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Vida ELU

PRIMERA EXPERIENCIA ELU EN ASTURIAS

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Iris, delegada de Asturias, nos cuenta cómo ha sido la primera experiencia ELU de esta provincia: “Nuestra Experiencia ELU empezó, como no podía ser de otro modo, bajo amenaza de lluvia al comienzo de una encapotada tarde de viernes. Terminadas las clases, nuestros horarios se coordinaron por primera vez desde que arrancara el nuevo curso. Sí, habéis leído bien: hasta ese mismo momento en el que los cuatro nos reunimos junto al peculiar jardín que bordea el Campo de San Francisco, ese que cada día muestra la fecha en la que nos encontramos, así como el nombre de la ciudad, algunos nunca nos habíamos visto en persona.

Esta circunstancia, aunque trágica, nos había facilitado en gran medida la organización de esta actividad. Así, desde el principio, todos tuvimos muy claro que el objetivo a perseguir con la primera Experiencia sería remediar que los dos veteranos a un paso de graduarse y los dos ELUs de nueva generación no pudieran poner cara a sus compañeros. La mar de sencillo, pero sin duda fundamental.

Después de intercambiar unas palabras y hacernos la foto de rigor que marcaba el inicio de nuestro paseo con el famoso jardín de fondo, no tardamos en dirigirnos a la primera parada: el Museo Arqueológico de Asturias, que no se encontraba muy lejos de nosotros. Por cierto, en el camino nos cruzamos con la dama más famosa de Vetusta y qué menos que inmortalizar el momento para la ELU.

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Durante algo más de una hora nos sumergimos en un pequeño viaje al pasado astur. No puedo dejar de mencionar que, además de atender a la información que acompañaba a las piezas, no tardaron en empezar a asomar anécdotas y curiosidades que completaban los paneles y las vitrinas de una exposición que iba cobrando vida para nosotros. Por supuesto, no todo giró en torno a la evolución de las herramientas prehistóricas o las técnicas para la datación arqueológica, sino que la conversación fue virando aquí y allá. Los más veteranos compartimos nuestras experiencias con los módulos, la universidad en general e incluso el proyecto de graduación; por su parte, los recién llegados nos pusieron al día de los últimos cambios por los que había pasado el primer módulo y contaron cómo lo habían vivido.

Unos minutos después de recorrer el último pasillo recogíamos los bártulos y trasladábamos la charla al Café Per Se. Aquí seguimos conociéndonos, contrastando datos de nuestras carreras y asignaturas, de cómo entendíamos nuestra formación tanto en la Universidad como en la Escuela de Liderazgo. Por otro lado, tal y como estaba previsto, también abrimos una lluvia de ideas para definir la segunda Experiencia. No queremos revelar todo en esta reseña, así que nos limitaremos a decir que el Jardín Botánico de Gijón y la primavera forman una pareja estupenda.

Ya no teníamos tiempo de visitar el Museo de Bellas Artes, pero todavía quedaba una parada. Así, cuando llegó la hora, los cuatro salimos a serpentear por las tortuosas callejuelas del casco histórico hasta el Bar Rocket, donde iba a tener lugar la tercera sesión de la nueva edición de “Con Ciencia, Té”, una actividad de divulgación científica organizada por la Asociación de Biotecnólogos de Asturias. Esa noche se sucedieron dos interesantes charlas: una sobre la microbiota humana y otra acerca de las recién descubiertas células madre cancerosas. Como es costumbre, las ponentes participaron en una sesión de preguntas al acabar sus respectivas charlas, momento en el que aprovechamos para plantear algunas dudas e intercambiar opiniones con ellas. Ya pasaban de las nueve cuando decidimos emprender el camino de vuelta a casa y dar por finalizada la Experiencia, pero la casualidad quiso que la lluvia que nos había amenazado durante toda la tarde empezara a caer con fuerza en ese preciso instante. Y por ello, qué remedio, nos vimos obligados a jugar una partida de dardos mientras amainaba la tormenta”.

Vida ELU

EXPERIENCIA ELU EN BARCELONA

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El pasado martes 13 de febrero, los alumnos de la ELU de Barcelona organizaron “el bocadillo solidario”, una actividad en la que elaboraron packs de comida que contenían galletas, zumo, pan, embutido y queso para poder repartirlos en el centro de la ciudad a todos aquellos que los necesitasen, especialmente a las personas sin hogar.

Varios ELUs han querido compartir con nosotros cómo fue para ellos esa experiencia. Mireia Marquillas destaca que pudieron experiementar “un trato cercano con aquellas personas que viven en la calle, empatizando con ellas y reflexionando sobre la importancia de la solidaridad y el voluntariado”. Para ella fue una actividad “muy exitosa que nos transmitió mucha vitalidad, entusiasmo y ganas de seguir aportando nuestra huella en la sociedad“.

Por otro lado, Salvador Moyá nos cuenta que lo bonito de las experiencias no son solo el potencial resultado a conseguir, sino también el camino hacia éste. “Es increíble como un grupo de estudiantes de una ciudad tan grande como Barcelona, y sin apenas contacto físico, pudimos coordinarnos para agrupar a un gran número de personas (que no eran exclusivos de la ELU, había también amigos) motivados para intentar ayudar a la gente de la calle. Estas personas no eligieron estar ahí, nadie lo merece, es injusto, sin embargo siempre tienen buenas palabras o gestos de amable complicidad para poder agradecer que nosotros intentemos aportar nuestro granito de arena. Fue una gran oportunidad para juntarnos de nuevo los ELU de Barcelona e intentar ayudar a las personas que más los necesitan. Sin duda alguna fue una experiencia enriquecedora que nos hace valorar todo lo que tenemos y otros querrían tener”.

Por último, Carla Marcó concluye con una anécdota en la que se puede observar cómo la gente también tiene ganas de ayudar en cuanto ve que puede hacerlo. Para poder hacer los packs necesitaban bolsas, por lo que entraron en una tienda a comprarlas. El dueño del establecimiento al saber para qué era decidió regalarles 50 bolsas destacando que él también quería contribuir en algo a esta acción solidaria.