Países Bajos

Vida ELU

Elus por el mundo -Catina Pérez

Por: ELU Admin

¡Hola queridos elu!

Soy Catina Pérez y estudio Negocios Internacionales en la Universidad de Valencia. Por suerte, una de las condiciones para obtener el título es cursar un año en el extranjero, por lo que antes incluso de empezar la carrera… ¡yo ya sabía que la experiencia Erasmus estaba asegurada! Y de ello os vengo a hablar en esta entrada.

Tras analizar las distintas posibilidades que ofertaba mi universidad, finalmente me decidí por cursar un año en Países Bajos, concretamente en Leeuwarden, la capital de la provincia de Frisia. Así pues, atraída principalmente por el estilo de vida y el sistema educativo del país, a finales de agosto puse rumbo a esta pequeña ciudad entusiasmada ante todo lo que estaba por venir.

Sin duda, uno de los mayores cambios que he experimentado ha sido el enfoque universitario. Soy alumna de la NHL Stenden, una universidad de ciencias aplicadas que fomenta principalmente la práctica y el trabajo en equipo. La universidad es increíble, las instalaciones son modernas y atractivas, con cafeterías que ofrecen opciones para todos los gustos y muchas facilidades para que los alumnos puedan disfrutar del campus, ¡incluso tenemos café y té gratis todos los días!

En cuanto a las clases, son completamente diferentes a lo que estoy acostumbrada. En el aula no hay más de 10-15 alumnos por lo que el trato es bastante personalizado. No suele haber más de tres días de clase a la semana, lo que conlleva que muchos estudiantes tengan trabajos a tiempo parcial. Además, los profesores tienen mucha libertad y no existe prácticamente jerarquía entre ellos y los estudiantes, lo cual lejos de generar caos, se traduce en profesores motivados, preocupados por sus alumnos y por aprender de nosotros.

Otra cosa que me ha gustado mucho es la diversidad cultural. Hay muchos estudiantes internacionales por lo que aprendes a trabajar en un ambiente intercultural. Además, muchos proyectos se realizan mano a mano con empresas reales, lo que te da una mejor visión de cómo es el mundo laboral y te ayuda a aplicar los conocimientos adquiridos en situaciones reales. En definitiva, mi experiencia universitaria está siendo muy enriquecedora y me ha permitido aprender muchas cosas que, si me hubiera quedado en España, no habría aprendido.

En cuanto a la vida fuera de la universidad, durante la semana tengo tiempo para practicar voleibol, hacer excursiones a otras ciudades aprovechando que es un país pequeño y muy bien conectado, salir de fiesta, pasear en bicicleta (sí, ¡aquí todo el mundo tiene una!) e incluso trabajar para poder visitar otros países.

Por otro lado, quiero destacar la atmósfera que envuelve a todo el país. Países Bajos (que no Holanda) es sin duda el país más seguro de todos los que he estado. Se fomenta mucho la autonomía, la tolerancia y la cultura green, así como el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Los neerlandeses tienen una actitud muy relajada y conciliadora y son personas con un gran compromiso social y ambiental, además de súper amables y hospitalarias, por lo que es muy fácil sentirse acogido.

Estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de vivir en un país extranjero. Esta experiencia ha supuesto muchos retos a nivel académico y personal. Me ha enseñado mucho sobre mí misma y me ha permitido aprender y descubrir nuevas culturas y formas de vida. Aunque sin duda, lo que ha hecho de mi Erasmus una experiencia única e inolvidable ha sido toda la gente que he conocido. Con ellos he reído, llorado, viajado y crecido, y sé que muchos serán amigos para toda la vida.

Tot ziens,

Catina

Vida ELU

María Parra viaja a Ommen en un proyecto de sostenibilidad y ODS

Por: ELU Admin

¡Hola! Soy María Parra, de primero de la ELU. Hace unas semanas dejé mi ciudad, Murcia, para embarcarme en un viaje hacia un pueblecito de los Países Bajos, Ommen. Allí tuve la oportunidad de convivir con una treintena de jóvenes de otros países, a la vez que participábamos en un proyecto de concienciación sobre sostenibilidad y los ODS. Fue una experiencia que voy a recordar siempre con mucho cariño, y desde la ELU me han animado a compartirla con vosotros.

Se trataba de la primera vez que viajaba hasta otro país sola, y estaba bastante nerviosa por cómo iba a llegar hasta el lugar donde se desarrollaba el proyecto. Cogí un vuelo primera hora de la mañana, desde el avión se podía ver el amanecer, coincidiendo con una de las españolas que también había sido seleccionada. En los Países Bajos quedé fascinada por la buena organización del sistema ferroviario y de las estaciones, se podía llegar prácticamente a cualquier sitio en tren y estos pasaban continuamente. A pesar de que para llegar a nuestro pueblo había que coger varios trenes en ciudades diferentes, nos fue muy fácil aprender a utilizarlos (los elus que están estudiando en Holanda fueron de mucha ayuda en este aspecto), y antes de darnos cuenta ya habíamos llegado a nuestro pueblo.

Durante el trayecto no pude mantener los ojos cerrados ni un segundo, la mayoría de los trenes tenían cristaleras por las que se podía ver el paisaje holandés: praderas verdes en las que pastaban vacas y caballos, muchísimos caballos. El cielo estaba repleto de nubes blancas y espesas y era todo tan precioso que parecía un sueño. Cuando llegamos a Ommen nos encontramos con un montón de holandeses disfrazados por la calle, y ante nuestro visible estupor un local nos aclaró que habíamos aterrizado justo el mismo día que se celebraban las fiestas del pueblo.

Algo que me llamó mucho la atención es que la mayoría de las viviendas tenían grandes ventanales por los que se podía ver con facilidad desde la calle todo lo que ocurría en el interior. Tanto el pueblo como Holanda parecían estar muy comprometidos con el medio ambiente, era frecuente encontrarse placas solares y ciclistas por todos lados. Llegamos a ver hasta carritos de bebés y gente paseando a sus perros en bicicletas.

Nos alojamos en una casa antigua de Ommen que contaba con muchísimas habitaciones. Los organizadores las distribuyeron de manera que todos nosotros compartiéramos habitación con una persona de un país diferente al nuestro, y así conocí a Eleni, mi compañera de Grecia. En este proyecto en específico participaban varios países de los Balcanes, y tuve la oportunidad de convivir con jóvenes de Macedonia del Norte, de Bulgaria, de Grecia, de Lituania y de Turquía.

Además de las intercultural nights, en las que cada país presentaba su cultura de manera divertida y se organizaban mesas con comidas y bebidas típicas, aprovechamos el tiempo libre para entablar amistades y mantener conversaciones muy interesantes sobre el estilo de vida en nuestros países. Me contaron cómo estaba el tema de la corrupción, la seguridad o del cuidado de la salud mental en los Balcanes, y aprendimos mucho los unos de los otros.

Tuvimos un día libre para explorar Holanda en el que mis amigos y yo aprovechamos para ir a La Haya y a Rotterdam. Vimos la Corte Internacional de Justicia, visitamos el museo en el que están expuestos La joven de la perla y Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, y nos quedamos absortos observando la imponente arquitectura de los edificios modernos de Rotterdam.

Vida ELU

Elus por el Mundo – Gustavo Álvarez

Por: ELU Admin

Estimados Elus y ELUMNIS,

Si todavía no nos hemos presentado, permitidme comenzar por ahí. Me llamo Gustavo Álvarez y actualmente curso mi cuarto año de Ingeniería Industrial y ADE en ICAI, Madrid. Soy un asturiano de 22 años disfrutando de un Erasmus en Holanda o, dicho con más rigor, en Delft, ciudad situada en la región holandesa de los Países Bajos. Llegué en agosto y aquí permaneceré hasta principios de junio, momento en que volveré a España para el acto de clausura de la ELU como graduando. Ha sido un año sin precedentes para mí, por lo que me gustaría compartir con vosotros mis impresiones al respecto.

¿Qué es un Erasmus? Esta pregunta puede tener una y mil respuestas más. Supongo que, para cada uno, esta experiencia significa algo distinto. Tal vez un horizonte por descubrir para algunos, tal vez un mero pasatiempo para otros. En mi caso, describiría la experiencia como una oportunidad de transformación. Oportunidad por estar supeditada a la voluntad individual de vivir al máximo el momento presente. Transformación por conllevar un cambio sobre la persona que decide aprovechar dicha oportunidad. Este cambio no se sitúa en ninguna dirección concreta, ni apunta en un sentido determinado. Para algunos significa su primera emancipación, aunque esto no haya sido así en mi caso.

Mi primera burbuja explotó a los 18 años, cuando abandoné Asturias y me desplacé a Madrid en busca de mejores expectativas académicas y laborales. Tras tres cursos en residencia, una nueva burbuja comenzaba a tomar forma. En mi opinión, esto, no necesariamente malo, sí conlleva el riesgo de abrazar cierto conformismo social. Como consecuencia de la fortuna de verse muy bien rodeado, uno puede relegar la idea de que, especialmente a nuestra edad, se debe estar en constante búsqueda y crecimiento. Creo que, a tal efecto, el Erasmus es una experiencia idónea.

TU Delft, Technische Universiteit Delft, es una universidad donde solo hay ingenieros. Esto implica que, en una acogedora ciudad de 100.000 habitantes, haya 25.000 estudiantes de ingeniería. Esto dota a la urbe de un dinamismo sin par, aunque obliga a uno a adentrarse en la cercana Róterdam para encontrar mayor diversidad de alumnado. La exigencia de la universidad no tiene nada que envidiar a las españolas; por lo que, exceptuando para aquellos que nos encontramos de intercambio, el resto de alumnos tiende a recluirse con asiduidad.

Con una de las carreras más prestigiosas de Europa en el campo aerospacial, TU Delft es una maravilla. Un campus muy cuidado, con instalaciones muy modernas y vanguardistas. Por tener, tiene hasta el Instituto de Investigación Nuclear, con un pequeño reactor. Las instalaciones deportivas parecen una ensoñación, de verdad. Como colofón, cabe mencionar que TU Delft es pública; lo cual, sumado a lo anterior, contribuye a que mucho talento internacional —también español— decida realizar aquí sus estudios.

Por todo lo dicho, Delft ofrece muchas posibilidades. Entre otras cosas, he tenido la suerte de apuntarme a la rama holandesa de 180 Degrees Consulting, que opera como una suerte de consultoría social donde colaboro con un proyecto de microfinanzas en Zambia. Además, con tanto estudiante, siempre hay planes que hacer. Cada época del año tiene lo suyo y, aunque enero y febrero fueron ciertamente fríos y lluviosos, en general no hace mal tiempo. La meteorología viene predominada por el viento y las nubes, pero diría sin ninguna duda que llueve más en Asturias que aquí. Aunque claro, comparado con Madrid…

Los neerlandeses tienen fama de cerrados entre los internacionales, pero esto no es del todo cierto. Por lo general, tienden a ser muy cercanos y amigables una vez superas la primera barrera social. Sin embargo, su gusto por el tecno es, en ocasiones, ciertamente abrumador. Hay una vasta cantidad de festivales en cuyos escenarios encontrarás tecno duro, acid, house… Aunque en diciembre todo estuvo cerrado por COVID19, desde hace un par de meses no hay ningún tipo de restricción. Y, aunque hay bastante fiesta, no es un país con mucho día festivo. Que yo sepa solo hay cuatro, exceptuando los propios de Navidad y Semana Santa: Koningsdag (“El día del Rey”), día en que se celebra el cumpleaños del monarca regente y donde todos han de vestir algo naranja; Bevrijdingsdag (“El día de la Liberación”), que conmemora la rendición nazi en Holanda; el Hemelvaartsdag (“El día de la Ascensión”); y Pinkersteren (“Pentecostés”), ambas de fundamento cristiano.

Los Países Bajos ofrecen una escasa cultura gastronómica, especialmente comparada con su variopinta gama de ciudades. Delft, mismamente, es una pequeña ciudad con la mayor densidad de canales por metro cuadrado, al estilo de Ámsterdam. Prácticamente no se ven coches, ya que aquí la bicicleta tiene prioridad absoluta. La Haya, a tan solo cinco minutos en tren de Delft, presenta un centro histórico muy bien cuidado y sirve como sede para muchas instituciones del país. En contraste, Róterdam es una ciudad muy dinámica y moderna. En Ámsterdam, se visita; en Róterdam, se trabaja; en Delft, se estudia; y en La Haya, se jubila.

Como conclusión, el Erasmus es una experiencia muy interesante. Te permite explorar, viajar y descubrir a muchos niveles. Como impacte en ti depende exclusivamente de cómo decidas encararlo. Soy de los que cree que no hay un destino mejor que otro, puesto que cada lugar ofrece un sinfín de oportunidades que debemos estar dispuestos a aprovechar. Está en tu mano hacer de ello una experiencia transformadora e inolvidable.