ELUs por El Mundo: Ismael Tornos, Lille-Francia

18 ENE

¡Hola a todos!

Intentaré ser breve resumiendo mi actual vida de Erasmus en Francia aunque los que ya hayáis disfrutado de una experiencia como esta estaréis de acuerdo conmigo en que no es fácil resumir y los que aún no ya os daréis cuenta de que es prácticamente imposible.

¿Por dónde empezar? Difícil. Sin embargo, creo que tenía claro que quería irme de Erasmus antes incluso de saber qué carrera estudiar. Y así es como he acabado en Lille, una “pequeña” ciudad al norte de Francia a medio camino entre París, Londres y Bruselas. Imagino que aquí acaba mi imparcialidad porque se podría decir que la ciudad me tiene enamorado. Con el encanto de las callejuelas de suelo empedrado y las típicas casas francesas de amplios ventanales, Lille no deja de sorprenderme.

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La vida aquí es bastante dinámica, es una ciudad llena de estudiantes tanto nacionales como internacionales y desde que fue nombrada Capital Europea de la Cultura en 2004 se fomentan mucho las actividades culturales desde mercadillos por toda la ciudad hasta desfiles y exposiciones. Pero no sólo eso, al estar cerca de tres grandes capitales europeas, Lille ofrece muchas oportunidades para viajar. Billetes a París por un euro, a Ámsterdam por 10, plantarte en Brujas en menos de una hora en una mañana aleatoria y acabar en Maastricht en un finde improvisado. Lo sé, a mí también me sigue pareciendo increíble.

No obstante, los Erasmus también tenemos que estudiar de vez en cuando. La Université des Sciences et Technologies de Lille, donde yo estudio, tiene cierto prestigio en Francia y eso implica esfuerzo, pero nada a lo que no estemos acostumbrados. Para facilitar las cosas, tener un buen nivel de francés ayuda, sobre todo cuando toca pelear con uñas y dientes con la administración francesa y la burocracia universitaria porque aquí se hacen bastante de rogar. Aunque si no, no es difícil hacerse entender tampoco.

Y aunque yo seguiría contando un sinfín de cosas, creo que debería ir acabando porque corro el riesgo de no saber cuándo parar. En resumen, para mí, la experiencia del Erasmus está siendo una de las más enriquecedoras de mi vida, tanto por la gente que conozco y por los lugares que veo como por lo que estoy aprendiendo académicamente y sobre la vida en general. Cuando me doy cuenta de que aún me quedan cinco meses aquí me siento agradecido por ello, aunque ni yo mismo sé qué me va a deparar, pero es parte del encanto de esta aventura.

Por último, sólo me queda decir que empiezo a entender a aquellos que ya os habíais ido de Erasmus, a la pasión contando historias, a esa sonrisa fugaz al recordar…A los que aún no os habéis ido, mi humilde consejo de que si se os presenta la oportunidad, no dudéis ni un momento de cogerla, aprovecharla y disfrutarla al máximo. Creedme, merecerá la pena.

Un abrazo a todos. À bientôt! Ismael Tornos