Virginia Woolf

Vida ELU Cuaderno de Bitácora – Una mente terriblemente sensible

Cuaderno de Bitácora – Una mente terriblemente sensible

Por: ELU Admin

Berta Coll, 3º ELU

Hoy quería hablaros brevemente de uno de mis primeros amores literarios, la escritora neozelandesa Katherine Mansfield. Virginia Woolf — ¡una y otra tuvieron una relación de amor odio muy interesante! — la describió como “a terribly sensitive mind”, y es totalmente cierto, pero Mansfield era mucho más que eso: era unos ojos puros; era una forma sencilla y lúcida de apreciar la vida; era un nervio creativo, sumamente autoexigente a la hora de escribir.

Escribió sobre todo cuentos y, de hecho, es conocida especialmente por su innovación en el género del relato breve. Los cuentos de Mansfield no son historias lineales, con un principio y un final y con un clímax fácilmente detectable, sino pequeños retratos de escenas vitales aparentemente intranscendentes. Actualmente, esa técnica literaria nos puede parecer habitual, incluso poco original, porque la literatura y el cinema han tirado mucho hacia aquí. Sin embargo, en la época de Mansfield eso supuso una revolución artística, y ella fue una de las pioneras que la lideró. Mansfield retrata la vida tal como viene, tal como es, y presta muchísima atención a los pequeños detalles, a los sonidos y colores del mundo, a las sensaciones psicológicas de sus personajes. Algunos críticos la han etiquetado como “impresionista”, pero es importante remarcar que sus obras trascienden la mera plasmación de un instante: en el fondo de sus personajes, se esconde una verdad terriblemente impactante. Al leerla, no es extraño tener la sensación de que sus cuentos esconden la vida misma, de que son la vida misma.

Por desgracia, murió con solo 34 años y, por lo tanto, no tuvo demasiado tiempo para escribir. Sin embargo, todas sus recopilaciones de cuentos —In a German Pension (1911), Bliss and Other Stories (1920), The Garden Party and Other Stories (1922), The Doves’ Nest and Other Stories (1923), Something Childish and Other Stories (1924)… — fueron aplaudidas por la crítica y, sobre todo, por el conjunto de lectores ingleses.

Con respecto al estilo literario, me gustaría destacar el gran ritmo de la lengua de Mansfield. De adolescente, la escritora estudió música de forma intensa, y eso se refleja en la musicalidad de sus palabras. En su Diario, cuando comenta el texto de otro escritor, escribe: “Good lines! And another example of the choice of the place of words. I suppose it was instinctive. But ‘fruitful’ seems to be just where it ought to be, to be resolved (musically speaking) by the word ‘barren’ One reads ‘fruitful’ expecting ‘barren’ almost from the “sound-sense.”

Si tuviera que recomendaros una de esas colecciones, seguramente elegiría The Garden Party and Other Stories: se trata de una obra de madurez literaria y los cuentos que incluye son representativos de su estilo y de su técnica. De todos los cuentos de The Garden Party and Other Stories, mis tres favoritos son “Mr. and Mrs. Dove”, “Her First Ball” y “Bank Holiday”.