Coronavirus

Vida ELU

Elus por el Mundo – Carmen Godoy

Por:

Hola!! Soy Carmen Godoy, alumna de 2º de la ELU y de 3º del Doble grado de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla. Este curso estoy viviendo mi experiencia Erasmus en la University College of London, donde soy una affiliate student en el grado de Estudios Socio-Políticos Europeos.

Como podréis comprobar, si leísteis la última Newsletter, mi experiencia en Londres está bastante ligada a la de Álvaro. Realmente, no creo que pueda describir mejor que él cómo estamos viviendo el intercambio de culturas, el choque gastronómico, la vida en una ciudad llena de contrastes y el ser universitarios en tiempos de coronavirus y en una institución tan global como defensora del autoaprendizaje, a la vez que exigente, llena de oportunidades y, a ratos estresante, como la UCL. He decidido, por lo tanto, tomarme la libertad de escribir acerca de lo que me está haciendo sentir todo lo que estoy viviendo, porque, al fin y al cabo, para mí, esos sentimientos son los que constituyen mi Erasmus.

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Erasmus es esfuerzo bidireccional por mantener vínculos. Son Clara e Isa llenándome el corazón de vida planeando lo que haremos juntas cuando puedan venir a verme. Son las videollamadas llenas de risas, cariño y recuerdos con Carlos. Erasmus es echar de menos a María, a Nuria, a Carmen, a Victoria, a Margarita, a Tomás, a Jesús… Es querer ver todos los días a Jaime, Beltrán, Javi, Rafa, Piluca, Julia… Pero también es tener la certeza de que el amor desafía todas las barreras que impone la distancia (y una pandemia con la que nos ha tocado convivir). Son las llamadas con mis abuelos y el apoyo de mi familia, que me llenan el corazón y el alma de calma. Es saber que no volveré a casa por Navidad, pero que sentiré el cariño de los que más me quieren cada segundo.

Pero para mí, Erasmus también significa nuevos comienzos y nuevos vínculos. Aunque como Álvaro dice, un Londres en tiempos de COVID-19 no es precisamente la ciudad de los abrazos, yo me siento una privilegiada, por tener la fortuna de rodearme de personas aquí que han sabido abrazarme el corazón.

IMG_2052Erasmus es la libertad y la felicidad que me ha regalado Javi. Son su apoyo, su cariño, su paciencia y su capacidad de transformar el tomarse un café esperando un bus en un momento que repetiría en bucle. Conocerlo me ha demostrado que Erasmus es intensidad, son conexiones inmediatas y vivir en gerundio. Mi Erasmus es también compartir ciudad con Claudia, que sabe ver lo mejor en mí y me hace sentir como en casa. Es improvisar y dejarse llevar con Jesús tras un día estresante, y saber que, pase lo que pase, siempre puedo contar con él para salir a respirar aire puro y fotografiar flores en el bosque de al lado de la resi.

Es disfrutar la ciudad con Álvaro y su don para hacerme reír (si no está ocupado haciendo la colada), sentirme querida con Inés y Gabri, escuchar los dramas de Pablito y cantar Hamilton con Carmen. Mi Erasmus es ver puestas de sol a través de cristaleras en el Victoria and Albert Museum con Pablo.  Son las noches de Tea Club con Tamara, Phoebe, Dan… Es bailar frente a atardeceres, chocolate caliente, cinco visitas al día al Pret y vino barato del Tesco. Son lunch breaks en el parque con acento francés que saben a Italia. Son Mimi y Déborah y todas las risas, cariño y planes que compartimos. Es conectar de manera especial con culturas que no conocía, sentir a Haya como un apoyo y una española más, y son las ganas inmensas que tengo que viajar a Egipto en verano para visitarla.

Erasmus para mí es saber que mi experiencia no se centra solo en Londres, ni se va a limitar a 9 meses, sino que me ha abierto las puertas a un mundo mucho más grande que una ciudad de 9M de habitantes: me ha hecho ser consciente de que soy ciudadana de una sociedad global preciosa de la que aún me queda mucho que descubrir. Mi Erasmus son nuevas emociones, que no me había permitido vivir antes. Es confiar en mí misma, atravesar las dificultades, con un poco de estrés, pero con una sonrisa, es llevar la esperanza por bandera y lanzarme a vivir nuevas experiencias a través de las cuales reconectar con la realidad, mi realidad, o empezar a hacerlo de una manera mucho más sincera a como lo hacía antes.

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Mi Erasmus están siendo las personas que me rodean y cada uno de los sentimientos que están despertando en mí. No podría hablar de lo libre que me siento, lo feliz que soy, sin mi experiencia, y mi experiencia no sería la que es sin todas y cada una de las personas que en algún momento, por insignificante que parezca, han alterado mi realidad. El conductor de Bolt que evitó que perdiera el tren a Brighton, el del autobús que me abrió la puerta fuera de la parada, la cocinera de la resi que me hace sentir como en casa. El barista simpático, el profesor comprensivo, los compañeros que comparten conmigo sus ideas. Es la satisfacción personal que siento al dar lo mejor de mi en un essay para la clase de Why Democracy, es el compañerismo en cada entrenamiento de Lacrosse, y lo enriquecedor de compartir opiniones en la Sociedad Diplomática. Es ser consciente de las oportunidades que ofrece mi nueva realidad y buscar el compromiso sincero con ella.

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También diría que Erasmus es fracaso, errores, decepción, frustación, incertidumbre, miedo… Pero no como límites a la libertad que siento, sino como puntos de partida para construir mi nueva actitud ante las dificultades que la vida me plantee. De cada experiencia y cada instante aquí aprendo algo, aunque de quien más estoy descubriendo es de mí misma. Solo cuando salimos de nuestra zona de confort nos desarrollamos como realmente somos, y, en mi caso, he descubierto que soy mucho más fuerte, capaz de disfrutar de lo bonito del presente sin estar condicionada por un pasado o un futuro, y mucho más independiente de lo que pensaba que era. En Londres, me he enamorado de cada rincón, de las hojas cayendo en un otoño idílico, de los colores pastel por las mañanas y las luces neón por las noches, del ruido y prisa de la ciudad y la calma y quietud de los parques, de Muswell Hill, mi nuevo hogar, de los atardeceres, del sonido del viento agitando los árboles, de los fuegos artificiales sin motivo aparente y de un río que refleja la ciudad que me ha robado el corazón.

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Me he enamorado de mis compañeros de experiencia, mi familia londinense. Me he enganchado a lo tranquila, segura y querida que me hacen sentir. Pero, sobre todo, me he enamorado de mi vida, de todo lo que me traje en la maleta y en el corazón y que me acompaña a cada paso que doy, de las oportunidades y la felicidad que me está regalando mi presente, y de un futuro que, después de todo lo que estoy viviendo, tengo muchísimas ganas de descubrir. Para mí, Erasmus es la felicidad que me produce emocionarme escribiendo estas líneas, darme cuenta de lo mucho que he cambiado, el sentir y conectar libremente con la realidad y sobre todo, el no querer dejar de hacerlo nunca más.

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Cuaderno de Bitácora – 1984 (1948)

Por:

¿1984 o 2020?

Leer obras catalogadas como ‘’orwellianas’’ es sinónimo de transportarnos en tiempo y espacio a sociedades distópicas. Realidades que nos permiten echar un ojo a un posible fatal desenlace de nuestra historia como humanos. Este caso no es una excepción.

Escrita en 1948, por nombre lleva 1984, pero bien podría tratarse de una caricatura no tan exagerada del 2020. En ella, George Orwell (1903) nos plantea una aterradora realidad en la que las personas no son más que sacos de huesos, sin sentimientos ni razón. Vagan por la vida para servir a “el Partido” sin cuestionar ningún suceso que pueda tener cabida en sus vidas. Una sociedad en la que los humanos son meros autómatas prescindibles en pro de un bien mayor. Como siempre en este tipo de relatos, la historia gira en torno a un personaje que osa atentar contra el orden establecido, cuestionando la más básica de sus creencias por negarse a tragar con lo que le obligan a acatar.

Creadora de numerosos términos que hoy en día resuenan en nuestras cabezas como “el Ministerio de la Verdad”, “la Policía del pensamiento” o “el Gran Hermano”, esta novela invita al lector a una profunda reflexión sobre la existencia humana y sobre qué define a esta por sí misma y en relación con la sociedad. Cuestiona cómo la realidad es manipulada constantemente a voluntad de los que se encuentran en el poder para su propio beneficio de cualquier forma imaginable. Por ejemplo, reescribiendo la historia escrita, censurando a los disidentes que osan a utilizar su raciocinio, controlando las relaciones que cada cual mantiene con los demás (los sentimientos son signo de debilidad). Incluso mienten sin escrúpulos sobre los hechos que acontecen fuera de las fronteras de su burbuja pues nadie en realidad puede afirmar lo contrario.

Obviando el interés que me despierta por la formidable (¡y asequible!) narrativa que la caracteriza, esta obra siempre ha despertado en mí un sentimiento más próximo al miedo por lo real de sus invenciones exageradas cuando las comparamos a nuestra realidad actual. Abre debates que hoy en día están en boca de cualquiera en la más sencilla conversación escuchada en un bar. Y lo impactante es la forma en que lo logra, que, lejos de ser una invención distópica e irrealizable, parece más bien una fiel descripción de nuestro tiempo actual.

Siempre se ha dicho que para comprender el presente hay que fijarse en lo acontecido nuestro pasado, y también es bien sabido por todos que cualquier parte del conocimiento que ansiemos saber está en los libros. Teniendo esto en cuenta, no me queda más opción que recomendar encarecidamente esta lectura. Es un valioso instrumento para todo aquel que busque entender con mayor profundidad las turbulencias ideológicas que atravesamos en nuestros días, así como reflexionar sobre grandes cuestiones de la esencia humana y, de paso, disfrutar de una agradable obra fácil de leer.

Pablo Espinosa Castillo

Cultura

Actividad ELU en Navarra

Por:

Poca gente puede decir que ha tenido la experiencia de contemplar un retrato de La Mona Lisa hecho con mermelada de fresa, y aún menos personas pueden afirmar haberla visto representada con mantequilla de cacahuete. Sin embargo, ya somos 3 alumnos de la familia ELU que hemos podido disfrutar de una exposición de arte tan original como esta: Manuel Alegre (3º), Reyes Hernández (4º) y Natalia Aldaba (2º).

La idea de la visita a la exposición “Vik Muniz” en el Museo de la Universidad de Navarra surgió como excusa para una reunión del grupo ELU Navarra, que tiene ganas de seguir creciendo y mantenerse activo. La pandemia, el cierre de toda la hostelería y el buen tiempo de Pamplona nos planteaba un reto: debía ser una actividad sin mucho contacto, de interior e interesante. Así que, ¿por qué no incluir un poco de arte en nuestras vidas?

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Vik Muniz es un artista brasileño que realiza exposiciones fotográficas de representaciones creadas a partir de obras clásicas, personajes literarios, situaciones cotidianas o paisajes universalmente reconocidos utilizando materiales poco comunes, como chatarra, comida, células madre, pigmentos o hilos que consiguen toda una nueva visión de la realidad expuesta. El autor juega con las profundidades, el volumen y la perspectiva de la obra y esto influye en la percepción de cada uno, que consigue diferir respecto de la provocada por la obra original. Desde la distancia, la obra se percibe como un conjunto lleno de significado. Sin embargo, cómo cambia la mirada a medida que uno se acerca a lo pequeño. Al prestar más atención, se descubrían los verdaderos materiales de la obra como tinta, juguetes o incluso diamantes; la riqueza de algunas técnicas al representar un paisaje con hilos finos o alambres, así como sutiles ironías presentes, como una imagen de la Gioconda bebiendo cerveza en una versión de “Baco”, de Velázquez, o una representación de Frankenstein hecha con caviar.

El arte nuevamente ha entrado a nuestras vidas rompiendo con la rutina, y nos ha invitado a la reflexión. Si el autor era capaz de rescatar todo tipo de objetos “desterrados” de un vertedero y dotarles de un nuevo sentido, ¿vuelve a convertir a estos objetos en útiles? ¿Puede el nuevo significado de la obra otorgar una “nueva utilidad” a esos materiales? ¿Se puede hablar de utilidad en el arte?

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Durante toda la exposición hemos mantenido una actitud de asombro y sorpresa, que nos ha brindado la oportunidad de poder escucharnos y comentar las diferentes interpretaciones o detalles escondidos que cada uno de nosotros era capaz de apreciar. De ahí nos ha surgido la pregunta: ¿Hasta qué punto habla de nosotros mismos aquello que nos suscita una obra? ¿Puede realmente todo lo que nos despierta una emoción ser considerado arte? ¿Deberían censurarse ciertos tipos de manifestaciones artísticas?

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Como todo hoy en día, también el arte se está modernizando: el artista, con ayuda del personal del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), consiguió disparar unos láseres sobre un grano de arena, consiguiendo, vista bajo un microscopio, la imagen de unos preciosos castillos dibujados.

Salir de la rutina para incorporar el arte en compañía de ELUs ha sido una experiencia realmente bonita, aunque efímera, lo cual nos deja con ganas de más actividades como esta. Es un pequeño recordatorio de que, pese a la situación actual, podemos seguir encontrando la belleza y el arte en la vida diaria. Al fin y al cabo queda demostrado que en Navarra, como en todas partes, hay más que coronavirus.

Natalia Aldaba

Vida ELU

La ELU se queda en casa

Por:

Volvemos a marzo de 2020. La situación del coronavirus nos obliga a cancelar billetes, y retroceder todo lo avanzado hasta ahora en la organización del FdS. Estamos en noviembre y parece que no ha cambiado nada. Pero ha cambiado todo.

Los alumnos de primero ya os encontráis en segundo. Solo habéis vivido un findELU, y teníais ganas de repetir. Los que ahora estáis en primero esperabais esa primera experiencia ELU al completo. Tercero y cuarto esperábamos los reencuentros, y sabemos que estamos en la cuenta atrás. Los de cuarto sabemos que no nos quedan casi findELUs por disfrutar.

Pero todos somos conscientes de cómo está la situación, y que la carta estaba sobre la mesa. Y había posibilidad de volver a marzo de 2020, como parecía al principio. Pero como ha cambiado todo, esta vez vamos más preparados.

Ya fue un reto llevar a cabo la inauguración de la ELU de forma presencial, y afortunadamente se pudo, gracias a la capacidad de organización de María Torras y el equipo de la ELU. Y el fin de semana del 13 de noviembre pintaba un reto mayúsculo, no solo por seguir las medidas de seguridad sino por la posibilidad de que tuviera que ser a través de una pantalla para todos. Y así ha sido. Y así nos encontramos, en el comité del fin de semana, preparando algo sin precedentes, el primer FdS de la ELU online.

Es un reto al que nos enfrentamos todos juntos, y que solo vamos a aprovechar si es todos juntos. Como dijeron en el comunicado, en nuestras manos está coger la oportunidad de vivir un FdS excepcional, aunque sea desde nuestra casa.

Es difícil de imaginar el esfuerzo que supone para los que llegáis de nuevas el conectaros a través de una pantalla y ver un par de cientos de caras que habréis visto un par de veces más si cabe. Pero cualquier ELU de unos cursos más os dirá que lo aprovechéis, que sigáis guardando los días del 13 al 15 de noviembre para la ELU, para las sorpresas que puede traer. Haremos todo lo posible para que la esencia esté, para que viváis lo más parecido a la ELU en cada punto de España, de la forma en la que la situación lo permita. Esta vez es a través de Teams, y esperamos que la próxima sea sentados en el Aula Magna. Si no podemos ir a la ELU, la ELU viene a casa.

Ninguno sabe qué va a pasar mañana, ni como será el finde, ni qué vendrá para el siguiente. Solo sabemos que el viernes 13 de noviembre nos veremos, cara a cara, entre píxeles, pero con ganas de llenarnos de esa energía que caracteriza a los findes. Esta vez, ponerse en juego va a significar estar delante del ordenador y sentir que esto vale la pena. Os esperamos a todos conectados.

Un abrazo,

El comité del fin de semana

Vida ELU

Voluntariado ELU junto a la Cruz Roja de Zaragoza

Por:

¡Hola a todos!

Esta vez venimos a hablaros de una pequeña iniciativa a la que nos hemos animado a participar los ELUS de Zaragoza.

Terminando el verano nos llegó al mail una newsletter de la Cruz Roja (a la que os recomendamos que os apuntéis) para realizar voluntariado en prácticamente todas las localidades y municipios de España. En estos correos mensualmente se ofrecen actividades para colaborar en función de la necesidades de la ONG. Nosotros nos inscribimos en una recogida de material escolar en el Carrefour para niños cuyos padres no tienen los medios para proporcionárselos. Y más especialmente este año, que a raíz del coronavirus se requieren dispositivos electrónicos y otros materiales de precio elevado que muchísimas familias no se pueden permitir.

La campaña se realizó en toda España y concluyó con más de 150.000 euros recaudados en material escolar.

Aunque es un pequeño gesto, muchos pequeños culminan en algo grande, y solamente nos requirió una mañana de nuestro tiempo.

Espero que todos estéis bien y nos veamos pronto en persona,

Un abrazo grande,

Ángela, Ignacio, Javier y Silvia

Os dejamos por aquí la información de la Newsletter por si os queréis apuntar en vuestras localidades: https://www2.cruzroja.es/alta-voluntario-web.

Cultura

Cuaderno de Bitácora – La peste (1947)

Por:

Fue ayer, pero nos habla de hoy.

¿Qué haces cuando no se puede hacer nada? ¿Quién eres cuando lo absurdo de la vida te estalla en la cara? ¿Por qué buscamos el sentido cuando parece que no lo haya? ¿En qué creer si todo lo que creías salta por los aires?

Eso se plantean los habitantes de Orán cuando la peste se cuela en sus vidas. En Orán se vive una vida pacífica, sin sobresaltos. Ni muy aburrida, ni muy intensa. Ni muy mala, ni muy buena. Simplemente, una vida. Una vida donde no hay mucho lugar para plantearse nada en concreto porque todo simplemente fluye y nadie lo quiere parar (¿no te suena de algo?).

Entonces empieza (cuidado, spoiler) la peste en la ciudad. A través del ojo del Dr. Rieux, vemos cómo se derrumban todos los cimientos de lo que hoy consideraríamos una civilización desarrollada. Los habitantes de Orán se ven envueltos en una vida aparentemente sin sentido. No pueden trabajar, no pueden divertirse, no pueden ver a los vecinos, no pueden continuar con su vida tal y como era. Se ven sobrepasados por algo que no pueden controlar y que ni siquiera tienen claro qué es y cómo funciona.

Albert Camus (1913-1960), al presentarnos una metáfora del sinsentido de la vida, nos muestra los diferentes caminos que pueden adoptar las personas frente a él. Tenemos entonces a aquellos que buscan huir por cualquier medio de la ciudad, a aquellos que lo viven desde la fe y a aquellos que lo viven desde el oportunismo de una vida nueva. Camus nos muestra la experiencia humana desde lo más esencial, es decir, a través de la búsqueda del sentido, con una maestría digna de un Nobel de Literatura.

En cuanto al Dr. Rieux, él tiene una de las tareas más extremas en esta epidemia: curar. Camus nos lo presenta como narrador principal y es quien más radicalmente se enfrenta al sinsentido. El Dr. Rieux debe mirar cara a cara a la peste, luchar todos los días contra ella, y ya no solo por él, sino por los demás. Él tiene que ver cómo se muere la gente sin poder hacer nada. Tiene que ser machacado día tras día por la tragedia y la tristeza. En su cabeza, está la incertidumbre de si está haciendo todo lo posible; en su corazón, la desesperanza de la muerte; en sus manos, la vida de las personas. Todo ello interrelacionándose y formando parte de la complejidad de la persona. Aún así, sigue adelante buscando lo bueno, aferrándose a dar todo lo que puede sin entender el sentido de toda esa situación.

En La peste se habla de la humanidad. Se habla de ti y de mí. Y se habla de todos nosotros en el día de hoy. Me lo leí durante esos meses que nadie quiere recordar y fue como un regalo. Fue un recordatorio de que vivir merece la pena y de que buscar el amor en la vida es intrínseco al ser humano. Para mí, imprescindible (el amor y el libro).

Marta Morcillo Martínez

Vida ELU

Pablo de Anta – ELUs por el Mundo

Por:

Diferente. Superando con creces las expectativas y sorprendiéndome como esperaba que hiciera.

Así es como puedo resumirte mi experiencia este año. Incluso con la situación atípica que todos estamos viviendo, siento que ha conseguido aportar nuevas ideas y formas de hacer las cosas. A pesar de lo afortunado que he sido de viajar por casi todos los continentes, nunca había viajado en dirección este más allá de Grecia; y hacerlo me ha descubierto el mundo – o al menos la mitad de él. Quiero intentar resumirte mi experiencia, pero discúlpame si me dejo algo ya que creo que ni yo soy aún consciente de lo que he vivido.

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Ya desde el momento en el que escogí Singapur sabía que me iba a exponer a un cóctel de culturas como nunca antes vivido. Y desde mi primera semana esto se hizo presente. Sus cuatro culturas, la Malaya, China, India y Caucásica/Occidental me arroparon y sumieron en un torbellino del que aún no he logrado escapar a pesar de llevar un mes en casa.

Es iluminador y te llena de esperanza ver como el ser humano es capaz de ignorar diferencias obvias para ponerse de acuerdo y construir algo en común. Podemos aprender y aplicarlo en nosotros mismos para ver que, aunque la metodología China difiera en gran medida de la India, y la actitud y personalidad de alguien caucásico como yo y la de un Malayo sean muy diferentes, todo el mundo se nutre del otro y es capaz de aprovechar las fuerzas de otro para ayudarle a superar sus debilidades. Singapur no tiene una cultura primaria sobre otras, sino es la cultura de culturas la que caracteriza a la nación.

Sin salirme del tema de la cultura, otro aspecto que me fascinó y salía periódicamente en conversaciones, paseos, actividades y trabajos académicos era su “resaca post-colonial”. Cada ex-colonia británica ha lidiado con este hecho a su manera, y la narrativa que usan condiciona su cultura y su sentimiento. No se sienten tan atacados ni ofendidos por la colonización, lo que (en comparación con Zimbabwe, por ejemplo) les permitió centrarse en progresar como sociedad, manteniendo sus costumbres y permitiendo que estas floreciesen con su independencia. Así forjaron su Identidad.

Por todo ello resumiría la sociedad Singapuriense como Pragmática. No es extraño cuando su presidente es matemático y (que no me oigan) es una especie de dictadura-blanda; pero consiguen apartar todo aquello que no es esencial y centrarse en lo que importa. Sólo así han conseguido convertir una región portuaria pobre, en la urbe tecnológica y cosmopolita que sirve de referente mundial en convivencia entre culturas y entre ser humano y naturaleza. Es cierto que hay sacrificios de por medio (libertad de opinión entre otras), pero ha resultado efectivo. Decidir si es correcto o no, será nuestra labor mientras tenemos una buena cerveza en la mano – ya que ahí no había.

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Ahora bien, no toda esta explosión cultural ha sido en Singapur. Una de las razones principales por las que Singapur era tan atractivo es porque se encuentra en una posición idónea para viajar. Y aunque con el Coronavirus haya tenido que cancelar la traca final de viajes, no puedo quejarme.

Con 7 horas de viaje, en bus y ferry, he acabado en una isla remota en Malasya, Tiomann; dónde conviví tres días en barco mientras buceaba y poco a poco formaba una familia que perdura hoy.

He viajado a Japón, solo y planeándolo en menos de 24 horas. Me abrí a la hospitalidad nipona y aprecié cada segundo de la experiencia, guardándolos como tesoros en mi memoria – aún oigo el zumbido de los neones, huelo los takoyakis callejeros y me abrumo de las masas y masas de gente.

Me he reunido con familia que no veía desde 2012 a la par que descubría la tierra de koalas y canguros. Así, yo solo y mi bici, descubrí sitios dónde, a pesar de encontrarme en las antípodas de España, sentí que todo era perfecto para un futuro yo. Tuve que dar la vuelta al mundo para encontrar un hogar.

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Me aventuré con mi madre en aguas filipinas, y como Legazpi, vivimos aventuras y fuimos sorprendidos por la amabilidad de los locales: encuentros con tiburones, un año nuevo en barco y aguas cristalinas infestadas de sonrisas. Sin embargo, fue el sobrevivir a un tifón y experimentar la consecuente destrucción en la vida de esa gente tan humilde lo que causó una conmoción: La llamada a indagar qué es lo que nos hace felices, ya que ni vientos de 200 km/h arrebataron sus sonrisas.

Y por supuesto, Bali. La tierra de los mil templos, las mil cascadas y los mil Putus (el curioso, que pregunte). Bali fue iluminador a nivel cultural. Su cultura, exótica y exuberante como la isla en la que se celebra, exhuma allá por dónde vas. Gracias a nuestro Putu, logramos conocer y profundizar en el porqué de su día a día, apreciando cada momento como un regalo y llevándome esto de vuelta a casa.

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Porque, al fin y al cabo, los lugares de por sí solos son como casas vacías. No es hasta que se llenan del calor humano que pasan a llamarse Hogares. Singapur fue Diferente porque la gente que pasó por mi vida ha sido Diferente. A todos, al grupo de Malasya, al equipo de debate, a los viajeros y gente que entabló conversación conmigo en Osaka y Melbourne, a mis compañeros de Singapur y a los isleños de Malapascua. Sois todos vosotros los que convertís un viaje en una experiencia, en un “Erasmus”. Es igual que Becas o la ELU, es la gente la que marca y la que dota de valor.

Yo llevo ahora un pedazo de cada uno de ellos dentro de mí. Los pedazos de gente diferente a ti, no te hacen distinto, sino completo. Lo noto y me hace pensar que tal vez he hecho las cosas bien. Ahora sólo deseo poder compartir todo esto cara a cara con todos vosotros y así traeros algo mejor que cualquier souvenir: un poco de cada una de esta gente y de estas experiencias que tanto me ha marcado.

A no ser que os animéis a ir en su busca directamente vosotros. En tal caso, lo compartiremos después.

Vida ELU

¡Gracias! II

Por:

Estos días me siguen llegando testimonios y fotos de antiguos alumnos que siguen dando lo mejor de sí mismos en su día a día. Desde la Universidad Francisco de Vitoria y desde la Escuela de Liderazgo os seguimos apoyando y acompañando. ¡Ánimo!

Y si como Antiguo Alumno ELU quieres compartir con nosotros tu experiencia en estas semanas, tus aprendizajes o si simplemente quieres compartir cómo te sientes, no dejes de escribirme, ¡seguiremos publicando vuestros testimonios!

Sabrina Lucas – s.lucas@ufv.es

Coordinadora Antiguos Alumnos Escuela de Liderazgo Universitario


Marta Macías de la Corte

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Creo que definiría la situación ahora mismo con un adjetivo sencillo pero que en el caso de los que estamos por la urgencia estos días definimos como “raro“.

Los primeros días en los que todo se iba complicando, la situación era (y sigue siéndolo) desconocida, el clima era muy tenso. Pero ahora nos hemos acostumbrado a esta situación extraña. En la que soprendentemente casi no hay urgencias “de las de antes”, es decir, ya apenas hay infartos, ictus, sangrados digestivos… Sólo COVID. Son semanas de locura, de casi no ver las caras de los pacientes, no tocarles, correr, uci, tubos… En mi opinión una medicina deshumanizada porque no nos ha quedado otra. Porque sinceramente creo que detrás de la escafandra, las gafas, la pantalla,el gorro, el pijama y la mascarilla todos intentamos sonreír y transmitir más que nunca nuestro acompañamiento en nuestra mirada. Sinceramente… no sé si es suficiente.

Espero que Antonio (llamémosle así) haya notado que le apretaba la mano y le sonreía, que Rosario se sintiera acompañada cuando miraba su monitor… podría decir tantos nombres… Espero que cuando llamaba a la familia para decirles que se quedaban ingresados, que se iban a UCI… de alguna manera notaran mi abrazo, mis oraciones y mi cariño.

De verdad, que lo hacemos lo mejor que podemos. Intentamos estar tranquilos, que no parezca que estamos sorprendidos; pero, yo he pasado mucho miedo. Ansiedad. Agobio. Ahora, no sé si es costumbre pero, estoy más tranquila. En Navarra, está todo más controlado seguimos teniendo casos, el hospital funciona absolutamente diferente, todo lo no COVID está parado pero quieren intentar poco a poco ir recuperando cierta normalidad.

He sentido estos días, dejadme hablar un poco mal, un cabreo muy gordo. Oigo declaraciones en la televisión que me hacen enfadarme una auténtica barbaridad. Veo el esfuerzo de mis compañeros, de mis amigos, de mis vecinos, de mis padres (ambos autónomos) y luego oigo cada caso de aquellos que se suponen nuestros líderes… Pero no me voy a meter en esos terrenos pantanosos.

Me ha sorprendido mucho estos días la creatividad de la gente. Su capacidad de inventiva con recetas, retos, llamadas multitudinarias, vídeos en tiktok. Pero ¿Y LA GENEROSIDAD? ¿Dónde dejamos eso? Alucinante la generosidad de las empresas españolas, pequeños comercios, voluntarios… Eso hace que mi coranzoncillo de r1 enfadada a ratos con el mundo se alegre y siga creyendo en que hay gente MUY BUENA.

Creo que podría escribir este testimonio de mejores maneras, mejor gramática y todo más bonito en general; pero esta es la realidad, son  las 23:21h, queda una larga noche en Urgencias y yo estoy dispuesta a comerme lo que venga. A los que leáis esto os pido fuerza, paciencia y al que rece que eche un rezo, al que no, que mande energía positiva y buen rollo porque va a hacer falta mucho. Aprovechemos la situación para aprender, para pensar, para empezar a vivir de una manera diferente; porque volveremos pero no como antes. Habrá restricciones, hagámonos a la idea que no volveremos a la normalidad tal y como la conocíamos, pero saldremos de esta más fuertes y con mucho en lo que debatir en los findes ELU, en los encuentros CLAVIS; y eso lo haremos juntos.

Gonzalo del Campo

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“Con toda la elección de plazas MIR paralizadas totalmente (saqué un buen número, y cuando todo esto acabe, espero poder empezar la residencia), nos piden que trabajemos cubriendo los puestos de tantos médicos que se dan de baja cada día. Como médico que soy ya desde hace un año, y manchego de procedencia, a mí me han llamado para trabajar en el pueblo de Tomelloso, uno de los focos más importantes de la infección de toda Castilla-La Mancha.

Aquí estamos algunos de mis compañeros y yo, iniciándonos en nuestra profesión de una manera que jamás hubiéramos esperado, pero con una ilusión por ayudar y unas ganas de ponernos a prueba que pueden contra el miedo y la incertidumbre.

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¡Gracias!

Por:

La situación que estamos viviendo estas últimas semanas en España me hace, inevitablemente, pensar en los Antiguos Alumnos ELU que cursaron estudios relacionados con el área biosanitaria o similar.

No nos está tocando vivir una situación sencilla, pero es ahora, más que nunca el momento de vivir en clave de aprendizaje y entrega, como os enseñamos en la UFV durante vuestro paso por la Escuela. Sin duda la oportunidad de crecimiento que tenemos por delante, a pesar de las dificultades, nos harán más conscientes de nuestras virtudes y fortalezas y, sobre todo, nos permitirán poner nuestra mirada y nuestra atención en los demás y poner nuestros talentos al servicio de quienes más lo necesitan. Os animo a ello siempre, pero ahora más que nunca.

Alguno de nuestros Antiguos ELUS están llamados estos días a la primera línea de batalla, sirviendo y acompañando en hospitales a personas enfermas o que necesitan de ellos ya como profesionales o quizás como voluntarios; investigando o desarrollando tecnologías que ayuden a superar esta crisis en empresas, laboratorios o grupos de investigación; trabajando desde diferentes ámbitos con el propósito de encontrar una solución….aquí os dejamos alguno de los testimonios que han querido compartir con nosotros. Ojalá os sirvan de inspiración para hacer, cada uno desde dónde esté llamado, más liviana esta situación.

Queridos Antiguos Alumnos ELU, quiero que sepáis que desde la Universidad Francisco de Vitoria y desde la Escuela de Liderazgo Universitario nos acordamos mucho de vosotros. No dejéis de entregaros con generosidad en vuestro quehacer diario.

Con mucho cariño y admiración,

Sabrina Lucas

Coordinadora de Antiguos Alumnos Escuela de Liderazgo Universitario – Alumni UFV


Marta Herranz López:

10“Miles de pensamientos y sensaciones de forma desorganizada recorren mi mente; como nunca antes me había sucedido, como si de un cocktail se tratase. De pronto un día todo cambia. Se produce un cambio en lo personal y en lo laboral. Aparece en escena una realidad ante mis ojos que nunca me había podido imaginar. Aparecen sensaciones y sentimientos extraños que se mezclan constantemente. Cada vez que cruzo la puerta del hospital, desde que comenzó la pandemia, el miedo y la motivación me acompañan prácticamente a partes iguales. Miedo a la incertidumbre que rodea esta nueva situación. Miedo a no ver el final. Miedo a cometer errores. Miedo a contagiarme y a poder contagiar a mi familia que me espera al llegar a casa. Miedo a no estar a la altura de las circunstancias. Miedo a tener empañada la vista y no ver lo verdaderamente importante. Y miedo a muchas cosas más.

Y de repente el miedo da paso a la tristeza en cuestión de instantes. Tristeza cuando veo el miedo reflejado en los ojos del paciente. Tristeza al escucharles hablar con sus familias por teléfono. Tristeza al observar la soledad y la fragilidad en una cama de urgencias. Tristeza al pensar que quizás no realice el camino de vuelta a su casa. Tristeza al ver que ya no está. Tristeza al ver una mala evolución. Tristeza al comunicar malas noticias. Tristeza cuando la familia contesta con la voz entrecortada al teléfono. Tristeza oculta tras el equipo de protección individual. Tristeza al llegar a casa y ver por la ventana a mi yaya saludándome desde la distancia. Y en esta montaña rusa de sentimientos, me encuentro con la motivación. Motivación por querer dar cada día la mejor parte de mí, en la parte profesional y en la relación con el paciente. Motivación por el estudio de las actualizaciones. Motivación para diagnosticar, para tratar, pero también para aliviar y acompañar. Motivación para poder transmitir en los ojos la sonrisa que se esconde tras la mascarilla. Motivación por sembrar esperanza. Motivación para ser la médico que el paciente desearía encontrarse al cruzar la puerta de urgencias. Motivación por trabajar en equipo. Motivación para caminar todos en el mismo sentido. Motivación para lograr tener bajo control esta situación y ganar esta batalla.

La motivación va acompañado de un sentimiento de orgullo y agradecimiento. Orgullo por el sentimiento de equipo creado. Orgullo por la forma de trabajar. Orgullo por los actos de generosidad y de entrega. Orgullo por la gran familia que se forma al trabajar unidos. Orgullo de mi especialidad, desde el centro de salud hasta las urgencias hospitalarias. Agradecimiento por la vocación que Dios me ha regalado. Agradecimiento por tantas muestras de cariño. Agradecimiento por todo el apoyo recibido.

Y estos son algunos ingredientes de mi cocktail de sentimientos de las últimas semanas, mezclados con muchos otros que no he mencionado y que hacen que el sabor final de cada día cambie en función de la cantidad, dando lugar a días amargos, agrios, dulces, salados y umami.

Este virus de nanómetros de tamaño ha sido capaz de paralizar nuestras vidas, demostrarnos lo frágiles que somos y la igualdad entre cada uno de nosotros. Claramente ha marcado un antes y un después en nuestra vida. Ojalá en estos días de confinamiento seamos capaces de visualizar la oportunidad que la situación actual nos ha traído escondida entre tantas malas noticias. Una oportunidad para valorar lo que hasta ahora no éramos capaces; una oportunidad para saber lo que de verdad importa. Una oportunidad que impulsa un cambio, un cambio cargado de ilusión, esperanza, compromiso y responsabilidad. Un día más es un día menos.”

Cristina López Crespo:

7“Decepción, rabia, tristeza, impotencia… son muchos los sentimientos y emociones experimentados durante este tiempo y parece que todos enfocados a la negatividad. Están siendo unos días muy duros, y estar en el campo de batalla es un arma de doble filo, pero debemos ser fuertes. Tu pasión te dice que debes y quieres ayudar, disfrutas cada momento cuidando a las personas que tanto lo necesitan, celebras cada despertar, cada salida de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), cada alta… Sin embargo, te vas cargando a la espalda todos los momentos difíciles, las conversaciones tristes, la incertidumbre, el sufrimiento, el dolor, la muerte… porque tenemos que ser fuertes. Qué injusta está siendo la vida con tantas y tantas personas, con tantas y tantas familias. Atravesamos momentos que nos hacen valorar la vida, valorar aquello que tenemos en lugar de echar en falta; y recordar que debemos disfrutar de los pequeños y sencillos momentos, de nuestras familias y amigos. Y nos insisten en ello, ¡tenéis que ser fuertes! De verdad que lo somos… o lo intentamos. Lo cierto es que no se nos han puesto las cosas nada fáciles. Vivimos en un mundo de autodestrucción, en el que abundan los abusos, la agresión, en el que el conflicto, la violencia e incluso la guerra continuamente existe, en el que se prejuzga a las personas antes de tiempo, se traiciona, se tiene envidia del prójimo, y el egoísmo y la hipocresía llegan a ser formas de vivir… Ahora bien, ¿por qué no invertir esta situación? Eliminemos barreras, eliminemos fronteras entre los seres humanos, dejemos los límites incesantes a un lado. Dediquémonos a dialogar y abrazar. Demos más peso al contacto humano, al cariño, a la amistad y al amor. Cuidemos con ilusión, con pasión. Colaboremos y unámonos aún con más fuerza, pues todos somos iguales, sin distinción. Vivamos de tal manera que lo único que importe sea dedicarle tiempo a la vida. Seamos fuertes y saldremos adelante.”

Alba Jiménez:

6

“Desde el sector de la salud digital no podíamos quedarnos de brazos cruzados ante esta emergencia. Desde nuestras casas, estamos desarrollando soluciones digitales que ayuden a controlar esta pandemia, que se está extendiendo tan rápido como el miedo. La información rigurosa es nuestra mejor arma contra el virus, saber cómo protegernos es clave para vencer al virus. Ahora más que nunca, debemos usar las ventajas de la sociedad de la información para hacer el bien. Ahora más que nunca, debemos poner la tecnología al servicio de la sociedad. Y ahora más que nunca, recordemos que ‘sólo tú puedes pero no puedes solo‘. Gracias a todo el personal sanitario que lucha en primera línea. Desde el sector de la salud digital os apoyamos en otros frentes!”

Marina Dasilva Torres:

8

“Aún no he cumplido un año desde que empecé a trabajar como médico interno residente y ya he sentido dudas de si de verdad pertenezco a esta profesión.

Son muchos los retos a lo que nos enfrentamos en nuestro primer año como médicos (y en todos los siguientes) pero quién hubiera imaginado que uno de ellos fuese una pandemia.

La verdad, es que no sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Nosotros, el personal sanitario, también estábamos expectantes, con miles de preguntas. No sabíamos el alcance ni mortalidad que tendrían el virus en nuestro entorno. No estábamos seguros de poder asumir en nuestros centros a toda la población enferma. No teníamos medios materiales suficientes. A nosotros también nos preocupaban nuestras familias y estábamos lejos de ellas en muchos casos. También teníamos y tenemos a compañeros y amigos enfermos. Ahora, tampoco sabemos cuánto durará esta situación o si se volverá a repetir. Tantas fueron las preguntas que compartimos cada día que, poco a poco, me fui dando cuenta de que esta pandemia no era sólo una urgencia sanitaria, sino una verdadera emergencia social.

En la sala de urgencias no hay personas de derechas ni de izquierdas, no hay creyentes ni ateos, no hay españoles ni extranjeros, hay simplemente personas. A mi modo de ver, desde mediados de marzo nuestra sociedad se ha convertido en una gran sala de urgencias donde todos estamos en riesgo, todos somos iguales, porque las enfermedades no distinguen estatus, culturas ni fronteras. Entonces nos hacemos conscientes de nuestro deber de ayudar. Nos unimos, salimos a los balcones, nos lavamos las manos por los más desprotegidos y pedimos a los sanitarios y fuerzas de poder que nos cuiden, A TODOS. Me imagino por un momento si esta actitud unánime tan poderosa se tradujera a nuestro día a día para luchar contra la violencia de género, la desigualdad social o el cambio climático.

Durante este mes y medio he visto morir a varios abuelitos en mi turno, sin poder despedirse. He visto a compañeros trabajar guardias sin apenas descanso. También he visto que nuestras condiciones laborales, que no eran óptimas, no tienen pinta de ir a mejor (pero eso es otra guerra). Pero si alguien me preguntase cuál está siendo la impresión que me llevo de esta pandemia como médico, ha sido la muestra sólida y constante de HUMANIDAD. Todas y cada una de las personas que están en sus casas, que protegen a sus mayores y aislan a sus pequeños, están ejerciendo también de médicos. Esas buenas palabras que ahora son tan fáciles de encontrar. Esa generosidad desbordante que se ha convertido en rutina. Ahora nos cuidamos los unos a los otros. Sólo me provoca decir que ojalá pusiéramos tanta intención y bondad en los problemas que afrontemos a partir de ahora porque es ese derroche de humanidad el que nos está curando.”

Vida ELU

ELU#talks

Por:

¡Hola a todos! Hoy os queremos presentar un proyecto que nos llena ilusión y que comenzamos con mucho cariño con el inicio del confinamiento.

En primer lugar, teniendo en cuenta la situación en la que nos encontramos, aprovechamos para deciros que esperamos que tanto vosotros como vuestros seres queridos os encontréis bien, y os mandamos todo nuestro ánimo y cariño.

Nos presentamos, somos María Álvaro, Alfonso Méndez y María Santaolalla, tres alumnos de cuarto, en camino de terminar su trayectoria por la ELU. Sin embargo, no estamos solos, ya que contamos con la ayuda en el diseño de nuestro Instagram de Amaya Vizmanos (alumna de la Escuela de primero).

Después de estos cuatro años a nuestras espaldas, tenemos una cosa clara: la vida es realmente vivida cuando se acompaña de aquellos que te hacen crecer, que te suman. Nosotros consideramos que esto es precisamente la ELU.

A lo largo de estos años, hay momentos en los que perdemos el sentido de por qué empezamos en la Escuela. Incluso se nos olvida el mensaje de Becas Europa “solo tú pero no tú solo”, porque el ritmo frenético del día a día se impone y la verdadera rebeldía supone no dejarse llevar.

“La realidad es que tenemos por delante 30, 40 o 50 días de cuarentena. El tiempo se ha congelado de forma repentina, ¿no? Tenemos un GAP de tiempo un poco extraño. Pero una vez más, cada uno elige cómo encarar esto y siendo ELUs nos NEGAMOS a salir de esta sin haber crecido y sin haber construido, sin haber hecho algo GRANDE de lo ordinario. Y como gran RED que somos, proponemos seguir afianzándola y continuar con esta iniciativa. En definitiva, seguir haciendo ELU.”

Este es el mensaje con el que abrimos nuestro Instagram hace ya unas semanas y el motivo por el que decidimos empezar con ELU#Talks. Queremos hacer crecer esta RED y que todos nosotros lo hagamos con ella. Queremos que la comunidad ELU esté presente de una manera un poco más cercana en vuestro (nuestro) día a día.

ELU#Talks busca ser un espacio en el que de manera periódica (hasta nuevo aviso los sábados a las 12h) nos reunamos con una persona que nos interese de cualquier ámbito vía videoconferencia. Además, para todos aquellos que por cualquier razón no podáis asistir, en aquellos ponentes que nos den su autorización, grabaremos las reuniones y las colgaremos en la red.

AMendez MAlvaro MSantaolalla

A día de hoy, ya hemos completado nuestro primer ciclo de charlas, que han versado sobre la identidad-felicidad, la vuelta a los orígenes e importancia de crear red, y el amor. Esta triada se ha acompañado con el testimonio vital de Pablo España, que fue nuestro invitado el sábado pasado. Durante una hora aterrizó, mediante su propia experiencia personal, lo que supone enfrentarse a un cambio radical en la forma de entender la vida y la consecuente necesidad de crear una red, para vivirla #conquientanto.

Mañana, sábado 18 a las 12h, nos reuniremos una vez más para dar comienzo a nuestro segundo ciclo de encuentros. Por ahora solo os podemos desvelar que serán también tres charlas, seguidas de un testimonio. Ahora bien, para saber más, tendréis que uniros a nosotros y descubrirlo por vosotros mismos.

Para nosotros, esta proyecto no puede estar siendo más enriquecedor. Estamos experimentando de primera mano lo que supone trabajar en equipo para que cada encuentro sea especial y diferente. Intentamos que haya una línea argumental que conecte las charlas y refleje lo que es la ELU, y que de todas pueda surgir una reflexión que (n)os lleve a seguir preguntándonos más allá, juntos.

Queremos que ELU#Talks sea un proyecto de todos, así que en Instagram hemos habilitado un cuestionario en el que os invitamos a dejarnos temas que tratar, ponentes que invitar, aspectos que mejorar… En definitiva, todo aquello que creáis que puede hacer crecer a esta pequeña gran familia de la que formamos parte.

Nos gustaría que este proyecto continuara en el futuro y que fuera una pata más de nuestra ELU, construida por los propios ELUs. Creemos que es una propuesta valiosa para conectar (aunque sea online) más a menudo y acercar la ELU un poco más.

¿Cómo ser parte de esta iniciativa y enterarte de todo lo que está pasando? Muy sencillo, sólo tienes que seguirnos en Instagram: @elu_talks y prepárate para ser parte de algo increíble.

Gracias, porque sin vosotros esto no sería posible.

Equipo ELU#Talks

Vida ELU

Reflexión sobre nuestra actitud ante la situación actual – Juan Serrano, Director Académico

Por:

Queridos ELUs y todos los que estáis leyendo esta reflexión:

La Escuela de Liderazgo Universitario tiene la pretensión de ser un lugar privilegiado en el que acompañarnos en el verdadero viaje universitario. Vivimos en una sociedad que, más allá de los logros innegables que nos han alcanzado, es a menudo una jaula de grillos en la que el pensamiento crítico y la reflexión acerca de la propia vida en relación con lo “noticiable” quedan eliminados.

Es difícil encontrar, incluso en ámbito universitario o cultural, una mirada sobre la realidad que trascienda el mero análisis de datos y la opinión. Así, ante la sensación a menudo agotadora de que todos tienen algo que decir sobre las más variadas circunstancias que nos rodean, emerge con fuerza la pregunta acerca de la propia vida: ¿tenemos algo verdaderamente importante que decirnos?

Las implicaciones del viaje que nace de esta pregunta son variadas, y tienen que ver con la capacidad de ayudarnos a plantear las preguntas adecuadas y a hacer un juicio sobre los acontecimientos y sus implicaciones en un nivel de conciencia sobre la realidad humana al que quizá no estamos acostumbrados socialmente.

Nos encontramos, sin embargo, ante una oportunidad singular en la cual se nos pide como Escuela no conformarnos con un análisis de los hechos sesgado y parcial, con “tener algo que decir” o formar parte de la conversación. Ante lo que tenemos delante —la enfermedad, sus consecuencias sociales y económicas, determinadas medidas geopolíticas, etc.— lo que está en juego es de un orden diferente. Ante el miedo, el ruido, la crispación y la desesperanza, si hacemos silencio, quizá podamos darnos cuenta de que, aunque estemos constantemente diciendo cosas y de todo tengamos una opinión, en realidad no tenemos nada que decir ni nada que decirnos. Nada verdaderamente importante. O quizá nos demos cuenta de que sí.

En cualquier caso, ojalá este silencio al que os invito sea la ocasión para emprender la única búsqueda realmente legítima: la de encontrar una certeza sobre la cual poder asentar la existencia toda. Aquella búsqueda de la que a menudo somos desviados en función de la actualidad, del sesgo y la opinión.

Si es cierto aquello de que “la felicidad solo es real cuando es compartida”, entonces esta búsqueda solo puede ser comunitaria. Para esto estamos juntos en el camino.

Un fuerte abrazo,

Juan Serrano, Director Académico

Vida ELU

“Sobre lo esencial y lo secundario”

Por:

En situaciones de crisis, es esencial mantener la calma y reflexionar sobre lo que de verdad importa, sobre lo esencial y lo secundario.

La situación que estamos viviendo estos días es, cuanto menos, particular. Días de cambios de planes, días de dejar la rutina, días de volver a casa, días de agobio, días de incertidumbre, días….¿de qué? De todo aquello que dejamos que nos atrape, de agobios que nos nublan la vista y no nos dejan ver más allá.

Y es que, al final, por muchos cambios que estén surgiendo en nuestras rutinas estos días, ¿tan radicales son respecto a nuestras vidas? ¿tan necesario es aquello de lo que prescindimos? ¿o es todo aquello a lo que ya estamos acostumbrados y no nos deja conectar con lo esencial?

Todo aquello que hemos tenido que dejar de lado o que hemos sustituido volverá, pero ahora hemos de aprovechar estos días para enfrentarnos ante una realidad que nos ha sido dada, se nos ha impuesto con todas sus nuevas características, y tenemos que afrontarla con calma y comprensión.

Estos días, son muchos los eventos, congresos y conferencias que han sido cancelados por las medidas de prevención de contagio por el Covid-19. Son muchos los comités de organización que, tras meses de esfuerzo y de trabajo, no han llegado a ver y disfrutar los frutos de todo ese tiempo invertido en cada proyecto, de toda esa ilusión volcada en un día que al final no ha podido llegar. Y es cierto que frustra. A nadie le gusta, en primera instancia, implicarse al máximo y no poder ver los resultados, y más por causas ajenas, en las que no podemos hacer nada, solo aceptar lo que se nos impone, y seguir adelante.

Y es que seguir adelante ya significa que se lleva un camino recorrido, y eso es lo que se ha de tener en cuenta. Que el resultado de todo el esfuerzo no es más que una parada en el camino.

Que todo ese trabajo, por difícil que parezca verlo ahora, sí que ha valido la pena. Tanto si ha sido organizar un congreso, como quedarse en casa estudiando el finde, para un examen que han acabado por cancelar, como un viaje planeado con amigos y se va a tener que aplazar. Seguro alguna experiencia como esta nos ha ocurrido a todos en los últimos días, y algo nos ha enseñado.

Está claro que ver los resultados de algo en lo que has puesto cuerpo y alma motiva muchísimo, pero también ha de hacerlo todo el trayecto que te ha llevado hasta ahí. A veces nunca pensamos en que el proceso tiene una importancia en sí dentro de cada proyecto, y no hay que darle la espalda al mérito que tiene cada tarea hecha, cada reunión celebrada, cada conflicto resuelto, cada idea desarrollada. Todo tiene valor si tiene un sentido hacia el que se ha dirigido, y ese sentido es verdadero en tanto que está centrado en un objetivo mayor a la recompensa inmediata y efímera. El trabajo en equipo realizado, el esfuerzo por un objetivo mucho más allá de uno mismo, eso es lo que ha valido la pena de todo esto.

Porque lo importante, al fin y al cabo, es no perder el sentido de aquello que hacemos cada día, y que los cambios de estos días solo nos giran la veleta, pero el camino sigue siendo el mismo.

Solo hay que saber mirar más allá de lo que a cada uno le afecta, mirar más allá de uno mismo y centrarse, de nuevo, en lo esencial.

Teresa Mondría Terol