Para quienes no me conozcáis, me presento:
Soy Patricia Ramos González, alumna de 2º de ELU y de Medicina en la UAM. Si esta semana participo en la newsletter, es porque recientemente se ha publicado el libro del que soy coautora: Somos la última generación que puede salvar el planeta. Como os imaginaréis, trata sobre la emergencia climática y sobre nuestro papel a la hora de proteger el medioambiente.
El interés que tengo por la preservación del planeta se remonta a mis años de primaria, cuando participaba en talleres sobre reciclaje y aprendía sobre la importancia de los recursos naturales para el correcto desarrollo de la sociedad.
A lo largo de este tiempo, mis acciones han sido pequeñas -pero igualmente importantes-, centradas sobre todo en concienciar a las personas de mis círculos cercanos y en tratar siempre de actuar como ejemplo para ellas.
El pasado septiembre, mi participación en la Youth Climate Summit de Naciones Unidas implicó un mayor alcance de mis mensajes. Tanto que, además de la repercusión que tuvo en medios, la editorial Penguin Random House me propuso participar en el desarrollo de Somos la última generación que puede salvar el planeta, un libro en el que varias jóvenes unimos nuestras voces para hablar sobre la importancia de la protección del medioambiente. Lo que diferencia esta iniciativa de otras similares es que, además de dar a conocer los problemas existentes, proponemos soluciones sencillas para ayudar a paliarlos.
Concretamente, en mi capítulo hablo sobre el zero-waste, un movimiento que plantea reducir lo máximo posible los residuos que generamos. Yo me quise centrar en los desechos plásticos y orgánicos, puesto que son la causa de dos graves problemas globales: las islas de plástico en los océanos y el desperdicio de comida. En comunión con el planteamiento general del libro, insisto en que no tenemos que hacer grandes heroicidades para cuidar del entorno; simplemente debemos tomar conciencia de nuestras actitudes dañinas y adoptar como hábitos pequeños cambios en el día a día.
Es de vital importancia conocer las situaciones mejorables que hay en el mundo, pero igual de importante es no dejarse cegar por la impotencia y el desánimo que una visión excesivamente pesimista puede provocar.
Durante este difícil periodo de confinamiento, dentro de la ELU han surgido varias iniciativas para, por ejemplo, facilitar el estudio de quienes se examinan de la Selectividad este año. Precisamente en la comunidad ELU sabemos perfectamente que incluso las situaciones más desesperadas son una oportunidad para hacer de este mundo un lugar más amable y habitable.
En este sentido, Somos la última generación que puede salvar el planeta anima a la acción y recuerda que, mientras los gobiernos e instituciones trabajan por cambios a gran escala, cada decisión individual suma. Os animo a que aprendáis sobre zero-waste, turismo sostenible y otras cuestiones en este maravilloso libro que, al igual que los proyectos en los que muchos miembros de esta red nos embarcamos, implica en mayor o menor medida un beneficio para la sociedad.