Navidad

Vida ELU

Una gota de agua más – “Una sonrisa por Navidad”

Por:

¡Hola a todos!,

Por 2º año consecutivo los elus de Zaragoza tenemos la inmensa suerte de poder participar en la campaña “Una sonrisa por Navidad” añadiendo nuestro pequeño granito de arena. Este año como no podía ser de otra forma, los organizadores de la campaña, la ONG Cooperación Internacional (CIONG), ha adaptado la forma de entrega de los regalos a la actual delicada situación que vivimos con la pandemia. Por desgracia esta vez sólo podemos acercar los paquetes a las puertas, y no abrirlos con los niños y ver su ilusión como en ediciones anteriores.

Agradezco a mi buen amigo Rocky desde hace años su predisposición e interés para que esta pequeña acción sea una realidad por 2º año. Él dedica gran parte de su tiempo desde hace años durante el curso a otros proyectos que lleva a cabo la ONG con decenas de familias en el mismo barrio de San Pablo.

Creo que los más reconfortante de este pequeño esfuerzo es tener la suerte de hacerlo con Rocky, y que nos cuente la evolución del proyecto con los chavales y ver como año a año, se van recogiendo los frutos gracias a su esfuerzo y el del resto de voluntarios que ayudan permanentemente durante cada curso.

Nos despedimos de vosotros hasta pronto, agradecidos por haber podido ayudar un poco con este proyecto, y por la lección de vida que los voluntarios de CIONG nos dan como ejemplo de vivir con alegría y plenitud el presente, sin dejarse condicionar, ni alterarse gravemente por sus circunstancias. Y es que esto tiene que ver mucho con la felicidad, una conquista de cada día que nadie puede hacer por nosotros.

Ignacio Pueyo

Vida ELU

Actividad ELU en Asturias – Madame Butterfly

Por:

Escuchar a la inigualable Ainhoa Arteta en el papel de Madama Butterfly, es algo que solo se puede vivir una vez en la vida, sin embargo el pasado 12 de diciembre, después de unos cuantos cambios de fecha debido a las restricciones sanitarias, dos alumnos de la ELU, Asier Vía (4°) e Inés Martínez (3°), hemos tenido la suerte de presenciarlo en tiempos de pandemia.

Los mejores planes son aquellos que surgen de manera espontánea, en una conversación entre elus. Esta actividad surgió como un medio de compartir una afición. Uno de nosotros nunca había acudido a una ópera mientras que el otro es bastante asiduo. No os vamos a desvelar quién es quién, porque probablemente tras Madama Butterfly, ambos seamos ya del segundo grupo.

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La tarde del sábado aparcamos los libros y apuntes, aun estando en plena época de exámenes, y, durante tres horas disfrutamos en el teatro Campoamor de Oviedo de esta obra de Puccini. Madama Butterfly es una ópera de Puccini ambientada en 1890 en Nagasaki. En tres actos se narra la historia de amor de Madama Butterfly y un teniente de la marina de los Estados Unidos. (No os haremos spoiler de la ópera).

Comenzamos entrando en el teatro siguiendo todos los protocolos COVID19, lavándonos las manos con gel hidroalcohólico y respetando las distancias. El aforo estaba limitado a 300 personas pero eso no impidió que los aplausos resonasen como si el aforo estuviese al completo.

Los aficionados a la ópera, sabréis que en toda ópera hay un pequeño descanso entre actos, fue en ese descanso donde pudimos hablar, ponernos al día y pensar en más actividades que podamos hacer toda la provincia cuando se relajen las restricciones sanitarias.

También tuvimos tiempo para disfrutar de la Navidad en el teatro Campoamor. Inicialmente nuestra función estaba programada para el 21 de noviembre, así que no habríamos tenido oportunidad de disfrutar del teatro completamente engalanado por Navidad y de las vistas del centro de la ciudad que daban una imagen propia de estas fechas tan señaladas.

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Finalmente, y a eso de las 22.15 se bajó el telón y con el permiso de la delegación de gobierno de Asturias debido al incumplimiento del toque de queda que tenemos fijado a las 22:00 horas y con toda la hostelería cerrada, aun habiéndonos quedado con ganas de más, no pudimos más que despedirnos y volver directamente a nuestras casas con nuestra entrada y DNI. De todas formas, disfrutamos de la cultura en un entorno seguro saliendo de la burbuja de la COVID en la que acostumbramos a vivir últimamente.

Así que desde aquí, y con esta bonita foto de inicio que parece sacada de una felicitación de Navidad, os deseamos una muy feliz Navidad y Feliz 2021. ¡Cuidaros mucho!

Vida ELU

¿Darse muerte o dar la vida?

Por:

“Con el alma arrugada y en tinieblas. Así se encontraba Barioná, el zelote judío que se resiste a la ocupación y explotación de los romanos y decide proponer a los suyos convertirse en un pueblo “para la muerte”, cerrando la posibilidad de concebir nuevas vidas. Es drástico. El sufrimiento y el sinsentido de una existencia aparentemente estéril -no pudo tener hijos, con lo que ello supone en su contexto-, a la que se suma una opresión extranjera, le conducen a dictar que no habrá futuras generaciones que pasen por lo mismo porque directamente nadie tendrá la oportunidad de vivir. “No más niños. No tendremos más relaciones con nuestras mujeres”. No hay esperanza. Cerrémonos a nuestra propia carne.

El famoso pensador Jean-Paul Sartre (1905-1980) nos introduce en este escenario en el que fue su primer teatro: Barioná, el hijo del trueno (1940). Una obra única y especial -sorprende sobre todo por proceder de la pluma de este autor-, escrita en un campo de prisioneros de guerra alemán en el que se encontraba el filósofo el año mencionado. Resulta que, acercándose el momento de las fiestas de Navidad en plena II Guerra Mundial, el capellán del campo hizo lo posible por conseguir permiso para celebrar la Misa del Gallo. El permiso le fue concedido: no habría toque de queda esa noche y, además, podrían celebrar un concierto. Sartre participa de estas novedades y, ante la sorpresa de los demás, él mismo propone recuperar la tradición de los Misterios. En apenas seis semanas escribe una obra, ensaya, dirige a los actores y supervisa vestuario y decorados. La obra se representa tres días seguidos causando gran conmoción en quienes la presenciaron .

¿Qué vieron unos seis mil prisioneros aquel día y por qué tiene esto algo que ver con el tema que tratamos? Como introducíamos, Sartre muestra la historia de un hombre -que podría ser cualquiera de los espectadores de aquel 1940, pero también cualquier lector de hoy- abatido por la desesperanza, que se niega a ser partícipe de algo que está ocurriendo cerca, en Belén: un nacimiento precedido por diversos signos misteriosos. Barioná, obcecado, se queda solo. Podríamos decir con Charles Taylor en A Secular Age (2007) que se convierte en un sujeto impermeabilizado, que imposibilita el paso y la inundación de sí mismo por parte de otros y que intenta construir su propio ‘yo’ . Por otro lado, están su mujer Sara, sus amigos y conocidos del pueblo de Bethaur, que, deseosos de encontrar una nueva luz y siguiendo los signos, quieren ver qué está pasando en ese lugar al que todo apunta, están abiertos a lo que les rodea, vulnerables a la realidad y en diálogo con ella; porosos en términos de Taylor…

Nuestro protagonista, inmerso en la espiral de amargura que le lleva incluso a disponerse a asesinar al Niño que tanto revuelo está causando, se topa de bruces con la realidad al llegar al portal: una mirada de un padre a su hijo que redimensiona la existencia. Barioná queda inerme y su armazón férreo comienza a resquebrajarse. Poco a poco se abre al misterio, escucha lo que le dice Baltasar: “Todo tú eres un don gratuito a perpetuidad”. Un don…, el que también había descubierto en la mirada de ese padre. Esta revelación da un giro a la vida.

¿Y qué ocurre entonces? Se pasa de la agonía al descanso y la esperanza, del monólogo enfermizo “yo-mí-me-conmigo” a la apertura al otro, del egoísmo a la entrega de sí, de la impermeabilidad a la porosidad. En definitiva, de darse muerte a dar la vida, pues, como dice Fabrice Hadjadj, solo hay dos opciones: el suicidio o el martirio . Y todo esto aparece dibujado ante el espectador-lector de Barioná, mostrándose la segunda como la respuesta más acorde a nuestra naturaleza humana, naturaleza común pese a los distintos momentos de la historia. Y es que el don que somos está llamado a darse para vivir en plenitud, así lo hizo el Niño que vino y viene. Ya nos mostró el camino, cómo vivir…

¡Feliz Navidad!”

Susana Sendra

Vida ELU

¡Feliz Navidad!

Por:

Queridos ELUs:

Para la tradición cristiana, la Navidad es un tiempo de alegría y de celebración porque reconoce en el nacimiento de Jesús el cumplimiento de la promesa que Dios había hecho desde antiguo. Desde la primera Navidad, la salvación —la alegría, la felicidad, la plenitud de la vida— no es el premio a un camino que el ser humano ha de recorrer, como si se tratara de un premio, sino que es un don que se nos ofrece gratuitamente. La Salvación misma, el Hijo, ha querido venir a rescatarnos.

La tradición occidental se ha construido sobre este pilar: que la libertad verdadera se da en los hombres y mujeres de todos los tiempos en tanto que son salvados gratuitamente por la Encarnación del Hijo de Dios en un niño pequeño nacido de una Virgen. La conciencia de este acontecimiento ha permitido una consideración nueva de la vida en sociedad, de la dignidad de cada ser humano, del estatuto del arte y la cultura, de la inalienabilidad de la vida humana, de la importancia del respeto a la libertad del otro, del significado de hacer política, etc.

Nosotros, insertos en esta tradición y reconociendo su inmenso valor para los hombres y mujeres de nuestro tiempo, hemos querido manifestarlo realizando un Belén que recogiera esta sensibilidad. Se trata de una gruta, un lugar aparentemente hosco y poco acogedor, pero iluminado con velas y con el suelo mullido de paja. Es una cueva en la que hay que agacharse para entrar, pues para comprender verdaderamente el significado de la Navidad tenemos que hacernos pequeños. En el centro hay una pequeña cuna. A diferencia de la primera Navidad, nosotros sí queremos acoger a Jesús cuando venga. Por ello, queriendo disponerlo todo para su llegada, le hemos dejado regalos, que no son sino el reconocimiento del don que ya hemos recibido. Postrados en la gruta hemos ofrecido, junto con vosotros, nuestros presentes para esperar su llegada.

No se ha tratado, sin más, de un gesto bonito —podríamos hacer muchos muy diferentes—. Vuestra respuesta, vuestros regalos, indican que se trata de mucho más que un símbolo porque está lleno de sentido.

En nombre de todo el equipo aprovecho estas líneas para desearos a todos una feliz Navidad y un próspero año nuevo.

Un fuerte abrazo,

Juan Serrano

Director Académico