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University of California Davis
Me vine a Davis a finales de agosto aún con el drama de no haber entrado en otro campus, pensando que siempre tendría la espinita clavada; imaginaba mi vida en California junto al mar o en una gran ciudad… Y, bueno, como todo el mundo dice aquí, Davis “is in the middle of nowhere”. Sin embargo, de verdad que no podría haber encontrado un sitio en el que pudiera estar más cómoda.
Davis es una pequeña ciudad situada a 15 minutos de Sacramento y una hora de San Francisco. En ella se encuentra uno de los diez campus del sistema UC. Se trata de una ciudad extremadamente acogedora, llena de calles residenciales que rodean el centro de la ciudad. Creo que las dos cosas que más destacan de Davis es que todo el mundo se mueve en bici (es la capital estadounidense de las bicicletas), y que es imposible encontrar una sola persona que no esté concienciadísima con el medio ambiente; por ejemplo, está a las puertas de convertirse en una ciudad libre de tabaco (el campus ya lo es) y, a pesar de que lo he intentado, es imposible encontrar basura por la calle.
Estoy escribiendo esto en la biblioteca, y cada vez que levanto la vista del ordenador y miro por la ventana no puedo evitar sonreír. El campus es maravilloso. Veo hojas amarillas cayendo, gente paseando con sus UGGS, Starbucks en mano, y ardillas correteando por todas partes. Pienso que ya han pasado tres meses, y que parece que llegué ayer. Creo que me va a romper el corazón tener que irme, que todo esto es real aunque no lo parezca. Luego agito la cabeza para despistarme y volver a la realidad. Quiero creer que de verdad estoy aprovechando cada segundo aquí. Me estoy involucrando al cien por cien. De hecho, he encontrado trabajo conduciendo autobuses (sí, no es broma). Los lleva la Universidad y son una parte importantísima de Davis. Aparte de eso, estoy en el equipo de Taekwondo, y si todo va bien, competiré en Nacionales en abril.
En cuanto a cosas que visitar, de momento no he hecho demasiado, sino las cosas más típicas: San Francisco, Yosemite, Los Ángeles, Santa Mónica… y ahora me apetece visitar otros estados y otras cosas menos conocidas. Es un poco difícil moverse por California, porque básicamente solo usan Amtrak (tren de larga distancia), y es un poco caro, pero a veces se pueden encontrar ofertas. Creo que este trimestre ha sido más bien para asentarme, pero ahora que todo está en su sitio puedo dedicarme completamente a seguir explorando, a seguir aprendiendo tanto como lo he hecho estos meses, y a llenarme de energía para planear nuevas aventuras para el año que viene. Sé que todo el mundo dice lo mismo, pero yo lo repito con toda la sinceridad que puedo ofrecer: arriesgaos. Hacedlo. Vuestra vida cambia, sí. Pero os garantizo que merece la pena.
Sara Izquierdo Martínez
