Experiencia ELU: Feria ARCO

29 FEB

“Es viernes, sabes que estás perdiendo clase, pero aun así coges el metro, viajas durante cuarenta minutos y te empapas con la lluvia decidido a sorprenderte”, me decía Javi (Jiménez Borona) minutos antes de entrar en la feria. Y es verdad, estaríamos perdiendo clase, que no el tiempo enriqueciéndonos de una forma distinta, apreciando una realidad, labor y profesión ajena a lo que diariamente estamos acostumbrados a lidiar. Junto a Javi y a mi, nos acompañan Carolina Dolado y Guillermo González Molina. Venimos de carreras muy distintas, del mundo de la empresa, el derecho y la arquitectura, pero compartimos una misma pasión y ganas de tener los sentidos bien abiertos para poder experimentar de forma completa lo que realmente es ARCO: un viaje por el arte contemporáneo.

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Este era el segundo año que participaba de nuevo en esta experiencia ELU. Muy contenta quedé el año pasado, de la mano de Sabrina también. No obstante, este año era especial, no había país invitado, el año pasado lo fue Colombia, y más aun porque ARCO cumplía 35 años de historia.

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Comenzamos nuestro periplo, tomando como punto de partida la galería del santanderino Juan Silió, adentrándonos con las explicaciones de Sabrina y Rafa Macarrón en los entresijos de ARCO y en definitiva, del mundo del arte: quién expone y por qué, cuánto se tarda en crear un cuadro o qué inspira a un artista, como R. Macarrón en su labor de crear.

La verdad, es que me he sentido muy afortunada por tener la suerte de descubrir ARCO de una forma distinta, poder conocer el proceso creativo de un artista y su inspiración, de la mano de Rafa Macarrón y en palabras suyas: “poder buscar la Verdad a través del arte”.

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Muchas galerías reúne cada año ARCO, por lo que contar con unos guías de excepción es una suerte incomparable para no perderte en la vorágine de cuadros, esculturas… Disfrutamos descubriendo una pequeña selección de lo más destacado de este año. Tras la galería de Juan Silió, visitamos la galería Marlborough con obras de Antonio López, Claudio Bravo o Juan Genovés, Dan Galleria, dedicada a las obras geométricas de artistas hispanoamericanos o Lisson, donde se encontraba la escultura de Anish Kapoor, (donde todo el mundo se hace un selfie este año…).

Tuvimos la suerte de poder conocer la labor de los coleccionistas de la mano de Ofelia Martín y Javier Núñez, canarios apasionados del arte desde hace más de 20 años. Me resultó muy interesante conocer la contraposición conceptual entre una mentalidad más anglosajona que suele invertir en obras con el fin de revenderlas y sacar un beneficio, y el gusto que encuentran como coleccionistas este matrimonio: casi el 90% de las obras que han adquirido a lo largo de los años las tienen almacenadas y su siguiente gran objetivo es poder compartirlas y exponerlas.

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Como Sabrina nos señaló, en comparación con años atrás, la reivindicación social y los sentimientos negativos han dado paso a que ARCO, sea una experiencia estética agradable para los sentidos. “Parece más un museo que ha de aparentar algo de refinamiento“, decía Javi. También me resultó muy interesante, descubrir otro arte: el del montaje, iluminación y composición de los propios espacios de las galerías. En algunas, tal y como apuntaba también Javi, “se nota que muchas (de las galerías) han ido a vender las obras de sus mejores artistas y hacen que las paredes se conviertan en simples mercados temporales”.

Pero luego está la otra parte de la feria, en la que las galerías que exponen lo hacen con un fin, mostrar al mundo el arte que piensan que debe ser compartido. Caminas entre la gente y te paras frente a algo que te llama la atención, lo miras, buscas el autor, lo apuntas o no, criticas o alabas y te vas.

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Después de comer, ya me tuve que ir, pero Carol y Javi tuvieron la oportunidad de coincidir con Julia Aizpuru, la que fuera primera directora de ARCO y quedarse a escucharla mientras daba una entrevista.

Os animo a todos a que el próximo año vengáis y disfrutéis de la experiencia, porque como casi todo lo que hacemos en la ELU, es mucho más que venir por tu cuenta, tiene ese valor añadido de poder hablar con un artista, con los coleccionistas… Algo que, en otras circunstancias, seguramente, o por lo menos yo, no hubiese podido tener la oportunidad. Además, es un lujo contar con una guía como Sabrina, ARCO es enorme, y abarcar todo es imposible, así que poder concentrarte en una selección de galerías, bien elegidas, hace que aprecies más lo que ves y te lleves, si cabe, un mejor sabor de boca.