes, voluntariados, erasmus…
Analizando los derechos humanos, la situación de determinados grupos sociales vulnerables, la política de algunos países europeos ante la inmigración, las posturas de los líderes religiosos y los proyectos planteados para fomentar la alianza de las civilizaciones, consideramos de gran importancia el papel que juega la tolerancia y el respeto ante las diferentes culturas y su trayectoria histórica.
Saber integrar elementos procedentes de la diversidad cultural con la que convivimos sin perder la esencia y las raíces de nuestra propia cultura junto con un criterio selectivo en cuanto a la ingente cantidad de información que recibimos diariamente son las clave para poder apostar por una evolución y un desarrollo cultural que cada vez es más rápido.