María Castillo Persiva, 1º ELU
Escrita por Ray Bradbury (1920-2012) y publicada en 1953, es una novela distópica que no te dejará indiferente. La historia tiene lugar en una sociedad futurista en la que los libros están prohibidos y los bomberos en lugar de sofocar incendios, los provocan.
El protagonista, Guy Montag, nos conduce por esta distopía en la que los ciudadanos son meras gotas que se disipan en la masa. Bombardeados por el entretenimiento que reciben de las pantallas, tienen la sensación de que piensan y eso les hace felices. Podemos creer que Montag es uno más de ellos; sin embargo, de sus conversaciones con Clarisse McClellan -una adolescente tachada injustamente de antisocial- extraemos reflexiones e inquietudes difíciles de hallar en otros personajes. El punto de inflexión en la vida de Montag tiene lugar en un suceso inesperado durante su jornada laboral: una mujer a la que habían denunciado toma la decisión de morir quemada junto con sus libros. A partir de este momento, empieza a cuestionarse la realidad en la que vive y decide buscar la verdad en los libros que decide salvar de las llamas; siendo esta la causa por la que el sistema (representado por el capitán Beatty) se vuelve contra él. Para el protagonista es evidente: “tiene que haber algo en los libros, uno no se sacrifica por nada”.
Uno de los hechos más inquietantes de esta obra es cómo se llegó a la indiferencia combinada con la persecución de los libros. Inicialmente el gobierno no lo impuso, ni hubo censura alguna. Fueron los propios ciudadanos (víctimas de la explotación de las masas, la presión social y el placer procedente de la inmediatez de la tecnología) los responsables de la ignorancia generalizada. Resulta complicado no encontrar similitudes con nuestro día a día.
De hecho, el capitán Beatty describe la formación de la ciudadanía de una manera muy esclarecedora: “Salir de la guardería infantil para ir a la Universidad y regresar a la guardería. Esta ha sido la formación intelectual”.
En Fahrenheit 451 se tratan cuestiones como la libertad, la soledad, el valor de la vida o el control de masas a través de los medios de comunicación. También destaca la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico, lo influyente que puede ser el silencio de los buenos, la búsqueda del sentido y la urgencia de una revolución cultural.
Recomiendo encarecidamente su lectura. La narración te atrapa desde las primeras páginas, y te conmueve hasta el final. Personalmente, lo que más me impacto? de esta obra es la cantidad de preguntas que te dispara, invitándote a participar en el diálogo, detenerte y replantearte aspectos sobre ti mismo y sobre el mundo.
Fahrenheit 451, representación de la capacidad salvadora de la literatura.