Francisco Javier Pérez Cumbreras

Vida ELU

Una gota de agua más – Francisco Javier Pérez Cumbreras

Por: ELU Admin

Me llamo Francisco Javier Pérez Cumbreras, estoy en segundo de la ELU y estudio Derecho y ADE en la Universidad de Jaén. Desde el segundo cuatrimestre pasado, tengo la gran suerte de poder pertenecer a la Comisión Permanente del Consejo de Estudiantes de la Universidad, desde donde puedo poner en práctica todo lo aprendido en la ELU a través de actividades e iniciativas enriquecedoras completamente orientadas hacia los demás. Hoy tengo el placer de contaros cómo ha sido la última actividad que hemos realizado: la GRAU (Gran Recogida de Alimentos Universitaria).

Los pasados 14, 15 y 16 de diciembre, realizamos una recogida de comida en colaboración con “Banco de Alimentos” entre otros para favorecer y ayudar a los más necesitados. Y lo cierto es que a pesar de todas las dudas que nos surgían, fue todo un éxito, y me ha servido para darme cuenta de las tantas cosas que hemos hablado a lo largo de los findes ELU y de los módulos, las cuales me gustaría compartir con vosotros.

En primer lugar, ¿por qué?¿Por qué adentrarse en tantos fregados y tantas historias? ¿Comisiones, actividades, problemas, aguantar críticas…? Lo cierto es que a priori, no es lo que más le apetece a uno, y sobre todo teniendo en cuenta las tantas cosas que tiene que realizar. Sin embargo, analizando lo más profundo de mí, descubrí que si lo hago, es porque me llena. Porque no hay nada mejor que comprometerse, darse a los demás, aportar con tu esfuerzo y dedicación a la comunidad, realizar algo que igual no te repercute directamente a ti, pero que sabes que da sus frutos y que sobre todo ayuda: deja huella.

Creo que si por algo estoy en el Consejo y si por algo realizamos iniciativas como esta, es porque queremos dejar huella. Queremos ayudar, salir de nosotros mismos, hacer nuestro aquello que hacemos y demostrar al exterior que la gente se compromete. Simplemente necesitan un empujón, necesitan que seamos motores de cambio.

Y quién sabe, puede que algún día consigamos que las próximas generaciones sigan nuestro ejemplo, nuestra huella, y la mejoren y sean un ejemplo aún más patente para los venideros. Todo esto es una cadena, y ojalá consigamos que iniciativas como esta se vuelvan ordinarias. Es emocionante ver que quienes te preceden, mejoran y superan tu legado. Lo cierto es que había muchas dudas antes de sacar la iniciativa. ¿La comunidad universitaria respondería? ¿O sólo respondemos a base de incentivos que nos benefician? Al final, la verdad se impuso.

Prueba de ello, es que tengo el orgullo y la ilusión de decir que finalmente contamos con la ayuda de nada más y nada menos que de aproximadamente 60 voluntarios, y que entre todos, desde el aporte más pequeño, hasta el más grande, porque todos importan por igual, hemos conseguido recaudar más de 1700 kilos de comida para aquellas personas y familias que más lo necesitan por estas fechas.

Por cosas como estas, uno se da cuenta del motivo por el que se reta, sale de uno mismo y por qué no decirlo, se complica un poco más la agenda: No hay cosa más especial que ver la cara de felicidad y plenitud que tienen las personas después de sentir que han ayudado a alguien y que han aportado su grano de arena en algo bueno, en algo verdadero.

Es por esto, por lo que os animo a todos a pensar en cómo cada uno de nosotros, desde nuestra pequeña posición en el mundo y en la sociedad, podemos dar ejemplo, sacar esa ilusión, felicidad y plenitud, y dejar esa huella que queda ahí por mucho tiempo que pase, y que ojalá alumbre a muchos a seguir un camino recto, verdadero y pleno. Desde el acto más minúsculo, hasta el acto más grande de amor.

¡Espero poder pronto conocer vuestro granito de arena y vuestra huella! ¡Hasta entonces! Seamos ejemplo y motor de aquellos que nos rodean.

Vida ELU

Un empujón necesario

Por:

El jueves 3 de diciembre realicé en el Colegio Altocastillo de Jaén una charla orientada a alumnos de 2º de Bachillerato titulada “La Búsqueda de la Verdad y los Umbrales del Conocimiento” y cuyo lema era “Atrévete a Cuestionarte”. La intención de esta era generar inquietudes y empezar a desarrollar un pensamiento crítico dentro de los alumnos, así como adentrarlos por primera vez en la vasta y ardua búsqueda de la verdad.

Y bien, cabría preguntarse: ¿cómo surgió todo esto? Ya desde el comienzo del módulo 1 del primer curso de la ELU sentí la necesidad de querer compartir esos conocimientos y formas de ver la vida con personas que tuvieran inquietudes y que pudieran sacar provecho de ello. Por lo cual, comencé hablando con antiguos profesores míos con los cuales tengo una gran relación y que sabía que tendrían confianza en mí y aceptarían que diera una pequeña charla. Como suele pasar, esta idea inicialmente quedó un poco en el aire, sin embargo, tras ver que la tarea final del módulo era desarrollar un proyecto en el que se pusieran en práctica los conocimientos adquiridos, vi claro que era el momento para dar ese deseoso paso hacia delante.

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Ese fue el punto de inflexión en el que junto a mis compañeros Lola Álvarez, Itziar Belderrain, Carmen Gago y Lluís Gil decidimos darle forma a esa idea que llevaba pensando e imaginando en mi mente durante meses.

El enfoque de la charla era distinto y es que como dije en la introducción de la misma: “no vengo como un catedrático de Derecho Romano a hablaros de algo de lo que soy experto, vengo a daros el empujón de salida dentro de un mundo en el que soy un corredor y aficionado más que sigue buscando respuestas”. Mi intención era tras darles a los alumnos ciertas nociones sobre la búsqueda de la verdad como el asombro, el cinismo y los pasos de la adquisición del conocimiento, empezar a debatir y hablar con ellos acerca de temas que les interesaran y que les generaran dudas.

Y así fue. En seguida se involucraron en la charla interviniendo, realizando preguntas y dando sus puntos de vista de temas como: ¿somos realmente independientes o dependemos de los demás? ¿somos verdaderamente libres actualmente? ¿vivimos en la época de la posverdad?

Todos estos temas que a priori parecen muy complicados, suscitaron mucho interés en los alumnos, con los que periódicamente hablo acerca de otros temas que les provocan dudas o que les gustaría debatir con otra persona y de los que también aprendo mucho junto a ellos. Y es que como les dije al final de la charla: “si salís de aquí con más dudas que respuestas, habréis aprovechado este rato”.

Si algo saco de esta experiencia es que todos, absolutamente todos, ya seamos de primero o cuarto, podemos aportar a que crezca este gran grupo de jóvenes con inquietudes y con ganas de pensar críticamente del que formamos parte. Es tan sencillo como hablar con tus amigos y allegados de aquellos temas que pueden encender esa bombilla que todos tenemos en el interior, el asombro. Y es que aunque a veces pueda costar creerlo, la vida diaria está llena de gente con preguntas sin respuesta, sólo es necesario pararse un poco y tomar un respiro dentro de la vertiginosidad del mundo actual y darse cuenta que lo único que necesitan es a alguien que los alumbre un poco para ver cuál es el inicio del camino, es decir, darles un empujón desde la salida de meta.

Francisco Javier Pérez Cumbreras