Laura Cuesta

Vida ELU

A puerta cerrada – Beers & Books

Por:

Laura Cuesta y Maru Huergo 3° ELU

El miércoles 27 de noviembre tuvimos encuentro de Beers & Books. ¿La lectura que nos reunió? La obra de teatro A puerta cerrada de Sartre, recomendada por nuestra querida Laura Llamas, a quien tuvimos el placer de tener entre nosotros. Muchas caras conocidas y algunos compañeros de 1° que con mucha ilusión se animaron a su primer B & B.

Sartre escribe esta obra en 1944, en plena II Guerra Mundial con lo que ello implica en el pensamiento de este polémico autor existencialista. ¿Me define más lo que hago que lo que soy en esencia? Sartre habría dicho que sí.

A puerta cerrada se desarrolla en una habitación. Sartre encierra a tres desconocidos y entre esas cuatro paredes se pronuncia la mítica frase “El infierno son los otros”. No tienen tortura física, y, sin embargo, están en el infierno. “El verdugo es cada uno de nosotros para los demás”. Nosotros llegamos a la conclusión de que no puedo vivir sin el otro, a pesar de que esto me haga vulnerable, a pesar de que esto me pueda hacer daño. “En el otro está lo bueno y lo malo de nosotros mismos”, dijo uno de nosotros, ¿qué opináis?

En la obra las miradas y los espejos son clave. La obsesión de los ojos abiertos y las miradas fijas unos en otros, se repite sin cesar:  “todos tenían los ojos clavados en mí”, “cuando no me veo, me pregunto si existo de verdad”, “no puedo amarte mientras tengan los ojos puestos en mí”… Parece que necesitamos que el otro nos vea para “ser”.

“Yo sí soy mala, necesito el sufrimiento de los demás para existir. Soy como una antorcha; una antorcha en los corazones, en cuanto estoy sola me apago”. Las palabras del personaje de Inés nos trasladaron al fin de semana ELU. “Necesito tener un enemigo”. Entrar en diálogo tiene efecto sanador, pero ¿cómo lograrlo?

Otra de las grandes preguntas que surgió entre nosotros: ¿y si el infierno soy yo para los otros? ¿Qué hacer?

Afortunadamente, no podemos olvidar que A puerta cerrada no muestra la otra cara de la moneda, como nos dijo Enrique. No hay nada más grande que una relación verdadera con el otro. Ese otro que me ama con todo: con lo bueno, con lo malo, con lo que ni yo acojo de mí mismo. “Soy cuando soy con otros”. Yo no soy sin el otro, y esto nos hace vulnerables, sí, pero también humanos, y eso es maravilloso.

El encuentro finalizó minutos antes de que el partido de la Champions Liverpool – Madrid se debutase. ¿Con qué equipo creéis que habría ido Sartre?

Laura Llamas concluyó con otra recomendación de cara al II FindElu: La dama del alba, de Alejandro Casona. Apuntado queda, mientras tanto, que los libros nos sigan juntando !!

 “Ninguno de nosotros puede salvarse solo; tenemos que perder juntos o salir juntos del apuro. Elija”. Jean-Paul Sartre.

Cultura

Encuentro de Beers & Books

Por: ELU Admin

Laura Cuesta y Maru Huergo, 3° ELU

Hola a todos!!! El pasado viernes 25 de octubre tuvimos un encuentro en Beers & Books.

“El ruiseñor y la rosa” fue la breve, pero intensa obra de Oscar Wilde que nos tuvo ocupados durante horas entre cervezas y buena compañía. Este escritor, poeta y dramaturgo irlandés es conocido por su agudo ingenio y su estilo estético, promoviendo el arte por el arte, sin necesidad de fines morales o utilitarios. Seguro que conocéis su famosa obra “El retrato de Dorian Gray”. Pues bien, en “El ruiseñor y la rosa” Wilde juega con la ironía y critica directamente a las concepciones superficiales del amor y a la incapacidad humana para reconocer la grandeza en actos desinteresados. Nada mal…

“El ruiseñor y la rosa” nos habla de amor, sacrificio, belleza, superficialidad… La RAE define el amor como “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Nosotros nos estuvimos preguntando acerca de ello. Entrega, vínculo, compromiso… Hablamos de un amor que no te atonta, sino que te descentra, haciéndote quitarte del foco para poner a la otra persona; de un amor de amigo (del latín amiantus, que viene de amiantos sin mancha, incorruptible); de un amor inherente al ser humano, pero a veces desvirtuado en nuestra sociedad…

Surgieron muchas preguntas. ¿Es necesario conocer algo en su totalidad para poder amarlo? ¿Debemos sentirnos amados para poder amar?  Discutimos que esto podría ser posible gracias al amor padres-hijos, una de las experiencias de  disposición y sacrificio más gratuitas. Sin embargo, ¿qué pasa con los huérfanos? ¿Los que se sienten abandonados por la sociedad? Para nosotros creyentes, podemos intuir el Amor de Dios con mayúsculas. Mas somos un reflejo bastante imperfecto de dicho amor. ¡Qué importante es ser conscientes de nuestra limitación y escribir historias reales! La realidad de las relaciones es imperfecta. Es más, quizás el amor humano también lo es. Quizás justamente eso sea el amor. Aprender a amar lo imperfecto, las luces y las sombras, poder bajar la guardia. Saber que hay quien conoce tus tormentas y se queda a afrontarlas contigo. El amor no es un espejo donde mirarse, es un mirar al otro y descubrirlo como alguien a quien quieres.

Por supuesto, no faltaron risas, anécdotas y muchos temas que quedaron en el tintero. Os dejamos un fragmento de la obra para que os animéis a leerla. Merece la pena.

Nos  vemos pronto en Beers & Books!!!!

“Alégrate -gritó el Ruiseñor-. Alégrate, pues tendrás tu rosa roja. La fabricaré con música a la luz de la luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Cuanto te pido a cambio es que seas un enamorado sincero, pues el Amor es más sabio que la Filosofía, aunque ésta es sabia, y más poderoso que el Poder, aunque éste sea poderoso. Del color de las llamas son sus alas y del color de las llamas es su cuerpo. Sus labios son dulces como la miel, y su aliento es como incienso. Desde el césped, el Estudiante alzó la vista y escuchó, pero no pudo entender lo que el Ruiseñor decía, porque sólo dominaba las cosas que están escritas en los libros”.

Cultura

Beers & Books en el Festival de las Ideas

Por: ELU Admin

El pasado 19 de septiembre tuvimos nuestro primer encuentro del curso en Beers and Books. Aprovechando que el Festival de las Ideas tenía lugar en Madrid, varios elus de la capital, acompañados de nuestro querido Martín Tami, nos juntamos para escuchar una ponencia sobre la historia de las emociones de la mano de Barbara H. Rosenwein, historiadora catedrática emérita en la Loyola University de Chicago.

Las velas del viento: ¿Qué cosas amamos y por qué?” Este era el título de la charla que tuvo lugar en el Club Matador, donde Rosenwein, a través de las preguntas de Montserrat Iglesias, cohesionó emociones e historia durante 60 minutos.

“Decía Voltaire que las emociones son el viento que mueve las velas de la vida. En esta ponencia, y de la mano de la experta en historia de las emociones, la profesora Barbara Rosenwein, nos preguntaremos cómo han cambiado los deseos y las emociones a lo largo de la geografía y de la historia. Decía el antropólogo francés René Girard que, como no sabemos lo que desear, deseamos lo que quieren otros. Quizá sea así, pero nadie mejor que Rosenwein para hablarnos del amor hacia lo que se quiere poseer y de la rabia ante la frustración y el fracaso. Y nadie mejor que la profesora Montserrat Iglesias, profesora de la Universidad Carlos III, pero sobre todo persona que conoce bien las relaciones entre la empresa y el conocimiento, para detener ese barco del que hablaba Voltaire y pensar en la fuerza del viento y en la cualidad de las velas”.

Este párrafo en el panfleto del Festival de las Ideas atrajo nuestra atención cuando la lluvia y un contratiempo nos hicieron tener que buscar un plan B en el último momento (algo que con los elus siempre es posible). Así pues, ¿qué es lo que nos llevamos de esta charla?

“We may better understand our own emotions by thinking of the emotions others had in the past”.

¿Acaso hay que replantearse la Edad Media desde el punto de vista de las emociones? ¿Es la Edad Media un espejo en el que podemos mirarnos? ¿Dónde están esas huellas del amor, la ira o la tristeza en la historia? ¿Cuáles son esas palabras del pasado cargadas de emoción? ¿Fueron olvidadas? Si las emociones las expresamos con palabras y esas palabras han ido cambiando con el tiempo, ¿cómo podemos identificarlas?

“Lo que más me maravilla es el mucho amor que yo de amistad siento por ti”. Garcilaso de la Vega era capaz de expresar algo tan grande como el amor a un amigo, ¿no es esto tremendamente poderoso? ¿Somos nosotros capaces de expresar nuestras emociones en una sociedad que vive a través de la pantalla?

Don Quijote, por ejemplo, idealiza el amor y, al hacerlo, se nos presenta como humillado, pero ¿y si ese amor no lo humilla sino que lo eleva?

Estos son algunos de los puntos que se abordaron en la ponencia. Salimos de ella queriendo entender cuáles son esas palabras del pasado que expresan lo que sentían entonces y que quizá sentimos nosotros.
La lluvia no pudo con nosotros y cena, cervezas y mucha conversación concluyeron nuestro día. Un gusto reencontrarse de nuevo con todos.

Nos vemos pronto en Beers and Books!!!!!

Vida ELU

Una gota de agua más – Voluntariado con niños hospitalizados en La Paz

Por: ELU Admin

Laura Cuesta, Maru Huergo y Elena Zabala, 1ºELU

Descubrimos este voluntariado casi por casualidad. Las ganas y las múltiples opciones que ofrecía la ONG nos permitieron dar con “un voluntariado para jugar con niños hospitalizados en La Paz“. Todo lo que habíamos hecho antes poco se parecía a lo que nos íbamos a encontrar aquí. 

Nos advirtieron antes de empezar: “No esperéis nada. Habrá niños que os reciban con una sonrisa llena de ilusión, pero para muchos otros, seréis unas extrañas que vienen por pena a verlos en un momento de vulnerabilidad. Los padres tampoco os lo pondrán fácil. Ver a sus hijos vestidos con ese pijama de rayas, una vía y conectados a lo que ellos llaman el cacharro que no para de pitar hace que salga su lado más sobreprotector”. 

El primer día la coordinadora nos lo dejó muy claro: “No sois sus médicos ni sus enfermeros. Tampoco sois ese familiar que viene a verlos al hospital ni ese padre que sufre por verlos así. Sois chicos que venís a jugar con niños. Porque eso es lo que tienen que hacer los niños: jugar“.  Para nosotras supone unas cuantas horas de nuestro día, pero para ellos son horas de dejar de ser niños en un hospital para pasar a ser simplemente niños que lo único que quieren es jugar.  Muchos de ellos te enseñan las cicatrices de su operación, otros no quieren que sepas por qué están ahí, pero lo que está claro es que todos ellos tienen algo verdaderamente especial. De hecho, cuando llega la hora de irse y los niños te piden que te quedes un ratito más, es imposible que la mascarilla oculte una sonrisa. 

Las tres estamos de acuerdo en que es un voluntariado lleno de encuentros, aprendizajes y momentos preciosos, aunque tampoco hay que idealizar las cosas. Hay días en los que se hace cuesta arriba porque sí, lo que ves en la planta puede ser verdaderamente doloroso. Muchas veces las edades abarcan hasta los 18 o incluso 20 años. Son chicos de nuestra edad que a menudo se muestran más reticentes a jugar o charlar con nosotras. Este suele ser un claro golpe de realidad, pues te ves tan reflejada en ellos que casi es como si pudieses entender lo que sienten. Con todo, aprendes mucho de ello. No debemos perder de vista que esto no puede convertirse en un acto egoísta. No vamos para sentirnos bien con nosotras mismas, distinto es que salgamos de ahí con el corazón lleno.  

Siendo sinceras, también nos han caído muchas broncas: por no haber cumplido al pie de la letra el protocolo de una habitación en aislamiento o el aforo de la sala de juegos, por no haber desinfectado bien las sillas… Pero, de nuevo, merece la pena. 

A pesar de que creemos que la respuesta a nuestra vocación se encuentra a través de carreras sanitarias (como medicina o psicología en nuestro caso), estamos de acuerdo en que los hospitales no deberían ser un “hogar” para nadie. El recordatorio de que la muerte no es tan lejana contrasta con el gran deseo humano de vivir que se percibe en todas las esquinas de La Paz. Por eso, atender, jugar y cuidar a estos niños supone un gran compromiso al que estamos muy agradecidas de poder responder. Una oportunidad que surge de algo más grande que nosotras mismas y que nos recuerda esa responsabilidad de servir al último. Sin duda, una experiencia así te remueve el corazón profundamente, movilizándonos y teniendo la necesidad de compartirlo con todos vosotros.