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Algunos ELUs asisten a la conferencia de don Alfonso López Quintás

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El pasado 21 de octubre, los ELUs Enrique Estefanía, Luisa Ripoll y Cristina Cañete tuvimos la oportunidad de asistir a una conferencia impartida por Don Alfonso López Quintás, filósofo que cuenta con todo el aprecio de la Universidad Francisco de Vitoria y que además es citado en ocasiones en conferencias de los Fin de Semana ELU o en apuntes de los módulos. Las luces tenues del aula magna de la UFV ya presagiaban el halo de intimidad iba a impregnar aquella tarde. Alumnos del máster en Acompañamiento Educativo y seguidores del apelado cariñosamente como “maestro”, se reunieron no solo a escucharle, sino también para disfrutar en compañía la Novena Sinfonía de Beethoven a través del enfoque de “un encuentro transfigurador”. Así es como lo denomina López Quintás, quien, a sus 91 años, continúa con un brillo especial en la mirada que recuerda al asombro de los niños.

La primera parte de la conferencia se basó en la reflexión sobre el poder formativo de la música, no entendida como mero entretenimiento, sino como un don. Ante la famosa afirmación de que la música nos hace más inteligentes, López Quintás precisó que lo que nos hace es más maduros intelectualmente, es decir, desarrollamos la visión a lo lejos y a lo ancho y nos sumergimos en el sentido profundo de las cosas. Y para que esto sea posible, es necesario entender la relación que es y que precisa la música. Es relación ya que su base son los intervalos, el impulso de una nota a otra. Y precisa relación por la influencia mutua de la obra (sus normas son las posibilidades que conducen a que sea bien ejecutada) y del intérprete (su colaboración da vida a la música). El “maestro” recalca este poder transfigurador de las relaciones, que también es aplicable a los humanos. Al ser seres de encuentro, la música también nos habla sobre nosotros mismos, sobre el intercambio creativo de posibilidades: esto es el amor, “mirar juntos en la misma dirección, al mismo valor”, como dijo López Quintás.

El requerimiento de convertir en íntimo (distinto a nosotros, pero no distante) el fenómeno de la participación que se da en la música fue la segunda parte de la conferencia. Para ello, eran necesarias unas pinceladas de Beethoven para ser conscientes de los motivos que impulsaron aquella obra que protagonizaba la tarde y la última publicación de López Quintás. “Era un hombre muy comprometido con la vida”, definió el conferenciante al genio musical. Sus grandes principios permanecieron fuertes pese a que la frustración vertebrara su existencia por aspectos como la guerra, el desamor o la sordera. Al ser conocedor de los lugares más brillantes y oscuros del alma humana, fue capaz de entender que su misión en el mundo era recurrir a la música como don para ayudar a los hombres a superar la frustración vital. ¿Cómo puede hacer eso la humanidad? La respuesta se encuentra en la Novena Sinfonía: “todos los hombres serán hermanos”, como repite varias veces la letra. Discordia, fervor, rechazo, alegría, unión… La historia de la humanidad y de cada hombre se encuentra escrita en estas partituras, convertidas en vida por cientos de orquestas en siglos posteriores. Una de esas interpretaciones fue proyectada en el aula magna ante el estremecimiento del corazón de los presentes, conscientes de la verdad que resplandecía en cada nota tras el perfecto retrato de Beethoven que acababan de presenciar. Aquella escucha activa fue renovada por los susurros de López Quintás desde el micrófono, que con cuyas palabras reavivaba la grandeza de la Novena Sinfonía a la vez que marcaba el ritmo con sus temblorosas manos.

La conferencia terminó con todos los asistentes de pie aplaudiendo a ambos maestros, aunque López Quintás los atribuyese únicamente a Beethoven. El filósofo acabó repitiendo esa misión que el músico había sentido en la música y que también él emanaba: el don del ciclo de vivir en un mundo de increíble belleza y el ímpetu por transmitírsela a los demás. “Escalar con Beethoven las cimas de la Belleza”, había prometido López Quintás al inicio de la conferencia. Y lo cumplió más que con creces.

Al finalizar, tuvimos la oportunidad de conocer a López Quintás en persona, que nos firmó a cada uno su libro La novena sinfonía de Beethoven y nos permitió hacernos una foto con él. Fue unánime la impresión de haber estado ante una leyenda andante, por lo que os animamos a profundizar más en ese pensamiento en el que la Universidad Francisco de Vitoria y la ELU hunde sus raíces y que su propio autor vivifica y transmite minuto a minuto.