Ucrania

Vida ELU

Elus por el Mundo – Inma Arrebola

Por: ELU Admin

¡Hola a mis queridísimos elus!

Soy Inmaculada, de 4º curso, y estudio Medicina en Córdoba. Este año he tenido la inmensa suerte de haber pasado el mes de agosto haciendo prácticas hospitalarias en Polonia con IFMSA, la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina. Allí estuve en Lublin, una ciudad de tamaño medio situada al sureste y cercana a Ucrania. 

Cuando a finales de junio me adjudicaron la ciudad me sorprendió mucho, pues ni siquiera estaba entre mis prioridades, pero al final donde realmente puedes impregnarte de la cultura y vivirla más en profundidad es en una ciudad no tan grande ni tan cosmopolita como una capital. Así que me puse en marcha repleta de ilusión y el 2 de agosto llegué a Lublin. Era la primera vez que estaba fuera de mi casa tanto tiempo y sin ser un viaje organizado como tal, así que me invadía la incertidumbre, tanto por cómo sería vivir la cultura polaca como por ver cómo me desenvolvería.

Una vez allí, mi contact person, Julia, me enseñó la residencia de estudiantes donde me alojaría, y me presentó al resto de estudiantes que venían de otras partes del mundo también con IFMSA. Estábamos 14 estudiantes de diferentes nacionalidades: tenía compañeros de Indonesia, Pakistán, Marruecos, Croacia, Rumanía, Portugal, Italia, Egipto, Turquía, Albania y la India. Yo era la única española, y compartía habitación con Goesfen, de Egipto, y Aleksandra y Alicja, otras dos chicas polacas que estaban de apoyo parte de la asociación. Desde el primer día la convivencia fue muy curiosa, y en ocasiones todo un reto, pero ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en esta experiencia. Cada día conversábamos acerca de nuestras culturas, tradiciones y religiones, y nos maravillábamos al discutir las similitudes inesperadamente encontradas entre tantas diferencias. Ha sido precioso experimentar el entendimiento, el apoyo, el respeto y la amistad que hemos cultivado a pesar de tener orígenes y circunstancias vitales diferentes. Vivir el significado de la palabra tolerancia ha hecho que adquiera sentido nuevo en mi vida y que me sienta increíblemente afortunada por ello.

En cuanto a mis prácticas, yo roté en el Hospital Clínico nº4, donde pasé dos semanas en Cirugía Torácica y otras dos en Neumología. Mis tutores fueron muy amables, y en todo momento me explicaban y traducían todo, además de dejarme hacer exploraciones a los pacientes. Tuve la oportunidad de rotar por Oncología, consultas externas de asma y pruebas diagnósticas, por lo que he podido adquirir competencias de numerosos ámbitos relacionados con la salud del pulmón, y ha sido muy enriquecedor. A veces sentía cierta impotencia por no poder comunicarme con los pacientes, pero he aprendido que una sonrisa con un dzi?kuj? bardzo también pueden ser sanadores.

Por otra parte, tengo que hablaros del choque cultural que me he llevado con el sistema sanitario. No creí que la sanidad fuera a variar mucho de la española, pero en cuanto llegué comprobé que tienen muchos menos medios que aquí, las infraestructuras son más antiguas, hay poco personal disponible y la atención al paciente ingresado es más escasa. Los estudiantes de ciencias de la salud solemos ser más conscientes de las carencias de nuestro sistema, pero en Polonia realmente he podido constatar lo afortunada que soy de poder estudiar en el sistema sanitario español, la gran cantidad de medios que tenemos y lo bien tratados y atendidos que están nuestros pacientes.

Tras salir de las prácticas y almorzar teníamos el resto del día libre, y los polacos de la asociación siempre nos hacían actividades para sumergirnos en la cultura, como excursiones, visitas gastronómicas, talleres de educación médica, clases de idioma… Se portaron fenomenal con nosotros, fueron muy acogedores y atentos, y han sido la pieza clave para que haya disfrutado tanto de la vida polaca. Una de las cosas que más he disfrutado ha sido la comida, a pesar de los horarios tan extraños por los que se rigen. En la región de Lubelskie no se suele comer pescado por su lejanía al mar y a los lagos (al contrario que otras partes de Polonia), entonces comían cerdo y pollo prácticamente todas las comidas. Lo suelen acompañar con ensalada de apio, pepino o remolacha (es la verdura que más comen), además de añadir gran cantidad de salsas muy cremosas y de sabor intenso. Otros platos muy típicos eran las sopas de, por ejemplo, remolacha o fermentos de pan, así como tortitas de patata, las tortitas dulces o nalesniki y los famosos pierogi.

Un aspecto que me resultó curioso y bastante coherente es que allí los cristianos no comen carne ningún viernes del año, así que en todas las cafeterías ponen menú vegetariano. En el aspecto religioso me he sentido muy acompañada y acogida, y he experimentado la Fe de una forma distinta y muy bonita.

Y sobre el polaco… ¡qué os puedo decir! Uno de los idiomas más complicados del mundo, con numerosos sonidos que no tenemos en castellano, 8 formas de pronunciar la S y letras que no tenemos en nuestro abecedario. Como curiosidad, os contaré que cuando llegué allí, pronunciaba la ciudad ?ód? como la leeríamos nosotros, y resultaba que en polaco se dice “wuch”. Yo hice lo que pude y aprendí las palabras, aunque por respeto casi siempre pedía en polaco en restaurantes y bares gracias a las frases que me chivaban nuestros amigos locales.

Una de las cosas más impactantes ha sido visitar museos de la II Guerra Mundial y saber que eso que nos contaban había ocurrido sobre el suelo que pisábamos. Me resultó bastante duro salir a pasear y caminar sobre las entradas de los guetos, y de hecho uno de los más grandes se encontraba en Lublin, junto con Majdanek, el primer campo de concentración en ser liberado por los rusos. Tuvimos la gran suerte de que uno de los chicos polacos que nos acompañaba fuera judío y siempre estuviera abierto a explicarnos sobre su religión; ¡incluso nos llevó a visitar su sinagoga! Para que os hagáis una idea de la situación, en Lublin antes de la guerra el 39% de la población era judía, y ahora solo quedan 40 judíos. También nos explicaron que debido a todo lo que habían tenido que soportar, los polacos y especialmente los judíos polacos se identificaban con el pueblo ucraniano y estaban acogiéndolos en sus casas y sus templos. Igualmente, era sorprendente que en cada lugar del país encontrabas carteles ofreciendo ayuda, y había un constante flujo de gente que llegaba a estaciones y puestos de ayuda, además de todas las familias ya asentadas. Todo el mundo se desvivía por las personas que huían de la guerra, y me ha conmocionado aprender la historia de un continente y ver tan de cerca cómo se está repitiendo.

Para mí todo el mes en Polonia ha sido un descubrimiento constante y un choque con la realidad. Ha sido, en todos los sentidos, una experiencia real. Digo esta palabra porque mientras estaba allí vi este post de RC que describía perfectamente el modo en que estaba viviendo mi experiencia, aprovechando lo que se me presentaba sin un ápice de idealización (algo ocurre frecuentemente cuando se habla de este tipo de experiencias). He exprimido al máximo una realidad nueva y emocionante, pero que en ocasiones se hacía complicada, en la que encontraba dificultades y aspectos que quizá no me gustaban tanto. Y he sido feliz viviendo eso, disfrutando la experiencia no a pesar de lo menos bueno, sino con ello. Este ha sido quizá el mayor de los numerosos aprendizajes que he podido reflexionar y que realmente me ha dado una paz indescriptible y ha hecho que mi mes allí sea maravilloso.

Muchas gracias a todos por haber leído hasta aquí y por haberme permitido compartir con vosotros esta parte tan especial de mi verano. ¡Nos vemos muy pronto! 

Vida ELU

Una gota de agua más – Sara Jurado

Por: ELU Admin

¡Hola a todos!

Antes de nada, me presento: mi nombre es Sara Jurado y actualmente curso mi tercer año en el doble grado de ADE y Comunicación. Soy cordobesa y estudio en la Universidad Loyola Andalucía, pero ahora mismo no me encontraréis allí porque estoy disfrutando de un Erasmus en Noruega, aunque esa historia la dejaremos para más adelante. Estoy aquí para compartiros una de las experiencias que más me han marcado en mi vida:

Todo comenzó el 24 de febrero de 2022 cuando Rusia invadió Ucrania. El mundo se sobrecogió y aunque fuimos testigos de lo cruel que puede llegar a ser el ser humano, también lo fuimos de toda la bondad que puede llegar a albergar. Cientos de miles de personas comenzaron a movilizarse y se fueron a ayudar a la frontera, a acoger refugiados en sus casas, mandar ayudar humanitaria…

A una amiga y a mí nos sorprendió la situación hasta tal punto que también nos sentimos llamadas a colaborar en la frontera de Polonia. Planeamos todo para poder ir, pero por factores externos no lo conseguimos.

Terminó el curso y me fui a Cataluña a hacer un retiro espiritual con la universidad para recorrer los lugares donde había estado San Ignacio de Loyola y así seguir aprendiendo de él. Durante el retiro, tuvimos la oportunidad de escuchar varios testimonios de personas que habían decidido entregar su vida y su trabajo poniéndose al servicio de los demás.

Uno de los testimonios fue el de Sor Lucía Caram. Muchos la conoceréis como la monja del hormiguero o como la monja de Operación Triunfo, pero yo le seguía la pista desde hace varios meses porque se estaba volviendo conocida por viajar a Ucrania llevando ambulancias.

Su testimonio de vida fue muy interesante y en la parte final mientras nos relataba todo lo relacionado con Ucrania nos preguntó si alguien quería acompañarla la semana que viene en su próximo viaje.

Así fue como una semana después estaba de nuevo en Cataluña rodeada de 20 ambulancias, 2 pick-up y 45 personas rumbo a Ucrania gracias a la colaboración de la Fundación Santa Clara, la Fundación La Caixa y el dinero donado de miles de españoles.

El voluntariado era relativamente sencillo: 5 días conduciendo hasta Ucrania pasando por Francia, Alemania y Polonia. Sin embargo, el viaje tuvo varios retos que fuimos superando a medida que pasaban los días: las ambulancias tenían más de 400.000 km y muchas se estropeaban por el camino; éramos un grupo demasiado grande y a menudo nos dispersábamos; algunos tuvieron problemas con el GPS y, en mi caso, contaba con el problema de la inexperiencia de conducir en carretera teniendo solo 1 año de experiencia con el carnet.

Por suerte, todo salió bien y pudimos dejar las ambulancias en la base militar de Leópolis sin mayor complicación. Las tropas ucranianas nos protegieron durante todo el viaje y antes de que se pusiese el sol ya estábamos de vuelta en Polonia.

Ucrania es un país en guerra y eso se notaba: había muchísimos militares en las calles de la ciudad, todos los accesos estaban bloqueados por barricadas y muchos edificios estaban destrozados. Sin embargo, me sorprendió que los ciudadanos intentaban llevar una vida relativamente normal: las familias disfrutaban en el parque, la gente iba a trabajar con normalidad, todos los comercios estaban abiertos, etc. Tanto fue mi asombro que le pregunté al comandante de la guardia fronteriza y me estuvo explicando que la situación estaba más calmada porque las tropas rusas se estaban preparando para atacar durante el otoño-invierno que era cuando iban a tener más ventaja e iban a ser superiores a las tropas ucranianas.

La verdad es que salí de esta experiencia de voluntariado con el corazón encogido, con mucha impotencia, pero con el corazón lleno gracias a la hospitalidad de los ucranianos y por los consejos de vida que me dieron todos los que me acompañaron durante el voluntariado. Solo puedo dar gracias por haber vivido este voluntariado y por toda la suerte que tenemos y que a veces no valoramos.

ELUMNI

Enemigo a las puertas

Por: ELU Admin

El pasado 9 de febrero los antiguos alumnos de la UFV pudieron tener un encuentro con Óscar Elía, experto en relaciones internacionales, para comprender las claves del conflicto entre Rusia y Ucrania. Antonio Cumbrera ELUMNI5 comparte con nosotros esta crónica del encuentro:

Si estos días encendemos nuestro televisor o, con mayor frecuencia, nuestros teléfonos inteligentes, nos encontramos con un torrente desbordante de noticias cuyo caudal se centra en un conflicto calificado a todas luces como preocupante y, por algunos, hasta escalofriante.

No es necesario añadir más palabras para saber de qué estamos hablando. Más bien, nos faltan respuestas para cuestiones tipo: ¿Qué va a pasar? ¿Estamos al borde de un nuevo conflicto a escala mundial o se trata de una simple histeria de periodistas y usuarios de redes sociales? En definitiva, ¿qué se nos viene encima?

Con estas inquietudes, un grupo de hasta 130 antiguos alumnos y amigos de la Universidad Francisco de Vitoria, invitados de no poca altura e incluso intelectuales que se agolpan por poner el oído, entre ellos mi padre desde el salón de casa, formaron parte el pasado miércoles de una altísima audiencia, reflejo del auténtico éxito suscitado por este evento, organizado hasta el último detalle por Alumni UFV.

Como no podía ser menos, el formidable equipo directivo del que disponemos decidió presentarnos como ponente a la persona ideal: el Dr. Oscar Elía Mañu.

El Dr. Oscar Elía Mañu es lo que en términos comunes hablamos de ‘auténtica eminencia’. Intelectual de altura, doctor en filosofía, profesor de excelentes dotes docentes, investigador y autor de innumerables publicaciones relacionadas con el ámbito de las relaciones internacionales, defensa y seguridad (un tema de devoción para Óscar), culminó su dorada carrera como Asesor Ejecutivo en el Ministerio de Defensa en los años comprendidos entre 2011 y 2015.

La Universidad Francisco de Vitoria, consciente de su gran talento, no ha dudado en ponerle al frente del Grado en Relaciones Internacionales y del Grado en Filosofía, Política y Economía, ambos ofrecidos entre sus planes de estudio. ¡Qué dicha la de aquellos estudiantes afortunados por la oportunidad de tenerle como un profesor particular!

Se abre el telón. Pasemos ahora algunos apuntes clave destacados por el Dr. Elía:

En primer lugar, el conflicto ante nosotros no se trata de un fenómeno que ha ocurrido de la noche a la mañana. Se trata de la manifestación de un trasfondo mucho más profundo. En el background del presidente ruso Vladimir Putin y demás miembros del Kremlin encontramos una visión del mundo muy diferente a nuestras concepciones europeas de la historia, pensamiento, religión y, evidentemente, de la economía, hablando siempre con matices.

La mentalidad rusa concibe el desarrollo de los acontecimientos desde una clave subjetiva diferente. Rusia es considerada como la protagonista de una gloriosa historia que alcanza su culmen con su expansión e influencia en regiones más allá de sus fronteras originales, países que desde ésta perspectiva imperialista-soviética forman parte de sus llamados ‘Estados satélites’, o con eufemismo cortés denominados ‘Estados de la esfera rusa’.

Los eventos del siglo XX se entienden en Occidente desde una óptica diferente. Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa debe reconstruirse sobre unas bases nuevas. Acaba de perder su papel de protagonista principal para pasar a disputarse un hueco entre los Estados Unidos de América y la Unión Soviética. Sobre unos cimientos iniciales basados únicamente en alianzas económicas, se fue conformando progresivamente una auténtica comunidad internacional de vocación fraternal que culminaría en la Unión Europea y otras organizaciones internacionales.

Caído el telón de acero el 11 de septiembre de 1989, Europa comenzó a considerar la posibilidad de extender su membresía a los países calificados como ‘del este’, algo que tuvo lugar finalmente el 1 de mayo de 2004. Desde entonces, República Checa, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta y Polonia entraron a formar parte del club de socios europeos. Poco después, el año 2007 presenció la entrada de Rumanía y Bulgaria. La Unión Europea alcanzaba los 27 estados miembros.

Adicionalmente, y como vino señalando el Dr. Elía, se fue configurando una arquitectura de defensa que no dispuso nunca del beneplácito ruso, manifestando éste su desacuerdo en 1997 y pasando rápidamente a invadir Georgia.

Ciertamente, Ucrania, que nunca perteneció a la alianza militar de la OTAN, mira a sus antiguos coetáneos con asombro, estupefacta del rápido desarrollo que han experimentado a todos los niveles, soñando hacer uso de su soberanía nacional y de su autonomía para formar parte de aquel mundo, lo que tampoco le agrada a Rusia en absoluto.

Para Rusia, el país ucraniano juega un papel muy importante en esta auténtica trama que rivaliza con la popular serie de Juego de Tronos. Ucrania no es un simple país aislado y lejano, sino que constituye la pieza clave disputada por las grandes potencias en un pulso sin igual.

Rusia se prepara para la guerra. Las voces populares hablan de histeria y de periodistas que necesitan variar de contenidos sus programas. ‘Lo que necesitan es hablar de algo diferente del volcán de la Palma o de la Crisis del coronavirus de la que estamos embotados. Por eso ponen tanto empeño en convencernos de que se trata de algo importante’.

¿Estamos ante algo verdaderamente serio? El Dr. Elía nos pone en pleno escenario citando fuentes objetivas fiables. El despliegue militar de Rusia es de lo más espectacular. Flotas y tropas congregadas de todas sus zonas de su dominio militar y venidas de lejanas regiones del mundo se concentraron en un tiempo récord en las fronteras de Ucrania. ‘No se ha visto un despliegue similar desde hace casi 100 años’ – afirma el Dr. Elía-.

¿Posibles escenarios? El Dr. Elía habla de cuatro concretos:

  1. Invasión y ocupación total: Lo más temido y con las peores consecuencias. Nada probable. ‘Con una probabilidad de un 90% no va a ocurrir’.
  2. Invasión y ocupación parcial: El ejército ruso procedería a una intervención armada, pero limitada al río Níper, que divide el país de norte a sur. Esta táctica facilitaría el control sobre una zona que supondría solo un 40% de la extensión total del país ucraniano.
  3. El tercer escenario, más plausible, consistiría descartar la ocupación de Ucrania, y simplemente integrar en su soberanía los territorios ya ocupados hasta la fecha.
  4. La posibilidad de que simplemente se trate todo de una auténtica exhibición animal del oso ruso para intimidar a sus adversarios y, así, forzar una negociación que modifique sustancialmente la arquitectura de defensa.

‘No sabemos qué tiene Putin en mente pero, desde luego, tiene en sus manos las cartas y la última decisión’. ‘No sabemos qué va a ocurrir y no se puede predecir’. La realidad no es como en las películas y novelas. Está sometida a una cantidad ingente de variables fuera de control que eventualmente podrían funcionar como una chispa capaz de hacer saltar todo por los aires.

‘El atentado anarquista contra el archiduque del Imperio Austrohúngaro fue algo completamente inesperado, y que sin embargo desencadenó a modo de dominó la Gran Guerra’.

¿Tiene Rusia aliados? Tampoco lo sabemos. China aparece y desaparece. No ha salido en pantalla hasta los juegos olímpicos de invierno. Allí hemos visto a Vladimir y Xi Ping darse la mano de una vez por todas tras meses de silencio. ¿Qué querrá China? ¿Qué habrá detrás de esa sonrisilla de falsete?

Por otro lado, hemos olvidado a Irán, aliado de Rusia, y que no se ha pronunciado hasta el momento, o si lo ha hecho, no se ha hecho viral por redes sociales, un indicador a veces más fiable que la propia televisión ordinaria.

Éstos y otros puntos muy interesantes han sido resumidos por el Dr. Elía en el contenido de su ponencia y en respuesta a las preguntas formuladas en directo por los asistentes en un turno abierto. A todas luces, el que escribe estas líneas tampoco tiene idea alguna de lo que va a ocurrir en los próximos días. El Dr. Elía habló del día 20 como fecha clave. Ahora bien, no dudo en recomendar a los lectores la visualización completa del evento y la participación en nuestros próximos eventos organizados por la Universidad Francisco de Vitoria.

Agradezco a Sabrina Lucas y Gonzalo Barriga, mis queridísimos mentores, la posibilidad de escribir estos apuntes que me han hecho sentirme universitario de nuevo. Con mucho cariño deseo recordar también a José Luís Parada, titán de titanes. También agradecer a Macarena Rodríguez su eficaz competencia, que junto con Sabrina y Gonzalo han organizado este exitoso evento. Saludos a mis formadores el Prof. Carlos Romero, de quien pudimos disfrutar recientemente en un evento anterior y Taissa Queizán, Leticia y Ana Lanuza de Becas Europa. Por último, no podría nunca olvidarme del gran Rafael Monjo, mi inspiración y modelo durante mi tránsito del instituto a la universidad.

¡No os perdáis nuestro próximo evento Alumni UFV!