Una gota de agua más – Mercedes Sierra
Por: ELU Admin
¡Hola! Soy Mercedes Sierra, alumna de 2º y hoy os vengo a contar un poquito sobre mi experiencia -de casi dos años ya- en Autismo Sevilla.
Siempre he hecho voluntariado en residencias con mi colegio en la ESO y en Bachillerato y era una parte de mi día que quería conservar sí o sí durante mi etapa universitaria. Nunca había trabajado con personas con TEA, y eso me asustaba, pero ¿qué clase de aventura sería sin un componente de incertidumbre, miedo y sorpresa? Tenía muchos sentimientos encontrados, pero sobre todo ganas.
Así que, gracias a esas ganas, a esa llamada que siempre he sentido por ayudar, aquí estoy para poder compartir un poquito de mis días en Autismo Sevilla. Las actividades son muy variadas, desde natación hasta ciclismo. Yo tengo la suerte de ayudar en dos: senderismo los martes y multideporte los jueves. Ambas actividades son con adolescentes, y como para un niño con TEA es muy complicado establecer vínculos, cada voluntario acompaña siempre al mismo chico. Sinceramente, ¡deporte lo que es deporte no hacemos! Aunque eso sí, tampoco nos aburrimos.
Gonzalo y Jesús -que así es como se llaman los chicos a los que acompaño- se han convertido en dos hermanos para mí. El ser humano está hecho de relaciones, y ellos no iban a ser menos. Es cierto que ganarse su confianza puede ser algo laborioso al principio, pero cuando te acercas a ellos con el corazón, sin prejuicios, y eres paciente, te aseguro que conocerás a personas nobles, divertidas, cariñosas, y con una visión tan sencilla y bonita de la vida que todos deberíamos envidiar. Trabajar con ellos cada día es un privilegio y un reto también, todos los días aprendes algo nuevo: que diez minutos de descanso son diez minutos cronometrados con los tres relojes de Marcos o que un montón de arena es la mejor herramienta de juego para Gonzalo y como estas, mil anécdotas más.
En el pasado módulo 3, descubrí qué sentido le voy dando a mi vida con las acciones que elijo libremente, y que, para ir sembrando este camino, era clave saber qué era con lo que cada uno llena su corazón. Como voluntaria, puedo decir que la “gota de agua más” no soy yo, sino ellos, que cada día llenan mi corazón con miles de gotas. Y qué bonito es ver la vida a través de ellos, ¿TEAnimas a descubrirla? ¡Hasta la próxima!