Cuaderno de Bitácora – Retrato de una dama
Por: ELU Admin
Marta García Lamas, 3º ELU
“En lo más profundo de su alma se arraigaba la creencia de que, si una luz determinada alboreaba en su vida, ella se entregaría por completo a ella”. ‘Retrato de una dama’, Henry James.
Isabel Archer, una joven americana que hacía apenas unos meses desembarcaba en Inglaterra, se encuentra de repente con todo lo que una mujer de su edad podría desear. Es joven, atractiva, inteligente y, por si fuera poco, acaba de heredar una gran suma de dinero de su tío. Todas las puertas de la alta sociedad europea se abren para ella, pero al paso que los privilegios entran también los peligros. Isabel debe madurar, tomar decisiones y distinguir entre los verdaderos amigos y aquellos que buscan su fortuna. Y con sus decisiones, sus valores y principios se verán amenazados. ¿Resistirá? ¿Caerá? ¿Será realmente el retrato de una Dama?
Encontré esta novela en una estantería de mi casa, entre dos tomos de Jane Austen que iba buscando, con una portada preciosa y un buen número de páginas. ‘Retrato de una dama’, leí en el lomo, de Henry James. Ya había leído antes algo de Henry James, aunque no me había fascinado. Pero el título me llamó la atención, y era una de esas ediciones que no incluye una sinopsis en la contraportada. Así que lo cogí, sin saber en qué nueva historia me estaba
adentrando. No voy a hacer spoilers de ningún tipo, pero la pregunta que me rondaba durante los días que tardé en leerlo era constante, ¿cómo sería ese retrato de una dama? ¿Cómo sería esa mujer para ser considerada el retrato de una dama?
No es raro encontrar novelas en las que la heroína es o bien una ingenua con una gran sensibilidad a la que mangonean todos los demás personajes, o una especie de “mujer de hierro” que no se deja mangonear pero que carece de cualquier tipo de sensibilidad o feminidad. Casi parece que una mujer no puede ser fuerte, inteligente, divertida, atractiva y preocuparse por estar guapa y ser elegante al mismo tiempo. O es boba o es fría. No significa
que ocurra esto con todas las heroínas, tenemos a Elizabeth Bennet o a Emma Woodhouse, por ejemplo; pero es un modelo de joven cada vez más común en las nuevas novelas.
Bien, puedo asegurar que Isabel Archer no es ni lo uno ni lo otro, y es verdaderamente el retrato de una dama. Una mujer que, sin adelantar nada de la historia, es atractiva y sabe resaltar su belleza natural, es inteligente, intrépida, educada, elegante y virtuosa. Una mujer que se hace responsable de las consecuencias de sus decisiones, la llevan estas a donde la lleven. Una mujer que no huye de sus deberes cuando aparecen las complicaciones, sino que se mantiene firme en sus obligaciones. Una mujer que no abandona sus principios ni sus valores ante el primer signo de contrariedades. Una mujer que es, al final, la imagen y el modelo de lo que toda mujer debería ser. El retrato de una dama.
Por lo tanto, aquí tenemos un primer y gran motivo para aventurarse con esta novela. Porque todos tenemos modelos, guías y referentes para todas las cuestiones de la vida, seamos o no conscientes de ello, y es de persona inteligente aprovisionarse de buenos modelos. Pero no es solo eso. Porque en Retrato de una dama encontramos también una serie de lecciones muy útiles en la vida. Sobre la elegancia, el amor, la responsabilidad…
Como diría Galadriel “Solo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado”, así que puestos a dedicar tiempo a leer, vamos a dedicarlo a los buenos libros que elevan el espíritu y las miras.