Elena y Carmen de la Iglesia han sido finalistas de los premios STEM Talent Girl
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El pasado 29 de octubre se celebró la gala de entrega de premios de los STEM Talent Girl AWARDS, en la que nosotras resultamos ser dos de las cuatro finalistas a nivel nacional. Nuestra andadura por este maravilloso proyecto, dirigido a desarrollar el talento y el fomento de las vocaciones científicas-tecnológicas de niñas y jóvenes, comenzó hace ya tres años. Todavía recordamos el día en el que asistimos a las pruebas de selección: había tantas candidatas que pensamos: ¿por qué nosotras? Y, poco a poco, hemos ido obteniendo muchas respuestas. Hoy sabemos que nunca habríamos llegado a la fase final de estos premios si, para empezar, aquel día no hubiéramos buscado el sí, cuando ya teníamos el no. ¡Y lo conseguimos!
Durante estos años nos hemos enriquecido enormemente acudiendo a masterclasses memorables, realizando sesiones de shadowing en empresas, mejorando nuestra oratoria, exponiendo proyectos de investigación llevados a cabo con el asesoramiento de mentoras altamente cualificadas en las áreas STEM… y participando en un sinfín de actividades más que han representado grandes oportunidades para nosotras y que hemos intentado aprovechar al máximo. Sin duda, nuestro aprendizaje ha sido extraordinario, debido en gran parte a que hemos disfrutado mucho a lo largo del proceso. Esto se lo atribuimos a todas las personas (ponentes, organizadoras, mentoras, familiares y compañeras, muchas ya amigas) de las que nos hemos rodeado porque, al igual que en la ELU, en este programa, tanto la felicidad como la formación solo son reales y completas cuando son compartidas.
Cuando, hace unos meses, el programa se propuso reconocer y premiar la excelencia académica y el talento de las mejores estudiantes de Secundaria y Bachillerato, nosotras no dudamos en presentar nuestras candidaturas. Estas consistieron en la realización de un vídeo en el que se mostraran nuestros méritos académicos y extracurriculares, así como nuestra aportación al mundo científico hasta el momento. Desde luego, el trabajo y el esfuerzo han sido palabras que nos hemos repetido una y otra vez para llegar hasta aquí. Muy necesarias. Pero no suficientes. Estamos convencidas de que la que nos ha hecho alcanzar la final es la ILUSIÓN, y podemos afirmar rotundamente que nos acompañará a lo largo de nuestras vidas.
Por otra parte, nos alegra pensar que el jurado, integrado por ocho reconocidos profesionales, ha comprobado que, sí, somos dos hermanas mellizas y, sí, somos dos personas y candidatas totalmente distintas. Esto nos emociona porque se verifica que, si bien hemos sido inculcadas los mismos valores, vivido experiencias similares y adquirido conocimientos semejantes, gracias a Dios, las personas somos únicas, diferentes e irrepetibles. Además, nos encantaría que la figuración de dos hermanas entre las cuatro finalistas hiciera ver que el amor supera cualquier rivalidad y que, cuando la competencia es sana, cuando uno ayuda a mejorar a su “adversario”, por muy paradójico que suene, es cuando realmente se produce el crecimiento intelectual e interior de la persona. Si esto se diera a gran escala, sería el propio mundo el que cambiaríamos para mejor. Becas Europa nos enseñó en su día que este reto está en nuestras manos, desafío que tenemos muy presente hoy por hoy.
Por último, nos sentimos no solo afortunadas, sino también agradecidas de formar parte de este programa. Nuestro sueño de llegar juntas a la final se ha cumplido. Ese ha sido nuestro mayor premio. Observar que hay más gente dispuesta a dar lo mejor de sí a nuestra sociedad también ha supuesto una gran satisfacción, y felicitamos a todas las participantes y alumnas del programa por ello. Pero como cuando un sueño se hace realidad aparece otro nuevo en el horizonte, nos gustaría concluir compartiendo con todos vosotros nuestro deseo de llegar a ser referentes para las próximas generaciones de jóvenes, al igual que lo son para nosotras todas las personas, especialmente las mujeres, que integran STEM Talent Girl. Estamos seguras de que la ELU nos ayudará a cumplirlo.
Carmen y Elena de la Iglesia