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Vida ELU

María Parra viaja a Ommen en un proyecto de sostenibilidad y ODS

Por: ELU Admin

¡Hola! Soy María Parra, de primero de la ELU. Hace unas semanas dejé mi ciudad, Murcia, para embarcarme en un viaje hacia un pueblecito de los Países Bajos, Ommen. Allí tuve la oportunidad de convivir con una treintena de jóvenes de otros países, a la vez que participábamos en un proyecto de concienciación sobre sostenibilidad y los ODS. Fue una experiencia que voy a recordar siempre con mucho cariño, y desde la ELU me han animado a compartirla con vosotros.

Se trataba de la primera vez que viajaba hasta otro país sola, y estaba bastante nerviosa por cómo iba a llegar hasta el lugar donde se desarrollaba el proyecto. Cogí un vuelo primera hora de la mañana, desde el avión se podía ver el amanecer, coincidiendo con una de las españolas que también había sido seleccionada. En los Países Bajos quedé fascinada por la buena organización del sistema ferroviario y de las estaciones, se podía llegar prácticamente a cualquier sitio en tren y estos pasaban continuamente. A pesar de que para llegar a nuestro pueblo había que coger varios trenes en ciudades diferentes, nos fue muy fácil aprender a utilizarlos (los elus que están estudiando en Holanda fueron de mucha ayuda en este aspecto), y antes de darnos cuenta ya habíamos llegado a nuestro pueblo.

Durante el trayecto no pude mantener los ojos cerrados ni un segundo, la mayoría de los trenes tenían cristaleras por las que se podía ver el paisaje holandés: praderas verdes en las que pastaban vacas y caballos, muchísimos caballos. El cielo estaba repleto de nubes blancas y espesas y era todo tan precioso que parecía un sueño. Cuando llegamos a Ommen nos encontramos con un montón de holandeses disfrazados por la calle, y ante nuestro visible estupor un local nos aclaró que habíamos aterrizado justo el mismo día que se celebraban las fiestas del pueblo.

Algo que me llamó mucho la atención es que la mayoría de las viviendas tenían grandes ventanales por los que se podía ver con facilidad desde la calle todo lo que ocurría en el interior. Tanto el pueblo como Holanda parecían estar muy comprometidos con el medio ambiente, era frecuente encontrarse placas solares y ciclistas por todos lados. Llegamos a ver hasta carritos de bebés y gente paseando a sus perros en bicicletas.

Nos alojamos en una casa antigua de Ommen que contaba con muchísimas habitaciones. Los organizadores las distribuyeron de manera que todos nosotros compartiéramos habitación con una persona de un país diferente al nuestro, y así conocí a Eleni, mi compañera de Grecia. En este proyecto en específico participaban varios países de los Balcanes, y tuve la oportunidad de convivir con jóvenes de Macedonia del Norte, de Bulgaria, de Grecia, de Lituania y de Turquía.

Además de las intercultural nights, en las que cada país presentaba su cultura de manera divertida y se organizaban mesas con comidas y bebidas típicas, aprovechamos el tiempo libre para entablar amistades y mantener conversaciones muy interesantes sobre el estilo de vida en nuestros países. Me contaron cómo estaba el tema de la corrupción, la seguridad o del cuidado de la salud mental en los Balcanes, y aprendimos mucho los unos de los otros.

Tuvimos un día libre para explorar Holanda en el que mis amigos y yo aprovechamos para ir a La Haya y a Rotterdam. Vimos la Corte Internacional de Justicia, visitamos el museo en el que están expuestos La joven de la perla y Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, y nos quedamos absortos observando la imponente arquitectura de los edificios modernos de Rotterdam.