Sara Jurado

Vida ELU

Elus por el Mundo – Sara Jurado

Por: ELU Admin

¡Hola a todos!

Soy Sara Jurado, elu de tercero y estudiante del doble grado de ADE+Comunicación en la Universidad Loyola Andalucía (campus de Córdoba). Y me alegra poder describiros parte de la experiencia que estoy viviendo aquí en Bergen, Noruega.

Con 12 años me subí por primera vez a un avión para ver a mi hermana mayor que estaba estudiando su Erasmus en Estocolmo, Suecia. Estuve una semana allí y me enamoré totalmente del país y del estilo de vida que llevaban los nórdicos. A raíz de esto comencé a soñar con esta experiencia y no sabéis lo afortunada que me siento de poder decir que el sueño se está cumpliendo.

Sin embargo, no todo ha sido un camino ni fácil ni bonito. Los que habéis estudiado fuera sabréis que, antes de todo, hay que pasar un proceso muy burocrático que requiere mucha responsabilidad a nivel personal: elegir el país, elegir la universidad, las convalidaciones de las asignaturas, buscar alojamiento, mudarte a un país solo, gestionar tu propio dinero, etc. Y es que cada decisión que tenía que tomar se me hacía un mundo porque no podía evitar pensar que me estaba equivocando de alguna forma y sentí mucha presión antes de llegar a mi ciudad de destino. Ahora es cuando digo que cuando puse un pie en Noruega todos mis miedos se disiparon y todo empezó a ir bien, pero la realidad es que no fue así.

Las primeras semanas fueron un reto para mí. El hecho de estar lejos de mi familia y amigos, no conocer cómo funcionaban las cosas en la ciudad, y el idioma (os cuento un secreto, los idiomas siempre han sido mi punto débil), me hicieron las primeras semanas muy complicadas. Además, al estar sola no tenía a nadie en el que confiar para poder transmitirle mis miedos. No obstante, todo fue evolucionando poco a poco: comencé a hacer amigos tanto españoles como internacionales, me adapté a la universidad y a dar las clases en otro idioma, descubrí la ciudad y, sobre todo, me hice al estilo de vida nórdico que tanto me había gustado cuando era una niña.

Por muchos estereotipos que tenga Noruega de que es un país frío, que siempre llueve y que los noruegos son muy serios; la verdad es que nada más lejos de la realidad. Los noruegos son personas súper amables, cálidas y están dispuestas a ayudarte en cualquier situación. Además, la temperatura es baja, eso es cierto, pero os mentiría si os digo que he pasado más frío en Bergen que en Córdoba cuando volví en Navidad. Noruega es un país muy preparado en lo que respecta al tiempo: la calefacción funciona muy bien en todas las casas, restaurantes, universidad e incluso transporte público. Y sobre la lluvia, os dejo una frase que dicen mucho los noruegos: ¡no existe tiempo malo, sino ropa mala!

Si acaso, lo único que podría decir que no me ha gustado de Noruega son las horas de sol durante el invierno (ej..: en diciembre amanecía a las 10h y anochecía a las 15h) y los precios. Ahora puedo afirmar con total certeza que Noruega es de los países más caros de Europa.

Sobre la universidad, estudio en Norwegian School of Economics (NHH) una de las mejores universidades de económicas no solo de Noruega, sino también de Europa. Durante estos meses he aprendido de la mano de los mejores profesores de Europa especializados en marketing y sostenibilidad, he cenado con empleados de las empresas más importantes del mundo y he podido formar parte de una de las comunidades más grades de estudiantes de Europa. La verdad es que no tengo palabras para describir lo que es estudiar en la NHH. Si bien es cierto que es una universidad muy exigente a nivel académico, su enfoque pedagógico está orientado a los trabajos prácticos con casos reales al igual que mi universidad por lo que no he tenido mucho problema en adaptarme a su forma de trabajar.

Me he dejado lo mejor para el final, contaros de verdad lo que ha sido mi vida estos últimos meses. Y es que ha sido una locura. He conocido a cientos de personas de diferentes países con las que he vivido experiencias que me han abierto la mente; he viajado por toda Noruega y descubierto paisajes naturales que me han dejado sin aliento; he bailado con mis amigos bajo las auroras boreales; he aprendido lo que es importante y a valorar todo lo que tengo en España (familia, amigos, tiempo, calidad de vida, estudios…); he aprendido a afrontar los problemas sola y he salido de mi zona de confort; y es que cada semana tenía una nueva aventura que vivir.

Por todo esto, solo puedo dar gracias a todo el mundo por hacer de esta experiencia una de las mejores de mi vida porque he crecido mucho a nivel personal y he descubierto lo bonita que puede llegar a ser la vida cuando uno decide arriesgarse y exponerse a este tipo de situaciones. Todavía no me he ido y ya estoy deseando volver a Bergen, la ciudad de la que me he enamorado y que me ha robado el corazón.

Vida ELU

Una gota de agua más – Sara Jurado

Por: ELU Admin

¡Hola a todos!

Antes de nada, me presento: mi nombre es Sara Jurado y actualmente curso mi tercer año en el doble grado de ADE y Comunicación. Soy cordobesa y estudio en la Universidad Loyola Andalucía, pero ahora mismo no me encontraréis allí porque estoy disfrutando de un Erasmus en Noruega, aunque esa historia la dejaremos para más adelante. Estoy aquí para compartiros una de las experiencias que más me han marcado en mi vida:

Todo comenzó el 24 de febrero de 2022 cuando Rusia invadió Ucrania. El mundo se sobrecogió y aunque fuimos testigos de lo cruel que puede llegar a ser el ser humano, también lo fuimos de toda la bondad que puede llegar a albergar. Cientos de miles de personas comenzaron a movilizarse y se fueron a ayudar a la frontera, a acoger refugiados en sus casas, mandar ayudar humanitaria…

A una amiga y a mí nos sorprendió la situación hasta tal punto que también nos sentimos llamadas a colaborar en la frontera de Polonia. Planeamos todo para poder ir, pero por factores externos no lo conseguimos.

Terminó el curso y me fui a Cataluña a hacer un retiro espiritual con la universidad para recorrer los lugares donde había estado San Ignacio de Loyola y así seguir aprendiendo de él. Durante el retiro, tuvimos la oportunidad de escuchar varios testimonios de personas que habían decidido entregar su vida y su trabajo poniéndose al servicio de los demás.

Uno de los testimonios fue el de Sor Lucía Caram. Muchos la conoceréis como la monja del hormiguero o como la monja de Operación Triunfo, pero yo le seguía la pista desde hace varios meses porque se estaba volviendo conocida por viajar a Ucrania llevando ambulancias.

Su testimonio de vida fue muy interesante y en la parte final mientras nos relataba todo lo relacionado con Ucrania nos preguntó si alguien quería acompañarla la semana que viene en su próximo viaje.

Así fue como una semana después estaba de nuevo en Cataluña rodeada de 20 ambulancias, 2 pick-up y 45 personas rumbo a Ucrania gracias a la colaboración de la Fundación Santa Clara, la Fundación La Caixa y el dinero donado de miles de españoles.

El voluntariado era relativamente sencillo: 5 días conduciendo hasta Ucrania pasando por Francia, Alemania y Polonia. Sin embargo, el viaje tuvo varios retos que fuimos superando a medida que pasaban los días: las ambulancias tenían más de 400.000 km y muchas se estropeaban por el camino; éramos un grupo demasiado grande y a menudo nos dispersábamos; algunos tuvieron problemas con el GPS y, en mi caso, contaba con el problema de la inexperiencia de conducir en carretera teniendo solo 1 año de experiencia con el carnet.

Por suerte, todo salió bien y pudimos dejar las ambulancias en la base militar de Leópolis sin mayor complicación. Las tropas ucranianas nos protegieron durante todo el viaje y antes de que se pusiese el sol ya estábamos de vuelta en Polonia.

Ucrania es un país en guerra y eso se notaba: había muchísimos militares en las calles de la ciudad, todos los accesos estaban bloqueados por barricadas y muchos edificios estaban destrozados. Sin embargo, me sorprendió que los ciudadanos intentaban llevar una vida relativamente normal: las familias disfrutaban en el parque, la gente iba a trabajar con normalidad, todos los comercios estaban abiertos, etc. Tanto fue mi asombro que le pregunté al comandante de la guardia fronteriza y me estuvo explicando que la situación estaba más calmada porque las tropas rusas se estaban preparando para atacar durante el otoño-invierno que era cuando iban a tener más ventaja e iban a ser superiores a las tropas ucranianas.

La verdad es que salí de esta experiencia de voluntariado con el corazón encogido, con mucha impotencia, pero con el corazón lleno gracias a la hospitalidad de los ucranianos y por los consejos de vida que me dieron todos los que me acompañaron durante el voluntariado. Solo puedo dar gracias por haber vivido este voluntariado y por toda la suerte que tenemos y que a veces no valoramos.