¡Gracias! II

28 ABR

Estos días me siguen llegando testimonios y fotos de antiguos alumnos que siguen dando lo mejor de sí mismos en su día a día. Desde la Universidad Francisco de Vitoria y desde la Escuela de Liderazgo os seguimos apoyando y acompañando. ¡Ánimo!

Y si como Antiguo Alumno ELU quieres compartir con nosotros tu experiencia en estas semanas, tus aprendizajes o si simplemente quieres compartir cómo te sientes, no dejes de escribirme, ¡seguiremos publicando vuestros testimonios!

Sabrina Lucas – s.lucas@ufv.es

Coordinadora Antiguos Alumnos Escuela de Liderazgo Universitario


Marta Macías de la Corte

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Creo que definiría la situación ahora mismo con un adjetivo sencillo pero que en el caso de los que estamos por la urgencia estos días definimos como “raro“.

Los primeros días en los que todo se iba complicando, la situación era (y sigue siéndolo) desconocida, el clima era muy tenso. Pero ahora nos hemos acostumbrado a esta situación extraña. En la que soprendentemente casi no hay urgencias “de las de antes”, es decir, ya apenas hay infartos, ictus, sangrados digestivos… Sólo COVID. Son semanas de locura, de casi no ver las caras de los pacientes, no tocarles, correr, uci, tubos… En mi opinión una medicina deshumanizada porque no nos ha quedado otra. Porque sinceramente creo que detrás de la escafandra, las gafas, la pantalla,el gorro, el pijama y la mascarilla todos intentamos sonreír y transmitir más que nunca nuestro acompañamiento en nuestra mirada. Sinceramente… no sé si es suficiente.

Espero que Antonio (llamémosle así) haya notado que le apretaba la mano y le sonreía, que Rosario se sintiera acompañada cuando miraba su monitor… podría decir tantos nombres… Espero que cuando llamaba a la familia para decirles que se quedaban ingresados, que se iban a UCI… de alguna manera notaran mi abrazo, mis oraciones y mi cariño.

De verdad, que lo hacemos lo mejor que podemos. Intentamos estar tranquilos, que no parezca que estamos sorprendidos; pero, yo he pasado mucho miedo. Ansiedad. Agobio. Ahora, no sé si es costumbre pero, estoy más tranquila. En Navarra, está todo más controlado seguimos teniendo casos, el hospital funciona absolutamente diferente, todo lo no COVID está parado pero quieren intentar poco a poco ir recuperando cierta normalidad.

He sentido estos días, dejadme hablar un poco mal, un cabreo muy gordo. Oigo declaraciones en la televisión que me hacen enfadarme una auténtica barbaridad. Veo el esfuerzo de mis compañeros, de mis amigos, de mis vecinos, de mis padres (ambos autónomos) y luego oigo cada caso de aquellos que se suponen nuestros líderes… Pero no me voy a meter en esos terrenos pantanosos.

Me ha sorprendido mucho estos días la creatividad de la gente. Su capacidad de inventiva con recetas, retos, llamadas multitudinarias, vídeos en tiktok. Pero ¿Y LA GENEROSIDAD? ¿Dónde dejamos eso? Alucinante la generosidad de las empresas españolas, pequeños comercios, voluntarios… Eso hace que mi coranzoncillo de r1 enfadada a ratos con el mundo se alegre y siga creyendo en que hay gente MUY BUENA.

Creo que podría escribir este testimonio de mejores maneras, mejor gramática y todo más bonito en general; pero esta es la realidad, son  las 23:21h, queda una larga noche en Urgencias y yo estoy dispuesta a comerme lo que venga. A los que leáis esto os pido fuerza, paciencia y al que rece que eche un rezo, al que no, que mande energía positiva y buen rollo porque va a hacer falta mucho. Aprovechemos la situación para aprender, para pensar, para empezar a vivir de una manera diferente; porque volveremos pero no como antes. Habrá restricciones, hagámonos a la idea que no volveremos a la normalidad tal y como la conocíamos, pero saldremos de esta más fuertes y con mucho en lo que debatir en los findes ELU, en los encuentros CLAVIS; y eso lo haremos juntos.

Gonzalo del Campo

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“Con toda la elección de plazas MIR paralizadas totalmente (saqué un buen número, y cuando todo esto acabe, espero poder empezar la residencia), nos piden que trabajemos cubriendo los puestos de tantos médicos que se dan de baja cada día. Como médico que soy ya desde hace un año, y manchego de procedencia, a mí me han llamado para trabajar en el pueblo de Tomelloso, uno de los focos más importantes de la infección de toda Castilla-La Mancha.

Aquí estamos algunos de mis compañeros y yo, iniciándonos en nuestra profesión de una manera que jamás hubiéramos esperado, pero con una ilusión por ayudar y unas ganas de ponernos a prueba que pueden contra el miedo y la incertidumbre.