Susana Sendra

Vida ELU Semana Social ELU

Semana Social ELU

Por: ELU Admin

Alejandra Jiménez García, 3º ELU

Amaneció un lunes distinto a los demás, un poco más temprano que muchos otros, pero con mucha emoción de dar el máximo de nosotras y a la expectativa. Cada una llegamos por nuestro lado a la Fundación Altius, en la calle Ronda de Segovia cerca de La Puerta de Toledo, aunque rápidamente nos encontramos. Nos esperaron las mentoras en la entrada y nos repartieron varias camisetas de la ELU para los próximos días. Aprovechamos el momento para tratar de conocernos un poco los allí presentes, que formaríamos equipo durante toda la semana.

Así, entramos a la fundación y la persona encargada de la organización comenzó a darnos explicaciones, de las que debo reconocer que me descolocaron un poco, más que nada por la determinación (y preocupación) de poder hacer las cosas de la mejor manera posible. Poco duraría la incertidumbre ya que unos minutos después estábamos todos manos a la obra. Estuvimos toda la mañana haciendo varias actividades repartidas, unas preparando el supermercado que abriría un par de días más tarde (me detendré en esto pausadamente) y otras llenando los carritos de quienes venían a la fundación para recoger la comida de la semana, atendiendo al número de familiares, y, en la medida de lo posible, a sus necesidades. El trabajo en el supermercado el primer día se resolvió con poner etiquetas a productos de higiene, colocar los productos en las estanterías y limpiar toda la estancia para que tuviera una apariencia más confortable. He de reconocer que en cierta forma la primera mañana me sumí en el sinfín de tareas por hacer y lo frenético del ritmo que acarreaba realizarlas. Aún así creo que pude reparar en algunas cuestiones mucho menos superfluas que la disposición que irremediablemente por lo novedoso le estaba dando a las tareas a realizar, necesitaba parar y reflexionar.

Cuando terminamos la jornada, a eso de la una de la tarde, llegó la primera formación con Susana. Una parada para calibrar y prestar atención. Vimos “Binta y la gran idea”, os recomiendo mucho que lo veáis porque verdaderamente da mucho de lo que hablar. En definitiva, trata la gran idea como lo mejor de los dos mundos entre el desarrollo de occidente y el valor que se le da a las cosas y la manera de vivir en otros países menos desarrollados.

La forma en la que se expresa esta idea es maravillosa, y trata de como a veces caemos tanto en el individualismo que dejamos de darle valor a los demás, lo damos tanto por hecho que se nos pasa por alto preocuparnos. De poder mezclarnos a pesar de nuestras diferencias y el respeto, porque todos somos personas. Algo que también me impactó fue la búsqueda de identidad (en este caso lo trataba a través de la educación de las mujeres) para “ser alguien” y cómo de tanto que tenemos, dejamos de tener la necesidad de preocuparnos de cualquiera de estas cosas e incluso los unos de los otros, y por esto surge “la gran idea”.

Definitivamente, fue un cambio de perspectiva, me di cuenta de las muchas cosas que me habían faltado aquella mañana y que sin suda no se me iban a pasar por alto al día siguiente. Reparé, además, en cómo una hora de reflexión sobre aquello podía cambiar completamente mi criterio, y, sobre todo, hacerme más consciente, más atenta. Así debía mirar el resto de la semana con esta oportunidad que se me brindaba: con ojos de piñón. ¿A qué había ido yo allí? ¿Por qué? Como, incluso cuando hacemos actos altruistas, nos vemos sumidos en el egoísmo y en el individualismo porque lo hacemos al fin y al cabo para nosotros mismos si no ponemos el foco en el sitio correcto. Realmente, no creía que me hubiera perdido tanto, pero desde luego no era un recordatorio desdeñable. Otra cosa que muchas veces damos por hecho es el poder del trabajo en equipo, a veces parece que nos lo repitieran tanto que se me antoja bastante sencillo pasarlo por alto, pero aquella mañana me había dado cuenta del poder del otro sobre mí, del “juntos” plenamente, de como somos en movimiento, del impacto que el otro tiene en mí, y al mismo tiempo cómo habernos puesto en movimiento era lo que lo había recalcado.

La mañana siguiente fue similar en lo referente a las tareas a realizar, me emocionó mucho darme cuenta de la incertidumbre que generaba el supermercado que abriría al día siguiente, más que nada por hacerme verdaderamente consciente del impacto que puede tener hasta el mínimo detalle sobre los demás, esperaba haber dejado las estanterías bien limpias el día anterior, que no se nos hubiera pasado ningún producto caducado entre las cajas… estas cosas eran realmente importantes, y no quería perderlo de vista. Aprovecho para comentar que se nos unió Diego durante toda la semana, y fue una gran oportunidad para conocerlo mejor, ya que al menos en mi caso no había tenido la ocasión. Otra cosa que conseguimos el segundo día fue acercarnos más a los demás voluntarios y trabajadores que también estaban allí con las mismas intenciones y siempre sumando, ayudan a los demás cada día de forma absolutamente altruista. Muchos de ellos pasaban meses y meses allí, y aunque después de la semana pudiéramos encontrar descanso en ese agotamiento, es algo a recalcar, porque unas horas allí podían ser bastante fatigantes.

El segundo día llegaron infinidad de bolsas cargadas de comida, fue impactante ver todo lo que traían los supermercados diariamente —esto definitivamente era trabajo en equipo, desde el más visible hasta la retaguardia
más escondida—.

Esa mañana, cuando terminamos el voluntariado y disfrutamos también de un pequeño descanso para tomar algo, tuvimos el placer de contar online con Beatriz Vázquez, ELUMNI, con una conferencia titulada: “La realidad del otro cuando la crisis golpea. Inmigración”.

Después de una mañana en la que me había dispuesto a ser mucho más atenta, a aterrizar cada acto y darle sentido, a tener una mirada más cercana… si en algo me ayudó este rato con Beatriz fue también a ser más consciente y a poner los pies en la tierra. Empezamos especulando sobre nuestra visión sobre la inmigración, pusimos sobre la mesa la división que hacemos entre “yo” y “el otro” y lo erróneo de este punto de vista. Sobre todo porque tenemos una imagen estereotipada en la que es fácil caer, pero el abanico de situaciones que llevan a la migración es muy amplio, al fin y al cabo ¿no habíamos dicho que somos en movimiento? Realmente las personas que venían a la recogida podrían ser familiares o amigos, o nosotros mismos, y tras la explicación sobre los distintos trámites legales para acceder a nuestro país se hizo mucho más fácil apreciar la dificultad que lleva consigo el acceso. Algo muy curioso que tratamos en la conferencia fue que la libertad de movimiento, y como eso hoy en día puede ordenar nuestra sociedad. Lo fácil que es para nosotros irnos de viaje a un sitio y como una persona de nuestra misma edad lo tendría bastante más complicado para hacerlo a nuestro país desde ciertas partes del mundo preguntándonos: ¿cómo nos limita esto? También comentamos a raíz de todo lo anterior lo paradójico de que estas imposibilidades de movimiento, al fin y al cabo, dan pie a la inmigración irregular, la dificultad de solucionar esta situación, así como las desavenencias existentes entre distintos países europeos y el futuro de la inmigración en relación con la pirámide poblacional.

Por último, me gustaría recalcar lo enriquecedor del turno de preguntas gracias a mis compañeros. Beatriz nos estuvo dando su punto de vista y comentamos asimismo el papel que ha tenido la inmigración durante la pandemia, teniendo en cuenta que muchos de los trabajos que más hemos necesitado este tiempo recaían a sus espaldas. ¡Muchísimas gracias por esta formación!

El tercer día, miércoles, tuvimos que arrancar la mañana con las pilas bien puestas porque abría el supermercado y aquello iba ser todo un reto. La mañana empezó un tanto caótica, diferente a las dos anteriores pero propia de los nuevos comienzos. Cada persona podía coger con una tarjeta de puntos su propia comida para la semana y así, el objetivo era aprovechar la comida y crear un ambiente mucho más independiente que el que originaba el método anterior. Como digo, costó un poco llegar a un acuerdo sobre la mecánica, pero en general todos los que venían preferían este sistema. Sin duda pudimos tener mucho más contacto con la gente que llegaba con este método, porque les ayudábamos a hacer la compra y a contar los puntos de lo que habían comprado, o a llevarles la comida al coche. Siempre nos agradecían mucho nuestra ayuda, recibir esa gratitud tan de cerca es muy gratificante y aunque a priori pueda parecer bastante simple, nos impulsa a la acción con más energía.

Una labor que cobró mucha importancia fue también la de reponer los productos del supermercado, tijeras por aquí y por allá, las etiquetas por pegar fueron unas cuantas, también contar y separar la comida por fechas… todos los detalles cuentan y se hacen mucho más eficientemente en equipo. A raíz de esto, precisamente, la formación la tuvimos con Susana y abrimos preguntas como: ¿quién soy yo? ¿por qué salir de mí?, y ser con otros. He de decir que yo no pude estar el jueves —aprovecho para dar las gracias a todos los que estuvisteis allí por recibirme con los brazos abiertos el viernes— pero las tareas fueron bastantes similares a las del día anterior, aunque con mucho más orden y las ideas claras respecto a la mecánica del supermercado.

La formación posterior corrió a cargo de Daniel de la Rosa titulada: ‘Cuando el voluntariado “no se ve” en Instagram’. ¿Qué pasa cuando el hambre deja de ser algo “tercermundista”? Para darnos cuenta de los datos que realmente se mueven en nuestro país en términos de pobreza, incluso para trabajadores con sueldos insuficientes que encuentran dificultades para llegar a fin de mes. En definitiva, hacernos reflexionar sobre la pobreza, que es algo más patente de lo que pensamos, y no tenemos que irnos tan lejos para ser conscientes de ello.

El último día también hicimos tareas similares —en mi caso muy enfocadas hacia reponer latas y latas de atún— aunque como decía, las cosas estaban mucho más claras, en general éramos más rápidos y eficientes y no se hizo tan agotador como los primeros días. Como era el último día para nosotros, nos despedimos de los trabajadores, que nos agradecieron mucho la ayuda durante aquellos días, y a los que nosotros teníamos mucho más que agradecer, porque ellos seguirían allí al día siguiente, y al mes siguiente. Fue bastante triste tener que despedirnos después de una semana trabajando juntos, aunque como nos comentaron, siempre podemos volver a colaborar porque el trabajo que tienen es ingente y toda ayuda es bienvenida.

Después tuvimos una asamblea en la que intercambiamos nuestras impresiones. Me cautivó descubrir como todos compartíamos la idea de querer volver, es increíble experimentar como ser con el otro nos lleva a tal plenitud. También se hizo presente la responsabilidad que sentimos de compartir esto que hemos vivido con los que tenemos cerca, por todo lo que nos llevamos en la mochila, por un lado, pero también por la necesidad existente. En suma, si de algo me di cuenta en la asamblea fue de la responsabilidad que conllevaba, pero además de lo afortunada que era yo por poder ver las cosas tan fácilmente. Sencillamente había dado mi sí para estar allí, pero a mí se me había ofrecido sin más esta posibilidad de participar en la semana social… y es esto lo que acarrea tal responsabilidad en mí.

Posteriormente los voluntarios y mentores fuimos a pasar un rato distendido y bien divertido, comimos juntos, nos conocimos mejor y comentamos asuntos que habían ocurrido durante estos días. Estábamos celebrando lo que nos llevábamos esa semana, con la convicción de que pronto volveremos porque hemos abierto la mirada y no podríamos acomodarnos con menos.

¡Muchísimas gracias a todos, a los que estuvisteis allí especialmente, y todos los que queráis ir a ayudar, hablad con nosotros!

Vida ELU

Cuaderno de Bitácora

Por:

¡Buenas! Gracias por entrar en esta sección de la newsletter.

El ‘Cuaderno de Bitácora’ es el cuaderno que se empleaba en navegación para guardar los datos de lo acontecido durante la travesía. ¿No son los libros nuestro cuaderno de bitácora?

Siguiendo con esta idea, este espacio surge para que los ELUs dejemos por escrito aquellos libros que nos han acompañado en alguna etapa de nuestra vida. Es decir, queremos que compartas con el resto un libro (o los que quieras) que te haya gustado y que entronque con la línea formativa de la ELU (aunque en su época te gustase mucho Jerónimo Stilton, quizás no sea el libro más adecuado).

En cuestiones prácticas, ‘Cuaderno de Bitácora’ es la sección de la newsletter donde se publican reseñas de libros escritas por los ELUs que quieran participar. No hace falta que escribas muchas reseñas ni tiene que ser sobre La Ilíada (aunque podrías si quisieras). Con esto queremos transmitir que no te sientas inseguro sobre si el libro que te has leído es lo ‘’suficientemente’’ bueno. Queremos escucharte. De todos modos, si tienes dudas, nos puedes preguntar a Berta Coll, Marta Morcillo y Susana Sendra.

La primera reseña saldrá el 7 de noviembre. Para participar en esta sección, te dejamos el enlace al forms que tienes que rellenar y nos pondremos en contacto contigo.

¡Muchas gracias!

Vida ELU

Beers & Books – Una gran obra merece un gran final

Por:

Natalia Aldaba y Marta Morcillo, 2º de la ELU

Varios integrantes del grupo de Beers & Books nos reunimos de manera online el pasado 25 de abril alrededor de la figura de Carlos Romero, profesor de Historia moderna en la Universidad Francisco de Vitoria. Además, contamos con la presencia de Susana Sendra y Santiago Huvelle, principales promotores de esta iniciativa ELU.

Quizás no conozcas Beers & Books: se trata de un grupo de elus y no elus que se reúnen alrededor de una obra literaria, en este caso, 1984 de George Orwell. A lo largo del mes tenemos una serie de encuentros semanales o ‘’mini-Zooms’’ donde compartimos nuestras impresiones sobre los capítulos de esa semana porque, como Carlos Romero dijo, se trata de un libro en el que «uno saca petróleo de cada página». El broche final de este camino lo pone el encuentro con profesores y ponente, tal y como sucedió el pasado 25.

Esta reunión comenzó con la presentación de Carlos Romero por parte del equipo. Después, Carlos nos dibujó una serie de claves para ahondar en el conocimiento del libro como, por ejemplo, por qué triunfan las distopías como 1984 actualmente, por qué es importante reescribir la Historia y el tema de la abolición de la intimidad.

El formato principal de estos encuentros se basa en el diálogo: no es tanto un formato vertical, sino horizontal donde todos podemos participar (como todo Beers & Books, básicamente). Debido a la suerte de contar con un profesor como Carlos, pudimos tener un diálogo guiado, de forma que conseguimos sacar fruto a las preguntas que nos lanzaba. De esta manera, terminamos de comentar los temas más relevantes de la obra, tales como la importancia del lenguaje para el pensamiento, la importancia de la identidad reflejada en el pasado, la cuestión de la intimidad en la persona, la canalización del odio, la Verdad, la libertad o el pensamiento crítico.

Creemos que, aunque fue una magnífica oportunidad para escuchar a alguien entendido en la materia, se complementa de una manera estupenda con las reuniones semanales antes comentadas. Muchos de los temas secundarios y detalles del libro quedarían sin comentar si no fuera por estas.

Ha sido un verdadero placer compartir con el pequeño equipo de elus que hemos formado Beers & Books semanalmente, así que muchísimas gracias por acompañarnos en este proyecto tan bonito.

Además, este mes de mayo estamos leyendo Cartas del diablo a su sobrino, de C.S. Lewis, que también ha traído de la mano a nuevas incorporaciones; es muy ilusionante ver cómo la pequeña familia lectora va creciendo. De nuevo, muchas gracias.

¡Nos vemos!

Vida ELU

Beers & Books

Por:

¡A esta invito yo!

¡Bienvenido! Te preguntarás ¿y esto? No te preocupes, te vamos a contar de qué va Beers & books. Susana Sendra y Santiago Huvelle, profesores del segundo módulo de la ELU, nos proponen este espacio para todos los ELUs, independientemente de tu curso. La idea es que nos reunamos una vez al mes para comentar un libro. ¿Cuál? Este mes: 1984, de George Orwell.

¿Cómo funciona? Es muy sencillo. En colaboración con la sección de Cuaderno de bitácora en esta misma newsletter, se escogerá un libro para que todos los ELUs que quieran se junten y lo traten. Se irán lanzando frases y datos sobre el autor para tener el contexto de la obra. Además, se dejará un espacio para que se pregunten o se escriban los temas que se quieran tratar en el encuentro. Natalia Aldaba, Berta Coll y/o Marta Morcillo se encargarán de recoger estas inquietudes y exponerlas en el encuentro. Se va a realizar todo en la plataforma de Instagram (@beersbooks_ ) y también puede ser comentado por Twitter (mismo usuario que Instagram, así ¡es más fácil!)

Como habrás supuesto, el encuentro se realizará telemáticamente. Esto también permite que puedan unirse todas las personas que quieran y poder contar con algún experto en el libro o en alguno de los temas que se tratan. En el momento en el que nos reunamos queremos que haya diálogo entre todos. No es una ponencia, es un encuentro con todos los que quieran alrededor de una obra literaria. Así que, además de los temas ya recogidos, te invitamos a que participes sin ningún miedo, comentando o preguntando lo que creas oportuno. (Y si no te ha dado tiempo a leerte el libro y puedes, únete igualmente, seguro que acabas sacando alguna reflexión importante).

El primer encuentro será en enero. Iremos concretando más información (hora, plataforma, enlace…) a través de nuestras redes sociales (¡no te olvides de seguirnos!). Creemos que puede ser muy interesante esta iniciativa y que enriquece mucho la red ELU, pero te necesitamos a ti para que funcione. ¡Anímate!

Marta Morcillo Martínez.

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Lecturas para un tiempo único

Por:

Nos ha tocado vivir un tiempo único. Cada tiempo lo es -y sus coetáneos así lo sentimos y manifestamos-; lo es cada historia humana, cada biografía… pero eso no quita que, sin duda, este 2020 esté sorprendiendo a la humanidad. Nos ha situado ante las preguntas radicales de la existencia de un modo abrupto y peculiar, pues al hacer aguas una aparente seguridad; ante el sufrimiento y la incertidumbre prolongada, no puede sino florecer lo fundamental. Y como hemos podido comentar a lo largo de este curso en el módulo de Grandes Libros y en otras ocasiones, son precisamente esas cuestiones eternas de la existencia las que abordan las grandes obras literarias.

Por ello, y también de cara a las iniciativas que comenzaremos el próximo curso, – Cuaderno de Bitácora y el club de lectura Beers & Books- queríamos sugerir brevemente algunas lecturas de obras clásicas para este periodo de verano. Lecturas de distintos periodos con las que se puede establecer un diálogo en torno a cómo vivir.

En un contexto como el nuestro, ¿a quién no le gustaría conocer la verdad de una cuestión inquietante que está acabando con la vida de personas? Puede que conocerla suponga un cambio en el trascurso de tu biografía, que conlleve la confirmación de un destino marcado, pero, ¿puede la verdad supeditarse a ello? Le preguntamos a Edipo Rey, de Sófocles, del siglo V a.C. Del mismo poeta trágico, con una temática diferente ­-ser hija, ser ciudadana, obedecer o no las leyes, etc.-, recomendamos Antígona, que además será representada en los próximos días en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

¿Puede alguien llevado por su ambición acabar destruyéndose a sí mismo y a los de su alrededor? Macbeth de Shakespeare -el aclamado escritor al que Harold Bloom situaba en la cúspide de los literatos- profundiza en el tema en esta famosa y oscura tragedia del XVII. También lo hace varias centurias después y con una historia diferente Albert Camus en Calígula (1944), quien, tras perder a alguien querido y quedar desprovisto de un fin que pueda orientar su existencia, se convierte en un tirano para quien la vida de otros y la propia carece del más mínimo valor.

Por otra parte, el primer fin de semana de la ELU de este curso contamos con la ponencia de José Manuel Mora Fandos que llevó por título “El placer de leer”. El profesor y escritor comenzó su exposición partiendo de Primer amor de Iván Turguénev, obra que nos recomendó. Publicado en 1860, es el relato en primera persona del proceso de enamoramiento del que cae presa un adolescente por una joven princesa, y toda la vivencia que conlleva. De un tema similar, sugerimos la lectura de la famosa obra de Jane Austen, Orgullo y prejuicio (1813). La escritora inglesa -experta en desarrollar de forma delicada la psicología de sus personajes- presenta al lector varios procesos de enamoramiento en las hermanas Bennet, siendo el de Elizabeth y el señor Darcy el que ocupa el papel central por su búsqueda de la virtud y la felicidad en la relación, después de un inicio marcado por los vicios que dan título a la obra.

¿Alguna distopía clásica que nos permita adentrarnos en situaciones irreales, pero a veces más cerca de la realidad de lo que nos gustaría? Podemos recomendar tres títulos, publicados respectivamente en 1932, 1949 y 1953, en medio de un contexto convulso como es el siglo XX: Un mundo feliz de Aldous Huxley, 1984 de George Orwell, y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Estas obras abren los ojos a la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico y nos hacen descubrir los métodos de control de la sociedad; siendo precisamente uno de los más importantes el privar de la lectura.

Y concluimos con el tema del tiempo, pues estamos llamados a vivirlo como kairos, como el tiempo oportuno en el que algo importante sucede. También en el verano, en el descanso. Nuestra vida está en juego.

¡Buenas vacaciones!

Vida ELU

¿Darse muerte o dar la vida?

Por:

“Con el alma arrugada y en tinieblas. Así se encontraba Barioná, el zelote judío que se resiste a la ocupación y explotación de los romanos y decide proponer a los suyos convertirse en un pueblo “para la muerte”, cerrando la posibilidad de concebir nuevas vidas. Es drástico. El sufrimiento y el sinsentido de una existencia aparentemente estéril -no pudo tener hijos, con lo que ello supone en su contexto-, a la que se suma una opresión extranjera, le conducen a dictar que no habrá futuras generaciones que pasen por lo mismo porque directamente nadie tendrá la oportunidad de vivir. “No más niños. No tendremos más relaciones con nuestras mujeres”. No hay esperanza. Cerrémonos a nuestra propia carne.

El famoso pensador Jean-Paul Sartre (1905-1980) nos introduce en este escenario en el que fue su primer teatro: Barioná, el hijo del trueno (1940). Una obra única y especial -sorprende sobre todo por proceder de la pluma de este autor-, escrita en un campo de prisioneros de guerra alemán en el que se encontraba el filósofo el año mencionado. Resulta que, acercándose el momento de las fiestas de Navidad en plena II Guerra Mundial, el capellán del campo hizo lo posible por conseguir permiso para celebrar la Misa del Gallo. El permiso le fue concedido: no habría toque de queda esa noche y, además, podrían celebrar un concierto. Sartre participa de estas novedades y, ante la sorpresa de los demás, él mismo propone recuperar la tradición de los Misterios. En apenas seis semanas escribe una obra, ensaya, dirige a los actores y supervisa vestuario y decorados. La obra se representa tres días seguidos causando gran conmoción en quienes la presenciaron .

¿Qué vieron unos seis mil prisioneros aquel día y por qué tiene esto algo que ver con el tema que tratamos? Como introducíamos, Sartre muestra la historia de un hombre -que podría ser cualquiera de los espectadores de aquel 1940, pero también cualquier lector de hoy- abatido por la desesperanza, que se niega a ser partícipe de algo que está ocurriendo cerca, en Belén: un nacimiento precedido por diversos signos misteriosos. Barioná, obcecado, se queda solo. Podríamos decir con Charles Taylor en A Secular Age (2007) que se convierte en un sujeto impermeabilizado, que imposibilita el paso y la inundación de sí mismo por parte de otros y que intenta construir su propio ‘yo’ . Por otro lado, están su mujer Sara, sus amigos y conocidos del pueblo de Bethaur, que, deseosos de encontrar una nueva luz y siguiendo los signos, quieren ver qué está pasando en ese lugar al que todo apunta, están abiertos a lo que les rodea, vulnerables a la realidad y en diálogo con ella; porosos en términos de Taylor…

Nuestro protagonista, inmerso en la espiral de amargura que le lleva incluso a disponerse a asesinar al Niño que tanto revuelo está causando, se topa de bruces con la realidad al llegar al portal: una mirada de un padre a su hijo que redimensiona la existencia. Barioná queda inerme y su armazón férreo comienza a resquebrajarse. Poco a poco se abre al misterio, escucha lo que le dice Baltasar: “Todo tú eres un don gratuito a perpetuidad”. Un don…, el que también había descubierto en la mirada de ese padre. Esta revelación da un giro a la vida.

¿Y qué ocurre entonces? Se pasa de la agonía al descanso y la esperanza, del monólogo enfermizo “yo-mí-me-conmigo” a la apertura al otro, del egoísmo a la entrega de sí, de la impermeabilidad a la porosidad. En definitiva, de darse muerte a dar la vida, pues, como dice Fabrice Hadjadj, solo hay dos opciones: el suicidio o el martirio . Y todo esto aparece dibujado ante el espectador-lector de Barioná, mostrándose la segunda como la respuesta más acorde a nuestra naturaleza humana, naturaleza común pese a los distintos momentos de la historia. Y es que el don que somos está llamado a darse para vivir en plenitud, así lo hizo el Niño que vino y viene. Ya nos mostró el camino, cómo vivir…

¡Feliz Navidad!”

Susana Sendra