Elus por el Mundo – Carmen Suárez
Por: ELU Admin
¡Hola a todos! Soy Carmen Suárez. Estudio Derecho en la Universidad de Córdoba, pero este curso estoy de Erasmus en Turín, en la región del Piamonte, al norte de Italia. Hacer Erasmus era algo que siempre había estado entre mis planes, así que, ¡aquí estoy! He de decir que el principio no fue nada dulce, muchos ya lo sabéis o incluso lo habéis experimentado. Hablo de la búsqueda de alojamiento, lo que supuso una auténtica gymkana. En mi caso tuve suerte,
pues a pesar de meses de búsqueda online y de aterrizar aquí sin nada, acabé encontrando a finales de septiembre una habitación. ¡Menos mal! Ahora sí, podía empezar a disfrutar de la experiencia.
¿Por qué Turín? Lo que me impulsó a elegir esta ciudad fueron tres razones. Vi que tenía un tamaño grande pero manejable, que el aeropuerto tenía buena comunicación con España y con el resto de Europa y, por último, que el acuerdo de estudios con mi Universidad de origen era muy completo y me permitía cursar las asignaturas que yo quería. No me lo pensé más y me dejé sorprender por esta ciudad, de la que a día de hoy sigo descubriendo curiosidades. En la cultura piamontesa tienen muy presente un principio que dice: “esageruma nem!”, cuya traducción quiere decir: “¡no exageramos!” Y os puedo decir que es verdad. Turín es una ciudad que tiene mucho para presumir: fue la primera capital de la Italia unificada, la presencia de los Saboya se respira aún en cada fachada y en la gran cantidad de palacios, tiene unas reglas de urbanismo muy cuidadas, plazas llenas de historia, es la ciudad del cine, custodia el Santo Sudario y a su vez es la cuna de grandes empresas como FIAT, Lavazza o Martini. ¿Lo sabíais? Seguro que no… ¡Quizá sea por la prudencia y discreción de los piamonteses! Así que esto que os cuento es un secreto, shhhh :).
Cambiando de tema, la universidad me parece alucinante en cuanto a instalaciones. Para mí ha sido un gran contraste, pues acostumbrada a pasear por el claustro del siglo XVI de la Facultad de Derecho de Córdoba aquí me he encontrado con un campus increíble que no conjuga para nada con el estilo barroco del resto de la ciudad. El método de las clases es similar al de España, lecciones frontales. En mi caso sin contenidos prácticos, por lo que nos jugamos
toda la nota en el examen. Exámenes no solo orales, también escritos, para romper uno de los mitos de los erasmus en Italia. Y por supuesto, en italiano. El idioma era algo a lo que le temía bastante, sin embargo, me ha resultado bastante fácil aprenderlo. Desde aquí os recomiendo ir a clase. Sí, de verdad. Se aprende un montón integrándote con el resto de estudiantes, es como mejor puedes poner en práctica lo aprendido y os aseguro que es totalmente compatible con viajar y salir de fiesta.
Hablando de ocio, Turín es una ciudad con mucho ambiente universitario, por lo que no faltan planes para hacer cada día. Y si no, ¡nos los montamos nosotros! En estos meses he podido tachar muchos deseos de la bucket list, pues no todos los días se esquía en los Alpes o se visitan cuatro países en una semana. Pero, sobre todo, me quedo con lo que me ha aportado el Erasmus a nivel personal. Aprendes a gestionarte, desarrollas habilidades que no sabías que
tenías, te sumerges en otra cultura, descubres nuevos lugares y a veces incluso te olvidas de que estás lejos de casa porque te sientes en casa. En ello influyen las personas que conoces durante este tiempo, pues se convierten en tu apoyo diario. Me gustaría darles las gracias por haberme enseñado a compartir, a convivir y a saber elegir.
Me quedan solo dos meses aquí, pero os aseguro que me voy inmensamente feliz por haber podido disfrutar de este regalo. Si estáis dudando entre iros o no, yo os lo digo muy claro: ¡coged las maletas y adelante!
Ci sentiamo!