¡Vuelve a ser mARTEs! Esta vez, Ángela Montaner, ELU de tercero que cursa el tercer curso de Enfermería en Zaragoza, nos comparte dos obras del mismo autor: Pregnant Woman y Mother and Child, ambas realizadas entre 2001 y 2003 por Ron Mueck, un escultor australiano. Mueck nació en 1958 en Melbourne, en el vientre de una familia artesana dedicada a la confección de marionetas. Sus esculturas hiperrealistas reproducen el cuerpo humano con todo detalle; es destacable cómo el artista juega con la escala de sus creaciones, consiguiendo contar historias mediante las expresiones de los personajes.
Así habla Ángela de lo que le suscitan las obras:
«Hace unas semanas fui al Museo del Prado y le dije al amigo con el que iba: “ahora que lo pienso, creo que nunca he visto una pintura o escultura de una mujer embarazada o de parto”. Fue como si las paredes del museo me escucharan porque justo la semana siguiente, en clase de enfermería materno-infantil, mi profesora me descubrió estas esculturas del artista Ron Mueck.
La primera escultura representa una mujer de parto, con cara de cansancio y de estar soportando el dolor que conlleva. Sin embargo, se siente poderosa; de ahí el gran tamaño de la escultura, todo el mundo la mira desde abajo, la admiran. La mujer en un parto natural se siente poderosa cuando su cuerpo está impregnado de oxitocina (la hormona del amor, la que provoca las contracciones). Al dejar a un lado su parte consciente y primar su lado primitivo, animal, para no bloquear lo que se gesta en su cuerpo se siente capaz de que nazca su bebé. Se siente capaz de traer un niño al mundo.
Cuando todo este largo proceso acaba, se encuentra con su bebé y se da cuenta de que ahora empieza lo verdaderamente difícil. Ese milagro, esa personita depende totalmente de ella y debe cuidarlo. El foco de todo ahora ya no es ella, la poderosa mujer embarazada, sino el bebé que la mira. Podemos ver como esta escultura es mucho más pequeña que la anterior, pues en este momento la madre se siente pequeña, observada y abrumada por la gran responsabilidad que le aguarda.
Se tiende a idealizar, a hipersexualizar el cuerpo desnudo de la mujer. El parto es algo que no suele retratarse, pero es lo más natural y precioso que existe. Me encantó encontrar un artista hiperrealista que represente ese momento tal y como es, sin idealizarlo, sin taparlo. Poder ver el cuerpo desnudo de la mujer y el bebé tal y como son, que se vea la realidad: la cara de susto de la madre al mirar a su bebé y la cara de cansancio y dolor, pero a la vez de poder, de la mujer de parto».