Enrique Mochales – ELUs por el Mundo
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¡Muy buenas a todos!
Mi nombre es Enrique Mochales y este año estoy cursándolo en la Katholieke Universiteit Leuven, en el campus de Bruselas.
Mi experiencia en Bruselas está siendo una auténtica pasada, y está superando mis expectativas con creces. Siempre tuve claro que quería irme un año de Erasmus y que quería irme a un país que no se pareciese mucho a España, para poder de esta forma vivir una experiencia completamente distinta a lo que vivía en Sevilla.
Aunque es cierto que a priori no es un destino muy llamativo; una ciudad muy gris, mucho frío, una cultura bastante cerrada y para nada conocida por su ambiente universitario, a medida que pasan los días me reafirmo más en que era el destino y la experiencia que yo andaba buscando.
Lejos del frío, las pocas horas de luz o lo muchísimo que llueve; Bruselas es una ciudad perfecta para estudiar. Es una ciudad muy cosmopolita y que no deja indiferente a nadie. Vivo en una residencia de estudiantes donde convivimos 100 personas de los 5 continentes, pudiendo así hacer amigos de países que muchos de nosotros no sabríamos ni situar en un mapa: desde Kazajistán hasta Mongolia, pasando por los Estados Unidos, Australia y casi todos los países de Europa. Compartir mi día a día con gente tan distinta a mí me está encantando, es una oportunidad magnífica para aprender cosas nuevas y hacer amistades que estoy seguro de que perdurarán con el paso del tiempo.
Un aspecto clave que me hizo decantarme por esta ciudad belga fue la facilidad que te ofrece para viajar por todo Europa por precios irrisorios. En el primer cuatrimestre he podido viajar a Suecia, República Checa, Alemania, Austria, Eslovaquia y Polonia, entre otros; y sin gastarme más de 15 euros por trayecto. Esto para una persona que le gusta tanto viajar como a mí, hizo que tuviese muchísimo peso a la hora de escoger Bruselas, aunque a este ritmo podría haberme ido a vivir a Charleroi, ciudad donde se encuentra situado uno de los dos aeropuertos de Bruselas.
Es una ciudad con muchísima vida cultural y que tiene más cosas para visitar de las que puede parecer. Desde el Magritte, pasando por el Parque del Cincuentenario, Bois de la Chambre y el Manneken Pis, hasta la famosa Grand Place. Aunque os mentiría si no os dijera que me quedo con mis paseos por el Parque de María Luisa y mi Catedral de Sevilla.
Por otro lado, es un gran atractivo para cualquier estudiante de Derecho poder conocer las numerosísimas instituciones europeas que hay aquí, pudiendo incluso asistir a más de una sesión plenaria en el Parlamento Europeo y aprender muy de cerca sobre la carrera que estoy estudiando.
En cuanto al día a día, algo que sigue asombrándome es, además de la cantidad de cerveza que beben los belgas, la cantidad de tipos de cerveza que hay aquí en Bélgica. Todas siendo elaboradas mediante distintos procesos, y servidas en un vaso específico. Para que veáis lo tiquismiquis que son con esto, si tú vas a un bar, pides una cerveza, y da la casualidad de que no tienen el vaso específico de esa cerveza, el camarero se negará a servírtela y te instará a pedir otra distinta. ¡Es curiosísimo!
Como buen bruselense que soy ya, no han faltado recenas en el Fritland o cervecitas en el Delirium, bar conocido por su larga lista de cervezas, ¡llegando a tener más de 2.004 marcas diferentes! Eso si, todo suena muy bonito hasta que la cerveza vale 9 euros, precio incompatible para el bolsillo de un estudiante de Erasmus. Por lo que, como dice el refrán: a grandes problemas, grandes soluciones; nosotros optamos por un pub irlandés muy conocido por los estudiantes donde podemos disfrutar de una happy hour, que va desde las 13.00 hasta las 00.00 todos los días. ¡Más que happy hour podríamos llamarlo happy day!
Por último, hablar de mi universidad. La KU Leuven es una universidad de reconocido prestigio, de ahí que este enero tenga que pasármelo estudiando, y no cómo se lo pasan mis amigos en Polonia. ¡Pero esto sin duda merece la pena poniendo mi primer cuatrimestre en valor! Los profesores son muy buenos y con experiencia en distintos ámbitos, algo que a la hora de impartir las clases se nota mucho y hace que estas sean más interesantes. También me ha brindado la oportunidad de ser parte de varias asociaciones, permitiéndome así asistir a numerosas conferencias muy interesantes y conocer al resto de la comunidad universitaria.
Mientras termino de escribir estas líneas, poco antes de que aterrice mi avión en Bruselas, y sin estar preparado para el frío que voy a pasar, deciros que aquí tenéis vuestra casa en Bruselas, y que si estáis valorando todavía si iros o no de Erasmus, yo solo digo una cosa partiendo de mi experiencia: La duda ofende.
Un fuerte abrazo a todos y nos vemos prontito.