Roma

Vida ELU

Elus por el mundo – Ramón Torres

Por:

¡Hola!

Lo primero de todo, para aquellos que no me conozcan, soy Ramón Torres, estudiante de 4º de ingeniería industrial en la Universidad de Sevilla y de 4º de la ELU.

Este año soy uno de los afortunados en irse de Erasmus y no hay mejor ciudad que Roma, la citta eterna. La ciudad que no muere, que tiene historia romana, germánica e incluso española, que durante siglos fue la capital de la civilización occidental y en la que se respira historia en cada esquina.

Para mí, los primeros días fueron como un turista más, desde el Coliseo al Vaticano pasando por Trastevere sin olvidarnos de pasar antes por la Fontana di Trevi. Lo he resumido en muy poco para una ciudad como Roma, pero para mí era la primera vez que salía de casa tanto tiempo y la primera vez en esta ciudad. Aunque lleve 4 meses fuera de casa y me quede bastante aún, desde hace tiempo puedo decir que me llevo a personas esenciales, desde mis compañeros de piso a personas de distintas partes de España con las que probablemente nunca hubiera coincidido.

Los primeros meses fueron de viajes, y muchos: Nápoles, Milán, Verona, Florencia, Bolonia y Rávena, entre otros. Además, el segundo cuatrimestre se espera movidito también por viajes: a Madrid de vuelta a la “Paquito”, al norte de Italia y centro de Europa en general. Sin embargo, no todo va a ser viajar. Leyendo distintos “Elus por el mundo”, me di cuenta de que se nota que somos ELUs, no solo queremos viajar y salir de fiesta como siempre pintan de Erasmus, sino que queremos ir más allá, nunca pasar de puntillas.

Por este motivo, siempre tuve muy claro que quería aprovechar al máximo la oportunidad de estar en una universidad tan prestigiosa como lo es la Sapienza. Durante el curso he podido asistir a clases de máster, seminarios y prácticas sobre energía (mi especialidad en Sevilla), además de poder impregnarme de distintas culturas, compartiendo clase con polacos, franceses, iraníes, etc. Actualmente, estoy terminando los exámenes, pero la experiencia de las clases me ha encantado; muy internacional y abierta, una universidad muy grande y diversa en la que todo el mundo tiene cabida. Además, mi facultad, por suerte, está al lado del Coliseo y de la Iglesia de San Pietro in Vincoli (alberga el Moisés de Miguel Ángel), además de ser un edificio histórico la propia facultad. En resumen, en Roma se respiran historias vayas donde vayas.

Como es de esperar, en el Erasmus hay tiempo para todo, y tú decides en qué invertirlo. En estos primeros cinco meses, puedo decir que han sido de mucho aprendizaje, de reír, de equivocarme, de disfrutar, de saber gestionar y aprender. Puedo decir que, tras esta primera mitad, el Ramón que llegó no es, ni volverá a Sevilla dentro de 5 meses siendo el mismo, este continuo aprendizaje hace madurar aún más al que pensaba que era maduro, organizado al que pensaba que lo era y ciudadano del mundo al que pensaba que era el mundo el que lo llevaba a él.

Antes de despedirme, llega el momento que todo el mundo estaba esperando, y sí, la recomendación. Animo y recomiendo a todo aquel que se quiere ir y al que no y aún no lo sabe también, a que se dejen sorprender y se “tiren” a la piscina. Somos jóvenes una vez y los 22 (que acabo de cumplir) no los voy a volver a tener. Por eso, porque la vida está para exprimirla al máximo, no dejéis que miedos e inquietudes os abrumen y os dejen sin una experiencia que recordaréis toda la vida, el “famosillo” Erasmus. Finalmente, quiero agradecer a todos los que están haciendo de estos meses una experiencia única y que para cualquier duda o indecisiones que tengáis, no dudéis en escribirme, para eso están los Elus .

Arrivederci!

Vida ELU

La ELU recibe el Premio Razón Abierta

Por: ELU Admin

El proyecto de la Escuela de Liderazgo Universitario liderado por los profesores de la UFV Juan Serrano y Carola Díaz de Lope-Díaz recibieron el pasado martes 17 de octubre el premio Razón Abierta. Es la primera vez que un proyecto de la UFV recibe este galardón que organiza la universidad a través del Instituto Razón Abierta y en colaboración con la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger/Benedicto XVI.

Fue una ceremonia presidida por el cardenal Luis Francisco Ladaria, S.J. junto con el presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, el padre Federico Lombardi, S.J., que destacó los “resultados brillantes” de las investigaciones galardonadas con estos premios.

“Este premio tiene como objetivo promover el diálogo entre disciplinas y en particular con aquellas que pueden dar respuesta a las preguntas antropológica, epistemológica, ética y de sentido, ahí en donde la ciencia no puede responder por sí misma”, ha explicado el rector de la UFV, Daniel Sada, quien afirma que se busca “generar un espacio para favorecer la investigación y la docencia y el intercambio de proyectos de los profesores e investigadores cuyas contribuciones han marcado la diferencia en sus respectivas áreas de estudio”.

También han sido galardonados: Anna Rowlands, de la Universidad de Durham, Simon Maria Kopf, profesor de Teología Fundamental en la Universidad Católica ITI e investigador en Blackfriars Hall, Oxford, Giuseppe Tanzella Nitti y Stefano Oliva, director y coordinador, respectivamente, de la plataforma digital DISF Educational, activa en el “Centro de Documentación Interdisciplinar de Ciencia y Fe” de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Asimismo, habrá una mención honorífica para Elizabeth Newman, profesora de Teología en el Union Presbyterian Seminary Baptist House of Studies and Duke Divinity School.

Al día siguiente, el miércoles, el papa Francisco recibió a los galardonados en la Audiencia. Juan Serrano nos cuenta cómo ha vivido estas jornadas: “Tras el seminario de trabajo, en el que entablamos conversación con el resto de ganadores y los profesores de la universidad y la entrega de premios, que fue una emocionante culminación a todo el recorrido, la Audiencia con el Papa supuso el broche de oro a nuestros días de “razón abierta” en Roma. Experimentamos una acogida y una unidad grande, la conciencia de ser parte de algo mucho más grande”.

Puedes ver cómo transcurrieron esos días en este vídeo.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Natalia Aldaba

Por: ELU Admin

Hacía ya dos años que, en secreto, miraba las opciones que me brindaba la universidad para irme un año a estudiar fuera. No exageraría si dijera que la voluntad de hacer un Erasmus suponía una certeza mucho anterior a la decisión propia de estudiar Medicina: lo consideraba un elemento clave en mi experiencia universitaria. Recuerdo cómo, con mucho nerviosismo y habiéndome cerciorado más de cinco veces de haber adjuntado toda la documentación, enviaba aquel formulario del que luego intentaría olvidarme- inútilmente, por cierto,- hasta no saber de sus resultados. Por eso mismo recuerdo también aquella tarde del 4 de febrero en la que, al ver mi nombre en la lista de admitidos, no fui capaz de prestar más atención. Pocos días más tarde, no sin llenarme de algo de valentía, aceptaba la plaza. Qué gran oportunidad, me decía. Y no andaba corta. Estos ya siete meses vividos aquí han sido y siguen siendo para mí una experiencia inolvidable.

Los que hayáis estado, sabréis que en Roma el encuentro con la belleza es constante. Aunque que suene cursi, quizás lo sea, todos los días tengo la gran suerte de maravillarme con los edificios de esta ciudad: por supuesto, con los monumentos y lugares más emblemáticos, pero también con todas sus calles y pequeñas y recónditas esquinas. Cada día descubro un nuevo tesoro. Y es que estoy convencida de que cualquier iglesia “menor” romana sería un conocidísimo lugar en alguna otra ciudad del mundo, pero aquí queda perdida pues, citando a mi abuela, “en Roma das una patada a una piedra y descubres un monumento”. Tengo la gran suerte de, por ello, vivir en constante encuentro con la belleza y asombro. Es también, como bien se sabe, una ciudad increíblemente conectada con el pasado, sensación que se vive con el mero admirar y preguntarse al pasear por sus calles; lo cual le hace a una consciente de la importancia y el papel de la cultura en nuestra vida diaria. Además, como es bien sabido, la gastronomía siempre acompaña: es muchísimo más agradable disfrutar de Roma con un buen gelato o un buen tiramisù.

Alabanzas aparte, no podemos olvidar que Roma es capital italiana y por tanto todas sus virtudes y defectos se ven reflejados en ella, de manera que no solo buena comida, buen gusto, música, vino y apreciación de la cultura están presentes, sino que también caos, desorganización y despreocupación exagerada impregnan sus calles. En las largas esperas a los medios de transporte públicos, una aprende a acabar por sobreponerse a la desesperación del tiempo perdido por el autobús que no llega y acaba por intentar aprovecharlo con un buen libro, escuchando algún que otro pódcast, respondiendo a mensajes perdidos o descubriendo más música local. Esta ciudad me ha hecho también aprender a gestionar muchos aspectos por mí misma y a sacarme las castañas del fuego con fechas de exámenes desconocidas y luego aplazadas, asignaturas cursadas en las que resulté no estar matriculada, profesores que no contestan correos, médicos que no aceptan estudiantes de prácticas pese a ser su obligación, situaciones de convivencia en un piso de estudiantes y en el salir a la aventura para hacer nuevos amigos hasta encajar en un grupo.

Desde luego, mi experiencia Erasmus no sería lo mismo sin los grandes amigos que he encontrado aquí. Tengo la gran suerte de poder contar con la compañía de gente maravillosa a la que sé que me voy a llevar hasta mucho después de que este año pase. Roma es increíble, pero es infinitamente mejor cuando tienes con quién compartirla. ¡Y de qué manera! Todos ellos han contribuido a que esta ciudad haya pasado a ser mi casa, pues estas calles anaranjadas con luces y estos bares con música ya son parte de mi historia y a ellos asocio anécdotas, personas y risas vividas- y por qué no, algún llanto también-.

Este año completo de aprendizaje, risas y dificultades me ha formado como persona mucho más de lo que hubiera imaginado. Ha sido una oportunidad enorme de crecimiento que desde luego hace que merezcan la pena las dificultades. Tengo la grandísima suerte de estar acostumbrada a diarios abrazos de mis padres, risas con mis hermanos, comidas con mis abuelos, clases con mis amigos y carcajadas en entrenamientos; por lo que a veces las llamadas telefónicas encajadas entre idas y venidas en las que la cobertura no siempre funciona pueden saber a poco. Ha sido para mí muy importante el propósito de, en el estar lejos, seguir cuidando de mi familia y de mis amigos que sé que me esperan a mi vuelta en mi querida Pamplona, y por ello los he sentido muy cerca durante todo el año. Pues, junto a otras cosas, el Erasmus me ha hecho consciente también de lo inmensamente dependiente que soy y de mi gran necesidad de cariño.

Espero disfrutar increíblemente de estos pocos meses que me quedan en esta ciudad de la que estoy enamorada, pues no volveré hasta ver las calles de mi otra casa vestidas de blanco y rojo. Solo me queda animar a todo aquel que se plantee vivir una experiencia similar y por supuesto ofrecerme para cualquiera que tenga algo que preguntarme. Mientras tanto, seguiré exprimiendo el tiempo al máximo en esta ciudad acompañada de mis amigos, dado que en este lugar y con esta compañía la belleza nunca se acaba.

Un abbraccio fortissimo,

Natalia

Vida ELU

Elus por el Mundo – Nacho Artero

Por: ELU Admin

Querida comunidad ELU, soy Nacho Artero, alumno de 4º de la Escuela de Liderazgo y de Derecho y Business Analytics en la Universidad Pontificia de Comillas, ICADE. Hasta diciembre estoy viviendo una experiencia hasta ahora inolvidable: poder realizar mi Erasmus en Roma.

Visto que el anterior Elus por el Mundo versa también sobre la Ciudad Eterna, y que Alberto hace de la experiencia de vivir en ella una descripción magnífica, en esta columna me centraré en lo práctico.

En primer lugar, conviene destacar que el Erasmus, antes que nada, es una experiencia académica. Este dato de no menor importancia parece perderse entre tantas otras vivencias, pero conviene no olvidarlo del todo. Mi universidad aquí es la LUISS Guido Carli, una prestigiosa institución privada de muy difícil acceso para los romanos y con tres campuses repartidos por la ciudad y que consisten en amplios palacetes con jardines. Durante mi estancia en Roma estoy cursando Derecho, y debo confesar que estoy fascinado con el plan de estudios de esta universidad: los profesores son excelentes y las asignaturas que he podido elegir, muy interesantes.

Además de la LUISS, que no es de las universidades más concurridas, los Erasmus estudian en otros muchos centros. De entre ellos destaca la Universidad de La Sapienza, una macro universidad pública situada cerca de la estación de trenes de Termini y muy prestigiosa también a nivel internacional. Si tienes la oportunidad de ir a Roma de Erasmus, lo más probable es que te toque esta institución.

En segundo lugar, me gustaría advertiros acerca de la odisea que es conseguir piso de estudiantes aquí. Mi consejo es que una vez sepáis vuestro destino, os pongáis a buscar piso inmediatamente y no confiéis en el “llego allí sin piso y busco inmobiliarias”. Eso pensaban también cientos de estudiantes españoles y muchos han tenido que volverse por falta de oferta. Los mejores portales son Spotahome y similares, y recomiendo no reservar por webs poco conocidas, ya que la cantidad de estafa de las que he oído hablar es sorprendente. Por otro lado, el alojamiento en Roma deja mucho que desear casi siempre: las casas, por mucho que puedan tener todo lo necesario para vivir en ellas, suelen ser cutres. Olvídate de tener salón, por cierto.

Por último, no puedo despedirme sin aportar un par de consejos acerca de la gastronomía romana. Os pediré un favor, no vayáis a Fortunata ni a Tonnarello. Sí, lo sé, Instagram y Tik Tok babean con estos restaurantes, pero si vais a Roma de Erasmus debéis comportaros como romanos y no como turistas. Por lo general, si escucháis hablar inglés entre los clientes del local, suele ser un “tourist trap”. Con una excepción: el magnífico Da Enzo al 29, custodio de la mejor carbonara de Roma según dicen. Tendrás que hacer un poco de cola en la calle pero merece la pena. Asimismo, te recomiendo que vayas a Baffeto para probar una auténtica pizza romana.

Roma es inagotable y de ahí su encanto. Si vienes, déjate llevar por sus calles y ¡deja el reloj en casa!

Vida ELU

Elus por el Mundo – Alberto Pradas

Por: ELU Admin

¡Hola a todos! Soy Alberto Pradas, alumno de 4º curso de la ELU y de 5º en Derecho y Relaciones Internacionales en la UFV. Durante estos meses estoy viviendo una experiencia increíble en mi último año académico, tanto de universidad como de la ELU, disfrutando un Erasmus en Roma, Italia.

Mucho se ha escrito sobre la Ciudad Eterna, y no voy a ser el primero que lo haga en esta newsletter, pero como un gran historiador alemán del siglo XIX dijo, “en Roma se encuentra lo que uno lleva consigo”. Y eso hace que cada una de las personas que pasen por ella se sientan interpeladas de una manera única y especial. ¿Qué significa Roma para mí? Roma es hermosa y descuidada, ilustrada y disoluta, de los césares y de los papas, milenaria y cosmopolita. Como decía antes, cada uno de nosotros llevamos una Roma singular en nuestro corazón.

Pero vivir una experiencia plenamente internacional no siempre puede ser fácil en esta ciudad. A cada pocos pasos que des en la calle escucharás a alguien hablando español, y si algo tenemos en común italianos y españoles es que, allá a donde vamos, tendemos a ser conformistas y cerrarnos en nuestro grupo hispanohablante. Esto se hace particularmente evidente en lo que al ocio nocturno se refiere: se sale a las fiestas de los españoles donde suena reggaeton o a las internacionales con música comercial. Cuál de las dos es mejor ni se discute.

Un día bromeaba con un amigo diciendo que una “iglesia de barrio” de las docenas que tiene Roma sería considerada catedral en cualquier otra ciudad. En estos meses he aprendido a disfrutar las tardes de visitar Caravaggios, los atardeceres en el Giardino degli Aranci, deambular por los Museos Capitolinos, fantasear con la historia que se vivió en los foros imperiales, a perderme entre las calles estrechas y desembocar en un monumento impresionante.

Viajar dentro de Italia en tren o autobús tiene un coste muy económico, lo que sumado al precio reducido en museos públicos que disfrutan los menores de 25 años, anima a que los estudiantes de Erasmus puedan moverse y conocer la inmensa riqueza cultural del país. Por ello, es común que los estudiantes que se encuentran en Italia prioricen desplazarse dentro de ésta en lugar de viajar a otros países europeos, porque Italia es mucho más que Roma o Milán: es también el sueño renacentista de Florencia, el patrimonio cultural árabo-bizantino de Palermo, las ruinas silenciosas de Pompeya, el viaje al medievo en Siena, los pueblos blancos de pescadores en la región de Apulia.

El Erasmus me ha permitido revivir lo que en los siglos XVIII y XIX se conocía como el Grand Tour. El “viaje continental” atraía a jóvenes aristócratas e intelectuales europeos a recorrer Europa y llegar hasta Italia, movidos por conocer la cultura grecorromana y las obras de arte renacentistas y barrocas. Para los “grandtouristas” que emprendieron este viaje se consideraba una especie de iniciación fundamental para acceder a la vida adulta y descubrir los orígenes de la civilización europea. ¿No os recuerda un poco a Becas Europa?

Ahora que escribo habiendo superado el ecuador del Erasmus me siento profundamente agradecido porque Roma sea mi hogar durante estos meses. Roma ha reanimado en mí el sentido del asombro, y lo ha hecho de la mano de unos amigos junto a los que he podido descubrir y compartir la alegría de esta aventura. Más allá de haber despertado la sensibilidad para sorprenderse y preguntarse, este viaje compartido me ha permitido descubrir lo valioso y bello que late en cada uno de nosotros, pero que muchas veces no somos pacientes ni estamos interesados en descubrirlo. Me gusta llamar a estas experiencias “recordatorios”, porque creo que existen en todas las personas, pero que hasta que alguien o algo no los desadormece, permanecen pasivos e indiferentes en nuestro interior. Y conviene que nos recuerden las cosas a diario.

Hay una sensación extraña que me acompaña desde el primer día que llegué a la ciudad. Me siento turista a la vez que nativo de Roma. Camino embelesado entre sus maravillas, como si fuera la primera vez que las contemplo, a la par que con orgullo las aprecio como propias, como si me sintiera en casa. Quizá de esta sensación nazca el adagio que reza que todos los caminos llevan a Roma.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Cristina Laprea

Por: ELU Admin

Se me ha hecho muy difícil escribir estas palabras en mayo, cuando estoy tan solo a un mes vista de volver a casa y despedir este año y esta ciudad que, como bien dicen, es eterna, y tira siempre para ella. Sin embargo, me hace mucha ilusión poder contaros la experiencia tan bonita e inesperada que he vivido este año, y aunque me cueste, creo que es una forma bonita de agradecer y despedir este año que ha sido nada más (y nada menos) que un regalo, y animaros, si está en vuestros planes, a emprender viajes, de cualquier tipo, que de primeras puedan resultar algo aterradores pero que, sin duda, son siempre el comienzo de algo importante (como bien hemos escuchado tantas veces).

La verdad es que ya había estado en Roma un par de veces, y siempre me había dado la impresión de que era una ciudad con aroma de cielo. Es difícil explicarlo, pero siempre había pensado que, si se me presentaba la oportunidad, viviría un tiempo en Roma antes que en ninguna otra ciudad. Me llamó bastante las veces que vine. No entendía mucho de la belleza que había, y sigo sin entender mucho, pero aún sin entenderla, me llamaba poderosamente.

Venirme en un principio fue una odisea; me faltaban todos los requisitos que pedían y no sabía cómo iba a apañármelas para conseguirlo. El Cielo se puso de mi parte y se resolvieron asuntos muy difíciles (como sacarme el first en una semana, y algunos más complicados) milagrosamente. Me vine aquí a la Universidad de la Sapienza, que es una de las más antiguas de Italia (y la más antigua de Roma, si no me equivoco), que está cerca de Piazza Bologna. Es una Universidad inmensa con gente de muchos sitios diferentes (de hecho, en algunas clases somos sólo internacionales).

Cuando llegué, me sorprendió mucho que Roma no era la Roma que yo había conocido como turista; era una Roma mucho más sucia, donde el camión de la basura pasa cada cambio de estación, ocurren algunos sucesos que pueden dar un poco de miedo, conducen, como sabéis, a su manera, los pasos de peatones son sólo sugerencias, te dicen cosas raras por la calle, te intentan timar por muchos medios, no hablaba nada de italiano, no entendía a nadie y hacía por hacerme entender, pero en sitios menos turísticos (como donde vivo), resultaba complicado, los autobuses siempre te dan platón, y, por consiguiente, tú a todo el mundo… Bueno, ya os podéis imaginar. Realmente son problemas de primer mundo, pero cuando llegas sola a una ciudad esas cosas te hacen estar en cierto estado de alarma.

Al principio, como en todos lados, hablas con mucha gente, personas de muchísimas procedencias, y conoces a una media de 20 personas nuevas cada día. Es emocionante ver como todo el mundo, cada persona, es esa persona y nada más. Yo en Madrid estaba bastante acostumbrada a etiquetar a las personas según distintos criterios. Sin embargo, por cómodo que hubiera sido, no puedo hacerlo. El “mundillo” de cada persona es tan nuevo y desconocido, que no hay forma. Ha sido un regalo. Es algo muy interesante poder descubrir a las personas según lo que son, sin ser de donde vienen, o su pueblo, o su opinión, o su rollo, o mis suposiciones. Esto ha sido para mí, muy enriquecedor.

También es un golpe de realidad muy potente verte tan pequeña en una ciudad tan grande. Irte de erasmus a una ciudad grande es muy diferente que irte a una pequeña. Aquí no hay residencias (o muy pocas), con lo cual, estar aquí se parece más a vivir aquí que a estar de Erasmus. Sentirte tan pequeña en una ciudad tan grande, como decía, te hace sentir que tienes mucho que aprender y que exprimir de lo que estás viviendo. Cada día las cosas son distintas, tienes planes nuevos y diferentes, aprendes alguna palabra nueva, alguna calle nueva, de repente te ubicas andando por calles que al principio parecían todas iguales… Vives todo con mucha novedad, con gran curiosidad y con ojos de piñón.

Es curioso, porque, en una ciudad con tanta historia, donde en cada esquina hay un secreto escondido, tienes que ir poco a poco averiguándolo. Empiezas a tirar de free tours; hay muchos datos turísticos que son muy famosos aquí y que te repiten por todos lados. Poco a poco vas contrastando fuentes y vas queriendo saber más y más.

Es brutal ir paseando con un gelato y sin quererlo encontrarte en el lugar donde Rómulo se debatió la división del territorio de las siete colinas con Remo, después donde Julio Cesar pronunció su “Et tu, Brute?”, ruinas a consecuencia del incendio de Nerón, la calle donde San Pedro se encontró a Cristo saliendo de Roma y ocurrió el famoso “Domine, quo vadis?”, la primera iglesia dedicada a la Virgen, supuestos piques entre Borromini y Bernini, un templo católico barroco construido sobre un antiguo templo romano, una estatua intencionadamente orientada hacia el Vaticano por Miguel Ángel, un piano en el que Mozart toco su réquiem, obras hechas por Mussolini para la exaltación de la Patria, placas de judíos capturados y extraditados bajo los portales de sus casas… Empiezas a moverte, a meterte más en la historia infinita de sus calles, y te das cuenta de que muchos datos son leyendas, muchas historias inciertas, y que cada vez hay más y más datos, rincones y secretos … Descubres la dificultad que supuso construir ciertas iglesias, como destruyen y reconstruyen, la búsqueda de soluciones de diferentes arquitectos y artistas durante años hasta que algún genio, un Bernini o un Miguel Ángel, dan con ella… Parece que la Historia de la Civilización te persigue en cualquier plan, y da la impresión de que, estés donde estés, muchas cosas han ocurrido allí mismo que han significado algo para la Humanidad. A veces tanta proporción, tanto poder, tanto conflicto, tanta historia, y tanta belleza, abruma; pero no cansa nunca.

Sigo sin saber mucho de arte y arquitectura, aunque me encantaría saber más; pero algo que me llevo de Roma es que es una ciudad que, poco a poco, despierta en ti una sensibilidad hacia la belleza. Al principio todas las iglesias son iguales, las recorres en 5 minutos, y poco a poco, cada Iglesia te va pareciendo diferente, vas buscando Rafaellos y Caravaggios por todas a ver si hay suerte, aprendes a contemplar la inmensidad y belleza de una cúpula, las proporciones de una Iglesia, la belleza de fachadas que antes ni mirabas, te interesa la historia de cada una, buscas atardeceres bonitos y los enumeras según número de cúpulas que se ven, orientación con respecto a la puesta, músicos callejeros que acompañan y cantidad de turistas presentes… Es una pasada.

He tenido la suerte de poder conocer otras ciudades de Italia, pero creo que vale la pena solo hablar de Roma; cada vez que tenía que dejarla, me daba lástima perder un fin de semana en la ciudad que siempre me está llamando. Claro que vale la pena conocer otras ciudades, y disfrutas muchísimo. Pero, que queréis que os diga… No soy muy imparcial :).

Y como no, las personas que conoces son increíbles. Conoces a un montón de gente, hablas con bastantes personas (además aquí hay muchísimos erasmus). Pero las amistades verdaderas que puedes llegar a forjar son una pasada. Convivís tanto que no puedes ocultar ni tus defectos; aprendes a querer a las personas con todo lo que son, te conoces en facetas nuevas, disfrutas muchísimo, y es curioso ver como juntos, los que estamos aquí, venimos con nuestra historia y nuestra “vida real” de origen y nos vamos, poco a poco, metiendo en esas vidas, que parecen tan lejanas, para que al volver podamos llevar muchos asuntos “mejor zanjados”. No se si es así para todo el mundo que realiza un intercambio; pero el crecimiento personal que haces, y que hacéis, de la mano de otros es una pasada. Esta distancia de España ayuda mucho en la forma de compartir y convivir con los demás. No os puedo explicar muy bien la sensación, pero supongo que los que os habéis ido lo entendéis.

No sé tampoco expresar lo agradecida que me siento por esta experiencia. La pena que me da irme no os la puedo explicar, pero el agradecimiento es aún mayor. Os animo a iros si tenéis la posibilidad: para los que volvemos a la “vida real”, o permanecemos en ella, creo que es posible vivir con esta actitud de apertura, de asombro, de novedad y de curiosidad sana hacia el mundo y todo lo que nos rodea. Creo que he aprendido a estar mucho más despierta.

Si alguno os vais a Roma, aunque sea de viaje, quedo a vuestra disposición para cualquier cosa. Y si alguien se está pensando el Erasmus aquí, le diría que se lo piense bien, porque es un Erasmus muy independiente… Pero en mi opinión, esta ciudad eterna no tiene desperdicio, ni comparación con ninguna otra. Da igual cuanto tiempo estés: es inagotable. Y, por último, pero no menos importante…

¡No os imagináis cómo se come!

Ci vediamo!

Vida ELU

Daniel Sada – ELUs por el Mundo

Por:

“Mi experiencia en Roma está siendo una auténtica pasada. Al principio no me convencía mucho Roma como destino: estaba muy cerca de casa, es una ciudad que ya conocía, iban varios amigos míos de la universidad… Pero cuando finalmente escogí Roma, decidí ir a la aventura. Me busqué compañeros de piso que no conocía de nada, una zona de Roma también desconocida para mí, y una universidad que nada tenía que ver con la UFV. Y ahora que estoy ya acabando mi periodo de Erasmus, puedo decir que fue la decisión correcta.

Uno puede pensar que Italia y España son bastante parecidas con todo esto de la cultura mediterránea, pero para nada. Desde el principio me sorprendió el estilo de vida italiano. Comen a la 13:00 horas, cenan a las 18:00-19:00 horas, y esa costumbre española de cervecitas con tapas en una terraza es inexistente aquí.

dani sada 3

Sin embargo, Roma te ofrece a cambio miles de oportunidades distintas. No solo todo el turismo evidente (Coliseo, Vaticano, Capilla Sixtina, las cuatro grandes basílicas…) sino que cada calle, cada casa, cada edificio tiene su historia. Y eso es algo que se nota. En Roma, parece que todo se hace a lo grande. Y pasear, y más aun vivir en Roma, te hace sentir parte de algo más grande. La gente que se piense que conoce Roma, en realidad no tiene ni idea. Es una ciudad que tiene cada día una cosa nueva por descubrir, y después de cuatro meses viviendo aquí, me he enamorado de ella. Y sé que todavía me falta tanto por conocer…

Mi primer día en Roma, he de decir que llegué un poco preocupado. ¿Conocería a gente guay? ¿Me costaría mucho hacer amigos? ¿Me llevaré bien con mis compañeros de piso?… y todas esas preocupaciones se me fueron esa misma noche. Había una fiesta organizada para los alumnos erasmus, y nada más llegar ya conocí a lo que pasaría a ser mi cuadrilla (la llaman así porque son casi todos vascos jajaja). Me encontré metido en un grupo de gente totalmente distinta a mí, con ideas completamente diferentes, y más fuera de mi burbuja de lo que nunca había estado, y sin embargo me sentía como en casa.

A partir de ahí, todo fue a mejor. Una cosa muy buena del Erasmus en general, y de Roma en específico, es que te permite viajar mucho y muy barato. En la segunda semana ya habíamos organizado un viaje, y nos fuimos a Nápoles (la mejor pizza del mundo sin duda), Pompeya y a la costa amalfitana. Una maravilla de viaje. Después hemos hecho muchos viajes más: Florencia, Milán, Venezia, Marsella, Holanda… No hemos parado.

Otra cosa que me ha encantado de Roma es la universidad. Se llama la LUISS, y la verdad, no había oído hablar de ella en mi vida. Pero es la leche. Nunca había visto una uni con tanto ambiente en el campus, con tanta actividad. Para que os hagáis una idea, en cada pasillo hay una guitarra colgada, para que si a alguien le apetece se la pueda llevar a los jardines a tocarla un rato. Tienen una zona de radio y música por si quieres relajarte un rato; una sala donde solo se puede hablar inglés con pianos, guitarras, café y galletas gratis, sofás para relajarse… En definitiva, una locura de universidad que me ha permitido conocer a muchísima gente de todas partes.

dani sada 4

Una diferencia un poco molesta de Roma comparado con Madrid es el transporte público. No es que vaya mal, es que es un auténtico caos. En realidad, toda la ciudad lo es, por eso me gusta tanto. Mis amigos y yo decimos que en Roma o le echas un par, o no cruzas un paso de cebra en tu vida. Porque aquí todo el tema de respetar semáforos no lo llevan. Con el transporte público igual, todo eso de seguir el horario como que no les apetece. Y un bus puede pasar cada 5 minutos, y luego no pasar durante 2 horas. Así que siempre tienes que estar preparado para todo.

Y esa fama que tienen los romanos de conducir mal: totalmente cierta. Pero yo no diría que conducen mal; más bien tienen sus propias reglas. Es un caos organizado, en el cual la gente hace lo que quiere, mientras sea más rápido que el otro. Si ves que el otro es más rápido, o hace el giro antes, o llega a un stop antes… le dejas pasar. Así funciona. Y una vez te acostumbras es una maravilla, porque en vez de preocuparte por seguir las normas, tienes que preocuparte por adelantarte al otro, lo que hace que conducir en Roma sea bastante divertido.

Por último, pero no por ello menos importante, quería hablaros de la fiesta romana. He de decir que no me ha decepcionado. Aquí la gente sabe cómo se sale. No tanto como en Madrid, pero saben lo que hacen. El hecho de que se pueda beber en la calle, con música, hielitos… te hace la vida mucho más fácil. Y ya si le sumas que el clima aquí es una maravilla (no he tenido que ponerme el abrigo todavía) hace que salir de fiesta sea muy fácil y económico. Hemos tenido la suerte de tener discotecas donde ponen música muy buena, con descuentos para erasmus… por lo que diversión no ha faltado. Pero mi plan favorito de Roma, sin duda, era ir a Trastevere a nuestro restaurante predilecto: pizza margarita a 3€ (tamaño familiar) y el litro de vino blanco a 8€. No había manera de no salir contento de ese sitio.

dani sada 2

Así como idea final, os recomiendo a todos los que no lo hayáis hecho que os vayáis de intercambio, y que no tengáis miedo a iros solos, a la aventura. Creo que esa es una manera única de conocerte mejor a ti mismo, salir realmente de tu burbuja, y ponerte al límite. Y ya si podéis hacer deporte si estáis de intercambio hacedlo, que a mí eso me ha faltado y se nota un poco jajaja.”

Vida ELU

Elus por el Mundo – María Muñoz

Por:

Ciao a tutti!

Soy María Muñoz, aunque muchos me conocéis como Merimu. Hace seis meses, cogí un avión con destino Roma para el que, por primera vez en mi vida, no había comprado billete de vuelta. No sé si fue eso, o verme sola en el aeropuerto cargada de cosas, o la pena que me había dado despedirme de mi amiga Manuela unos minutos antes, o pensar que no pisaría España en algo más de tres meses, o el miedo mezclado con ilusión (y demasiados sentimientos más), lo que me hizo, también por primera vez, llorar antes de iniciar un viaje; con lo mucho que me gusta recorrer mundo. Ahora mismo, no puedo estar más contenta por la decisión que tome.

maria muñoz 1

A estas alturas, me da la sensación de que el mes de septiembre fue hace mucho. Al final, eso pasa siempre cuando te sientes en casa; y es que Roma se ha convertido en otro de mis hogares. Y precisamente mi casa (ahora os hablo de la física) me ha dado dos de mis mayores regalos de todo el curso: Andrea y Esther, con las que, al final, comparto mi día a día aquí. Creo que hacemos un gran equipo, porque somos capaces de sacar lo mejor de cada una de nosotras (aunque a veces nos queramos matar).

La uni con la que hago el intercambio es la Università Europea di Roma (que es como la UFV de aquí). Lo único malo que puedo decir de la universidad, aparte del caos característico romano, es que me pilla lejos de casa. Es una universidad muy pequeñita y éramos pocos internacionales el primer cuatri, por lo que al final, nos conocíamos todos. Además, como tenía una asignatura en la que era la única internacional, hice algún amigo italiano. Me fue genial el primer cuatrimestre, aunque tuve que cursar asignaturas a distancia, que eso no es siempre muy fácil, ya que algunos profesores no prestan mucha atención a los que estamos fuera. Este segundo cuatri estoy haciendo prácticas y estoy más desconectada de la uni, pero tengo ganas de volver y de conocer a los nuevos internacionales que han llegado, porque somos más y ha llegado gente de más lejos.

maria muñoz 3

En cuarto de carrera, debo hacer unas prácticas curriculares; por lo que tuve que buscarlas aquí. Estoy en RCI Bank and Services, que, explicado con simpleza, es la banca de Renault. Trabajo dentro de la dirección de MK, en la parte de seguros, y en mi equipo somos 6 chicas. Resulta ser un equipo un poco internacional, pues somos cuatro italianas, una francesa con la que puedo hablar español, Pascale, y yo, la pequeña del equipo. Está siendo una experiencia maravillosa por muchas razones. En primer lugar, y desde el primer momento, porque me he sentido muy acogida y ayudada por todos. En segundo lugar, porque he podido hablar italiano como no había podido hablar hasta ahora. Y en último lugar, más académicamente hablando, he podido observar el funcionamiento de una gran empresa, asistir a reuniones bastante internacionales, mejorar mis conocimientos y habilidades en diferentes cuestiones, así como ver aplicado a la práctica muchas cuestiones que había visto de manera teórica.

Roma es una ciudad tan maravillosa… Y es maravillosa porque es capaz de reunir en cada uno de sus rincones la belleza con el caos absoluto: ¡me fascina! Y tiene otra cosa que también la convierte en un lugar tan especial, y es que siempre te sorprende; pues nunca sabes lo que te puedes encontrar dando un simple paseo. ¡Y cómo me gusta eso! Estoy intentando conocer cada uno de sus lugares (los más conocidos pero sobre todo los que no lo son tanto), pero es tan grande que es muy complicado. Eso sí, tampoco pueden faltar los viajes, y he podido viajar bastante: Cinqueterre y las maravillas escondidas en sus cinco pueblos, la playa de Ostia, Tivoli, Milán, Pavía, Verona, Florencia, Pisa, San Gimignano, Siena, Budapest, Londres, Perugia… Y solo tengo ganas de moverme más y más!!!

maria muñoz 2

Estoy feliz porque Roma, se ha convertido, sin ninguna duda en otro de mis hogares, y siempre lo será. Creo que nunca olvidaré sentarme en la Fontana de Trevi y después en la Piazza Navona y que no hubiera nadie a mi alrededor, excepto mis amigos, en plena noche. Ni visitar la capilla de los guardias suizos que está dentro del Vaticano y encontrarme allí a un antiguo guardia (de hace 50 años). Ni perder tres trenes para visitar Tivoli. Ni aquel cartogo con Esther en Milán para no perder nuestro tren. Ni las conversaciones con Andrea hasta las tantas escuchando toda la música que nos encanta a las dos. Ni las noches de fiesta con Luis y Carlos (y las recenas de después, por supuesto). Ni los trenes de camino a la uni con Lucía. Ni Cinqueterre. Ni el viaje a Budapest con Lu, Nago, Gema y Geleles para visitar a Terete. Ni sentirme aún más en casa con las visitas que recibíamos de España. Ni las cervezas en el Gianicolo con Roma a nuestros pies. Ni algún que otro atardecer desde el Pincio o il Giardino degli Aranci. Ni los paseos por el bohemio Trastevere. Ni los platos de pasta carbonara (o cualquier otra). Ni tantas otras muchas cosas y personas con las que he coincidido aquí.

Gracias Roma, por ser tan especial y maravillosa como eres. Y gracias mamá y papá por creer en mí y permitir que esté viviendo de esta experiencia que tanto me está ayudando a conocerme mejor y a crecer como persona.

Vida ELU

Reyes Hernández participa en el UNIV Congress en Roma

Por:

Nuestra alumna Reyes Hernández ha participado este año en el UNIV Congress en Roma y a continuación nos comparte su experiencia y cuáles han sido las ponencias:

“El 27 de marzo se celebró en Roma el congreso universitario “UNIV Congress”, este año bajo el tema “Rethinking the future”. Sirve para replantearse hacia dónde va el futuro, desde diversos puntos de vista: tecnología y medio ambiente; humanidades y arte; sociedad y educación; la mujer en la sociedad; y conflicto y crisis. Se puede participar en diversas modalidades, desde debate hasta ponencias. Además, es un momento de intercambio cultural, ya que participa gente de todo el mundo.

El evento culmina con dos lecciones magistrales, este año de Anna Halpine (“De la persona a la acción: Transformando la política y la cultura para la persona humana”) e Iñaki Gordejuela (“La comunicación de proyectos sociales”).

El año que viene el tema será “Getting down to bussiness. The transformative power of work“. Hay una fase local que se celebra en muchas provincias antes del congreso, y donde se seleccionan las ponencias que posteriormente se exponen en Roma.
¡Os animo a participar el próximo año!”.